LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 08
Una nueva mañana ha comenzado, Axel se encuentra practicando con su cuerpo, está calculando la velocidad con la cual transforma sus brazos en las extremidades de los monstruos que consumió y se concentra en mejorar sus tiempos de reacción.
—Me lleva dos segundos transformar mis extremidades, tres para volverlas en cabezas de monstruos y ya dejó de dolerme como al inicio. Convertir mi cuerpo completo en alguna de esas bestias me lleva cinco segundos, son tiempos muy malos si sucede algo inesperado. Seguiré practicando para que sea más rápido y natural, podría ser peligroso perder cinco segundos en transformarme. —Axel tenía la forma de puma de las tinieblas, caminó en esa forma mientras regresaba a ser el demonio de antes y entonces fue visto por Mirtha quien recién se levantaba con resaca.
—Yo-Yo… ¡Lo siento! —Le dijo la maga novata antes de escapar corriendo y avergonzada, ni siquiera le dio tiempo de saludarla.
«¿A poco se acuerda algo de lo que paso ayer? Será momento de tomar venganza por emocionarme y dormirse», pensaba Axel poniendo una cara maliciosa.
Después del desayuno, que fueron las últimas reservas de los bandidos, todas estaban a realizando las tareas que Axel les asignó. Dina iba a darle de comer a sus amigas traumatizadas, Lulú hacia guardia en los alrededores del campamento y para Mirtha él tenía algo especial en mente.
—Bueno Mirtha, si te he traído aquí es porque quiero algo de ti —viéndola nerviosa y mirando al suelo—. Mírame a los ojos cuando hablemos. —Le dijo en tono serio y ella así lo hizo.
—Lo-Lo de ayer solo fue por el vino, yo no actuó de esa forma… Si-Si vas a obligarme a hacer algo, te juro que nunca te lo perdonaré. —Le dijo avergonzada al recordarlo.
—Si te obligaré a hacer algo, pagas por emocionar el corazón de un adolescente. —Axel se levantó y caminó hacia ella asustándola.
Durante varios minutos se escucharon leves estruendos, por el ruido Lulú fue a ver que sucedía y se sorprendió con lo que encontró. Axel y Mirtha estaban frente a frente separados a una distancia de 20 metros, ambos usaban [Saeta elemental] y lanzaban sus ataques para contrarrestarse entre sí, en medio de ambos había las marcas de los impactos.
—¿Qué diantres están haciendo? —Preguntó Lulú, detrás de ella también llegó Dina preocupada.
—Yo no entiendo la magia de su mundo, le dije a Mirtha para que explicara su origen mientras practicamos [Saeta elemental] y mejoramos los tiempos de conjuración, potencia y distancia. —Contestó Axel creando una saeta de hielo a su costado, de la misma forma Mirtha creó una y ambos la lanzaron a la vez.
—Llevamos haciendo esto 15 veces, mi mana se está agotando… Solo puedo conjurar 5 más. —Decía Mirtha entre jadeos de cansancio.
—¡Idiota, si lastimas a Mirtha me las pagaras! —Le gritó Lulú enojada, iba a ir hacia ellos, pero fue detenida por Dina.
—No vayas, el Señor Axel no la lastima… Mira sus rostros, parece que ambos lo están disfrutando. —Dina se sentía una inútil, aunque ella pactó con Axel no podía servirle de una mejor forma que doméstica.
—Mirtha, una vez gastes tus 20 saetas, vas a usar [Drenado de mana] en mí, parece que tengo una gran cantidad y la usaremos para restablecer el tuyo. Absorbí el mana de los bandidos que consumí y tengo una regeneración rápida. —Le dijo Axel creando una saeta de fuego y neutralizando la de Mirtha.
«Recién lo había notado, mi mana era altísimo. Parece que mientras más formas de vida consuma, extenderé la cantidad de mana que puedo almacenar», pensaba el muchacho percibiendo el mana que lo rodea.
—Es verdad, los demonios son fuentes de mana andantes, nadie sabe exactamente de donde extraen o como lo generan… Como eres en cierto modo un monstruo, parece que puedo fortalecerme mientras lucho contra ti. —Le contestó animada, parece que la vergüenza de antes quedó en el pasado.
