LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 25
Continente de Aubel
Ciudad de Trinity, Salida Norte.
Azujo del año 1684, Luna Regente Azul
Es de madrugada, la luna azul ha bajado sus tonalidades ocultándose tras las nubes y la luna roja es cada vez menos visible. Por unos fríos caminos áridos, unas siete grandes carretas avanzan con pequeñas linternas al frente que iluminan su andar, tienen lagartos robustos que tiran de ellas y por los costados son escoltados por ocho guardias montados en caballos. Estas carretas no son ordinarias, pues cada una de ellas tiene modificaciones especiales, como barrotes, paredes de gruesa madera y refuerzos metálicos para asegurar que los pasajeros no escapen.
Dentro de la tercera carreta, se encuentra Axel apoyando su espalda en esa fría pared de madera y a su lado esta Holee quien duerme abrigada por la capa de piel de puma del muchacho. Frente a Axel están dos hombres bebiendo vino mientras discuten algún tema sin importancia, al fondo está un joven hombre de armadura ligera, a simple vista es un humano normal, pero resalta el hecho de que tiene una cabellera plateada muy brillante y ojos de color ámbar.
«No puedo creer que me haya metido en esto, pero si no lo hago Mirtha nunca me perdonará… Al menos me hubiera gustado decirle lo que estoy haciendo, la dejé muy enojada la última vez que nos vimos», pensaba el muchacho acurrucándose contra la pared y recordando eventos de hace unos días.
Axel nunca hubiera esperado que Lulú se declara culpable en el juicio, segundos después de que aceptara esos crímenes, Axel tuvo que obligar a Mirtha a callar con el aro de esclavitud demoníaca, pues sabe bien que ella hubiera actuado para defender a su amiga y si lo hacía podría ser contraproducente para todos.
Después de que se llevaron a Lulú a las celdas, Axel fue con Mirtha a hablar en privado sobre esta situación, lo hicieron en la habitación de ella pues es el lugar más cercano a la zona de los tribunales de justicia. Durante todo el trayecto no se dirigieron palabra alguna, él no sabía que decir o hacer en esta situación y en el camino pensaba algo que responder, pero no llegaba a una idea clara. Ya en la habitación de la joven maga, cerraron la puerta con seguro y fue ella quien rompió el tenso ambiente con su voz.
—Tienes que hacer algo, tenemos que ayudarla de alguna forma… Estoy segura de que algo más pasó, tú la conoces y sabes que ella es incapaz esos crímenes. —Mirtha estaba enojada, lo expresaba golpeado la pared y la mesa por la impotencia que sentía.
—¿Qué quieres que haga, Mirtha? Ni siquiera pudimos hablar con ella y aceleraron su juicio por influencia de sus acusadores. Según me dijo Ramona, el padre de ese joven de la familia Dahuo que golpeó, tiene conexiones en varias áreas de la ciudad y mucha influencia para hacer algo así. —Axel se recordó hablando con la recepcionista Ramona, le había pedido testificar, pero ya no fue necesario cuando Lulú aceptó los crímenes.
—Tienes tu apellido, usa el nombre de Minos De Lacroix para hacer lo mismo y sácala de esa celda. No podemos permitir que se la lleven a las minas de Equidna… La vida de Lulú se arruinará para siempre, no tienes idea de la clase de sitio que es ese. —Mirtha tomó de los hombros a Axel, lo miraba de una forma muy intensa esperando ansiosa una respuesta afirmativa.
—Mirtha, ni siquiera se bien quien era este Minos De Lacroix. Mandé a Holee a averiguar, pero solo me dijo que los De Lacroix son una familia muy importante en el continente y yo no sé cómo usar ese apellido ¿Crees que la soltaran, si voy a la cárcel y que soy de esa familia? No seas tan ingenua por favor, pensemos bien estas cosas e investiguemos sobre lo que Lulú nos está ocultando. —Axel tomó las manos de su compañera como un gesto de empatía y en su mirada se denotaba lo preocupado estaba.
