LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 31
Continente de Aubel
Frontera Este del Reino Nimbus, Alrededores de las minas de Equidna, Camino principal
Azujo del año 1684, Luna Regente Azul (Ultimo ciclo Lunar)
Trece carretas llegan al amanecer, son tiradas por lagartos de color café oscuro que tienen tatuajes azules en sus cuerpos, a los lados la caravana es resguardada por guardias montados, los cuales tienen en sus armaduras símbolos religiosos como cruces y el emblema del Dios de la luz. La llegada de estas carretas es un evento importante en Equidna, pues en ellas se trae las ofrendas recolectadas durante el festival de Challaco y serán entregadas en las profundidades de todas las minas.
Esta festividad se realiza dos veces al año, concordando con el cambio de la segunda luna que se observa en el cielo. Para que entiendan, este mundo consta de cuatro lunas de diferentes tamaños y colores, durante seis meses pueden observarse dos, tras este periodo esas desaparecen y son reemplazadas por otras dos. Cuando las lunas recién inician su ciclo son más claras, cuando terminan se vuelven más oscuras. Ahora se despide a la luna azul y roja, para darle la bienvenida a la verde y amarilla.
El Challaco es una de las fiestas más importantes en los continentes, dura tres semanas siguiendo una compleja serie de rituales, los cuales comienzan desde los más humildes hogares a las más altas estirpes de nobles. Todos dan donativos sean de alimentos o de valor monetario, no importa la cantidad o calidad de estos, todo radica en la fe con la cual se entreguen. Una vez las ofrendas se recolectan, son llevadas a las minas más cercanas para que sean procesadas y posteriormente se celebre el ultimo ritual en agradecimiento a la «Diosa Durgea, madre de la tierra», donde las ofrendas son entregadas en el interior de las minas, pidiendo a la Diosa que los bendiga con otro periodo de fertilidad y prosperidad.
Siendo lunes, las actividades en la mina se han suspendido a causa del festival, ahora todos los vigilantes tienen la orden de escoltar a unos grupos de prisioneros y esclavos hacia los interiores de la mina. Estos serán los encargados de ir depositando las ofrendas recolectadas en el altar de la Diosa Durgea.
Axel se encuentra junto a sus cuatro compañeros de trabajo, ellos están frente a la prisión de esclavos y reclusos, delante tienen a Horos dándoles instrucciones para hoy.
—Ha sido una buena semana, chicos. Me sorprendió lo bien que han hecho su trabajo y no tengo quejas de su desempeño. Por ahora sacaran solo a los prisioneros nombrados en estos pergaminos —entregándole un rollo a cada uno—. todos ellos deben llevar las ofrendas para la Diosa Durgea en el altar del área 12, ustedes se encargarán de vigilar que pongan todas las cosas en el altar y que ninguno tenga la estúpida idea de escapar o robarlas. Hoy solo trabajan media jornada, de ahí tienen el resto del día libre para unirse a la fiesta… Es una experiencia única, así que no desaprovechen esta oportunidad. —Decía Horos mirándolos abrir los pergaminos, en ellos venia escrito el grupo de prisioneros que estarían a su cargo y las cajas de ofrendas que llevarían. Tras esto un trabajador vino para informar algo a Horos y este se retiró dejando a los chicos solos.
«Esto es genial, me recordó como cuando iniciaba el colegio y habían feriados en esa semana… Yo aprovechaba esos días para pasarla con Ernesto y Fabián… Supongo que puedo divertirme un rato y ver como es este festival», pensaba Axel mirando a sus compañeros conversar.
—Axel, Tamir me dijo que fueron a los burdeles de Riccotta ¿Qué tal les fue? —Preguntó Bando, es aquel joven algo regordete y a quien se le encargó el abrir y cerrar las entradas en caso de emergencias.
—Fue una buena experiencia, vimos cosas interesantes y el licor sabía bien… Lamento que tuvieras turno nocturno ese día, hubiera sido mejor estar los cinco ahí. —Respondió Axel viendo a Tamir acercarse.
—No te guardes para ti mismo lo que pasó, Axel. No se van a creer esto, pero este muchachón campionó con la mejor mujer del local… Era una hubeast felina que dejaría a cualquiera con la boca abierta, tenía unas curvas de infarto y se movía de una forma… —Tamir formaba con sus manos unas curvas femeninas, luego puso su brazo alrededor del cuello de Axel de forma amistosa mientras reía.
—Pero que suerte tuvieron. Apuesto a que si yo iba ella me elegía a mí. En cambio, ese día, yo estaba pudriéndome de frío con este gordillo en las torres de vigilancia. Para el próximo sábado, espero que nos inviten algunas bebidas y nos presente algunas hermosas chicas. —Intervino Galur algo molesto, este atractivo muchacho de ojos verdes tenía el trabajo de usar sus barreras mágicas para prevenir ataques o fugas.
—Aprovechemos el festival para tomar un poco y luego conversar. Cierto tipejo nos tiene que dar detalles de su noche con la reina de El Safari. —Dijo Tamir mirando a Axel con sospecha.
—wow chicos, un caballero no tiene memoria. —Agregó Axel nervioso, pues aún no se había inventado nada para responderles.
—Ja,Ja,Ja gracioso, te lo creería si hubieras estado con una dama. Pero vamos, estabas con una prostituta y no creo que dañes su «honor» si nos cuentas lo que pasó, Axel. —Mencionó Galur dándole suaves golpes con el codo.
—¿Y a ti que tal te fue, Ángelo? —Preguntó Bando mirando a su alto compañero.
—[…] —Ángelo se ruborizo al recordar a Kelly, aquella hermosa hubeast de especie carnero con la cual tuvo su primera experiencia.
—¿Ángelo también lo hizo? —mirando a Tamir—. A ti no tengo que preguntarte, tú eres el más avezado entre todos. En serio chicos, van a llevarnos a Bando y a mí a ese sitio. —Dijo Galur sorprendido.
Tras esa corta y animosa charla, vino alguien del personal para informales que era momento de escoltar a los prisioneros, así que cada uno fue a su lugar y comenzaron con su trabajo.
Varios chinchilicos se encontraban alrededor de las celdas de los presos, estos pequeños duendes les gritaban acerca de su labor para el festival, haciendo especial hincapié en el castigo al cometer un error, intentar escapar o peor aún robar algo de las ofrendas y una vez dicho esto los pequeños hombrecillos abrieron las celdas. Durante estos dos últimos días los prisioneros fueron advertidos, dándoseles como ejemplo la tortura y muerte de un pobre infeliz que intentó fugarse, el cual fue colgado arriba del área de las celdas y mediante una cuchilla especialmente ubicada, fue bajado lentamente hasta que la filosa hoja le abrió el estómago, desparramando sus órganos por el suelo y sirviendo como advertencia para cualquiera que sea tan estúpido de intentar lo mismo.
—En serio me tiene muy cansada toda esta mierda del festival, no paran de sermonearnos con lo de evitar errores ¿Tan importante es? —Pregunta Lulú estirándose al levantarse, su compañera de celda llamada Miriam está echada en su lecho cubierta por sus sabanas y parecía estar asustada por algún motivo.
—Es lo más importante en las minas, un ritual que lleva milenios ejerciéndose y no pude ser tomado a la ligera. Lulú, antes de ser encarcelada yo también pensaba como tú, solo daba mi ofrenda y dejaba de importarme el resto… Pero desde que estoy aquí, he comprendido su importancia… Lulú, eres una buena chica y sinceramente no creo que te merezcas estar encerrada. —Le dijo Miriam mirándola con ojos tristes.
