LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 35
Sala de supervisores
Cuando Holee y Axel estaban peleando contra Durgea, en un lugar diferente había tres siluetas viendo esos eventos por medio de un cristal. Eran el espectro Toño, el jefe de personal Horos y aquel hubeast de especie lobo llamado Wulfdog. De los tres, el primero apretaba sus puños con fuerza mientras veía sufrir a Holee.
—Sera mejor que te calmes, Toño. Recuerda el puesto que ocupas y a quien sirves. —Le dijo Horos al mirar sin inmutarse como Holee era arrastrada por Durgea.
—Vamos amigo, no pongas esa cara. Ella no es tu pequeña hermanita, solo alguien que se le parece mucho. —Wulfdog tomó del hombro al espectro hablándole con tranquilidad, sin embargo, Toño lo apartó para acercarse más al cristal que le mostraba esas imágenes.
—No puedo estar calmado ¡Mierda! Ella se parece tanto, es como ver a mi hermana sufrir otra vez en estos túneles —viendo como Durgea aplastó el cuerpo de Holee con las rocas—. ¡No! ¡Déjela por favor! ¡Mi Diosa, mi santa madre te lo imploro! —Toño golpeó el cristal con tanta fuerza que lo quebró y detuvo las imágenes.
—Y ahora no tenemos ni idea de lo que está pasando. Bueno yo me voy, tengo que cuidar mi zona y ver cuantos me llegaran esta vez ¿Alguien quiere comida? Pasaré por donde Vilma de camino —notando que Horos le dio una fría mirada—. Está bien, joder, solo quiero ser amable. Nos vemos. —Un túnel se abrió frente a Wulfdog, tras pasar la entrada se selló y dejó solo a sus compañeros.
—No otra vez, no quiero que Risana vuelva a morir. —Se lamentaba Toño arrodillado, golpeaba el suelo con fuerza y mientras lo hacía escuchó un largo suspiro de Horos.
—Entiendo lo que significa perder a un ser querido, Toño. Antes de volverme un supervisor a servicio de la Diosa Durgea, mi otra parte cayó en la trampa del trabajo en las minas, vino aquí junto a su mejor amigo y lo vi morir como una ofrenda a la Diosa. Me arrastré sobre decenas de cadáveres, peleé con uñas y dientes contra esas bestias e incluso logré matar al supervisor del cual tomé el puesto ¿Sabes por qué me quedé? —Agachándose al nivel de Toño para verlo a los ojos—. Por qué entendí que las minas son necesarias, que estas masacres son un bien para el mundo y sin ellas estaríamos jodidos con la contaminación de Roana, los climas hostiles de Leteo y la cantidad de recursos depredados en Aubel… Lamento cada muerte que sucede en estos túneles, al final del festival rezo por cada alma que fue sacrificada y es lo único que puedo hacer. Me quedé en estas minas y soporto el peso de todas las muertes, porque de esa forma puedo ayudar a mantener nuestro mundo sano —tomando a Toño de los hombros, lo ayudó a ponerse pie—. Toño, eres un espectro y vivirás más que Wulfdog, Vilma y tal vez yo… En tus doctrinas está el aceptar la muerte como algo natural, si aún tienes dudas, ve y habla con nuestra Diosa Durgea. Por cierto, dale este cristal con la información que recopilé de las ofrendas de esta temporada. —Horos le entregó un pequeño cristal pentagonal de color vítreo, luego puso su mano en una pared, ahí se creó un túnel por donde entró y antes de partir se despidió haciéndole un gesto a Toño.
—Es irónico… Viví más años que esos tres juntos, sin embargo, soy el único tonto que no se acostumbra a la muerte… Tanto la longevidad o la inmortalidad, no es un don para todos y solo unos poco pueden soportarla correctamente sin enloquecer. Seguiré tu consejo, Horos. —Toño tocó una pared contraria a la que usaron sus compañeros, tras abrirse el túnel entró limpiándose unas pequeñas lágrimas.
Al llegar al final del túnel, Toño se encontró con un portal morado al cual entró sin dudar. Cuando salió del otro lado siguió caminando por unos minutos, aquel entorno rocoso cambió a uno lleno de bonitas flores fluorescentes de distintos colores, el suelo estaba hecho de diversos cristales azules y lo adornaban dando una sensación de paz. Toño se detuvo frente a un cristal enorme, en cuyo interior tenía una silueta de al menos 150 cm, aquel espectro tocó ese cristal con melancolía y mostraba un rostro de arrepentimiento.
—Oh mi pequeño, puedo entender lo que te aqueja. —Los cristales del suelo se abrieron dándole paso a Durgea.
—Mi Diosa —arrodillándose con respeto—. Se lo imploro, dígame que Holee no es la reencarnación de mi hermana. No podría soportar el que otra vez fuera ofrecida como sacrificio, por favor mi Diosa, dígame la verdad. —Toño sentía a Durgea rodearlo hasta ponerse detrás de él.
—Esa niña Holee, no tiene nada que ver con Risana y solo es una cruel coincidencia que se parezca a tu hermana menor. Veras mi pequeño, en el mundo existen duplicados de las personas, no tienen parentescos sanguíneos, pero siempre hay entre 3 a 5 individuos con casi los mismos rasgos físicos. —Durgea le hizo a Toño una seña con la mano, con ella le indicaba que se levantara y la Diosa creó una banca de piedra.
—¿Entonces de ninguna forma es Risana? Mi hermana ¿Ella reencarnó como me lo prometió? —Preguntó Toño mirando el gran cristal en su delante, dentro se encontraba el cuerpo de una niña espectro, sus rasgos físicos eran idénticos a Holee con una cabellera lila brillante, solo que parecía una versión más joven de ella, aparentaba una edad de 14 años humanos, su ropa era una capucha color arena maltratada, ropajes ligeros que la protegían pero manchados de sangre cerca del pecho, donde en el corazón tenía una herida profunda de apuñalamiento que la atravesaba, pero era tapada por una rosa azul.
—Risana ya volvió a renacer, ahora es la hija menor de una importante familia de nobles humanos, tiene un hermano y una mayor que la quieren. No pasa hambre, ni frío, no le falta amor, ni es discriminada como cuando vivió siendo Risana. A pesar de vivir rodeada de lujos, ella es una afable niña con un corazón puro. —Las palabras de Durgea pusieron una sonrisa en el triste rostro de Toño, ella invitó al espectro a sentarse junto a ella.
—Quisiera verla otra vez, pero como supervisor a su servicio no puedo abandonar las minas. Aunque no haya lasos de sangre que nos una, solo quiero ver lo feliz que Risana es ahora ¿A qué familia de nobles pertenece? —Toño estaba sentado, miraba con cariño los restos de su hermana.
