LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 01
Esta historia es sobre el inicio de una cuenta regresiva, la cual marca el despertar de la blanca locura de la destrucción, quien hundirá a todos los mundos y realidades en la completa nada, alimentándose de toda existencia hasta consumirla sin dejar rastro… Sin embargo, esa bestia asecha en otro mundo, uno muy distante separado por muchas barreras, solo esperando el momento para su despertar y ser confrontada en la lucha más grande por la supervivencia.
Pero ahora tenemos a alguien diferente, en un pasado extremadamente lejos de ese peligro, donde veremos los errores que cometerá un muchacho y por los cuales todos serán condenados…
Alguien se mueve como si sufriera en su cama, da algunos alaridos de ahogo mientras se raspa con las uñas la garganta, ya tiene heridas rojas por ello y cuando llega al máximo de su desesperación, despierta de golpe medio levantándose y jadeando con dificultad al respirar.
Él ha tenido esa pesadilla otra vez, cuando despierta lo hace con un sabor amargo en la boca y su cuerpo tiembla demasiado como para creer que solo fue un sueño. Tiene las mejillas mojadas por sus lágrimas, la saliva cayéndole de la boca hasta mojar su almohada, los espasmos en sus manos le preocupan y tocándose el pecho siente sus latidos acelerados. En su corazón carga ese sentimiento de desamparo, uno que le hela hasta el tuétano y escondiéndose bajo las sabanas de su cama se siente desamparado.
El chico que tienen ante ustedes, se llama Jeremy Rivaroc Saavedra y tiene 17 años y está a unos meses de cumplir los 18. Su familia se compone de un padre, una madre y dos hermanos mellizos dos años menores que él. Su posición social es lo que considerarían acomodada, aunque no disfruta nada de ello pues tiene lo que digamos… Una situación familiar complicada.
Jeremy es un chico de estatura promedia, su cabellera es negra algo larga hasta sus hombros, sus ojos son oscuros con algunas ojeras por desvelarse viendo series, el físico lo tiene algo atlético por los trabajos de medio tiempo que toma y su piel es trigueña como cualquier latino.
Sus mañanas consisten en una diaria rutina, toma una buena ducha, se alista para el colegio y sale sin hacer ruido de su habitación hacia la cocina. Él desayuna solo en la cocina pues nadie en su familia quiere tenerle en la mesa, pero ya se acostumbró a ello. En el comedor puede escuchar a sus familiares hablar amenamente, sus padres felicitan a su hermano Gregory por sus altas notas académicas, también le dicen a su hermana Maritza, que se está poniendo tan hermosa como su madre… Algunas veces, solo algunas veces… Jeremy de verdad quisiera recibir halagos como esos, pero sabe que es imposible.
Sin hacer ruido alguno sale por la puerta trasera, llevando solo su mochila, junto con la flauta que tanto le gusta tocar y por la cual trabajó duramente en verano para comprársela. Solo cuando sale de casa, puede sentir que se quita un gran peso de encima, no saben cuánto ama estar fuera de su hogar, pero lamentablemente es el único sitio al que puede regresar, mejor dicho, al que está obligado a volver.
El colegio donde estudia es uno de prestigio, sus hermanos son considerados estudiantes de alto nivel y él solo intenta estudiar por notas aceptables. Jeremy viste un uniforme de pantalón oscuro, camisa blanca, corbata negra y terno carmesí oscuro, carga una mochila donde lleva sus útiles.. Al llegar a su colegio se encuentra con sus amigos, no son chicos excepcionales o sobresalientes, pero son los únicos que se quedaron a su lado a pesar de las amenazas, de verdad aprecia la amistad de Ernesto y Fabián. Gracias a ellos, Jeremy conoció el mundo del entretenimiento animado, juegos de vídeo y demás cosas superfluas que en casa no se le permiten disfrutar
Ernesto es un tanto obeso y bajito, su familia tiene un restaurante famoso en la zona residencial y sus padres se esforzaron por inscribirlo a este colegio. Él disfruta mucho de las caricaturas y el anime, le pegó ambos pasatiempos casi al conocerlo y a Jeremy le agrada la forma tan enérgica con la que habla de sus gustos.
