LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 47
Toño bañó su cuerpo con la sangre de una mujer que extrajo de las fauces en su pecho, el rojizo fluido se evaporaba rápidamente extinguiendo las llamas verdes que Aranavia le lanzó y una vez el proceso terminó él se puso al ras del suelo en posición de ataque. Seis escuálidos brazos salían de su pecho, los usaba para moverse a notable velocidad hacia Aranavia, pues era el mayor peligro presente y mientras reptaba por el piso fue tomando una postura erguida para apuntar los colmillos rotos de su pecho, a la vulnerable chica de pelo purpura.
Varios tentáculos rojizos estaban asomándose por esas fauces hacia su desprevenida víctima, está aún no se reponía de haber sido golpeada por el torrente de sangre que antes le impactó y solo podía intentar pararse pues se sentía amenazada por algo desconocido. Con su visión borrosa, su mente desorientada y adolorida por el ataque que recibió, comenzó a desesperarse por su situación e intentó gatear a un lugar seguro. Toño estaba a unos tres metros de Aranavia, cuando repentinamente un hacha llegó girando por el aire cortándole el paso, esta inesperada arma chocó el suelo liberando tornados que hicieron retroceder al espectro, a causa de ese imprevisto ataque tuvo que replegar los varios tentáculos que salían de su pecho y ponerse en guardia hacia el origen de ese ataque.
—¡Ya estaban peleando contra el supervisor! Hicieron un buen trabajo hiriéndolo. Ahora tenemos una oportunidad de vencerlo en nuestras condiciones. —En otra entrada a la caverna estaban Tamir y Ángelo, tras ellos se encontraba Amaku preparando una semilla de su báculo.
—¿Los vigilantes? ¿Ustedes también estaban vivos? —notando como Toño erizaba el manto negro que cubría su cuerpo—. ¡Ese espectro ataca lanzando cadáveres, son veloces y explotan al impacto! ¡No tenemos tiempo que perder, les iré informando de sus demás ataques! [Corte horizonte]. —Aegar blandió su alabarda a un lado, de esta fue expulsada un haz de energía que fue soportado por Toño y lo rompió con sus manos cortándose las muchas palmas que lo defendieron.
—¿A-Amaku? ¿Esa inútil es la única viva a parte de mí? —Warawisa estaba molesta de ver a su compañera y Amaku se dio cuenta de esto poniéndose nerviosa.
—¿Eh? ¿Y esa cara? ¿No estas contenta de ver a otra amazona? —Preguntó Tamir sujetando en posición de guardia sus espadas, miró el brazo que obtuvo de Axel y se percató que aún tenía leves espasmos.
«Aun tomará tiempo acostumbrarme al brazo de Axel, pero no puedo mostrar debilidad ante un espectro… A pesar de estar tan herido, algo me advierte de ser precavido», Tamir miraba directamente a los ojos de Toño, su intimidante apariencia le ponía el cuerpo tenso.
—No me llevo bien con Warawisa, me maltrataba por venir de la aldea que tanto odian —tomando una semilla de su báculo—. Listo, esto es lo único que puedo generar en tan poco tiempo. Úsala bien, Tamir. —Amaku lanzó la semilla a Tamir y este la guardó en un bolsillo oculto en su protector de brazo.
—Axel y Yukiko están agotados y heridos, tenemos que pelear con lo que tenemos. Quédate con Ángelo y Holee para protegerlos, yo intentaré hacer lo que pueda junto a estos tipos. —Tamir avanzó poniéndose delante de Amaku, con esto le indicaba que iba a cubrirla y cuando la amazona retrocedió él caminó al frente.
Tamir llegó corriendo junto a Aegar, entre los dos arremetieron con continuos ataques de sus armas y pusieron a la defensiva a Toño que tuvo que detenerse de ir tras Aranavia. La rápida adaptación de Tamir le permitió seguir las indicaciones de Aegar, gracias a esas sugerencias pudo esquivar los trozos de cadáveres que se le avecinaban y usó las hojas que generaba la espada que le prestaron para hacerlos explotar a una distancia segura.
Aegar quedó sorprendido, notó que Tamir no tenía duda en pelear y sus movimientos se adecuaban casi perfectamente a los suyos. Tamir corrió agachado con ambas espadas a los lados, usando [Pies Ligeros] se deslizó de forma rápida bajo los trozos de cuerpos que flotaban sobre su cabeza y usó [Caminante Terrenal] para volver lodo el suelo donde estaba parado Toño. El espectro se desequilibró en la trampa de Tamir, estaba esperando que ese muchacho continuara su ataque para atraparlo con los tentáculos dentro de sus fauces, sin embargo, Tamir se precipitó a un costado sorprendiendo al supervisor por desaprovechar el atacar y cuando miró adelante su visión fue cegada por la [Alabarda Espiritual] de Aegar. Toño recibió un impacto crítico en su pecho, los colmillos que ahí se estaban regenerando fueron rotos y a causa del golpe terminó retrocediendo algo de tres metros atrás. Rezagado por el daño sufrido, movió su cabeza a los lados intentado recuperarse del shock, pero un dolor en los riñones le hizo chillar agónicamente y sacó a una mujer de su pecho para golpear el suelo con ella haciéndola explotar. Tamir había sido quien lo apuñaló de forma rastrera, esquivó el impacto de esa pobre mujer que explotó terminando con algunos órganos encima e incluso así no dejó de atacar y dio dos estocadas a los hombros de Toño.
«Hi-Hijo de puta… Se acomodó muy rápido al estilo de combate del otro. Este mocoso es muy peligroso, seguro fue así que pasaron a Wulfdog… Debió divertirse mucho en su pelea», Toño sacó dos mujeres de su pecho, tomándolas de los tobillos, las usó como mazos para golpear a Aegar y Tamir.
«¡Mierda, por eso odio luchar contra espectros! Este tipo pelea de una forma espeluznante… Si no hubiera visto los horrores de este lugar, ahora mismo estaría acongojado por los gritos de esas desdichas que sostiene… Lo lamento señoritas, no puedo hacer nada por ustedes», Tamir blandió sus espadas cortando a la mitad a una de esas mujeres, luego impactó las hojas verdes que lo rodean para evitar que la mitad separada se le viera encima y retrocedió a una distancia segura para que explote sin lastimarlo.
«¡Definitivamente este vigilante es peligroso! No dudó en cortar a esa mujer y tomó medidas con la poca información que le di… Hasta ahora ha demostrado no ser una amenaza, pero no quisiera tener que enfrentarme a él o su grupo… ¿Sabe Regis las cosas que han hecho por sobrevivir?», Aegar lanzó una [Alabarda Espiritual] al vientre de la otra mujer que sostenía Toño, se la arrancó de la mano dejándolo sosteniendo solo un pie al ras del tobillo, viéndolo desarmado usó [Corte Horizonte] para alejarlo y permitir que Tamir continuara con el ataque.