—¿De dónde vino eso? —notando la seriedad en sus ojos—. ¿Hay algo que quieras decirme? —Preguntó Lulú sorprendida por la actitud de su compañera.
—Solo que no hagas nada de lo que puedas arrepentirte, hay cosas que te persiguen sin importar cuanto intentas olvidarlas… Deb… —Antes de que siguiera hablando, un chinchilico se puso arriba de su celda.
—¿Qué tanto cuchichean par de estúpidas? —mirando a Lulú—. Mocosa, sal rápido de ahí. Hay muchas cosas para llevar al altar —mirando a Miriam—. Tú te quedas como siempre, disfruta de tu día libre, escoria. —Le renegó el chinchilico, una vez Lulú salió de su celda, este pequeño ser la empujaba con una vara de madera para arrearla.
«Sí, soy escoria por las cosas que hice… Pero gracias a ello nunca más volveré a ese lugar… Hasta nunca, Lulú», pensaba Miriam sentada y abrazando sus piernas en una esquina de su celda, veía como los barrotes en su celda se cerraban. Unos recuerdos irrumpieron su mente, donde ella estaba arrastrándose bajo muchos cuerpos mutilados y esa memoria la perturbó hasta el punto de vomitar.
Por otro lado, una carreta avanzaba lentamente hacia una pequeña choza en medio de unos cerros, quien la conducía era Holee y estaba bostezando por despertarse tan temprano.
—La carreta ya fue reparada como le prometí al señor Toño, espero no llegar en un mal momento. —Holee arreó los lagartos para apresurar el paso.
Al llegar a la choza tocó la puerta con algo de nerviosismo, tras hacerlo escuchó la voz de Toño preguntando quien era y al responderle el hombre dentro de la vivienda le dijo que espere afuera un momento y salió a recibirla acomodándose su capucha.
—¡Buenos días, Holee! Veo que eres muy puntual ¿Te divertiste en tu cita? —Toño le hablaba de forma animosa, su última pregunta la hizo con un tono pícaro.
—¿Qué? ¡No, no era nada de eso!… Solo quería llevarlo a un sitio y contarle sobre mi trabajo. No creo que Axel me vea de ese mod… —recordando cómo se avergonzó por el cumplido que Axel le hizo—. Únicamente nos llevamos bien. —Respondió Holee ruborizada y evitando mirar a Toño a los ojos.
—Ja,Ja,Ja aun eres joven, Holee. Disfruta de la vida y aprecia esos momentos de felicidad. Pero si ese tal Axel te lastima, entonces se las tendrá que ver conmigo —al decir esto Holee rio, Toño vio en el rostro de la muchacha a una niña parecida a ella y estaba por acariciarle la cabeza, pero se detuvo—. La vida puede ser muy corta, no te quedes con las ganas de hacer o decir algo. —Las palabras de Toño sonaron algo melancólicas.
—Gracias, es un buen consejo… Señor Toño, por alguna razón me es fácil hablar con usted, de alguna forma se siente como alguien cercano… Disculpe por las tonterías que digo, no me haga caso. —Dijo Holee sintiendo que puso un ambiente raro entre ellos.
—Supongo que es por ser mayor, sientes mi esencia como la de un hermano… Muchas chicas suelen verme de esa forma, lamentablemente no es algo que ayude para conseguirme pareja. —Toño sonó muy calmado con lo que dijo.
—Debe ser eso, yo solo tuve una hermana mayor —recordando a Eila—. Pero supongo que nuestra relación no era muy buena, ella me lastimó mucho en el pasado y es algo que nunca podré perdonarle, ni siquiera después de que muriera.
—Cada quien tienen sus motivos para guárdale rencor a otros, si una buena chica como tú la odia, entonces tu hermana no merecía que la perdones. Por cierto, Holee ¿Iras al festival de las minas? —Preguntó Toño muy interesado.
—Si voy a ir, el grupo de aventureros con el que estuve trabajando me invitó a pasar la celebración junto a ellos y creo que me vendría bien una tarde de relajo. —Contestó Holee alegre por pensar en el festival.
—Entiendo, bueno, no tengo que preocuparme por ti, pues he visto lo habilidosa que eres. Pero prométeme una cosa, Holee. Pase lo que pase, nunca cedas ni te rindas y tampoco pierdas tu coraje. —Toño lo dijo de forma muy seria, lo cual extrañó a la muchacha.
—¿Lo dice por si alguien intenta propasarse conmigo? Ja,Ja,Ja el estúpido que lo intente se llevara la lección más dura de su vida. Se defenderme sola. —Decía Holee mientras doblaba su brazo derecho para mostrar su musculo, luego de ello soltó una gran carcajada y fue seguida por Toño.
Tras esa charla, Toño se despidió de Holee y cerró su puerta, desde la ventana miraba como aquella muchacha se alejaba tranquilamente, al perderla de vista aseguró su puerta y caminó dentro de su choza. Al abrir la puerta de lo que sería su dormitorio, ahí adentro estaba Warawisa atada con una tosca soga alrededor de todo su cuerpo desnudo, colgada de la viga más fuerte de la habitación, amordazada por un cuero negro, vendada por telas blancas y con heridas de latigazos sobre toda su piel.
—Recibí la visita de Holeé y eso me levantó los ánimos. No pensé que sería tan educada como para regresarme la carreta a primera hora, es una chica muy considerada —mirando despectivamente a Warawisa—. A diferencia de cierta perra, que aún no aprende a usar solo los labios y no los dientes. —Toño desamarró un atado en esa gruesa viga, esto soltó la soga que suspendía a Warawisa al techo y la dejó caer bruscamente al suelo.
—Uhm… Uhmmm. —Jadeaba ahogadamente aquella desdichada amazona por el dolor de la caída.
—Ya lo sé, te cuesta respirar porque te amordacé con tu ropa interior dentro la boca —quitándole la mordaza, metió los dedos dentro de la boca de la amazona y le sacó un trapo crema mojado por saliva—. Listo, deja de gimotear y vístete para que te largues con las otras perras al festival. —Aquel espectro de ojos rojos desató las extremidades de su víctima y esta se arrastró hasta la basta de la túnica de su captor.
—A-Agua… Po-Por favor… Ne-cesito a-gua. —Rogaba Warawisa jalándolo de la túnica con sus delgados brazos.
—Se me olvidaba que te dejé sin líquidos después de todo el día que pasamos juntos —recogiendo una cantimplora hecha de cerámica, roció el contenido sobre la cabeza de Warawisa y dejó que se formara un pequeño charco bajo ella—. Adelante, bebe toda la que quieras y limpia tu cuerpo con este trapo húmedo. Necesitas estar presentable para el evento principal. —Toño se sentó delante de la humillada muchacha, verla lamer el agua del suelo con desesperación, formaba en este espectro una gran sonrisa de placer.
Durante varios minutos estuvieron en silencio, Toño se había puesto a fumar su pipa, miraba atentamente las expresiones de desagrado que hacia Warawisa al limpiarse el cuerpo con el trapo que le dio, pues con cada parte que se tocaba, le recordaba las perversiones que su captor le hizo durante todo el día anterior, por ello a veces gimoteaba y podía vérsele lagrimas recorrer sus mejillas. Cuando estuvo totalmente vestida, justo antes de que se retirara huyendo lo más lejos posible de ese lecho testigo de su sufrimiento, una duda muy grande la detuvo y tragándose sus miedos hizo una pregunta.
