LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 48
Casi el 80% del laberinto subterráneo, había colapsado por los bruscos movimientos de los tentáculos en expansión del [Útero Eterno], los últimos cadáveres eran absorbidos por la tierra y se descomponían a gran velocidad dejando masas de carne con formas humanoides, las cuales se escurrían hacia los arroyos de materia que abarrotaban el centro del órgano. Varios tentáculos delgados se abrían paso a través de la tierra, rompieron el suelo de una caverna e iban a atravesar el techo pero fueron detenidos por un brazo hecho de roca.
—Parece que eres de las que se deja llevar, resignándose a morir sin pelear contra el destino ¿De verdad quieres acabar así? —Una de las copias de Durgea estaba sentada sobre una roca, miraba con una expresión aburrida al entramado de tentáculos que acariciaban el techo de esa caverna.
—¡Ahhh! ¡Aegar! ¡Maldito! ¡Confié en ti! —Del hueco en el piso salió una mano cubierta de sangre, usó el borde para apoyar su brazo y haciendo esfuerzo pudo librarse de los delgados tentáculos que se habían clavado en su piel.
Aranavia había logrado salir casi ilesa de una muerte segura, estaba totalmente cubierta de fluidos asquerosos, su cuerpo fue perforado por varios tentáculos que se contorsionaban en sus heridas, gritó furiosa mientras se arrancaba uno a uno los órganos que invadían su cuerpo y se metió los dedos en la boca para vomitar los trozos de carne que se tragó.
—Bienvenida a la vida, pequeña ¿Cómo planeas aprovechar esta segunda oportunidad? —La copia de Durgea se le había acercado sin que se percatara y por la sorpresa Aranavia cayó de espaldas con una expresión de miedo.
—¡Aléjate de mí! —Exclamó la muchacha de pelo purpura mientras se arrastraba penosamente para alejarse de la Diosa.
—No entres en pánico, tonta. Si te necesitara muerta te hubiera dejado ahí adentro —el rio de tentáculos continuó su trayecto, colapsando el techo de la caverna y Durgea abrió un portal cerca de Aranavia—. Puedes entrar o quedarte a morir aquí, si lo haces te llevara cerca del hombre que te desechó y será tu decisión que hacer cuando lo encuentres. —Las rocas caían alrededor de la Diosa y la muchacha, esta última respiraba con agitación y viéndose arrinconada se lanzó dentro del portal.
—Muy bien Je,Je,Je aun tienes un papel que desarrollar. Veamos que hará esa excusa de demonio cuando te… —algo llamó su atención—. ¿Qué es esa cosa? —La copia de Durgea se desmoronó y esa caverna colapsó por completo cuando más tentáculos agrandaron el hueco por donde salían.
En uno de los túneles había algo de color amarillento arrastrándose por el suelo, reptaba torciéndose para impulsándose con unos picos blanquecinos y parecía tener un rumbo fijado hacia algún lugar en específico. Desde el techo se fue formando una manifestación de Durgea, buscó con su mirada hasta dar con aquel extraño ente y se dejó caer para observarlo de cerca.
—Vaya, Vaya ¿Quién diría que aun estas vivo? Aunque es extraño que no te regeneres… Espera… ¿No eres él? [Analizar Dx] —Durgea caminó a lado de esa cosa que se arrastraba—. Ja,Ja,Ja Esto es muy interesante, voy abrirte paso para que llegues a tu tan anhelado destino… Tengo el presentimiento de que será divertido. —Esta copia de la Diosa caminaba silbando mientras abría túneles para esa entidad que se arrastraba por el suelo.
Volviendo con el grupo principal, estos decidieron avanzar dialogando por esos túneles pues no sabían en cuanto tiempo se derrumbarían, ambos grupos compartieron todo lo que sabían hasta el momento y cada uno de esos hechos los dejaba desconcertados al oírlos.
Tamir hizo un resumen de lo que hicieron tras aparecer en el laberinto, sobre como enfrentó los tentáculos colgantes de [Útero Eterno], como se encontró a Amaku para ayudarse mutuamente, su inesperada reunión con un Axel transformado en demonio, la propuesta de la Diosa para su libertad, su lucha por sobrevivir contra los que intentaban matar a Axel, su encuentro con una enloquecida Holee y el triunfo sobre un supervisor que no podían recordar.
Holee respondió según Axel se lo indicaba, este muchacho no quería revelar mucho de sí mismo, pues algo le advertía de tener cuidado con Aegar. La pactante del demonio comenzó a contar que no son originalmente demonios, pues ellos no tienen nada contra los humanos y no buscan lastimarlos a menos que sea para defenderse. Axel le dio permiso de contarles acerca del motivo por el que están en Equidna, siendo ese el de rescatar a su compañera que fue condenada injustamente, habló también sobre su encuentro con Durgea, resultando en la casi muerte de Holee y como esta obligó a Axel a buscar sus habilidades robadas dentro de personas al azar.
Hotai se quedó hablando con Holee por unos minutos, la hubeast la había conocido de la vez que cazaron a los obolick que se dirigían a los cultivos y estaba contenta de volver a verla. Según contó Holee, tras repeler a los obolick quedó muy exhausta, le permitieron usar la granja para descansar y ahí fue atendida por Hotai. Especialmente contó que la hubeast le dio a beber un vaso de leche fresca, del cual tenía vergüenza de beberlo por suponer que era «la leche» de Hotai y eso ocasionó que los hombres presentes se imaginaran una escena erótica de estas dos. El ambiente se calmó un poco, permitiendo que el estrés que tenían a cuestas disminuyera y se tomaran algo de confianza.
