LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 06
Las tres chicas cautivas estaban aterradas, vieron como esa masa morada hecha de carne palpitaba violentamente hasta deformarse desde adentro y luego miraron perturbadas una extraña mano con garras salir hacia el exterior.
Jeremy sentía su cuerpo extrañamente liviano, nunca había experimentado una sensación de estar tan vivo, es como si no fuera él mismo y lentamente su mareo desaparece. Miró sus manos y notó que tenían un color plomo oscuro, comenzó a recorrer el sitio tropezándose algunas veces.
—¿Por qué mis piernas estaban tan torpes? —Se pregunta mientras usa un barril como apoyo para levantarse.
Mira a su costado encontrando a las dos aventureras amarradas a la pared, intentan gritar desesperadas como si hubieran visto algo horrible y lloran casi lamentándose o eso puede entender. Felizmente sus mordazas le ahorran la molestia de escucharlas, va hacia la aldeana que tenía a sus crías, ella también estaba llorando cuando se le acercó y puede ver la desesperanza en su mirada. Su sombra se posaba delante de la aldeana, que solo lloraba entre quejidos y temblaba por el terror que abarrotaba su mente.
Está chica a la cual se acercó, era bajita con el cuerpo desnutrido y maltratado por el tiempo que está encerrada, su cabellera es corta color café claro, sus ojos son marrones, su piel trigueña y viste esas telas de costal todas sucias. Su rostro mostraba una expresión lamentable, con lágrimas, mocos cayéndole por la cara y titubeando intentaba formular palabras.
—Po-Por favor… No me lastimes, ya-ya he sufrido mucho. Te-Te lo suplico… —Ella se inclinó completamente al suelo, tenía a las crías de Jeremy como ofreciéndoselas y el muchacho las tomó en brazos para acurrucarlas.
—¿De que estas hablando? Nunca tuve esa intención. Sé que me vieron hacer algo grotesco, pero no creo que sea para tanto —mirando a las aventureras llorando y gimiendo con miedo—. Me miran como si sus vidas hubieran acabado ¿Qué chingados les pasa? —Les dijo preocupado por sus reacciones, la aldeana solo le señaló a una esquina y ahí estaba un escudo de metal brillante.
«Cuando me acerqué al escudo y vi lo que reflejaba, me caí de la impresión, gateando me le acerqué para tomarlo en manos y comprobar que ese reflejo era real. Me mostraba con toda la piel oscura de tonalidades plomas, tatuajes dorados que recorrían todo mi cuerpo, solo mi rostro tenía dos irregulares líneas delgas que bajaban a la mitad de mis ojos, mi cabello ahora era un tanto carmesí, mi tamaño aumentó unos 10 centímetros. ¡Y había dos cuernos negros saliendo de mi cabeza! Mis iris eran doradas, con las pupilas similares a las de un reptil y la esclerótica de un rojo oscuro. Mi apariencia me recordó a la que tenía la Reina en su verdadera forma, especialmente estos colmillos filosos y estas garras que voy a tener que cortarme», Jeremy se tocaba detenidamente sintiendo su rostro, brazos, cuernos y pecho.
—¡No mames! ¿Qué mierda me pasó? —viéndose desnudo cubrió sus genitales con prisa—. ¿Dónde carajo esta mi ropa? —El grito que dio alteró a las chicas y despertó a sus crías.
Entonces notó que tenía filamentos en su espalda que lo unían a un capullo negro, ese era el sitio de donde se levantó y al verlo esa carnosidad comenzó a temblar. Inmediatamente el capullo tembló con más violencia hasta volverse una maza negra, se arrastró subiendo por el cuerpo de Jeremy y esa masa comenzó a transformarse en una armadura diferente a la anterior.
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>> Túnica adaptable, evoluciono a…
>>Armadura Adaptable (Vestidura del demonio prototipo)
Durabilidad: 100/100
>>Habilidades únicas: Vestidura demoníaca.
*Presencia intimidante: Los enemigos más débiles sufren parálisis al estar ante ti, el resto disminuye sus estadísticas.
*Visión demoníaca: Ahora eres consciente del karma en los corazones, sentimientos oscuros y pecados de los seres vivos a tu alrededor.