—¿Por qué Holee es diferente? —Preguntó Warawisa sorprendiendo al espectro, este dio una larga fumada y exhaló el humo hacia el rostro de esa atemorizada chica.
—Cuando veo tus ojos, noto todo ese miedo, rencor, odio e impotencia que te consume y sé que me ves como el peor monstruo del mundo… Pero incluso tipos como yo, hemos tenido personas a las cuales amamos y no podemos olvidar, es más, por recordarlas es que seguimos adelante y no nos rendimos. —Respondió Toño dándole una burlona sonrisa al final.
—¿Amor? ¿Entonces si la amas, porque no la traes aquí y le haces lo mismo que a mí? Me-Me dejarías en paz y e-ella puede satisfacerte mejor que yo. —Exclamó Warawisa enojada.
—No solo existe ese tipo de amor, mi imbécil Warawisa —fumando su pipa—. Ni siquiera es lujuria lo que siento por ella, nunca podría sentirme atraído de esa forma por Holee —exhalando el humo—. Ella me recuerda a la única persona que quise de verdad, me resultó tan extraño cuando la vi y noté que sus mejillas eran idénticas a las de mi hermanita e incluso se le forman hoyuelos cuando ríe en los lugares que le recuerdo. A pesar de ser historia antigua, aun la tengo en mi memoria… Las minas te arrebatan aquello que más amas, un pequeño sacrifico es suficiente para cambiar tu vida y condenarte a un destino horrible. —Toño miró su pipa recordando a una niña de piel blanca y naranja oscuro, sus ojos color ópalo brillaban con alegría mientras le daba una sonrisa a su hermano mayor.
—No lo entiendo ¡N-No puede ser solo por un estúpido recuerdo! ¡Dime que lo dices para fastidiarme! ¡Dime que la harás sufrir tanto como a mí! ¡Di-Dime que me dejaras en paz y la arruinaras a ella! —Warawisa se arrodilló, jalaba la túnica de Toño mientras lloraba con rabia y desesperación.
—Claro que no lo entiendes, nunca has amado de verdad o siquiera fuiste amada de forma sincera —Toño la toma de la nuca para arrastrarla por el suelo—. Fuiste despreciada y desechada por esa mujer que juraba amarte, no te defendió de los insultos de tus amigas, peor aún te trata como basura y prefiere cambiarte por alguien mejor… Este es tu destino por proteger a tus amigas, Warawisa. No te vengas a quejar conmigo por tus decisiones, entiende que la vida no es fácil para nadie en Equidna y debiste ver por ti misma antes de pensar en otros… Ahora lárgate de mí vista. —Toño la arrojó de su choza con violencia, cerró la puerta con una sonrisa al ver a esa muchacha golpear el suelo con sus puños.
«No es justo, todas me han abandonado y nadie siquiera me da las gracias por protegerlas. Me humillan y pisotean cada día ¿Por qué tengo que soportarlo? ¿Por esas supuestas amigas que me repudian? Estoy harta de esto, ya no me importa que haga ese monstruo de Toño con ellas ¡Por mi pueden morirse todas!», pensaba Warawisa mientras se arrancaba una pluma en su tocado, la destrozó con furia recordando cuando Tintaya se la regaló. Warawisa botó los pedazos al viento, el cual se los llevó hacia esa montaña que esta bruja amazona miraba con resentimiento.
En un lugar alejado de las barracas del personal, una silueta se desplaza con cautela hacia un campo abierto y se esconde tras unas grandes piedras donde hace un hueco en el suelo. Esta persona es Aegar, el líder de los aventureros penalizados por fallar una misión, los cuales fueron castigados a trabajar en las minas por un periodo hasta pagar por el objeto que perdieron.
—Esto debe ser suficiente, todas regresaran a este lugar en caso de que algo inesperado me suceda. —Decía Aegar vaciando dentro del hueco que hizo el líquido viscoso de una extraña botella.
La sustancia que rociaba era de color verde oscuro, comenzó a expandirse cubriendo el hueco, tomando lentamente una forma similar a la de un microchip con líneas doradas, cuatro luces se prendieron en las esquinas y las líneas internas se iluminaron tenuemente.
—El rastreador que les di a beber, ya debió expandirse en el cuerpo de todos… Ahora solo falta la parte más difícil. —Aegar comenzó a cubrir de tierra ese extraño material que dejó y unos pasos se escucharon detrás de él.
—Aegar, ella logró venir sin levantar sospechas. —Quien llegó era Aranavia, la integrante del grupo de Aegar, ella es una «Chaman» de pelo purpura, que usa un rosario negro como arma. La muchacha venia junto a alguien, se hizo a un lado para darle paso a su acompañante y parecía algo ansiosa por las acciones de Aegar.
—Es un placer conocerlo, señor Aegar —estrechando su mano—. Ya se me fue informada la situación ¿Este es el lugar que vigilaré? —Quien acompaña a Aranavia, es una mujer que viste ropa de sirvienta, su cabellera negra está sujeta por un moño, tiene un rostro que se consideraría hermoso y le resaltan unos brillantes ojos azules.
—Señorita Leyna, agradezco que su organización nos diera el apoyo para esta misión —viéndola de pies a cabeza—. Me sorprende lo bien que se apegó al papel de sirvienta para llegar a Equidna, tenía mis dudas sobre si iba a ser capaz de pasar desapercibida con ese lindo rostro. —Mencionó Aegar de forma galante.
—Con una buena actuación todo es posible, durante seis meses me hice pasar como la secretaria del supervisor Wulfdog… Aunque no pude sacarle información seduciéndolo, parece que es muy fiel a su esposa. Pero bueno, pude recolectar mucha información importante. Si queremos lograr un cambio, es necesario que el mundo entero sepa la verdad de las minas. —Leyna comenzó a soltarse el moño, dejando su cabellera caer suelta sobre sus hombros.
—Todos hemos perdido una parte de nuestras vidas por culpa de las minas. No importa los sacrificios que se hagan, de una u otra manera se debe obtener justicia. —Aegar habló con voz impostada, el recordó la sonrisa de una mujer despidiéndose de él.
—No digas esas cosas, Aegar. Debemos regresar y seguir descubriendo la podredumbre de nuestro mundo… Aegar, e-eres la única familia que me queda y no quiero que te sacrifiques en vano. —Agregó Aranavia con voz melancolía.
—Yo tampoco quisiera que mueran inútilmente, pero hay más en juego que nuestras propias vidas… Espero que tomen las decisiones necesarias para cumplir con su parte, el resto dependerá de que yo recolecte las evidencias y las envié a la sede principal para ser analizadas. —Leyna se acercó a una gran piedra cercana, la abrió con sus manos como si de una puerta se tratara y se metió dentro despidiéndose de sus acompañantes.
—Aranavia, todos los días pienso en Zanya… En los horrores que tuvo que soportar en este lugar. Nunca me perdonaré por arrinconar a tu hermana por mi estúpido egoísmo, yo la abandoné cuando más me necesitaba, pero hoy es el día en que cobraré venganza por cualquier cosa que le hicieran. —Dijo Aegar con voz decidida, miró a la gran montaña con cólera y resentimiento mientras caminaba hacia su destino. Aranavia lo seguía preocupada, era notorio que la «Chamán» tenía miedo.
