LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 30
Continente de Aubel
Frontera Este del Reino Nimbus, Minas de Equidna, barracas del personal
Azujo del año 1684, Luna Regente Azul
Axel, descansando en su habitación tras su sexto día de trabajo.
Las barracas del personal son amplios terrenos con construcciones de hasta tres pisos, que se separan en cuartos personales o compartidos para los trabajadores de las minas. Al terminar sus turnos laborales, el personal pasa el resto de la noche en estas instalaciones, el cuidado de los cuartos queda a responsabilidad de los residentes y cualquier daño a la propiedad de las minas será descontado de su sueldo para las reparaciones.
En su caso, Axel tuvo suerte de recibir un cuarto personal, es pequeño con una cama de 1 plaza, un ropero para sus prendas de vestir, dos sillas y una mesa. Ahora son las 10:00 pm y el muchacho se muestra algo nervioso, mira su apariencia en un espejo de baja calidad e intenta arreglarse el flequillo.
«Joder… ¿Estaré bien con este atuendo? No sé exactamente como debería vestir para ir a esos sitios en este mundo», pensaba el muchacho viéndose en el espejo, llevaba puesto un atuendo casual de pantalón color café, un saco de color negro, una camisa celeste y alrededor de su cuello tenía ese peludo adorno de su armadura. Alguien tocó la puerta de su habitación, eso lo hizo exaltar y con algo de nerviosismo fue a atender.
—¿Ya estás listo, Axel? Dentro de poco comienza el espec… —viendo el atuendo que lleva—. Axel, apúrate en ponerte tu puta armadura para ir. Me muero de ganas por verlas. —Tamir entró apresurado al cuarto mostrándose impaciente, también entró Ángelo saludando a Axel con un gesto de su mano.
—¿Qué? Pero si solo vamos a ir a los lupanares, pensaba ir con algo casual y cómodo para variar. —Axel estaba desconcertado, su respuesta ocasionó la risa de Tamir, incluso Ángelo puso una cara que expresaba que estaba riendo.
—No me jodas ¿En serio? —viéndolo aun confundido—. Axel, estos no son burdeles como los de grandes ciudades, aquí las cosas pueden ponerse peligrosas. Según me dijeron, los ataques de criaturas nocturnas son comunes cuando se regresa a las barracas, necesitas estar preparado ante problemas así… Además, nunca faltan los imbéciles que se quieren pasar de listos y tienes que darles una lección ¿No es verdad, Ángelo? —Al final Tamir golpeó con suavidad el pecho de Ángelo, este afirmó con la cabeza para darle razón.
—Okey, no lo había pensado así, pero tienes razón… Espérenme afuera 5 minutos. —Axel notó que ninguno salía de su cuarto.
—Por favor, somos hombres, vamos a ayudarte a ponerte la armadura para ahorrar tiempo —viendo que su compañero les abrió la puerta y los miró con seriedad—. Está bien, vámonos Ángelo. Dejemos a la señorita ponerse sus enaguas en privado. —Ambos jóvenes dejaron el cuarto de Axel, lo hicieron riéndose y haciendo bromas por el comportamiento del muchacho.
«¡Mierda! Acabo de cagarlas ante mis compañeros de trabajo. No van a dejar que olvide esto ¡Maldición! Tendré que aceptar las burlas por un tiempo… Pero ellos no pueden ver cómo me pongo mi armadura», Axel se quitó el pantalón, el saco y la camisa, dejándose solo puesto el adorno de piel que rodeaba su cuello, de esta prenda se deslizó un líquido negro que cubrió todo su cuerpo, lentamente fue tomando la forma de su armadura y terminó de vestirlo en segundos. Al final espero cinco minutos para salir, esto para no ocasionar preguntas innecesarias.
Al poco tiempo los tres jóvenes estaban yendo en una carreta al pueblo, quedaba a casi media hora de viaje, durante el trayecto Tamir les contaba sus experiencias en otros burdeles y por su forma de hablar parecía que tenía mucho tiempo en el mundo del entretenimiento nocturno.
El pueblo al que se dirigen tiene el nombre Riccotta, está compuesto por pobladores de distintas razas y la discriminación es casi nula. Este pueblo ya tenía existencia desde antes que las minas fueran establecidas, con el tiempo fue llenándose de gente que decidió asentarse en Equidna. Alguien con mucha visión de negocios, propuso la idea de crear burdeles especiales que podrían ser visitados por los trabajadores, este proyecto fue bien visto por la directiva de las minas, así que se le dio el apoyo para sacarlo a flote y actualmente se este pueblo se volvió un área de entretenimiento adulto. Lo difícil fue hacer que los pobladores aceptaran este estilo de vida, sin embargo, se les creó negocios, se les dio seguridad y se abrió fuentes de trabajo que a la larga podrían volverse negocios familiares a sus nombres, todas estas cosas ayudaron a que Riccotta creciera con el esfuerzo de sus pobladores. Este pueblo incluso es visitado por personas de renombre, pues es toda una experiencia disfrutar de los placeres que ofrece.
Cuando al fin la carreta estaba a pocas cuadras del pueblo, los tres jóvenes vieron por la ventana lo iluminado que estaba dentro de los muros, inclusive la música era audible desde la distancia en que se encontraban. Al bajar recorrieron por la calle principal, ahí estaban ubicados solo bares normales, donde los trabajadores y visitantes podían pasar tiempo con sus parejas y divertirse sin problemas. La zona que les importaba a estos jóvenes, era la más profunda y a la cual únicamente se tenía acceso presentando la placa de trabajador o identificación de visitante. Era notorio la división de este pueblo, adelante estaban viviendas normales, tiendas de convivencia y establecimientos familiares… Luego de eso venia un muro alto, donde se toparon con una puerta pequeña resguardada por dos vigilantes de apariencia ruda.
Tamir fue a hablar con ellos, los hombres con los que compartió tiempo trabajando le indicaron que hacer para entrar a la otra zona de la ciudad. Tras una charla donde Tamir los hizo reír, miró a sus amigos y les pidió que se acercaran, Ángelo y Axel mostraron sus placas y se les permitió la entrada.
Dentro el ambiente era muy diferente, había mujeres de distintas razas llamando clientes a las tabernas, sus ropas eran diminutas y casi no dejando nada a la imaginación. Estas tabernas tenían fuegos de distintos colores en las puertas, cosa por lo cual Axel se sintió interesado.
