LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 37
Varios minutos antes de la llegada de Axel, exactamente mientras subía los túneles tras asesinar Tintaya. Ángelo estaba en medio de su propia lucha por sobrevivir, él había llegado a este lugar junto a un grupo de personas variadas y fue separado nuevamente tras atravesar un extraño portal que se mostró ante ellos. Llegó a esa caverna llena de túneles junto a dos elfos, tres féminas mitad elfos, cinco hubeast de diversas especies, aquella amazona de la espada llamada Aluwa, quince esclavos y once prisioneros.
—Esto es una porquería ¿Por qué nos separamos a pesar de cruzar el portal tomados de las manos? —La amazona Aluwa estaba notoriamente enfadada.
—Seguro esto es culpa de ustedes, asquerosas impuras. —Decía un esbelto elfo de cabellera lacia color plata, él y su compañero miraron con asco a las elfas mestizas y una se paró delante de ellos.
—¿Por qué siempre nos culpan de todo? Somos trabajadoras de la mina en Octorus, no tenemos nada que ver con ustedes que vienen de Xion-Xan. ¡Y no nos vuelvas a faltar el respeto! —Esta elfa de cabellera negra y mechas moradas empujo al suelo a ese elfo que la molestó, el otro elfo desenvainó su espada.
—¡Como te atreves a tocarlo, impura! Sera mejor que pidas perdón de rodillas. —Amenazaba con su espada el elfo, su compañero sacó unas dagas ondulas al pararse.
Cuando el elfo de las dagas intentó atacar a esa medio elfa que lo retó, Ángelo puso su hacha en medio bloqueando las armas, lo miró de forma severa y este elfo se acobardó por ello.
—Sera mejor que no te metas en asuntos ajenos, retrasado —viéndolo pararse firme se sintió intimidado por su tamaño—. ¿Cre-Crees que te tengo miedo? —Dijo ese elfo poniéndose a la defensiva, la amazona Aluwa se puso entre Ángelo y los elfos.
—Ustedes los elfos «pura sangre», son libres de largarse de este grupo si no les gusta las personas que lo conforman. Nadie está obligándolos a quedarse, si lo hacen será mejor que no sean un estorbo —señalando por encima de su hombro—. Por qué aquí la mayoría estamos dispuestos a botarlos a patadas. —Tras Aluwa los demás miembros sacaron sus armas.
—So-Somos de una raza superior, ninguno de ustedes tiene el estatus para levantar sus armas contra nosotros… De-Deben aprender su lugar y servirnos como es debido. —Increpó el elfo de la espada fingiendo ser altanero.
—Muy bien, eso fue suficiente para mí —un hubeast minotauro les dio un puñetazo en el estómago a ambos elfos—. De nada va a ayudarnos tener a estos buscapleitos. —Tomándolos de las nucas, este minotauro los arrojó por otro túnel, luego puso al suelo un trozo de madera cilíndrica con tallados en su superficie, era un tótem y tras decir [Tetrakinesis], se levantó un grueso un muro de tierra que selló el pasaje.
—Bien hecho, Wilmer. Esos detestables elfos solo serían un problema y dudo mucho que nos hubieran ayudado. —Una hubeast de especie escorpión le dio una animosa palmada en la espalda al minotauro, esta mujer tenía partes de su cuerpo cubierto por exoesqueletos color arena, en su espalda una gruesa cola de su especie y sus ojos eran completamente negros.
—[…] —Ángelo se quedó mirando el túnel que fue sellado, tenía un expresión pensativa mientras escuchaba a los elfos golpear el muro con sus armas y gritar por que los dejaran volver.
—No te sientas mal, grandote. Tenemos que hacer lo necesario para sobrevivir, no podemos estar preocupándonos por idiotas. En verdad fue una fortuna que ese portal nos transportara a los dos, estoy preocupada por mi hermana, pero creo que con ustedes podré encontrarla a salvo. —Aluwa se puso a lado de Ángelo, caminaron juntos cuando el grupo comenzó a moverse.
En su camino, este gran grupo de personas se encontró con monstruos como las Cabeza arácnidas del laberinto, estos salían de las bifurcaciones y los atacaban apenas los veían, sin embargo, el grupo era tan consistente en habilidades y apoyo que los mataban rápidamente. Todos llegaron hasta una caverna muy alta, las estalactitas en el techo goteaban dando un ambiente húmedo y tenso, algo había puesto en alerta a los hubeast del grupo y avisaron a todos que estén preparados.
—Algo está viniendo… Puedo sentir varias vibraciones. —Mencionó una hubeast de especie canario color verde, se cubría con sus alas y parecía temerosa.
—Sí, también los siento, hemos cometido un error en tomar este camino. Todo mi pelaje esta erizado —mirando varios túneles abriéndose alrededor de la parte superior y ese por el que vinieron cerrándose—. ¡Los que puedan usar magia, apunten sus hechizos de área a esos túneles! —Gritó el minotauro llamado Wilmer, golpeaba su tótem a un ritmo específico mientras recitaba un encantamiento.