En el pueblo de Riccota, en uno de los burdeles más populares de nombre El Safari. La famosa bailarina Desiré, estaba caminando en círculos dentro de su habitación, se mascaba con nerviosismo el dedo índice mientras murmuraba para sí misma, era obvio que algo la tenía intranquila. La puerta de su habitación fue tocada, quien entró era esa pequeña sirviente hubeast de especie tigre y traía una bandeja con una tasa de mate verde.
—Mi Reyna Desiré, desde ayer esta angustiada ¿Fue por la visita de ese hombre? —Preguntó la niña entregándole el mate.
—Chichina, eres la única en quien puedo confiar… Creo que ayer se me soltó la lengua con algo muy importante, temo haber metido a ese joven que invité a mis aposentos, en un gran problema que le costara muy caro. —Respondió Desiré mirando su reflejo en la bebida y recordó los eventos del día anterior.
Para disimular que Axel pasó la noche con ella, Desiré se quedó en su habitación descansando y bebiendo vino para pasar el rato. Al amanecer alguien llamó a su puerta, pero por el modo de tocarla, ella supo que no se trataba de sus sirvientas y se sentó en su trono poniendo una mirada despectiva.
—Adelante, le doy permiso de entrar. —Dijo la hubeast con un tono de superioridad, pero puso una expresión de miedo al reconocer a quien la visitaba.
—Sabía que era tiempo suficiente para que despacharas a Axel, espero que con tus artes le hayas sacado toda la información que necesitamos. —Era la voz de un hombre conocido, dio unos pesados pasos hasta la dueña del cuarto y de sus pies comenzó a arrastrarse un aura que hizo crujir las paredes.
«Mi-Mierda… No imaginé que el muchacho era tan importante como para que se ponga así… E-Este tipo va en serio», pensaba Desiré atemorizada.
—Solo es un joven noble con aires de grandeza, cree tener al mundo en sus manos… Se hizo él difícil, pero logré seducirlo, él ya se fue hace un rato… —Decía Desiré mostrándose calmada, sintió la mirada penetrante de ese hombre y aun así no vaciló en ningún momento.
—Eres la mejor en tu trabajo ¿Por qué se hizo él difícil? —Ese hombre intimidó con su mirada a Desiré.
—Él tiene a alguien especial en su corazón, me dijo que era una maga novata llamada Mirtha… Por eso dudaba en acostarse conmigo, pero al final terminó cediendo como todos y… —Desiré detuvo de golpe su hablar, al notar la seña de su acompañante.
—¿Una maga novata? Los datos que me dieron mencionaban a una elfa desterrada de nombre Anabel. Quien nos contrató pagó por no dejar cabos sueltos, tendré que mandar un mensaje para informar de esto… Hiciste un buen trabajo, Desiré. Te mandaré tu parte al final del día. —Este hombre tomó del mentón a Desiré, la vio bajar la cabeza con miedo y respeto.
—So-Solo cumplo mi trabajo, supervisor de nuestra Diosa. —Ella vio como un par de ojos plateados le retiraban la mirada y al hacerlo aquella atmosfera amenazadora de fue con él.
Volviendo al presente, Desiré soltó un largo suspiro tras terminar de beber su mate, caminó hacia la ventana de su cuarto y miró hacia la montaña.
«Tengo el presentimiento de que hice algo muy estúpido, por favor, sé que Regis nunca escuchó mis rezos y sufrí sin recibir ayuda… Pero los niños que Axel rescató pueden tener un mejor futuro. Desde el fondo de mi corazón le rezo a Ishtar para que los proteja, de ser necesario toma mi vida a cambio de esta petición», Desiré se arrodilló cerrando sus ojos, rezaba por niños que nunca había visto pero lo hacía con total devoción e incluso su sirvienta Chichina la acompañó.
Los esclavos estaban llevando las ofrendas al área 12, durante la mañana se dedicaron a acomodar todo frente a un altar hecho de piedras preciosas y el metal más valioso usado para esta liturgia. Este altar media cerca de 25 metros, era necesario el uso de andamios para poner las ofrendas correctamente, en la punta estaba el símbolo dorado de una silueta femenina de anchas caderas, brazos levantados como ramas y animales acompañándola.
En el lugar estaban Axel y los demás vigilantes, cada uno hacia rondas alrededor para prevenir cualquier inconveniente. Dado un momento, Bando quien es el encargado de abrir las puertas, avisó de la llegada de más gente y los trabajadores se movieron para darles paso. Se trataba del grupo de prisioneros seleccionados, todos traían cajas con las ofrendas y otros las mesas y sillas que serían usadas para el festival. Fue así que los preparativos mañaneros transcurrieron sin problemas, todo acabó a poco más del medio día, donde se dio la señal de encender las antorchas principales y con el brillo del fuego, un espectáculo empezó dentro de esa mina.
Las paredes brillaban tenuemente de un color tornasolado, esa diversidad de colores se extendía hasta lo más alto y se reflejaba en la punta dorada, de la cual la sombra de aquella figura femenina parecía moverse por las paredes junto a esos animales que la siguen. El altar era completamente visible, el aroma de las comidas ofrecidas llenaba el ambiente y abrió el apetito de los presentes.
—¡A todo el personal! ¡Se informa que sus actividades han terminado! ¡Son libres de disfrutar del festival! —Era la fuerte voz de Horos, estaba en lo alto dando este mensaje a los trabajadores y miraba con una gran sonrisa como todo se desarrollaba.
La expresión de los jóvenes trabajadores no podía ser más feliz, desde lo lejos comenzaron a buscarse para tomar una mesa y sentarse a esperar el espectáculo. Lentamente el sitio fue llenándose, vinieron las amazonas mercenarias, los aventureros castigados e incluso el personal de servicio que vino junto a ellos.
—Oye Axel, ahí está Holee. Ve a llamarla para beber un rato, que traiga a su grupo y así seremos más gente. —Le dijo Tamir dándole suaves codazos, le señaló con su semblante el sitio por donde pasaba Holee.
—Tienes razón, solo espero no este comprometida con su grupo. —Axel recibió una palmada en la espalda por parte de Tamir y este lo miró como diciéndole que tenga más confianza en sí mismo.
—Ojalá que acepte traer a su grupo, había una chamán de cabellera purpura con la cual quería hablar. —Mencionó Galur rodeando con su brazo a Tamir para hablarle de cerca.
—Ya la recuerdo, así que te gustan las que tienen carita tierna ¿Qué dices de las amazonas? —Preguntó Tamir viendo sutilmente al grupo de Tintaya.
—Me parecen algo toscas, ya sabes los rumores, solo usan a los hombres para exprimirles hasta la última gota y después desecharlos —viendo a Warawisa caminar al final de su grupo—. Aunque esa pelirroja está en algo ¿Porque tendrá el ceño fruncido? —Galur miró atentamente a la amazona que llamó su atención.
—Esa es una oportunidad, si aprovechas su estado de ánimo puede que abra un poco su corazón y otras cosas ¿Tu que dices, Ángelo? —Tamir estaba interesado en ver como actuaria su compañero.
—[…] —Ángelo solo negó con la cabeza desconcertado.