Aegar comprendió en parte lo que estos extraños le habían dicho, dando un vistazo rápido pudo comprender que los compañeros del demonio estaban siguiéndolo por propia voluntad y que ninguno parecía estar bajo efectos de control mental. Este hombre decidió contarles parte de lo que su organización le reveló, les habló sobre como las minas sacrifican grandes cantidades de personas y son enviadas a conciencia por familias pudientes que reciben bendiciones. Les explicó acerca de los problemas de memoria, siendo que cada persona asesinada en este sitio, es borrada completamente de la mente de los seres vivos alrededor del mundo.
—Mi organización se llama [Runta Cad], fue fundada por un descendiente de héroe legendario, al cual su padre entregó manuscritos que registraban las injusticias del mundo y por los cuales fue asesinado para silenciarlo —levantando su mano derecha, en la palma tenia tatuajes similares a circuitos electrónicos—. En la caravana les día beber un vino mesclado con un rastreador, dispersé esferas que graban lo que presencian para tener pruebas de lo que sucede en el festival a Durgea. —Unas cinco esferas plateadas se posaron alrededor de Aegar, estas reflejaban a los presentes y Axel se quedó pensativo en ellas.
«Eso explica lo vi con [Analizar Superior] en el vino, esas esferas deben ser como cámaras de vigilancia y ese tatuaje en su mano… Ciertamente parece tecnología que no debería existir en una época como esta ¿De dónde habrá traído esas cosas?», mencionó Axel a Holee pero esta no entendía algunas palabras que dijo.
—Ya lo recuerdo, me pareció ver esas cosas rondando por los techos de las cavernas y como no hacían nada solo dejé de prestarles atención. —Comentó Tamir siendo corroborado por Ángelo que agitó su cabeza en afirmación.
—Dinos como es que tú mantienes tus recuerdos. —Agregó Warawisa con una combinación de preocupación y enojo, pues su corazón intuía que había olvidado algo importante.
—Como dije antes, a mí me purgaron ese efecto hace algunos años y quien lo hizo fue el líder de [Runta Cad]. Ese día Aranavia y yo discutíamos sobre cómo era que nos conocíamos, ambos sabíamos que éramos cuñados pero ella no recordaba a su hermana y yo no recordaba a una esposa y por ello comenzamos a sufrir daños mentales mientras más pensábamos en eso. Fue entonces que un sujeto nos apartó de la taberna donde estábamos, usó una habilidad extraña en nosotros y los recuerdos atravesaron nuestras mentes como flechas a un saco de plumas. Recordamos entonces que mi esposa vino a trabajar a Equidna por falta de dinero, yo había descuidado nuestro hogar para darme una vida de libertinaje y fui el causante de que ella sea un sacrificio a Durgea. Fue por eso que me uní a [Runta Cad], para a revelarle al mundo lo que sucede en este lugar. Hice cosas deplorables de las cuales no me arrepiento y sin importar como voy a salir de aquí con la verdad. —Aegar iba a irse por una bifurcación a la derecha, pero fue detenido por Tamir que le indicó que el camino correcto era a la izquierda.
—¿Esa chica de pelo morado era tu cuñada? Lamento lo que le pasó… —Dijo Hotai con un tono triste, desde su punto de vista recodó ver como Aegar no pudo subirla del barranco donde colgaba y tras unos segundos Aegar se sorprendió por lo que dijo Hotai.
—E-Espera… ¿La-La recuerdas? ¿Recuerdas a Aranavia? ¿A-Alguien más la recuerda? —solo cuatro de los presentes la habían visto y otros pocos recordaban conocerla—. Puede que esté viva ¿Aunque sabe Regis por cuánto tiempo más? —Recordar como dejó caer a su cuñada puso nervioso a Aegar.
—¡Esperen! —olfateando el ambiente—. ¡Hu-Huelo sa-sangre! —Exclamó Hotai con notoria preocupación.
—También lo siento… Es muy penetrante. —Agregó Yukiko tapándose la nariz.
—¿Qué mierda? ¿Por qué también lo siento? ¡Ag! —haciendo gestos de arcadas—. ¡Carajo que peste! —Tamir estaba muy afectado por ello, llegó incluso a taparse la nariz con el antebrazo y lagrimeaba a causa del asco que sentía.
«Holee, diles que el mapa no marca enemigos en esa enorme caverna a la que nos dirigimos —girando el mapa de forma lateral—. De altura es más grande de lo que pensé», dijo Axel calculando que según la escala esa caverna tenía algo de 1 kilómetro de alto.
—No hay enemigos al frente pero igualmente no bajemos la guardia… ¿Alguien más tiene un mal presentimiento? —Preguntó Holee y solo los hubeast presentes le afirmaron con la cabeza. Tamir estaba tan asqueado tuvo que ser ayudado a caminar por Aegar.
Con Axel ya recuperado, fue él quien avanzó primero para confirmar que tan segura era esa caverna, cuando dio el primer paso dentro, sintió el túnel donde estaban desmoronándose y esto los obligó a correr dentro para escapar del desplome de las rocas. Tamir estaba muy enfermo, su sentido del olfato se había agudizado por alguna extraña razón, al no estar acostumbrado la esencia del ambiente lo enfermaba, por ello terminó vomitando y Amaku fue también a ayudarlo a caminar.