—Oye Tamir ¿Qué significan esas luces? —Preguntó el muchacho intentando adivinar, pues veía que las mujeres y en algunos casos hombres que llamaban clientes, no parecían tener distinción alguna.
—Significa el tipo de servicio en que se especializa el local; Las rojas significan que solo aceptan clientes hombres; Las azules que hay hombres que ofrecen sus servicios; Las moradas únicamente tienen hubeast; Las verdes que solo se aceptan clientes mujeres; Las blancas que se cumplen fantasías y fetiches poco comunes; Las Negras… ofrecen a menores de edad para… bueno, ya sabes… —Con lo último Tamir parecía incomodo de decirlo, incluso Ángelo y Axel tenían un mal sabor de boca.
—Entiendo, después de todo estamos hablando de esclavos. Cuando tienen hijos deben sacarles el mayor provecho posible. —Con eso dicho por Axel, los tres jóvenes se alejaron de los últimos locales, los cuales tenían varias luces negras y eran visitados por gente que parecía ser muy pudiente.
Después de ese amargo vistazo a la realidad, Tamir cambió los ánimos contándoles algunos chistes y experiencias jocosas, eso ayudó a que dejaran de pensar en ello. Ya habiendo dando un recorrido inicial, era momento de elegir el local donde entrarían, para esto Tamir les hizo una pregunta importante. Esta era si es que tenían algún problema con otras razas, sus compañeros le negaron con la cabeza, dándole a entender que no eran racista y esta respuesta alegró a Tamir.
Los tres llegaron a un local en medio de la zona, tenía el nombre de «El Safari», lo adornaban luces rojas y moradas, lo cual indicaba que atendían mujeres hubeast. En la puerta fueron recibidos por una linda jovencita con orejas de cánido, cola esponja y pelaje plateado en sus extremidades, llevaba puesto un diminuto bikini de tela adaptado para su cuerpo. Con una encantadora sonrisa esta los guio al interior, tras abrir una cortina hecha de caparazones de moluscos, fueron deslumbrados por lo que había al interior y se quedaron sorprendidos.
Era un amplio salón, donde había sillones cubiertos de pieles alrededor de las paredes, un gran escenario al medio que se elevaba un metro sobre el suelo y mesas donde descansaban las bebidas alcohólicas. Atractivas meseras paseaban mostrando sus sensuales cuerpos, coqueteando con los comensales, algunas se sentaban para acompañar a quien lo pidiera y pudiera pagar sus rondas de licor. Las chicas tendrían entre 17 a 30 años, sus finas figuras y variadas formas estaban para satisfacer amplios gustos, todas parecían animadas y era imposible pensar que, con esas sonrisas, estas chicas estaban obligadas a trabajar aquí.
La atención de Axel fue llamada por una mesa del fondo, donde una larga cola de reptil parecía enroscarse, ahí estaba un hombre siendo cuidadosamente sujetado por una hubeast serpiente, su forma era igual a las lamias de las leyendas, la parte superior de una hermosa mujer y la inferior de una serpiente constrictora. Su cliente no perdía tiempo de recorrer esa escamosa piel con sus dedos, cosa que la hubeast parecía disfrutar pues lo pegaba cariñosamente entre sus pechos, ella se percató de la mirada de Axel y dándole un sensual guiño, le sacó esa lengua bifurcada por medio de sus dedos índice y medio de forma provocadora.
Ángelo por su parte, fue atraído por los voluptuosos cuerpos de dos hubeast bovinas, su mayor atributo eran esos enormes pechos que mostraban con orgullo, sus pequeños cuernos amarillos apuntaban hacia arriba, llevaban una cabellera lisa y suelta de color negro, sus orejas caídas estaban casi pegadas a los cuernos, su pelaje en totalidad tenía manchas blancas y negras.
Tamir se centró más en mirar a una hubeast águila, tenía plumas brillantes color café claro, una cabellera castaña que caía hasta su cintura, usaba sus alas para cubrir tímidamente su cuerpo, sus piernas eran de su especie con un color amarillo mostaza, sutilmente podía verse una bata transparente bajo sus alas, esta chica tenía una mirada seria y era exactamente lo que Tamir buscaba.
Los tres tomaron una mesa, fueron atendidos por aquella chica águila a la cual Tamir le había echado el ojo, la voz de esta era suave al presentarse como Chantal y tras tomar sus órdenes se retiró.
—Es mucho mejor que como lo imaginaba —viéndole el trasero a Chantal cuando se fue—. Si, voy a pedirla para más tarde. —Dijo Tamir sobándose la barbilla.
—¿Más tarde? ¿Hasta qué hora planeamos quedarnos? —Pregunta Axel un tanto preocupado, Ángelo también miró de esa forma a Tamir.
—Vamos chicos, mañana es domingo y no trabajábamos. Vamos a ver algunos bailes, tomar cerveza para entrar en calor y divertimos un rato con la chica que elijamos. Yo tengo cierta debilidad por las chicas aves, me gusta sentir la suavidad de las plumas y ser sujetado por esas fuertes patas. —Comentó Tamir poniendo un rostro de satisfacción.
—Salud por eso muchacho, veo que eres de los míos —Dijo una voz masculina que venía de la mesa de atrás, ahí estaba Horos con una chica de plumaje amarillo sentada en sus piernas, era obvio que pertenecía a la especie canario. Al verlo, los tres se pararon para darle un saludo de respeto—. No chicos, eso no es necesario… Fuera de las horas de trabajo soy un sujeto normal, no tienen que cohibirse porque su jefe este aquí. —Horos tomó un gran trago de su bebida, los invitó a unirse a su mesa y aceptaron con una sonrisa nerviosa.
—Qué bueno oír eso, ya tenía el corazón en la boca. Verdad chicos… —Agregó Tamir con tono bromista, sus compañeros rieron algo incomodos.
—Así que te gustan las chicas ave, tienes un buen ojo para haber escogido a Chantal, es una chica con carácter fuerte que sabe tratar a un hombre —las bebidas que los chicos pidieron, llegaron a la mesa de Horos—. No se preocupen, yo tengo mi propio licor especial… —dando otro trago—. Cuando llegas a cierta edad, gustas de cosas especificas… Miren eso chicos, ya comienza el siguiente espectáculo. —Horos les señaló el escenario, ahí las luces se iluminaron y un humo blanco comenzó a extenderse por el suelo.
