LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 20
Continente de Aubel
Reino de Yjeret, Ciudad de Trinity,
Esta semana Axel estuvo hablando con una maga muy particular, su nombre es Cyleema, una miembro del grupo de aquella la clériga Eila, la cual Axel asesinó la semana pasada cuando por un error mostró su forma demoniaca. Cyleema está pasando problemas muy graves, le contó acerca de que por la desaparición otra miembro de su grupo llamada Mary Sallo y que ahora por la muerte de Eila Tunes, su grupo terminó desintegrándose. Tras esas desgracias su líder espadachín Rochan se ha dedicado a la bebida, está tomando malas decisiones en las misiones, las cuales costaron que uno de sus compañeros sea gravemente herido y que sean sancionados por no cumplir una misión importante.
—He informado a las autoridades sobre la desaparición de mi amiga Mary, la última vez que la vi actuaba muy raro y según los guardias de la puerta abandonó la ciudad con rumbo desconocido. —Le decía Cyleema con notoria preocupación, en sus manos sostenía un cartel con un dibujo de Mary y se lo dio a Axel para que lo viera.
—Puedo imaginarme los problemas por los que están pasando —viendo el cartel, se quedó sorprendido pues reconoció a esa chica—. Eh, es preocupante que e-ella desaparecía y peor aún con la muerte de Eila les será difícil conseguir trabajo ¿Has pensado que harás de ahora en adelante? —Le preguntó Axel devolviéndole el cartel.
—Por ahora me han castigado con misiones comunitarias, aparte tengo una deuda muy grande por la misión que fallamos, súmale a eso que estamos pagando el tratamiento médico de nuestro compañero y el estado de Rochan solo causa problemas… Ayer tuve que recogerlo en una cantina de mala muerte, se puso violento con algunos tipos y terminó haciendo un escándalo… Por eso voy a salirme del grupo, Rochan es un buen amigo, pero ahora no puedo cargar con sus problemas y necesito reunir dinero para contratar un [Rastreador] que busque a Mary… No pierdo las esperanzas de encontrarla. —Con lo ultimó Cyleema estaba algo animada.
—Lo entiendo, sí que la tienes difícil. Mira, si necesitas ayuda puedes buscarme en el Gremio Gorrión Blanco, tal vez podamos hacer misiones juntos con algunos amigos y terminamos más rápido las de servicio comunitario para quitarte ese peso de encima. —Le dijo Axel dándole su mano como señal de amistad.
—T-Te lo agradezco, Axel ¿Mañana podrías darme una mano? Hay unos monstruos en los caminos del norte, nadie quiere ir cázalos y se han vuelto un problema para los comerciantes. —Cyleema le mostró un mapa de la ciudad y le señaló el sitio.
—Ya veo, si creo que estaré libre en la mañana. Pasa a recogerme e iremos en los caballos que tengo… Por ahora voy a los claustros de la iglesia, tengo que encontrarme con la hermana de Eila y darle la mala noticia. —Axel estaba preocupado por ello.
—Para serte sincera, nunca he visto a esa chica y solo por Eila sabíamos que su condición era grave ¿De verdad vas a hacerte cargo de ella? —Preguntó Cyleema sorprendida.
—Sí, no puedo quitarme de la cabeza que por mi culpa murió Eila. —Axel soltó un suspiro evitando ver a Cyleema.
Con eso último se despidieron, estando solo Axel recordó el nombre de Mary Sallo, quien era una de las mujeres cautivas dentro la madriguera de goblins, ella fue descendiente de un héroe y tras ser embarazada tras constantes violaciones, Mary Sallo dio a luz a goblins de habilidades extraordinarias. Con el cuerpo y mente estropeados de esas mujeres, Axel tomó la decisión acabar con su sufrimiento, termino matándolas y consumiéndolas junto a los monstruos que parieron. Lamentablemente Axel solo puede usar una de las habilidades especiales que obtuvo en la cueva de los goblins, esta es [Analizar Superior] y según entiende, necesita subir de nivel su «Hegemonía Genética» si quiere usar más habilidades especiales.