—Una de apellido De Lacroix, tiene como trece años y aún se parece físicamente a su anterior vida. —viéndolo más tranquilo—. Ustedes los mortales son increíbles, una pequeña buena noticia puede sacarlos de su tristeza y traer calma a sus corazones… Es algo que les envidio. —Mencionó Durgea haciendo crecer más cristales luminosos para adornar la tumba de esa niña.
—Los espectros tenemos una vida longeva, nuestros pasados suelen acosarnos continuamente ¿Hay algo que le duela recordar, mi Diosa? —Preguntó Toño viendo a Durgea detenerse de golpe en su labor de formar los cristales.
—Sí, paso hace tantos milenios, pero es un trauma tan grande como el mismo nacimiento… Sucedió justo después de que nos trajeran a este mundo en blanco. Éramos muchas deidades recién nacidas, no teníamos conocimiento de bien o mal, ni siquiera podíamos comunicarnos inteligentemente… Pero nos ordenaron matarnos mutuamente hasta reducir nuestros números. La batalla duró siglos, donde lentamente comenzamos a comprender el concepto de la muerte y a temerle, algunos formaron grupos para protegerse, otros aprovechaban el momento para atacar y sobrevivir… Algunos como yo solo queríamos escapar. Antes de que Regis ascendiera como Dios supremo, yo iba a ser asesinada por uno de mis hermanos, sin embargo, fue Ishtar quien me salvó sacrificando la oportunidad de ascender antes que Regis y me permitió ser parte de las deidades que formarían este universo. —Durgea comenzó a arañarse las rodillas mientras recordaba lo sucedido, se le notaba tensa e intranquila hasta que Toño la llamó.
—Mi-Mi Diosa, disculpe mi imprudencia por preguntarle algo así… No debí atreverme a tanto. —Toño se arrodilló bajando la cabeza hasta el suelo.
—No, no tienes que disculparte, simplemente hiciste una pregunta y te respondí. Incluso los Dioses tenemos cosas que nos cuesta superar, pero desde ese instante comprendí que mi vida se la debo a Ishtar y por eso siempre lo voy a amar. —Durgea se levantó del asiento de piedra y lo hizo desaparecer dentro de la tierra.
—Mi Diosa, aunque Holee no sea mi hermana, me gustaría pedirle que ella sea liberada de ser una ofrenda. Aceptaré cualquier orden por ello, por favor, atienda mi egoísta deseo. —Toño suplicaba solemnemente por Holee.
—Tu petición llega algo tarde, Toño. Ya le hice algo irreparable a su cuerpo, no creo que ella tenga la fuerza suficiente para recuperar su mente… Pero si quieres ayudarla, puedes darle muerte por tus propias manos y permitir que sus restos descansen junto a tu hermana. —Durgea fue dura en sus palabras, notó la triste expresión de Toño y lo vio bajar la mirada.
—Lo entiendo, es una completa lastima. Entonces si me lo permite, quisiera retirarme a esperarla en mi área. Holee no seguirá sufriendo… —Toño hizo una reverencia ante el gesto de confirmación de Durgea, antes de retirarse regresó con la Diosa para darle el cristal que le encargó Horos y tras eso se fue.
—Me deja un mal sabor de boca entristecer a tan buen sirviente —mirando el cristal en sus manos, este se disuelve en su palma—. Uhm… ¿De Lacroix? Creo que ese tipo trae mala suerte a donde vaya. —Durgea se puso la mano en la frente como señal de frustración.
Zona 4, salidas del laberinto
Aquí se encontraban varios esclavos asustados mientras se abrazan entre sí, algunos prisioneros que regresaban de aquellos 3 grandes túneles, traían armas consigo y empezaron a separarse en grupos peleándose el liderazgo. A un lado estaba aquel vigilante regordete de nombre Bando, estaba deprimido pues no podía hacerse valer como autoridad y casi fue asesinado a golpes cuando intentó detener la trifulca de los presidiarios. A su lado estaba Aranavia, ella miraba con impotencia como algunos prisioneros empezaron a llevarse esclavas consigo y era obvio lo que harían con ellas.
—No lo haga, señorita Aranavia. La única razón por la que no nos han atacado, es porque esperan que peleemos contra lo que sea que salga de esos túneles. —Bando sujetó a la joven de pelo purpura de la muñeca, lo hizo con suavidad para no causar un mal entendido.
—Pe-Pero ellas —viendo a los vigilantes de las minas de Xion-Xan—. ¡A nadie le importa esas mujeres! —Exclamó Aranavia indignada, pues notó que esos vigilantes estaban riendo mientras jugaban con dados.
—Si Tamir, Axel, Galur o Ángelo estuvieran aquí, ellos los detendrían y pondrían las cosas en orden… Pe-Pero yo… Yo no tengo la fuerza o la actitud para interceder, ya vio como me fue cuando intenté calmar las cosas. —Bando tenía la mirada al suelo y la moral baja.
—Maldición… Al menos hay grupos pacíficos que parecen pensar mejor las cosas que esos delincuentes —mirando a un grupo de hubeast siguiendo las órdenes de Lulú y Oswaldo—. Es raro, no sé qué hablaron que ese par, pero Oswaldo parece molesto. No creí que alguien de apariencia tan tranquila, pudiera poner una cara tan agresiva. —Mencionó Aranavia recordando que vio a la distancia, como Lulú y Oswaldo conversaban y donde ciertas palabras de ella, ocasionaron el enojo e indignación del hubeast topo.
—Yo estoy preocupado por esa amazona, creo que se llamaba Warawisa… Se lanzó dentro de esos túneles y es la única que no regresa ¿Qué crees que le haya pasado? —Preguntó Bando con algo de temor.
—Con los gritos, gruñidos y chillidos que salen de esos túneles… Solo puedo imaginar la clase de horrores que están viviendo ahí adentro, me hacen dudar sobre si dejar los túneles abiertos sea la opción correcta… Pero cuando pienso en mis amigos, solo puedo aferrarme a la esperanza de que alguno salga de ahí. —Aranavia caminó acercándose a los túneles, Bando la estaba por acompañar, pero repentinamente ambos escucharon un quejido cerca de sus pies.
—¿E-Escuchaste? ¿So-Sonó como alguien pidiendo ayuda? —Mencionó Bando mientras buscaba en el suelo la fuente de ese sonido, vio una pequeña piedra moverse que llamó su atención y le señaló a Aranavia ese lugar.
—¿Qu-Que es esa cosita? —Viendo un pequeño cuerpo de piedra negra arrastrarse en el suelo—. ¿Una personita? ¿Estás bien? —La muchacha de pelo purpura levantó al pequeño ser entre sus manos, le daba suaves golpecitos con su dedo índice para ver si estaba vivo.
