LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 12
Bosque negro, Salida oeste
Las carretas de Axel y compañía avanzan lentamente, viendo a lo lejos el final del bosque negro y así deja atrás los duros recuerdos iniciales en este extraño mundo. Él decidió tomar este camino pues tenía que terminar un asunto pendiente.
—Si recuerdo bien, el lugar donde te encontramos vagando fue por esta zona ¿Exactamente que estás buscando? —Pregunta Mirtha arreando a los caballos, atrás en la carreta esta Axel y las amigas de Dina. Esas pobres muchachas solo están abrazando sus piernas con la mirada perdida y pareciera que no les importa nada de lo que sucedía a su alrededor.
—Cuando tu grupo me encontró, yo los detuve de seguir matando a esos slime y fue porque ellos me dieron la misión de salvar su villa. Déjame mostrarte… —Axel se sentó a lado de Mirtha a lo cual ella reaccionó con timidez, le mostró una pantalla transparente que la sorprendió al verla y ella se apegó con interés hacia el muchacho.
«Wow no pensé que esto la atraería tanto —sintiendo como el pecho de Mirtha se apoya en su brazo—. No es momento de pensar en esas cosas», Axel aparentó no estar nervioso al tenerla tan cerca y sentir su aroma.
>>>Misión: Defensa de la villa Slime (Completada)
>>>Descripción: La villa slime está siendo atacada, uno de sus habitantes está pidiéndote ayuda para ahuyentar a los intrusos. Aquí se encuentra un tesoro oculto que ellos intentan defender. Ayuda a los pequeños slime.
>>>Recompensa: Busca al jefe Slime para recibirla.
—¿Un monstruo te dio una misión?… Ahora que lo recuerdo, mencionaste algo similar sobre como obtuviste a esos niños… Nunca había escuchado de misiones dadas por monstruos, generalmente los aventureros las encontramos en el tablón de anuncios, también podemos recibirlas de algunas personas bajo ciertas circunstancias. —Mirtha parecía sorprendida por ello y sus ojos mostraban mucho interés.
—Este mundo similar a los juegos de rol rpg… Ahí pasaba tiempo con mis amigos ¿Por qué lo habrán hecho de esa forma? —Axel estaba pensativo viendo la pantalla que tenía delante y al tocarla esta desapareció.
—¿Qué es eso de juego de rol y rpg? —Preguntó Mirtha desconcertada.
—Cómo explicártelo…. Veras, en mi mundo hay formas de entretenimiento que serían algo así como un sueño, donde vives en la piel de otro y desarrollas una aventura en una historia prediseñada. Muchas cosas de tu mundo se parecen a esos «modos» de entretenimiento, hasta ahora me cuesta difícil de creer que esto sea real. —Axel intentó explicarlo de una forma simple y Mirtha solo lo miró medio entendiéndolo.
—Si tu mundo puede darse el lujo de soñar de esa forma, debe ser un lugar muy pacífico y sin amenazas que los preocupe. —Mirtha miraba el cielo como deseando ver el mundo del que hablaba Axel.
—No lo creas de esa forma, ahí también hay problemas de guerras, corrupción, enfermedades y los peores males nacen por el egoísmo humano. Como dicen ahí, el mayor enemigo de la humanidad, es la misma humanidad. En mi mundo no hay reyes demonio que derrotar para que llegue la paz, solo hay humanos dispuestos a sacrificar a otros por su conveniencia. —Axel pensó en los problemas sociales, económicos, ambientales, militares de su mundo y sobre todo como la humanidad estaba perdiéndose lentamente.
—A veces hablas como alguien muy sabio, otras te comportas cruel como el demonio que eres y algunas me llegas a sacar de quicio… Pero siempre muestras algo de humanidad en el fondo, esas partes de ti… No me desagradan. —Le dijo Mirtha evitando verlo, ella detuvo la carroza y le indicó a Axel que habían llegado.
Axel miró a Mirtha notándola avergonzada, solo le sonrió agradeciéndole por esas palabras, luego bajo de la carroza y tras ellos estaban los demás haciendo lo mismo. Apenas bajaron los niños de Axel, estos fueron corriendo alegremente a rodearlo, solo Keimi caminaba tímidamente hacia a él y se puso detrás suyo.