Mientras Aegar y Tamir le hacían frente a Toño, Warawisa se dio cuenta que la [Chaman] podía ser la clave para matar al espectro, así esta amazona lanzó «Saeta Ígnea» para quemar un cadáver que iba por la desorientada muchacha de pelo purpura, corrió hacia ella para ayudarla a salir del charco de sangre donde estaba y en su camino se vio rodeada de cadáveres que le impedían el paso.
Por otro lado, Hotai se unió a Ángelo para destrozar los restos de cadáveres que se arrastraban por el suelo, la hubeast bovina se dio cuenta de que Ángelo necesitaba el hacha que antes arrojó y ella corrió lo más rápido que pudo para regresársela.
—¡Gra-Grandulón! ¡Cuidado que ahí te va! —La enorme fuerza de Hotai le permitió lanzar el hacha sin problemas, cayó a unos metros de Ángelo y este se tiró hacia ella rodando para esquivar una cabeza flotante, la cual explotó al impactar el suelo donde antes estaba parado.
—[…] —Ángelo miró a Hotai y le hizo el gesto de pulgar arriba, inmediatamente comenzó a girar su cuerpo para generar tornados y con ellos mandó a volar los pedazos de cadáveres para hacerlos explotar contra las paredes.
Vaulug había tomado a Sylchel en brazos para llevarla a un lugar seguro, él hubeast pangolín era perseguido por varios trozos de cadáveres, a los cuales daba su espalda para que exploten reduciendo el daño que le ocasionarían, pues las placas duras en su lomo le evitaban sufrir heridas serias y le permitían concentrarse solo en correr. Ángelo y Hotai fueron a defenderlo, la fuerza combinada de ambos les permitía taclear a unos torsos flotantes y una vez tumbados los arrojaban contra otros restos de cuerpos para que exploten entre ellos. Ángelo le hizo señas a Vaulug para que vaya con Amaku, el pangolín veía a la amazona a lo lejos cerca del túnel por donde llegaron, estaba haciéndole señas de que era seguro y siendo cubierto por Ángelo y Hotai le fue más fácil llegar con esa muchacha.
«Todos se están esforzando, lamento ser una molestia y que tengas que cuidarme, Holee», Axel estaba apoyado en la entrada del túnel, su cuerpo daba ciertos espasmo que iban bajando en intensidad.
—Fue por mi culpa que terminaste en tal mal estado, al regresarme a mi forma humana tomé mucho de tu vitalidad y tras darle tu brazo a Tamir quedaste en peor estado. —Holee estaba haciendo guardia en la salida del túnel hacia la caverna, solo podía ver como los demás estaban luchando aguerridamente contra ese espeluznante supervisor y cierto aire de ese monstruoso hombre le era conocido pero no podía dar con un respuesta clara.
—Ho-Holee-san, si las cosas van mal puedes dejarnos y ayudarlos. Como último recurso, me queda suficiente mana para generar hielo y protegerme en una cúpula junto a Axel-san… La prioridad es matar a ese monstruo. —Mencionó Yukiko con el aliento agitado, los moretones que le dejó su pelea anterior eran muy visibles y le causaban dolor interno.
«Yukiko tiene razón, lo que importa es matar al supervisor y largarnos antes de que este sitio colap… —Un fuerte terremoto tuvo lugar en la caverna, las estalactitas del techo comenzaron a caer por las vibraciones y los que peleaban fueron afectados cayendo bruscamente al suelo.
En todas las zonas del laberinto subterráneo ocurrían fuerte sacudidas de tierra, las criaturas que habitan el área comenzaron a huir por un túnel que se creó para ellas y todas eran guiadas a un portal que las mandaba a un hermoso ecosistema del subsuelo lleno de vegetación, riachuelos, cristales luminosos y brisas suaves que recorrían el lugar. En una montaña estaba una enorme figura de Durgea hecha de hermoso mármol negro, la cual cobró vida para ver como ese ambiente era abarrotado de nueva vida y sonrió amorosamente al ver a esos seres esparcirse por el entorno.
La zona del [Útero Eterno] se expandía generando temblores, se hinchaba recorriendo cada uno de los túneles atestados de tentáculos, los cuales rompían la tierra liberando esos extraños tumores morados con los cuales trabajan las cocineras y estos palpitaban más rápido conforme el tiempo avanzaba. Las cocineras veían todo el grotesco espectáculo desde un risco, estaban colgadas con sus tentáculos aferrados a las paredes, bebiendo un extraño licor mientas conversaban como amigas reunidas después del trabajo, una de ellas levantó su mano para llamar la atención de las demás, mencionó a Vilma con una expresión triste y vació su bebida al abismo como una señal de despedida para la niña que estimaron.
Las enormes bestias amorfas que recorren los túneles se habían encontrado en una amplia zanja, sus cuerpos colisionaban entre ellas mientras se fundían y la carne que los conformaban iba volviéndose traslucida. Entre horridos alaridos de dolor, los cientos de existencias dentro de ellas iban perdiendo su ego, sus mentes eran eliminadas librándolas del dolor que sentían y en esos últimos instantes solo quedaba un silencio absoluto.
Volviendo a la caverna donde estaban las últimas ofrendas peleando contra Toño, el supervisor fue sorprendido por el desplome de la caverna, aprovechó este momento para alejarse del combate, pues Tamir le había arrojado la semilla que le dio Amaku y estando seguro se arrancó las ramas que comenzaban a rodear su cuerpo.
—El festival está por acabar, no puedo creer que estos tipos me llevaran a tal extremo… Necesito recuperarme antes de largarme a buscar a Holee, solo me alimentare de uno de ellos y por mí ya son dignos se seguir adelante. —Toño jadeaba con cansancio y veía sus heridas regenerándose con lentitud.
Un nuevo temblor sacudió el sitio, ocasionando que la caverna se partiera a la mitad, a duras penas los jóvenes presentes lograron sujetarse a lo que pudieron o agarrar a quien tenían más cerca para ponerse a salvo y solo una tuvo la desgracia de no reaccionar a tiempo. Al estar desorientada, cegada y aun aturdida por el chorro de sangre que le impactó, Aranavia fue atrapada por la grieta que dividió la caverna y cayó apenas agarrándose a las filosas rocas en el borde que cortaban su mano.
—¡A-Ayúdenme por favor! ¡No quiero caerme! ¡Aegar! ¡Aegar, sálvame! —Exclamaba la muchacha pataleando para intentar pisar algún apoyo, a los últimos segundos de que su mano se soltó, fue tomada del brazo por Aegar que hacia lo posible para sostenerla y soportar su propio peso.
—A-Aranavia… ¿D-De dónde mierda saliste? —Aegar hacía mucho esfuerzo para no ceder e intentaba buscar alguna postura adecuada para aferrarse al suelo.
—Un espíritu de tierra dijo que me buscabas, decidí seguirlo para mostrarte la salida pero me mantuve dando vueltas por portales extrañ… ¡Ah! —La pequeña piedra que logró pisar cedió a su peso y el tirón que dio jaló con fuerza el brazo de Aegar.