Fabián por su parte es delgado y alto, su padre ganó la lotería hace varios años, centrándose en darles la mejor educación a sus hijos y ahora gracias a buenas inversiones maneja unos negocios de mecánica muy exitosos. A él le encantan los vídeos juegos, su padre le compró varias consolas de última generación por las buenas notas que obtiene en los exámenes. Él tiene los juegos actuales a su disposición, así que junto con Ernesto se han desvelado jugando y viendo animes en casa de alguno de ellos. Para fortuna de Jeremy, felizmente me permiten salir para esas cosas, con la condición de no levantar sospechas sobre su situación.
Si se preguntan por qué Jeremy sufre de estos abusos familiares, todo se originó por la mentalidad de su madre. Verán, ella de joven salía con un muchacho humilde y trabajador, se enamoró de él perdidamente y tuvieron una bonita relación, sin embargo, ella quería salir de esa vida de pobreza, dentro de si pensaba que merecía algo mejor que una vida modesta y sin lujos. Así que cuando un maduro hombre pudiente apareció en su vida, usó todo su arsenal de seducción y hermosa apariencia para hacerse con este, dejó al instante a ese muchacho que tanto la amaba, para llevar la vida de opulencia que siempre soñó. Lamentablemente su previa relación había dejado un fruto de ese amor, ella estaba embarazada del humilde joven y usó a ese niño en su vientre para atrapar a su hombre ideal.
Al ser el primogénito de un buen apellido, fue presentado ante la familia de su padre y ante la alta sociedad, todo había salido de acuerdo a los planes de su madre. Dos años después nacerían los hermanos de Jeremy, un par de mellizos cuya llegada abrumó de felicidad a esa familia, sin embargo, a la edad de 4 años Jeremy sufrió una enfermedad congénita, cuya única cura era el trasplante de un familiar compatible y su padre al verlo enfermo pagó los mejores hospitales. Ahí descubriría la verdad, Jeremy no tenía ninguna compatibilidad con él y análisis más profundos demostraron la diferencia genética entre ambos. El padre de Jeremy estaba obviamente furioso, increpó a su esposa por este hecho y varios golpes la hicieron hablar.
La madre del niño buscó al verdadero padre de Jeremy, quien era ahora un adulto responsable, soltero y buen trabajador, que logró hacerse un reconocido cocinero. Le dijo la verdad sobre Jeremy, este sorprendido la aceptó y fue el donante que ese niño necesitaba. Si piensan que el hombre que lo crio pagó la curación por alguna clase de amor latente, se equivocan rotundamente, lo hizo por orgullo y para no quedar como el hazme reír de la sociedad, pues presentó orgullosamente al niño en todos sus círculos sociales. Incluso intentó pagar por el silencio del padre biológico de Jeremy, diciéndole que se vaya de la ciudad, deje su trabajo y se pierda donde nadie lo conozca, sin embargo, este honrado hombre negó una fuerte suma de dinero y su silencio seria pagado por tres simples condiciones. La primera, que Jeremy supiera la verdad cuando sea prudente; la segunda, que estudiara en el sitio donde trabajaba como cocinero; la tercera, que él actuaría como su padre cuando estén solos.
Desde ese entonces comenzaron los maltratos contra el niño, incluso les hicieron pruebas de ADN a sus hermanos por la desconfianza que había con su madre, resultando ser hijos verdaderos y familia legitima del hombre que lo crio. Desde jóvenes enseñaron a los mellizos a odiar a su hermano mayor e incluso la madre de Jeremy lo veía como algo que no debió nacer. Este pobre niño sabría la verdad tras los abusos, a la corta edad de 13 años, durante una de las típicas borracheras de su madre, donde esta le lanzó un vaso de coñac maldiciendo su origen y culpándolo del desprecio de su esposo.