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La vestimenta se pegó a su cuerpo volviéndose una armadura ligera hecha de piel, cuero curtido con un adorno de pelaje en el cuello, protecciones hechas de hueso y sus garras se replegaron permitiendo que sean cubiertas por guantes. Al finalizar el proceso, Jeremy se quedó revisando sus estadísticas actuales en la pantalla de perfil y los resultados fueron absurdamente elevados.
«¿Cuándo se cumplió la condición para volverme demonio?», se preguntaba pensando en sus acciones y luego recordó el asunto con las chicas asustadas.
—Ahora entiendo por qué están aterradas —viendo a las aventureras aterradas—. Ustedes no me contestaran por el shock —sentándose frente a la aldeana—. Te lo repito otra vez, no voy a lastimarte. Ven a sentarte conmigo y responde mis preguntas, espero que las otras se calmen al vernos conversar. Uhm… comencemos por los nombres, yo soy Je… —Él se detuvo unos segundos a pensar.
«Este mundo es un lugar nuevo, no estoy atado a las cadenas que mi familia me sometió ¿Por qué tendría que usar el nombre que me dieron? Una vez hablé con mi verdadero padre sobre eso, le pregunté el nombre que él me hubiera dado y me respondió que pensó uno en particular. Estaba inspirado por un arma que era su favorita en un juego de PSX, tal vez lo decía de broma, pero para mí fue importante saberlo y desde este momento voy a usarlo», Jeremy recordó como su padre le decía ese nombre entre risas mientras le acariciaba la cabeza.
—Disculpa por eso, mi nombre es Axel Lorudus. —Se presentó lo más amablemente que pudo, ella le miró con sospecha cuando tomó a sus crías en brazos.
Sin que se diera cuenta algo sucedió con su cuerpo, en su brazo se formaron tres pezones por los cuales sus pequeños comenzaron a amamantar y tal escena dejo a la aldeana muda unos segundos sintiéndose perturbada por ello.
«Gracias instinto materno, ahora quedé como un bicho raro… Bueno, más de lo que era antes», pensaba Jeremy sosteniendo a sus crías.
—Me-Me llamo Dina, vivía en la villa Tortuga cuando esos bandidos nos atacaron. Ellos me secuestraron junto a las otras dos chicas que… que… vi-violaban. —Ella tenía lágrimas al decir esto, dijo lo último entre susurros que sonaban lastimeros.
—Puedo imaginar que sufriste mucho, bueno, ahora que nos conocemos un poco ¿Hay algo que quieras saber de mí? —Dijo para que entraran en confianza, pues le estaba estresando su tartamudeo.
—¿Qué eres y de dónde vienes? Sé que antes eras un humano y de la nada te convertiste en un demonio… Pero no actúas como tal, es muy raro todo esto. —Le preguntó muy interesada, parece que Dina es de las que se toma hasta el brazo si le das la mano.
—Voy a ser sincero contigo, eres la primera persona normal con la que hablo tanto. A mí me invocaron de otro mundo, un lugar muy diferente a este y tras descubrir algo en mí quisieron matarme. Digamos que recibí ayuda y logré escapar del castillo del Rey Cassius. Tiempo después me escondí en los alrededores, donde esas dos y sus compañeros me encontraron, fuimos emboscados por los mismos bandidos que te secuestraron y ya sabes que estuve sirviéndoles como esclavo. Antes de tomar esta forma adquirí otras habilidades, maté a todos los bandidos y solo dejé vivo a uno para sacarle información. Yo sabía que, si cumplía una condición mi cuerpo cambiaría, pero no tengo idea de que condición fue. —Le contó todo por lo que pasó, ella parecía desconcertada, pero Axel se alegró de que dejara de mirarle con miedo y ese fue un gran paso.
—Si vienes de otro mundo ¿Eres como los héroes legendarios? El mito dice que los héroes llegaran para salvarnos de la oscuridad, ascendiendo a las razas más importantes, pero nunca oí que un demonio llegara de esa forma. Señor Lorudus, si es un demonio… ¿Entonces puede pactar conmigo? Se lo suplico, cumpla mi deseo y mi alma será suya para toda la eternidad. —Ella se arrodilló, bajó la cabeza sin duda alguna en lo que hacía.