—E-Es que no lo entiendes, Axel. Ser condenado a trabajos forzados en las minas de Equidna, es igual a una condena de muerte… N-No puedo quedarme con los brazos cruzados. Si no quieres ayudarme en esto, entonces lo haré sola e iré a sacarla de ahí por las malas. —Ella hizo hacia un lado a Axel, se disponía a irse cuando la voz de mando del muchacho la detuvo y se quedó paralizada justo antes de que abriera la puerta.
—Mirtha, te ordeno que no te acerques, involucres o intentes rescatar a Lulú —poniendo los dedos en el aro de esclavitud de Mirtha, ella sintió un fuerte dolor recorrerle desde ese frío metal—. Lo siento Mirtha, pero no puedo permitir que te arriesgues de esa forma y nos expongas a todos. —Axel vio como Mirtha cayó al suelo arrodillada por el dolor, fue ayudarla a levantarse, pero ella lo tomó con fuerza del brazo y lo jaló para ponerlo sobre ella.
—Di-Dime que quieres… Te puedo dar mis ahorros, te daré mi alma si es necesario… Ya te di mi cuerpo antes, incluso puedo hacer muchas más cosas si de eso se trata —ella comenzó a abrirse la parte superior de su túnica rompiendo sus botones, se lanzó sobre Axel pegándose a su cuerpo—. Podemos hacer el pacto si es lo quieres, pero por favor… Saca a mi amiga de ahí… —Mirtha besó a Axel sorpresivamente, la forma desesperada en que lo hacía asustó al muchacho y cuando lo tomó de las mejillas él pudo sentir un escalofrió recorrerle la espalda.
—¡Detente! —a su orden el aro de esclavitud se activó paralizándola—. ¿Qu-Que te pasa, Mirtha? Tu no actúas de esta forma, te-te prometí en nuestra primera vez que nunca me aprovecharía de ti… —Axel encontró unas mantas verdes y las usó para cubrir el cuerpo de su compañera.
—Y-Yo pensé que podía confiar en ti… E-En serio me estaba convenciendo… De que éramos más que objetos desechables para ti… Vete… Si no vas a ayudarnos, no quiero verte ¡Largo! —Mirtha lo dijo entre dolidos sollozos, gritó lo último enojada haciendo que Axel se marche agachando la mirada… Ambos tenían el corazón lastimado y de un modo que ninguno entendía.
Tras esa discusión con Mirtha, el muchacho regresó al gremio Gorrión Blanco y evitó hablar con todos en su trayecto hacia su cuarto. Él estaba algo deprimido, Anais, Holee y sus hijos notaron los aires de tristeza que lo rodeaban, incluso sus pequeños intentaron animarlo jugando con él y únicamente podía fingir una falsa sonrisa para no preocuparles. Esa noche Axel no pudo dormir, pues solo pensaba en que podía hacer para que las cosas volvieran a ser como antes y si había alguna forma de ayudar a Lulú. Especialmente no podía sacarse de la mente, aquella mirada de odio y decepción de Mirtha cuando lo echó de su cuarto.
A la mañana siguiente, ya algo más tranquilo tomó una decisión después de pensar mucho y decidió hacerlo sin decirle a nadie más. El muchacho fue a hablar con el juez sobre la condena de Lulú, sorpresivamente al llegar a los juzgados se topó con un par de guardias y estos justamente habían recibido la orden de ir a buscarlo. Axel fue escoltado por ellos, lo llevaron a las oficinas del juez Jaime Corintios, donde tras tocar la puerta y que se le permitiera entrar, encontró dentro de la habitación a una persona que no conocía.
—Buenos días, Lord De Lacroix —estrechando su mano—. Es un honor conocer al primogénito de tan ilustre familia. Mi nombre es Ronlac Thyriei, soy el maestro de la asociación de aventureros en Trinity. De saber que usted estaba trabajando para nuestra cede, le hubiéramos dado un mejor trato y preferencias para ayudarlo… Voy a castigar debidamente a la recepcionista que lo registró, lo merece por no informarme correctamente sobre su inscripción. —Quien se presentó, era un hombre mayor de cabellera corta color blanco por la edad, patillas largas y frondosas, un ojo oscuro de mirada seria, una cicatriz dejada por el arañazo de un animal que había mutilado su ojo izquierdo, vestía una armadura plateada oscura, con adornos dorados y rojos que resaltaban la finesa de esa vestimenta y en su cinturón un sable de hermosos diseños.