—Grandulón, sé que no nos conocemos, pero si algo me pasa… Por favor, salva a mi hermana Amaku, ella intenta con todas sus fuerzas ser alguien de confianza, pero es una chiquilla asustada del mundo… Si puedes, sácala de esta locura. —Aluwa sentía su corazón latir con fuerza, se puso cerca de Ángelo junto con los combatientes cuerpo a cuerpo que esperaban el ataque.
«29, 30, 31 sobrevivientes… Sí, todos estos habitantes del laberinto deben ser suficientes. Ja,Ja,Ja ya quiero ver la cara que pondrá ese mocoso, me voy a divertir viéndolo arrastrarse hasta el [Útero Eterno]», una pequeña copia de Durgea abría los túneles y de estos comenzaron a escucharse gruñidos bestiales.
Desde esos túneles que rodeaban el techo de la caverna, comenzaron a escucharse gruñidos espeluznantes. Este grupo solo contaba con tres magos que eran las dos medio elfo y un hubeast de especie búho, conjuraron hechizos como [Bola de fuego] y [Viento filoso] que lanzaron contra los túneles para intentar evitar que cualquier horror saliera de ellos, sin embargo, hordas de monstruos amorfos se aplastaron entre si llenando las paredes de la caverna y el techo, algunos cayeron muertos por los ataque, pero eran tantos que no importaba.
Habían unos de apariencia humanoide, carne expuesta con sangre que salpicaba de sus músculos, su brazo izquierdo era unos tres tentáculos con ventosas puntuadas, en el brazo derecho tenían una cuchilla hecha de hueso en forma de media luna y de sus bocas caía una larga trompa que segregaba un líquido verde oscuro.
Los siguientes eran seres cuadrúpedos cubierto de cerdas gruesas como pelaje, bajo esas capas de cabello oscuro podía vérseles verrugas del tamaño de naranjas, que palpitaban como amenazando que al más mínimo toque explotarían, sus patas eran amalgamas de extremidades donde difícilmente se podía contar cuantas tenían, a los costados de sus cortos cuellos tenían tenazas similares gruesas hoces, en medio de esas armas naturales se abría una boca grande chorreante de baba y varios ojos inyectados con sangre.
Unos eran insectos similares a cucarachas de siquiera metro y medio de alto, en sus fauces movían pequeñas tenazas mientras chillaban, su color oscuro podía reflejar tenuemente la poca iluminación que ofrecían los cristales celestes y el zumbido de sus alas batiéndose en el aire era ensordecedor.
Otros que podían volar, se trataba de murciélagos deformes que se arrastraron de los túneles, donde al salir prendieron vuelo alrededor de las asustadas ofrendas, en vez de patas traseras les colgaba una larga cola carnosa con un aguijón y en sus abdómenes tenían cuatro brazos con garras.
Por uno de los túneles salieron 5 seres de una forma abstracta, transparente con cierto color azabache, se les notaba como una silueta humanoide de seis brazos, la parte inferior es como un trapo viejo ondeando al viento, en lo que parecía ser su rostro brillaban cuatro ojos morados. Estos entes se quedaron flotando alrededor de las estalagmitas, tres chocaron con algunas cucarachas metiéndose en sus cuerpos, otro impactó contra uno de esos murciélagos horrendos para también introducírsele y el último se quedó rondando evitando cualquier colisión.
Las tres cucarachas que chocaron contra esos entes, cayeron abruptamente al suelo entre convulsiones, sus cuerpos comenzaron a explotar rompiendo sus exoesqueletos, mostrando una blanca carne interior que comenzaba lentamente a teñirse de negro y tomar una forma diferente. Esas cucarachas se volvieron mazas amorfas de carne, con seis tentáculos saliendo de sus espaldas y una larga probóscide con la cual se lanzaron contra algunos esclavos que intentaron escapar y se quedaron pasmados del susto. Lo mismo le pasó al murciélago donde ese ente azabache se metió, entre violentas convulsiones su pecho se abrió sacando hacia afuera sus costillas, sus alas se dividieron en seis brazos con largas garras, su cabeza giro 180º partiéndosele a la mitad entre los ojos y creándole fauces enormes de donde burbujeaba sangre que caía como hirviendo al suelo.
Les tomó solo 20 segundos iniciar todo, segundos que parecían eternos donde aquellos ofrecidos como sacrificios vieron su entorno, pensando cada uno de ellos en dos pensamientos. Existen los que se vieron abrumados por el miedo, pudiendo sentir en cada fibra de su ser la clase de peligro que los rodean, quedándose absortos y teniendo como último pensamiento consciente los errores de su vida, recordando en las cosas que los llevaron ante esta situación y su pensamiento es el «rendirse». A otros les cuesta más aceptar esto, tal vez sea por terquedad o algún motivo que los ate a este mundo, sin embargo, ante el peligro lo que piensan es «atacar» y esos dos pensamientos separaron sus destinos.