Todos gritaron de horror al ver que la caverna se iluminó, miraron con asco absoluto lo que forraba las paredes y varios vomitaron al instante de que sus vistas se aclararon. Todas las paredes de esa caverna estaban repletas de mujeres de diversas razas, sus cuerpos yacían dentro de huecos que las separaban unas de otras, donde diversos tentáculos las tenían aferradas a las paredes, sus cabezas estaban derretidas solo dejándoles un grueso tentáculos que les bombeaba algún líquido, sus vientres estaban hinchados con notorios rasgos de estar preñadas y sus extremidades atrofiadas daban leves espasmos mientras dejaban caer huevos carnosos de sus genitales. La primera fila que bordeaba la caverna tenia siquiera a 80 mujeres, la vista se perdía varios metros arriba donde la oscuridad se tragaba todo y cada ronda de esas desdichadas variaba entre 5 a 8 más.
Las chicas presentes estaban perturbadas, podían escuchar los grotescos gemidos agónicos de esas mujeres y verlas constantemente «parir» esas masas carnosas las dejó temblando. Las piernas de Hotai, Warawisa y Amaku cedieron al terror, desplomándose con una expresión de absoluto terror y cada una se imaginó en esa hórrida situación. Holee miró todo con una expresión vacía por el impacto emocional, sintió una mano en su hombro que la hizo rezagarse temerosa y cuando notó que era Axel quien la tocaba, buscó consuelo entre sus brazos. Yukiko que aún estaba siendo cargada por Ángelo se abrazó fuertemente a este, sintió gotas caer en su rostro y vio que este gran muchacho estaba llorando de pena por ellas. Sylchel que estaba en los brazos del pangolín Vaulug, cerró los ojos con fuerza e intentaba con toda su voluntad no escuchar esos tétricos gemidos de agonía.
—¡Me entienden ahora! ¡No podemos seguir permitiendo que esto ocurra! — levantando su mano para llamar más [Orbes de Vigilancia]—. Vayan hasta lo más alto y graben todo lo que sucede. —A su orden los orbes comenzaron a ascender pero uno de estos fue golpeado por una estaca metálica y cayó destrozado al suelo.
—Así que tú mandaste esas cosas a rondar por mi territorio. —El grupo de Axel reconoció esa voz, se esforzaron por reponerse de terror psicológico y se pusieron en guardia para lo que venía.
—¿Un espíritu de tierra? ¿Qué está haciendo aquí? —Preguntó Sylchel extrañada por cómo reaccionó el otro grupo.
—¡No es un espíritu de tierra! ¡Es una de las manifestaciones de Durgea de las que les dijimos! —Exclamó Amaku poniéndose al resguardo cerca de Ángelo, este había dejado a Yukiko en el suelo para tomar sus hachas.
—Sea lo que sea, vamos a expulsarla de aquí. —Warawisa conjuró [Fuego Amatista] en su mano derecha y lo lanzó contra esa copia de la Diosa.
—No sean ridículos —levantando un muro roca para bloquear el [Fuego Amatista]—. Saben mejor que nadie que cualquier cosa que intenten es inútil. —Con un gesto de su mano, Durgea levantó estacas metálicas del suelo a solo unos centímetros de los presentes y tal sorpresivo ataque los hizo caer al suelo.
Las alas de Holee se expandieron levantándola al instante, sus ojos fueron cubiertos por membranas similares a panales que la dotaron de una [Visión Compuesta] y con tan alta sensibilidad visual le fue fácil esquivar las estacas metálicas que fueron disparadas del suelo. Al cubrir sus manos con exoesqueleto negro, las volvió duros puños capaces de repeler a punta de golpes las estacas y estando sobre Durgea disparó de su abdomen aguijones que sobrepasaron el muro de tierra que la Diosa irguió.
«No puedo tenerle miedo por siempre, sé que ella es algo que no podemos derrotar ¡Pero me niego a quedarme tranquila ante su acoso!», Holee descendió en picada golpeando fuertemente el suelo con sus patas de insecto, hizo su brazo izquierdo hacia atrás para transformarlo en el cuerpo de un ciempiés y lo lanzó contra la Diosa para sujetarla del hombro derecho con las *forcípulas.
* Forcípulas: Sistema inoculador del veneno de algunos quilópodos, como las escolopendras.
—¿Cuándo te llenaste de tanto valor, mocosa? —Durgea estaba levantando su brazo izquierdo pero repentinamente una [Alabarda Espiritual] destrozó esa extremidad.
—Si de verdad eres Durgea, tengo cuentas que arreglar contigo. —Aegar estaba cargando nuevamente su ataque.
—Ni siquiera me importa quién eres. —El brazo de tierra de la Diosa se reformó y comenzaron a crecer estacas metálicas del suelo hacia todos los presentes.
Holee replegó el brazo con el que sujetaba a la Diosa, se lanzó hacia ella transformando su brazo libre en cuchillas de mantis y las clavó en la espalda de Durgea para hacerla desviar su ataque.
—Sé que no puedes matarnos y que nos defendamos es una broma para ti ¡Pero no vamos a doblegarnos! —Holee movió a Durgea frente a ella.
