LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 40
Una amena conversación tenía lugar dentro de los túneles, cuatro personas caminan con pasos seguros mientras se adentran más por ese extraño escenario. Los cristales celestes que nacen de las paredes iluminan su camino, los delgados hilos de agua pasan por sus costados haciendo un sonido tranquilizador y la suave briza los guía hacia una posible salida segura.
—Y ahí estaba yo, parado en el segundo piso de la taberna mientras mis compañeros se habían caído por las escaleras, justo cuando iba a bajar a ayudarlos, alguien grito ¡Mi primo! Y rebasándome fue a las escaleras… El tipo terminó cayendo sobre los otros dos, que se quejaban maldiciendo su suerte. Nunca me había reído tanto en mi vida… —Narraba Tamir mientras se sobaba el labio superior con su dedo índice y parecía alegre por recordar esa anécdota.
—Ja,Ja,Ja ya me lo imagino —tapándose la boca sutilmente para reír—. En nuestra aldea usábamos las noches de los sábados para beber y divertirnos, una que otra chica solía traer algún jabalí gigante para montarlo y competir por quien aguantaba más en su lomo… Una vez Aluwa… —Amaku parecía entretenida, pero al mencionar a su hermana sus ánimos bajaron.
«Tamir, de verdad te esfuerzas por animarla. Gracias a tu cálida aptitud, es que ella nos ha tomado algo de confianza», Axel caminaba al frente del grupo junto con Ángelo, algunas veces aparecían de los huecos monstruos pequeños y los mataban de inmediato.
—E-Ejem… ¡Oye Axel, recuerda avisarnos si vas a hacer cosas aterradoras! —Le decía Tamir intentando cambiar el tema.
—Sí, casi grito cuando comenzaste a meter tus «cosas» en los cadáveres. —Agrega Amaku estremeciéndose por recordar ese evento.
«No sabía cómo explicarles eso, pensaba hacerlo como algo casual y que no se asustaran tanto», Axel actuaba como disculpándose por lo que hizo.
Hace media hora, después de la muerte del hubeast león llamado Titor y mientras Amaku terminaba de sanar sus heridas. Axel había estado asimilando las habilidades de los cadáveres, cosa que sorprendió y perturbó a Tamir y la amazona, quienes miraban boquiabiertos como el demonio metía sus tentáculos dentro de esos cuerpos. Axel los notó inquietos, así que tomó una ballesta y usó una de las habilidades de esos ballesteros [Múltiple Disparo Reforzado], al instante de hacerlo Tamir entendió que estaba pasando y luego señaló el cadáver del hombre que usaba una maza de púas, tras asimilarlo Axel agarró la maza de púas y utilizó la misma habilidad con la que ese hombre lo atacó [Impacto Sísmico]. Tras una corta discusión con Tamir, sobre lo injusta que es esa habilidad de Axel, los cuatro decidieron llevarse algunas armas que pudieran serviles más adelante y que no les estorbara caminar con ellas.
Tomaron dos ballestas con tres aljabas que contenían casi 60 saetas, protectores de metal y cuero para hombros, canilla y antebrazos, los anillos de Titor junto a su mochila donde tenía pergaminos extraños, la cerbatana de Juri con los dardos y municiones que escondía entre su ropa. Con eso hecho, revisaron el mapa una vez más y tomaron el túnel que los llevaría hacia Holee y Galur, durante el camino Amaku le explicó a Tamir acercar de cómo usar la espada de su hermana, sobre todo las habilidades que podía usar gracias a sus afinidades elementales.
Nombre: Aluwa Kappalla
Edad: 21 años
Nivel: 36
Clases: Amazona/Druida
Grado: I
Afinidad Elemental: Tierra/Agua
Trabajo: Cazadora de monstruos
Equipo: [Set, Bendición de la selva (4/4)] [Báculo, Corteza germinadora]
Título: [Ofrenda a Durgea] [Familiar de hojas verdes] [Druida de Sangre] [Forjadora de Sangre]
Valor como esclavo: 30 monedas de oro
Dificultad de captura: Medio
Estado: [Saludable] [Bajo efectos de Sacrificio de Sangre (2/3) ] [Anemia] [Malestar general]
Tamir insistió en hablar primero con las personas que se encontrasen, tal vez dialogando se unirían a ellos y entre todos podrían escapar de este averno subterráneo. Amaku advirtió que eso sería complicado, pues lo más fácil es matar a Axel y conseguir la libertad prometida por aquella extraña mujer de tierra.