Con tanta gente llegando a esa área, todo se estaba volviendo un caos y en medio de los conglomerados de personas, una despistada Holee comenzó a ser separada del grupo con el que vino. Repentinamente sintió que alguien la tomó de la mano, sorprendiéndose encontró a Axel sujetándola e indicándole que lo siguiera a un lugar menos concurrido.
—Ufff esto es una locura, no pensé que vendría tanta gente al festival… —Decía Axel saliendo de entre la multitud junto a su compañera.
—Gracias por ayudarme a salir de ahí… En serio no me siento cómoda con tantas personas rodeándome. Ya me estaba agobiando y poniéndome más nerviosa. —Holee calmaba su respiración, al notar que aun sujetaba la mano de Axel con fuerza, se soltó algo avergonzada.
—Creo entender cómo te sientes… Cuando trabajaba en una tienda de carnes en mi mundo, me sentía abrumado cuando venían varios clientes, incluso hasta el último día que trabajé no se me quitó esa presión en el pecho. —El muchacho se recordó moviéndose aprisa para atender los pedidos que le llegaban.
—Ya me siento mejor —mirando el altar—. No puedo creer que me encuentre en medio del festival de Durgea, esto es algo que nunca hubiera podido imaginar ¿En tu mundo hay celebraciones como esta? —Preguntó Holee más calmada.
—Se les conoce como fiestas andinas, nunca les tomé importancia por estar preocupado en otras cosas. Sera una agradable experiencia —notando que Aranavia llamaba a Holee—. Ahí está esa chamán de los aventureros castigados ¿Qué tal si…? —Antes de que Axel terminara de hablar, alguien se puso delante de él dándole la espalda.
—Qué bueno verte, Holee —extendiéndole la mano—. Me gustaría que nos acompañes durante el festival ¿Qué te parece? —Dijo Tintaya mirando con seguridad a Holee, las amazonas subordinadas estaban tras ella haciéndole gestos de saludo.
—¿Eh? Bueno… Yo —mirando a Axel—. Quería conversar con Axel sobre algunas cosas. —Contestó Holee evitando sutilmente estrechar la mano de Tintaya, por este gesto la amazona solo sonrió y le mostró una amistosa sonrisa.
—Oh cierto, el pequeñito —notando la existencia de Axel—. No sería una molestia que nos acompañe. —Decía Tintaya ocultando su fastidio.
—Pues donde entra uno, entran más y eso significa más diversión. Me alegra ver que todos están bien. Acabamos de conseguir un lugar suficientemente grande para todos, hay que agruparnos y compartir nuestras experiencias. —Intervino Aegar señalándoles una gran mesa, ahí ya estaban sentados los compañeros de Axel y lo llamaban muy animados.
—Pe-Pero en que momen —viendo a Galur y Tamir conversando con Aranavia y la clériga Gayra—. «Estos tipos no pierden tiempo», me parece una estupenda idea ¿Le parece bien a usted, Tintaya? —Dijo Axel poniéndose a lado de Holee.
—Sí… Como dijo él, mientras más personas, habrá más diversión. —Haciéndoles una seña a sus subordinadas, estas se dirigieron a la mesa de Aegar.
«Malditos perros sarnosos, quería aprovechar este festival para hacer mi movimiento con Holee… Pero esta linda niña no se me escapará, una vez se estremezca con mis toques, ella misma vendrá a rogarme por más», pensaba Tintaya viendo con deseo la delicada espalda de Holee que caminaba delante de ella.
El festival continuó con eventos comunes, se repartieron bebidas entre los presentes, se dio paso al chaman de nombre Chicho para que recitara ciertos canticos rituales y entregara las ofrendas en nombre de la deidad de la tierra. Al finaliza los actos religiosos, Horos pasó al frente agradeciendo la participación de los asistentes y diciendo que hoy todos eran libres de disfrutar de las bendiciones de la Diosa Durgea, fue así que los esclavos comenzaron a repartir las ofrendas mesa por mesa, incluso los prisioneros recibieron una parte y comieron sin preocupaciones.
—Ante los ojos de nuestra Santa Madre Durgea, todos somos sus hijos y por ello en su festival somos iguales. Como mortales hemos pecado, lastimado a otros por nuestra conveniencia, cometido errores en nuestra vida y cargaremos con ello para siempre. Nuestra Santa Madre Durgea solo pide unas pequeñas cosas para perdonarnos, como que nos esforcemos día a día por salir adelante, por ser la mejor versión de nosotros mismos, no dejar que las adversidades dobleguen nuestro espíritu y sea para bien o para mal, debemos aceptar el destinos que nos trazamos y afrontarlo con la frente en alto… Habiendo comido las ofrendas bendecidas por nuestra Santa Madre Durgea, nuestros cuerpos y almas están en perfecta comunión con ella y ahora ella espera por nosotros… Todos nacimos en esta tierra, nos alimentamos de ella, tenemos nuestros hijos y llegado el momento volveremos a ser uno con la tierra —su voz sonó estruendosa y retumbo en los presentes—. Y ahora es cuando debemos devolver todo lo que nos ha dado, nuestro pasado, nuestras aspiraciones, nuestros deseos más profundos y el anhelo para nuestros seres queridos… Santa tierra Durgea, acéptanos como tus ofrendas… —Horos levantó una copa dorada sobre su cabeza, sus ojos se tornaron de un plateado muy intenso y derramó el contenido en el suelo.
Al instante que el líquido de esa copa dorada tocó el suelo, se dio lugar un sonido similar a un cristal rompiéndose de forma estrepitosa, esa zona dentro la mina comenzó a temblar y aquellos hermosos brillos en las paredes se desprendieron con fragmentos de tierra y fueron volando hacia las personas que estaban desconcertadas y asustadas.
Pequeños fragmentos de tierra comenzaron a pegárseles al cuerpo, todos intentaban huir, pero se dieron cuenta que las puertas estaban selladas por duras placas de roca y cada posible salida desapareció por la tierra moviéndose como algo vivo. Quienes podían pelear hicieron su mejor esfuerzo, atacaron esos fragmentos de tierra que se abalanzaban sobre ellos, sin embargo, toda resistencia era inútil… Pues una vez los fragmentos de tierra cubrían a una persona, comenzaban a desmoronarse sin dejar rastro alguno de quien capturaron. En la cima estaba Horos con los brazos abiertos, miraba con una seria expresión el techo de la cueva e igualmente su cuerpo fue cubierto de tierra hasta desaparecer.
—¿Que mierda está pasando? ¡Todas agrúpense y busquen una salida! —Dijo Tintaya intentando mantener la compostura, más de la mitad de sus subordinadas habían sido consumidas por la tierra.
—¡N-No! ¡No quiero morir! ¡A-Ayudenme! —El brazo de la exploradora Crysmir estaba cubierto de tierra, se arrodilló intentando desesperadamente quitarse los sedimentos que iban avanzando sobre su cuerpo, miró en su cinturón una espada corta y la desenvainó con la intensión de cortarse el brazo.
—¡Detente, Crysmir! ¡No hagas una locura! —Aranavia tomó de la muñeca a Crysmir, usó su rosario para rodearlo y aplicar un hechizo, pero ambas fueron cubiertas de tierra y se desmoronaron.
—No, no moriré hasta vengarme… No puedo irme sin haberlo hecho… —Warawisa usaba el escudo en su brazo para repeler los fragmentos de tierra que se dirigían a ella, estaba recitando un conjuro, pero alguien la empujó por la espalda.