—Atentos niños, ya les dije que es malo que nos vean otros humanos, van a quedarse cerca de las carretas en silencio junto a Dina y Lulú, no se alejen mucho que puede ser peligroso. En caso de que algo malo pase, avísenles a ellas dos. Yo iré a ver unos asuntos con Mirtha, ya regreso… —sintiendo que Keimi lo sujetó de su ropa—. ¿Quieres venir conmigo, Keimi? —Axel se agachó al nivel de sus niños, les hablaba muy seriamente para que lo entendieran.
—Papá, no quiero que te vayas… Yo también quiero ir. —Decía suavemente la niña, Axel le acarició la cabeza con cariño.
«Joder, no puedo negarme a esos ojitos… Supongo que nada malo pasará», Axel se levantó y le dio la mano a Keimi.
—¿Eh? Papá no es justo, yo también quiero ir. —Replica Remi molesto.
—Si el tonto de mi hermano va, yo no quiero quedarme aquí. — Lucios le siguió y comenzó a querer pelear con su hermano.
—Basta de tonterías —dándoles un suave tincazo a ambos—. Remi, tú eres muy distraído y tiendes a perderte. Lucios, tú eres muy violento y buscas peleas innecesarias. Ambos se quedan aquí y obedecerán a las chicas, es mi última palabra. —Les dijo Axel con tono firme.
—Keimi siempre es tu favorita. —Replicó Lucios enojado.
—Es cierto, a ella la cuidas más. —Agregó Remi haciendo pucheros.
—No tengo favoritos, solo considero los problemas que causan cada uno. Para confiar en ustedes, intenten cambiar sus malos hábitos y demuéstrenme que puedo confiar en ustedes. Solo pueden explorar la zona cercana a las carretas y no me vayan a desobedecer. —Dicho esto Axel dejó a los niños y se fue a su destino.
Un tiempo después, Axel ayudaba a Mirtha y Keimi a pasar entre los arbustos, algunas veces se transformaba en araña humanoide para subir a las copas de los árboles, desde ahí veía si había aventureros cerca y para su suerte todo estaba despejado. En una de esas veces que trepaba un árbol, pudo ver a lo lejos el prado donde estuvo hace tantas semanas y gracias al mapa que posee pudo ubicarse mejor. Avisando que encontró el sitio, fueron los tres hacia ese lugar, al llegar vieron todo lleno de slimes color verdes y algunos rosas, la vegetación estaba maltratada por la mucosidad que soltaban al desplazarse.
—Las plantas de este sitio serían para el festival, la gente se enojará y nos culpará por no cumplir una misión tan simple… Por tu mentira la asociación de aventureros nos va a sancionar muy duro. —Mirtha miraba enojada a Axel.
—Lo sé, no tienes que reprochármelo y no solo fue mi culpa sino también de los bandidos —notándola aún enojada—. Resolveré esto de alguna forma… —Axel caminó hacia uno de esos slime, lo miró desde arriba para llamar su atención y ajusto su garganta haciendo ruido.
—Uhm… Oh, sos vos, no te reconocí con esa apariencia. ¡Hey, venid todos que nuestro héroe ha vuelto! —Gritó este slime, al instante varios de estos pequeños seres comenzaron a reunirse alrededor de los tres y Mirtha estaba por atacarlos, pero Axel la detuvo.
—¿Cómo es que me recuerdas? ¿Eres el mismo que me dio la misión? —Preguntó Axel sorprendido.
—Ja,Ja,Ja Los slime nunca olvidamos una esencia, quien te pidió que nos defendieras fue Chocho, yo soy Zic. Los slime compartimos nuestras mentes, lo que sepa uno lo sabrán los demás alrededor del mundo y todo por la gracia divina de la gran Madre Slime ¡Alabada sea la Madre Slime, reina de lo baboso! —Le dijo ese pequeño monstruo, con lo último todos exclamaron lo mismo haciendo vibrar sus cuerpos, lo decían de una forma solemne y orgullosa.
—Me alegra que estén bien… Pueden llamarme Axel y vengo por la recompensa de la misión. —Dijo Axel aguantando la risa de ver moverse tan graciosamente a esos slime, sobre todo por la cara de susto de Mirtha que no entendía que pasaba. Por su parte, Keimi estaba tranquila pues sentía que esas criaturas no querían lastimarlos.
—Oh, claro que sí. Venid conmigo, os llevaré con el jefe. Usted es muy hábil, Señor Axel. Mire que domar a esa destructora y tenerla a raya. —El slime comenzó a arrastrarse tras mirar a Mirtha y los demás también estaban siguiéndolos.