—Si ese es el caso, entonces pelearemos por nuestras vidas y no dudaremos en hacer lo necesario para protegernos. Ya saben, Ángelo y yo estaremos al frente manteniendo en raya a nuestros enemigos, Axel usará las ballestas para darnos cobertura contra magos o atacantes de rango y Amaku se mantendrá atrás apoyándonos con sus plantas… Evita usar las habilidades de [Sacrificio de Sangre], serán nuestra carta de triunfo en caso de vernos en un grave aprieto. —Explicó Tamir la estrategia a llevar a cabo.
—Tampoco es algo que me guste usar, pierdo casi una taza de sangre en cada ocasión y solo puedo usarlas tres veces hasta recuperarme completamente… Lo cual lleva unas ocho semanas. Ya gasté una volviéndote invisible, la otra para matar a Juri… La siguiente me dejará exhausta y será mi sentencia de muerte si la vuelvo a usar una cuarta vez. —Dijo Amaku haciendo que los tres se preocuparan.
—[…] —Ángelo la tomó del hombro mirándola con determinación y golpeándose el pecho.
«No voy a dejar que ninguno muera por mi culpa», Axel también se golpeó el pecho como señal de dar su apoyo.
—Bueno Amaku, no estás sola y nuestro deber será protegernos entre nosotros. —Al frente Tamir encontró una bifurcación, tras revisar el mapa tomaron la derecha.
Axel respondió con señas la dura pregunta sobre Holee, en el mapa era notorio que donde estaba ella, varios puntos blancos y rojos desaparecían y tras las preguntas de Tamir, Axel le dio a entender que le pasó lo mismo que a él. Los tres estaban preocupados por lo que les sucedió a ellos, especialmente Axel que ni siquiera sabe qué forma adoptó su pactante y mucho menos si podría salvarla. Tamir llamó la atención de todos, pues algo extraño estaba pasando con los túneles señalados en el mapa, todos comenzaron a moverse hacia una caverna, donde habían monstruos y personas dirigiéndose a ella.
—Está pasando lo mismo que cuando llegamos a la caverna anterior, la tierra parecía formar caminos y dejarnos sin forma de regresar ¿Por qué está pasando esto? —Amaku vio su mapa y recordó cómo llegaron a la caverna donde encontraron a Axel.
—Axel ¿Esto lo ocasiona esa perra hecha de tierra? —viéndolo afirmar— Desgraciada… Será mejor mantenernos muy juntos, tal vez intente separarnos y si lo logra estaremos jodidos. —Tamir llamó a todos para reducir distancias entre ellos, escucharon un ruido viniendo de atrás y notaron como la tierra cerraba el túnel donde estaban.
«Nos está forzando a ir a esa caverna, seguro ya preparó todo para que nos ataquen», pensó Axel señalando en el mapa los caminos a tomar.
Con eso listo comenzaron a correr para evitar ser atrapados por el derrumbe del túnel, extrañamente escucharon el batir de varias alas viniendo desde la salida a la que se dirigían. Amaku y Ángelo reconocieron ese sonido, la amazona advirtió de esos pequeños seres alados que no atacan humanos y solo se dedican a alimentarse de monstruos o cadáveres.
El grupo de cuatro salió ileso del túnel, al llegar a esa amplia caverna vieron como la entrada por donde vinieron fue tragada por la tierra. Esta caverna era extraña, tenía una casada interna cuya caída desembocaba en un hueco de siquiera 10 metros de circunferencia, ese negro abismo parecía no tener fin y no se escuchaba el sonido del agua tocando fondo. El lugar estaba compuesto por una tierra negra que crujía inusualmente al ser pisada, los cristales de iluminación eran de color rojo y ponía cierta tensión en el ambiente. Por último, el techo estaba repleto de esas pequeñas criaturas aladas similares a murciélagos reptiloides, habían anidado en huecos y revoloteaban causando esa bulla que escucharon antes, al ver a esas criaturas el nombre de estas se presentó ante Axel y fueron registradas en el mapa que compartía con su grupo [Alas escamosas, oportunista chillante].
—¡Axel, este mapa es una genialidad! —Exclamó Tamir picando con su dedo en el nombre del monstruo marcado en su mapa y le salió una descripción de este.
>>>Nombre: Alas escamosas, oportunista chillante
>>Descripción: Pequeños seres mitad reptil y mamífero, cazan presas de gran tamaño en manada, prefieren en particular a los monstruos de tipo «engendro» y cadáveres. Tienen una saliva paralizante muy potente.