«Me siento mal por Cyleema, ella busca inútilmente a una amiga que fue sacrificada por los planes de Regis… Solo yo sé que le pasó y no sé cómo decírselo… Debería idear algo para que cierre ese capítulo de su vida», pensaba Axel mientras se dirigía a la iglesia que le dijo Cyleema
Ahora el muchacho se encuentra caminando por un largo corredor con paredes hechas de piedras plomas, había varias puertas de gruesa madera con cerraduras metálicas y se podía escuchar levemente algunos alaridos de dolor dentro de esos cuartos. Axel traía una canasta pequeña, intentaba no mostrarse incomodo por el ambiente pues no quería dar una mala impresión. Era guiado en estos pasadizos por una joven monja, ella vestía una sotana blanca con negro, tapaba su boca con una mascarilla de tela y llevaba el cabello muy bien guardado bajo su gorro. Pararon frente a una puerta y la monja le dio una mascarilla a Axel.
—Esta es la recamara de Holee Tunes, su tratamiento acabó ayer así que le recomiendo usar la mascarilla al entrar, el olor es desagradable por las hierbas medicinales que se le están aplicando. Lo dejo para que hable con la muchacha, Señor Axel. Tengo otros pacientes que atender, cuando acabe solo salga por la puerta del fondo. —La moja hizo una reverencia y fue a continuar con sus labores, del mismo modo Axel le agradeció, pero guardó la mascarilla en su bolsillo.
«¿Qué tan mal puede estar? Solo me dijeron que contrajo el «mal de los pantanos», escuché poco de la enfermedad y me dijeron que no era contagioso», pensaba el muchacho preparándose mentalmente para hablar.
Dando un suspiro para calmarse antes de entrar, Axel tocó suavemente la puerta pidiendo permiso para entrar y escuchó la voz ronca de una chica diciéndole que pase. Al abrir los seguros, Axel se encontró con un escenario entristecedor, postrada en la cama estaba una chica de cabellera maltratada color castaño deslucido, ojos azul oscuro con grandes ojeras, su piel era pálida por el tiempo encerrada tras esas paredes, sus piernas tenían vendajes llenos de sangre, las sabanas cercanas presentaban manchas de pus, sus muñecas estaban atadas a la cama y al verlo la muchacha se sorprendió algo avergonzada.
—Buenas tardes, mi nombre es Axel y soy un aventurero. —Él caminó hasta la cama y cordialmente le extendió su mano a esa paciente.
—Buenas tardes igualmente, disculpa, pensé que sería uno de los clérigos que están tratándome… Siento que tengas que verme en esta condición —notando la mano de Axel—. No es necesario, de seguro no quieres tocarme. —Holee rechazó el saludo, se le notaba algo avergonzada por su apariencia e intentaba no mirarlo.
—No pienso de esa forma —insistiéndole con el saludo, ella lo acepta con algo de desconfianza—. Ves, no pasó nada. Voy a sentarme a tu lado, tengo que hablar contigo. —Axel miró una silla cerca de la esquina, la acomodó a un costado de la cama y tomó asiento poniendo la canasta sobre sus piernas.
—Me sorprende que no te sientas incomodo, muchos evitan tener contacto conmigo. Aunque el mal de los pantanos no es contagioso en esta etapa, resulta ser desagradable incluso para los clérigos que me tratan… Entonces, Señor Axel ¿A que debo su visita? —Holee usó sus delgados brazos para medio sentarse apoyada a la cabecera de la cama y seguía evitando mirar a Axel.
—Solo llámame Axel, mira es sobre tu hermana… Es algo difícil de escucharlo y peor de un extraño, así que quiero que lo tomes con calma. Eila fue asesinada por un grupo de goblins en las minas que purificaba… Aunque yo estaba cerca no pude salvarla, incluso hasta ahora me siento culpable por no llegar a tiempo. Como estabas en medio de tu tratamiento, colaboré con los miembros de su grupo para encargarnos del funeral, pero no teníamos manera de contactar con sus familiares aparte de ti… Yo he decidido hacerme cargo de tus gastos médicos, por eso vine a hablar contigo y conocerte mejor. —Axel intentaba parecer lo más sincero y afectado al darle esta noticia, sin embargo, mientras bajaba la cabeza con arrepentimiento, fue sorprendido por la risa entre tosidos de Holee.