—A-Aranavia… No mires abajo por ningún motivo, no podré aguantarte si te desesperas. —Aegar había dejado su alabarda a un costado y miraba con el rabillo del ojo la posición de Toño, por si este se decidía a atacarlos.
—¿Qu-Que hay abajo? —escuchando como si algo baboso reptara bajo de ella—. ¿Qué es ese sonido? —La [Chaman] estaba asustada, podía sentir algo moviéndose cerca de sus pies y si se concentraba escuchaba el ruido de algo baboso contorsionándose.
—No lo mires, aguanta un poco y te saca… —un nuevo temblor tuvo lugar en la caverna, por la violenta sacudida la alabarda de Aegar revotó peligrosamente al borde del abismo y estaba balanceándose a centímetros de caerse—. ¡No! ¡Maldita sea, si pierdo mi arma estoy muerto! —Este hombre soltó una de sus manos que sostenía a su cuñada y se estiró intentando poner a salvo su arma pero era inútil.
—¡No! ¡Aegar, no me sueltes! ¡Alguien vendrá a ayudarnos! ¡Espera unos momentos! … ¿A-Aegar? —Aranavia vio directamente a los ojos de Aegar, le notó una fría mirada que heló su corazón, su respiración comenzó a agitarse y forcejeó desesperadamente para intentar subir pero solo terminaba hiriéndose más la palma.
—Aranavia, no sé si fue una decisión estúpida la que tomaste al adentrarte en esta locura, tal vez estabas en un lugar seguro y viniste arriesgando nuestra misión junto a las vidas de todos los que sacrificamos… Lo siento, Aranavia, desde el principio sabias los riesgos de venir al festival y aun así decidiste seguirme… Dile a Zanya que me perdone… —Aegar no dudó en soltar la mano de su cuñada, la vio caer a esa oscuridad, en cuyo fondo habían millares de delgados tentáculos trenzándose entre sí y tomando dirección hacia arriba.
«Maldito seas, Aegar… Hice todo esto por vengar a mí hermana, te seguí por que eras lo único que me unía a ella… Hice todo esto por nosotros ¡Lo hice por ti!», pensaba Aranavia sintiendo como era amarrada por los tentáculos, se la llevaron como la corriente de un rio se lleva un tronco a la derriba.
Por las continuas sacudidas, Axel y Holee ayudaron a Yukiko a salir del túnel donde se escondían y lo vieron derrumbarse segundos después de dejarlo. Los tres caminaban con cautela sosteniendo a la herida hubeast al medio, ambos la mantenían de pie apoyándola en sus hombros y tenían especial cuidado con las estalactitas que caían del techo.
«Holee, vamos a un sitio escondido. Sin mi forma humana intentaran matarnos para ser libres», Axel estaba atento viendo un lugar donde esconderse.
—¿Qué dijo Axel-san? Se le ve muy preocupado. —Preguntó Yukiko intentando aguantar el dolor de sus heridas para no ser una molestia.
—Dijo que si los tipos de ese grupo lo miran, van a atacarnos con tal de matarlo. —Contestó Holee encontrando una roca donde ocultarse, les indicó a ambos el lugar y apresuraron el paso para llegar.
Toño estaba aferrado en lo alto de una pared, desde ahí podía ver como los restos de cadáveres que dejó desperdigados por la caverna comenzaron a ser absorbidos por la tierra y como la zanja que partía el lugar incrementaba su tamaño.
—La caverna colapsará dentro de poco, debo llegar a mi zona con la ofrenda que preparé para este festival y mi trabajo estará hecho —viendo a Warawisa ponerse al resguardo de las estalactitas, estaba cerca de Tamir y Aegar—. Estos mocosos no me dejaran llevármela tan fácil, por ahora necesito alimento fresco para curar mis heridas. —El rostro de Toño comenzó a deformarse, su mandíbula se alargó dándole espacio para que sus colmillos crezcan, sus ojos fueron inyectados en sangre tomando una forma redonda, sus orejas crecieron deformándose hasta quedar puntiagudas, su nariz se anchó hundiéndose en su cráneo y comenzó a aspirar profundamente el ambiente.
Toño tiene la percepción única de los espectros, esta le permite ubicar emanaciones de sangre en posibles víctimas y esta información es procesada por su cerebro como cúmulos rojos en el ambiente. Miró a Tamir ayudando a Warawisa a ponerse de pie, le notó un cumulo rojizo en el brazo que Axel le dio, pero mezclado al cumulo había materia negra y lo descartó como objetivo. Aegar había dejado caer a Aranavia, pero estaba cerca de Tamir y ambos demostraron ser guerreros muy fuertes como para tomarlos a la ligera. Ángelo y Hotai tenían heridas menores, sin embargo, la abrumadora fuerza de ambos los hacían presas difíciles y con Vaulug cerca protegiendo a Sylchel era probable que se ayudaran entre los cuatro. A lo lejos tras una roca encontró el rastro de una buena presa, por su aroma era una mujer hubeast que presentaba varias heridas en el cuerpo y emanaba un aroma a pánico por su precaria situación.
Con su presa fijada, Toño comenzó a reptar por las paredes velozmente, se impulsaba con los tantos brazos que salían de su pecho y se dirigió a un punto en lo alto de la caverna que le permitiera llegar directamente hacia Yukiko. Aegar que no había perdido de vista a Toño, gritó alertando a los que tenía más cerca, Tamir y Warawisa no tenían idea de a donde se dirigía, eso fue hasta que el primero vio su mapa y corrió inmediatamente para ayudar a sus compañeros.
Un mensaje de alerta apareció para Axel, al verlo miró a la dirección de donde Toño se lanzó del techo para embestirlos, el demonio se levantó poniendo a Yukiko tras él para defenderla y transformó sus brazos en cuatro tentáculos delgados. El supervisor cayó a unos 10 metros de ellos, lo hizo con tal fuerza que mando pedazos de roca disparados alrededor, se irguió avanzando con sus brazos hacia ellos y dio un salto con Yukiko como su objetivo. La transformación de los brazos de Axel falló, una malformación le hizo sangrar del hombro, sentir el aroma sangriento motivó más a Toño y expandió sus garras con la intención de asesinar a quien tomara con ellas. Fue por un segundo ya estando el supervisor a un metro de Axel, cuando el demonio se arrodilló a causa del dolor, una figura se asomó por su espalda y lo sostuvo de la cintura para mantenerlo en pie.
Los ojos del supervisor se quedaron templados en la escena, era Holee quien sujetaba a Axel mientras extendía su mano libre a modo de ataque, la muchacha miraba con enojo a su atacante y por unos segundos esa escena fue superpuesta por otra de la memoria de Toño.
En los recuerdos del espectro, estaba él siendo ayudado por su pequeña hermana Risana a mantenerse en pie, ambos llenos de heridas, atravesados por estacas negras en sus extremidades, sangrando constantemente con una expresión de miedo que solo Risana logró superar y empujó a su hermano hacia atrás para defenderlo de una larga estaca negra que iba a perforar a ambos. Toño recordó con pesar como su hermanita cayó muerta por protegerlo, una perforación destrozó su corazón y tal evento lo rompió emocionalmente para que superara su miedo.
