Limit Breaker: Tokio Dungeon - 27
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- 27 - Capítulo XXVII La decisión de aquella que jamás tuvo un motivo de vivir
La armadura resplandeciente del dios del rayo, es una técnica creada por Ichika y que consiste en cubrir su cuerpo con una gruesa capa de energía mágica y que sirve para protegerla tanto en ataques cortos como a distancia. Si bien es una técnica que a nivel defensivo depende del rango de su usuario, también requiere de una gran cantidad de maná para mantenerla y a veces no tiene una duración estable.
Nekomina se queda perpleja por el entrenamiento que tuvo con Yujin y que en tan solo en unos días pudo dominar. El choque de espadas cesa por fin e Ichika aterriza de pie sobre la plataforma, cubierta por una masa gruesa de maná color violeta que la protege:
Nekomina: “Con que una magia defensiva ¿huh? Me sorprendes Ichika” — baja su arma — “¿eso te lo enseñó Yujin?”
Ichika: “Hace unos días le pedí que me entrenara. Fue muy difícil, pero pude aprender mucho”
Nekomina: “Ya veo. Creo que debo tener mucho cuidado al enfrentarte”
Ichika: “Déjame ir a salvar a Kamal, por favor”
Nekomina: “Tienes que vencerme para poder lograrlo”
Yujin: “¡¿Qué?! ¡Neko, eso jamás se pactó!”
Nekomina: “Nunca se pactó la manera de superar mi desafío. Deja de hablar Yujin porque esto es entre ella y yo” — le responde — “me agrada que hayas progresado en estos días. Sería justo de mi parte también sacar mi arsenal para enfrentarte” — le dice a Ichika
La gata yakuza, como muchos en la organización y otros pertenecientes a las ramas le dice, recorre la hoja de su espada con ambos dedos mientras que de la punta de estos libera energía mágica de elemento hielo para congelar el filo y mantenerlo estable y así evitar que se parta por el exceso frio:
Nekomina: “Tienes la fuerza requerida para esto. Vamos por todo ¿te parece?” — libera de su cuerpo el maná que yace dentro de ella. Frio y pesado, es la primera vez que Ichika se encuentra con tal energía
Ichika: “Siento que mi cuerpo se congela solo con estar a metros de ella. Ya veo, la magia que emitimos dependerá del elemento. Si es magia de hielo, será frio y pesado. Si es eléctrico, será cortante y violento. Si es de fuego, quemará con intensidad y también igual de agresivo. ¿Cierto?”
Nekomina: “Lo descifraste sin problemas. Eso es cierto y existe una magia exclusive del elemento viento que se llama Visión Elemental. Fue desarrollado por un usuario rango S+ durante la década del 2030 cuando el bajo mundo en todo el planeta se volvió loco y se tuvo que recurrir a cazarlos. Para encontrar a cada uno este cazador creó la manera de detectarlos en distancia cortas y media. Pero dejemos de hablar sobre historia y continuemos”
Los pies de Ichika se mueven inconscientemente hacia un lado y luego para atrás, producto de los nervios. Nekomina se mueve velozmente hacia ella con su espada apuntándole hacia el cuerpo sin intenciones de herirla. Sin embargo, cuando llega para acabar con la pelea y quitarle la voluntad de ir en tal peligrosa misión, la chica desaparece sin que pudiese hacer algo.