El minotauro Wilmer terminó de conjurar cuando la primera bestia en llamas tocó el suelo, del tótem de este hubeast salió un pulso que cubrió a las personas de su grupo, ninguno entendía bien qué pasaba, pero sintieron su corazones aliviados y como si el miedo inicial se hubiera marchado. Cada una de esas 31 almas, comenzó a expulsar de sus cuerpo un leve retumbar que parecía distorsionar sus figuras y con el miedo yéndose de ellos levantaron sus armas al frente.
—¡Mi conjuro solo dura cinco minutos, tenemos que acabar con la mayoría en ese tiempo! —Exclamó el minotauro yendo al frente para defender a los magos del grupo.
—Vaya, sienta mal escuchar a las ofrendas mencionarme en sus conjuros. El rezo de este pequeño minotauro, pedía por darle la fuerza a él y sus aliados para que sus corazones se fortalezcan… El usar [Pulso sísmico interior] fue una buena elección, ese conjuro calma los estados mentales y mientras más afectados estén los que recibieron la habilidad, más fuerte serán las ondas dañinas que emanan de sus cuerpos. Bien pensado, pequeño minotauro. Por ese corto tiempo de duración, serán bendecidos con mi protección. —Decía la copia de Durgea desde uno de los túneles superiores.
Entre los combatientes cuerpo a cuerpo estaban; el vigilante Ángelo, la hubeast de especie escorpión, un hubeast de especie lagarto, la amazona Aluwa, diez esclavos y ocho prisioneros con armas de corto alcance. Ellos de dividieron en dos partes para proteger a los magos, arqueros y a quienes usaban habilidades de potenciación.
En el medio se encontraba las dos mitad elfo hechiceras, el hubeast de especie búho, el minotauro Wilmer, la hubeast de especie canario, ocho esclavos y dos prisioneros con arcos. Los hechizos no se hicieron esperar, las elfas mestizas magas dieron ataques continuos de [Bolas de fuego], quemando el suelo alrededor de ellos para reducir el sitio por donde los monstruos podían pasar, el hubeast búho canalizó un hechizo de viento con el cual dirigió las llamas hacia los monstruos. Para soportar tanto desgaste de maná, la hubeast canario y el minotauro usaban conjuros para restablecer las energías de los magos.
—¡Todavía no disparen, arqueros! ¡Tienen las flechas contadas y tenemos que defendernos de los de arriba! —Exclamó la medio elfo arquera, podía ver como los murciélagos y cucarachas se estaban acercando por el aire.
—¡Yo me encargo de esos! ¡No gasten flechas en los insectos, dudo que puedan atravesar sus caparazones! Dios de la luz, baña a tus hijos en la gloria de tu presencia, permítenos hacer frente a la oscuridad que nos rodea y revélanos la gloria de tu presencia… «Destello Aurora» ¡Cierren sus ojos o miren al suelo! —Advirtió Wilmer, luego lanzó tu tótem con toda su fuerza sobre los monstruos del suelo y cerca de los que volaban.
Una fuerte luz resplandeció por tres segundos, estos monstruos al ser subterráneos tienen ojos adaptados a la oscuridad, acostumbrados solamente a la tenue iluminación que ofrecen esos cristales de colores. Apenas la luz se reflejó en sus retinas, gritaron de dolor, los murciélagos cayeron al suelo quemándose con las lenguas de fuego que hacían de barricada, las gigantescas cucarachas chocaron desorientadas entre si y precipitándose a la tierra.
Donde se encuentra la oportunidad está el triunfo, aprovechando los disturbios entre los monstruos, teniéndolos cegados y confundidos, todos los combatientes cuerpo a cuerpo lanzaron un ataque frontal contra la bestias. Usaban sus armas para matarlas, comenzando así un festival de sangre, órganos y gruñidos que llenaron la caverna. Los monstruos no iban a dejar que su muerte fuera tan fácil, apenas los murciélagos se recuperaron del shock causado por el [Destello Aurora] del minotauro, prendieron vuelo para pasar por encima del fuego y llevarse a algunos esclavos de las primeras líneas, los enrollaban con esas largas colas, arrancándolos del suelo, ya en el aire les picoteaban con el aguijón hasta matarlos y al final desaparecían con el cadáver por uno de los túneles por donde entraron.
El muro de fuego solo dejaba una pequeña entrada, por ahí las bestias humanoides de músculos expuestos, tentáculos y esa larga cuchilla de hueso en su brazo, estaban hambrientos pero fueron forzadas a avanzar entre las llamas y tras estas los esperaban aquellos armados con lanzas. Apuñalar esos fuertes músculos era difícil, aun así con la adrenalina subida estos hombres hacían lo posible para dañarlos e intentarlos arrojar contra las llamas. Gracias al conjuro del minotauro [Pulso sísmico interior], cada cierto tiempo los combatientes expulsaban una onda que golpeaba a los enemigos cuando se les acercaban.
—¡Em-Empujen! ¡No les den espac…! —Uno de los esclavos intentaba animar a sus compañeros, pero repentinamente el monstruo delante suyo fue atravesado desde atrás por una cuchilla de hueso y llegándole al esclavo en el pecho.