—A-Ayuda… —Decía el pequeño ente mientras se giraba para verlos, se trataba de una de las copias de Durgea y esta mide algo de 15 cm.
—Debe ser un espíritu de la tierra, al igual que los chinchilicos este debe ser su habitad ¿Qué sucede, pequeña? ¿De dónde saliste? —Preguntó Bando ayudando al pequeño ser a pararse.
—E-Escape… Un amable hombre me ayudó a escapar, e-es Aegar… Me dijo que buscara ayuda, que vaya con Aranavia… Él está en peligro. —Al oír el nombre de su cuñado, la chica de pelo purpura se arrodillo preocupada.
—¿A-Aegar? Si Aegar te ayudó a escapar, él aún debe estar vivo… —Aranavia miró a la pequeña Durgea pararse en sus manos.
—Sí, él está corriendo dentro del laberinto… Si puedo llegar con él, tal vez pueda ayudarlo a escapar. —Mencionó la pequeña copia de la Diosa.
—Señorita Aranavia, quiero hablar con usted un momento —mirando a la diminuta Durgea—. Dejemos descansar a ese pequeño espíritu aquí, voy a consultarle sobre algo. —Sugirió Bando disimuladamente, el regordete muchacho le señaló un sitio un tanto alejado a Aranavia y tras dejar a la copia de Durgea en el suelo caminaron hasta ahí en silencio.
—¿Qué sucede, Bando? No podemos perder tiempo si nuestros amigos están en peligro. —Le decía Aranavia angustiada, sin embargo, calló de golpe cuando Bando le hizo el ademan de que guardara silencio y algo avergonzado se acercó a su oído.
—Esto está mal, señorita Aranavia… Nos dijo que la Diosa Durgea es quien está detrás de esta situación ¿Cómo podemos estar seguros de que ese espíritu no está a su servicio? —Susurró bando mirando de reojo a la copia de Durgea.
—Podemos preguntarle, si hablamos con ella tal vez nos de la información que necesitamos y así… —Era notorio que la joven de cabellera purpura intentaba apurar esta conversación.
—No sea tan ingenua, si mis sospechas son correctas y le revela que sabe la verdad de las minas. Ese espíritu podría ir a contarle a la Diosa sobre sus planes, todo lo que hicieron tu cuñado y tú se perdería para siempre. —Bando fue insistente en ese punto, dejando la duda en la mente de Aranavia.
—¿Entonces que sugieres que hagamos? —Dijo Aranavia mirándolo muy seria a los ojos.
—¿De verdad estas dispuesta a arriesgarte por tu misión? —Viéndola asentir con la cabeza—. Entonces sigue al espíritu ese y no le reveles nada de lo que sabes, yo te seguiría, pero no sirvo para pelear. Además —mostrándole su placa de vigilante—. Viendo a los vigilantes de Xion-Xan, noté que sus placas son diferentes a las nuestras, significa que los únicos que pueden abrir o cerrar las puertas soy yo o mis compañeros. En caso de que pase lo peor, tomaré la decisión de cerrar las puertas y salvar a cuantos pueda. Pero si tiene suerte y logra salir con los demás, incluso me sacrificaré por intentar mantener esas puertas abiertas. —Decía Bando mientras caminaba con ella de regreso con la copia de Durgea.
—Lulú y Oswaldo te vieron cerrar las puertas. Por cómo están las cosas ahora, la gente de aquí no dudará en matarte para que las cierres ¿Estás seguro de no querer venir conmigo? —Aranavia estaba preocupada por Bando, este muchacho solo le sonrió con tranquilidad.
—Para mi familia solo fui un lastre que no podía traer honor a su apellido, me trataron como un sirviente toda la vida y poco les importaba lo que pasaba conmigo… Pero estas semanas con Axel, Ángelo, Galur y Tamir, descubrí que hay gente que me entiende y aunque era un desconocido para ellos, nunca me trataron mal o me discriminaron por ser como soy. Suena tonto, pero amigos como ellos es lo que siempre quise, lamentablemente tuve que encontrarlos en este lugar… Y bueno, estoy seguro de que ellos también harían lo mismo por mí. —Cuando estuvieron cerca de la copia de Durgea pararon de hablar.
«Es cierto, no importa lo difícil que sea tengo que ayudar a Aegar. Él también haría lo posible por rescatarme», pensó Aranavia viendo de una forma diferente a Bando y recordando a su hermana junto a Aegar.
Fue así que Aranavia se adentró discretamente por el túnel que le indicó la copia de Durgea, esta muchacha estaba muy motivada por alcanzar a Aegar y ayudar a quien pueda a escapar de los peligros que desconoce. Por seguridad, mientras avanzaba por los túneles, fue dejado marcas de flechas que puedan ser vistas en las paredes y sirvan a quienes las noten para llegar a la salida.
Laberinto subterráneo
Las rocas del suelo se hinchaban como si algo se moviera debajo de ellas, un tumor comenzó a expandirse y explotó soltando una gran cantidad de sangre, piedras pequeñas, trozos de órganos, una espada y a Axel intentado respirar. El muchacho se arrastró asustado hasta una pared, donde usándola de apoyo intentó ubicarse en ese lugar y ver a su alrededor por si había peligros cerca.
«N-No es mi culpa, y-yo no tengo la culpa de que eso pasara… Yo quería que él bebe viviera, n-no pensé que moriría… No es mi culpa… Yo solo quiero sobrevivir… Yo… Yo… ¿Qué he hecho?», pensaba Axel desesperado mientras abrazaba sus piernas.
>>>Habilidades Oculares obtenidas… Visión Demoniaca… Visión Nocturna… Visión del gran felino (Bloqueada)…
«Ese bebe… así que puso todas estas habilidades dentro de sus ojos», Axel se tocó el rostro notando que las heridas que tenía estaban sanando, escuchó el correr del agua cerca y caminó despacio hacia un pequeño riachuelo.
Axel se lava el rostro fuertemente, se tallaba con las yemas de sus dedos intentando limpiarse, sin embargo, no lo hacía por retirarse la suciedad con la que estaba cubierto, lo hacía con tanta insistencia intentado borrar de su mente el recuerdo del horrible crimen que cometió. Cada vez que cerraba los ojos, podía escuchar los llantos del bebe de Eveldra, recordaba como esa joven madre desollada lo miró con una completa ira mientras juraba matarlo. Dado un momento se sobó tan fuerte, que terminó abriéndose una herida en la mejilla derecha y solo al sentir ese dolor se detuvo y vio su reflejo en el agua.
—¿Tan sucio te sientes? —Una voz venía detrás de él, era una de las copias de Durgea que lo miraba con una expresión burlona.