—Con que así se llamaban esos monstruos, eso explica por qué no nos atacaron cuando salieron de esos túneles. —Agregó Amaku leyendo la información de su mapa.
«Chicos, tenemos que prepararnos», Axel dio unos codazos a Tamir para llamar su atención, le mostró en el mapa que había siete personas acercándose por un túnel frente a ellos.
—Iré primero para hablarles, si aumentamos nuestro grupo tendremos más chances de rescatar a Holee, encontrar a los otros y vencer a esos supervisores —mirándolos y señalándoles posiciones—. Axel y Amaku, ocúltense y preparen las ballestas por si se ponen violentos. Ángelo, te quedaras escondido tras esa roca y solo saldrás si me atacan… Entiéndanlo bien, es ellos o nosotros y no duden en matar de ser necesario ¿Estamos de acuerdo? —Tamir estaba hablando en serio.
—Lo entendemos, pero debemos darnos prisa. Según el mapa hay dos grupos de personas y uno más de monstruos que están acercándose, no vamos a querer que nos encuentren en plena pelea si las cosas salen mal. —Comentó Amaku, todos afirmaron y fueron a los lugares que Tamir les indicó.
El joven [Espadachín Dual] caminó solo hasta estar frente al túnel para recibir a esas personas, cuando escuchó los pasos aproximarse levantó las manos en señal de paz y vio a ese grupo de personas entrar. Eran dos hombres con armaduras pesadas, uno portando un martillo de guerra y el otro una espada larga, dos arqueras que apenas lo vieron le apuntaron con sus arcos, tres esclavos hombres que levantaban escudos anchos y una clérigo hubeast de especie felino, que levantó un rosario blanco hacia Tamir mientras murmuraba algo.
—¡Tranquilos, solo quiero hablar con ustedes! —Dijo Tamir mostrándose confiado y apacible.
— ¿ᚲᛁᛖᚾ ᛖᚱᛖᛊ? ¡ᛏᛁᚱᚨ ᛏᚢᛊ ᚨᚱᛗᚨᛊ ᚨᛟᚱᚨ! —Le contestaron en su idioma los dos hombres de armaduras pesadas, pero una de las arqueras les hizo una señal de que se mantengan alertas.
—Disculpa a mis aliados, ellos no conocen el idioma de Aubel. Pero tienen razón, tira tus armas, dinos quien eres y por qué estabas preparado para recibirnos. —Aquella arquera se acercó sin bajar su guardia.
—Mi nombre es Tamir Colwyn y vengo de la mina de Equidna. Lo de tirar mis armas es imposible, puedes entender que es por mi seguridad. Supongo que al igual que ustedes fui tragado por la tierra en la ceremonia del festival, he estado peleando contra monstruos para sobrevivir, luego cierta mujer hecha de tierra se me presentó y me dijo como salir de aquí… —Contestó Tamir analizando la situación, calculaba en su mente que tan difícil seria matar a esos tipos de las armaduras pesadas y que debía hacerlo antes de que la clérigo felina los potencie con sus hechizos.
—No necesitas saber mi nombre, nosotros ya sabemos cómo salir de aquí. Un espíritu de tierra nos dijo que matáramos al demonio junto a sus secuaces y solo así seriamos libre. Para buena suerte encontramos a una clériga muy hábil. Dudo mucho que sobrevivieras solo, diles a tus amigos que salgan o tendrás una flecha en el ojo antes de que puedas hacer algo. —Dijo esa arquera tensando más su arco, pero la voz de la clériga llamó su atención.
—¡Cla-Clarisa, hay rastros de energía demoníaca en ese hombre! ¡Mata…! —La clérigo detectó cierta energía morada emanando de Tamir, así mismo un camino que llevaba hacia donde estaba oculto Axel. Pero repentinamente recibió tres saetas que se clavaron en su cuello, corazón y boca, la clérigo se arrodilló sujetando su garganta para evitar desangrarse, pero estaba ahogándose con su propia sangre.
«¡Mierda! Supongo que el dialogo era inútil. Esa perra de tierra les dijo que nos mataran junto con Axel», pensó Tamir desenvainando sus espadas y agachándose, del suelo se levantó un grueso tallo verde que lo protegió de las flechas.