—So-Solo eres una estúpida qirari, está bien sacrificarte por mí. —Quien la empujó resultó ser la segunda al mando del grupo de amazonas, aquella mujer de nombre Juri vio sin arrepentimiento como el cuerpo de Warawisa era cubierto por tierra.
Más de la mitad ya habían desaparecido, los que quedaban tenían el cuerpo colmado por tierra, pero aun así daban pelea con la esperanza de librarse. El grupo de jóvenes vigilantes colabora entre sí para salir ilesos, Ángelo hacia uso de su gran hacha para repeler los fragmentos de tierra, Galur protegió a los que pudo con sus barreras, pero al cabo de unos segundos, estas explotaron por el peso de la tierra siendo sorprendidos y cubiertos en totalidad.
En medio de la confusión, algunos prisioneros y esclavos intentaron escapar golpeando los gruesos muros de rocas con lo que tuvieran a mano, estos muros se expandieron engulléndolos dentro y lentamente el suelo tomaba una textura liquida que hundía dentro a las personas restantes. Aquel altar se elevó hasta perderse en el techo, tras esto la zona entera comenzó a contraerse, reduciendo el espacio y dejando indefensos a esos desdichados.
Axel estaba usando su espada como podía, intentó ayudar a Tamir y Bando, pero solo los vio ser consumidos por el suelo entre gritos de auxilio. Holee por su parte intentó prender vuelo para alejarse, sin embargo, cuando el sitio comenzó a contraerse se vio obligada a descender, intentaba desesperada ayudar a quien pudiera, pero todo era inútil. Ahí vio a Axel tirando las mesas para defenderse de los fragmentos de tierra que iban por él, la muchacha corrió lo más rápido que pudo, pues vio una estaca formarse del suelo e ir por la espalda de su compañero.
—¡Axel! —Gritó Holee transformando su puño derecho en la apéndice fornida de un escarabajo, logró destrozar de un golpe la estaca de tierra y alejar los pedazos de su compañero.
—Gr-Gracias Holee, tenemos que salir de aquí… A la mierda con que me vean, me transformaré para abrirnos paso. —Dijo Axel pensando darle la mano a Holee, sin embargó, ella retrocedió y le negó con la cabeza.
—No pensé bien lo que hice —mostrándole su puño derecho cubierto por tierra—. Vete Axel, usa [Tetrakinesis] para salir de aquí… —Holee se había resignado, la tierra comenzó a expandirse rápidamente sobre su cuerpo e incluso el suelo estaba comenzando a tragársela.
—¡No digas tonterías! ¿Crees que te abandonaría? No te rindas tan fácilmente. —Axel golpeó fuertemente el suelo con su palma derecha, gritó [Tetrakinesis] pensando en disipar la tierra que reptaba sobre el cuerpo de Holee, pero algo extraño sucedió.
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>>>Error al aplicar habilidad, se ha detectado [Abrazo de Durgea, Nivel 99] Como [Tetrakinesis, Nivel 3] es inferior a la habilidad actualmente en ejecución, la más débil es anulada…
>>>[Abrazo de Durgea] Habilidad de transportación de la Diosa Durgea, le permite mover grandes cantidades de seres vivos a cualquier lugar que ella desee.
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«Significa que no están muertos, deben estar perdidos en un sitio desconocido… ¿Pero por qué esta Diosa nos está llevando?», pensó Axel recibiendo el impacto de piedras en la espalda, esos fragmentos comenzaron a arrastrarlo para alejarlo de Holee.
—Ho-Holee… No te desesperes… Nadie ha muerto, solo fueron llevados a otro lugar… Esta no es una habilidad mortal. —Axel forcejeaba con las rocas que estaban arrastrándolo e intentaba alcanzar a Holee.
—¿Entonces todos están bien? Tenía miedo de que hubieran muerto ¿Qué vamos a hacer? —Holee también se esforzó para llegar a tomar la mano de Axel.
—No debemos separarnos, sea lo que sea que nos espere al otro lado… Vamos a combatirlo juntos ¡Ya déjenme! —Axel transformó sus piernas en la parte inferior del phurukatari, con ese delgado cuerpo se zafo de las rocas y se envolvió alrededor de Holee, así ambos fueron cubiertos por completo de tierra y desapareciendo al instante junto a las ultimas victimas que quedaban.
El sonido de gotas de agua cayendo se hace presente, es continuo y no pierden el ritmo al golpear una roca de formación extraña. En el suelo se encontraba un gran cumulo de rocas que lentamente iba rompiéndose, liberando de su interior a Holee y Axel aun inconscientes, estaban abrazados fuertemente para evitar ser separados. Aquellas gotas de agua que caen del amplio techo, salpican sus rostros haciéndolos despertar y ambos se asustan al ver su entorno.
—Estoy algo celosa de lo cariñosos que se muestran. —Les dice una profunda voz femenina, la cual hacía eco dentro de esa caverna.
—¿Qu-Qué? ¿Quién es? —Pregunta Axel levantándose con dificultad, sus ojos aún no se acostumbraban a esa oscuridad y busca las manos de Holee para mantenerla segura.
—A-Axel ¿Dónde estamos? ¿Qué sucedió? —Holee estaba desconcertada, fue ayudada a levantarse por Axel y ambos se llevaron un susto al ver que el sitio entero se iluminó repentinamente con tonos naranjas.
Estaban en una amplia área de siquiera 500 metros, el suelo era iluminado por gemas preciosas color del fuego, hacían caminos que rodeaban todo ese ambiente y tomaban dirección para converger en un solo punto. Frente a ellos se hallaba un enorme trono de piedra, decorado por metales valiosos y diversas gemas que lo hacían resplandecer con tonos azules y morados. Sentada en lo más alto había una silueta, cuando estos chicos enfocaron bien sus ojos a esa entidad se llevaron una gran sorpresa, pues esta saltó desde ahí y aterrizó frente a ellos sorprendiéndolos de muerte, ambos intentaban defenderse mutuamente.
Caminó hacia ellos una mujer de gran estatura, tenía un rostro moreno con una piel tersa que parecía está hecha de ónix, con tatuajes azules sobre su cuerpo, una cabellera ondulada hasta más abajo de la cintura de un color castaño, sus ojos resplandecían como dos diamantes hundidos en una completa oscuridad, a los lados de su cabeza tenia cuernos curvados que señalaban al suelo y de su figura perfecta resaltaba aquellas anchas caderas que le daban una apariencia sensual. Iba vestida por unos velos color morado, que cubrían solo sus partes íntimas y sobre su cabeza reposaba una corona de un metal desconocido.
—Solo quería traerte a ti, elegido de Ishtar —mirando a Holee de manera fría y despectiva—. Fue una sorpresa que te arriesgaras tanto por mantenerla a tu lado, pero supongo que eso hará las cosas más interesantes. —Le dijo aquella mujer con una siniestra sonrisa.
>>>Intención asesina detectada… [Aguja Férrica, Nivel 99]
Axel no perdió tiempo en tomar a Holee de la mano para jalarla hacia él, donde ella estaba parada salió una estaca de metal que se clavó hasta el techo e hizo caer escombros.
«¿Ni-Nivel 99? Esto es una puta locura, no vamos a sobrevivir contra esta perra… Pero no puedo dejar que mate a Holee, tiene que haber una forma o algo para salir de esto», pensaba Axel transformando su cuerpo en la serpiente voladora phurukatari.