—Es la primera vez que tengo el gusto de hablar con usted, solo había escuchado su nombre en la cede. Pero disculpe, en cuanto a lo de la recepcionista, preferiría que no castigue a Ramona, pues fui yo quien le ordenó mantener en secreto mi identidad. Ya sabe, no quería atraer atenciones innecesarias. —Axel usó [Analizar Superior] en este hombre, los datos que obtuvo de este reflejaban un nivel promedio, habilidades nada resaltantes y solamente un equipamiento muy caro.
—Supongo que también quería hablar conmigo. Fue una casualidad que los guardias que mandé a buscarlo, lo encontraran dirigiéndose a mi oficina. Vera, lo estaba mandando a llamar para conversar con usted sobre el juicio de ayer… Me dejó mudo el hecho de que fuera amigo de esa chica y supongo que no esperaba la condena tan apresurada. —El juez Jaime también saludó de mano a Axel.
—Como declaré ayer, conozco muy bien a Lulú por el tiempo que llevo en Trinity y sé que es incapaz de esos crímenes. Venía a conversar con usted, sobre si habría alguna manera de poder… A-Ayudarla en su situación. —Axel se lo iba a insinuar como un soborno, pero evitó el hacerlo por la presencia del maestro Ronlac.
—Ahí es donde yo entro, Lord De Lacroix. Por el escándalo de ayer investigué a fondo a su amiga Lulú Bernet, las irregularidades de su acusación son claras y no puedo permitir que se haga tal injusticia. El problema es que los Dauho usaron muchas conexiones para su condena, incluso amenazaron a la familia de mi buen amigo Jaime y todo para acelerar el proceso. —Estas palabras dichas por Ronlac sorprendieron a Axel y le dejaron un mal sabor de boca.
—Lamento que haya presenciado mi debilidad, pero no podía poner en riesgo la vida de mi familia… Tal osadía de los Dauho no puede quedar impune y para ello necesitamos su ayuda. —Jaime abrió la puerta de su oficina, miró a los lados y al no ver nada extraño cerró con seguro.
Brevemente le dieron una explicación a Axel, sobre que la condena de Lulú no puede ser retirada sin motivos y que se necesitaba pruebas para demostrar su verdadera inocencia. Según ambos le dijeron muy seriamente, Lulú aún estaba en peligro pues era común que algunos presos de las minas de Equidna, mueran en circunstancias sospechosas para silenciarlos definitivamente. Ronlac tenía el plan de mandar a Axel como un nuevo vigilante, averiguar a fondo las cosas que oculta Lulú, detener al asesino que iría tras la cabeza de la peleadora novata y de ese truhan obtener las pruebas que se necesitaban.
—En el gremio esparciré sutilmente unos rumores, sobre que usted partió con un grupo a alguna misión fuera de la ciudad y así no habrán sospechas mientras captura al asesino. —Dijo Ronlac sosteniendo el anuncio de la supuesta misión.
—Por mi parte, me encargaré de darle documentos que lo acreditaran como un vigilante nuevo, justamente por la temporada del festival requieren personal e ira con cuatro personas más por esos trabajos. Lo bueno es que quienes lo transportaran a las minas no lo conocen y gracias a su alias pasara desapercibido. Solo queda que acepte nuestro plan ¿Está de acuerdo con todo esto? —Jaime le mostró unos pergaminos en blanco, los cuales tenían escritos sobre la contratación de un nuevo vigilante.
—La familia Dauho ha cometido muchos crímenes en varias ciudades, no se les puede detener por la amplia cantidad de influencias que tienen. Pero si alguien con su apellido se pone en su contra, es seguro que muchos preferirán abandonarlos a quedar en malos términos con los De Lacroix. —Ronlac miró disimuladamente por la ventana, hizo cierto gesto del cual Axel no se percató.