«¡Hija de puta! —Tomando a la copia en su mano, la apretó hasta hacerla añicos—. Todo es tu maldita culpa», Axel abrió su mano para soltar los restos de tierra que apretaba con furia.
—Eso sucedió por tu desobediencia, si hubieras seguido el camino que te indiqué no habrías terminado en esa situación —otra copia de la Diosa se levantó del suelo—. Y tanto que me estaba esmerando para ponerte a prueba, había un tipo con muchas ganas de encontrarse contigo.
«No le voy a dar el gusto de seguir burlándose de mí», Axel recogió su espada y caminó sin ver a esa copia, pero esta lo seguía.
—Oh vamos, mataste a un bebe ¿Y qué? Hay gente que hace cosas peores y duerme tranquila por las noches. Ya debiste saber que este mundo no es para los débiles, si vas a ser un Rey Demonio, debes estar dispuesto a hacer lo necesario por sobrevivir. —La copia de Durgea lo seguía molestándolo aún más.
«Si no fuera por ti, nunca hubiera hecho algo como eso», Axel apresuró su paso y comenzó a correr de ella.
—¡Eso es cobarde! ¡Vete corriendo lo más que puedas! ¡Lávate hasta arrancarte la piel! ¡Pero nunca borraras lo que hiciste! ¡Cada vez que estés solo recordadas los llantos de ese bebe! —La copia de Durgea se quedó quieta gritándole a Axel, tras unos segundos se desmoronó haciéndose polvo.
Axel siguió corriendo sin mirar atrás, Durgea tenía razón pues él quería escapar de su horrido acto, pero con el recuerdo tan fresco en su memoria le era imposible. Aun podía sentir el tacto de esa delicada piel, el peso que sostuvieron sus brazos, lo mojado de la sangre que derramó, las convulsiones que dio intentando inútilmente defenderse y lo peor de todo los llantos que no se sacaba de la cabeza. En su mente intentaba excusarse con que no quería hacerlo, que fue obligado a ello y que solo lo hizo por sobrevivir, sin embargo, cada pensamiento lo llevaba a una respuesta… «Yo maté a ese bebe».
Al correr con más ahínco, justo cuando iba a dar una vuelta cerrada hacia otro túnel, fue impactado por algo que sintió como duro metal frío, Axel entró a esa cámara subterránea dando precipitadas vueltas en el suelo y con algo de esfuerzo logró agarrarse del suelo y detenerse. Su visión aún estaba algo difusa, los nuevos ojos que ahora posee no se habían acostumbrado a su cuerpo, sin embargo, podía medio ver un brillo dorado en su delante mientras se paraba, ahí notó que ese extraño resplandor venia de la cabeza del individuo que lo golpeó.
—Estaba comenzando a perder la esperanza de encontrarte ¡Hijo de puta! —Una furiosa voz se hizo presente, seguida de pesados pasos que se escucharon acercándose con bravura hacia Axel.
«N-No puedo verlo bien pero ese brillo… Este tipo tiene una de mis habilidades en su cabeza ¿Qué tan lejos está?», se preguntaba Axel intentando pararse.
El joven demonio logró poner sus brazos al frente para defenderse, siendo golpeado por algo largo, consistente y hecho de frío metal. Fue mandado a volar varios metros hacia el fondo de la cueva, Axel cayó de espaldas gritando del dolor que sentía, su cuerpo parecía estar sufriendo algún tipo de efecto negativo, pues su piel estaba moviéndose de forma brusca y estirándose como espinas mientras se retorcía.
—Entre todas las personas de mi grupo, soy el único capaz de acabar con una maldita bestia inmunda como tu… Pero no lo haré rápido, voy a tomarme el tiempo para hacerte sufrir ¡Tanto como el dolor que le causaste a Crysmir! —Frente a Axel estaba Ysmel, sus furiosos ojos miraban con desprecio al joven demonio.
«Este dolor… ¡Mierda! Es similar a cuando Eila usó magia curativa en mí… De-Debe usar habilidades de atributo de luz… Me-Me va matar si me da un buen golpe», Axel estaba aterrado, podía ver la piel de su mano retorcerse y si ponía atención la escuchaba chillar.
Ysmel corrió apresurado saltando unos metros, al caer golpeóo su cruz plateada contra el suelo a la voz de [Onda Magna], el piso explotó y salió de ahí un cumulo de energía que tomaba dirección a Axel. Aquella ráfaga dorada estaba cegando al demonio mientras se le acercaba, él iba a desenfundar su espada para defenderse, sin embargo, fue abrumado por el miedo y optó por alejarse corriendo del ataque. Esa onda de energía que esquivó siguió su recorrido hasta la pared del fondo, donde se dividió en tres partes y surcó las paredes dirigiéndose nuevamente contra Axel.
«Si solo sus golpes me dejaron en tan mal estado, si me alcanza con esa cosa… Tal vez me mate instantáneamente», Axel corrió como pudo para subir sobre una roca, las dos primeras ondas de energía dorada lo siguieron hasta explotar en el aire después de que saltara, siendo lanzado hacia un lado Axel buscó algo en su cintura y se puso a la defensiva para amortiguar su caída.
Tan solo la onda expansiva arrojó a Axel metros hacia un costado, la tercera ráfaga de energía al no tener objetivo cerca, solo explotó rompiendo el suelo. Axel ni siquiera pudo pararse por sí mismo, fue levantado de los cuernos por Ysmel y recibió un fuerte puñetazo en la mejilla. El demonio se defendía con su mano derecha intentando alejarlo, logró cubrirse del siguiente puñetazo y forcejando se soltó del agarre de su agresor e intentó alejarse arrastrándose lastimosamente.
—¿Crysmir peleó por su vida? Ella nunca se hubiera rendido ante ti, creo que simplemente la sorprendiste cobardemente para matarla —viéndole la cintura, encontró la mochila que Axel tomó de la exploradora—. Incluso le robaste y profanaste su cuerpo… —Dándole una patada lo puso boca arriba.
«Mierda… Ne-Necesito una apertura —Apretando algo en su mano izquierda—. Pero este sujeto no se detendrá hasta matarme», Axel se movió para cubrir lo que ocultaba en su mano izquierda.
—¿Sabes lo que hacíamos a los ladrones en mi pueblo? —Pateando a Axel en la boca—. Con esto no volvían a robar —Ysmel levanto su cruz de plata, aplastó repetidamente la mano derecha de Axel casi a la altura del codo, el demonio soltó un fuerte alarido al sentir las repetidas presiones de ese metal bendecido y el dolor casi lo hace perder el conocimiento.