—¿Qué pasa con esa loca? ¿E-Eso iba a… a matarme? —Dijo Holee asustada al ver aquella estaca metálica desintegrarse.
—Holee, tenemos que pelear… Esta tipa va enserio, cada parte de mi cuerpo está gritando que estamos en peligro. —Axel estaba intimidado, veía los mensajes alrededor suyo y todos le advertían acerca de la intención asesina que emanaba de esa mujer.
—Y sigues aferrándote a esa inútil. Con esa actitud nunca podrás ser un Rey Demonio completo… No sé qué pudo ver mi querido Ishtar en ti, solo eres un mocoso temeroso y eso me está enfadando. —La extraña mujer levantó sus manos y formó en el techo estalactitas que lo llenaron por completo.
—Si estas con Ishtar, sabes que estoy aquí gracias a él. Yo tampoco sé porque me eligió, pero si nos matas solo interferirás en sus planes. Nosotros no tenemos nada contra ti, no creo haber hecho algo para que nos trates así. —Argumentó Axel manteniendo a Holee detrás suyo y la rodeó con su cuerpo de serpiente.
—No me esperaba que el elegido de Ishtar sea parte de mis ofrendas, pensaba que sería un festival normal, sin embargo, ahora estoy intrigada. Supongo que fue casualidad que llegaras a mí, igualmente voy a ponerte a prueba y hacerte alguien digno de los planes de Ishtar. —Aquella mujer señaló una zona tras ella, ahí se abrió un gran hueco y podía escucharse cosas vivas arrastrarse adentro.
—¿Quién eres y por qué haces esto? —Preguntó Holee teniendo un mal presentimiento.
—Es cierto, llevo tanto tiempo sin recibir visitas que había olvidado mis modales. Mi nombre es Durgea, la Diosa de la tierra y fiel amante de Ishtar. —Se presentó cortésmente Durgea, al oír su nombre Holee quedó estupefacta.
—Im-Imposible… E-Eso debe ser mentira… ¿Lo que dice es cierto, Axel? —La muchacha estaba nerviosa.
—Tenia mis sospechas, pero… [Analizar Superior] Vamos a… —Cuando Axel estaba activando su habilidad, Durgea lo señaló con su dedo índice. Un pequeño resplandor naranja salió disparado de su mano, la velocidad fue imperceptible y atravesó la cabeza del muchacho, obligándolo a tomar su forma demoniaca a causa del dolor.
—Pero que tenemos aquí —aquel resplandor naranja regresó a la mano de Durgea, ahí se solidifico volviéndose una gema—. ¿Analizar Superior? Según sé, Regis entrega esta habilidad a monstruos que están destinados a destruir este mundo… Ya no pareces tan inútil como pensé, tal vez puedas jugar un buen papel en los planes de mi querido Ishtar. —Durgea mandó la gema flotando cerca de su trono.
—¿Axel? ¿Está bien? Respóndeme por favor. —Holee lo movía preocupada con sus brazos, le daba suaves palmadas en las mejillas para despertarlo.
—Mi cabeza, me duelo como mierda… ¿Qué? >>>Habilidad: Analizar Superior, fue extraída<<< E-Ella ¿Acabas de robarme esa habilidad? —Gritó Axel parándose con el equilibrio aun afectado.
—Solo la retiré de tu cuerpo, esta condensada en la gema que flota encima de mi trono… Ponte en guardia si quieres recuperarla, porque me demostraras si vales la pena para estar en los planes de Ishtar. —Durgea levantó sus manos, fragmentos del techo comenzaron a desprenderse y flotar alrededor de ella.
Holee y Axel se miraron asintiendo con la cabeza, él volvió a tomar su forma de phurukatari y exhaló una nube morada contra la Diosa. Su compañera desplegó sus alas para comenzar a rodear a su enemiga, abrió su abdomen lanzándole aquellas púas venenosas. Esta era una combinación de ataques con venenos nocivos, la nube toxica corroía el terreno por donde pasaba, sin embargo, Durgea levantó un muro de metal para bloquear ambos ataques, luego de ese mismo muro disparó estacas metálicas continuamente.
>>>¿?, Analizar no puede dar información de habilidades que superen el nivel del usuario.
«Mierda, ahora ni siquiera puedo identificar con que nos está atacando», pensaba Axel esquivando las púas metálicas gracias a [Reflejos extremos], cada vez que lo hacía, su habilidad aumentaba un poco su velocidad.
«Se supone que es la Diosa madre de la tierra, pero cada vez que me mira… Siento que quiere destrozarme. Esta horrible sensación, la presión en mi pecho y la falta de aire… Todo me indica que algo está mal, que debo huir lo más lejos que pueda», pensaba Holee notoriamente asustada, esa abrumadora presencia hostil de Durgea la estaba estremeciendo cada vez más.
Del techo se formaron más estacas de roca, cayeron fuertemente contra el suelo, obligando a Holee a descender e intentar esquivarlas, pero la cantidad de estacas eran abundantes y fue golpeada por algunas que la precipitaron al suelo. Axel corrió hacia ella transformándose en el enorme simio gorberin, protegió a Holee con esos fornidos brazos, pero los impactos eran tan fuertes que desgarraron su carne.
—Holee, no sé por qué, pero ella va tras de ti. Tienes que irte lo más lejos que puedas, encuentra una salida y vete… Intentaré hacer lo que pueda para darte la oportunidad. —Le decía Axel adolorido por los daños que sufrió al soportar ese ataque de rocas afiladas.
«Podría hacerlo, escapar de aquí y rezar por que todo salga bien… ¿Pero eso es lo correcto? Se supone que soy su pactante, solo una herramienta para usarme cuando lo necesite —Ella recordó una charla con Anais, donde le decía que Axel de verdad se preocupa por ellas—. ¡No! ¡Estaría mal huir y abandonarlo! Gracias a él es que puedo caminar por mí misma, experimentar el mundo que solo soñaba y ver la luna que tanto amo… No quiero dejarlo solo».
—Cuando hicimos el pacto, me dijiste que nunca me abandonarías… ¡Yo tampoco quiero hacerlo! Y tú tampoco quieres que te deje, si fuera así usarías la orden de nuestro pacto para obligarme a ello… Hagamos esto juntos, Axel. —Le dijo la muchacha viéndolo decidida.
—Por favor Holee, ayúdame. —Respondió Axel aceptando que no quería hacer esto solo.
Decididos a no rendirse, ambos atacaron a Durgea inmediatamente. Axel tomó la forma de araña humanoide, pidiéndole a Holee que subiera en su lomo y que disparara sus púas desde ahí. El muchacho usaba [Disparo de Telaraña] combinado con las púas de su compañera para intentar cerrar el paso a la Diosa, creó caminos de estos delgados hilos alrededor de su objetivo y después saltó al techo para pegarse ahí arriba, desde esa posición uso [Saeta de Fuego] Resultó que las telarañas eran muy inflamables, quemaron el suelo en segundos y causaron una fuerte llamarada luminosa con la cual esperaba cegar a su enemiga.
Las estacas de piedra comenzaron a salir disparadas de todas direcciones, aprovechando la agilidad de esta araña humanoide y su velocidad incrementada por [Reflejos extremos]. pudo esquivar los ataques columpiándose en su telaraña como un popular personaje de comics que leía, incluso usaba [Tetrakinesis[ para crear apoyos de tierra donde lanzar su telaraña y refugiarse.