Toño se mantuvo quieto tres segundos que le parecieron eternos, su mente divagaba entre los recuerdos de su pasado y el deber que actualmente tiene como supervisor.
«Risana, tu no merecías sufrir como yo… Eras una existencia pura que nació de un monstruo embriagado de su enferma obsesión, criada en un hogar de mentiras, siempre intentando verle la belleza al mundo y deseado con anhelo que podamos ser felices».
«Desde que tengo memoria, siempre he estado rodeados de cadáveres, dormía sobre ellos al trabajarlos como padre me ordenó hacerlo, mi rutina era limpiarlos, desollarlos completamente, pulir los huesos y eso generó mi habilidades para manipularlos a voluntad».
Toño vivió desde que nació, en una alejada cabaña en las profundidades de un bosque aislado, su madre era una inexpresiva mujer que no hablaba, tenía la cabellera pelirroja muy bien peinada, una silueta delgada, ojos verdes faltos de vida, la boca cocida por hilos dorados, vestía como una muñeca de porcelana y resaltaba un extraño cráneo diminuto incrustado en su pecho. Ella solo se dedicaba a las labores del hogar, caminando con un andar forzado, movimientos mecánicos, haciendo gemidos mudos casi inaudibles y el resto del día su madre se quedaba absorta mirando por la ventana. Tal comportamiento le pareció algo normal a Toño, quien al no tener contacto con el mundo pensaba que todo estaba bien, él simplemente pasaba sus días a lado de su madre hablándole con las pocas palabras que aprendió de su padre y por más que conversaba con ella esta nunca le respondía.
«Siempre pensé en madre como una mujer inmaculada, cuando padre regresaba la peinaba amorosamente, la bañaba con sumo cuidado y le traía hermosos vestidos para resaltar su belleza. Padre solía enseñarme cosas básicas cuando estaba en casa, como conseguir alimento del bosque, a usar mis habilidades naturales para defenderme de depredadores, a hablar correctamente, algo de lectura básica y especialmente a como darle mantenimiento a madre mientras él estaba fuera. Aún recuerdo el día que madre quedó embarazada, sin previo aviso su vientre se hinchó causando que me asustara y viera todos los días con preocupación el sitio por donde padre venia. Por varias noches me que quedé cuidando de madre, cuando me acercaba a su vientre podía sentir algo moverse adentro… Mi sorpresa fue grande cuando padre regresó y me dijo lo que pasaba».
El padre de este espectro era un extraño alfarero, taxidermista, tallador y habilidoso creador de objetos inusuales… Al menos Toño en su limitada percepción del mundo, entendía que eso hacía para vivir y nunca hacía preguntas que consideraba innecesarias. El padre regresaba cada tres semanas con una carreta llena de cadáveres de distintas especies de monstruos, elfos, espectros, humanos y diversos hubeast. Desde niño Toño se encargaba de desollar los cuerpos, cortar las pieles, hervir los huesos y posteriormente pulirlos para que sean manufacturados por su padre. Este hombre creaba vasijas de inusual forma, con incrustaciones de huesos que les daban un estilo tétrico, usaba los restos de los cadáveres para disecarlos en extrañas posturas y tallaba detallados báculos para venderlos a magos pudientes.
«Por 20 años fue una rutinaria vida, me acostumbre a ella sin casi importarme el exterior más allá de ese denso bosque y me sentía feliz junto a madre esperando tu nacimiento. Recuerdo que padre se quedó ese mes entero esperando ansiosamente el parto, me enseñó varias veces que hacer en caso de que naciera mientras estaba buscado comida y cada día solo nos ponía más emocionados».
Una pequeña espectro nació en un día de otoño, cuando la luna amarilla coronaba las montañas, su cabello era rojizo como las hojas que caían de los árboles y resaltaba mucho sobre esa piel plomiza que parecía cerámica fina. El padre le puso de nombre Risana, encargándole a su hijo mayor protegerla cueste lo que cueste y que la considerara el tesoro más valioso en el hogar. Toño pasó varios años siendo un dedicado hermano, por la extraña condición de su madre siguió las instrucciones de su padre de como acercarla para que lactara y periódicamente mezclaba la sangre de su madre con leche para fortalecer a la pequeña espectro.
«Enseñarte sobre nuestra vida fue un desafío, a diferencia de mi, tú tenías muchas preguntas y tenías el valor para aventurarte a los sitios donde padre nos prohibió ir. A pesar de ser tan pequeña, pareciendo una existencia tan frágil, aprendiste a usar las dagas óseas que padre fabricó y te apasionaba entrenar con ellas todos los días. Como buen hermano te acompañaba en tus paseos por si existían peligros que no pudieras manejar, padre me enseñó hace muchos años a pelear y por ti me creía lo suficientemente fuerte para enfrentar un mundo que desconocía… Pero mi corazón nunca hubiera estado preparado, para las eventualidades que la vida puso en nuestro camino, en este caso eras tú en las faldas de la montaña haciéndole señas a una carreta descompuesta y quedándote a conversar con extraños que hicieron preguntas que no debías responder».
Los viajeros con los que habló Risana, la elogiaron por un brazalete que llevaba, reconociendo el arte como perteneciente a un artista anónimo y cuando preguntaron de donde venía, la pequeña cometió el error de decirlo. Para ese entonces Toño tenía alrededor de 60 años pareciendo un joven de 18 años, Risana casi 30 años con la apariencia de una niña de 10 y ya era notorio el decrepito estado de su madre, pues de aquella joven mujer que conoció Toño, solo quedaba una débil anciana de 80 años que apenas podía ponerse en pie y ahora era responsabilidad de sus hijos el cuidarla.
«Oculté a padre sobre nuestros paseos, tal vez si le hubiera dicho del encuentro con esos hombres, aun estaríamos en esas boscosas montañas rodeadas de niebla y nunca nos hubieran condenado al infierno de esos posteriores meses».
Una noche que el padre de Toño trajo nueva materia prima, unos vientos helados recorrieron los bosques y el destino de ese hombre fue sellado cuando llegó a la puerta de su casa. Aparecieron doce sombras que rodeaban la vivienda, los hermanos vieron asustados como su padre fue atravesado por varias lanzas plateadas que derretían su cuerpo y entre agónicos gritos les exigía explicaciones a sus hijos. Dos hombres y una mujer salieron de las sombras de los niños, sujetándolos de manera pacífica como si quisieran protegerlos, otros cinco entraron apresuradamente en la cabaña y tras unos segundos exclamaron que la encontraron.
«No me importaba esta situación, solo luchaba contra mi captor para llegar contigo, Risana. Ahí me di cuenta de mi debilidad, esos sujetos eran cazarrecompensas, algunos de nuestra raza y nos inmovilizaron sin posibilidad alguna de escapar. Con el pasar de las horas nos enteramos que había sucedido, resultó que padre estaba metido en un negocio muy turbio, todas los «materiales» que traía eran cadáveres de distintas personas sin distinción de raza y los usaba en profanos rituales para la creación de objetos malditos que vendía a criminales de alto renombre».