Por su parte, Axel había esquivado las estacas que se levantaron para inmovilizarlo, transformó su cuerpo en el de la serpiente phurukatari y reptó de forma ondulante evadiendo las estacas que salían. Cambio su forma a la de puma de las tinieblas, para usar esas fuertes patas e impulsarse con agilidad sobre el primer muro que creó Durgea.
«Es buen momento para probar esta habilidad especial ¡Aléjate Holee! [Sumisión absoluta]», Axel volvió a su forma de demonio, dudó unos segundos esperando a que Holee se apartara para no darle con la habilidad de la cual desconoce sus efectos, cuando su pactante lo hizo, el pecho del muchacho se abrió de la misma forma que como pasaba con Toño y varios tentáculos atraparon a la copia de Durgea para meterla en su interior.
—Es igual a lo que hacia ese espectro. —Mencionó Aegar parándose tras reponerse del ataque que lo tumbó al suelo.
—¿A cu-cual espectro te refieres? —Preguntó desconcertada Warawisa.
—Mierda, esa maldición que borra la memoria está actuando más rápido y eso que parecías tener cierta historia con él… uhm, mejor déjalo así, Warawisa. —Aegar se puso alerta junto a los demás, cuando repentinamente vieron salir a mitad de la caverna, a una masa carnosa donde estaba atrapada la copia de Durgea y parecía tener una expresión desanimada.
—Esto es humillante, no creí que pudieras usarla sin la capacidad de conjurar que te quite —la maza carnosa que la aprisionaba comenzó a ascender buscando un espacio en las paredes donde acoplarla—. Ya déjame, este cuerpo nunca podrá ser fecundado. —Esa copia de Durgea se desmoronó causando que la maza carnosa explotara soltando sangre a los alrededores.
—¡A-Axel, cuidado! —Advirtió Tamir aun afectado por el hedor a sangre que abarrotaba su nariz.
—¡Reaccionas muy tarde, mocoso! —Una nueva Durgea se formó del suelo y golpeó a Axel en el abdomen, al instante una luz rosada salió del pecho del demonio causando que la boca que se le abrió se cerrara abruptamente y la fuerza del impulso lo hizo volar unos metros a un costado donde terminó rodando.
—Trató al demonio como si fuera un trapo… Es imposible que puedan hacer algo contra ella. —Mencionó Sylchel mirando lo sucedido.
—Los felicito por tener la convicción de atacarme, será divertido verlos pelear contra el último supervisor de Equidna… Sigo decepcionada por este patético demonio —teniendo la luz que extrajo de Axel en su mano—. Pensaba dejarte la habilidad que tomaste de mi supervisor, pero aun te preocupas por otros cuando debes verlos como herramientas para tu supervivencia y por ello no mereces este regalo. —Aquella luz rosada entró en la palma de Durgea.
—¡Déjate de tonterías y respóndeme! ¿Por qué deben morir tantos inocentes? ¿Cuál es el significado de estas masacres? —Gritó Aegar plantándole cara a la Diosa, esta lo vio de pies a cabeza usando su habilidad de [Analizar Dx] y pudo ver la historia de este hombre.
—Ja,Ja,Ja ya veo, ya veo… Así que por eso estas aquí ¿Para vengar a la esposa que abandonaste? Ja,Ja,Ja que gracioso eres. Estas muertes son por el bien del mundo, lo nutren y lo curan del daño que ustedes le causan. Y bueno, también son una forma de entretenimiento para mí. —Respondió Durgea con un tono burlón que hizo enfadar más a Aegar.
—¿Te parece que esto es por el bien mundo? ¿Cómo puede «esto» nutrirlo y curarlo? —Quien intervino era Warawisa, ella se refería a todas las mujeres mutiladas que estaban en las paredes de la caverna.
—Ellas tienen una función especial, son fecundadas continuamente para parir a los monstruos que llenan las mazmorras, casi todas esas bestias no tienen más inteligencia que solo atacar y unas pocas son seres consientes ¿De dónde creen que salen esos monstruos? Los aventureros se encargan de cazarlos, vender sus cadáveres, crear objetos con sus restos y alimentarse de otros… Se podría decir que ustedes son la razón de que este sitio exista. —Al escuchar a la Diosa todos se quedaron mudos, pues nunca pensaron en el origen de los monstruos que habitan las mazmorras.
—N-No puedo creer algo tan descabellado… —Amaku cayó rendida recordando las veces que fue obligada a adentrarse en las mazmorras de su ciudadela en la selva y como la existencia de los monstruos ahí adentro parecía nunca acabarse.
—Por cierto, si van por ese túnel encontraran los equipamientos de aquellos que murieron en este festival y créanme que les van a servir contra lo que les espera. Quiero divertirme viéndolos luchar por sus vidas y sería muy aburrido que mueran rápidamente. Tomen todas las que puedan y úsenlas sabiamente. —Tras señalarles el túnel que mencionó, esa copia de Durgea se desplomó dándoles una sínica sonrisa.