— Ja,Ja,Ja ha-hasta cof, cof que por fin sucedió… Mi hermana cof… Mi hermana cof, cof, cof al fin está muerta… Ja,Ja,Ja cof, cof… —notando el desconcierto en Axel—. Disculpa, Ja,Ja,Ja cof de seguro debes estar pensando que estoy loca… Vienes aquí todo serio cof, diciéndome esa noticia y me rio apenas la oigo cof… Disculpa… Tengo la garganta arruinada por las medicinas cof… Axel, no se preocupe de mí y siga su vida cof, cof… Yo… Solo quiero morir de una vez… —Holee tapó su rostro mientras soltaba lágrimas, pero estas eran de felicidad y extrañamente de alivio.
«¿Qué mierda pasa con esa reacción? —aprovechando que Holee no lo miraba, Axel usó su [Visión Demoníaca]» para ver a la muchacha—. No encuentro maldad en ella, solo está llena de tristeza, desolación, dolor y… ¿Resignación? Ella de verdad a aceptó su muerte», tras mirar los sentimientos que rodean a Holee, Axel tosió para llamar su atención.
—Me tomó por sorpresa tu reacción… No debería ser de mi incumbencia, pero me gustaría saber los motivos de tus palabras. —Axel le sirvió un vaso de agua tibia que sacó de una cantimplora en su canasta y ella lo aceptó tomando de a pocos sorbos.
—Bueno, ya no me importa nada… Mi hermana Eila fue la causante de mi enfermedad, hace unos años me llevó con engaños a la ciudad de Yurik, quería visitar a su novio de turno y yo iba a ser la acompañante del amigo que pagó ese viaje… Yo pensaba que tal vez podríamos pasear como antes de que fuera reclutada por la iglesia… Pero cuando me enteré de la verdad discutí con Eila, por la pelea terminó arrojándome a los pantanos de Yurik y ahí esos bichos se metieron en mis piernas. —Holee contaba esto con cierto enojo, le mostró parte de su rodilla a Axel y él pudo ver unos pequeños gusanos moviéndose dentro de las yagas.
—Parece una enfermedad muy agobiante, disculpa mi ignorancia, pero tenía poco conocimiento de ello… Permíteme un segundo [Analizar Superior]. —Dijo sorprendiendo a Holee, la habilidad de Axel comenzó a mostrarle información.
Nombre: Holee Tunes
Edad: 19 años
Clase: Indeterminada
Trabajo: Ninguno
Equipo: Ninguno
Estado: Enferma por *Males de los pantanos (Etapa intermedia), Anemia, debilidad muscular y malestar general.
* Males de los pantanos: Enfermedad que se adquiere por tener contacto con aguas infectadas con larvas de gusanos Naxus, en su ciclo evolutivo estos monstruos depositan huevecillos en pantanos, donde al eclosionar las larvas buscan organismos compatibles para infectarlos, así cada cierto tiempo nacen diversos insectos de los tumores del cuerpo huésped. Los gusanos consumen el mana vital del huésped, con el tiempo avanzan por el cuerpo dejando a su portador vivo, pero incapaz de moverse, modificando sus órganos internos para volverlo un saco de huevecillos e incluso los insectos alargan la vida del huésped para proliferar dentro por más tiempo. Esta infección es posible curarla en la etapa inicial, pero deja graves secuelas en las partes afectadas, llegado a la etapa intermedia es irreversible…
>>>Esta enfermedad puede ser asimilada dentro del pacto demoníaco…
Desea iniciar un pacto con Holee Tunes… Si/No
«Se parece un poco a la elefantiasis, solo vi algo en documentales por televisión y recuerdo que eran parásitos que tapaban las arterias… Uhm ¿Qué beneficios tendría un pacto con ella? Me da un poco de curiosidad, pero no puedo ser imprudente, aunque por otra parte necesito más aliados de confianza y ella… Pues al borde de la muerte podría tal vez aceptar el pacto», Axel se quedó pensativo varios segundos y eso incomodó a Holee.
