Limit Breaker: Tokio Dungeon - 28
El hospital se colapsa ante la enorme cantidad de miembros de los yakuza que voluntariamente protegen a Ichika. En el tiempo que lleva bajo la protección de Nekomina se ha ganado el cariño y respeto de todos dentro de la organización por lo que una marea de personas en su mayoría cazadores vigila celosamente cada pasillo, esquina que haya y a cada persona que pase por la puerta y cuerpo médico.
Durante 5 días, Ichika permanece en estado reservado en una de las mejores habitaciones del lugar. Pulcra, con cuidados constantes y los tratamientos más avanzados para cazadores y portadores de magia. Solo Kyubo se encuentra junto a ella en una silla y a un costado para cuidarla y procurar que nadie se le acerque sin que lo permita. Su mirada no la aparta mientras que sus sentidos aumentan para impedir que algo ocurra sin que lo sepa mucho antes.
Mira hacia la mesa de luz las frutas que había traído Nekomina por la mañana y toma una manzana la cual empieza a cortar en partes muy equilibradas y cada pieza la coloca sobre un plato apoyado allí mientras que Ichika sigue en sus pensamientos, rogando porque despierte y sea todo un sueño. El yokai intenta distraerse al cortar las frutas para que cuando Ichika despierte pueda disfrutar de tal saludable alimento, como si fuera una manera de auto consolarse de que todo estará bien.
La desesperación surte lentamente efecto hasta hacerlo caer de rodillas en el suelo. Toma su mano y la coloca en la frente, implorando porque despierte. En el instante en que termina de rogar y guardar silencio, uno muy breve, las plegarias son escuchadas por un dios, quizás misterioso porque la mano de Ichika se mueve con pequeños espasmos hasta que abre sus ojos. Kyubo la mira y sonríe entre lágrimas mientras ella también hace lo mismo:
Ichika: “H-Hola…Kyubo…” — dice con dificultad y la boca seca. El dolor en su cuerpo ha desaparecido y solo unos leves pinchados en brazos y piernas quedan de esa fugaz demostración del verdadero potencial de ella
Kyubo: “Que bueno tenerte otra vez” — dice entre lágrimas mientras la envuelve entre sus fuertes brazos
Ichika: “E-Es muy cálido ser abrazada por él” — piensa
Al enterarse del despertar de la joven, todos los yakuzas expectantes que se encuentran afuera empieza a gritar, saltar y festejar muy emocionados y felices, empatizando con ella como si fuera una hermana menor. Estar varios días postrada y con varios cables conectados para que le den soporte debido a su enfermedad es suficiente como para dejarla agotada.
Nekomina se acerca a la habitación. A pesar de ser consciente de que necesita descanso, el impulso maternal que prioriza su salud la obliga a tomar la perilla y girarla para ir a verla:
Nekomina: “Hola” — se acerca a la cama donde se encuentra Ichika recostada y hablando con Kyubo, así como ambos hijos de la líder yakuza. Al verla, los niños abrazan a su madre y se despiden para ser llevadas a casa por Tomoyo — “Lamento los problemas. Espero que no te hayan agotado” — se inclina disculpándose
Ichika: “No, al contrario. Me agradó que me hayan visitado” — se avergüenza
Nekomina: “Disculpa Kyubo ¿puedo hablar en privado con Ichika?”
Kyubo: “…”— guarda silencio y mira a Ichika. Ella asienta con su cabeza — “Está bien. Pero no discutan ¿quieren?” — se queja y camina hacia la puerta
Apenas sale el yokai, Nekomina no se anda con rodeos y va directo al grano en un tono que no parece que fuera muy dura, sino al contrario, intenta ser lo más directa posible, pero sin alterar el frágil estado de ánimo y físico de Ichika:
Nekomina: “Me sorprendiste el otro día con el combate. Diría que eres más fuerte de lo que pareces y mereces ser tomada en serio. Me preocupa aun así tu condición. Tienes el suficiente poder como para rivalizar con los altos rangos del mundo, pero…”
Ichika: “Se a donde quieres ir Neko pero quiero quedarme así” — dice con una decaída sonrisa
Nekomina: “Pero tienes que y mereces una cura. Ni siquiera lo intentas” — aprieta su puño, incapaz de poder ayudarla
Ichika: “Descuida, esta es mi elección. Se que soy egoísta, pero he pasado por tanto que ya no puedo soportarlo más”
Nekomina: “Seguramente piensas que soy una neurótica que solo quiere retrasarte. No te culpo”
Ichika: “No, para nada. Puedo llegar a entender tus razones”
Nekomina: “¿Conoces a mis hijos?”