—En verdad estoy agradecido con ambos, tenía mis dudas sobre cómo podría ayudarla. Y ahora que tengo una oportunidad, no la desaprovecharé. Claro que acepto si con ello salvo a Lulú, pero necesito incluir a alguien de mi confianza en este viaje. —Axel extendió su mano para cerrar el trato, con una sonrisa ambos hombres aceptaron el gesto y hablaron más afondo sobre arreglos a los planes que tenían.
>>>Misión: Rescate de Lulú Bernet
* Infiltrarse en las minas de Equidna
* Cumplir el rol de vigilante
* Atrapar al asesino oculto
* Requerimiento secreto… Existe una misión que se activará bajo ciertas circunstancias…
Al regresar por la tarde al gremio Gorrión Blanco, justo después del almuerzo tuvo una seria conversación con Anais y Holee sobre este asunto y ambas tenían opiniones diferentes en cuanto a la decisión de su amo. Anais estaba renuente en permitir que Axel fuera a esas minas, ella escuchó que las minas de Equidna es uno de los peores lugares del continente y se preocupaba por la seguridad de su amo. Las historias que rondan las minas, en su mayoría eran sobre abusos, depravaciones, trabajos peligrosos y muertes grotescas.
Holee había tenido poco trato con Lulú, sin embargo, confiando en las palabras de Axel, también se dio cuenta de que había algo negro tras esos supuestos crímenes. Ella sentía empatía por Lulú, pues veía una situación similar a la suya, donde su futuro se truncaría por intereses de terceros.
—Amo Axel, es mejor olvidarse de Lulú. Nunca lo respetó y mucho menos merece que se arriesgue por ella. Si se buscó ese problema debe tomar la responsabilidad por sí misma. —Increpó Anais con fastidio.
—¿Cómo puedes decir eso, Anais? Tú incluso pasaste bastante tiempo con ella antes del pacto con Axel, deberías tener un poco de compasión ¿Qué no sientes nada por Lulú? —Holee estaba sorprendida por las duras palabras de su compañera.
—¿Compasión por Lulú? Esa desgraciada me dislocó el brazo, al intentar evitar que hiciera el pacto con el Amo Axel e incluso amenazaba con avisar a los aventureros para que lo mataran. Pase lo que le pase no me importa, ella nunca entendió su lugar y ya me tenía hastiada con sus críticas. —La falsa elfa se cruzó de brazos, dando a entender que no cambiaría de opinión.
—Eso lo deja claro. Lo siento Anais, pero iré a rescatar a Lulú y si está de acuerdo, me llevaré a Holee conmigo. —La decisión de Axel dejó a su primera pactante haciendo pucheros de enojo.
—Aunque odie la idea de ayudar a Lulú, tengo que acompañarlo a esas minas tan peligrosas. Holee puede quedarse a cuidar a los niños, tenemos los suficientes fondos para que se mantenga hasta que regresemos. —Dijo Anais con algo de enfado y renuencia.
—Si vas a estar así todo el viaje, lo mejor es que tú te quedes a cuidar a los niños. Prefiero no inmiscuirte en esto, si vas a estar haciéndolo de mala gana. Esa es mi última palabra… —Axel habló con un tono tan severo, que puso tensas a sus pactantes.
—A-Aunque sea a un lugar tan horrible, me gustara salir de Trinity después de tantos años ¿Cuándo será el viaje? ¿Qué debemos preparar para nuestra partida? —Holee estaba emocionada por el viaje, se notaba porque sus antenas comenzaron a moverse como la cola de un perro alegre.
—Es bueno verte tan emocionada, pero recuerda que esto no es un viaje de placer. Nos iremos en la madrugada de pasado mañana, es cuando vienen por los condenados a trabajar en las minas. Por ahora duerme bien, mañana compraremos cosas y especialmente una vestimenta adecuada para ti. —Axel no pudo resistir el acariciar esas largas antenas y poner nerviosa a Holee con ese acto, Anais por su parte los miraba con algo de celos.
En la mañana siguiente, Axel decidió salir junto Holee y sus hijos a comprar las cosas de uso diario para el viaje, al mismo tiempo planeó pasar ese tiempo con los pequeños antes de partir, pues no sabe cuándo regresará a Trinity. Le dijo a Anais para que saliera con ellos, sin embargo, ella rechazó la invitación con algo de apatía, dijo que tenía muchos quehaceres y no podía dejarlos de lado.