Los espectros que capturaron al padre de Toño, se lo llevaron a un lugar apartado para sacarle información, los hermanos solo podían escuchar impotentes los gritos de su padre al ser torturado, tal evento causó que Risana intentara librarse atacando con sus dagas óseas y su imprudencia había hecho que los hermanos fueran golpeados hasta perder el conocimiento.
«Nuestra madre era la creación más grande que padre hizo, alguna vez fue una joven noble de Yjeret con quien él se obsesionó, llegando al punto de masacrar a toda una familia, secuestrándola para someterla a sus deseos más oscuros y progresivamente se dedicó a transformarla en una muñeca sin voluntad… Cada día madre estuvo gritando de dolor en su mente, cuando mi padre la tomaba, cuando hacia las tareas del hogar, cuando nací, cuando me cuidaba, cuando nació mi hermana y cuando fue envejeciendo… Madre maldecía cada segundo de su existencia, aborrecía su vida y nos veía como engendros que el monstruo que la raptó puso en ella».
Los cazarrecompensas usaron hechizos de purga muy poderosos en la madre de los hermanos, el pequeño cráneo en su pecho se hizo polvo causando que comenzara a moverse con desesperación, descocieron su boca para encontrar que felizmente había recibido cuidados para evitar su deterioro, le restablecieron la salud con las pocas posiciones curativas a su disposición y la dejaron descansar para que los tratamientos surtieran efecto. El tiempo pasó, repentinamente vieron a una carreta llegar de entre la niebla y los hombres que sometieron a los jóvenes les fueron contando de quien trataba.
«Era el único sobreviviente de esa casa de nobles que padre masacró, es el hermano menor de madre, quien sufrió grandes traumas por los horrores que presenció esa noche y tardó unos años en recobrar la salud mental. Una vez estuvo estable, se dedicó a buscar incesantemente al espectro que destruyó a su familia y por la amplia fortuna que poseía contrató a los mejores cazarrecompensas. Por décadas los espectros estuvieron rastreándolo, averiguando poca información del paradero del traidor al pacto que tienen con otras razas y únicamente tenían la pista de que era un fabricante de objetos malditos que cubría muy bien sus huellas».
La carreta se había estacionado, bajaron de ella guardias que se pusieron al resguardo de una persona, era un anciano con algo de sobrepeso, su rostro tenía una triste expresión y tocia con notorios signos de estar enfermo. Los cazarrecompensas hablaron con él, lo que le dijeron pareció sorprenderlo y miró con cierto desprecio a los hermanos.
«Nunca podré especular cuánto dinero tenía la familia de madre, pero quien sería nuestro tío nos vio con asco y fue inmediatamente con nosotros a ver a su hermana mayor. Madre había sido liberada de las ataduras mentales que la restringían, por primera vez en toda nuestra vida pudimos escuchar su voz y lo que nos dijo nunca lo olvidaríamos».
—Ma-Maten a esos monstruos, destruyan todo rastro de ese bastardo… —Dijo con una voz quebrada mientras los señalaba con su tembloso dedo índice, miró a sus hijos con unos ojos llenos de odio y comenzó a jadear gritando al recordar el tiempo que pasó presa de esa maldición.
—Me llamaron loco cuando gasté los fondos familiares en tu búsqueda, me tuve que involucrar con las peores escorias del bajo mundo para contratar cazarrecompensas adecuados y hoy después de tanto tiempo al fin siento mi vida realizada —mirando a sus sobrinos—. Aunque llevemos la misma sangre, ustedes son errores que nunca debieron existir y al menos sus vidas servirán para que salgamos adelante… —El tío de Toño hizo una seña a los cazarrecompensas y estos les pusieron grilletes en los cuellos de los hermanos.
—¿Mamá? ¿Po-Po qué dices eso? —Preguntó Risana intentando ir con su madre, tal acto causó que la débil mujer comenzara a forcejear mientras gritaba que la mataran y uno de los cazarrecompensas sujetó a la niña de los hombros con fuerza.
—¿Qué culpa tenemos nosotros? ¡No nos importa quienes sean! ¡Solo déjenos ir y no nos meteremos nunca con ustedes! —Exclamó el joven Toño yendo a consolar a Risana que se puso a llorar.
—Su sola existencia es un pecado. Aunque sean errores aún son primogénitos de mi hermana y no puedo permitir estorbos innecesarios en mi familia —viendo a quien parecía el líder de los cazarrecompensas—. Llévenlos como ofrendas de nuestra parte para el festival a la santa madre Durgea, quemen esta pocilga y denle al degenerado que secuestró a mi hermana la muerte más dolorosa posible. —A su orden, los cazarrecompensas sacaron a la fuerza a los hermanos, tuvieron que golpearlos para doblegarlos y que dejaran de hacer tanto escándalo.
Las semanas siguientes, ambos hermanos fueron transportados en carretas hacia las minas de Equidna, periódicamente sus captores los hacían pelear contra los monstruos que se encontraban en el camino, pues les era divertido ver esforzare a ese par de niños y sorpresivamente salieron de esas batallas con el mínimo de heridas.
«Muchas veces te vi ser castigada por tu insolencia, siempre intentabas darles la contraria y no te importaba ser golpeada por ellos. Fue bueno que no hicieran otras «cosas» contigo, los espectros que nos llevaban no te tomaron esa importancia y para los humanos el tacto de un espectro es desagradable por parecerse al de un cadáver».
El viaje duró cerca de dos meses, tiempo donde los jóvenes habían fortalecido sus cuerpos y con los primeros rayos del sol, vieron a lo lejos la enorme montaña de Equidna. Ambos fueron entregados como esclavos, siendo recibidos por Horos, quien extrañamente en los recuerdo de Toño tiene casi la misma edad con la que lo conocieron actualmente y ambos hermanos fueron separados en barracas diferentes donde día a día pedían por el bienestar del otro.
«Para mí no fue un gran cambio, desde que nací me acostumbre a las rutinas y ahora solo cumplía órdenes para sobrevivir. Pero veía que tú la tenías difícil, tu curiosidad muchas veces causaba problemas y te distraías en tu trabajo como aguatera… Era mejor que hicieras eso, las labores domésticas en las barracas o que asistieras en la cocina, no quería verte destrozar tus manos en las profundidades de la mina».
Cuando Risana trabajaba llevando agua a los chinchilicos capataces, sucedió un terremoto que causó el derrumbe de toda un sección y también que se abrieran túneles que fueron sellados por ser habitad de monstruos peligrosos. Eran dos criaturas hechas de piedra blanca, tenían cuatro extremidades, carecían de cabeza, había un agujero de magma en sus pechos y de sus brazos brotaba roca derretida. Cuando los monstruos salieron de sus túneles, sacudieron sus manos lanzando magma a su alrededor, varios de los prisioneros fueron alcanzados y murieron incinerados al instante.