Ambos continuaron de esa forma hasta el mediodía, cada vez que Mirtha se quedaba sin mana absorbía el de Axel e incluso en ese tiempo la joven maga comenzó a crear más saetas. Ahora podía aguantar crear veintitrés y estaba emocionada por querer llegar a treinta. Mirtha dijo que ese tipo de entrenamiento nunca antes había existido, pues las practicas con otros individuos eran ineficientes, sin embargo, al practicar con Axel que es un demonio, lentamente aumentaba sus niveles pues se el sistema del mundo lo consideraba como una pelea contra un monstruo.
Solo se detuvieron para almorzar, beber agua o ir al baño, Mirtha es una persona muy apasionada en lo que se refería a magia. Ya para el anochecer podía crear veinticinco saetas, incluso el tiempo de conjuración se vio disminuido, junto con el gasto de mana y su regeneración mejoró por absorber el de Axel. Por su parte Lulú se encargó de avisar si venían monstruos a atacar el campamento, Dina se dedicó a hacer la cena con los restos de las provisiones y de cuidar a las crías de Axel.
—Al inicio mi [Saeta elemental] estaba en nivel 5, aunque las tuyas están en nivel 1 puedes igual su potencia, eso se debe a que ponías más mana en ellas para contrarrestar las mías. Pero no entiendo por qué tus saetas no suben de nivel, ahora yo las tengo casi en 7. —Le dijo Mirtha mientras cenaban.
—Yo tampoco lo entiendo, todas mis habilidades están en nivel 1 y por más que las utilizo no progresan, solo lo hacen en potencia, reducen su tiempo de conjuración y aumentan su distancia, aunque sigo gastando el mismo mana en ellas que cuando iniciamos. —Axel estaba pensativo en cómo se mejoran sus habilidades.
—Al menos podemos estar tranquilas de que aventureros expertos podrán matarte. —Mencionó Lulú sin reserva alguna, las otras dos chicas la miraron inquietas.
—Tienes un buen punto en eso, Lulú. Será mi motivación para hacerme más fuerte y sobrevivir… Y quiero que ustedes dos entiendan algo, si vienen aventureros a atacarme a mí o a Dina, no voy a dudar en matarlos, incluso ordenaré a ambas el ayudarme en ello. —Les dijo Axel de forma fría y las dejó consternadas.
—¡Estás loco, nunca ayudaremos a un monstruo como tú! —Contestó furiosa Lulú, intentó tirarle el plato de comida que tenía, pero las órdenes impuestas en ella la detuvieron.
—Lulú, ya cálmate. Aunque no quieras hacerlo tienes que recordar esto. —Mirtha levantó su brazo mostrándole el aro de esclavitud demoníaca que ambas llevaban.
—Sabía que eras un monstruo, nunca lo dude y ahora acabas de comprobarlo. —Lulú apretaba sus dientes frustrada.
—Lulú, el Señor Axel dijo que lo hará por defenderse, no es diferente a los aventureros que matan a monstruos en misiones. —Agregó Dina defendiéndolo.
—Pero son vidas humanas, es diferente. —Replicó Lulú, pero Axel tomó la forma del Puma de las tinieblas.
—Este «monstruo» fue el primero que consumí, pude entender su idioma y me dio la misión de que protegiera a sus crías, las cuales se quedaron sin madre por que la cazaban para vender su cola. De no ser por mí habrían matado a sus crías, solo por unas pocas monedas de oro. Como aventureras seguro han tenido misiones de caza de monstruos ¿Se han puesto a pensar en cuantas crías murieron por la falta de sus padres? Incluso al conocerlas, los slime de la zona estaban siendo arrasados, solo por vivir en un área que los humanos decidieron usar ¿Y me dices que hay diferencia con vidas humanas? —Las palabras de Axel dejaron pensando en sus acciones a las aventureras.
—¿Y qué hay de los monstruos que matamos juntos? ¿Esos no importan? —Preguntó Mirtha viendo fijamente.
—Las arañas solo atacaban a todo lo que se encontraban, al igual que casi todos los osos y los murciélagos… Yo no podía razonar con ninguno de ellos y no entiendo por qué sucedía eso. Solo uno de esos osos estaba cazando para alimentarse, ese fue el que deje ir con algo de carne de las reversas. En caso de que asesinara a uno de esos que solo mata para comer, lo más fácil sería evitar el sufrimiento y matar también a las crías, pero no soy tan sangre fría. Prefiero hacerme cargo de ellas hasta que pudieran defenderse. Eso es lo que considero tomar responsabilidad por mis actos, ese es el tipo de hombre que soy. Ahora será mejor que duerman, el siguiente grupo de bandidos está por venir. —Axel se retiró tras decirles esto, entró en modo sigilo y se quedó observando los alrededores, por su parte las chicas apagaban la fogata y dormían preparadas para pelear en el momento debido.