De repente, Ichika aparece detrás de Neko y ataca al costado del cuerpo con el mango de la espada para desestabilizarla:
Nekomina: “Increíble toma de decisión en solo unos pocos milisegundos. Se movió adrede para aparentar indecisión y luego pudo encontrar un punto ciego. No sé cómo lo hizo, pero me sorprende que sepa pelear de esa manera como si fuera una veterana. Sin embargo…” — piensa mientras se voltea lentamente — “te falta mucha experiencia para vencerme…”
Los ojos de Neko se tornan azules al ejecutar su magia. Ichika detiene su andar y mira a sus pies, encontrándolos cubiertos de hielo hasta las rodillas y sin permitirles continuar con el ataque:
Ichika: “¿Qué’ ¿esto cuando paso?” — murmura desesperada mientras golpea el grueso hielo con el mango de la espada — “¡vamos, vamos, rómpete maldita sea!” — eleva su voz
Nekomina: “Ichika, se acabó. Por favor ríndete” — le ruega mientras aprieta el mango de su espada ante la incertidumbre de tener que continuar peleando contra la chica
Ichika: “No me rendiré tan fácil como esperas”
En ese momento, Nekomina no se ha dado cuenta de lo que ocurría, pero Ichika sonríe al ver que su plan dio frutos cuando la chaqueta negra de la yakuza se abre con un corte seco de abajo hacia arriba:
Nekomina: “¿Qué mierda?” — mira como los botones saltan hacia arriba y su camina queda impoluta, pero por muy poco
Sin embargo, las consecuencias de volver a llevar a su cuerpo más allá de lo que puede soportar no se hacen esperar, y no solo de su nariz sale mucha sangre, sino también de su boca, oídos y ojos. Sus pupilas se dilatan y siente como en su interior un dolor con forma de púas la destroza hasta hacerla caer de rodillas:
Yujin: “No de nuevo. ¡Neko, los síntomas empeoraron! ¡Tenemos que llevar de urgencia al hospital…!”
Nekomina: “S-Si, claro. ¡Sanadores, vengan rápido a tratarla y traigan una ambulancia”
Kyubo: “Yo me encargaré de llevarla” — le dice a Yujin, antes de entrar a la plataforma
Ichika: “E-Esperen” — dice en voz baja y débilmente. Detiene las intenciones de sus aliados de intervenir y llevarla con urgencia al hospital
Los presentes dirigen su mirada hacia ella. La mayoría de los yakuzas aún permanecen en el lugar y ven como la chica se intenta poner de pie con ayuda de su espada, apoyada sobre el suelo. Nadie es ajeno a tal determinación. Sus piernas se tambalean muy disimuladamente. Los ojos se tornan desorbitados pero su espíritu no se quiebra.
Neko no duda en que las palabras de ella son justificadas con acciones como esas, aunque la debilidad de su cuerpo es evidente.
Como puede se acerca al centro de la plataforma para poder reanudar su ataque. Neko se queda mirándola muy detenidamente y aunque desea ayudar a llevar a la ambulancia, respeta el valor de la ex sacerdotisa en querer demostrarse a sí misma.
Ichika siente que su cabeza va a explotar, sus manos y piernas tiemblan y la sangre no deja de caer en de su rostro. Los síntomas son mucho peor a cuando enfrento a Hetasi y parece que será aún mayor las consecuencias a medida que siga usando el maná. No es como si usarlo gradualmente fuera bueno para su enfermedad.
Sus brazos no logran mantener la espada en alza y cae con fuerza, golpeando la punta de esta contra el suelo:
Ichika: “¡No, no, maldición, levántate, vamos!” — intenta levanta su arma con ambas manos, pero no tiene la fuerza para hacerlo
Neko, Yujin y Kyubo miran como desesperadamente Ichika maldice llena de frustración el no poder continuar con el combate. Nadie la culpa y hasta varios yakuzas corren a buscar a la ambulancia mientras que los sanadores se preparan a un costado de la plataforma.
La líder de la organización se acerca a la chica y apoya su mano en la cabeza, y le acaricia con expresión orgullosa por ver que es alguien de espíritu fuerte:
Nekomina: “Ya, ya, tranquila”
Ichika: “¡¿Cómo quieres que me quede tranquila si soy débil?! ¡este cuerpo, esta enfermedad me han hecho la vida imposible! Maldigo…maldigo… ¡maldigo mi existencia!” — dice con lágrimas brotan de sus ojos y recorriendo sus mejillas. Su expresión es de profunda tristeza e impotencia
Nekomina: “No digas eso Ichika. El hecho de que hayas peleado de esa manera y con ese poder es suficiente como para dejar en claro que vas enserio. Me sorprendiste y mucho ¿sabes?”