«Esos monstruos eran conocidos como Pedruscos Vivientes, generalmente duermen bajo tierra alimentándose del magma que tomaron de la capas inferiores del subsuelo y tienden a ser muy violentos al despertar. Ya que son conformados de un material tan peligroso, acercase a ellos es un riesgo y solo se les puede dormir hundiendo una delgada barra de metal mágico en el pecho. En ese momento los vigilantes habían sido heridos por el derrumbe del túnel, varios chinchilicos fueron heridos por el magma de los Pedruscos Vivientes y no había nadie que pudiera o quisiera detener a los monstruos… Pero tú…».
Toño buscaba entre las personas que huían despavoridas a su hermana, varios esclavos a su alrededor fueron salpicados por borbotones de lava que les mutiló el cuerpo y el olor a carne incinerada estaba comenzando a atestar el ambiente. Un chinchilico que fue por la barras de metal mágico, murió cuando uno de los Pedruscos Vivientes le disparó una roca hirviente en la espalda y los otros capataces intentaron tomar las barras pero no podían acercase para clavarlas. Una pequeña figura se movió entre las rocas que caían del techo, tomó una barra de metal mágico esquivando el azote de una porción de lava, rodó por debajo de un Pedrusco Viviente y clavó la barra en el pecho de la rocosa criatura. En segundos esta se apagó tornándose ploma, dio dos pasos con espasmos y se desplomó en cascajo que se hundió rápidamente en el suelo.
«Y ahí estaba yo… Preocupado por verte hacer algo arriesgado y tan asustado que temblaba sin hacer nada. Tú no dudaste en lanzarte al ataque, lo hacías pensando en ayudar a los demás y no te importaba que pudieras morir por tu imprudencia… Solo pude arrodillarme impotente, viendo como diste la oportunidad para que los chinchilicos restantes usaran la otra barra de metal mágico y vencieran por completo al Pedrusco Viviente que quedaba».
Por haber demostrado tales habilidades de combate, la pequeña Risana fue puesta a cargo de cazar a los monstruos de las minas y Toño solo se quedó como cargador de minerales. Todos los días el joven espectro oraba a Durgea, pidiéndole repetidamente que su hermana volviera sana y cuando la volvía a ver él se sentía satisfecho.
«Debiste hacer bien tu nuevo trabajo, te dieron privilegios por los méritos que lograste, como mejor comida, vestimenta apropiada, equipo personalizado e incluso te otorgaron el favor de poder visitarme antes de que cerraran las barracas. Era feliz viéndote sonreír mientras me contabas tu día, los lugares que viste, las personas con las cuales colaboraste, los monstruos que enfrentaste y como te las ingeniabas para salir victoriosa… Esta vida era para ti, Risana… T-Tú eras la que debía sobrevivir, no debiste dar la vida por un cobarde como yo».
Cuando el festival a Durgea comenzó, ambos hermanos fueron transportados a distintas partes del laberinto subterráneo, Toño sobrevivió con cautela a la [Salida del nido] y la osadía de Risana le permitió descubrir el truco en el [Camino de la bestia]. Vivieron en carne propia los horrores que se realizaban ahí adentro, Toño nunca se rindió pues quería llegar junto a su hermana y Risana logró conformar un buen grupo con los cuales pasó al primer supervisor de ese entonces.
«El segundo supervisor con el que nos enfrentamos tras reunirnos, resultó ser aquel encargado de preparar mujeres como ofrendas y de haber sabido lo que hacía con ellas, hubiera sido más aguerrido con tal de evitarte ese destino. Ver su territorio abrumó de miedo a nuestro grupo, eran centenares de mujeres empaladas con estacas negras y atravesándolas hasta salirles por la boca… Lo más increíble era que todas estaban vivas y rogando por ayuda».
Toño y Risana junto a unas quince personas enfrentaron a ese supervisor, quien era un humanoide peludo que materializaba estacas de una inusual material negra y con sus bestiales movimientos le era fácil ir acabando con las ofrendas una a una. A pesar de que la pequeña le decía que ayudara a los demás, Toño no le hizo caso y se decido a protegerla a ella e incluso sacrificó a unos cuantos usándolos como escudos. En la batalla final el joven espectro se interpuso entre un ataque de varias estacas pequeñas que iban por Risana, él terminó con el cuerpo atravesado y para su suerte no fue herido en órganos vitales que su regeneración no pudiera curar.
«Lo he pensado miles veces, ese recuerdo no me ha dejado dormir tranquilo por varios años, es sobre lo idiota que era y que debí hacerte caso cuando me pediste colaborar con los otros… En ese momento después de que las estacas agujerearan mi cuerpo, no entendía que estabas diciendo pero me levantaste para evitar que la última estaca atravesara mi cabeza y a pesar de tus heridas no cediste al terror… Debiste haberme dejado morir, Risana».
El supervisor corría hacia los hermanos, formó una estaca negra en su mano derecha y pensaba apuñalar a ambos al mismo tiempo. Sin embargo, Risana lanzó a su hermano a un lado, se dejó atravesar el pecho y teniendo al supervisor tan cerca le cortó el brazo izquierdo con su cimitarra, justo antes de que su pequeño corazón explotara al expandirse la estaca que la perforó. Toño gritó furioso dándose cuenta de que todo fue su culpa, usó los cuerpos de los caídos en combate para sujetar con esas gélidas manos al supervisor, cuando este intentó retirar la estaca con la cual acertó a Risana, se dio cuenta que la niña la había trabado en su interior y sonreía sangrando de la boca a duras penas dedicándole unas palabras a su hermano. Con la oportunidad dada por Risana, Toño decapitó con sus garras al supervisor, usó los cadáveres para elevarlo unos metros sobre tierra y rodeándolo de más cuerpos inertes lo hizo explotar al cerrar con furia su puño.
«Cuando me di cuenta, te habías ido y supe que nunca más vería esa cálida sonrisa que alegró mis solitarios días. Cargué con tu cuerpo pues no quería dejarte sola, no iba a permitir que esa oscuridad te tragara e incluso cuando olvidé quien eras, algo en mi me decía no dejarte atrás. Esa ocasión fui el único que llegó ante Horos, pensé que era el culpable de lo que había sucedido e intenté atacarlo pero era obvio que solo no iba a vencerlo».
Toño yacía en el suelo con más heridas en su cuerpo, los ojos de Horos lo miraban resplandeciendo con un plateado intenso, este supervisor tenía una expresión de lastima al verlo arrastrarse al cadáver de Risana y fue entonces que vio a una copia de Durgea materializarse a su lado. Se le fue revelado el motivo del festival, sobre el ciclo eterno de muerte y renovación natural a cual está vinculado el mundo. Siendo el único sobreviviente y habiendo asesinado a un supervisor, se le ofreció ocupar ese puesto vacío y al ser su memoria restaurada tuvo un momento de furia ciega hasta que Horos detuvo su penoso espectáculo.