—Abran muy bien sus ojos ante la preciosidad de esta noche, su nombre es Xiomara y viene del reino de Nimbos, recíbanla con un gran aplauso y deleiten su vista con su flexible cuerpo… Y si no me creen a mí, bueno, por un buen precio pueden comprobarlo ustedes mismos. —Decía un presentador a un lado del escenario.
Por la puerta del escenario salió una joven medio elfo, su cabellera era blanca con mechas pelirrojas, tenía una figura esbelta únicamente cubierta por velos transparentes, ella movía sensualmente su cuerpo al compás de la música y danzaba lentamente con una mirada seductora. Al pasar el tiempo ella iba quitándose más de esos delgados velos, levantando sus piernas y mostrando los lugares que puede alcanzar al contorsionarse, se subió a una barra metálica contoneando su cuerpo, mientras se deslizaba por ella se fue quitando los velos más importantes, dejándose completamente desnuda y mostrando a los presentes sus finos atributos de mujer.
—Aunque tenemos una gran variedad de mujeres, solo existen siete elfas en Riccotta y Xiomara tiene el tercer puesto ganado por sus méritos, uno de los mejores tesoros que El Safari tiene para ustedes. Hace más de 10 años que ella cumplió su condena, sin embargo, sigue trabajando aquí porque le agarró el gusto. —Comentó Horos besando el brazo de su compañía femenina.
—¿Tercer puesto? Me gustaría probar su flexibilidad, pero no me alcanza el dinero. —Dijo Tamir algo decepcionado y mirando de reojo a Chantal.
—Ja,Ja,Ja No te preocupes por eso, jovenzuelo. Si presentas tu placa de vigilante, la empresa te lo descontara del sueldo —levantándose de su asiento, indicó a su servidora que se quedara con los chicos—. Lidia, entretiene a los muchachos con un baile, regreso en un momento. —Horos se dirigió a los baños.
—Deben ser los nuevos vigilantes de los cuales me hablaba, daddy Horos. Que sea un secreto, pero según me dijo está muy contento con su trabajo. —Aquella hubeast ave de nombre Lidia, le dio un baile especial a Tamir, se movía al ritmo de la música mientras sutilmente le enseñaba sus rosados senos.
—Me alegra oír eso —notando que Ángelo seguía mirando a las chicas bovinas—. ¿Quieres llamarlas, Ángelo? —Preguntó Axel riendo al ver a su compañero boquiabierto.
—Ya veo, eres de los que prefiere mucha carne… Y por esos ojitos, adivino que es tu primera vez —viendo el rostro de Ángelo enrojecido—. ¡Qué lindo! Pero no te recomiendo esas dos para tu primera experiencia, son algo toscas y apresuran las cosas para ir tras otro cliente… Si confías en mí, te traigo una amiguita que te tratará muy bien. —Lidia había estado bailando en el regazo de Tamir, al ver que Ángelo asintió con lo cabeza de forma nerviosa, ella se levantó pidiendo que la esperen.
—Ángelo muchachón, esto merece un brindis —Tamir llenó los vasos—. Porque tu primera vez sea memorable. —Chocando sus vasos los tres acabaron su bebida, golpearon la base contra la mesa mirándose amistosamente y luego rieron.
—Ve con suerte, Ángelo. Como consejo te digo que vayas a tu ritmo, pero respeta a tu pareja, que trabaje aquí no significa que la trates como un objeto. —Agregó Axel acalorado por la bebida y el ambiente.
—Ahora solo falta una chica para ti, Axel… Podemos preguntarle a Lidia por alguna otra hubeast serpiente ¿O será que quieres a la que te hizo ojitos al entrar? —Decía Tamir golpeando burlonamente con su codo a Axel.
—¿Eh? Nada de eso, solo vine por los *Jajás. No tenía planeado otra cosa más que acompañarlos. —Axel se los dijo entre risas y negando con la mano.
*Jajas: Expresión usada para describir una situación cómica, hilarante o de broma que no debe ser tomada en serio.
—¿No será que estás pensando en Holee? —Ángelo asintió con la cabeza—. Ya deberías decidirte e ir en serio con ella… ¿O tal vez otra chica te está esperando en Trinity? —viéndolo dudar unos segundos, pues Axel pensó en Mirtha—. Eres un perro, Axel. Y con esa carita de hombre honesto, casi terminas engañándonos. —Tamir miró sospechosamente a Axel.
—Ay chicos… De verdad mi vida es complicada, pero no soy el tipo de hombre que juega doble. —Axel dio un gran trago de su bebida, por la expresión melancólica que tenía sus compañeros le sintieron lastima, ambos pudieron percatarse por esos ojos triste, que Axel estaba cargando con una preocupación sobre sus hombros.
—Bueno Axel, tenemos muchos días para nos cuentes lo que te está pasando, unas copas de alcohol y veras que los problemas se hacen pequeños —viendo detrás de Ángelo—. Uffff llegó tu momento… Y qué momento. —Tamir se levantó de su asiento y vio a Ángelo mirar detrás de él sorprendiéndose.
Lidia había regresado, la acompaña una chica hubeast carnero, tiene los típicos cuernos curvados de esos animales, unas curiosas pupilas horizontales, un pelaje ondulado color blanco en sus extremidades, una figura muy bien definida con anchas caderas, pechos más grandes que el promedio y piernas gruesas que terminan en pesuñas partidas.
—Este es el chico especial del cual te hablé —poniéndola delante de Ángelo—. Te presento a Kelly, una amiguita muy cariñosa que te hará pasar un buen rato. —Lidia tomó la mano de Ángelo e hizo que estreche la de Kelly.
—Mu-Mucho gusto, e-estoy a tu cuidado —mirándolo con timidez—. ¿Vamos a un sitio más tranquilo? —Aquella chica carnero cubría sus labios de forma tímida, eso la hacía ver sensual y Ángelo afirmó con la cabeza sintiéndose nervioso.
«Mejor me aseguro que todo esté bien… [Analizar Superior]», pensaba Axel diciéndolo su habilidad en voz baja.