Sin más asuntos que tener en esa abominable caverna, los jóvenes decidieron dejarla e intentar borrar de sus mentes los horridos alaridos que podían escuchar. El grupo de Aegar estaba desconfiado en creer las palabras de esa Diosa sobre las armas, sin embargo, Tamir les dijo que a pesar de ser una «perra sádica», no era un mentirosa y tras unos minutos llegaron a una amplia recamara dentro del túnel indicado. Esta recamara media unos 30 metros, en el suelo estaban dispersas varias armas y armaduras en estado regular pero con restos de carne, solo tenían que buscar entre las pilas de equipamientos aquellos que pudieran usar. Cuando vieron más detalladamente esa recamara, notaron un túnel angosto que según el mapa de los compañeros de Axel, llevaba a un callejón sin salida y tras discutirlo solo cuatro decidieron aventurarse a ese lugar.
Quienes fueron eran Holee, Hotai, Axel y Vaulug, les tomó unos minutos llegar al final de ese angosto túnel, que tenía un riachuelo pequeño de agua cristalina al costado, al final notaron una tenue iluminación celeste que desprendía un ambiente apacible y por el cual los hubeast presentes no sintieron peligro alguno. Cuando salieron del túnel se llevaron una gran sorpresa, aquel paraje rocoso había cambiado a uno lleno de bonitas flores fluorescentes de distintos colores, el suelo estaba hecho de diversos cristales azules formando figuras redondas y estos detalles adornaban ese callejón sin salida dando una sensación de paz.
Al frente se encontraron con un cristal enorme, en cuyo interior tenía una silueta de al menos 150 cm, los cuatro muchachos se acercaron para apreciarlo mejor, vieron que dentro se encontraba el cuerpo de una niña de piel pálida con tonos plomizos, su cabellera carmesí brillante parecía ondear a pesar de estar congelada en el tiempo dentro del cristal, ella aparentaba una edad de 14 años, su ropa era una capucha color arena maltratada, ropajes ligeros que la protegían pero manchados de sangre cerca del pecho, donde en el corazón tenía una herida profunda de apuñalamiento que la atravesaba, pero era tapada por una rosa azul. Lo que más desconcertó a los presentes, era el hecho en lo tan parecía que esa niña era a Holee, las miradas iban a la muchacha, para luego regresar con esa niña y comparar cuantos rasgos eran iguales. La más sorprendida era Holee, esa niña era casi su viva imagen a esa edad, lo único que las diferenciaba era la brillante cabellera y ese pálido color de piel.
—¿La conoces? —Preguntó Vaulug intrigado pero solo vio a Holee negarle con la cabeza.
—No, recordaría a alguien que es casi mi doble ¿Quién es ella y porque está aquí? ¿Axel, puedes usar tu habilidad para averiguar algo? —Holee estaba absorta mirando a la niña en el cristal, jaló de la manga a su compañero para que respondiera, pero cuando no lo oyó reaccionar volteó a verlo y notó con asombro que Axel tenia lagrimas rojas cayendo por sus mejillas.
—¿Qué le sucede a tu amigo? —dándole un leve empujón con su dedo—. ¿Es-Es cosa de demonios? —Hotai estaba asustada viendo la mirada perdida del demonio.
Axel parecía estar en trance, caminó de forma mecánica hacia un montículo de piedras superpuestas, donde al sacar tres lo derrumbó para descubrir un hueco donde estaba escondida una caja y al sacarla de ahí para abrirla encontró adentro un par de dagas óseas.
«¿Qu-Qué me pasó? —viendo las dagas en su mano—. Estas dagas… Su tacto se siente tan familiar —unas de sus lágrimas cayeron sobre las dagas—. ¿Por qué mierda estoy llorando sangre?», el comportamiento de Axel asustó a sus acompañantes.
—De la nada parecías ido, Axel. Creo que lo mejor será irnos de aquí… Pero antes usa tu habilidad de análisis en ella, no quiero quedarme con la duda de saber quién era esta niña. —Insistió Holee.
Nombre: Risana Nepai
Raza: Espectro
Edad: 35 años
Grado: I
Nivel: 30
Clase: [Combatiente]/*********
Afinidad Elemental: Oscuridad
Trabajo: [Esclava]
Título: [Ofrenda a Durgea] [Recuerdos culposos] [Hija del pecado]
Valor como esclavo: 0 monedas de oro
Dificultad de captura: Nulo
Estado: [Fallecida] [Ataúd de cristal] [Tiempo detenido]
«Su nombre era Risana Nepai, fue una espectro de 30 años y según esto era una esclava… ¿Quién pudo hacerle una tumba aquí?», Axel miraba con cierto cariño a esa niña y al darse cuenta de ello agitó su cabeza para espabilarse de esos sentimientos inexplicables.
—Eso no me dice nada, nunca he conocido algún espectro y dudo que mi familia tenga parentesco con ellos. —Mencionó Holee viendo como Axel tomaba las dagas.
—No creo que debas robar una tumba, si las dejaron ahí debió ser porque eran valiosas para ella y quien las puso podría molestarse. —Agregó de forma temerosa Hotai al dirigirse a Axel.
«No sé cómo explicarlo, pero siento que no debo dejar estas dagas aquí —poniendo sus manos en posición de rezo mientras cerraba sus ojos—. Lamento hacer esto, prometo que respetaré estas dagas y pediré disculpas si me encuentro con quien te dejó aquí», Axel miró apaciblemente a Hotai y bajó la cabeza disculpándose por lo que hizo.
—Los otros ya deben estar preparados, vamos antes de que todo vuelva a colapsar. —Vaulug caminó hacia la salida permitiendo que todos salgan.