Jeremy buscó a su padre, así por primera vez en mucho tiempo sintió el amor paterno que le fue negado y se le fueron explicadas de mejor forma las cosas. Jeremy aceptaría vivir en esas condiciones, hasta ser mayor de edad y que pudiera marcharse sin causar problemas a su apellido.
Volviendo a la vida diaria de Jeremy, después de clases a la hora del recreo, va a la cafetería por algo para comer. Ahí se encuentra con el hombre que admira, siempre con una sonrisa en el rostro, tratando amablemente a todos y trabajando duramente. Su nombre es Jorge Acosta, está encargado de cocinar, preparar y servir los almuerzos en el colegio de Jeremy… Como suponen es el padre biológico, hecho que tienen que ocultar del mundo y por ello actúan como simples conocidos ante todos.
—Hola muchachón, hoy toco justo tu plato favorito. —Jorge saca un plato separado del resto y se trata de un lomo saltado bien servido.
—Joder se ve delicioso, muchas gracias. —Jeremy le agradece con una gran sonrisa mientras mira hambriento el alimento.
—Para Ernesto, pollo hervido con ensalada. Tus padres me pidieron darte una buena dieta —al entregarle su plato, él muchacho parece decaído y mira los dulces en la otra repisa—. Nada de dulces en frente mío… Bueno, solo una paleta de las que te gustan —al darle la paleta los ojos de Ernesto están brillando de alegría—. Y para Fabián, una rica sopa bien espesa, necesitas algo de carne en esos huesos, jovencito. —Fabián acepta su plato sin rechistar, ha intentado por mucho tiempo ganar masa muscular o siquiera engordar, pero su metabolismo no se lo permite.
Tomando los almuerzos se van de la cafetería, su destino es un sitio algo olvidado tras la cancha de futbol del colegio y donde pueden comer tranquilos sin que nadie los fastidie… O al menos pensaban que este sería un día común, lamentablemente había miradas desagradables sobre ellos.
—Ayer me vi la serie que me recomendaste, me mató de risa la escena del baño, con los dos tipos en pose rara y su amigo intentando escapar de ellos. —Decía Jeremy riendo al recordar la escena.
—A mí también me partió de risa, mala idea tomar yogurt mientras lo miraba. Y eso no es lo mejor, veras que en el manga… —Agregaba emocionado Ernesto.
—Pará loco, no nos des spoilers que nosotros solo vemos el anime… Joder tío, contigo hay que tener cuidado cuando te emocionas. Dejando eso de lado, este sábado quiero que vengan a mi casa —sacando la caja de un vídeo juego—. ¡Taran! Me acaba de llegar el juego que esperábamos, podemos jugarlo en el mismo equipo con las tres consolas. —Ahora Fabián era el emocionado, repentinamente escucharon el ruido de pisadas acercándose.
Por la vuelta de la esquina llegaron cinco estudiantes, venían conversando ruidosamente y por las voces pudieron reconocerlos. Cuando vieron al grupo de Jeremy y sus amigos, estos bulliciosos estudiantes se detuvieron en la entrada mirándolos con ojos despectivos y por sus rostros era notorio que no tramaban nada bueno.
—¿Gregory, Tu hermano sigue juntándose con estos frikis? —Dijo una muchacha de larga cabellera pelirroja, parecía de unos 15 años, tenía la piel blanca, ojos verdes, un físico juvenil pero muy curvilíneo y un rostro hermoso de mirada seductora. Su uniforme estaba modificado con la falda más corta, la bruza algo abierta y las mangas retraídas dándole una apariencia rebelde.
—Ya lo conoces, Lucy, a Jeremy siempre le gusta hacer cosas vergonzosas y por eso mi padre lo desprecia. Oye inútil, vete de aquí que queremos divertirnos un rato. —Este era el hermano menor de Jeremy, tenía el cabello castaño claro en un elegante corte ondeado, piel blanca, su estatura era alta con un cuerpo atlético, a pesar de ser menor tenia cierto aire maduro para su edad y por donde lo mirasen seria atractivo para cualquier fémina.