Axel desapareció durante la noche, dejó a sus crías con Dina para que cuidara de ellas. El muchacho se transformó completamente en el puma de las tinieblas, así recorrió más rápido el bosque y parecía que estaba buscando algo en particular. Repentinamente con las dos lunas llenas en lo alto, escuchó unos aullidos cercanos y se dirigió a ellos.
Llegada la mañana, Axel se quedó patrullando por los alrededores, a unas dos horas del mediodía, él regresó al campamento saltando de entre los arbustos con su forma de puma de las tinieblas y corrió inmediatamente hacia las muchachas.
—El grupo de bandidos está cerca. Dina, escóndete con tus amigas dentro la carpa, voy a llamarte cuando sea el momento. Lulú y Mirtha, ustedes vienen conmigo ¡Síganme rápido! —Les informó Axel, las dos aventureras siguieron sus órdenes.
—¿Cuántos están viniendo? —Preguntó Mirtha sintiéndose nerviosa.
—Son 24, se acercan por el este manteniendo al líder en el medio de su formación. —Respondió Axel al indicarles donde posicionarse.
—¿24? ¿Cómo puedes estar tan seguro? —Lulú estaba desconfiada por esa información.
—Al hacer el pacto con Dina, solo me apareció el número de bandidos muertos y los que restaban 8/32. Desde que entraron en un rango específico se me mostró un mapa donde están ubicados cada uno de ellos, en especial el líder es marcado de manera distinta. —Al frente de su rostro, Axel tenía un mapa transparente y pequeño de la zona, marcaban puntos rojos como enemigos y uno con un borde amarillo que indicaría al líder.
—Las habilidades de análisis como mapeo son muy raras, pocas personas tienen esas aptitudes. —Mencionó Mirtha escondiéndose tras un árbol, sostenía su báculo con fuerza.
—Aunque sepamos el número exacto y su ubicación, nos superan en número… Esto prácticamente es un suicidio, pensaba que los matarías por sorpresa como a los otros y no nos involucrarías. —Lulú se escondió dentro de unos arbustos cerca a Mirtha, Axel se puso en medio.
—Sería muy difícil de ese modo, pero por si acaso conseguí algo de ayuda y ellos también comparten mi mapa. —Axel volvió a su forma demoníaca, llevó a Mirtha frente al camino por donde los bandidos pasarían.
El muchacho le explicó el plan a la [Maga Novata], él crearía una gran saeta de tierra, pero con el centro hueco, Mirtha comenzaría a llenarla con saetas de fuego y mantenerlas suspendidas para lanzarlas al centro de la caravana. Fue así que comenzaron, Axel dejó huecos en una gran saeta de tierra que media casi tres metros, esto para que el fuego dentro no se extinga y Mirtha terminó de llenarla con veintiuno saetas de fuego.
Usando las espesas copas de los arboles camuflaron la saeta de tierra, al tener la caravana de los bandidos cerca, Axel lanzó la saeta contra el camino. El impacto inicial fue estruendoso, la saeta de tierra explotó frente a los bandidos lanzando trozos de piedra en llamas por todas partes y por esto los caballos asustados lanzaron a sus jinetes. Dentro del polvo y humo los desorientados bandidos no pudieron ver a sus enemigos acercarse, de entre los arbustos salió una manada de lobos del bosque negro, junto a un oso que los atacaron inmediatamente y destrozaron su formación hundiéndolos en pánico.
Las aventureras estaban horrorizadas viendo tal evento, escuchaban los gritos de los bandidos mientras fauces y garras los despedazaban. Axel les dijo que era tiempo de atacarlos, sin embargo, ambas se mostraron renuentes a ello y él no tuvo más opción que obligarlas con el aro de esclavitud demoníaca.