Por otra parte, en la recamara donde estaban desperdigadas todas las armas y armaduras, el grupo que se quedó usó este espacio para descansar, tratar a los heridos y seleccionar las cosas que podrían serles útiles. Amaku y Warawisa evitaban hablar, la segunda se aisló pues no confiaba en nadie de ahí y Amaku fue a conversar con Tamir para ayudarle con las armas.
—Por lo que nos contaste, nunca van a llevarse bien ¿Verdad? —Habló Tamir mientras se ponía una hombrera izquierda color negro, era de placas puntiagudas que simulaban aletas y también se había puesto un peto metálico para reemplazar el anterior que estaba arruinado.
—Tampoco es que quiera hacerme su amiga, será por la maldición de Durgea que afecta nuestra mente, pero solo la recuerdo a ella maltratándome desde que salimos de nuestra tribu y eso solo me genera más rencor contra Warawisa. —Al ver que Tamir tenía problemas para ponerse la hombrera, Amaku lo ayudó a acomodársela y ajustarse las correas al peto metálico que recogió.
—Intenta que sus problemas no nos afecte como grupo. Reconozco esa mirada que tiene, es de alguien que lo ha perdido todo y podría llevarnos al desastre si intenta algo estúpido. —Tamir encontró una hombrera derecha con adornos de pelaje, al levantarla se dio con la sorpresa de que aún estaba unida a un hombro y la sacudió un poco tras liberarla del trozo de carne.
—Me sorprende verte en mejor estado ¿Qué te pasó antes? Parecías muy enfermo y no solo por lo que vimos en esa caverna. —Preguntó Amaku algo preocupada.
—No quería mencionarlo por no hacer sentir culpable a Axel… Pero desde que me puse su brazo me he sentido raro, mi olfato esta alterado, me duelen los dientes, tengo cierto ardor en las extremidades, los ojos me fastidian, también siento que me explota la cabeza y la espada baja… —Tamir lo decía con cierta agitación que sorprendió a Amaku, le pareció increíble todo lo que estuvo soportando en silencio.
—Ahora que me doy cuenta ¿Tu cabello acaba de crecer? Recuerdo que antes de llegar aquí estabas rapado al ras y ahora tienes la cabellera corta casi llegando a tus orejas. —Amaku se quedó pensativa en ello, no podía dar con el momento donde ese cambio tuvo lugar en Tamir.
—¿De que estas hablando? Me afeite el día antes de la fiesta para poder ligar… —pasando sus dedos entre su cabellera—. ¿Qué carajo? ¡Mierda! ¿Alguien notó cuando me creció el pelo? —aquellos que lo escucharon negaron con la cabeza, solo Ángelo asintió animado—. ¿Pa-Pasó después de que Axel me dio su brazo? —Ángelo asintió nuevamente—. Amaku ¿Crees que la sangre de demonio este afectando mi cuerpo? —El angustiado muchacho miró el brazo que le trasplantaron, sus dedos aún tenían leves espasmos y la amazona a su lado le puso unas pieles encima para cubrirlo.
—Es posible, nunca he escuchado de alguien que se ponga partes ajenas en su cuerpo y tal vez mas efectos se verán progresivamente. He notado que aún no puedes sujetar bien con este brazo, lo mejor será darle soporte para mantenerlo cálido y que la sangre fluya correctamente. Avísame si está muy apretado. —Amaku envolvió el brazo oscuro de Tamir con las pieles y lo aseguró con una soga de manera que no le cause inconvenientes al moverlo.
—Al menos con estos equipos estaremos mejor preparados para lo que viene —tomando una armadura de cuero curtido—. ¡Ángelo, esta pechera es de tu tamaño! —moviendo un par de hachas gemelas de tamaño mediano—. Encontré estas armas también, ya debes estar cerca de evolucionar a un [Hachero Dual] y mejor tener todo listo para ese momento. —Tamir separó las cosas que encontró para Ángelo en un montón aparte.
—[…] —Ángelo dejó segura a Yukiko contra una pared, luego fue por los equipo que Tamir le encontró y le ayudaron a colocarse los que le quedaban.
—Yo encontré una espada similar a la que tenía Yukiko, pero no es tan larga como la que usaba… Fue terrible que se perdiera cuando te calcinaron. —Mencionó Amaku llevando una katana a la hubeast.
—Gracias, Amaku-san… Pero no es un arma adecuada para mí, la Odachi que usaba estaba imbuida con magia especial para canalizar mi mana, ya que aún no puedo generar hielo correctamente sin las armas requeridas… ¡Pero aun puedo usarla para defenderme, así que me será muy útil! —Yukiko parecía triste por considerarse un lastre y se animó para no hacer sentir mal a Amaku que quería ayudarla.
—Al menos puedes usar estas ropas, tienen algo de sangre pero es mejor que solo cubrirte con esa capa que Axel te prestó. —Tamir indicó a Amaku que le llevara esos ropajes que encontraron y después de que los chicos apartaran la mirada comenzó a vestirse.
—¿Qué raro? Estaba avergonzada por ensuciar con mi sangre la capa de Axel-san, pero no veo ni una sola gota… —Yukiko se quedó inspeccionando la capa.
A los pocos segundos escucharon pasos venir por el túnel donde fueron Axel y compañía, el primero en entrar fue el hubeast Vaulug, quien parecía alegre por algún motivo y buscó con su mirada hasta encontrar a una agobiada Sylchel que descansaba apoyada en un muro.
