LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 10.3
Continente de Aubel
Tierras negras
Zona de batalla contra la dimensión demoníaca.
Durante los últimos años se ha llevado una lucha constante, siempre en escaramuzas que duran entre un día y con intervalos de tres a cuatro días. Los continentes tienen sus fronteras con la dimensión demoníaca, periódicamente los demonios envían súbditos, invocaciones y sus tropas para azolar los límites del continente, expandiendo así el miasma del Dios Oscuro Ishtar.
Para evitar el avance de los ejércitos oscuros, se levantaron cinco enormes torres, las cuales son energizadas por la catedral en medio de la formación y estas torres cumplen la función de abrir portales que permiten a los ejércitos defender los continentes, así llegan a tiempo para hacer frente a los demonios.
Actualmente por la presencia del Rey demonio Brumad, los ejércitos invasores han atacado al continente de Aubel, causando que los otros dos continentes (Leteo y Roana) desvíen sus recursos y fuerzas militares para evitar la invasión de los demonios. Pero la verdad de esta invasión esta oculta, el Rey Demonio Brumad está muerto y la supuesta presencia de los demonios en Aubel, solo es una cortina de humo para los fines egoístas del Rey Cassius.
Aquí surge una gran pregunta, con la muerte del Rey Demonio Brumad… ¿Qué motivo tienen los demonios para atacar?
Varios seres reptilianos de largas alas arrojan lanzas de energía negra contra tropas humanas, los magos Excerls intentan bloquear los impactos reforzando las defensas con fuertes escudos mágicos y los clérigos presentes bendicen el terreno para evitar el avance del miasma oscuro. Un grupo de arqueros elfos tensa sus arcos, disparan solo acertando el 30% de las fechas en sus objetivos y desde los pies de este batallón de arqueros la tierra comienza a romperse. Así se levanta una bestia cuadrúpeda de casi 20 metros de largo, con huesos cubriendo su cuerpo como una armadura y su carne es de color carmesí mostrando venas moradas que palpitan con cada paso que da. Sus enormes fauces expulsan un vapor que causa serias quemaduras en los soldados que lo reciben, su abrupta aparición rompe las filas delanteras y escupe una bola de fuego contra los arqueros elfos.
—Ya llegamos muchachos… —una voz femenina se hizo presente, frente a los elfos se posó una figura femenina portando una lanza, vestía un atuendo transparente con tonos verdes y dorados. Su cabellera roja como el fuego ondeaba con el suave viento, esos brillantes ojos verdes miraban decidida a la bestia en su delante y lentamente saboreó con su lengua el momento de la pelea.
Esa elfa blandió con elegancia su lanza, a la voz de [Ignición Primal]. De esa delgada arma se esparcieron unas llamas de un rojo intenso, el cual consumió la bola de fuego escupida por esa bestia, chocó contra su hocico haciéndola retroceder y dejándole quemaduras por toda el área afectada.
—¡No teman hermanos, nuestra heroína legendaria está aquí! ¡Ella es la encarnación de la belleza y el amor! ¡La magnífica, Lucy! —Exclamaba a toda voz un séquito de elfos magos, todos miraban con admiración la hazaña de su adorada heroína y esta les dedicó una sexy sonrisa acompañada de un coqueto guiño.
Aquella bestia que emergió del suelo, iba a usar su cola para barrer con los soldados humanos que lanzó al suelo tras salir de la tierra, sin embargo, una armadura plateada se puso en su camino y paró el ataque con su escudo de tipo tarja.
—Nadie morirá en mi presencia. Protejan a los heridos y déjenme esto a mí. —Quien llegó era Gregory, el brillante plateado de su armadura, su firme voz de mando y su aguerrida pose mientras sostenía la cola de ese monstruo, cautivaron a los soldados y en sus mentes solo podían pensar en seguirlo hasta el fin del mundo.
—E-Es el héroe de plata, la espada del amanecer más brillante… El gran portador de la voluntad de todos los guerreros… ¡Vámonos, dejemos a nuestro héroe hacer su trabajo! —Exclamó uno de los soldados mirando con admiración a Gregory, este soldado levantó a sus compañeros y junto a ellos comenzó a retroceder.
«Me gusta esas miradas en sus ojos, la expresión de esperanza tras la desesperación en la que se encontraban… Conmover el corazón de los débiles es tan fácil», el centro del escudo tarja de Gregory comenzó a juntar luces en la gema que tenía incrustada.