Uno de los monstruos de atrás había apuñalado a su igual, usó el cuerpo de este junto con el del esclavo para abrirse paso entre la primera línea defensiva, permitiendo así al restos aprovechar la entrada y comenzar a pelear. Otro problema surgió, cuando las cucarachas cayeron a las llamas, comenzaron a correr alrededor con sus cuerpos cubiertos de fuego, algunas lo hicieron en dirección contraria donde morirían al otro lado de la caverna, sin embargo, algunos corrieron hacia el frente chocando contra los prisioneros que defendían su lugar y causando que el fuego se expanda entre ellos.
—¡Tenemos que detener el fuego! ¡Estamos quemando a nuestros aliados! —Exclamó una de las medio elfo, su compañera y el hubeast búho le hicieron un gesto de afirmación.
—Ayúdenme a conjurar un hechizo de agua, necesitamos hacerlo rápido. —El hubeast búho sacó un pergamino de su mochila, al abrirlo lo puso en dirección a los monstruos.
Los tres magos comenzaron a conjurar, señalando con sus manos el pergamino mientras los textos azules en este se iban iluminando, al terminar se abrió un pequeño portal del cual salió dispara a presión un fuerte chorro de agua, que era difícil de dirigir y por ello terminaron dando a algunos de sus aliados y fueron arrojados al suelo por la fuerte corriente.
La tierra mojada fue un impedimento para todos, los monstruos de tentáculos y cuchillas en sus brazos no podían tener estabilidad para atacar y los que peleaban por sobrevivir la tenían difícil al intentar escapar. En medio de la lucha estaban Ángelo y la amazona Aluwa, entre ambos se turnaban contra esos monstruos cuadrúpedos, el gran muchacho usaba su cuerpo para soportar las embestidas y darle la oportunidad a la amazona de acertar rápidos y constantes espadazos. Un mal movimiento descuidado, puso a Ángelo ante el ataque de ese murciélago que fue poseído por la entidad oscura, con sus alas dio un fuerte golpe al muchacho que lo mandó al suelo e intentó apuñalarlo con las costillas que le sobresalían. Para su suerte fue salvado por aquella hubeast escorpión, la cual usaba su larga espada de una sola mano y logró hacerle un corte en la garganta al monstruo.
—Ayuda a levantarse al grandulón, estas cosas no morirán solo con eso. —Dijo la hubeast escorpión, soportando con su espada la embestida de la bestia murciélago.
—Muchachon, vamos ponte de pie —dándole cachetadas suaves para hacerlo reaccionar— Mírame bien y párate, que no quiero morir por esos monstruos. —Le dijo Aluwa dándole animosas palmadas en la espalda.
—[…] —Ángelo sujetó su pecho, notó que su armadura lo había protegió de las garras de ese monstruo y mirando más de cerca, se percató de una extraña materia negra cayendo de los cortes y asustado se arrancó el peto.
—¿E-Eso? —viendo como el peto comenzaba a derretirse— ¡Tiene ácido en sus garras! —Exclamó Aluwa para advertir a la mujer escorpión que peleaba contra el monstruo, pero fue demasiado tarde.
Aquella hubeast de especie escorpio, peleaba de cerca usando su fuerte masa muscular para desequilibrar a su enemigo, sin embargo, al dar una tacleada al monstruo con su hombro, recibió un arañazo superficial en su abdomen y segundos después se arrodilló gritando con dolor. El murciélago poseído tenía varios cortes fatales, por sus heridas salía partes de ese ente que lo usaba como huésped y aprovechando lo indefenso de su oponente, le atravesó el pecho y levanto del suelo. La hubeast escorpio soltó su espada, transformaba sus brazos para atrapar la cabeza del monstruo con sus tenazas, dio consecutivos picotazos con el aguijón que tenía y todo esto mientras su cuerpo era partido a la mitad por el ácido que la corroía.
—¡Ha-Hazlo! —Gritó con sus últimas fuerzas la hubeast escorpión, miraba de cerca como la entidad azabache salía del cuerpo inservible del murciélago y antes de que lo abandonara, fue cortado por el peso del hacha de Ángelo.
El muchacho vio como la hubeast escorpión tenía una sonrisa de satisfacción, murió en silencio segundos después.
—¡Maten a la criatura que abandona el cuerpo de los monstruos poseídos! ¡No las dejen buscar otro recipiente! —Informó a todo pulmón Aluwa, los esclavos que luchaban contra las cucarachas poseídas le hicieron caso, golpearon con sus armas a esas tres hasta que el ser que las poseía comenzaba a asomarse de sus corazas y fueron incinerados por una [Saeta de fuego] lanzada por una elfa mestiza.
Dos de esas tres cucarachas ardían entre las llamas, mientras la criatura azabache chillaba intentando abandonar a su huésped, una de esas cucarachas esquivó la [Saeta de fuego] y escapó subiendo por las paredes hacia las cuevas por donde vino. Pero la tierra se comprimió matándola instantáneamente, quien hizo eso fue Durgea y parecía molesta por la acción del monstruo.
En el centro de la formación, la hubeast canario conjuraba junto con el hubeast búho, en sus manos se formaba un pentagrama azul y corrientes de aire comenzaban a crear un torbellino.
