Prologo: La prueba de la tierra

Los gritos de muchas personas hacían eco dentro de oscuros túneles, eran alaridos de dolor, lucha, sufrimiento y agonía. El sonido de metal chocando contra carne, los rugidos de muchas bestias atacando y rocas cayendo bruscamente al suelo, todo eso abrumaba el ambiente haciéndolo ensordecedor.

Los agitados pasos de una persona se presentan, pasa por un estrecho túnel rocoso donde las puntiagudas piedras lastiman su cuerpo, está dejando un sendero de sangre en su andar y cansado se mete dentro de un hueco. Ahí apoya su espalda, se deja caer contra la pared y jadea intentando recuperar el aliento.

—Se jodió… Todo se jodió sin darme cuenta ¡Maldita sea! —Axel estaba en su forma demoníaca, jadea de cansancio intentando calmar su respiración. Él tosió un poco de sangre, pero cuando intentó limpiarse la boca, notó que tenía ambos brazos arrancados.

«Mierda…. Mierda… Mierda… ¿De verdad tengo que hacerlo así?», el muchacho usó su boca para intentar cerrar las arterias por las cuales se desangraba y con mucho dolor las masticó para bloquearlas.

—¿Dónde estás demonio hijo de puta? ¡Voy a matarte! —Decía una tosca voz femenina y se acercaba al lugar donde él se escondía.

Axel dejó de respirar, estaba asustado por los insultos que esa mujer le lanzaba y podía escucharla rasgar las paredes de piedra con algo metálico. Miró los restos de sus brazos sabiendo que era peligroso luchar en esa condición, por ello usó una habilidad de sigilo para volverse invisible e intentar huir lo más rápido que podía. Dio suaves pasos dirigiéndose al final de un túnel, a unos metros detrás de él, podía medio ver a la mujer que lo perseguía. Solo distinguía los plumajes de un atuendo tribal y esos furiosos ojos amarillos buscándolo con impaciencia.

—Puedo olerte, demonio. Sé que estas escondiéndote como una sucia rata… Ja,Ja,Ja ¿Dónde está tu orgullo, bestia inmunda? —Esta mujer olfateaba los alrededores, estaba avanzando a unos tres metros de Axel y repentinamente… El sonido de una gota de sangre que cayó al suelo, le avisó de la ubicación de su presa y formó en su rostro una sonrisa de triunfo.

Esta mujer dividió una especie de lanza que portaba en sus manos, corrió al frente divisando algo traslucido moverse, con dos rápidos movimientos clavó la punta en algo blando frente a ella, haciendo visible a Axel y dejando ver que le perforó el abdomen por el frente. El muchacho hizo una mueca de dolor, logró abrir los ojos segundos antes de que la otra parte de la lanza, casi terminara por atravesarle el ojo derecho.

Axel avanzó aguantando el dolor, golpeó con su frente en la cara de esta fornida mujer, le dio un tacle con toda su fuerza logrando derribarla y continúo golpeándola en la cara con su frente. Le rompió la nariz, pómulo y labio, pero ella era una fiera guerrera pues le acertó dos golpes en la cien y casi lo hace perder el conocimiento. Gritando de desesperación, el muchacho le arrancó la garganta a la primera oportunidad que tuvo, la sangre salió a borbotones cubriendo la visión de Axel, por ello no pudo esquivar cuando esas fuertes manos lo tomaron del cuello y fueron asfixiándolo entre dolorosos gemidos ahogados.

Era una lucha de resistencia, ¿Se quedaría primero Axel sin aire? ¿Moriría primero esa mujer desangrada? Ya en los últimos segundos, donde sus pulmones prácticamente rogaban por oxígeno, sintió su cuello liberado de esas manos, el aire entró de golpe por su nariz y boca aliviando su cuerpo. Axel había ganado, cayó tosiendo fuertemente a un lado de ese cuerpo inerte, sin perder un segundo, el joven demonio comenzó a arrancar con su boca trozos de carne de los brazos de ese cadáver.

«¿Cuándo fue que todo valió mierda?… Holee, aún era muy pronto para ti… ¿Dónde carajos estás?», cuando Axel terminó de morder y escupir los trozos de carne, se levantó y piso con fuerza para romper los huesos que unían los brazos con el cuerpo.

La vida para este muchacho nunca ha sido fácil, mientras que otros héroes son bendecidos por el mundo, viviendo alegres aventuras, encontrado personas que hacen mejor sus vidas e incluso tienen hermosos momentos de felicidad… Axel está retorciéndose en la porquería, solo intentando lograr salir vivo de este cruel destino y tal vez tener la suerte de ver un nuevo día.