—¿Qué está pasando? ¿Qué te dijo? —Preguntó Mirtha desconcertada y nerviosa, por verse rodeada de tantos monstruos.
—En pocas palabras, te recuerdan y te llaman «destructora» pero creen que te domestiqué. Ja,Ja,Ja Me dijeron algo interesante, ellos comparten sus mentes y conciencias a voluntad, pero tienen personalidades diferentes. —Respondió Axel caminando tranquilo.
—E-Eso nunca había sido registrado de los slime. —Mirtha sacó un libro donde comenzó a tomar apuntes.
—¿Es tu borrador de la bitácora de monstruos que andas escribiendo? —Axel se acercó un poco, pero tímidamente Mirtha cerró su libro.
—Sí, he estado anotando las cosas importantes que me suceden en las misiones… Pero hasta antes de conocerte, nunca había tenido tantas oportunidades de anotar cosas nuevas y desconocidas para todos. —Mirtha revisó su libro, había ilustraciones de las bestias que encontró junto a Axel. Keimi la jalaba de la manga, estaba interesada en su libro.
—Parece que tiene curiosidad ¿Se lo puedes prestar? —Axel se lo pidió amablemente y Mirtha lo pensó un poco, tras suspirar se lo dio a Keimi.
—¿Siquiera podrá leerlo? Bueno, dibujé algunos monstruos y al menos podrá mirarlos. —Mirtha veía como Keimi pasaba las hojas, la niña estaba interesada en los monstruos que ahí había dibujados
—Quisiera enseñarles a leer, pero ni yo mismo sé cómo es que entiendo su idioma y solo veo las letras ordenarse en mi mente para comprenderlas —dándole unas palmaditas a su hija—. Cuida bien ese libro, Keimi. Es algo importante para Mirtha. —Le dijo su padre y la niña solo afirmó con la cabeza sonriendo.
—Si quieres puedo enseñarles lo básico del alfabeto, solo necesitaría que los hagas ponerme atención y que no anden jugando como siempre. —Mencionó Mirtha con timidez y Axel le afirmó con alegría a su idea.
Al cabo de media hora, llegaron a un lugar rodeado de rocas blancas, los slime de esa zona estaban opacos y parecían enfermos, los que llegaron comenzaron a frotarse con ellos y lentamente los anteriores recuperaban un color más vivo. El slime que los guiaba llegó ante uno que estaba pegado a una roca, este comenzó a deslizarse por hasta llegar a los pies de Axel.
—Bienvenido, Señor Axel. Soy el jefe de esta villa slime y puedes llamarme Mak. Sé que ha venido por su recompensa —mirando a un slime que reposaba en la pared—. Chocho, acércate y cumple tu destino. —Dijo el jefe Mak, de entre las rocas vino un slime con su interior burbujeando.
—Hola Señor Axel, seguro no me recuerdas, pero fui yo quien te pidió que defendieras nuestra villa. Gracias por evitar que sigan destruyéndonos, nuestra misión en esta tierra puede continuar gracias a ti. Ahora tome mi regalo… —Con lo último que dijo, este slime explotó tomando a los muchachos por sorpresa, dejó un líquido que fue absorbido por la tierra y en el medio una esfera puramente blanca.
— E-Espera yo no quería, é-él no tenía por qué suicidarse para darme esto… Si me hubieran dicho que esto pasaría, no me hubiera importado solo recibir las gracias. —Axel se arrodilló ante aquella esfera, Keimi se abrazó a su padre al verlo triste y Mirtha solo observaba viendo tan inusual escena.
—Eres algo sentimental para tener la apariencia de un demonio, te entristece ver una criatura inferior como Chocho desaparecer ante tus ojos… Pero no tienes por qué sentirte culpable —una esfera se movía dentro de Mak, esta se dividió y cayó la segunda al suelo, salió así un líquido viscoso que formó un nuevo slime—. Chocho está aquí, muchacho. Cuando un slime muere, su mente es transferida a la Madre slime y luego puede regresar al dividir alguno de nuestros núcleos. Nosotros los slime tenemos la verdadera promesa de la muerte y renacimiento. — Los jóvenes estaban atónitos ante el evento, Axel sonrió despreocupado sintiéndose mejor consigo mismo.
—Lamento que te pusieras triste, para nosotros en algo normal y asumí que a ti no te importaría. Estoy bien, amigo. Puedes tomar mi núcleo y crear una poción que sanara cualquier herida. —Chocho saltó animado al decir esto, sus ondeantes movimientos le fueron divertidos para Keimi y se puso a jugar con él.