«Solo un poco más, si conjuramos [Tornado Filoso] para dirigirlo por el área, acabaremos con los murciélagos en aire y dispersaremos a los monstruos en tierra… Es inútil… ¿Qué?… No puedo hacer nada bien… ¿Y-Yo no puedo hacerlo? Vamos a morir por mi culpa… ¡No! ¡Puedo hacer esto! ¡Puedo salvarlos!… La verdad es que, no merecen ser salvados… ¡Cállate!… Acéptalo… Lo que quieres es comer… ¡No! ¿Qué eres?… Soy tu deseo», sin darse cuenta uno de los entes azabaches había atravesado el suelo y entró en el cuerpo de la hubeast canario
Aquella hubeast de plumas color limón detuvo la conjuración, al notar eso su compañero el hubeast búho abrió los ojos para preguntar qué pasaba, éste se horrorizó al ver a esa chica canario deformarse en una aterradora bestia escuálida de plumas rotas, largo cuello flaco abarrotado de venas moradas, sus alas se deformaron volviéndose garras puntiagudas y se le alargó el pico, con el cual de un picotazo perforó la cabeza del hubeast búho.
La hubeast poseída soltó un chillido ensordecedor, dio un salto largo cayendo tras las medio elfo que preparaban ataques de [Saetas elemental], al tomarlas por sorpresa ninguna pudo defenderse y de un tajo de sus garras cortó la cabeza de la primera. La otra medio elfo que quedaba intentó correr para tomar distancia, pero fue aplastada en la espalda por esas fuertes patas de su agresora, le terminó dando un picotazo en la nuca que la mató al instante. Más abajo estaban los arqueros, junto con la última de las medio elfo que no dejaba de disparar, esta giró su mirada para ver a sus compañeras y gritó adolorida al ver como el pico de la hubeast poseída salía de la nuca de su amiga.
Los arqueros cambiaron su objetivo al ver que los magos habían sido asesinados, giraron sus arcos hacia la hubeast poseída, dispararon las flechas que les quedaban y solo algunas le acertaron. El disturbio en la formación permitió que los murciélagos que sobrevolaban aprovecharán la oportunidad, se lanzaron en picada para atrapar a los arqueros, luego se los llevaban enrollándolos con sus largas colas, estando a una buena altura procedían a morderlos con sus colmillos y llevárselos a los túneles por donde vinieron.
La medio elfo arquera dejó su posición, haciendo que los que estaban a su lado salieran corriendo despavoridos, siendo segundos después embestidos por las grandes cucarachas y sujetados por sus mandíbulas para llevárselos a los túneles. La medio elfo no estaba corriendo por huir, subió al sitio donde fueron asesinadas sus amigas y podía ver como la hubeast poseída estaba comiéndose trozos de la carne de sus víctimas. Ella sacó una espada corta de su cinturón, con lágrimas cayéndole por las mejillas se lanzó en un colérico ataque contra la asesina, logró apuñalarla con su daga en el abdomen y tras torcer la hoja en el interior la sacó junto con algunos órganos. Los chillidos de la hubeast poseída eran fuertes, en el forcejeo se cayó junto a la medio elfo de la pendiente donde estaban, esa dolida muchacha no paraba de apuñalarla mientras gritaba el nombre de sus amigas muertas y cuando ambos cuerpos se estrellaron en el suelo… Quien se levanto fue la hubeast canario, había aplastado con su cuerpo a la medio elfo, de sus heridas salía ese ente que la poseía y dando torpes pasos esa oscura entidad quería abandonar a su huésped. Repentinamente algo consistente se acercó a su rostro, recibió un fuerte golpe que destrozó su cabeza y había sido dado por el minotauro Wilmer con su tótem.
Ya solo quedaban dos de esos monstruos de tentáculos y cuchillas dirigiéndose por Aluwa y Ángelo, dos cucarachas gigantes que peleaban contra un hubeast lagarto, una bestia cuadrúpeda corriendo hacia Wilmer y para su buena fortuna, los murciélagos restantes se habían retirado a los túneles cargando los cadáveres que encontraron.
Ángelo se quedó peleando cuerpo a cuerpo contra ese humanoide de los tentáculos, esquivaba la cuchilla ágilmente mientras usaba su hacha para repeler los tentáculos que buscaban capturarlo. En un juego de pies Ángelo logró patearlo en el abdomen para desequilibrarlo, de un precipitado giro le cercenó el brazo de los tentáculos y dejando caer su hacha al suelo le dio dos fuertes puñetazos en la cara. Sacó una pequeña hacha de su cinturón, con la cual le cortó de un tajo la garganta al monstruo y se la clavó en la frente.