Fue un paseo muy tranquilo, caminaron por un parque lleno de vivaces flores, visitaron una supuesta fuente de los deseos al precio de una moneda de cobre, tuvieron un almuerzo en un restaurante familiar y ahí se encontraron casualmente con la recepcionista Ramona.
—Hola Axel, justo quería encontrar el momento para agradecerte —viendo a Holee sentada a su lado—. ¿Interrumpo? Quisiera que hablemos en privado… —Habló con timidez la recepcionista de dorados cabellos y alas blancas.
—No, solo salimos a pasear con los niños. Holee, ella es Ramona la recepcionista de la cede de aventureros —presentándolas ambas se hicieron un gesto con la cabeza—. Niños, espérenme en la mesa unos minutos, iré a hablar con la Señorita Ramona. —Axel se limpió la boca para seguir a Ramona, llegaron a una mesa vacía donde no había nadie cerca y tomaron asiento para estar a gustos.
—Como le dije antes, quería agradecerle por interceder por mí, pues el maestro Ronlac me contó que pidió que no sea castigada. Necesito mucho ese trabajo de recepcionista y temía ser despedida. Felizmente el maestro Ronlac solo me regañó muy severamente por ocultar su identidad. —Ramona lo decía con un tono de voz deprimido.
—No tienes que agradecerlo, Ramona, soy yo quien te metió en ese problema. Tú amablemente me sugeriste ocultar mi identidad y hacerlo me ayudó mucho hasta el juicio donde tuve que revelame. —Axel estaba apenado por el momento amargo que imaginó le hizo pasar a esa amable mujer.
—Es muy afable para tener un apellido de tal importancia, los nobles que he conocido antes, se creen superiores a todos y tienden a humillar a otros por diversión… Sobre eso —pidiéndole tímidamente con el dedo que se acercara—. Yo también creo en la inocencia de Lulú, durante el tiempo que nos conocemos y por lo que pasó ahora, sé que usted es una persona de buen corazón. Recibí la orden de poner un extraño anuncio de misión, en el cual figura su nombre ¿Ira a ayudar a Lulú? ¿No? —Ramona le susurró al oído cuando se le acercó, su cálido aliento y suave voz estremecieron al muchacho.
—Eres muy lista para haberte dado cuenta de eso. Es verdad, hablé con el Señor Ronlac sobre ese tema e ideó algo para darme la oportunidad de salvar a Lulú, pero guárdalo como un secreto entre nosotros… Si alguien pregunta de mi paradero, sea quien sea, diles que partí a cumplir esa misión. —Con algo de timidez Axel también se lo susurró al oído, le preocupaba que su aliento huela mal por haber almorzado recientemente. Ramona se separó de él, se puso los dedos en sus carnosos labios pintados de rojo como señal de su silencio y le regaló una hermosa sonrisa de confianza.
—También quería hablarte de otro tema, ya que tu identidad salió a la luz, será mejor que evites tener contacto con tantas personas y lo digo especialmente con mujeres que buscaran sacarte algún provecho —viendo con sospecha a Holee—. Entiendo que como hombre le guste tener chicas interesadas en usted, pero se lo digo porque me preocupa —sonrojándose—. No-No lo tome de ese modo, yo ya tengo pareja y no debería darle una idea equivocada de mi… Pero por favor, desde ahora tenga mucho cuidado con las relaciones que haga. —La preocupación de Ramona era sincera, la [Visión Demoníaca] de Axel no detectaba malicia de ella, solo sentimientos de estrés y frustración.
—Le agradezco tanta preocupación, Ramona, pero Holee es alguien en quien confió. La conocí semanas antes de todo este problema… Ahora que lo recuerdo, quería consultarte sobre algo. —Axel hizo memoria de un problema que estaba dejando de lado, eso era sobre si podía volver a Holee una aventurera.
Ramona le dio una explicación rápida, sobre el proceso por el cual se crean las placas de aventureros y datos importantes de los datos que registran. La pirámide en la cual posan sus manos, reúne parte de la esencia del individuo que la usa, imprimiendo las características básicas en la placa y registrando la información en una especie de base de datos mágica, la cual está conectada con cada cede de la asociación de aventureros en los continentes.