Mirtha usó [Saeta Terra] para matar a unos tres bandidos que intentaron escapar, los atravesó por la espalda con las filosas saetas y pudo oírlos gritar de dolor. Por su parte, Lulú interceptó a los magos que estaban cargando habilidades para defenderse, corrió rápidamente a gran velocidad cargando [Golpe de chakra] y prácticamente les rompió los huesos con sus potentes golpes, pues no tenían restricción de fuerza por la orden de su amo. Axel tomó forma de una araña humanoide de casi 1.80 metros de alto y largo, les lanzó unas redes blancas que capturaron sin problemas a los bandidos que se habían recuperado del impacto, luego cambio su cuerpo en un gran oso y golpeó con fuerza a sus víctimas capturadas hasta matarlas con los impactos.
Los gritos del campo de batalla duraron cerca de 15 minutos, los monstruos que ayudaron al ataque se retiraban con los cadáveres de los bandidos. Pero para sorpresa de los tres jóvenes, en medio de la matanza se hallaban gente capturada por los trúhanes, para suerte de estos ninguno de los monstruos los atacó, esas personas solo se quedaron asustadas y escondidas entre las carretas volteadas.
Durante la lucha, Lulú iba a ser apuñalada por una daga, sin embargo, un lobo recibió el impacto por ella y al estar herido le cayó un trueno que terminó matando al animal. La aventurera vio cerca de ella a un mago a punto de recitar otra vez su conjuro, Lulú corrió hacia este con la combinación [Pies ligeros] y [Explosión de Chakra], terminó por atravesarle el pecho con su puño y luego lanzó el cadáver contra un arquero que tenía en la mira a Mirtha.
A duras penas Mirtha vio la flecha pasarle por el hombro, por la sorpresa terminó cayendo al suelo donde un hacha iba a partirla a la mitad, no cerró los ojos en ningún momento cuando iba recibir ese golpe fatal, en sus pupilas se reflejaba ese oso monstruoso bloqueando el filo con su gruesa pata, de un zarpazo cortó el cuello del atacante y lo arrojó contra un árbol. Mirtha recitó un conjuro asustada, se cubrió junto al animal con su [Escudo de mana], así lograron defenderse de una bola de fuego que iba a darles y la maga pudo escuchar un bramido suave del oso… Parecía como si le agradeciera por protegerla y eso la dejó pensativa.
—Nueva orden para ustedes dos, indicaran a los rehenes usar una carreta en buen estado y los mandaran fuera del bosque negro. —Les ordenó Axel, podía ver que el estado mental de sus esclavas no estaba restablecido por el shock del combate, así que uso la habilidad del puma de las tinieblas [Rugido] para hacerlas reaccionar y que acaten su orden.
Ya estando espabiladas, ambas corrieron hacia una de las carretas que no había sido destruida en el primer impacto, de esta salió un lobo llevándose en sus fauces a un bandido muerto, las miró por un instante y continuó su camino hasta perderse en los arbustos. Gracias a la fuerza física de Lulú pudieron girar la carreta, Mirtha calmó a las víctimas y les dijo que subieran al transporte. Lulú juntó dos caballos y los acopló a la carreta, tras esto dio las cuerdas a quien le pareció más sensato. Los rehenes no dudaron en largarse, eran alrededor de cuatro hombres y tres mujeres jóvenes.
Cuando los bandidos estaban casi acabados, Axel caminó hacia el líder herido y ese truhan tenía las piernas rotas por el golpe que recibió del oso que atacó la caravana. El muchacho usó «Atadura Sombría» para someter y extraerle todo el mana, por ultimo le dio un golpe para dejarlo inconsciente, tras esto levantó otra carreta y ahí puso los últimos seis cadáveres que quedaban, al igual que dos lobos que murieron en el ataque, usando sus fuertes brazos de oso empujó la carreta y caminó junto a sus esclavas hacia el campamento.
Si se preguntan cómo consiguió la ayuda de los lobos y el oso, pues los contactó durante la noche. Axel recorrió el bosque negro en busca de aquella manada de lobos, lo hizo rápidamente usando [Hijo de las sombras], esta habilidad le permitió saltar de sombra en sombra a gran velocidad, costaba mana pero tiene una amplia capacidad y no sufrió casi ningún desgaste. Estando a unos metros, solo el lobo Alfa de la manada lo detectó y se levantó alertando a sus compañeros para ponerse en posición de ataque.
—¿Qué quieres, Shera? Acordamos dividir nuestros terrenos de caz… —sintiendo el aroma con su nariz—. No, tú no eres Shera… Solo en parte ¿Que eres? —Le dijo el lobo Alfa rodeándolo sin perderlo de vista, los otros lobos también se pusieron alertas.