—Llámame solo Axel, por favor —viéndola postrarse con su frente tocando el suelo—. Detente, loca, a penas llevo unos minutos como demonio ¿Cómo rayos se supone que…? —Sonó una campana y una ventana emergente se puso delante de Dina.
>>>Aldeana, Dina Nivel 10, quiere hacer un pacto, * Si * No
«Primero explícame que significa eso», pensó notando la ventada de dialogo ampliarse.
>>>Pacto demoníaco: Los demonios pueden pactar con otros seres a cambio de sus almas, conceder cualquier cosa que este dentro de sus posibilidades y una vez formado te adueñas de sus almas en un vínculo eterno. El pactante se volverá un demonio menor a tu servicio, será incapaz de negarse a cualquier orden y nunca atentará contra la vida del demonio.
—Bueno, ahora ya sé a qué te refieres. Ciertamente necesitaré a alguien de confianza y este pacto es más profundo que de los aros de esclavitud ¿Y cuál es tu petición? —Preguntó Axel para saber si era algo que pudiera cumplir.
—Quiero venganza de los bandidos que quemaron mi aldea, quiero verlos muertos a todos y ser yo misma quien mate a su líder. —Dijo Dina con total frialdad, era increíble la cantidad de odio que emanaba de esa chica y Axel podía ver gracias a [Visión demoníaca].
—¡Alto! ¡No lo hagas! —gritó la peleadora novata, logró quitarse la mordaza—. ¿Sabes siquiera a que te condenaras? Ni muerta escaparas de sus garras. Dina, sé que pasaste algo doloroso, pero si dejas todo a la asociación de aventureros, ellos harán justi… —Le gritó desesperadamente la peleadora novata.
—Dime algo, Lulú ¿Dónde estaban cuando masacraron mi aldea? ¿Dónde estuvieron cuando violaron y mataron a mi hermana frente a mis padres? ¿Dónde están ahora mismo? Hablas con tanta fe en ellos, pero apuesto a que solo buscan ganar dinero con misiones más importantes y no hables como si me conocieras. Has escuchado la historia del Señor Lorudus, él no pertenece a este mundo, sin embargo, mató a los bandidos cuando pudo abandonarnos. Todos estos días le recé a Regis por ayuda, cada segundo que escuchaba los gritos de mis amigas le rogaba por ellas ¿Y de que sirvió? Ahora tengo algo real en lo que creer y es el Señor Lorudus, él si puede cumplir mi deseo y no tener falsas esperanzas. No me importa que destino venga a su lado, si cumple mi deseo seré suya y nunca lo traicionaré. —Escuchar palabras tan duras de una chica tan joven, dejó el corazón de Axel temblando por lo decidida que se escuchaba, ciertamente tenía razón en muchas cosas y así fue que él le dio a «* Si».
Unos pentagramas oscuros se formaron debajo de ambos, en sitio entero tomó un ambiente turbio y comenzaron a aparecer letras que le indicaron a Axel leerlas en voz alta.
—Yo… diga su… digo, ejem… Yo, Axel Lorudus, el demonio que trascendió a este mundo, juro ante el Dios Oscuro Ishtar cumplir tu deseo, no importa las espadas que estén en mi camino, ni que Regis se oponga a mí, hundiré al mundo en oscuridad de ser necesario y lo haré solo para que nuestro acuerdo esté completo. —Un tatuaje negro se formó en su palma, extendió esa mano hacia Dina y le indicó que besara ese sello. Fue así que la marca comenzó a moverse de su cuerpo al de la aldeana, llegó a su pecho donde se quedó con el centro vacío y luego se coloreo un poco del fondo.
* Misión de la pactante Dina: Ejecuta a los bandidos que arruinaron su vida, él jefe debe morir por su mano para completar la misión.
Bandidos asesinados: 8/32
—¿Eso es todo? —Preguntó la aldeana desconcertada.
—Supongo que sí, es la primera que hago esto ¿Te sientes diferente? —Le dijo Axel rodeándola mientras la miraba minuciosamente.