Ichika: “No lo suficiente, pero debes estar muy orgullosa de ellos”
Nekomina: “Son buenos niños. Mis más grandes orgullos” — sonríe
Ichika: “Te preocupas mucho por ellos. De eso no hay duda”
Nekomina: “Y por esa razón hago lo que hago sin importar el ensuciarme las manos en el proceso. Sangre, grasa, cenizas, me da igual si eso significa darles un mejor futuro a ellos y eso te incluye a ti. Cielos, parece que de verdad soy una maldita loca”
Ichika: “Un poco, je. Pero preocuparse por las personas que más quieres o aquellos que son débiles y vulnerables, no cualquiera lo hace e imagino que ellos dos lo agradecerán”
Nekomina: “Con tal de que sus vidas sean mejores sin necesidad de sufrir ni temer en la vida. No tengo problema en arrasar con cualquiera que amenace a las buenas y honestas personas. Que vayan a la escuela sin temer a las personas o yokais. Que disfruten de lo maravilloso que es el mundo y muchas de sus personas, eso es lo que deseo, que vivan una vida de verdad honesta y llena de amor que yo no pude tener”
Ichika: “No suenas a una líder yakuza, je”
Nekomina: “Si, jamás me sentí una, je. ¿Tu madre cómo era?”
Ichika: “Yo…no lo recuerdo. Cuando perdí a mis padres solo era una niña, todo lo que tenia de ellos se quemó en el incendio del templo. Ya no me queda más nada o al menos eso pensé. Gracias a Kyubo siento que puedo empezar de nuevo y luchar por lo que creo mejor. Es por eso que Kamal…tengo que rescatarlo sea como sea”
Nekomina: “Y te ayudaremos pase lo que pase. Odiaría que mis hijos sintieran vergüenza ante tan indiferente madre, jejeje”
Ichika: “Ellos seguramente entenderán por qué hiciste todo lo que hiciste y sentirán un gran orgullo por ti”
Nekomina: “Supongo que sí, muchas gracias por tus palabras. Aunque mi tiempo como líder de esta organización está a punto de culminar”
Ichika: “Descuida ¿Por qué lo dices?”
Nekomina: “Por nada, no te preocupes”
Ichika: “Aunque suenas triste cuando lo dices”
Nekomina: “Son muchos años que me dedico al bajo mundo y tratar de cambiarlo, pero cuando lo intento hacer solo lucho contra la naturaleza de los seres humanos. Sea yokai o humano, al final no nos diferencia nada solo el aspecto o el poder porque por dentro podemos ser la misma putrefacción o la bondad encarnada”
Ichika: “Como Kyubo. Él me cuida y vela por mi seguridad”
Nekomina: “Y eso lo hace la excepción a la regla de muchos millones de posibilidades”
Después de conversar con Ichika, Nekomina sale de la habitación y camina rumbo a la salida, donde la espera un coche negro de la marca Audi y varios guardias que la custodiarán a donde quiera que vaya. Mira a través de la ventana a los transeúntes que caminan por la calle, sosteniendo bolsas de compras, estudiantes disfrutando de salidas, todas esas personas siendo libres y sintiéndose protegidas por aquellos que décadas atrás solo causaban dolor y temor.