Ichika: “Pero sigo siendo débil. No fui capaz de proteger a nadie ni frente a ese yokai. Siento que el problema soy yo y mi maldita enfermedad” — dice mientras se sienta en el suelo y respira lentamente para calmarse
Nekomina: “Lo hiciste y tendrías que estar orgullosa de haberlo hecho. Si no hubieras enfrentado a Hetasi como bien lo hiciste nunca habríamos llegado a tiempo. Pero hay algo que no has sido capaz de darte cuenta” — se acerca a ella y se agacha para quedar cara a cara
Ichika: “¿Qué es?”
Nekomina: “¿Sabes cuál es el motor de la magia? ¿Qué es lo que le da vida?”
Ichika: “Ni idea”
Nekomina: “Esta es una enseñanza que recibí en su momento por parte de alguien que fue importante para mí y me ayudó a perfeccionarme como cazadora y luego yakuza. El verdadero motor de la magia no es la cantidad o rango que llegues a tener. Eso es inherente cuando se habla de funcionamiento. El motor es la determinación y fuerza de voluntad. Alguien de voluntad débil nunca podría llevar a cabo ni el hechizo más básico, acabarían simplemente encontrándose con un grave problema” — se pone de pie y ayuda a Ichika a reincorporarse — “el simple hecho de que puedas usar magia y tengas un rango alto, no significa que salga como quieras. Grandes cazadores que se vieron rodeados, solo encontraron a muerte el perder su voluntad. Podríamos llamarlo catalizador de la fuerza mágica. Aunque dentro de todo, esto último es una teoría, pero ¿entiendes a lo que voy?”
Ichika: “Si, eso creo. Hace unos momentos lo pude sentir, como la energía mágica recorría mi cuerpo hasta cierto punto, pero no como me hubiera gustado. Es como si fuera limitado lo que puedo dar. Aun así…aun así deseo hacer esto”
Nekomina: “Si, tienes razón Ichika. He sido muy negligente con muchas cosas y es momento de que plantemos cara a ellos” — reconoce su equivocación, así como el valor que ha demostrado la chica
Ichika: “Eso quiere decir” — se entusiasma
Nekomina: “¡Tomoyo!” — mira a su secretaria entre la multitud — “si, iremos con todo lo que tenemos para detener a los nepaleses y dar por terminada su organización” — le responde a Ichika sin mirarla, pero dándole mucha seguridad a la chica
Tomoyo: “Señora” — corre hacia la plataforma
Nekomina: “Alerta a la organización y a los demás lideres de las otras prefecturas. Ha llegado el día en que demos por terminado el conflicto con los gurkas. Tenemos un aliado que salvar y a muchas personas que han sido tomadas contra su voluntad” — guarda su espada en la vaina de su cintura — “llegó el momento…de cazar gurkas…”
Al decir eso, los miembros presentes de la organización levantan sus manos y armas y gritan eufóricos por la declaración audaz de su líder. Algunos de los yakuzas que se encuentran bajo el mando de Nekomina son curiosamente nepaleses y víctimas de los Cuchillas Rocas y sus brutales prácticas de secuestro, violación, adoctrinamiento y trabajos forzados por lo que la euforia es inmensa.
Nekomina se acerca a Ichika y le extiende su mano en señal de felicitaciones. La chica sonríe con gran felicidad y alivio. Sin embargo, ella da un paso, sus ojos se vuelen blancos y todo su cuerpo empieza a desplomarse sobre el suelo, pero antes de que impacte de lleno, Kyubo la socorre entre sus brazos.