Ysmel se concentró en destrozar el brazo del demonio que mató a su amada, se sentía alegre con verlo sufrir y no se percató de que Axel logró romper una pequeña bolsa en su mano izquierda. En un desesperado movimiento el demonio le lanzó el contenido de esa bolsa a los ojos, se trataba de aquel polvo irritante que Crysmir guardaba en su mochila y que él había logrado sacar disimuladamente cuando esquivó la [Onda Magna].
El cruzado retrocedió asfixiándose, dejando que su cruz cayera al suelo en un sitio seguro y que Axel pudiera patearlo en el pecho para tumbarlo. El joven demonio corrió agachado intentando huir, había esperado mucho para utilizar el polvo irritante y eso le costó un brazo, sin el cual le es imposible empuñar correctamente su espada. Cuando vio a lo lejos un túnel por el cual podría escapar, no lo pensó dos veces para huir por ahí, sin embargo, cuando entró al túnel escuchó la voz de Durgea detrás de él.
—Supongo que aún era mucho para ti ¿Probemos algo diferente? —Era una de sus copias señalando el suelo donde él estaba parado, así un agujero se abrió bajo los pies de Axel y tras caer la tierra se cerró como si se lo comiera.
La caída era como de una pendiente inclinada, totalmente llena de lodo y con piedras suaves que el muchacho agradeció no lo hirieran más de lo que estaba. Siquiera rodó por algunos tres minutos, cuando tocó suelo firme intentó pararse como podía, pero con su brazo en tal estado, le era algo difícil y sobre todo doloroso.
Axel examinó su brazo, con solo tocarlo pudo percibir la gravedad de esa herida, este le era inútil y solo quedaba como un trozo de carne fofa, cuyos huesos estaban triturados y la sangre se le escapaba lentamente.
—Uhm… Vaya, ahora entiendo que tus defensas ante el elemento luz, están al nivel de un demonio recién nacido —una copia de Durgea se fue materializando, a diferencia de las anteriores esta tenía un tamaño casi igual a la original—. Debe ser porque adquiriste esa forma recientemente y aun eres un prototipo. —Esta Durgea se puso de cuclillas frente a Axel, apoyando su mentón sobre sus manos.
«A-Aléjate de mí… tengo un mal presentimiento de esto ¡Vete!», Axel intentó arrastrarse, pero solo se arrinconó contra la pared.
—Ja,Ja,Ja me gusta ver ese rostro de desesperación en tu patética carita —La tierra comenzó a subirse por las extremidades de Axel, lo estaba inmovilizando—. Voy jugar contigo todo lo que quiera, esperando el punto donde te rompas o muestres tus verdaderos colores. —Durgea chasqueó los dedos, a su orden la tierra que sujetaba los brazos de Axel explotó… Le habían sido arrancados los brazos hasta los codos.
«¡Desgraciada perra!¡Loca enferma de mierda!», Axel soltaba diversas maldiciones mientras se retorcía de dolor en el suelo, miraba furioso a la Diosa mientras esta se reía e iba desmoronándose en polvo.
—Ve por ese camino, pequeño. Ahí recuperaras tus brazos, bueno, siempre y cuando puedas arrebatárselos a su dueña… Y sabes que pasara si me desobedeces. —Esa copia de Durgea se desmoronó totalmente, con su mano le señaló uno de los túneles que había al fondo.
Axel no tenía otra opción, si iba por otra parte el castigo por ello sería más severo y no podría aguantar cometer otra atrocidad como la que antes hizo. Los muñones en los codos de Axel estaban cubiertos por tierra, esto evitaba que se desangrara más de la cuenta y él asumió que Durgea lo dejó así para que no muriera antes de tiempo. Tras pasar por el túnel, Axel notó una peculiaridad, la cual era que este sitio era más estrecho que los anteriores, incluso las rocas que lo conformaban eran más filosas y si no tenía cuidado, los picos en las paredes rasparían su piel causándole heridas.
«Hay algo mal aquí, el ambiente se siente turbio y casi no se puede respirar… Que extraño, mi cuerpo se está sintiendo cálido de la nada y tengo algo de mareos… ¡Oh no! Esto… ¡Mierda! Son gases tóxicos, este sitio debe estar repleto de algún gas nocivo», al darse cuenta de esto, Axel quería cubrirse la boca y nariz, pero sin brazos le era imposible.
Axel controló su respiración, comenzó a dar apresurados pasos, pero asegurándose de no causarse agotamiento y comenzar a jadear por ello. Cuando llegó al final del túnel, pudo ver con claridad el sitio donde estaba, era un escenario que lo dejó mudo y con un nudo en la garganta.
La cueva hacia donde salió tenía un abismo en el medio, donde en el fondo estaban masas rojizas de carne palpitante, podía notarse restos de diversos cuerpos de humanos, animales y monstruos, todos ellos conformaban una masa amorfa que chillaba y gruñía mientras se retorcía. Sobre su superficie había tumores morados similares a glándulas que secretaban un vapor extraño, este gas pesado se dispersaba por el suelo y era lo que enturbiaba el ambiente. Axel pudo ver desde su posición como de esa masa de carne se expandían tentáculos que entraban por los túneles, algunos de estos se contraían y en sus puntas traían a personas que gritaban desesperadas por ayuda.
Aquellos que eran capturados fueron arrastrados sobre aquella carne palpitante, donde diversas extremidades los despedazaban y fusionaban sus órganos con el cuerpo principal. Una de estas personas resultó ser una amazona, aunque Axel no había tenido contacto con ellas, pudo reconocerla y fue testigo de su agónica muerte. Por estar distraído con el horrido espectáculo, Axel casi no nota que uno de esos tentáculos se dirigía hacia donde estaba y sin más opción tuvo que caminar por el filo de la pendiente, intentando hacer equilibrio para no caerse y cuando se vio sin más rocas por donde pisar, repentinamente piedras se levantaron para permitirle el acceso hacia otro túnel, en cuya entrada estaba una de las pequeñas copias de Durgea, al asegurarse de que fue vista le señaló ese túnel y se desmoronó.
El muchacho saltó con cuidado sobre esas rocas, al estar frente a ese túnel tuvo dudas sobre el ingresar, pero al escuchar los gritos de esas personas capturadas, decidió ir por ahí tras dar un suspiro. Caminar por tan estrecho pasadizo le era difícil, soportar la respiración para evitar ese gas lo tenía estresado y tras unos minutos vio el final del túnel. Con tan solo estar en la salida, tuvo que ponerse alerta pues se podía escuchar las voces angustiadas de varias personas, era obvio que este sitio estaba repleto de gente y estaría en peligro si se topaba con alguien.
Con cuidado dio un salto al suelo, pues el túnel por donde salió estaba unos tres metros arriba, una vez ahí corrió apresuradamente para ocultarse tras unas rocas y tener un sitio seguro desde donde observar su entorno.