«Crecí rodeado de cadáveres, durmiendo sobre ellos, usándolos como padre me dijo y manipulándolos a mi voluntad. Entiendo mejor que nadie el ciclo natural, pero al verte despojada de toda vida, por primera vez sentí el dolor de perder a alguien y nunca dejaría de culparme por ello. No pude salvarte en vida, tu cuerpo iba a descomponerse y volverse parte de la tierra… Pero había algo que podía hacer por ti, darte a tu alma la felicidad que merecías y arriesgué todo suplicándole a nuestra santa madre por ello. La Diosa Durgea no puede decidir sobre el cuándo renacería un alma, pero gracias a su influencia puede hacerlo sobre sus condiciones y le pedí que sea lo contrario a la vida que tuviste a mi lado».
Los primeros años como supervisor fueron difíciles para Toño, su personalidad dócil era un impedimento para dar el primer paso con sus víctimas, muchas veces mientras preparaba a sus ofrendas sentía lastima por ellas, las dejaba irse y por ello Horos terminaba regañándolo e incluso lo obligaba a buscarlas para que termine su trabajo. Durgea se divertía viendo como el corazón manso del espectro, iba volviéndose duro, fortaleciendo su voluntad para no tener sentimientos por sus ofrendas y desarrollando sus propios hábitos de tortura.
«Cuando estuve totalmente desarrollado como supervisor, nuestra santa madre me otorgó un valioso regalo, se trataba de una habilidad única que me vinculaba al [Útero Eterno], volviéndome un portal viviente para almacenar a mis víctimas y permitir que sean usadas para gestar a los monstruos de las mazmorras. Cada mes esperaba con ansias la noticia de tu renacimiento, visitaba la tumba que nuestra santa madre hizo para ti e incluso ella misma venía a hacerme compañía y que le contará sobre las ofrendas especiales que preparaba».
Toño dormía sobre una montaña de cadáveres, ya había finalizado uno de los tantos festivales a Durgea y se acurrucaba entre la fría carne inerte recordando aquellos distantes días donde corría por el bosque junto a Risana. Una débil sonrisa se le formaba al recordar que su hermana ya renació, que gracias a la promesa de Durgea ella lo había hecho siendo una humana, en una familia donde nunca pasara penurias y en lugar donde él nunca podrá volver a decepcionarla.
«Acepté que mi cobardía que causó tu muerte, cambié esa penosa aptitud desinteresada por el mundo, me decidí a no desperdiciar la vida que me otorgaste y disfrutar del trabajo me permitió darle la felicidad que no pude en vida… Pero nada me hubiera preparado para las eventualidades de la vida, cuando vi a esa joven que parecía una versión adolescente de ti, mi ser entero temió que el cruel destino te guiara nuevamente conmigo y que existiera la oportunidad de volver a lastimarte… Sé que no eres ella, nuestra santa madre lo me confirmó y aun así… Y aun así… Mi corazón titubea por lo que estoy por hacer».
Volviendo al presente, justo cuando Toño aterrizó saltando hacia Yukiko para alimentarse de ella y se quedara quieto ante el rostro de una joven que tantos recuerdos dolorosos le trae. La alabarda de Aegar perforó la espalda de Toño saliendo por su pecho, el dolor lo hizo rezagarse con tres pasos hacia adelante y su mente fue abrumada por la visión del pasado junto a su hermana. Aquella versión joven y cobarde de sí mismo, en esta ocasión se mantuvo firme lanzándose al ataque, logrando perforar con sus garras los brazos, hombros y pecho de Toño y logró dejarlo con la guardia totalmente abierta. Su querida hermana Risana blandió la cimitarra que sujetaba, un solo tajo definió todo y mientras la vista del espectro caía al suelo, podía ver una escena que nunca sucedió. Risana y él sonreían aliviados mientras se sostenían mutuamente, lentamente esa ilusión fue disipándose mostrándole a Holee y Axel en esas posiciones.
«Prometí aprovechar la vida que Risana me dio, sin embargo, ahora la entregó sin dar pelea y extrañamente me siento feliz que sea la mano de Holee la que me de descanso —viendo a Axel agotado—. Si ese es el Axel del que me hablaste, haces bien con quedarte a su lado. Se nota que no te abandonara… Te deseo felicidad, Holee», La cabeza Toño golpeó el suelo rodando a un lado y su cuerpo quedó tieso soltando sangre por el cuello.
Los tentáculos de Axel abandonaron el cuerpo de Toño, dejándolo caer al suelo y que mucha sangre comenzara a brotar del supervisor muerto. En los brazos de Axel comenzaron a crecer tumores morados deformándolos, explotaron soltaron delgados chorros de sangre que mancharon el suelo e incluso salpicaron a Yukiko y Holee, al percatarse de eso su pactante transforma sus cuchillas de mantis en manos para socorrer al demonio. Alguien llegó corriendo frente a ellos, sacó la alabarda clavada en el cadáver de Toño y la blandió en un rápido movimiento horizontal hacia ambos demonios, sin embargo, el filo de una espada detuvo la alabarda e hizo retroceder a un enojado Aegar.
—Están aliados con el demonio ¿Pero no con ese espectro? —Preguntó Aegar manteniéndose en guardia.
—Nosotros vamos tras los supervisores de Durgea para escapar de aquí, tengo que agradecerte tu ayuda contra ese sujeto… Pero ellos son mis amigos y no dejaré que los lastimes. —Tamir estaba al frente de Holee, Yukiko y Axel, miraba con seriedad a Aegar indicándole que no iba a ceder.
—¿Aegar que esta pasan…? —viendo al demonio y la tensa situación— ¡Es el demonio! —Exclamó Hotai asustada poniéndose a la defensiva con su martillo al frente, quiso quedarse cerca de Ángelo pero se sorprendió al ver que este enorme chico se puso de lado del demonio.
—¿De verdad quieres iniciar una pelea, Aegar? —Preguntó Tamir con confianza.
«Para nada, Hotai no es una peleadora, Selkie aún está herida, Warawisa no es de confianza y solo con Vaulug no podremos ganarles a estos tipos… Sera mejor usar la sensatez », pensó Aegar mirando rápidamente a su grupo.
—No, ambos sabemos que eso solo traerá bajas innecesarias —un temblor sacudió el sitio—. No tenemos mucho tiempo, acordemos una tregua por ahora. —Mencionó Aegar haciendo una seña para que su grupo no atacara.
—Tamir, Axel no está nada bien, su cuerpo está deformándose otra vez. —Advirtió Holee sosteniendo a un arrodillado Axel, sus brazos estaban derritiéndose y jadeaba con dificultad.
—Mierda, su salud está deteriorándose más rápido por esforzarse —mirando el cadáver de Toño—. Espera… —dirigiéndose a Aegar—. Dijiste que tipo es un espectro ¿No? —Tamir recogió la deformada cabeza de Toño y la llevó con Axel.
—Sí, hicimos grupo con una espectro y lo reconoció como alguien de su raza. Aegar, me voy llevando a Sylchel, si este sitio se derrumba no podremos ponernos todos a salvo. —Agregó Vaulug, fue llevándose a Sylchel al único túnel libre.