—De verdad es una pérdida de tiempo tratar con perdedores como ustedes, shu shu, es lamentable ver a hombres obsesionados con monas chinas y juegos… Qué asco da cuando la plebe se hace con dinero por pura suerte, se creen iguales a uno y hasta quieren ser tratados dela misma forma… Cesar, dales una lección para que recapaciten. —Quien hablaba era la hermana menor de Jeremy, tenía rasgos similares a su mellizo, junto con una esbelta figura, su castaña cabellera le caía hasta media espalda y miraba con repudió a los amigos de Jeremy.
—Apúrense en irse idiotas, he invitado a unas niñas con las cuales quiero divertirme. Denis, por favor, fíjate que no haya moros en la costa, no quiero profesores que vengan a jodernos el plan. —Dijo un joven fornido de piel morena, este era Cesar y fácilmente llegaba a los 2 metros, tenía el cabello rizado y corto e iba bien vestido con ropa de marca, junto con un llamativo reloj de oro.
—Los profes están en reunión y no causaran problemas —viendo al grupo de Jeremy—. Les aconsejo irse ahora, podrán almorzar tranquilos en cualquier otra parte. —El quinto chico era Denis, muy pálido para una persona normal, tenía un cuerpo delgado pareciendo estar desnutrido, el flequillo de su negra cabellera tapaba su ojo derecho, él sostenía una bolsa con gaseosas y lo que parecía ser una botella de licor.
—Je-Jeremy, él tiene razón, será mejor irnos a otro sitio. —Le dijo Ernesto con la mirada baja, pues se sentía mal por esos comentarios.
—Está bien, yo tampoco quiero problemas. Vayámonos Fabián, podemos terminar de comer en otra parte. —Jeremy lo aceptó rápidamente, su amigo Fabián tomó el juego que les mostró y se lo llevaba bajo el brazo, pero al pasar cerca de Maritza, esta se lo quitó.
—Veamos que porquería están viendo —leyendo el empaque—. ¿Un juego? Esperaba algo más denigrante como porno animado. —Maritza escapó de Fabián escondiéndose tras Cesar, quien imponentemente le impidió el paso al delgado muchacho.
—De-Devuélvemelo, espere mucho tiempo para que llegara. —Fabián seguía insistiendo para que se lo entregaran, pero Cesar le dio un fuerte golpe en la boca del estómago y por ello Jeremy salió a socorrer a su amigo.
—Quien te dijo que te acercaras, escoria. Vuelve a respirar cerca de mí y no solo voy a darte un golpe. —Decía despectivamente Cesar al ver adolorido a Fabián, le enojó la mirada retadora de Jeremy que ayudaba a levantarse a su amigo.
—Suficiente, voy a llamar a un profesor. —Ernesto intentó salir del lugar, sin embargo, Gregory lo alcanzó para hacerle tropezar y que cayera al suelo.
—Nada de profesores, imbécil. Vas a quedarte calladito mientas jugamos con ustedes. —Gregory le pidió el vídeo juego a su hermana, lo sacó del empaque y lo soltó al suelo.
—Ni se te ocurra hacerlo, Gregory… —Jeremy le hizo frente a su hermano menor, Maritza le indicó a Cesar para que lastimara a Jeremy, Cesar iba a darle un golpe al pecho, pero Jeremy lo bloqueó con su brazo y esto enfureció a su atacante.
—Vaya hermanito ¿Quién diría que tienes pelotas? Pero no te servirá de nada… —Maritza caminó hacia el disco en el suelo, lo pisó repetidamente hasta romperlo y pateó el estropeado disco hacia su adolorido dueño.
Fabián se puso a lagrimear por perder su juego, Ernesto aún estaba adolorido en el suelo y Jeremy estaba a punto de pelear con Cesar, sin darse cuenta de que su hermano había cogido un palo e iba a golpearlo por la espalda. Repentinamente se escuchó una voz femenina gritando ¡Alto!, en la entrada estaba una muchacha bajita de pelo corto café oscuro, piel trigueña y ojos color miel.
—¿Qué está pasando aquí? —Esta chica tenía un cordón dorado en el brazo.