Gregory activó su habilidad [Impacto Magno] y con un empujón de su escudo mandó a volar por los aires a esa bestia. Desde tierra Lucy recitaba un encantamiento que la dotó con alas de mariposa color dorado, miró al monstruo en el aire y sonrió. [Huracán primigenio], gritó siendo envuelta por fuertes vientos, un pequeño tornado la rodeó volviéndose un taladro que atravesó a su objetivo y lo destrozó en segundos.
Al ver esto los seres reptilianos que volaban comenzaron a dispersarse, pero varias flechas perforaron sus cuerpos haciéndolos caer a tierra y quien disparó era Gregory portando una ballesta de oro. Iba a dispararle al último que quedaba, sin embargo, solo sonrió bajo su casco y lo dejó irse.
La batalla había dejado a varios heridos, aquellos en mejor estado ayudaban a los más graves a llegar al campamento y ahí pequeñas motas de luz ascendían al cielo. En medio de ese sitio estaba Yesenia, ella usaba un báculo de oro para recitar mantras curativos, con solo entrar a ese territorio de luces, las heridas de los soldados comenzaban a cerrarse y el dolor que sentían disminuía casi al instante. Yesenia se encontraba regenerando el ojo perdido de una recluta, incluso borró en gran medida la cicatriz que una herida de esa magnitud dejaría y podía verse como ese órgano volvía a crecerle.
—En verdad eres una bendición para nosotros, Santa Yesenia. La enviada de Regis y quien vela por nosotros en el nombre de nuestro Dios. Eres digna de las oraciones que ofrecemos en tu nombre. —Decía como rezando esa muchacha de no más de 20 años, su cabellera de color morado claro era agitada por el viento del entorno.
—Solo hago lo mejor que puedo para salvarlos, así volverán a ver a sus familias y eso es más que suficiente para sentirme feliz. Seguro hay quienes esperan por ti… —Dijo Yesenia, pero vio una extraña expresión en esa muchacha que curaba.
—La verdad es que no, todos nosotros somos huérfanos de familias que fueron destruidas por los demonios, la iglesia se hizo cargo de nosotros y nos entrenó para evitar que más niños sufran nuestro destino. Mi familia actual es todo aquel que luchan por defender a Aubel, si muero aquí junto a ellos, consideraré mi vida realizada plenamente. —Al terminar de hablar, la muchacha hizo una reverencia y tomó sus armas para la próxima batalla.
«No es la única que me dice la misma historia, ciertamente todos estos soldados tienen algo raro, sus rasgos faciales son similares, presentan algunas variaciones menores, pero mantienen ese peculiar color de cabello y lo más importante, todos en los batallones parecen tener edades iguales… ¿Qué mierda significa todo esto?», pensaba Yesenia percatándose de esos detalles.
Ciertamente era extraño, todos los soldados parecían hermanos o siquiera parientes, sobre todo ninguno de ellos recordaba mucho de su familia antes de ser acogidos por la iglesia. Sus batallones estaban diferenciados por edades, comenzando desde aquellos con 17 años, 20 años, 25 años y los mayores de 30 años.
Durante la noche, dentro de una carpa elegantemente decorada se encontraban estos tres héroes, Yesenia parecía algo inquieta viendo a Lucy y sobre todo aterrada con Gregory delante de ella.
—Vamos brigadier, no tienes que poner esa cada vez que me miras… ¿O quizás esperas otra ronda de lo que hicimos? —Dijo Lucy guiñándole un ojo y haciéndola exaltar.
—Basta de molestarla, Lucy. Tratemos bien a nuestra brigadier, tiene que seguir curando a las tropas y ganarse su confianza. Una vez Yesenia cautive sus corazones, vamos a irlos poniendo de nuestro lado, para que cuando llegue el momento luchen y mueran por nosotros. —Gregory se sentó a tomar vino mientras miraba por la ventana y por su expresión parecía estar esperando algo.
—Estoy aburrida, desde que llegamos a estos paramos no hemos parado de matar a esos monstruos debiluchos. Quiero algo de diversión, sin internet o televisión no hay mucho que hacer. —Lucy bostezaba medio dormida.
—En eso te doy la razón, hablar con estos primitivos es aburrido y aplastar hormigas ya se está haciendo monótono ¿Qué dices tú, brigadier? ¿Extrañas algo de nuestro mundo? —viéndola apunto responder—. Aparte de tu familia y esas cosas. —Le dijo Gregory dejándola pensar uno segundos.