«Sin brazos soy presa fácil, no puedo usar ninguna de mis armas, ni siquiera defenderme de algún ataque y los tentáculos de mi nuca solo salen para asimilar cadáveres… No… Tengo que pensar en lo que puedo hacer, en vez de las cosas que no puedo. Mi fuerza es superior a la de un humano, mi regeneración me sana un poco al descansar, tengo mis cuernos para atacar, mis colmillos son cortos, pero aún pueden hacer daño y mis piernas no están heridas… Si pienso bien las cosas, puedo hacer algo con todo eso», Axel estaba algo más calmado, su mente se había alejado de cosas en las cuales no quería pensar.
Desde su escondite Axel pudo ver que se encontraba en una especie de amplio laberinto compuesto de cuevas y diversos túneles, había prisioneros y esclavos que corrían de un lado a otro portando armas, pues estaban escapando de pequeños monstruos. Estos seres eran deformes cabezas humanas que tenían patas de araña para moverse, disparaban de sus horridos hocicos un líquido pegajoso que inmovilizaba a sus objetivos, luego procedían a atacarlos con sus filosas patas e inyectarles algún veneno con sus colmillos, se notaba que era muy efectivo pues dejaba convulsionado a sus víctimas y en ese estado proceden a devorarlas.
Las personas que ahí estaban hacían lo posible por sobrevivir, iban y venían defendiese mutuamente y logrando matar a varios de esos monstruos deformes. Axel sabía que, si era imprudente todos lo iban a fijar como objetivo y peor aún, en su condición le era imposible poder defenderse bien de los monstruos que por ahí rondaban. Uno de los prisioneros logró matar a un de esos monstruos con una lanza, arrojó el cadáver cerca de donde estaba Axel y esto casi lo mata del susto pues soltó un alarido.
«Espero nadie se diera cuenta —Notando el cadáver del monstruo—. Hasta ahora solo me encontré con humanos y hubeast, supongo que puedo consumirte», Axel acercó su cabeza hacia el cadáver, así los tentáculos en su nuca se liberaron entrando en cuerpo inerte y los usó para traerlo más cerca.
>>>Engendro rencoroso, Cabeza arácnida del laberinto
>>Mucosidad Adhesiva, Bloqueado.
>>Paralizante, Bloqueado.
>>Encima Digestiva, Bloqueado.
>>Trepar, Bloqueado.
«Si, me lo esperaba… Es necesario que recupere mis habilidades de transformación», Axel giró la cabeza justo a tiempo para esquivar la punta de un esportón, fue ahí que sus ojos percibieron un brillo naranja, el cual él conocía muy bien.
La punta metálica iba dirigida a su cabeza, durante esos segundos lo único que pudo hacer fue correr para alejarse de ahí, necesitaba ganar terreno e intentar prepararse para este enfrentamiento. Al estar al descubierto, algunos prisioneros lo vieron y se asustaron de él quitándose de su camino, Axel simplemente siguió corriendo al interior de esos estrechos túneles.
—No puedo creer que fallara contra un demonio mutilado, solo eran unos centímetros más… Pero no importa donde vaya, ahora tengo su rastro y puedo cazarlo sin problemas. —Una mano morena arrancó el espontón que se clavó en la roca, esta pertenecía a Tintaya. La amazona estaba con varios cortes en el cuerpo, moretones simples y se le notaba muy cansada.
Una de las Cabeza arácnida del laberinto, se le tiró encima para atacarla, pero esta fuerte mujer la atravesó en el aire con su arma y la aplastó con su pie. Ella acercó su rostro al sitio donde estuvo Axel, sobre la roca encontró algo de la sangre que caía de las heridas del demonio, la tomó con sus dedos y tras dar una fuerte aspirada, lo ojos de esta mujer se tornaron amarillos, así salió corriendo al túnel por donde huyó Axel.
Tintaya corría por los estrechos pasadizos, dando algunas breves pausas para aspirar el aire y poder sentir la esencia que está rastrando, en la mente de la amazona hay la imagen de un camino morado rodeado de varios otros colores.
—Esto es extraño, esa débil esencia la he percibido antes… Y más raro aun, es que hay diversos olores trenzados a su rastro, como si no fuera una sola persona… Hay esencias de monstruos, varias personas y este olor… Estoy segura, en algún lugar lo he percibido. —Decía Tintaya para sí misma mientras corría entre la multitud de gente que se le atravesaba despavorida.
Algunos de estos prisioneros intentaron atacarla, sin embargo, ella los mataba sin chistar con rápidos movimientos, tomaba a aquellos que le estorbaban el paso y los arrojaba hacia las Cabeza arácnida del laberinto, incluso usó a un esclavo para distraer a uno de esos gruesos tentáculos que reptaban por los túneles. La amazona estaba decidía en encontrar a su presa, sin embargo, no podía quitarse aquellas inquietudes que le ocasionaba la esencia que persigue.
—Ya he perdido a muchas de mis subordinadas, las que estaban conmigo fueron llevadas por esos tentáculos ¿Quién sabe si el resto aún vive? Solo matando a ese demonio le pondré fin a todo esto. —Tintaya trepó sobre una roca, desde esa posición tenía una mejor visión de la cueva a donde llegó, podía percibir que esa esencia tomó rumbo a los túneles del fondo.
Los gritos de las ofrendas a Durgea hacían eco dentro de esos oscuros túneles, eran de dolor, lucha, sufrimiento y muerte. El sonido de las armas chocando contra la carne de esos engendros, los rugidos de todas las bestias atacando y rocas cayendo bruscamente al suelo, todo eso abrumaba el ambiente.
Los agitados pasos de Axel se escuchan saliendo por un estrecho túnel, donde las puntiagudas piedras lastiman su cuerpo, el muchacho está dejando un fino sendero de sangre en su andar y cansado se mete dentro de un hueco, ahí apoya su espalda y se deja caer contra la pared.
«Se jodió… Todo se jodió sin darme cuenta… ¡Maldita sea! E-Ella está siguiéndome, d-de alguna forma sabe dónde estoy», Axel jadeaba de cansancio intentando calmar su respiración, tosió un poco de sangre, pero cuando intentó limpiarse, se percató nuevamente de la ausencia de sus brazos.
«Mierda, mierda, mierda… Mi sangre debe estar guiándola ¿De verdad tengo que hacerlo así?», el muchacho usó su boca para intentar cerrar las arterias por las cuales se desangraba, con mucho dolor las masticó para bloquearlas.
—¿Dónde estás, demonio hijo de puta? ¡Voy a matarte y todos saldremos de aquí! ¡Tengo que contarle a mi gente de la trampa que son estas minas! —Grito Tintaya furiosa mientras se acercaba al lugar donde Axel se escondía.