Neko no se resiste a la idea de dar fin a los Cuchillas Rojas y el eterno sufrimiento que ocasionan al pueblo nepalés, pero al mismo tiempo cree que un mundo sin violencia sería mejor que simplemente vivir en conflicto con los demás, deseando de una buena vez la paz. Una paz engañosa al final de todo porque el ser humano vive de las batallas, es un ser conflictivo y es inevitable la confrontación, así como también dejar que los más jóvenes tomen el papel protagónico:
Nekomina: “Quizás al final yo sea la que se equivoca” — piensa y mira a los estudiantes sonreír y divertirse, deseando que Ichika pudiese vivir de esa forma algún día — “pero este es el deseo egoísta de una madre”
***PARTE II***
Unas horas más tarde en el sótano de un viejo centro comercial donde años previos era usado como lugar de almacenamiento de productos como ropa, herramientas de trabajo y hasta alimentos con un buen sistema de refrigeración. Yujin golpea una y otra y otra vez al gurka enviado por Ildra para vigilar y posiblemente hacer daño a Ichika como parte de una misión suicida para acabar con su vida. Esto enfureció a Yujin, quien desde hace días tortura sin piedad a fuerza de puños violentos, ignorando toda enseñanza del budismo:
Yujin: “¡Mierda!” — mira el estado de sus nudillos al no haber descansado y golpear al espía hasta dejarlo casi al borde de la muerte
Nekomina: “Oh por dios” — baja lentamente las escaleras y ve a Yujin junto con el gurka aún con vida — “Yujin ¿Qué has hecho?” — se acerca sin apartar la mirada en la demacrada figura del espía
Yujin: “Al final no tengo salvación. Toda esta violencia desatada sobre este sujeto. Ni las enseñanzas de buda pueden aliviar mi corazón iracundo” — dice, arrepentido y con los puños adoloridos
Nekomina: “Entiendo por lo que estás pasando, pero fuiste demasiado lejos. Tenemos que conseguir información, no matarlo antes de eso”
Yujin: “Sigue vivo por si quieres sacarle algo. Por cierto ¿lloraste o algo al verla despierta? Se que en soledad llegaste a llorar muy angustiada por obligar a Ichika a pelear contigo” — cambia de tema
Nekomina: “Aun me arrepiento, pero no tengo el tiempo para tener una posición tan sumisa. Ella se encuentra bien y me da alivio”
Yujin: “Pero no del todo. Se que te preocupa el hecho de que tendrás que aceptar su petición. Además, que su potencial es superior al tuyo, aunque seas un rango S+ en su apogeo”
Nekomina: “Lo sé y es por eso que tengo miedo de que ella no pueda con esa presión”
Yujin: “Neko, no me digas que tu…” — se da cuenta de una decisión que la yakuza por fin ha tomado
Nekomina: “Quedan algunos detalles, pero si…ya me he decidido” — se acerca al gurka — “pero tenemos algo más importante en estos momentos”
Yujin prepara manoplas, pinzas y cuchillos para propinarle una feroz tortura al espía según su experiencia. Este levanta un poco la cabeza y mira horrorizado al coreano como prepara la que los miembros de las fuerzas especiales de Corea del Sur llaman como “herramienta de trabajo” con las que sin problemas ocasionaban problemas a los rivales por la facilidad con la que sacaban información. No es como si Yujin estuviese orgulloso por haber cometido muchos crímenes en tiempos donde su gobierno quería justificarse para atrapar terroristas:
Yujin: “Empecemos con algo simple” — le acerca una manopla a Neko — “úsalo cuando te diga ¿sí?”
Nekomina: “Entendido”
Yujin: “Bien” — mira al gurka — “dinos tu nombre y te perdonamos por el momento” — intenta persuadirlo con una sonrisa
Torranki: “T-Torraki…” — responde con su boca vomitad sangre
Yujin: “Excelente. ¿Tienes idea de en donde te encuentras?”
Torranki: “N-No…no lo…se”
Yujin: “¿Sabes qué día y hora es?”
Torranki: “No, no lo sé”
Nekomina: “¿Qué haces?”
Yujin: “Cuando se hacen interrogatorios de este estilo no hay que ser tan directos porque tienden a no responder con mayor insistencia. Por esa razón intento hacer que se adapte y ahí es cuando interrogaremos” — le explica al oído
Nekomina: “Entonces ¿para que estos artefactos?”
Yujin: “No quiere decir que no los usaremos. Al final este bastardo infeliz quiso hacerle daño a Ichika. No lo dejare vivo. Juro que lo matare” — dice con muchos ánimos de causarle tanto dolor como fuera humanamente posible
Nekomina: “Yujin” — se preocupa por el monje
Neko cae en la cuenta de que Yujin también ha pasado por tantas cosas que quizás esté cayendo en la oscuridad ante la continua escala de violencia entre ambos grupos. Desde las pequeñas tensiones entre ambas organizaciones como la quita de portales hasta el intento de asesinato de una chica inocente y los espionajes.