La lucha había comenzado, Axel salió de su escondite con sus brazos transformados en tentáculos, en cuya punta habían manos que sostenían una ballesta y usó la habilidad de [Múltiple Disparo Reforzado] para atacar. Las cinco saetas fueron imbuidas con un aura blanca al ser disparadas consecutivamente, algunas atravesaron los escudos de esos esclavos dejando a uno herido en el suelo y el otro fue a proteger con su escudo a las arqueras. Los dos hombres de armaduras pesadas corrieron hacia el tallo donde Tamir se escondió, él de la espada larga partió de un tajo el tallo pero al mirar tras este, se sorprendió al no encontrar nada y solo sintió el suelo volviéndose barro bajo sus pies. La espada de Aluwa salió del suelo levantando una columna de barro que le cayó en la cara, aquel hombre del martillo de guerra vio a Tamir salir del suelo y pensaba atacarlo mientras peleaba con el de la espada larga, sin embargo, recibió un tacle de Ángelo que lo alejó para pelear con él.
Las arqueras apuntaron sus arcos hacia Axel, las flechas comenzaron a emanar chispas eléctricas, las soltaron a voz de [Fecha de Voltaje] y la velocidad a la que volaron superó la reacción del demonio. Él esquivó una que le pasó por el costado del abdomen, pero igualmente sintió una descarga eléctrica que lo paralizó, la otra impactó en su hombro y recibió más daño eléctrico. Axel estaba paralizado por las flechas, apenas podía ver como las arqueras recargaban diciendo [Punta Ígnea] y dispararon las flechas cuya punta brilló con un intenso carmesí. El suelo frente a Axel se rompió, creciendo de ahí tallos entramados que lo protegieron de las flechas, pero no de la explosión que estas causaron y lanzaron al demonio al suelo.
«Mi-Mierda, tengo que agradecerle a Amaku de alguna manera», pensaba Axel mirando la posición de esa amazona que lo salvó y ella desde su escondite ella lanzó cuatro semillas hacia las arqueras.
Ese par de mujeres no se percató del sutil ataque de semillas, solo se dieron cuenta cuando esas cuatro semillas tocaron el suelo, creciendo en tallos espinosos que comenzaron a azotar donde las arqueras estaban paradas, uno estos tallos atrapó al esclavo que las protegía con su escudo y desgarró su espalda de un azote. Con el disturbio creado por las semillas de Amaku, Axel se levantó cambiando su brazo izquierdo a una ancha cuchilla de hueso y el derecho a una madeja de tentáculos que casi tocaban el suelo, así salió corriendo hacia las arqueras y se protegía con su cuchilla ósea abriéndose paso entre las flechas.
Por otra parte, Tamir había cegado al hombre de la espada larga, lo golpeó a los lados del estómago con las empuñaduras de sus espadas y cuando iba a cortarlo tras desequilibrarlo, este hombre soltó un aguerrido bramido que hizo retroceder al muchacho.
«Carajo, efectos de miedo… ¡Puta madre, reacciona!», Tamir se mordió el labio inferior y ese dolor lo hizo pararse firme y defenderse a tiempo de la pesada hoja metálica que iba a su vientre.
—¡ᛒᛟᛃ ᚨ ᛗᚨᛏᚨᚱᛏᛖ, ᛗᛟᚲᛟᛊᛟ! —Exclamó ese hombre mientras usaba su muñeca para limpiarse el barro de los ojos, Tamir podía suponer que le gritó y puso ambas espadas al frente.
El muchacho activó la habilidad de [Tizona Natura], del mango de la espada de Aluwa comenzó a brotar hojas verdes, miró su otra espada diciendo [Hoja Ciclónica] a esta la rodeó un pequeño tornado verde y poniéndose en guardia activó [Pies Ligeros]. Con sus reforzamientos listos se lanzó al ataque, al blandir la espada de Aluwa esta soltaba hojas que se quedaban rodeándolo, iban formando un manto verde que lo escondía y el primer cruce de espadas fue para probarse entre los contrincantes. Aquel hombre de la espada larga es notoriamente un guerrero experto, mantenía su distancia prudentemente mientas calculaba la fuerza y velocidad máxima que ese joven ejercía, tras chocar sus filos metálicos se quedaron en un punto de resistencia y en ese momento el manto de hojas que liberó Tamir, vino guiado por el tornado de la espada en su mano izquierda.
—[ᚲᚱᛖᛖᛊ ᚲᛖ ᚲᚨᛖᚱᛖ ᛖᚾ ᛏᚢᛊ ᛏᚱᚢᚲᛟᛊ] —Dijo ese hombre notándosele molesto, superó al muchacho en fuerza y le dio un golpe con su hombro en el pecho. Tamir había sido empujado de espaldas, cayó acomodándose para amortiguar su caída y vio como la gran espada era levantada para partirlo, ese grueso filo brillaba con colores dorados.