—¿Pasa algo raro? Estas mirándome de una forma muy intensa. —Holee tapó sus rodillas pensando que las heridas que tenía incomodaban a su acompañante.
—Solo estaba pensando unas cosas ¿Holee, no tienes nada por qué vivir? ¿Algo que quieras hacer o alguien que quieras ver? Cierto, me dijeron que podías comer algo de fruta. Mira, te traje unas manzanas. —Preguntó Axel destapando más la canasta, dentro traía unas tres manzanas, un tenedor y cuchillo.
—Solo me han dado alimento líquido y hierbas para el dolor… De verdad no necesitas tomarte tantas molestias. —Mirándolo pelar las manzanas, pasó saliva pensando en el sabor de aquella rica fruta.
—No es nada difícil hacer esto, anda y prueba un poco. —Axel le acercó a la boca un pequeño trozo de manzana con el tenedor, ella lo tomó con algo de desconfianza, tenía cierto rubor en esas antes pálidas y deslucidas mejillas.
—Que dulce… ¡Me-Me refiero a la manzana!… —evitando mirarlo—. En cuanto a tus preguntas, yo vivía tranquilamente soñando ser una aventurera, de niña quería sentir la misma emoción que Eila cuando entrenaba para ser un clérigo… Pero tras mi enfermedad todo eso se fue a la basura, me dieron de baja en la academia que pagaba y me encerraron aquí desde entonces. —Holee recibió a la boca otro trozo de manzana.
—¿Entonces ni siquiera comenzaste tu entrenamiento? Entiendo que odies a tu hermana por causar tu enfermedad, pero según sé, ella se esforzó día a día para pagar tus tratamientos. —Axel también comió un trozo de manzana, lo hizo del mismo tenedor con el que estaba dándole de comer a Holee e hizo que ella se desconcertara.
—¿Por qué tu…? Uhm… Si odié a mi hermana, es porque se victimizaba usándome para mostrarse como una mártir, nunca le dijo a nadie como me infecté y todo lo que supuestamente hacía por mí, era solo para quitarse algo de la culpa… ¿Y pagar mis tratamientos? Mucho de ese dinero no era para mí, solo fingía eso ante sus conocidos… Hace un mes la descarada vino a visitarme, estaba bien vestida y con accesorios nuevos muy costosos. Me dijo que se iría de viaje con su otro novio. —Holee apretaba sus sabanas con fuerza y se le notaba furiosa por recordar esos hechos.
—¿Otro novio? ¿Te refieres a ese espadachín de nombre Rochan? —Preguntó Axel recordando las discrepancias entre las historias que le contó Eila sobre su ex novio y las conclusiones que sacó de este al conocerlo.
—¿Rochan? Para nada, ese chico solo era un pasatiempo para Eila y me decía que solo era bueno en la —mirando avergonzada a otro lado—. Cama… Eila también era amante de un comerciante mayor llamado Timaius o algo así, le daba buenos regalos pero le aburría pasar tiempo con él… Eila solía venir a jactarse de sus aventuras amorosas, me decía que ya que nunca iba a encontrar a nadie que me quiera, al menos podía ser su confidente y desahogarse conmigo sobre sus «asuntos». —Mencionó Holee deprimida.
«Entonces toda esa mierda que me dijo, solo era parte de su actuación de victima… Si, supongo que vio mi equipo y pensó que soy alguien rico del cual sacar provecho. Además de que Minos De Lacroix es un noble por donde se le mire… Estoy comenzando a perder la culpa que sentía por matar a Eila, joder, esa chica sí que sabía mentir»
—Como dicen, caras vemos y corazones no sabemos. Me da algo de coraje que te tratara así todo este tiempo. —Dijo Axel acercándole otro trozo de manzana.
—Eila siempre fue la favorita de mis padres, ellos me abandonaron aquí y ni siquiera vienen a verme por temor a contagiárselo a mi hermano menor… Las únicas personas que he conocido, son los clérigos y monjas de la iglesia, detesto los gestos de repudio que hacen cuando me dan el tratamiento… ¿Qué si tengo algo por lo que vivir?… No tengo nada, Eila me lo arrebató todo cuando me empujó de ese puente ¡Yo quería conocer el mundo más allá de mi pueblo! ¡Quería tener aventuras! ¡Quería ser feliz!… Pero con este cuerpo, prefiero morir a seguir postrada en esta cama. —Ella hablaba con tanta tristeza y decepción, pensando en aquellas cosas que nunca disfrutaría.