—Cierto, los espectros tienen un regeneración pasiva similar a la de un demonio. Si Axel adquiere sus características se curara más rápido. Tamir, quédate con Holee a acompañarlo, yo me iré junto a Ángelo para cuidar de Yukiko. —Amaku tocó el hombro de Ángelo para indicarle que cargara a la herida hubeast.
—Puedes darte cuenta que no queremos pelear, solo espera para que nos vayamos juntos y hablemos de esto… Y dile a tu amiga que deje de conjurar. —Tamir no bajó su guardia pues pudo ver a Warawisa susurrando un hechizo, solo arrojó la cabeza de Toño cerca del cuerpo y dejó que Axel hiciera lo suyo.
—¡Déjate de estupideces, Warawisa! ¡No inicies algo que no podremos manejar! —Aegar se puso interponiéndose entre la amazona y el sitio que pensaba atacar, la miró sobre su hombro con una expresión colérica y a regañadientes Warawisa canceló su ataque.
—Estupidez es lo que haces, tenemos al demonio herido frente a nosotros y lo mejor sería acabarlo para salir de aquí. Además… —mirando con enojo a Holee—. Por alguna razón ella me hace enojar. —Amaku pateó la tierra enojada y les dio la espalda.
—¡Oye! No creo haber hecho algo para que me veas así, casi ni hablamos antes de llegar aquí. —Dijo Holee molesta, ella sostenía a Axel mientras los tentáculos de su nuca entraban en los restos de Toño.
—¡Cállate! Mi cabeza duele con solo oírte… —Contestó Warawisa yéndose enojada y en silencio hacia el túnel.
—¿Qué le pasa a esa loca? —mirando la capa que cubre el cuerpo Toño—. ¿Qué raro? ¿Me parece haberlo visto antes? —Holee estaba pensativa y se distrajo al ver salir los tentáculos de Axel del cuerpo de supervisor.
«Ya lo tengo, vámonos de aquí rápido… Este sitio se está viendo abajo», dijo Axel sintiendo sus músculos hinchándose, varias arteria carmesís se formaron sobre su plomiza piel, abrió la boca donde sus colmillos crecieron un poco, sus garras se volvieron gruesas tornándose de un color perlado, el borde interior de su pupila se tornó rojo, su cabellera tomó un brillo satinado y sus cuernos se curvaron en un corto ángulo hacia atrás.
>>Genética de [Espectro], Adquirida… Asimilación física en proceso…
>>Asimilación finalizada… [Daño corporal] [Sobrecarga genética][Peligro de entropía] en proceso de estabilizarse…
>>Misión actualizada: Búsqueda de castas originales (4/5)
ADN de Humano: Obtenido
ADN de Hubeast: Obtenido
ADN de Elfo: Obtenido
ADN de Espectro: Obtenido
ADN de Excerl: Faltante
>Recompensa: Evolución de [Demonio Prototipo] a [Demonio Genético]
<<Habilidades Pasivas Obtenidas
* Vampirismo alimenticio
* Percepción Sangrienta
* Ingravidez
* Vástago de la noche
>Debilidad solar… Pasiva dañina eliminada…
<<Habilidad Especial obtenida: [Sumisión absoluta]
* Sumisión absoluta: El usuario se encuentra vinculado al [Útero eterno], volviéndose un portal móvil a la cámara de gestación. Cualquier criatura apresada por los tentáculos del portal, vera sus mana/chakra suprimido, sufrirá efectos de debilidad extrema, agotamiento de extermina y anulación de defensas físicas/mágicas. El usuario puede invocar por el portal, a las víctimas apresadas por [Sumisión absoluta].
<<Habilidades Obtenidas:
* Manipulación de cadáveres
* Sobrecarga mortuoria
* Levitación de cuerpos
* Depuración Cruenta
* Depuración Lóbrega
* Terror Latente
* Garras Penetrantes
* Torrente sangriento
«¡Hijo de perra! ¿Por qué si tenía esta habilidad especial no la uso? ¿Qué estaba pensando este supervisor? Sera mejor averiguar más de él, Analizar Sup… —un temblor sacudió la caverna causando que se cayera el techo—. No hay tiempo… ¡Larguemos de aquí, Holee!», Axel fue asistido a caminar mientras su cuerpo iba restaurándose, cerca de ambos demonios estaba Tamir haciendo guardia para evitar que Aegar los atacara.
Cuando las 10 persona estuvieron reunidas, la tensión del ambiente era palpable, aunque antes se habían ayudado mutuamente contra el supervisor, el problema era el demonio ahí presente y se separaron en sus respectivos grupos sin bajar la guardia.
—Ya se los dijimos, no queremos problemas. Ambos tenemos heridos en nuestros grupos y arriesgarnos a una pelea es estúpido. Antes que nada nos presentaremos, mi nombres es Tamir —señalando a Ángelo—, él es mi compañero Ángelo —señalando a Axel—, él es Axel y los tres vinimos como nuevos vigilantes a Equidna… Ya nos vimos en la caravana que nos trajo, por ello saben que no fuimos nosotros los causantes de esta situación. —Dijo Tamir manteniéndose calmado.
—Sí, recuerdo a los tres del viaje ¿Dónde están los otros dos? —mirando a Axel—. ¿Y qué le paso a Axel? —Aegar estaba interesado en escuchar la historia e hizo una seña para que su grupo se calmara.
«Holee, dile a Tamir que hay algo mal aquí… ¿A cuales otros dos se refiere? ¿Siempre fuimos solo tres los vigilantes?», Axel estaba preocupado por ese detalle.
—Tamir, dice Axel a quienes otros dos se refiere Aegar… Espera… ¿Vinieron más personas como vigilantes aparte de ustedes? ¿Solo eran dos amazonas? —Preguntó Holee llamando la atención de todos.
—Oh, es cierto. La influencia de Durgea debe haberles hecho efecto. En la caravana eran cinco nuevos vigilantes, junto a ustedes estaba un tipo bien parecido y un gordito miedoso… Deben saber que sus compañeros están muertos y lo mismo es para las amazonas. —Las palabras de Aegar causaron un zumbido en las cabezas de Axel, Tamir, Ángelo, Holee, Amaku y Warawisa.
—¿Co-Compañeros? N-No los recuerdo ¿Quiénes eran? —Tamir se agarró la cabeza sintiendo dolor, en sus memorias habían espacios en blando pertenecientes a dos personas con las cuales convivió.
—[…] —Al igual que Tamir, Ángelo estaba sintiéndose con malestar.
—Sera mejor que dejen de pensar en ello. Solo les diré que toda persona que muere en este sitio, es arrancada de la existencia y sus recuerdos son removidos alrededor del mundo. A mí no me afecta la pérdida de memoria, fui purgado de ese efecto tiempo atrás y supe que perdí a alguien valioso por culpa de las minas. Hagamos un trato, les digo lo que sé y ustedes me dicen todo lo que saben. —Aegar bajó su alabarda y extendió su mano a Tamir como señal de paz.
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