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Nombre: Olga Ul Hollande
Alias: Kelly
Raza: Hubeast (Carnero)
Nivel: 12
Edad: 24
Estado: Saludable
Clase: Esclavo
Trabajo: Prostituta
Dueño: German Bellido
Equipamiento: Vestimenta de lujuria
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«Según esto no tiene ninguna enfermedad, así que Ángelo no corre ningún peligro», pensó Axel viendo a su compañero irse con Kelly a los cuartos privados.
—Uhm… Cómo que Kelly no parece tener mucha experiencia. —Dijo Tamir algo pensativo.
—Ja,Ja,Ja Es parte de su actuación, le gusta parecer tímida para que sus clientes se sienta a gustos. Especialmente prefiere a los primerizos, por eso sé que le dará un «servicio» que Ángelo nunca olvidará. —Respondió Lidia entre risas, se levantó para recibir a Horos que regresaba.
—Vaya chicos, esto de ser viejo no sienta nada bien… —Acariciando las mejillas de Lidia, la cargó de la cintura para sentarla en sus piernas—. Tenerte cerca me hace sentir más joven… —Horos recibió un largo beso de Lidia.
Repentinamente la música comenzó a cambiar, esto llamó la atención de los muchachos.
—Esta noche para su deleite, tenemos una presentación especial. Agarren bien sus pantalones, pónganse un babero y reciban con un fuerte aplauso a la fiera más bella de El Safari. Ella viene de las lejanas tierras Leteo, con una esencia que sacara su lado más salvaje. Recuerden bien su nombre, señores… Desiré, está aquí… —Anunció el presentador y todos en el local se quedaron en silencio, Axel y Tamir también sintieron el cambio de ambiente y miraron con atención el escenario.
Un cuarteto de hubeast lobas hacían un coro con sus suaves aullidos, por aquellas cortinas delgadas se vio entrar una hermosa pierna morena, adornada por cadenas de oro con gemas y haciendo una grácil pirueta entró al escenario una hermosa mujer. Su cabellera es plateado oscuro con un hermoso brillo llegándole hasta las pantorrillas, es coronada por un par de orejas felinas color rosadas con puntas plomas, su rostro tiene tatuajes dorados muy delgados, la figura de esta mujer es perfecta en todos los sentidos, su larga cola negra se menea seductoramente y ese tono oscuro de su piel resplandece con las velas que la rodean. Ella hace un sensual baile en el escenario, baja a recorrer por las mesas sintiéndose alagada por las miradas lujuriosas de los comensales, juega con ellos coqueteándoles, pero demostrándoles su lugar y repentinamente algo llama su atención. Desiré camina con un sexy paso hasta Axel, sus profundos ojos amarillos lo miran como observando su alma, con sutileza pone sus finos dedos en la piel que adorna el cuello del muchacho, lo mira nuevamente para regalarle una sonrisa que estremece el corazón de Axel y ella se quita uno de sus collares de oro para ponérselo a ese atónito joven. Desiré sigue su camino al compás de la música, hasta llegar a la salida del escenario y al irse el ambiente vuelve a la normalidad.
—Eres un hombre con suerte, Axel. No muchos reciben la invitación de la Reina del Safari, aunque dudo que haciéndote un préstamo puedas pagar sus servicios. —Comentó Horos tocando el collar que Desiré le dejó a Axel.
—No es necesario que pague, la Reina Desiré lo aceptará gratis si llega a caerle en gracia. —Dijo una pequeña voz desde debajo de la mesa, quien les habló era una pequeña niña hubeast de especie tigre, esta niña viste con una bata blanca y lleva en sus manos una pañoleta roja con la cual limpia la mesa.
—Pe-Pequeña… Casi me da un infarto, no deberías aparecer así de la nada. —Dijo Tamir sujetándose el pecho.
—Disculpe por eso, joven cliente, pero la Reina Desiré me mandó el darle ese mensaje a su candidato de esta noche. Por favor sígame, lo llevaré a los aposentos de mi Reina Desiré. —Aquella pequeña niña tomó de la mano a Axel.
—Sería una descortesía rechazarla, Axel. Pero es tu decisión ¿Te sientes con suerte para campionar con la Reina? —Le dijo Horos mirándolo con seriedad.
—Y-Yo… —mirando que Tamir le hacía gestos para que acepte—. Pues a ver como salen las cosas. —Axel se levantó y antes de ser jalado de la mano por esa niña, se despidió tanto de Horos como de Tamir y ambos le desearon suerte.
Axel fue guiado por la puerta de servicio, pasó por la cocina, el camerino de las servidoras, subió tres pisos y caminó por un largo pasillo, donde aquella niña le soltó la mano e indicó que fuera a la última puerta. Axel así lo hizo con mucho nerviosismo, pasando saliva con dificultad y tras dar un largo suspiro abrió la puerta. El ambiente dentro era intoxicarte, una mezcla de hiervas que apenas olerlas sintió su cabeza embriagada, al fondo de esa gran habitación finamente decorada, se encontraba Desiré sentada en un trono con un vestido transparente, tenía las piernas cruzadas y fumaba una delgada pipa.
—Eres un joven muy apuesto, con unos ojos que indican sufrimiento y sobre todo que entiendes de soledad… —parándose de su trono, rodeo a su visitante mientras lo observaba detenidamente—. Me parece muy contradictorio, no tienes los ojos de un criminal y mucho menos la esencia de un depravado ¿Pero por qué viste con la piel una hermana? —Ella lo había abrazado por la espalda, amenazándolo con sus garras en el cuello y con esa larga cola erizándose de forma amenazante.
—¿He-Hermana? No… ¿No me digas que eres una puma de las tinieblas? —Axel no se movió ni un milímetro, sintió la lengua de Desiré lamerle el cuello.
—Exacto, parece que conoces a mi raza… Incluso hueles a leche materna y detecto el olor de cachorros viniendo de ti… Dímelo rápido, dependiendo de tu respuesta podrás salir vivo… Y quiero la verdad, me es fácil oler a un mentiroso. —Desiré cortó superficialmente el cuello de Axel.
—Hace unos meses, encontré a una puma de las tinieblas moribunda, con sus hijos aun lactándola, yo no podía abandonarlos para que mueran… Desde ese día me he hecho cargo de ellos y los crio como mis hijos. No puedo entrar en más detalles por su seguridad, solo te diré que quiero a esos pequeños y voy a protegerlos cueste lo que cueste. —Respondió Axel sintiendo que Desiré olfateaba su piel, luego fue soltado y la vio sentarse en la gran cama delante de ellos.