Por su parte, Aluwa tenía su propia pelea contra la bestia que la asechaba. Ella no contaba con la prominente fuerza de Ángelo, así que tenía que arreglárselas de una forma diferente. Aluwa aprovecha su esbelto cuerpo para moverse con agilidad entre los ataques de su enemigo, usando su espada para cortarlo en breves escaramuzas cercanas. Su arma principal es una espada de metal, en cuyo mango lo envuelve una raíz café oscuro, cada vez que ella blande su espada suelta pequeñas hojas verdes que causan cortes al contacto. Así esta amazona va liberando esas pequeñas hojas verdes con el primer blandir de su espada, con un segundo blandir las guía para que rodeen a su objetivo y con el tercero las direcciona para que causen varias heridas. La bestia poco puede hacer cuando sus tentáculos se van cayendo uno a uno, las hojas ya habían cortado sus ojos y cada vez que caminaba dejaba un sendero de sangre, llegado el momento el monstruo se arrodilló debilitado y permitió que Aluwa lo decapitara por completo.
El hubeast lagarto había logrado asesinar a las últimas dos cucarachas, durante su pelea perdió un brazo y sostenía su espada corta mostrándose muy exhausto. Por otra parte, el minotauro Wilmer creaba ondas de energía para atacar a la bestia cuadrúpeda, a pesar de tener un cuerpo grande como es lo común en su raza, por tener la clase de [Chaman] pierde mucha de su fuerza física, él no puede combatir cuerpo a cuerpo por un largo periodo como lo harían sus iguales. Lo que este minotauro hace es defenderse con el elemento tierra, creando muros alrededor suyo, estruendos al golpear su tótem en el suelo para confundir a sus oponentes y fortalecer su arma con maná compensa su falta de fuerza física. El minotauro encerró al ser cuadrúpedo con filosas estacas de tierra que creó del suelo, al tenerlo inmovilizado golpeó su tótem con fuerza, creando una onda de energía roja que se expandió hasta la bestia. Un leve retumbar comenzó a afectarle el cuerpo, vibraba violentamente mientras vomitaba sangre de su hocico, oídos, ojos y agujeros, hasta que gruño agónicamente y cayó muerta al suelo, dándole así la victoria al minotauro.
El escenario entero era horrible, había trozos de los muertos dispersos por el suelo, algunos prisioneros fueron desmembrados cuando rompieron su formación, muchos de los esclavos cayeron víctimas de los murciélagos, ya que fueron raptados del suelo y llevados a quien sabe dónde. Solo quedaron cuatro sobrevivientes mirándose entre sí, se sonrieron lastimosamente aliviados de que los monstruos ya no los hostiguen.
—Ya es tiempo del espectáculo principal. —Dijo la copia de Durgea desde uno de los tuéneles superiores, ella señaló una pared cerca de donde estaban los sobrevivientes y se abrió un túnel de siquiera dos metros de diámetro.
Cuando ese túnel se abrió, los cuatro que quedaron tuvieron un mal presentimiento, especialmente los hubeast lo sintieron antes, pues sus instintos estaban más desarrollados que el de los humanos ahí presentes. Fue en segundos, donde el minotauro Wilmer advertía que se alejaran de ese túnel, el hubeast lagarto lo vio antes que nadie, estando tan cansado y herido no pudo hacer nada cuando algo largo y grueso salió del túnel para golpearlo en el pecho, destrozándole las costillas y órganos internos al instante. Aluwa y Ángelo lo vieron pasar por su lado, no se habían movido ni un centímetro hasta que giraron su vista tras ellos y con sus ojos siguieron ese órgano musculoso que se contoneaba cual serpiente.
Un grueso tentáculo color carmesí fue lo que entró por el túnel, media metro y medio de diámetro, la parte inferior que rosaba el suelo la tenía cubierta de ventosas aserradas que desgarran la tierra, la punta la tiene plana con ventosas y garras de 20 cm, la superficie entera estaba compuesta de diversas bestias amorfas, las cuales se retorcían intentando salir, pero era inútil al tener sus cuerpos fusionados. El hubeast lagarto sintió las garras atravesarle el pecho, el tentáculo le desgarró las costillas arrancándole gran parte del cuerpo, luego se tragó al aún agonizante desdichado por una boca que se abrió en la punta. Los otros tres podían ver como el cuerpo de ese hubeast era engullido por el tentáculo, como la parte por donde pasaba se expandía en ese grueso tentáculo y desaparecía por ese túnel.
El minotauro Wilmer no tenía tiempo para ser abrumado por el miedo, uso [Tetrakinesis] para levantar una columna de tierra que golpeó al tentáculo por debajo y exclamó por ayuda para espabilar a Aluwa y Ángelo. Cuando el par de muchachos reaccionaron, se lanzaron al instante contra ese monstruo entre diversos ataques de sus armas, ese grueso tentáculo se contoneaba destrozando todas las construcciones de Wilmer y su gruesa piel apenas era dañada por la cantidad de estacas de tierra que intentaban apuñalarlo.