—Ahí estas, Sylchel. Encontramos un pequeño rio aquí adentro, si mojamos tu cuerpo con esa agua te sentirás mejor y recobraras algo de tu salud. —Vaulug se acercó a la sirena con los brazos extendidos como señal de que iba a cargarla, sin embargo, ella levantó su mano para que se detenga.
—Agradezco el empeño que pusiste para ayudarme, Vaulug… Pero esa agua no le hará bien a mi cuerpo —notando desconcertado al pangolín—. Soy una criatura de mar, el agua de este sitio está cargada de minerales que me envenenarían… Solo puedo beberla para calmar mi sed, mas no usarla para restablecerme… Lo que necesito es llegar al mar y vestir la piel que deje escondida. —Explicó la sirena tosiendo agónicamente y respiraba con esfuerzo intentando calmarse.
—Axel tenía sospecha de que eso pasaría por que obtuvo información de esa agua —Holee había transformado su brazo izquierdo en un caparazón cóncavo y ahí traiga el agua que recogió—. Hay suficiente para todos, debemos estar en las mejores condiciones para nuestra última pelea. —Dijo Holee quedándose quieta para recibir a quienes tomarían el agua que trajo.
—Aquí tengo unos vasos guardados [Caja dimensional] —Aegar puso su palma a un costado y se formó frente a él un portal oscuro donde metió su mano y sacó seis vasos de madera.
—No sabía que tenías una [Caja dimensional], esa habilidad es muy rara y conveniente para poder llevar cosas ahí adentro. —Agregó Tamir recibiendo un vaso de Aegar.
—Solo guarda objetos inertes, más no comida o cosas vivas. Generalmente no la muestro porque hay gente que intentaría usarme para crímenes, pero viendo nuestra situación ya no me importa tanto. —El portal de Aegar se cerró y Axel se quedó viendo sutilmente a este hombre.
Con los preparativos listos, ya era tiempo de partir. Todos habían recogido partes de armaduras para protegerse, Warawisa tenía protecciones de cuero y un nuevo escudo para reemplazar el que perdió, Yukiko estaba vestida con ropajes ligeros tal vez usados por un mago y portaba la katana para defenderse, Hotai solo cubrió sus piernas con armaduras metálicas y rodilleras puntiagudas que podrían ayudarle, Sylchel no podía empuñar nada por la condición de su cuerpo y mucho menos llevar armaduras que serían peso muerto para ella, por ultimo Holee se negó a llevar armaduras pues se había acostumbrado a su exoesqueleto.
Por el cuerpo de Vaulug le era imposible llevar armaduras, Aegar reemplazó muchas de sus protecciones y se llevó algunas armas dentro de su [Caja dimensional], Ángelo se puso una pechera de cuero duro y protecciones similares para sus extremidades, Tamir encontró muchas partes que le quedaban por su tamaño estándar y reemplazó su magullada espada por una mejor, ciertamente ahora lucia muy pintoresco, Axel tampoco tomó armadura alguna y se limitó a llevar las armas que recogió antes.
El camino que siguieron los llevaba cuesta arriba, lo tomaron como una señal de que se dirigían a la superficie, cuando el grupo de Axel revisó sus mapas se dieron cuenta que delante de ellos estaba una amplia caverna y un túnel pequeño a un callejón sin salida. Tal peculiaridad les causó desconfianza, pero Aegar sugirió que tal vez ahí se encontraba un portal y este los podría llevar a la salida si es que Durgea les dijo la verdad.
Ya estando a unos 20 metros de la caverna, el túnel comenzó a temblar angustiándolos, entendieron que la Diosa no quería darles la oportunidad de ser cautelosos y los estaba presionando para que entraran. Ángelo y Vaulug cargaron a Yukiko y Sylchel respectivamente, al ver la iluminación azul al frente comenzaron a sentirse preocupados sobre cuál sería la amenaza que ahora deberían enfrentar y al salir completamente del túnel se encontraron un extraño sitio. Esta cueva era como una cúpula de 300 metros de diámetro, unos 30 metros de alto, las paredes superiores estaban repletas de huecos del tamaño de un niño, en el centro del techo había un gran cristal azul que iluminaba el lugar y cuando sus ojos se fueron acostumbrando notaron una pequeña silueta esperándolos al medio del escenario.
No sabían a que se enfrentaban, así que dejar a los heridos atrás no era opción por que podrían ser tomados como presas fáciles, Aegar y Tamir ordenaron a quienes los cargaban que se ocuparan de cuidarlos y serian asistidos por Hotai. La nueva formación tenia a Axel al frente por ser quien mejor podía resistir los ataques, Tamir y Aegar para analizar como comenzar un contraataque, Holee encargada de ser la primera línea defensiva, Amaku y Warawisa se ocuparían del fuego de cobertura y de potenciarlos con sus hechizos de ser necesarios.
Cuando avanzaron vieron mejor a quien los esperaba, se trataba de un humanoide pequeño, vestía una armadura plomo oscuro con adornos amarillos, un casco simple que dejaba espacio para que sus arrugadas orejas puntiagudas salieran, su blanca barba alborotada salía por debajo del casco, donde se confundía con su pálida cabellera ondulada, la mirada de sus ojos plateados era penetrante y causó un ambiente de tensión abrumadora cuando los muchachos entraron en su rango. Este ser movía sus dedos tétricamente, mientras chocaba sus garras contra el metal que protegía sus canillas y giró su cabeza soltando una pequeña sonrisa.