—No sé qué dijiste, pero hiciste justo lo que quería. —Tamir se sentó dejándose desprotegido, cosa por lo cual este hombre pensó que se había rendido. Repentinamente algo vino volando por encima de Tamir, se trataba de un pequeño dardo que se clavó en la mejilla del hombre de la espada larga.
Al instante que el dardo atravesó su piel, sintió un estremecimiento que contrajo sus músculos, notó su visión borrosa y se le cerró la garganta. Con lo último de conciencia que le quedaba, vio al demonio rebasarlo y este escondía entre la madeja de tentáculos de su brazo derecho, la cerbatana que tomó de Juri.
—Esto nunca se trató de honor, compadre. [Hélice Vendaval].—Tamir se paró de un salto dando una vuelta completa a su cuerpo, las espadas cortaron a ese hombre como si fuera mantequilla, mutilándole ambas piernas y el cuello casi al instante.
Mientras Tamir tenía su pelea, Ángelo lleva a cabo la suya. Tras embestir a ese hombre del martillo de guerra, este lo señaló con la palma de su mano y de ahí se creó una honda invisible [Pulso Chakra], que tiró a Ángelo cinco metros atrás y el muchacho tuvo que clavar sus hachas al suelo para ayudarse a frenar. El hombre del martillo golpeó el piso creando grietas que se iluminaron de color rojo [Pilar Incandescente], las cuales iban hacia Ángelo y al verse en peligro se hizo a un lado y solo pudo ver como una columna de fuego se irguió de la posición que abandonó.
Ángelo corrió agachado hacia su oponente mientras sostenía sus hachas atrás, frenó en seco dando un giro a su cuerpo, manteniendo sus hachas al ras del suelo y rodeando al muchacho había pequeños tornados que iban incrementando su tamaño. Los dos guerreros chocaron consecutivamente sus armas, haciendo saltar chispas con cada impacto del metal, Ángelo notó la palma de ese hombre posicionándose para usar [Pulso Chakra] y se resguardó a la defensiva ubicando los tornados que lo rodean en su delante, sin embargo, ese ademan solo había sido una finta y aprovechando el momento, ese hombre giró su arma hacia la espalda de Ángelo y logró impactarle.
Desequilibrado por el golpe que recibió, Ángelo cayó rodando al suelo y aun así se puso medio firme para lanzar su hacha pequeña, la cual voló rodeada de los pequeños tornados, estos la ayudaron a tomar una trayectoria curva y logró cortar el ojo izquierdo de ese hombre. Tomando la oportunidad, Ángelo corrió preparando una patada que acertó en el abdomen de su contrincante, este al verse en apuros usó [Pulso Chakra] para alejar a Ángelo mientras se recupera del impacto.
Nuevamente Ángelo había salido volando, intentó clavar su única hacha para frenar su trayecto, pero una sola no le hizo suficiente soporte y repentinamente sintió que golpeó algo suave. Al darse cuenta, vio que era Axel quien lo había sostenido con los tentáculos de su brazo, rápidamente el demonio le puso un pequeño objeto en su mano libre, lo miró y asintió. Axel siguió su camino hacia las arqueras, las cuales retrocedían tras reponerse del ataque de las plantas de Amaku, ellas disparan sus flechas potenciadas hacia Ángelo y Axel, pero este ultimo las bloqueó con la gruesa cuchilla ósea de su brazo.
—[…] —Ángelo tenía en su mano algo pequeño y con forma ovalada, no se distrajo cuando escuchó el sonido de las fechas impactando contra Axel y solo corrió hacia el hombre del martillo de guerra.
Ángelo comenzó una danza con bruscos giros, los tornados a su alrededor fueron creciendo y alejando las flechas de las cuales Axel no podía protegerlo, así precipitando su hacha al suelo, rasgó la tierra negra y arrojó trozos de esta hacia su oponente. Ese hombre levantó su martillo nuevamente, golpeó el suelo a la voz de [Pilar Incandescente], las rupturas del suelo fueron dirigiéndose hacia Ángelo, para luego levantar esa columna de llamas y él a duras penas salió ileso tirándose a un costado lo más cerca de su enemigo. Con una mano en el suelo y la otra con su hacha levantada, golpeó la tierra causando un pequeño sismo que hizo tambalear al pesado hombre del martillo y paralizado por ese temblor gastó valiosos segundos en no caerse.