—Dependiendo del deseo del humano, la conversión en demonio puede variar en manifestarse. —Dijo la maga novata viéndolos con interés, ella también soltó su mordaza.
Axel se quedó un tiempo pensativo sobre lo que acababa de hacer, cuando sus crías terminaron de comer las puso en la bolsa y se las encargó a Dina para que las cuidara mientras hablaba con esas dos aventureras.
El nombre de la luchadora novata es Lulú Bernet, su nivel actual es 15, con una edad de 19 años, en apariencia mide cerca de 160 cm, tiene un cuerpo atlético por el entrenamiento físico al cual se sometió, su cabellera es corta con puntas algo alborotadas, piel morena por su etnia y tiene unos profundos ojos negros.
La maga novata se llama Mirtha Cossiros, está en nivel 16 y rondaban una edad de 20 años. Su peinado son dos coletas gruesas que le llegan hasta la cintura, su físico es un tanto esbelto con algo de musculatura, de piel blanca por el tiempo que pasa estudiando magia y de un rostro fino que la vuelve muy atractiva.
—Lo siento, pero no puedo liberarlas. El reino quiere matarme y será mi fin si ustedes hablan de mi. —Les dijo sentado frente a ellas.
—Entonces mátanos, no somos tan idiotas como para pactar contigo… Nunca voy a obedecer a una criatura sucia como tú, no importas de donde vengas, eres un demonio portador de maldad. —Lulú tenía una actitud muy osada y altanera, él podía notar su odio emanar.
—¿Qué tal si te prometemos no decir nada? No nos importa tu vida ni la de la aldeana… —Le dijo la maga intentando parecer calmada.
—¿Promesas? Uhm ni siquiera las conozco, pero tengo un método mejor para tratar con ustedes —Axel les mostró su brazo, ahí tenía puesto cinco aros de esclavitud, pero sus formas eran diferentes a la anterior—. Cuando consumí a esos bandidos adquirí sus habilidades, lo mismo con estos aros que mutaron a unos diferentes ¿Quieren que se los diga? —Axel intenta parecer intimidante para que entiendan su posición.
>> Aro de esclavitud demoníaca: Pone a la víctima bajo efecto de esclavo demoníaco, no pueden ir en contra de las órdenes del dueño, la taza de experiencia repartida es nivelada por el propietario, aumenta la resistencia contra elemento oscuridad y efectos de control mental.
—No, no puede ser… Esos objetos son considerados maldiciones de alto nivel ¿Co-Como es que aros de esclavitud normales se convirtieron en eso? —La maga estaba sorprendida, sus labios temblaban cuando notó que el aro que le pusieron los bandidos, ahora tenían la forma igual a los de Axel.
—¡Maldito! ¿Qué piensas obligarnos a hacer? ¡No importa cuanto lo intentes nunca seremos tuyas! ¡Preferiríamos suicidarnos a servirte! —Lulú forcejeaba con fuerza para liberarse, al mencionar el suicidio Mirtha la miró asustada.
—Tú serias capaz de hacerlo, pero dudo que tu amiga te siga, puedo literalmente ver el miedo consumiéndola… Bueno, aquí van mis primeras órdenes —poniendo sus dedos en los aros que les correspondían—. No van a suicidarse, nunca me atacaran a mí o a mis aliados, no revelaran información mía, no me ocultaran ningún secreto, no se alejarán de mi vista a menos que se los ordene y no podrán matarse entre ustedes… Casi olvido lo último, buscarán cualquier forma para sobrevivir cuando estén en peligro, así vaya en contra de su moral, harán lo necesario para estar vivas. —Tras estas palabras los aros brillaron con tonos negros, unos pequeños rayos purpuras salieron causándoles un poco de dolor.
—¿Nos acabas de ordenar no morir? ¿Qué rayos te pasa? —Preguntó Mirtha al ver varios símbolos salir de los aros hacia sus pechos.