Una placa activa registrará datos como las ubicaciones visitadas, historial de las misiones, las personas con los cuales hizo un grupo, una puntuación de qué tan bien se hizo el trabajo, registros de crímenes, las especies de monstruos que asesinó e incluso avisan cuando el dueño muere.
—Únicamente los maestros de cada cede pueden acceder a esta información, en casos especiales colaboran con las autoridades y corroboran datos que sean útiles en asuntos legales. También hay ciertos beneficios que ofrecen las placas, pero solo son accesibles para rangos B a superiores. —Ramona le había explicado todo calmadamente, ayudándose con dibujos que hizo en un pergamino.
—Nu-Nunca me hubiera imaginado, la cantidad de información que guardan estas placas —mostrándole la suya—. En verdad son muy seguras ¿Y registran a todas las razas o hay excepciones? —Axel fingida estar tranquilo, pero dentro de su mente estaba sorprendido por todas las características que le dijo su acompañante y disimuladamente hizo la última pregunta.
—La pirámide identifica a todas las razas y solo se necesita algo de esencia para plasmar la información. Incluso los demonios están registrados en las pirámides, eso me recuerda una historia —al escuchar la palabra «demonio», el muchacho tomó su bebida con algo de nerviosismo—. Veras, hace algunos años escuché que un demonio fue capturado intentando ocultarse como humano y causó un gran alboroto en la ciudad de Moskiy. —Ramona se absortó tanto en su historia, que no podía ver los leves mensajes corporales de Axel y denotaban lo tan nervioso que estaba al escucharla.
—Va-Vaya que interesante —volviendo a tomar un largo sorbo de su bebida—. ¿Y qué hicieron cuando lo capturaron? —Preguntó mirando a otro lado mientras se sobaba la barbilla de nerviosismo.
—Pues es obvio, la cede de Moskiy estaba repleta de aventureros que, al escuchar la alarma, corrieron inmediatamente a asesinarlo. Pensaron tomar su cabeza para ponerla en la entrada de la ciudad, sin embargo, los demonios se desintegran una vez que mueren… Uhm según me dijeron, dejó a esos aventureros con las ganas de hacerlo. —La recepcionista dijo lo último con una sonrisa, como si de algo jocoso se tratara.
—Me parece excelente —imaginándose decapitado junto a sus pactantes—. Bueno Ramona, ya se me está haciendo tarde y gracias por resolver mis dudas. —Axel se levantó forzando una sonrisa pues la preocupación lo abrumaba, Ramona también se levantó y le dio un suave beso en la mejilla como señal de despedida.
Cuando el muchacho regresó a la mesa con Holee y sus niños, estos pudieron ver que traía mala cara y estaba algo pálido. Y después de un largo suspiro, Axel puso una sonrisa y decidió ir al siguiente sitio.
Llegaron a tienda que se especializa en variedad de equipamientos para aventureros, es una herrería con el símbolo de un martillo negro sobre la puerta y en cuya entrada se pueden ver avisos de armas disponibles. Dentro de la tienda el brillo de los artículos dejó sorprendidos a los niños, los cuales comenzaron a curiosear por ahí, Axel les advirtió que no tocaran nada pues podría ser peligro y tras un animoso gesto de afirmación, los niños continuaron paseando en la tienda.
En el recibidor principal estaba un hombre alto muy fornido, leía tapándose la cara con una especie de periódico, al sentir que tenía visitantes bajó el papiro y les puso atención. Este hombre tenía una piel bronceada, con cabello corto pelirrojo, de donde sobresalen unas orejas de zorro, ojos verdes en tonos oscuros, una cicatriz de quemadura cubriendo su mejilla y pómulo derecho, su atuendo es un pantalón de donde salía una cola frondosa de pelaje rojizo y una camisa azul muy simple.
—Buenos días, Axel ¿O debería llamarte Lord De Lacroix? —Lo dijo con un tono que denotaba molestia.
—No es necesario que me llames así, Waldpa, te agradecía que me trataras como siempre. —Respondió el muchacho con sinceridad.