«Ella es una guerrera experta, si la enfrento en mi estado me matará —Notando unos brillos naranjas en los antebrazos de Tintaya—. Tiene mis habilidades dentro de ella, debo recuperarlas ¿Cuáles serán? ¿D-Debería arriesgarme?», pensaba Axel sobre las posibilidades que tendría.
Al final Axel tomó una decisión, aguantó la respiración y luego dio un suave suspiro, él estaba asustado escuchando los insultos que Tintaya le lanzaba. Axel miró los restos de sus brazos sabiendo que era peligroso luchar en esa condición, por ello uso el sigiló que tomó del [Esclavista] que asesino antes, esa habilidad era [Ataque sorpresa] y solo le permitía unos 5 segundos se invisibilidad, siendo muy inferior al «Caminante de las tinieblas» que usualmente activa para estas situaciones, pero solo le quedaba confiar en esa habilidad e intentar huir lo más rápido que podía. Dio suaves pasos dirigiéndose al final de un túnel, a unos metros detrás de él, podía medio ver a Tintaya y al verle esos furiosos ojos amarillos se apresuró en irse.
—Puedo olerte, demonio. Estas escondiéndote como una sucia rata… Ja,Ja,Ja ¿Dónde está tu orgullo, bestia inmunda? —Tintaya olfateaba los alrededores, estaba avanzando a unos tres metros de Axel y podía ver la esencia del muchacho agrupándose delante de ella… El sonido de una gota de sangre caer al suelo, le avisó de la ubicación de su presa.
Tintaya dividió el esportón que portaba en sus manos, dando un acelerado salto y en dos rápidos movimientos clavó la punta en algo blando, haciendo visible a Axel y dejando ver que le perforó el abdomen por el frente. El muchacho hizo una mueca de dolor, abriendo los ojos logró mover su cabeza a un lado, segundos antes de que la otra parte del esportón casi le atravesara el ojo derecho.
Axel avanzó aguantando el dolor, dejando que la lanza que lo atravesaba se hiciera a un lado, sorprendiéndola por tal acción él logró golpearle con su frente en la cara y le dio un tacle con toda su fuerza logrando derribarla y ocasionando que el esportón saliera de su cuerpo, luego continúo golpeándola en la cara con su frente y causándole graves heridas con sus cuernos. Le rompió la nariz, desgarró el pómulo y labio, pero Tintaya es una fiera guerrera pues le acertó dos palmadas en la cien que lo aturdieron. Gruñendo de desesperación, el muchacho le arrancó la garganta de una mordida a la primera oportunidad que tuvo, la sangre salió a borbotones cubriendo la visión de Axel, por ello no pudo esquivar cuando esas fuertes manos lo tomaron del cuello, estaban asfixiándolo entre dolorosos gemidos ahogados.
Era una lucha de resistencia ¿Se quedaría primero Axel sin aire? ¿Moriría antes Tintaya desangrada? Ya en los últimos segundos, donde sus pulmones prácticamente rogaban por oxígeno, sintió su cuello liberado y el aire entrar de golpe por su nariz y boca. Axel había ganado, cayó tosiendo fuertemente a lado de ese cuerpo inerte, sin perder un segundo, el joven demonio comenzó a arrancar a mordidas trozos de los brazos de Tintaya.
«E-Esto salió bien, si descanso un poco mi regeneración de demonio debe curarme la herida del vientre. Al igual que con el corazón de esa chica Crysmir, lo-los ojos… Seguro que, si me pongo sus brazos, recuperaré la habilidad que esa perra de Durgea me quitó», cuando Axel terminó de arrancar los trozos de carne, se levantó y piso con fuerza para romper los huesos que unían los brazos con el cuerpo.
«Duele mucho pisar con fuerza, pero so-solo un poco más —Rompiendo el radio y cubito con el ultimo pisotón—. ¡Lo logré! Ahora solo debo acomodarlos», habiendo separado el brazo derecho del cadáver de Tintaya, Axel lo puso entre sus piernas y se ayudó de su boca para ponerlo en dirección de su propio muñón.
Con algo de esfuerzo, el muchacho pudo posicionar la extremidad mutilada en la herida abierta de su brazo, rápidamente pequeños tentáculos comenzaron a salir del muñón de Axel, estos se tejían al nuevo brazo ocasionándole leves espasmos y haciendo rugir de dolor al joven Demonio. Los segundos pasaban, el brazo de Tintaya comenzó a cambiar tanto en forma como en su color, tomando la tonalidad plomiza de la piel de Axel, pero conservando los tatuajes que esta amazona tenía en ellos. Cuando la herida se cerró completamente no dejo cicatriz alguna, era como si él hubiera nacido con ese brazo y lo único que lo distinguía era que los tatuajes se interrumpían abruptamente.
El adolorido demonio desplomó su cabeza hasta tocar el suelo con su frente, tenía lagrimas cayéndole por sus mejillas, mocos pasando por encima de sus labios, saliva que soltaba al suelo y con su nuevo brazo pudo limpiarse.
«Hacer esto duele mucho, carajo… —Mirando el otro brazo en el cadáver de Tintaya—. ¡Ah!», Axel dio un fuerte grito, su nueva mano derecha se transformó en un pequeño brazo del gorila gorberin, de un seco golpe con el puño el rompió radio y cubito del brazo izquierdo, volviendo su brazo a la forma de demonio, tomo esa extremidad y se la implanto como la anterior, sintiendo nuevamente ese ardiente dolor que le parecía iba a partirle el cuerpo. Axel golpeo el suelo con fuerza al terminar de soportar esa agonía, volvió a mirar el cadáver de Tintaya y los delgados tentáculos de su nuca se desplegaron para entrar en ella.
Un grupo de tres esclavos buscaban refugio por esos túneles, todos entraron en uno de los pasadizos donde vieron la sombra de algo delgado azotando el suelo. Uno de estos esclavos lanzó a ese lugar un trozo de cristal luminoso, el cual les permitió ver el resplandor de un par de ojos dorados y delgados tentáculos que salían de su nuca. Ante la aterradora sorpresa, otro de los esclavos lo atacó tirándole una lanza, Axel se levantó bloqueándola con un manotazo de su brazo izquierdo de gorberin.
—¡E-Es el demonio! ¡Llama a to… ah! —Un delgado hilo blanco le cubrió la boca, este salía de la muñeca derecha de Axel, la cual había tomado forma de las patas de esas arañas monstruosas que asimiló en el bosque negro.
Axel lanzó más telaraña para atrapar a los esclavos, los delgados hilos blancos se pegaron a sus rostros y usando toda su fuerza tiró de ellos para atraerlos hacia él, donde en rápidos movimientos les dio una combinación de fuertes puñetazos y estocadas con sus garras, que terminaron por destrozar sus cráneos.