—Hola *brigadier Yesenia, no pasa nada, solo una pequeña broma con mi hermano y sus amigos —viendo la escena—. Solo estamos jugando un rato. —Le decía Gregory fingiendo una voz apacible y escondió el palo que sujetaba en su espalda.
* Brigadier: Alumno encargado de controlar la conducta y disciplina de sus compañeros, se encarga de tratarlos de forma interna y cercana.
—No me vengas con mentiras, Rivaroc. Sé muy bien que tú y tus amigos andan hostigando a la gente como siempre. Si no fuera por esas facilonas que atrapé maquillándose en el baño, no hubiera llegado aquí y es obvio que está pasando. —Yesenia se acercó a ayudar a levarse a Ernesto, le dijo que fuera con el auxiliar de educación y que llevara a Fabián con él, así el muchacho lo hizo despidiéndose de Jeremy, sabían que en sus condiciones era mejor avisar a los adultos.
—Y yo que pensaba divertirme un rato, todo para que llegue esta aguafiestas desabrida y quiera arruinar nuestra fiesta con su moral. Consíguete un hombre y deja de joder, haz algo con tu vida en vez de ser una entrometida. —Lucy le hablaba groseramente y esto molestó a Yesenia.
—Yo me encargaré de ser ese hombre, me arruinaste la diversión y ahora la tendré contigo… —Cesar iba a sujetar a Yesenia, pero Jeremy le dio un empujón para alejarlo y descuidadamente les dio la espalda a los otros cuatro.
—¿Qué te pasa imbécil? No me importa hijo de quien seas, no vas a tocarla con tus sucias ma… —Jeremy recibió un golpe en la nuca, este fue dado por su hermano con ese palo que escondió.
—Denis, esconde las botellas para que llevárnoslas en la salida. Ese par va a tardar encontrando al auxiliar, por mientras le daremos una lección a estos dos. —Mencionó Gregory soltando el palo.
—Sujétalo fuerte, Cesar. Quiero golpear un rato a mi hermanito y escuchar sus gritos. —Dijo Maritza y su amigo le obedeció, sujetó a Jeremy de los brazos y su hermana comenzó a darle golpes al estómago, por otra parte, Gregory le cerró el paso a Yesenia.
—¿A dónde con tanta prisa, brigadier? Vas a quedarte a ver lo que sucede cuando te metes con nosotros. —Le dijo Gregory jalándola del brazo y lanzándosela a Lucy para que la sostenga.
Aunque Maritza es menor que su hermano, eso no significaba que sea débil físicamente, ella entrena día a día en el gimnasio para mantener su figura, además de que tomó clases de boxeo por ciertos problemas en su pasado. Y ahí estaba Jeremy, siendo sujetado por ese gorila mientras su hermana menor lo golpeaba, su otro hermano estaba acosando al brigadier que ayudó a irse a sus amigos… En esos momentos nunca se esperaba que algo como esto pasara, ya saben, de esos sucesos increíbles.
Repentinamente una especie de círculo con varios símbolos se formó bajo los pies de todos, el color de esas marcas era blanco con tonos dorados para los demás… Pero el de Jeremy tenía un color morado oscuro, una fuerte luz los cegó por uno segundos y sintieron un caliente ardor bañar sus cuerpos.
Los ojos de Jeremy apenas podían ver lo que tenían delante, borrosamente se dio cuenta de que ya no estaba atrás de la cancha del colegio, ahora se encontraba en medio de un gran salón y estaba rodeado de varios viejos de túnica rezando en un idioma extraño. En lo alto estaba una mujer vistiendo un elegante traje rojo fuego, llevaba una fina corona, de esas que miras en películas medievales, a su lado se encontraba quien sería un Rey, vestía un ominoso manto azul y una corona resplandeciente».
Todos ahí los miraban con asombro, esos extraños comenzaron a murmurar en un idioma extraño y se les podía ver preocupados por algo. Parecían estar contándonos mientras estaban desconcertados, obviamente todos los chicos que llegaron estaban asustados.
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