Esto es algo que Neko ha querido evitar por la seguridad de su gente y los civiles inocentes, pero sin tener en cuenta que el otro bando se encuentra moviéndose entre las sombras y lentamente ocasionando daños de forma indirecta. Al final es una confrontación inevitable y que, aunque nadie lo deseara, el resultado sería el mismo:
Yujin: “No te preocupes por mí. Sigamos”
Nekomina: “D-De acuerdo”
Yujin: “Entonces ¿en que estábamos? Ah, sí, sí, me tienes que responder cada una de las preguntas o ¿Quién sabe? ¿alguna vez has visto los nervios de tu pierna al aire libre? Reconozco que es algo difícil de ver para alguien que lo está sufriendo” — acerca una tijera y pinza a su pierna mientras que Neko corta el pantalón del gurka para iniciar con la tortura inhumana — “es como si el simple y delicado soplido del viento te impactara como si fueran cuchillas o alfileres. En verdad es algo atroz de imaginar, pero a los que he visto, no duraron mucho tiempo despiertos y hemos tenido que suturar rápidamente para evitar que mueran”
Torranki: “¡E-Espera un segundo! ¡n-no lo hagas por favor!” — se mueve bruscamente para zafarse
Nekomina: “Será peor si te resistes. ¿Por qué no nos dices donde están tus aliados dentro del país y donde se ubica la sede principal de los Cuchillas?”
Torranki: “¡¿No lo entienden?! ¡ella me matará, aunque no se los diga! ¡está loca!”
Yujin: “Algo me dice que ese alguien no es Indira. Si de algo se es que ella no es alguien que simplemente mate por matar o dedique su tiempo para algo de esta índole. Podrá ser una criminal y líder de los infames Cuchillas, pero no atacaría a civiles inocentes salvo por una persona”
Nekomina: “Habías sospechado que Ildra es la culpable de todo, aunque desde el comienzo lo sabíamos, pero ¿Por qué se mueve detrás de Indira?”
Yujin: “Tengo mis propias dudas y por eso tenemos que investigar más”
Torranki: “No, no puede ser, ellos ya descubrieron de quien se trata y sin haberles revelado casi nada. Pero jamás diré donde” — piensa tembloroso
Yujin: “Sigamos” — agita las herramientas
Torranki: “Yo…debo resistir…” — mira con mucho temor como Yujin calcula la densidad muscular para atravesar con el cuchillo la carne y hacerse paso hasta los nervios — “yo debo…”
Yujin: “Aquí vamos. Se que dolerá, pero priorizare que no mueras de un ataque cardiaco. Creo que lo puedo intentar, hace años no hago esto” — atraviesa con el cuchillo la pierna de Torranki y separa el corte con la pinza
Torranki: “¡Aaaaghhh! ¡aaaaaaagggghhhhhhhh!”
El grito solitario del nepalés resuena en todo el sótano, solo la japonesa y el coreano escuchan sus lamentos de dolor y suplica mientras escupe todo lo que sabe de la misión que le fue conferida, quien ordenó tal cosa, la sede de la organización y muchas cosas más como las diferencias entre la lidera Indira y su propia mano derecha, Ildra, a quien la mayoría sigue por temor, pero al final le son muy leales.
Después de 2 horas, torturando a Torranki, Yujin limpia los objetos que utilizó mientras Nekomina toma el pulso de la mano cubierta de sangre del gurka. Mira a Yujin y niega con su cabeza, señalando el deceso del espía:
Yujin: “Supongo que es el pecado que cargamos quienes hacemos o hacíamos estas cosas. ¿Y bien? ¿Qué haremos?”
Nekomina: “No hay duda. Lo primero es capturar al empresario culpable de que permita la entrada de los nepaleses y luego…” — se detiene y piensa en aquellos estudiantes que ha visto disfrutar de su juventud
Yujin: “¿Y luego?”
Nekomina: “Esperaremos a que Ichika se recupere y daremos inicio a la operación para erradicar a los Cuchillas Rojas y toda la organización gurka”
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