—Axel, acércame lo más que puedas a ella y lánzame con algo de impulso. Con mi forma de escarabajo puedo acertarle un golpe con toda mi fuerza, esa dura coraza debe protegerme de las estacas de roca. —Le susurró Holee buscando con sus ojos compuestos una abertura en la guardia de Durgea.
—Entiendo, dale ese golpe y aléjate. La atacaré con mi mejor habilidad y no quiero que seas afectada por ella. —Axel usó [Tetrakinesis] para levantar del techo varios pilares cortos donde sujetar su telaraña, lo hizo en dirección a la Diosa.
—Que insulto ¿Te atreves a usar elemento tierra contra mí? ¿Contra la Diosa de la tierra? Voy a mostrarte como es una verdadera [Tetrakinesis] —Durgea levantó uno de sus dedos suavemente, creó al instante varios pilares de roca que unieron el techo y el suelo, esto fue aprovechado por Axel para columpiarse precipitadamente en ellos y tomar el impulso que necesitaba.
Axel se inclinó para darle a Holee la oportunidad de que saltada desde su lomo, la muchacha lo hizo sin duda y él lanzó otra telaraña para ubicarse encima de Durgea y ahí creó dos brazos más aparte de los dos que tenía, en cada una de sus cuatro manos comenzó a cargar una [Lanza Negativa], las chispas negras de esta carga de energía salpicaban el suelo tras Axel con violencia.
—¡No voy a rendirme al miedo! [Colmena Dimensional, cualidad Naxus, amalgama de escarabajo]! —Exclamó Holee intrépidamente mientras la coraza negra de escarabajo iba cubriéndola.
Al tener sus alas desplegadas, comenzó a agitarlas con un fuerte zumbido que aumentó su velocidad. Preparó su puño derecho cargándolo con toda su fuerza y fiera voluntad, el grueso aguijón que ahí se hallaba se contrajo para impactar como un pistón cuando el golpe sea dado. Holee apuntó al rostro de Durgea, el sonido del golpe chocando creó una fuerte onda que hizo temblar el lugar.
—Listo, eso debió hacerle algo de daño. Ahora solo tienes que alejarte de ahí, Holee… —Axel se desprendió del techo, cayó preparando sus cuatro [Lanzas Negativas] para arrojarlas cuando su compañera tomara espacio, pero entonces notó algo que lo hizo detenerse y lanzar una telaraña al techo para sujetarse.
Ciertamente el golpe de Holee acertó, pero no lo hizo a Durgea… La Diosa se había protegido con pequeños fragmentos de tierra que recibieron el impacto, estos fragmentos se pegaron al brazo derecho de la muchacha y lo atravesaron haciendo explotar su coraza.
—Du-Duele… N-No puedo soltarme… —Más fragmentos de tierra se pegaron al cuerpo de Holee, comenzaron a atravesarla rompiendo su coraza en pedazos y haciéndola gritar fuertemente de dolor.
—¡Déjala maldita sea! —Exclamó Axel cancelando su [Lanzas Negativas], cambió de forma a la del Gorberin y cayó desde lo alto pensando darle un puñetazo a la Diosa, pero fue interceptado por caderas de metal que lo inmovilizaron ante ella.
—Abrí mi defensa para que atacaras con un potente hechizo, sin embargo, sacrificas tan buena oportunidad por rescatar a tu inútil pactante… Que imbécil eres, si la hubieras sacrificado te hubiera reconocido como un candidato a Rey Demonio. Ese puesto lo merece alguien con las agallas para hacer lo necesario por ganar, no es para un cobarde que teme perder una o dos herramientas… No eres digno del plan te Ishtar y por eso mírala sufrir por tu cobardía. —Una cadena de metal ahorcó a Axel obligándolo a tomar su forma de demonio, sometiéndolo delante de su compañera para que la vea sufrir, él casi queda inconsciente de no ser por los gritos de auxilio de Holee.
Las cadenas jalaban al muchacho para alejarlo de ella, solo podía verla siendo cubierta por fragmentos de tierra y como estos lentamente arrancaban partes de su coraza. Holee extendió su mano hacia él, lo hizo con una expresión de desesperación que se quedaría impresa en la memoria de Axel para siempre, él hacia su mayor esfuerzo por alcanzarla, sin importarle el dolor por ser apretado por las esas cadenas, pues Axel sabe que eso no es nada comparado a lo que Holee debe estar sintiendo.
«Cu-Cuantas veces la tomé de la mano, sea torpemente, por accidente o para encontrarla… Pero ahora, cuando más me necesita… No-No puedo alcanzarla… Esto es mi culpa, si no hubieras venido conmigo, si no hubiéramos pactado y si no te hubiera sacado de esa cama… No estarías sufriendo ahora», Axel intentaba transformarse en diversas bestias, pero todas eran ahorcadas por las cadenas.
—¡Ho-Holee! —llegando a tocar la cadena con la yema de sus dedos—. [Tetrakinesis], resiste… Por favor… [Tetrakinesis] —Gritaba Axel exasperado mientras intentaba aplicar su habilidad.
>>>Error al aplicar habilidad, se ha detectado [Constricción Metálica, Nivel 99] Como [Tetrakinesis, Nivel 3] es inferior a la habilidad actualmente en ejecución, la más débil es anulada…
—No te avergüences más, idiota, tu patética [Tetrakinesis] está muy lejos de evolucionar para poder controlar el metal. Solo hay pocos humanos en este mundo capaces de medio hacerlo y ni siquiera ellos lo hacen bien. —Le dijo Durgea mirando con desprecio mientras lo veía seguir intentando.
>>>Error al aplicar habilidad, se ha detectado [Constricción Metálica, Nivel 99] Como [Tetrakinesis, Nivel 3] es inferior a la habilidad actualmente en ejecución, la más débil es anulada…
*Error al aplicar habilidad, se ha detectado [Constricción Metá****************************************************************************************************************************************************************************************************
—¡Me vale mierda lo que digas! ¡Yo no soy de este mundo! “[Tetrakinesis]! —Exclamó Axel dislocándose el brazo izquierdo para sujetar la cadena con su mano.
~Bien dicho, demuéstrale porque te escogí. —Esa voz resonó en la mente de Axel, era Ishtar quien le hablaba, aunque él no le prestó atención por concentrarse en lo que hacía.
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Una grieta se formó en un eslabón que Axel sujetaba, la cadena comenzó a romperse desde ahí, permitiéndole a Axel liberarse y correr para tomar la mano de Holee, la cual fue cubierta completamente dentro una bola que se solidifico. Durgea estaba sorprendida por la hazaña de aquel que despreciaba, sonrió siniestramente mientras veía la espalda del muchacho.
—Es muy tarde [Desgarre Terrenal] —Dijo la Diosa, a su voz la tierra que atrapó a Holee la presionó haciéndola soltar un horrido grito.
Axel llegó para golpear a aquella redonda roca con sus puños, se destrozó las garras intentando cavar para sacar a su compañera y cayó de rodillas al ver que escurrían hilos de sangre desde adentro… Axel gritó con furia, tristeza, desesperanza y culpa por este resultado. Miró con unos ojos dorados muy brillantes a la causante de esta desgracia, corrió hacia ella dispuesto a tomar venganza sin importarle su propia vida.
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