—A pesar de ser un hubeast sin apellido importante, soy uno de los mejores herreros de Trinity, Axel. Me gusta tener confianza con mis mejores clientes… Me sentí engañado y ofendido al enterarme de tu identidad ¿Qué hubiera pasado si alguna de tus compras causaba tu muerte? No quiero ser el herrero que estuvo involucrado en la muerte de un De Lacroix, la gente no olvida cosas como esas y peor aún seria el castigo de tu familia. —Increpó Waldpa con notorio fastidio.
—No quería un trato especial solo por ser un De Lacroix, detesto que piensen en mí solo como un noble presumido. Waldpa, confió en todo lo que me vendiste y hasta ahora tus equipos me han ayudado en cada misión. Por qué confió en ti, hoy vengo a comprarle al mejor herrero de Trinity. —Axel fue firme en sus palabras y causó un suspiro del herrero.
—Y carajo que lo soy. Bueno, al menos no usaste tu apellido como un trueque. Odio cuando los nobles hacen eso y piensan que pueden pagar con «publicidad». Pero yo le vendía a un aventurero llamado Axel, no a un noble que entra a mi tienda sin presentarse y diciendo que quiere mis equipos. Ese es un desconocido para mí. —Waldpa sonrió de una forma tranquila y extendió su mano a Axel.
—Mi nombre es Minos De Lacroix, primogénito varón de la familia De Lacroix y estaría contento de ser su cliente. —Dándose un fuerte apretón de manos, parecía que las cosas entre estos dos se habían arreglado.
—Yo soy Waldpa Kauhan, pertenezco al clan cola de fuego. Puedes confiar en que todo lo que compres, será un valioso artículo para tus aventuras ¿Qué puedo hacer por ti, Minos? —Waldpa se puso una mano en su cintura e hinchó el pecho orgulloso mientras mostraba su mercancía.
—Necesito una armadura para mi compañera —presentando a Holee—. Su nombre es Holee Tunes, iremos a una misión juntos y quisiera un equipo adecuado para ella.
—E-Es un gusto conocerlo, señor Kauhan. Preferiría algo que no sea tan caro, no quiero ser una molestia para Axel. —Sugirió tímidamente Holee, miraba sutilmente los equipos tras Waldpa y sentía algo de inquietud.
—Llámame solo Waldpa, señorita. Bueno, eso depende de tu patrocinador aquí presente. —El herrero sonrió por las expresiones de la muchacha.
—El precio no es problema, Holee. No me parto el lomo durante las misiones, para ser tacaño con nuestra seguridad. —Axel tomó de la mano a Holee y la llevó con cuidado al almacén de equipos.
Pasaron un tiempo seleccionando los artículos para la muchacha, incluso los niños de Axel querían ayudar sugiriendo los que le parecían mejor. Lucios le trajo una armadura femenina pesada, era de un metal plateado con tonalidades rojas y tras la insistencia del niño se la puso. Fue una completa sorpresa para Walpda, pues con el físico delgado de la muchacha, esta tiene la fuerza suficiente como para moverse con el conjunto completo puesto.
—Sorprendente, Holee. Ese conjunto fue hecho para paladines de cuerpos entrenados. Por cierto ¿Cuál es tu clase? Eso ayudaría a seleccionar tus equipamientos. —Preguntó Waldpa mirándola de arriba abajo y poniéndola nerviosa.
«¿Que me dijo Axel que respondiera? ¡Ya recuerdo!», pensó la muchacha.
—Tengo entrenamiento como [Druida/Combatiente], me especializo en invocación de insectos, crear ilusiones y lucha cuerpo a cuerpo. —La muchacha estaba notoriamente preocupada por parecer creíble.
—Entonces esa pesada armadura no te será útil. Los de tu clase necesitan ropajes livianos, protecciones específicas y accesorios que aumenten sus resistencias —guiándolos a otra parte de los mostradores—. Aquí encontraras los que necesitas. Ya que el costo no es un problema, te recomiendo comprar aquellos que están encantados. —Waldpa escuchó a alguien entrar y fue a atender a otros clientes.