—Ambas son una valiosa fuente de información, si quiero sobrevivir en este mundo voy a necesitarlas. Solo llámenme Axel, nada de honoríficos ni insultos, será un placer trabajar con ustedes. —Les dijo mientras las liberaba, al hacerlo Mirtha cayó arrodillada de cansancio, por su parte Lulú intentó golpearlo con sus puños, pero un calambre la inmovilizó y Axel supuso que fue la orden impuesta por los aros de esclavitud demoníaca.
Una vez libres, las aventureras buscaron agua para asearse, luego rebuscaron entre todas las pertenencias de los bandidos sus ropas y para su suerte encontraron todas sus pertenencias casi intactas. Lulú recuperó sus guantes metálicos que usa para pelar, Mirtha halló su báculo y unos lentes redondos de montura dorada. Ciertamente las cosas no pintaban bien para esas dos aventureras, Axel podía ver los sentimientos negativos que ambas estaban acumulando y esto le dejaba un mal sabor de boca. Lulú le tenía odio y resentimiento por alguna razón, parecía algo más profundo que simple desprecio por los demonios, mientras tanto Mirtha emanaba miedo a la muerte, pero algunas veces interés por lo que estaba sucediendo.
Cuando fue a hablar con Dina, esta le dijo que las chicas de su aldea estaban arruinadas y por más que intentaba limpiarlas ellas solo lloraban al ser tocadas. Axel intentó usar los aros de esclavitud demoníaca con ellas, les dio órdenes como «Paren de llorar» y «Olvida lo que te pasó» pero era inútil y solo las obligaba a que se callaran… Se dio cuenta que no podía hacer nada por ellas, pues las heridas mentales que tenían eran demasiado profundas. Le dijo a Dina que solo se dedique a cuidarlas, ya pensaría más adelante que hacer con esas dos desdichadas… La verdad es que él no tenía ninguna idea, solo lo dijo para calmar a la aldeana.
Al salir de esa cueva escuchó un grito, por la voz se trataba de Mirtha y al ir a ver que sucedía se encontró con una escena interesante. Lulú estaba sosteniendo una lanza, quería perforar el corazón de su amiga, pero una especie de campo invisible le evitaba hacerlo y la peleadora novata estaba sudando por el esfuerzo. Axel fue hacia donde estaba Lulú y le dio un zape en la nuca, le quitó la lanza ordenándole sentarse de rodillas y que pensara en lo que hizo, esta lo miró con tanto odio que sintió un escalofrió en su espalda. Tras este incidente le dijo a Mirtha que ayudara a Dina con la cena, la maga novata le respondió que era un desperdicio de sus habilidades y se mostraba indignada al cocinar.
«Pero que jodida convivencia es esta, dos mujeres en un pésimo estado mental, una que me odia sin conocerme y otra que parece no respetarme a pesar de ser su amo… La única que está bien es Dina, sin embargo, es solo por el pacto así que aún no puedo considerarla alguien de confianza», pensó Axel mirándolas hacer sus labores por el campamento.
Al recordar el asunto con los bandidos, fue a hablar con el truhan que dejó vivo, al principio estaba renuente a decirle sobre sus compañeros y se pasó hasta la cena torturándolo torpemente. Hacer esto alteraba los sentimientos de Axel, sin embargo, le bastaba con recordar la historia de Dina y pensar en la cantidad de gente que mató para seguir adelante. Al ceder por la cantidad de daño que le hizo mordiéndolo, le dijo cosas interesantes y al final lo asesinó para consumirlo como a los otros, sin embargo, algo diferente sucedió esta vez. Axel ya no creaba esos gruesos tentáculos con bocas que salían de su espalda, ahora solo eran dos delgados tentáculos saliendo de su nuca, estos entraban por los orificios del cadáver y le extraían algo metiéndolo al cuerpo del demonio.
Por lo que averiguó, el grupo de estos bandidos se mueve cada dos semanas hacia este campamento, lo hacen tras haber asaltado las aldeas pequeñas y a comerciantes del camino. Faltaban solo unos días para que el grupo completo regrese junto con el líder, siempre lo hacen trayendo el botín de los robos, alimentos y mujeres que venderán o usaran para su entretenimiento. Esto era perfecto, dentro de dos días Axel podría cumplir el pacto con Dina y se sentía curioso por ver qué sucederá con ella.
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