—¿Qué diantres acaba de pasar? —Preguntó desconcertada Mirtha, ella solo escuchaba burbujeos tanto de los slime como de Axel.
—Me asusté cuando ese slime explotó, pero parece que ellos pueden regresar a la vida cuando les plazca. Como recompensa por ayudarles, me dieron un núcleo de slime, dicen que puede ser usado para crear una poción que sanara cualquier herida. —Le respondió Axel sorprendiéndola, por ello Mirtha intentó tomar el núcleo, pero al hacerlo todos los slime cercanos burbujearon formando púas agresivas en sus viscosos cuerpos y estaban a punto de embestir a la joven maga, pero Axel la abrazó para protegerla.
—¡Esperen! ¡Ella está conmigo, no tiene malas intenciones! —Exclamó Axel llamando a Keimi para alejarla de Chocho, al escucharlo los slime volvieron a su forma apacible.
—Si es tu mascota no hay problema, pensamos que robaría el núcleo de Chocho y no íbamos a dejar que saliera viva de aquí. Los humanos no merecen la bendición de la Madre Slime, ellos solo nos cazan y rompen nuestros núcleos, los cuales son la unión con la gran madre. —Decía Mak acercándose tranquilo a Mirtha y se dobló como pidiendo disculpas.
—Eso fue de miedo, nunca antes había sentido tal intención asesina, peor aun viniendo de estas criaturas inferiores. Pero que sus núcleos puedan ser usados para pociones, eso es algo inaudito y no existe ningún registro de esto. Pero ese núcleo es diferente a todos lo que he visto, en general son opacos y sirven para adornos baratos o simplemente son desechados. —Mirtha se apegó al brazo de Axel, este sentía como estaba entre sus grandes pechos y ella aun temblaba por lo ocurrido.
—Los núcleos opacos que menciona tu mascota, son solo basura sin importancia porque su conexión se perdió… Solo puedes conseguir un núcleo puro, si un slime destroza su forma física por propia voluntad. —Chocho dijo eso como si entendiera lo que Mirtha mencionó.
—Ellos los cazaban porque destrozaron la vegetación que usan para un festival —tomando a Mirtha de la cabeza, la hizo agacharse para que se disculpara—. Prometo que ellas no volverán a molestarlos, pero debo pedirles que dejen esa zona por su propio bien. —Axel explicó la situación, pero los slime parecían tristes.
—No es nuestra culpa que tengamos que ir ahí por alimento, fuimos expulsados de nuestro hogar por un monstruo corrompido. Pasamos meses intentando expulsarlo, pero se ha fortalecido matándonos, ahora asecha en los alrededores buscando más presas y ya es muy fuerte para nosotros… Los slime debemos vivir en sitios oscuros y húmedos, a la intemperie nuestros cuerpos se merman y solo nos queda absorber agua de las plantas. —Le explicó Mak recordando como una sombra negra los hacia huir por una pequeña entrada.
—¿Qué tal si me encargo del monstruo corrompido? Así ustedes vuelven a su hogar y los humanos ya no los molestaran. —Sugirió Axel, pero los slime no parecían muy convencidos.
—Nos ayudaría mucho, señor Axel, pero con nuestros números bajos no quisiéramos arriesgar a quien nos salvó… En nuestro estado seriamos más una carga, ahora no podemos regresar a todos los caídos en batalla y solo somos unos 30 en total. —Mak pensó más en el bienestar de su salvador.
—No crean que soy débil, además de nosotros dos, hay dos chicas que pueden ayudarnos. También tengo un plan que puede resultar, siempre y cuando me den más detalles. —Le dijo Axel devolviéndoles algo de esperanza.
Pero sin que se dieran cuenta, había unos ojos amarillos mirándolos desde el suelo, especialmente a Keimi y se arrastraron hacia ella. Axel seguía contándoles sobre el grupo que tiene e incluso comenzaba a explicarles su plan, repentinamente algo saltó delante de Keimi, este ser era de tierra color negro, abrió sus fauces para engullir a la niña y tras Mirtha había otra criatura que amarró un tentáculo de tierra a su tobillo. Lo siguiente que se escuchó fue el sonido de carne siendo cortada, Axel estaba impactado siendo su visión cubierta por una sombra negra y solo gritaba el nombre de su hija con desesperación.
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