—Holee, recuerda que cuando usas habilidades tu cuerpo se transforma… Sera mejor escoger ropajes livianos, que no te estorben al cambiar de forma. —Le susurró Axel al oído.
—Tengo un mal presentimiento por esa sugerencia… —Holee miró de reojo ciertos atuendos algo pequeños y reveladores.
Tras quitarse esa pesada armadura, comenzaron a buscar entre las recomendaciones de Waldpa y esas palabras de Axel preocuparon a la muchacha. Cuando se puso el conjunto que le escogieron, fue a verse al espejo y quedo avergonzada…
—No, no, no, definitivamente no voy a salir a la calle vistiendo así, esto es muy revelador. Nunca he usado ropa tan ligera en toda mi vida, es muy vergonzoso. —Articuló con notoria vergüenza, podía verse su rostro rojo mientras intentaba cubrirse con sus brazos.
—Es lo mejor que puedes usar, no hay obstrucción en tus brazos y piernas, tienes el abdomen descubierto para disparar tus aguijones y la espalda destapada para abrir tus alas de ser necesario. —Axel miró detenidamente el cuerpo de su compañera, ciertamente era lindo verle ese rostro de vergüenza y ese ropaje le quedaba bien.
—¿Cómo van con las…? Cuando dije ropajes livianos, no me refería algo tan expuesto. —Waldpa regresó, al verlos se raspó la quijada con algo de decepción en el rostro. Buscó dentro de una caja cuyo contenido sonaba metálico.
—L-Lo ves Axel, hasta el señor Waldpa piensa que es algo muy indecente. —Holee estaba aliviada, sintió las manos del herrero ponerle aditamentos en el cuerpo y al verse al espejo.
—Listo, a esto me refería con protecciones específicas. —Waldpa miraba a Holee con orgullo.
—Sí, eso está mucho mejor. Lo compro todo. —Axel estaba aplaudiendo con el resultado.
Holee tenía un conjunto de dos piezas color amarillo oscuro, con los bordes verdes, protecciones metálicas en hombros, cadera y costillas, una tiara con tres gemas amarillas y una corta capa café que cubría su espalda.
—¡Solo tengo protecciones de metal encima! Ca-Casi nada ha cambiado… —Nuevamente la muchacha sentía vergüenza, pero ya no pudo hacer nada cuando escuchó a Waldpa y Axel hablando del precio.
Así fue la última tarde de este par en Trinity, tras hablar bien con sus niños sobre su viaje, Axel y Holee se quedaron conversando en el cuarto de este.
—Según me dijeron, serán dos semanas de viaje hasta las minas de Equidna y estaremos con grupos que viajan por distintos trabajos. Durante ese tiempo evitemos entrar en combates innecesarios. —Sugirió Axel sirviéndole un vaso de mate.
—Estoy un poco nerviosa, pero intentaré no llamar mucho la atención… ¿Y si me preguntan qué hago ahí? —Holee estaba preocupada por ese asunto.
—Hablé antes con el juez Jaime, me dijo que entraras como mi asistente personal y dudo que tengamos problemas gracias a los arreglos que hizo… Aunque tengo un mal presentimiento, siento que todo está saliendo muy bien y generalmente las cosas no suelen ser fáciles en mi vida… —El muchacho estaba pensativo y verlo así sorprendió a su compañera.
—Estaremos juntos en esto, Axel… Te debo mucho por lo que hiciste al curarme y nunca poder pagarte esa deuda… Pero te prometo, como esta será la primera vez que trabajamos juntos, haré lo posible por ayudarte con cualquier cosa. —Holee extendió su puño con algo de timidez, dando un suspiro vio con determinación a Axel.
—Nos cuidaremos mutuamente, vamos a regresar con las pruebas de la inocencia de Lulú… Todo será como antes de este problema. —Axel correspondió el gesto de Holee, ambos chocaron sus puños mirándose con una ligera sonrisa y comenzaron a reír con alegría.
Fue así que, en la madrugada, este par esperó cerca de las prisiones a las carretas que transportan a los condenados, solo pudieron ver a Lulú subir encadenada a una carreta y por guardar apariencias no pudieron ir a hablarle. Solo entraron a donde les indicaron y vieron a sus compañeros de viaje.
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