—La-La serie de libros que leía, mi amigo me pegó el gusto por una saga de fantasía medieval y estaba por llegar al penúltimo arco, pero ya nunca podré saber el final. Cuando vinimos a este mundo tenía miedo de que no hubiera la adecuada higiene, pero me sorprendió que tengan sistemas de desagüe avanzados, papel higiénico e incluso productos de limpieza. —Respondió Yesenia recordando esos detalles.
—Sobre eso, Maritza encontró información interesante. Dice que algunos héroes legendarios trajeron esos conceptos, conocimientos y tecnologías de su mundo. Por eso a diferencia del medievo de nuestro mundo, aquí hay escuelas para niños en diversos pueblos y todo gracias a que uno de esos héroes era un maestro en su mundo. Él luchó por varios años para instaurar educación gratuita accesible para todos, buscaba acabar con el aprovechamiento de los gobiernos en un pueblo ignorante y se hizo de muchos seguidos que lo apoyaban… Lo último fue la principal razón para que lo mataran, pero felizmente pudo dejar que la enseñanza nivel primaria sea impartida. —Comentó Lucy sorprendiendo a Yesenia.
—Cada uno está buscando su camino en este mundo, brigadier. Si dejaras de lamentarte, tal vez podrías encontrar algo en que apasionarte. —Gregory tomó un sorbo de vino mirando a Yesenia hacerse dudas internas.
—Yo quiero comentarle a Maritza de una idea que tengo, pero esta taaan ocupada recolectando información que ya me no aguanto más aburrimiento… Solo por eso vine con ustedes a la frontera. —Lucy bostezo mientras se estiraba.
—¿Por qué no te diviertes con esos guapos elfos? Tengo entendido que hombres así te atraen. —Gregory volvió a estar interesado en el exterior.
—Eso es peor, aunque son guapos y todo eso, son totalmente aburridos en la cama. Me acosté con algunos y no hacen nada más que decepcionarme… Es peor si intentas mostrarles cómo se tiene sexo de verdad, terminan adorándote y a seguirte como perritos falderos a todas partes. —Lucy miró por la otra ventana, vio al grupo de elfos que la seguía y parecían adorarla desde lo lejos.
—E-Espera… Ese grupo es de siquiera 50 elfos… ¿Acaso tu…? —Yesenia estaba avergonzada de preguntarlo.
—Sí, con cada uno, algunas veces con varios a la misma vez… Este es solo un grupo pequeño, al resto lo mandé a Nimbus por textos mágicos para Maritza y que me diga si mi idea es factible. —Lucy jugaba sensualmente con su cabello y lo sujetaba entre sus rosados labios.
—Lo que necesitas es un hombre de verdad, Lucy. Olvídate de esos elfos desabridos, a mi regreso vamos a pasarla muy bien —viendo algo a lo lejos—. Dame una hora, ya apareció por quien esperaba. Quédense aquí que yo me encargo. Y Yesenia, usa tu [Observador Celestial] para que vean un espectáculo. —Gregory salió corriendo de la carpa, subió en un caballo con dirección a un fuerte resplandor carmesí y donde una tormenta de rayos rojos parecía avanzar como si fuera consciente.
A una buena distancia del campamento de los héroes, marchaba por aquella tierra desolada un ejército al menos 2000 esqueletos, eran variados de diversas y aterradoras apariencias. En el centro de su formación, cargaban en un asiento elegante a un demonio humanoide de unos tres metros de alto, su piel era plomiza y su cabeza la coronaban dos cuernos irregulares. Un pequeño ojo con alas se puso sobre su hombro, del ojo se abrió una boca y habló.
—Parece que tus sospechas eran correctas, Oblivon. Siento la energía de Regis acercándose por el este y debe ser uno de esos héroes de los cuales nos advirtió nuestro espía. Con la traición de Brumad hay un desequilibrio de poder, lo mejor será que lleves la cabeza de ese héroe ante el consejo y te dará muchos votos para ser el nuevo Rey Demonio. —La voz que salía de ese ojo monstruoso era femenina.
—Solo espera y lo veras, Imus. Mataré al héroe y tomaré el puesto de ese maldito traidor de Brumad. Usaré a todas nuestras tropas y avanzaremos para ser libres en la superficie. —A la señal de Oblivon los esqueletos que lo escoltaban se detuvieron, él bajo del asiento y miró a los lejos a Gregory acercándose, había dejado su caballo y caminaba tranquilo.
El joven héroe se paró sin miedo frente al inmenso ejercito de esqueletos, no le importaba para nada esos cuerpos sin vida y solo centró su atención en Oblivon, quien no paraba de reír estrepitosamente.