En un momento de la lucha, el tentáculo se irguió por completo, golpeó el suelo tres veces causando sacudidas que desestabilizaron a los tres sobrevivientes y terminaron cayendo al suelo por intentar escarpa de esos brutales azotes. En el último impacto se movió bruscamente a los lados, la primera sacudida hacia la derecha pudieron esquivarla al agacharse, pero la segunda fue otra historia pues esta iba al ras del suelo. Ángelo se puso firme con su hacha al frente, esforzándose por mandar toda su fuerza a brazos y piernas, así al recibir el impacto fue lanzado recibiendo una disminución de daños. Aluwa aprovechó su agilidad para hacer un segundo salto casi al instante del anterior, al hacerlo tan bruscamente su caída fue perjudicial, ya que intentó amortiguarla con sus manos y un mal movimiento ocasionó que se dislocara su brazo dominante. Wilmer por su parte, al no tener una condición física muy fuerte, recibió de lleno el latigazo del tentáculo y terminó estrellado contra pared, el golpe le había roto el cuello y columna.
—¡Po-Por favor, no-no dejes que me lleve! —Suplicaba Aluwa viendo como el tentáculo se le acercaba y abría sus fauces para tragarla.
Ángelo aún no se había repuesto del golpe, estaba tosiendo por los daños sufridos e intentó correr para ayudar a Aluwa, sin embargo, solo pudo ver como el grueso tentáculo la aplastó de un azote. Cuando el monstruo se levantó de ella, en las pupilas de Ángelo se reflejaba el cuerpo destrozado de la amazona y debajo un charco de sangre con sus órganos desparramados por la presión. Habían pasado pocas horas juntos, no obstante, a pesar de su cerrada cultura, esta amazona le había mostrado una amabilidad que sintió sincera y ella le confió su vida en las peleas.
El muchacho gritó fieramente mientras su cuerpo se tornaba de un tenue color rosado, se le dibujaban plumas blancas que cubrían su piel visible y parecían ondear mientras iban avanzando sobre su cuerpo. La cabellera de Ángelo se tensó erizándose un poco, sus ojos se tornaron de una azul muy brillante y en medio de esa oscuridad se les podía notar intensamente. Desde la parte superior de la caverna, Durgea se sorprendió por ver a ese muchacho tomar esa forma e intrigada prestó más atención a lo que sucedía.
Él corrió poniendo tanta fuerza en su primer paso que rompió el suelo que pisó, en la mano derecha sostenía su gran hacha sin esfuerzo alguno, en la izquierda sujetaba el hacha pequeña y al estar frente al monstruo dio un giro con sus brazos abiertos. Ese ataque fue extremadamente rápido, él había dado cinco vueltas en un segundo, alejando así al tentáculo del cadáver de Aluwa y ocasionándole tres profundos cortes de los cuales brotó un líquido asqueroso. Ángelo comenzó a atacar al monstruo con una serie de movimientos imposibles para alguien de su tamaño, blandía sus hachas con tal agilidad que parecía que no pesaran nada. Al tener sus brazos abiertos de par en par, ampliaba su rango de ataque y al mismo tiempo se protegía. Dado un momento el tentáculo tenia demasiados cortes sobre su superficie, estaba desangrándose por todas esas heridas e intentó aplastar a Ángelo con un azote, sin embargo, este extraño muchacho lo evadió al instante y se puso a un lado del monstruo, donde levantó sus hachas y estas brillaron de un color blanco que iluminó su posición. Ángelo bajó sus armas cortando al tentáculo, haciendo que el cuerpo principal se retrajera chillando mientras expulsaba borbotones de sangre, trozos de las víctimas que consumió y un líquido verdusco que parecía ser su sangre.
—¡No! ¡Maldición, eso no tenía que pasar! —Exclamó molesta Durgea desde arriba, estaba haciendo un berrinche mientras golpeaba con furia la pared.
El trozo que Ángelo cortó aún estaba dándole pelea, se retorcía violentamente e intentaba aplastar todo lo que tuviera cerca. El muchacho solo podía repelerlo con sus hachas, lanzándolo hacia adelante como si quisiera vencerlo en fuerza y se quedó forcejeando contra el monstruo. Fue en ese momento en que entró Axel a la caverna, sorprendido por toparse con tal escena y llamó la atención de Ángelo pues el demonio gruñó al verlo.
* Desde aquí continua el final del capitulo anterior.
Ese trozo de tentáculo estaba aplastando a Ángelo contra la pared, cuando vio al demonio en su delante este muchacho comenzó a desesperarse perdiendo el equilibrio y el tentáculo intentó aplastarlo. Pero Axel había saltado encima del tentáculo, desplegó de sus brazos esas filosas patas de arácnido y se las clavó al monstruo que amenazaba la vida de su amigo. Transformando su brazo en los de gorberin, tiró del tentáculo para alejarlo de Ángelo y cuando lo tuvo a una distancia segura, lo golpeó con sus puños de gorila consecutivamente hasta casi destrozarlo.
A pesar de que Ángelo estaba desconcertado por ese resultado, no bajó sus armas en ningún momento y se puso alerta para defenderse del demonio que estaba delante de él. Ángelo gruñó rabiosamente cuando lo vio acercarse, las marcas de plumas en su piel estaban recorriendo su cuerpo a mayor velocidad, iban tornándose negras conforme se transparentaban saliendo de su piel como un vapor plomizo, sin embargo, Ángelo no supo reaccionar a lo siguiente. Vio como ese demonio se arrodilló bajando su cabeza, dejándose sin defensa alguna y estirando sus manos al suelo en señal de paz.