—Es increíble, no he conocido a nadie que no pensara usar a hubeast puma de las tinieblas, como algo más que sus juguetes sexuales o mercancía para burdeles. Tu no estas mintiendo ¿Pero por qué siento esta esencia materna viniendo de ti? —Desiré lo llamó para que tomara asiento a su lado y le sirvió vino en una fina copa de oro.
—Me dijeron que el destino de los pumas de las tinieblas, no es muy esperanzador que digamos… Ahora que te conocí, solo puedo pensar en que hice lo correcto en darles mi apellido y ocultar su naturaleza —imaginando a sus hijos siendo esclavizados—. Nunca voy a permitir que algo así les pase. —Era notorio el rostro de enfado que Axel tenía, eso llamó la atención de Desiré y lo sorprendió con una suave lamida en la mejilla.
—Eres muy extraño… Si alguien como tú me hubiera encontrado, mi vida hubiera sido muy diferente a la actual. Durante los años que me usaron para satisfacer la lujuria de los clientes, solo podía pensar en ser libre y no ser sometida por nadie… Pero aún me ves aquí, únicamente siendo las más deseada y ahora acostumbrada a esta vida. —Desiré dio un sorbo a su bebida, vio su reflejo en el vino de su copa y recordó las cosas horribles que pasó.
—El mundo es un lugar cruel, de donde vengo ignoraba las desgracias que me rodeaban, solo centrándome en mi vida y sin importarme nada más que eso —terminando su copa, exhaló satisfecho—. Bueno, es tiempo de irme… Gracias a ti recordé que es lo más valioso que tengo para proteger. —Axel estaba parándose cuando fue tirado de la mano y tumbado sobre la cama, Desiré se puso encima de su entrepierna y le sujetó las muñecas.
—¿Por qué tanta prisa? No solo te llamé para matarte si me mentías, ya que tu respuesta me vino en gracia —mostrándole su busto desnudo—. Voy darte una probada del paraíso. —Desiré dio suaves besos en el cuello de Axel, lentamente se dirigía a sus labios y él giró su rostro para detenerla.
—No he venido por eso… Será mejor dejarlo aquí. —Axel intentó pararse, pero Desiré le rodeó el cuello con su larga cola.
—Que valiente eres para rechazarme, solo hay dos razones porque alguien me haya dicho que no… Gusta de encamarse con hombres o tiene una mujer que no quiere traicionar —viéndolo a los ojos, lo notó desviar la mirada con lo segundo—. Ja,Ja,Ja eres tan inusual… —soltándole el cuello—. Antes de que te vayas, dime como es esa mujer por la que me rechazas. —Desiré se cubría el pecho con su ropa y meneaba su cola ansiosa por escucharlo.
—Se llama Mirtha, es una maga humana con la que hago grupo y me ayudó a criar a los pequeños… Al principio dejamos en claro que no habría amor entre nosotros, pero no sé porque… Simplemente pensé en ella cuando me estabas besando —sintiendo que lo mira con sospecha—. Si algo me gusta de Mirtha, es la pasión que le pone a sus estudios… Es muy diferente a mí, que nunca me esmeré de más por nada —algo se movió rápidamente tras Axel, él logró tomarlo con su mano antes de que lo tocara—. ¿Qu-Que intentabas hacer? —Axel sostenía en su mano la cola de Desiré, en cuya punta se abre el pelaje mostrando un palpitante órgano cilíndrico, el cual tiene arterias moradas y parece segregar un líquido amarillo.
—Basta un solo toque de nuestras colas, para sumergir una mente en la lujuria. Tenía pensado probar si lo que sentías era amor, pero parece que tienes muy buenos reflejos, querido. Sera mejor que te vayas por la puerta trasera, la reputación de ambos quedara manchada si se sabe que fui rechazada… Pero podría decir que no aguantaste más de 10 segundos, así serias el hazme reír de tus compañeros. —Desiré lo miró juguetonamente y tenía cierta malicia al mencionar lo último.
—Está bien, me voy pero que se diga que la pasamos hasta la madrugada. Manda a decirles a mis amigos que me iré solo, no quiero que se preocupen. —Axel se fue dando un respiro de alivio, cerró la puerta tras de sí sin mirar atrás. Entonces notó que de su espalda baja salía una cola igual a la que tenía Desiré, mostraba ese órgano palpitante en la punta y aquel líquido amarillento lubricándolo.
«¿E-Esto es un órgano sexual? Si ella lo miraba me hubiera hecho preguntas que no sabría responder, tampoco hubiera podido silenciarla por la situación y su fama en Riccotta», pensaba Axel yéndose por una puerta diferente a la que llegó, esta daba a la parte trasera del local.
La cola que creció en la espalda baja de Axel había vuelto al interior de su cuerpo, él estaba yéndose por los callejones traseros cuando sintió una puerta ser golpeada y al dirigir su mirada a ese lugar se topó con una situación extraña.
De esa puerta salió una humana, era rubia de siquiera 21 años, estaba delgada, pero con el vientre caído, de su entrepierna tenia sangre cayendo, su rostro estaba pálido y torpemente dio unos pasos tambaleándose. Al verla Axel se acercó a ayudarla, solo podía escucharle susurros casi inaudibles, pero era notoria la desesperación que tenía al formularlos.
—M-Uhm… Mi… be… bebe… S-Se lleva… ron a mi… ¡bebe! —Dijo sobre esforzándose para hablar, cayó sobre Axel sujetándose a su ropa desesperadamente, con su escuálido brazo señaló al frente y ahí tres pequeñas siluetas se perdían en la oscuridad.
—¿Qu-Que mierda está pasando? Iré por ellos. —Axel corrió inmediatamente para alcanzar a esas extrañas figuras, les gritó que se detengan, pero al mirarlos se llevó una gran sorpresa.
—Oh buenas noches chico ¿Viniste a divertirte? —quien le habló era el chinchilico capataz llamado Tuyma—. Querida Umir, este es uno de los nuevos vigilantes de los que te conté. —A un lado de Tuyma estaba una chinchilico, sus apariencias eran similares por las arrugas, pero ella tenía rasgos femeninos que la distinguían.