—¿Es en serio? ¿Esto es lo mejor que puedes traer, Regis? ¿Mandas a un mocoso a desafiarme? —Gritaba a todo pulmón mientras miraba el cielo, saltó desde su lugar y cayó frente a Gregory, le dio una mirada despectiva y soberbia.
—Que interesante ¿De verdad crees que él te oye? —Mencionó Gregory suspirando desanimado, repentinamente Oblivon desapareció de su lugar y le lanzó un golpe con su puño envuelto en llamas.
—Tu cabeza es mía peque… ¿Co-Como? —Oblivon notó que su objetivo se había protegido con un escudo rodela y sin que se diera cuenta ese muchacho logró bloquearlo. El indignado demonio incineró su brazo, pero segundos después miró que ese joven estaba sin daño alguno, simplemente ahí parado y mirándolo con ojos fríos que lo hicieron retroceder.
—¿Acaso te asuste, Oblivon? —cambiando su escudo por uno más pequeño hecho de paja—. Hagamos un juego —invocando en su mano una espada simple—. Voy a destruir a todo tu ejército usando solo [Impacto de Escudo] y a ti de un solo golpe con [Cuchillada Limpia]. —Mientras hablaba algo llamó la atención de Gregory, detrás suyo vinieron monstruos como el que dejó escapar, solo que de distintas formas, colores y emblemas.
—¿Cómo sabe mi nom…? —notando los monstruos observadores—. «Maldita Imus, no tenías que traer testigos para demonstrar que maté a este mequetrefe». No sé qué tonterías balbuceas insecto, pero voy a disfrutar desollándote lentamente. —Oblivon parecía algo nervioso viendo a esos monstruos en el cielo.
—Parece que no querías espectadores, pero tic tac imbécil, el tiempo se agotó. —Gregory desapareció del sitio donde estaba, solo dejó el suelo desquebrajándose y se movió frente al ejercito de esqueletos y estos ni reaccionaron al impacto de la velocidad con la que llegó.
[Impacto de Escudo] susurró Gregory, Oblivon apenas giró su rostro para ver que sucedía, cuando el joven héroe golpeó al primer esqueleto con su escudo y al instante una luz dorada iluminó la noche por un segundo, como si de una mañana se tratara. Aquel ejercito compuesto por al menos 2000 esqueletos, entre ellos seres de nivel alto que podrían ser considerados amenazas contra la humanidad, fueron destrozados por ese leve golpe y sus restos caían del cielo haciéndose polvo.
—¡Es-Es imposible! ¡[Impacto de Escudo] es una habilidad básica, nadie la llega siquiera a nivel 15 antes de descartarla! ¿Qué fue lo que hiciste? —Oblivon retrocedía incrédulo de lo que acababa de ver.
—Es simple, pequeño demonio [Impacto de escudo] multiplica la defensa por el nivel de la habilidad, claro que no sirve de mucho en niveles bajos… Pero mi habilidad especial rompe esos límites —el escudo de Gregory se desintegró—. Al costo del equipamiento, puedo usar cualquier habilidad que lo implique a nivel 1000 o incluso más, y con mis estadísticas tan altas… Bueno, creo que pudiste ver el resultado. —Gregory clavó su espada al suelo, la usaba como apoyo y se mostraba totalmente sereno.
—¿Po-Por qué me dices eso? —Oblivon pasaba saliva con dificultad cuando vio aquella tétrica sonrisa en el rostro de Gregory.
—Porque los muertos no hablan… —El ansia asesina de Gregory abrumó al demonio, para este ser de corazón frío, le pareció tener delante de él a un monstruo verdadero.
Oblivon se lanzó a un ataque desesperado, al muchacho solo le bastaba con esquivar levemente y aumentar la desesperación en el demonio. Aquella sonrisa de superioridad que ese niño le mostraba era una tortura, pero eso era superado por el miedo del cuando usaría esa monstruosa habilidad. El demonio expulsó fuego de su cuerpo, quemó un área de 50 metros de diámetro, en su mano cargaba un hacha roja que parecía estar hecha de magma e incluso derritió la tierra pensando frenar los movimientos de Gregory.
—¡Estás muerto, mocoso! —Oblivon iba a darle con su hacha llameante para partirlo, sin embargo, solo bastó con que Gregory pusiera su débil espada en medio para detenerlo. Esa espada término hecha trizas, cosa por lo cual Oblivon sonrió tranquilizado.