«Vamos Ángelo, entiende lo que quiero decirte ¡No quiero pelear contigo! De-Debe haber una forma de decirte quien soy», pensaba Axel hasta que se le ocurrió algo.
El demonio le hizo un ademan con su mano derecha como señal de que se detenga, Axel sacó su espada del cinturón, se golpeó el pecho tres veces con ella y la arrojó cerca de Ángelo para que la reconociera. Luego buscó entre sus ropas, encontrando ahí la sortija de la familia De Lacroix e igualmente se la arrojó a su amigo. Ángelo las había reconocido, supuso lo peor y comenzó a enojarse por ello, sin embargo, se detuvo al ver que ese demonio estaba llorando, señalaba las cosas que le arrojó, se golpeaba el pecho y gimoteaba insistentemente.
Ángelo bajó sus hachas, fue perdiendo ese leve color rosado de su piel junto con las plumas blancas de su cuerpo, dio unos cortos pasos precavidos hasta estar cerca de Axel, donde dejó caer sus hachas para tomarlo de los hombros y levantar su rostro para verlo directamente a los ojos. El gran muchacho reconoció algo en la mirada de ese demonio, Ángelo se percató de la esencia de su amigo en ellos, abrazó a Axel contra su pecho gimiendo como lamentándose por él, Axel le correspondió el abrazo y se sentía aliviado de al fin ser entendido por alguien.
—Ese imbécil arruinó mis planes. —Dijo la copia de Durgea que estaba arriba de la caverna, había descendió de un salto detrás de ellos.
«¡Aléjate, desgraciada! ¡No voy a permitir que lo lastimes!», Axel se puso delante de Ángelo para defenderlo, mira con rencor a la Diosa y su amigo se quedó sorprendió al verla.
—Sería tan fácil pero no divertido —señalando a Ángelo con su mano—. Escucha bien, idiota. Te diste cuenta de que el demonio es tu amigo, pero piénsalo cuidadosamente… Si lo matas aquí y ahora, serás libre junto a todas las demás ofrendas. Vamos, no pierdas esta oportunidad. —Del suelo se crearon pequeñas paredes que atraparon a Axel, la tierra se moldeaba en su cuerpo y lo puso de rodillas con su cuello expuesto. Un pilar de tierra levantó el hacha de Ángelo para llevársela a su dueño, el muchacho la tomó en sus manos y vio sufriendo a Axel.
«N-No podría culparte por hacerlo… Es tu vida la que está en juego», pensaba Axel viendo la sombra de Ángelo acercándosele, sin embargo, escuchó el sonido del metal cayendo al suelo y miró que Ángelo había dejado caer su hacha.
—¿Pero eres retrasado? ¡Mátalo de una vez! —viéndolo negar con la cabeza—. Arruinas mi diversión y ahora me haces enojar… Tenía planeado que la chica que tiene su habilidad sea llevada al Útero Eterno, pensé en cortarle las piernas y verlo arrastrarse intentando recuperar su transformación. Supongo que solo te quitaré las piernas y veré que haces junto a este imbécil ¿Cuánto les dura esa amistad al verse cazados por los otros? —La tierra que rodeaba a Axel le arrancó ambas piernas, al ver esto Ángelo tomó su hacha e intentó atacar a la copia de Durgea, pero esta se desmoronó mirándolo con odio.
Axel gritaba y rugía de dolor, la tierra que lo tenía prisionero se cayó y Ángelo fue a socorrerlo, este muchacho intentó hacerle un torniquete con su ropa pero el demonio lo detuvo, le señaló insistentemente hacia un lugar. Los ojos de Axel podían ver dos brillos especiales, eran el fragmento de su habilidad de transformación que le extrajo Durgea, así que indicó a Ángelo para que lo llevara. Su compañero lo sostuvo en brazos, teniendo cuidado de no moverlo mucho para no acelerar el sangrado y se sorprendió al notar que era guiado al sitio donde la amazona Aluwa había muerto. El joven demonio le dio suaves toques para que lo bajara, luego indicó a Ángelo para que le trajera el hacha pequeña y tras entregársela vio como Axel golpeó el cadáver hasta córtale una pierna.
Atónito por lo que presenciaba, intentó detenerlo pero él le hizo un ademan de que lo dejara, Ángelo estaba frío de la impresión y fue peor cuando vio a su amigo ponerse esa extremidad mutilada en su muñón sangrante y escuchó los agonizantes alaridos de Axel mientras que pequeños tentáculos en su herida lo unían a esa pierna ajena. Segundos después ese miembro tomó su tono de piel, complexión y solo permaneció con los tatuajes tribales de Aluwa y Ángelo se tapaba la boca pensando en todo lo que su amigo ha estado sufriendo. Al verlo querer cortar la otra pierna de Aluwa, Ángelo lo detuvo y pidiéndole el hacha fue él quien cortó esa extremidad y se la dio a Axel pues había entendido lo que el demonio tiene que hacer.
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