—Es un placer conocerlo en esta noche tan alegre ¿Le gustaría ser padrino de nuestro nuevo hijo? —La chinchilico Umir tenía una gran sonrisa, acurrucaba en brazos a un recién nacido y este parecía tranquilo por los mimos.
—¿Qué? No… Ese bebe es de… —Axel sintió que algo cayó detrás suyo, al mirar ahí se encontró con que esa mujer rubia se había desplomado—. No te esfuerces tanto, estas en muy mal estado. —Axel la ayudó a levantarse, pero ella intentaba desesperadamente llegar con los chinchilicos.
—Ya entiendo, creo que estas cometiendo un error, muchacho. Soy un chamán para el bautismo, mi nombre es Nunuy. Veras muchacho, Umir y Tuyma adoptaron al bebe de esa mujer. —El tercer chinchilico se presentó cortésmente.
—No les creas, me robaron a mi bebe… El dueño del local me obligó a dárselos, ¡Esos monstruos no me quitaran a mí bebe! —agarrando fuertemente la ropa de Axel, bajó sus raquíticos dedos hasta su espada—. ¡Mátalos! No dejes que se lo lleven. —Le suplicaba entre lágrimas aquella mujer.
—¿Mo-Monstruos? —dándole él bebe a Tuyma—. Eres una prostituta ¿Qué vida puedes darle a esa pequeña? ¿Crecerá para ser vendida a los hombres? ¿Quieres verla vivir lo mismo que tú? Ser llenada por desconocidos diariamente, hasta quedar embarazada y que todo se repitiera otra vez. No eres apta para ser madre… —Umir la miró con ojos llorosos, al escuchar el llanto del bebe se lo pidió a su esposo y la chinchilico lo acurrucaba para tranquilizarla.
—A ustedes no les debe importar la vida que pueda darle, soy su madre y eso nunca cambiara… —empujando a Axel—. Quítales a mi bebe por favor, seré tuya cuando quieras, pero trae a mi bebe. —Esa mujer hablaba con cólera y señalaba a los chinchilico enojada.
—Señor Tuyma… Lamento las molestias de esta noche, siento conocer de esta forma a su esposa… Pero mejor váyanse tranquilos… Yo me encargaré de que no los fastidien. —Dijo Axel muy serio, al oírlo aquella mujer empezó a golpearlo con sus escuálidos brazos, Axel la tomó de las muñecas y comenzó a llevársela hacia la puerta de donde salió.
—Hiciste lo correcto, joven Axel, no olvidaremos este favor. —Tuyma bajó su cabeza como señal de agradecimiento, su esposa y el chamán hicieron lo mismo y así estos tres chinchilicos desaparecieron en la oscuridad de la noche.
Axel podía oír los gritos de esta mujer, sus insultos y maldiciones por la decisión que tomó el joven que la retenía. Este muchacho no dijo nada, solo pensó en el horrible futuro que le evitó vivir a esa bebe y que con esos chinchilicos tendrá una mejor vida. Tal vez la mujer que lo insultaba, en otras circunstancias hubiera podido ser una madre amorosa, dándole una vida digna al bebe que tanto esperaba, sin embargo, lo que ahora sostiene es una mujer que no le importaba sacrificar a su bebe, con tal de aferrarse al capricho de ser madre… Este mundo es cruel, sus decisiones solo pueden ser juzgadas por lo que él cree correcto.
Axel, área de arribo de las carretas.
Era ya de medio día, en el área de arribo estaba Axel sentado en una banca, pensaba en lo que sucedió con la prostituta del día anterior, sobre como la entregó al dueño del local y este tras agradecer la ayuda del muchacho, arrojó a aquella mujer como un tapo viejo a un cuarto sucio, siendo su castigo el quedarse ahí hasta tal vez morir. Alguien se paró cerca de Axel, él se dio cuenta al momento que escuchó que le hablaron.
—Vaya Axel, tiene mala cara ¿Tampoco dormiste bien anoche? —Holee estaba tapando su boca al bostezar y estiraba su otro brazo en señal de cansancio.
—Hola Holee, si, algo así. Sucedieron cosas un tanto difíciles ¿Qué tal te fue en el turno nocturno? —Preguntó el muchacho parándose.
—Ya te cuento en la carreta, por ahora vamos a tomar esa que me prestaron. Hay un sitio que quiero mostrarte y tal vez sea de tu interés. —Respondió Holee señalándole una carreta a lo lejos, esa era la carreta que usaba Toño para transportar a las amazonas.
—Veo que te fue bien, no muchos confían una carreta a alguien que recién está comenzando a trabajar. —Mencionó Axel viendo la carreta, esta era tirada por dos lagartos grandes de color verde oscuro.
—A mí también me sorprendió, él supervisor Toño es alguien muy amable y me contó historias interesantes de las mimas. —Subiendo ella al asiento del conductor, tomó las riendas y dio su mano a Axel para ayudarlo a subir.
Este par de jóvenes se la pasó hablando todo el trayecto, el cual según Holee les tomaría cerca de 1 hora llegar a su destino, Axel estaba algo callado escuchándola y Holee estaba muy emocionada contándole de su trabajo. Sobre como tenía miedo de equivocarse en su primer día, todos los monstruos con los que luchó, las veces que estuvo con el grupo de aventureros sancionados a cargo de Aegar, como aprendió más de sus habilidades y la terrorífica noche de ayer con los espíritus condenados.
—Poniendo en perspectiva mi vida antes de conocerte, no me arrepiento de haber hecho el pacto contigo… Ahora cada día es un regalo, donde puedo hacer las cosas con las que antes solo soñaba. Gracias por darme esta oportunidad, Axel. —Le dijo Holee con voz jovial.
«No me había dado cuenta de eso, pero Holee ha cambiado mucho a comparación de cuando nos conocimos… Ciertamente no sabía qué futuro podía esperarnos al ofrecerle el pacto, solo lo hice por curiosidad y para tal vez curarla de su enfermedad… No obstante, ahora que la miro sonreír con tanta pasión y felicidad por la vida… Me hace sentir que he sido un idiota por no considerar sus sentimientos», pensaba Axel mirando absorto aquella cálida sonrisa de su compañera.