De la mano que Ángelo tenía en el suelo, comenzó a crecer un tallo entramado cuya filosa punta tomó dirección hacia el hombre del martillo, no pudo esquivar la feroz planta siendo apuñalado en el hombro y soltó su martillo perdiendo fuerzas por el dolor. La planta comenzó a aprisionar a ese hombre entre sus tallos, él gritaba desesperado tal vez maldiciendo en su idioma, lo último que sus ojos vieron, fue el filo del hacha de Ángelo dirigiéndose a su cuello, el muchacho le cortó entre el cuello y el hombro, siquiera con unos 20 cm de profundidad y con las venas importantes mutiladas, este hombre murió en segundos.
Axel seguía rumbo a las arqueras, las cuales habían retrocedido y mandaron al frente al último esclavo que las protegía con su escudo, ese débil hombre apenas podía levantar el pesado instrumento y sin ninguna duda Axel lo tacleó. La fuerza superior del demonio lo mandó al suelo adolorido, solo para ser sujetado de los tobillos por los tentáculos del demonio siendo traído hacia él y luego fue arrojado contra las arqueras. Aquella llamada Clarisa saltó para esquivar el cuerpo que se le avecinaba, pero su compañera no reaccionó tan rápido y recibió el fuerte impacto directo de la espalda de ese esclavo, fue tumbada al suelo con el brazo y costillas rotas.
Clarisa se detuvo en seco, separó su piernas mientras se agachaba, tensó su arco con una flecha cuya punta resplandecía en tonos plateados [Disparo Superior], Axel transformó sus piernas en las de arácnido y se levantó del suelo en segundos dejando a la arquera sin un blanco aparente. Ella disparó su flecha por la sorpresa, solo impactó en una de las seis patas del demonio y este aguantando el dolor cayó sobre ella con los tentáculos de su brazo como filosas puntas. Atravesó a Clarisa por el vientre, extendiéndole los tentáculos dentro del cuerpo, luego la apartó con la gruesa cuchilla ósea de su otro brazo y al sacar sus tentáculos, lo hizo junto con varios órganos internos de esta mujer, los cuales terminaron desparramados en el suelo.
«Experiencia Repartida excitosamente entre los miembros del grupo»
«Ángelo Deinsu – Nivel 67 a 72 – Requerimientos para obtener nueva clase al 87% – Titulo Obtenido: Amistad demoníaca»
«Tamir Colwyn – Nivel 58 a 65 – Afinidad elemental de oscuridad en desarrollo – Titulo Obtenido: Amistad demoníaca»
«Aluwa Kappalla – Nivel 36 a 45 – Corrupción espiritual, iniciada… Titulo Obtenido: Cómplice demoníaco»
«Que mierda es esto, no había sucedido algo así cuando hice grupo con las chicas o con los compañeros de Eila. Y me tienen preocupado ciertas palabras», pensó Axel viendo los cuadros de diálogos que le aparecieron.
*Amistad demoníaca: Únicamente otorgado cuando el humano es consciente y voluntariamente se une en equipo con un demonio. Es un voto de confianza entre seres que deberían odiarse, pero que entablaron amistad y se aceptan sin dudar del otro. Dependiendo de las características del individuo, se irá desarrollando en habilidades únicas para este.
*Cómplice demoníaco: Este humano ha formado equipo con un demonio, pero tiene conflictos personales que lo hacen dudar de su elección. Genera [Corrupción espiritual] para ir mermando la mente del individuo y hacerlo más sumiso al demonio que acompaña.
«Espera, yo no quiero causar cambios en Amaku… Rayos, es obvio que ella no confiaría en mi a la primero, pero no ha hecho nada en mi contra… ¿Habrá alguna manera de ganarme su confianza? Quiero deshacer la corrupción», pensaba Axel preocupado y sintió la voz de su compañero llamándolo.
—¡Estamos en problemas! ¡Viene un grupo de monstruos y dos de personas! —Exclamó Tamir llamando la atención de todos.
—No podemos hacer mucho contra tres grupos, las personas que vengan van a intentar matarnos apenas nos vean y no soportaremos a los monstruos mientras nos defendemos. —Dijo Amaku llegando con Ángelo, le revisó el golpe que recibió en la espalda por parte del hombre del martillo.
«Así nos van a masacrar», Axel miró el mapa, era un grupo de diez personas, otro de ocho personas y cuatro monstruos viniendo, según sus cálculos llegarían en al menos 10 minutos.
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