—Hace unos días nos encontramos, mataste a algunos de los estaban conmigo, pero no busco venganza. No me reconoces con esta forma ¿Pero recuerdas mi voz? —Axel regresó a su forma demoníaca, dejó sorprendidos a los lobos que se pusieron a la defensiva y solo el Alfa se quedó sereno.
—Cálmense, si fuera a matarnos lo hubiera hecho sin mostrarse. Reconozco tu aroma y voz, eres el humano que aguantó nuestro ataque… O al menos antes lo eras ¿Por qué eres un demonio y tienes el olor de Shera? —Preguntó el Alfa sin bajar la guardia en ningún momento.
—En resumen, yo vengo de otro mundo, tras matar humanos tomé esta forma. A Shera la encontré moribunda en su cubil, me dio la misión de proteger a sus crías y lo estoy haciendo, después de verla morir consumí su cadáver y adquirí su forma junto con sus habilidades. Si estoy aquí, es porque tengo una proposición para ustedes y un beneficio para tu manada. —Respondió Axel resumiendo lo más importante, el lobo bajó la cabeza.
—Esa tonta de Shera, si hubiera aceptado el destino de sus crías estaría con vida en su lugar de origen. En los pumas de las tinieblas, cuando un nuevo líder asciende, mata a las crías del anterior y Shera escapó de su manada para protegerlas. Espero cumplas su última voluntad ¿Pero que deseas de nosotros? —El lobo Alfa parecía algo triste hablando de aquel puma, la naturaleza suele ser cruel muchas veces.
—Un grupo de humanos llegará al bosque negro, son compañeros de los que atacaron antes y cuando vengan van a cazarlos e irán matándolos por su seguridad. Yo ya maté a los estaban en su campamento, pero los que vienen son muchos para mí solo. Sé que están pasando tiempos de hambruna por su culpa, quiero que se unan a mí para matarlos, así estarán seguros y tendrán mucha comida para ustedes. —Axel les habló con total confianza y no mostraba dudas en sus palabras.
—Por culpa de esos humanos las presas están bajando, ya de por si es difícil sobrevivir el invierno y tener fuerzas para alimentar a los cachorros. Muchos de nosotros han perdió sus mentes a causa del hambre. Juntos podríamos vencerlos, pero lo que ofreces es muy poco y demasiado peligroso como para arriesgar a mi manada. —Contestó el Alfa viendo a sus compañeros desnutridos.
—No solamente vendría con una promesa vacía, les ofrezco a todos ustedes un pacto conmigo. Sean una extensión de mí y nunca más pasaran hambre. —Axel miró sorprendidos a los lobos.
—Nunca he oído de un demonio que pacte con criaturas menores, pues prefieren monstruos más fuertes con ellos ¿Cómo piensas hacer que confiemos en ti? —El lobo Alfa aún estaba desconfiado, él y sus camaradas se pusieron alertas al ver a su visitante sacar una espada.
—Deben tener hambre, los humanos que se comieron hace poco no serían suficientes para todos ustedes. —De la espalda de Axel se formó el gran brazo de un oso, usando la espada se mutiló esa extremidad y la sostuvo mostrándola a esos lobos.
—¿Estas tan loco como para alimentarnos con tu carne? Me agradas muchacho, así que aceptaré hacer el trato contigo y mi manada lo hará de la misma forma. En total somos ocho machos adultos, cinco hembras adultas y tres cachorros. Adelante, inicia el ritual para pactar. —Le dijo el Alfa moviendo su cola con emoción.
Fue así que Axel inició el pacto con cada uno de los lobos, incluso con aquellos cachorros y todos los lobos recibieron una cresta color dorada con bordes negros en sus frentes. Al terminar le dio al Alfa el brazo de oso que se cortó, también creó en su espalda unos cinco brazos más y tras cortarlos los repartió entre todos los lobos, parecían satisfechos con su comida. Cuando se disponía a irse de esa guarida, se topó con aquella osa a la cual dejó escapar antes, esta le pidió hacer el mismo pacto con ella y con su cría, lo hizo viendo que le seria de utilidad y le dio algunas extremidades de puma de las tinieblas para que comieran.
Comments for chapter "08"
QUE TE PARECIÓ?