—¡Ey! ¿Qué pasa con esa mirada? Me estas poniendo nerviosa, tonto. —Increpó Holee algo sonrojada por la mirada profunda de su acompañante.
—Lo siento, es solo que… Tienes una linda sonrisa… —Axel miró a otro lado avergonzado, ni estaba seguro del porqué de esa respuesta.
—¿Pe-Pero que te pasa? Nu-Nunca me habías dicho algo así antes, eso vino de la nada. —Por los nervios ella suelta las riendas de la carreta, por intentar ambos tomarlas terminan sujetándose las manos y sintiéndose incomodos.
Un gruñido interrumpió su momento, como salvándolos de algo a lo cual no sabían cómo responder. Cuando Axel levantó su mirada al frente de la carreta, se encontró con el cielo lleno de siluetas contoneándose y alas que revolotean por el paraje. Se trataban de varias serpientes de casi dos metros, con cuerpos robustos de color amarillo, tenían largas alas emplumadas más abajo de sus cabezas que les permitían volar, presentaban plumaje en sus lomos con colores azules y verdes, estos animales danzaban en el cielo entrelazando sus cuerpos.
—En mi mundo había escuchado de serpientes con alas, pero nunca hubiera imaginado que fueran así… —Dijo Axel mirando absorto el espectáculo.
—El miércoles vinimos con el grupo de Aegar a este sitio, nos encargaron recolectar sus huevos para el almacén. Por aquí los llaman phurukataris, estos seres devoran a ciertos insectos enormes que son una plaga para las cosechas, por eso es importante cuidarlos y mantener su población en equilibrio. Cada uno pone entre 10 a 15 huevos por semana y son muy fértiles por esta época del año. —Le contó Holee indicándole para bajar de la carreta.
—Me he dado cuenta que la cosas en las minas están muy equilibradas, es como si todo funcionara en un perfecto orden establecido —viendo a dos phurukataris gruñéndose agresivamente—. Parece que tienen muy mal temperamento… —Mencionó Axel siendo guiado por Holee tras una roca.
—Pues sí, por eso se tiene que esperar a que venga el enjambre de insectos para que se puedan recoger los huevos… Estuve pensando que podrías asimilar a un phurukataris, tienen cuerpos fuertes para apretar a sus presas, exhalan un veneno paralizante y atacan con mordidas o lanzando sus plumas como cuchillos ¿Intentamos atrapar uno? —Holee miraba a un posible objetivo desde el escondite tras la roca, se percató que había un phurukatari en tierra con el ala rota y gruñía agónicamente a sus iguales.
—Estaría genial, la única criatura voladora que tengo adquirida es un murciélago, pero es muy frágil para pelear —sintiendo que Holee le dio unos suaves codazos, ella le señalo al phurukatari herido— ¿Ese? Si, vamos a darle. —Axel comenzó a avanzar con cautela junto a Holee.
Ese phurukatari en tierra estaba desplazado de su manada, parece ser que, al perder la facultad de volar, los excluyen del grupo y esperan su muerte en aislamiento. Holee abrió su abdomen para tirarle aguijones venenosos, dándole casi todos paralizó al phurukatari y permitió que Axel use [Caminante de las tinieblas], para llegar sin ser visto por el resto de la manada, cuando tocó el cuerpo de ese ser se volvió visible y comenzó a arrastrarlo para alejarlo.
En el cielo, los phurukataris que sobrevolaban parecían no prestar atención al muchacho, sitiándose aliviado por ello se llevó a su objetivo sin problema. Una vez teniéndolo cerca, Axel procedió a darle una muerte piadosa para que no sufriera, luego comenzó a desplegar los delgados tentáculos de su nuca y consumir las partes necesarias del phurukatari para obtener sus habilidades, incluso su vestimenta demoniaca asimiló el cristal que el monstruo tenía dentro.
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>> Cristal de monstruo consumido, genética de phurukataris adquirida.
Túnica adaptable (mejora aerodinámica, afinidad elemental de viento incrementada)
Durabilidad: 100/100
Habilidades únicas: ADN del phurukataris:
* Viento protector: Leves corrientes bloquean ataques débiles.
* Trayectoria vendaval: Permite un corto movimiento en el aire.
* Sombra de soberano aéreo: Objetivos debajo de ti recibirán más daño, el daño y velocidad se incrementan si la presa intenta escapar.
* Bendición del dios del Viento: Permite prender vuelo ignorando las condiciones físicas.
>>Habilidades Obtenidas…
* Constricción Niv 1: Tus fuertes músculos pueden destrozar el cuerpo de las presas que captures.
* Veneno gaseoso Niv 1: Exhalas un gas morado que paraliza los objetivos dentro de un área.
* Fauces venenosas Niv 1: Mordisco que envenena al objetivo y causa dolor prolongado.
* Plumaje afilado Niv 1: Batir tus alas dispara plumas encantadas tan fuertes como el metal, tras unos minutos las plumas dejan de estar duras.
* Piel refléjate: De encontrarse frente a fuentes de luz, tu piel despliega destellos con posibilidad de cegar a tus enemigos.
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—Y eso es todo —mirando su armadura—. Parece que también cambio… —Axel notó que su armadura tenía una cubierta similar a la piel del phurukatari, su color tomó un ligero brillo de los colores de ese ser e incluso sus hombreras ahora tenían adornos similares a alas.
—¿Crees que ahora puedas volar? —Preguntó Holee tocándole las hombreras.
— Supongo que sí, lo probare más tarde. Por ahora creo que debemos aprovechar el cadáver ¿Qué tan estable está tu colmena dimensional? —Mencionó Axel tomando por sorpresa a su compañera.
—Pues con tanta gente rodeándome no puedo alimentarla, pero aun no me ha salido el mensaje de advertencia. —Respondió Holee pensativa en su situación.
—No se diga más, ábrela de una vez y metamos algo de carne dentro. —Axel usó su espada para cortar el cuerpo del phurukatari, lo hizo en trozos pequeños
—Ash… se siente raro que me hagas eso. No quiero ensuciar mi ropa con sangre, así que mira a otra parte —suspirando para calmarse, ella se quitó la parte superior de su vestimenta—. No mires más de la cuenta, es vergonzoso. —Holee estaba avergonzada por mostrar tanto de su vientre y pecho, se tapaba tímidamente intentando no ver a Axel a los ojos, sin embargo, de detuvo de golpe al percatarse de algo saliendo del suelo cerca de donde estaban.