—Ja,Ja,Ja ¿En serio creíste lo que dije, imbécil? Solo quería que te acercaras por tu propia voluntad. —Gregory invocó en su mano izquierda una espada roja llena de venas, la hoja de esta se partió como las fauces de un animal, donde mostraba lenguas de energía que saboreaban el ambiente, parecía estar viva con solo mirarla y con ella cortó por la mitad a Oblivon.
—¡No! —Gritaba el demonio mientras aquella extraña espada parecía devorarlo dentro de su hoja, la misma espada chillaba con grotescos sonidos y se abrían ojos en su mango. Al terminar esa horrida acción, una lengua de esa espada parecía saborear la sangre del demonio que consumió.
—Hermanita, te superaste con esta espada, fabricarla con mi propia sangre y carne la hace perfecta para mí, además de que sus atributos ocultos combinan bien con mi habilidad. Con ella voy a consumir todas las almas que se me antojen. Ahora te daré el nombre que mereces, serás [Naixbrox, La Insaciable]. Maritza me dijo que el hambre de esta espada es proporcional a mi ambición, eso significa que será eterna, mi querida hermanita. Con asesinar a este demonio ya puedo subir de clase, me volveré el ser más fuerte en este jodido mundo —mirando el cielo—, incluso estaré más arriba de quien nos trajo. —Gregory invocó una ballesta y apuntó a todos los monstruos observadores, [Múltiple impacto vendaval], dijo al disparar y aquellas fechas se dividieron en luces, matando de un solo golpe a todos los monstruos.
Una pequeña esfera dorada se encontraba escondida entre los arbustos, esa esfera tenía el símbolo azul de un ojo y transmitía lo que veía, a una pantalla que Yesenia miraba asustada. La Clériga estaba en la carpa de Lucy, desnuda con ella detrás recorriéndole su cuerpo con esos delgados y finos dedos.
—Gregory y Maritza en verdad son únicos, trabajan a la perfección por el bien del otro… Verlo luchar acaba de calentarme, él vendrá pronto así que lo esperaremos listas. Vamos a juguetear contigo hasta el cansancio, mi linda Yesenia… —Decía Lucy al oído de Yesenia, esta tenía una expresión de frustración muy marcada.
—Ya-Ya basta con esto —invocando una daga en su mano, lanzó a Lucy contra la cama y apuntó a su cuello—. No puedo permitir que ustedes vivan… —El dije de un collar dorado brillaba en el pecho de Yesenia, su resplandor fue consumido por símbolos blancos que terminaron por hacerlo explotar y al hacerlo Yesenia cayó retorciéndose por las fuertes sensaciones en su entrepierna.
—Ay brigadier —viendo los restos del collar—. ¿Un collar de nulidad mental? ¿De verdad pensabas que algo así pararía el hechizo de Maritza? Pero dime estúpida —tomándola de la cabellera, la golpeó contra el suelo varias veces—. ¿Ibas a matarme y que más? Pobre, pobre brigadiercita, voy a pedirle a Gregory que te eduque, tal vez no podamos desvirgarte porque te necesitamos, pero hay formas no convencionales de sexo, algunas un tanto dolorosas si me permites decirlo. —Lucy aplastó con su pie la cabeza de Yesenia, de una patada la puso boca arriba, comenzó a pisar sus pechos mientras jugaba con sus pezones entre sus dedos.
Lucy había amarrado a Yesenia al suelo con ramas que salieron de la tierra, la tenía boca abajo con su trasero levantado y las manos de su víctima fueron atravesadas por raíces que la sujetaban. Lucy disfrutó azotando a Maritza con un látigo de ortiga, la hirió desde las nalgas hasta la espalda, quemándola con la cera caliente de una vela y aplastándole el rostro con su pie contra el suelo.
—¿Qué sucede aquí? —A la carpa entró Gregory encontrándose con la daga en el suelo y a Lucy torturando a Yesenia.
—Oh Gregory, estuviste magnifico. Solo castigo a esta inútil, tuvo el jodido coraje de intentar matarme con esa daga ¿Qué tal si la castigas con el regalo que les dio Maritza? —Lucy caminó hacia Gregory hablándole de forma seductora y le mostraba su hermoso cuerpo desnudo.
—Sera por la pelea de antes, pero estoy muy caliente en este momento —quitándose sus hombreras—. Voy a hacerte cosas que el tonto de mi hermanito nunca te hubiera hecho. —Gregory cerró la entrada de la carpa, la noche era pacifica, pero dentro de ese sitio un alma sufría intensamente, ahogando sus llantos en el umbral de dolor y placer.
Comments for chapter "10.3"
QUE TE PARECIÓ?