«Excelente, recuperé mis habilidades de transformación. Si uso [Vampirismo] para beber su sangre, voy a curar todas mis heridas», Axel pensó en el gran murciélago que asimiló, quiso convertirse por completo en este ser, pero no tuvo el resultado que deseaba y solo sus brazos se volvieron las alas de ese monstruo.
—¿Sorprendido? No te la iba a dejar tan fácil. Dividí tu mejor habilidad en cuatro partes, por ahora solo podrás transformar tus brazos y usar habilidades que se relacionen a ellos. —Una de las pequeñas manifestaciones de Durgea había estado observándolo.
«¿En cuatro partes? ¡Maldita! No me queda de otra, tengo que seguirle el juego hasta encontrarme con Holee», repentinamente al pensar en su compañera vio crearse delante de él una especie de delgada línea traslucida color azul.
—Hay otras partes de tu habilidad de transformación corriendo por ahí, pero te advierto. Si alguno de los tentáculos del [Útero eterno] atrapa al portador de tu habilidad, la perderás para siempre y nunca volverás a transformarte completamente. Con eso dicho te dejo, tienes algo de 30 minutos antes de que todos los túneles que llevan al Útero eterno colapsen y lo sellen. —Nuevamente la pequeña copia de Durgea se desmoronó en polvo.
«Puedo usar mi telaraña para cerrarme está herida, parara el sangrado y permitirá que mi regeneración de demonio la cure. Tengo 30 putos minutos para salir de aquí, pero ahora debo centrarme en esto», pensó el muchacho tocando aquella delgada línea azul que partía desde su cuerpo, hasta uno de los túneles en su delante.
>>>Ruta de Amazona, Adquirida…
>>Destreza de Esportón
>>Golpe Critico
>>Defensa de hierro
>>Pies ligeros
>>Penetrador de escudos
>>>Despertar de cazador: Al activarse tus sentidos te permiten rastrear las esencias que desprenden los cuerpos de los objetivos, se necesita un rastro fresco para mayor precisión.
>>>Actualmente cazando a Holee Tunes…
«¿Entonces, si sigo este camino encontraré a Holee? —Tocando el traslucido rastro azul con su mano—. Si uso [Trazar Mapas] en mi mente puedo ver la ruta que conozco y se corta en el territorio que no llegué a ver. Tal vez, si recupero mis habilidades de análisis completas, esto me permita tener mi antiguo mapa que me mostraba el lugar completo y si la combino con [Despertar de cazador] encontraré a quien quiera… Probemos otro objetivo… Tamir —Una línea verde aún más delgada se formó delante de él—, ¿Ángelo? —Una gruesa línea ploma se formó delante de él—. ¿Esto? ¡Ángelo está cerca! —Axel cogió el arma de Tintaya guardándola en su espalda, luego salió corriendo del túnel dejando los cuerpos de esos esclavos tirados y no le importó asimilarlos por sus habilidades.
En su camino algunos prisioneros y esclavos lo atacaron apenas lo vieron, Axel solo transformaba sus brazos en los de arácnido y usando las telarañas los dejaba pegados al suelo o las paredes, dándoles la oportunidad a las Cabeza arácnidas del laberinto para atacarlos. Gracias a los minutos de descanso y la telaraña que se puso, la herida en el abdomen de Axel estaba medio cerrada y así el muchacho podía moverse con mayor facilidad.
«Durgea dijo que otros fragmentos de mi habilidad están por aquí, tendré que dar una vuelta y completar mi mapa mental lo más que pueda y si tengo suerte encontraré al portador», mientras Axel iba avanzando, el mapa mental que tenia se iba definiendo, para su suerte al verlo mejor pudo percatarse de los límites del laberinto.
Para aumentar su movilidad, Axel desplegó patas de las Cabeza arácnidas del laberinto por sus hombros, esas extremidades le permitieron moverse con más destreza en largos saltos. Le tomó siquiera unos 10 minutos recorrer el laberinto por completo, ahí notó que el rastro que lo llevaba a Ángelo tomaba dirección por uno de los túneles que parecía ir a las partes superiores. Habiéndose cerciorado de que ninguna persona ahí presente portaba la gema que tenía su habilidad, Axel usó sus nuevos apéndices para trepar al túnel que lo llevaría con Ángelo. Antes de entrar, él había notado que los tentáculos del Útero eterno estaban llenando casi por completo los túneles y escuchando los gritos de las víctimas de estos, el muchacho dejó telarañas hacia los túneles superiores, que dispersarían a los sobreviviente y posiblemente llevarlos a un lugar seguro lejos de él, así salió inmediatamente a seguir el rastro de Ángelo.
«¿Que voy a hacer? Si Ángelo me mira en esta forma, lo primero que hará será atacarme… Pero quiero verlo, quiero encontrarme con ellos… Debe haber una manera de comunicarles quien soy, de que sepan que soy el Axel que conocieron», pensó el muchacho preocupado,
El túnel comenzó a precipitarse verticalmente, transformando sus brazos totalmente en patas de arácnido, Axel comenzó a brincar de muro en muro lanzando telarañas para seguir subiendo, al final del túnel había una salida iluminada por cristales y dando los últimos esfuerzos las patas del muchacho alcanzaron el borde. Impulsando su cuerpo logró salir a un lugar seguro, donde tras seguir el rastro se topó con una de las pequeñas manifestaciones de Durgea y esta colgaba de cabeza pegada al techo.
—Bien, parece que tienes mejores ánimos que antes. Te doy dos opciones, uno de esos dos túneles te llevara a ese cruzado del cual escapaste, el otro donde se encuentra alguien que tiene otra de tus habilidades, pero está a punto de ser llevado al útero eterno. Decide rápido, mocoso. Muéstrame un buen rostro de desesperación por arrepentirte de escoger mal. —Se balanceaba esa Durgea mientras le señalaba los caminos, ciertamente esa risa sínica estaba preocupándolo.
«Esto me deja desconcertado —Notando que el rastro de Ángelo lo lleva por el túnel de la derecha—. Si voy por ahí encontraré a Ángelo ¿Qué haré si esta junto al cruzado? Ese sujeto tiene el elemento luz al cual soy vulnerable y después de la paliza que me dio, no me dejará escapar otra vez ¿Y si Ángelo esta solo junto a quien tiene mí otra habilidad? En el peor de los casos ¿Y si Angeló es quien tiene mi habilidad?», Axel estaba frustrado pensado en las posibilidades, casqueando la lengua se resignó por un camino.
—Ja,Ja,Ja Esto será divertido, ya quiero verte afrontar lo que te espera Ja,Ja,Ja —Esa copia de Durgea se desmoronaba riendo maliciosamente, veía a Axel desaparecer por el túnel que escogió.
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