Axel centró su mirada al sitio donde le señaló Holee, ambos veían como cerca de ellos se hacía una zanja en la tierra, repentinamente un par de garras salieron y usaron el hueco que hicieron como apoyo.
—Al fin… Me demoró mucho pero ya debo estar en Ricco-tta… Mierda… —del suelo salió un hubeast de especie topo, estaba cubierto de tierra, traía vestimenta de esclavo y el aro de esclavitud en su cuello. Cuando vio a Holee, esta tenía el pecho descubierto y Axel estaba con las manos cerca de tocarla.
—¡Quieto ahí! [Tetrakinesis] —Exclamó Axel corriendo hacia ese sujeto, dio una palmada al suelo y la tierra cerró el hueco atrapándolo.
—Po-Por favor no me lastime, so-solo quería ir a ver a mi familia. —Decía este hubeast cuando Axel lo tomó del cuello y fue obligado a salir de la tierra.
—¿Quién eres y que estás haciendo aquí? —Holee se levantó molesta tapándose con sus brazos.
—Mi-Mi nombre es Oswaldo, soy un esclavo de las minas… Por favor no me reporten, me castigaran con latigazos si se enteran que intenté salir del trabajo. —Rogaba entre lágrimas este hubeast, tenía una cabellera larga muy enredada de color café oscuro, su piel era morena, sus ojos son rasgados y medio cerrados por la luz del exterior, sobresalían sus garras largas tanto en brazos como pies y siquiera tendría unos 15 años de edad.
—Muy bien, Oswaldo, vas decirnos todo y sin mentiras. —Axel lo soltó y este se arrodilló como suplicando.
Este hubeast de nombre Oswaldo, les contó acerca de que su hermano mayor lo vendió como esclavo en las minas para pagar la deuda que tenía y para poder mantener la alimentación de sus dos hermanas menores. El aceptó este destino por el bien de su familia, desde entonces lleva trabajando cerca de cuatro meses, pero tiene unas semanas que ya no recibió noticias de su familia, cosa por lo cual se preocupó e intentó buscar una forma de llegar a Riccotta o al menos encontrar a alguien para preguntar sobre su hermano y dejar un mensaje a su familia.
—Oswaldo, estas muy lejos de Riccotta y prácticamente cavaste al lado contario. —Le dijo Axel señalando el pueblo al otro extremo, era visible desde el sitio donde estaban.
—Me-Me lo temía… Mi especie es habilidosa en cuanto a escarbar túneles se refiere, no podemos perdemos por nuestra naturaleza… Pero el subsuelo cerca de las minas es muy extraño, por alguna razón los túneles que cavé llevan a distintos lugares que nunca planeé ir… Es como un laberinto invisible. —Les dijo temeroso el hubeast, Holee llamó a Axel a un costado para hablar en privado.
—¿Qué haremos con él, Axel? Tu trabajo es de vigilante y tienes que reportar esto a los supervisores. —Le susurró Holee con un tono triste.
—Lo sé, pero siento algo de lastima por este muchacho. Él no estaba planeando fugarse de las minas, solo quería ir a preguntar por su familia. —Respondió también susurrándole.
—Les juro que no diré que estaban… estaban… “haciéndolo” al aire libre… Pero se los imploro, no me reporten. —Rogó Oswaldo casi llorando.
—¡Que! ¡Nosotros no estábamos teniendo se-se-se…! —Contestó Holee indignada.
—Ejem… Dejemos eso de lado. Mira Oswaldo, no voy a reportarte y es más, preguntaré en Riccotta por tu familia. Pero quiero que regreses a las minas y nunca le digas a nadie que estuvimos aquí. —Axel tomó al hubeast de los hombros, lo guio al agujero por donde salió.
—Muchas gracias, se lo agradezco desde el fondo de mi corazón. Puede preguntar por mi hermano mayor en una posada llamada Delus, ahí está trabajando junto a mis hermanas, el nombre de mi hermano es Bruno y de mis hermanas Ririco y Minuta —tomando la mano de Axel muy animosamente—. Le juro por lo más sagrado que no diré nada de ustedes. Si llega a averiguar algo de mi familia, solo pregunte por mí en el sector 9, ahí estoy trabajando buscando minerales. —Oswaldo estaba muy contento, tenía los ojos empañados de felicidad.
—Sera mejor que regreses, se pueden darse cuenta de tu ausencia. —Agregó Holee viéndolo entrar nuevamente a su agujero y despedirse con la mano.
—Bueno, tendré que ir a Riccotta apenas regresemos al área de arribo de carretas. —Dijo Axel estirando su cuerpo, comenzó a cortar más de la carne del phurukatari para alimentar la colmena de Holee.
—Espera ¿De verdad vas a hacerlo? Pensé que estabas mintiéndole para que no fastidiara…—Preguntó Holee sorprendida mientras abría la entrada a su colmena.
—Wow Holee, no tengo un corazón tan frío como para engañarlo con eso. Solo iré a donde me dijo y preguntare por su familia, me tomara a lo mucho unas 4 horas… Si quieres, podemos ir a pasear y comer por ahí. —Contestó el muchacho algo indignado por el concepto que tenía su compañera sobre él.
—Eres alguien muy amable, si te doy un consejo… Eso puede traerte muchos problemas. Y bueno, si tengo ganas de ir al pueblo. —Holee se lo dijo muy seria, Axel lo tomó un reproche, pero con lo último solo sonrió.
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Gracias a todos por seguir mi historia, aquí acabamos el segundo acto de este arco. Ya se dieron a conocer a todos los personajes que tendrán una participación importante en el desenlace, cada uno con sus motivaciones e historias propias.
Es la primera vez que trabajo con tantos personajes secundarios, no espera hacer este arco tan largo, pero mientas más seguía pensando en las minas, se me ocurrían muchas historias que quería contar e incluso deseché algunas ideas por ser muy temprano para contarlas. Tengo que decir que fue una experiencia muy buena el imaginar todas esas vidas, cada una acercándose a un destino inimaginable.
Espero disfruten lo que viene, tengo la agenda algo apretada, pero intentare traer los capítulos lo más pronto posible.
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