—Si pudieras ser curada ¿Qué estarías dispuesta a ofrecer? —Preguntó Axel con una voz seria, esas palabras hicieron que Holee lo mirara enojada por su insensatez, sin embargo, cuando sus ojos se cruzaron ella vio aquel penetrante color dorado rodeando sus pupilas verticales.
—¡Qu-Que ere… Ayu…! —Antes de que Holee pudiera gritar le tapó la boca y se acercó lentamente a su oído dejándola paralizada del susto.
—¿De qué tienes miedo, Holee? ¿No dijiste que preferirías morir a estar en esta cama? Tienes ante ti un milagro, de esos que pides, pero nunca son escuchados… Puedo curarte para que veas el mundo que tu hermana te negó, para que camines y cumplas aquel sueño de niña. Aventuras, amigos y una vida emocionante, todo eso está al alcance de tu mano… ¿Pero que tienes para ofrecerme? —Susurrándole esas palabras al oído, Axel vio como los labios de esa desdichada muchacha titubeaban y sus ojos se empañaron pensando en esta oportunidad.
—Y-Yo… No tengo nada, no tengo dinero, no tengo cosas y dudo que mi cuerpo sea de tu agrado… ¿Pero por qué me ofreces curarme? Cuando no tengo nada que sacrificar. —La muchacha intentó limpiarse las lágrimas del rostro, sin embargo, con sus manos atadas le era imposible, Axel sacó un pañuelo y le secó con cuidado las mejillas mientras la tomaba del mentón.
—Me gano mi propio sustento, no necesito cosas materiales… Pero tengo una situación precaria en este mundo. Dices que tu cuerpo no es de mi interés ¿De verdad crees eso? —viéndola sonrojada por sus palabras—. Ja,Ja,Ja no lo tomes de esa forma. Necesito algo mejor que todas esas cosas superfluas. Yo solo quiero lealtad, es lo único que te pido para curarte… Voy a dejarte pensarlo por una hora, cuando regrese tendrás que recordar que el destino que tomes, fue únicamente tu decisión. —Axel se levantó para ir a la puerta.
—¿Por qué estás seguro de que no te delataré? —Preguntó Holee viéndolo temerosa.
—Nadie te creería y dudo mucho que alguna acción que tomes sea negativa para mí… Además, tú eres quien más pierde. Hasta pronto, Holee. —Axel cerró la puerta tras de sí y se quedó unos segundos apoyado en ella.
«Actuar de esa forma es agotador, felizmente tengo más confianza en mí mismo gracias a Mirtha… No soy tan idiota como para dejar un cabo suelto. Ya sabes lo que tienes que hacer», por la rendija de la puerta se arrastraba un delgado hilo de tierra.
Con el ultimátum para Holee corriendo, Axel se puso a caminar por los alrededores de la iglesia, había tiendas diversas y un pequeño mercado al aire libre. Cuando compraba juguetes para sus hijos, vio a Mirtha a lo lejos, quería ir a saludarla, pero entonces notó que era acompañada por un hombre rubio y fijándose bien se trataba de un atractivo elfo. Él vestía como un mago, llevaba en su espalda un grimorio, al verlos más atentamente, se percató que Mirtha hablaba amenamente con este elfo, parecía feliz con la charla que tenían y eso generó en Axel algo de celos.
«Bueno, ellas tienen una vida aparte de lo que me involucra —viéndola jugar coquetamente con su cabello—. Aun así, me siento incomodo por esto… Maldita sea»
Axel decidió dejar ese sitio sin llamar la atención, sentía un extraño sabor amargo en la boca y quería olvidar lo que vio. Mirtha nunca se había atrevido a mostrarle una sonrisa como esa en público, no podía sacárselo de sus pensamientos y eso le incomodaba.
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