La enfermedad que agobia cada día a Ichika ha llegado a un punto critico en el que los síntomas son peores y surgen unos nuevos. Mientras tanto, su tiempo de vida se reduce cada vez más. Su cuerpo tiembla y la temperatura baja a preocupante velocidad.
De los poros de su piel se filtran pequeñas estelas de energía mágica. Es un completo desastre para su salud:
Nekomina: “No, no, no, no ¡Ichika!” — se toma la cabeza sin saber que hacer
Kyubo: “¡Nekomina tenemos que llevarla al hospital!”
Nekomina: “¡Claro!” — responde — “¡Tomoyo, avisa al equipo de sanadores para que nos dé tiempo!”
Yujin: “¡Neko, le cuesta respirar!” — grita mientras toma el pulso de la chica y su respiración — “¡está bajando su pulso!” — le dice — “¿huh?” — se da cuenta de que hay algo raro afuera — “Magia de Viento: Visión Elemental”
Kyubo: “¡Nekomina, no tenemos tiempo, apura a tu gente!” — corre con Ichika en brazos hacia la salida
Nekomina: “¡Ya lo se!” — responde y mira que llega el cuerpo de sanadores — “¡aquí vienen!”
Los sanadores llegan y tratan de aliviar las dolencias de Ichika. No pueden curar sus síntomas, solo la única sanadora de los altos rangos del mundo podría, pero el caso es que ella no deja de sangrar y los órganos internos están colapsando. Kyubo la alza entre sus brazos y la lleva hasta la ambulancia, acompañado por el cuerpo de sanadores y un grupo de yakuzas para que sigan de cerca el vehículo transportado con maná.
En frente del local donde un tumulto de gente se agolpa para observa lo que ocurre, como si la ambulancia atrajera morbosamente su atención, y a metros de ellos y entre unos carteles que lo cubren casi en su totalidad, una figura acecha con intenciones maliciosas para vigilar cada paso y recaudar información sobre Ichika. Un espía o asesino enviado por Ildra, mano derecha de Indira.
Casi al instante en que coloca su mano sobe uno de sus bolsillos, el gurka comienza a ahogarse sin entender que está ocurriendo y frente a sus ojos una esfera de aire envuelve su cabeza, arrebatándole cada porción de oxigeno hasta que sus ojos empiezan a nublarse y la desesperación lo invade al punto de que intenta zafarse con sus uñas, pero sin éxito alguno. La agonía de lentamente quedarse sin aire es atroz y prácticamente una tortura perpetua.
Su mira se tuerce hacia atrás y allí observa a un hombre con vestimenta de monje budista. Este hombre posee escaso cabello, producto de no haber afeitado la cabeza y que lentamente comienza a crecerle. Su mano está en alza como si estuviera rezando y además sostiene en esa misma un objeto con el que recita los mantras que con toda devoción pronuncia en ese momento hasta que se detiene y mira con intensa hostilidad al invasor nepalés:
Yujin: “¡¿Crees que acosar a una niña es propio de un adulto pedazo de imbécil?!” — dice amenazante mientras presiona con fuerza la esfera de aire en el rostro del gurka hasta desmayarlo por el escaso oxigeno
Nekomina: “Me preocupaba porque no estabas allí. ¿Es un gurka?”
Yujin: “Tenemos que interrogarlo. ¡Mierda! No quería usar esa técnica de nuevo después de mi paso en las fuerzas especiales coreanas” — se queja
Nekomina: “Hiciste bien, no te aflijas por detales que no tienen mucha importancia, al menos no por el momento. Descuida, nosotros haremos el interrogatorio. Este hijo de perra va a maldecir haber nacido para viajar hasta Japón”
Yujin: “¿La llevarán en el mismo hospital?”
Nekomina: “Si. No te preocupes, irá Kyubo y habrá al menos 15 yakuzas para protegerla. Oficialmente estamos en guerra con los gurkas”
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