—Je,Je,Je Me alegra ver que los cuatro llegaran a salvo, tenía altas expectativas en ustedes desde que los vi. —La voz de este ser sonaba profunda, sin embargo, algunos de los presentes lo reconocieron.
—¿Ho-Horos? Imposible eras humano ¿Qu-Qué significa esa apariencia? —Increpó Tamir incrédulo de lo que oía.
—Holee y Axel también parecían humanos, no te sorprendas porque oculté mi verdadera naturaleza —mirando su propia palma mientras cierra su mano repetidamente—. Esta forma solo la muestro ante mi gente. La piel humana que conocieron, solo es el cascaron vacío de alguien a quien le tuve aprecio. —Horos volvió a chocar sus garras negras contra el metal de su armadura.
—A-Axel… Tengo un mal presentimiento ¿Puedes saber algo de él? —Preguntó Tamir mientras indicaba a sus compañeros cerrar su formación, pues ciertas palabras que Horos dijo le pusieron alertar «ante mi gente».
«Juro que usaré [Analizar superior] con cada persona que me encuentre», pensó Axel activando su habilidad.
Nombre: Horos
Edad: 98 años
Raza: (Hibrido) Muki/Humano
Grado: II
Nivel: 69
Clase: [Geomancer] / [Forjador de Dolor]
Afinidad Elemental: Tierra
Trabajo: Supervisor general
Título: [Supervisor de Durgea] [Descendiente del polvo] [Rey de los mukis] [Heredero de la roca] [Campeón terrenal] [Bendito por la tierra] [Amante de las plumas]
Valor como esclavo: Indeterminado
Dificultad de captura: Alto
Estado: [Forma Verdadera] [Cantar Terrenal] [Bendición de Durgea]
«Holee, diles que es un hibrido de muki/humano… Si recuerdo bien, esas cosas son la variante más agresiva de los Chinchilicos e incluso peores que los anchanchos », exclamó Axel para advertir a su pactante y sus ojos podían percibir cierta aura brotando del supervisor a borbotones.
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«Al mirarlo, siento algo diferente al terror… Es como si su sola presencia me alertara de que todo está mal», pensó Axel sintiendo un nudo en la garganta.
—¡Axel dice que es un hibrido de muki/humano! —volteando hacia la amazona del látigo—. Warawisa, me dijeron que aprendiste como pelear contra esos seres. —Con la naturaleza de Horos descubierta, todos se acercaron a la [Bruja Amazona] y ante esto Horos no parecía preocupado.
—No quería volver a encontrarme con esas cosas… ¡Escuchen! Los Mukis son espíritus de tierra que no existen en el plano físico, maldicen a sus víctimas con hipnosis o posesión para arrastrarlas a su plano de donde no hay escape —levantando el brazo donde tiene su escudo, este se iluminó con tonos morados y fue golpeado contra el suelo donde se creó un círculo mágico—. [Penetración Oscura]. No permitan que los toque o entrara en sus cuerpos… Tardaré en conjurar un hechizo que nos proteja contra la posesión, tienen que cuidarme hasta entonces. —Warawisa comenzó a dibujar un pentagrama mientras recitaba un cantico.
—Que divertido, llegaron con un buen elemento en su equipo y todo lo que dijo es cierto… Pero hay cosas para las cuales nunca estarán preparados —parándose mientras la tierra a su alrededor crucial—. ¡Ven a mí, P’akiraña Nuna! —el cristal en el techo fue roto causando un estridente sonido, los fragmentos descendían dispersándose por el entorno y junto a ellos cayó un martillo cuyo tamaño superaba al de Horos, este tenía una preciosa gema engarzada en su cabeza y voló hacia las manos del supervisor—. ¡Revelen los verdaderos colores de sus almas! [Nodos Espirituales] —El martillo fue golpeado contra el suelo, los jóvenes presentes se pusieron a la defensiva ante una habilidad desconocida, lo último que vieron fue una luz roja abrumando su visión y sintieron cierto pinchazo en sus pechos.
Cuando la visión se les fue aclarando comenzaron a buscar a Horos, lo encontraron en el mismo sitio sosteniendo su enorme martillo sobre su hombro y riendo estrepitosamente mientras les señala con su garra que se vieran el pecho. Los muchachos bajaron su mirada con cautela, sorprendiéndose enormemente al ver un grueso hilo plomo uniéndolos con la persona que tenían más cerca, cuando intentaron tocarlo notaron que era intangible, todos levantaron sus miradas al escuchar los bestiales chillidos de seres asomándose de los huecos en la parte superior de las cavernas y se vieron observados por varios pequeños pares de ojos brillantes escondidos en esa oscuridad.
—Benditos sean aquellos que mueran en esta tierra, pues carne será el alimento que sostiene al mundo, su sangre la bebida que lo renueve y sus sentimientos el abono que lo fertilice… Bienvenidas sean las ofrendas en mi reino, es momento de juzgar sus almas. —Horos señaló con su martillo a los jóvenes mientras soltaba un gruñido bestial, al instante de los huecos comenzaron a salir decenas de enajenados mukis.
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