LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 51
Los cinco estaban a unos 20 metros de Horos, este giró hábilmente su martillo y lo puso sobre su hombro.
—¿Ya están listos para su prueba? —viendo sus miradas decididas—. ¡Así me gusta! ¡Vengan con todo! —Horos dio un fuerte pisotón y ocasionó que la caverna tiemble.
El hibrido se impulsó a gran velocidad, blandió su mano izquierda hacia adelante y del suelo se crearon dos brazos de tierra que dirigió hacia Aegar y Axel, ambos lograron esquivarlos pero estos brazos se volvieron muros que crecieron en altura y ocasionaron que Holee y Ángelo tuvieran que alejarse. Cerrado por los muros estaba Vaulug, este muchacho preveía el ataque de Horos, le disparó las placas duras se su cuerpo como dardos pero estos ataque fueron repelidos por el martillo del hibrido, cuando estuvo a 2 metro del hubeast levantó el suelo que pisaba para desestabilizarlo y al tenerlo mal parado le acertó un potente golpe con su martillo que mandó al hubeast volando hacia atrás. Horos bajó los dos enormes muros que levantó, con otro ademan comenzó a crear cinco muros con picos adelante del trayecto del hubeast que salió despedido y con cada choque terminó gravemente herido a pesar de su alta defensa. El daño comenzó a ser transferido a todos los vinculados, Holee comenzó a rezagarse por el dolor y se vio obligada a descender.
Aun en lo alto Holee le disparó varios aguijones desde su vientre, todos fueron repelidos cuando Horos giró su martillo como una hélice y con un fuerte pisotón hizo descender cascajo del techo para bajar a la muchacha dentro de su rango en tierra. Axel había transformado su cuerpo en el de serpiente phurukatari, gracias a la habilidad de vuelo silencioso de este monstruo pudo acercarse por aire sin ser detectado y arrojó una nube de veneno contra el supervisor. Horos iba a hundirse en la tierra para escapar de la nebulosa toxina, sin embargo, una [Alabarda Espiritual] impactó a sus pies rompiendo el suelo que pisaba, al verse arrinconado levantó una columna de tierra que lo rodeó totalmente y tomó rumbo al techo disipando el veneno.
Ángelo corrió blandiendo sus hachas para golpear a Horos, cuando la columna de tierra dejó el suelo, el muchacho notó una silueta escondida entre la nube de polvo que se formó y sin dudarlo la atacó con una danza violenta de sus hachas. Ángelo quedó sorprendido, lo que había golpeado era un señuelo hecho de tierra con la forma de Horos, este comenzó a hincharse dándole un mal presentimiento al gran muchacho y por ello retrocedió justo a tiempo para esconderse, pues ese señuelo explotó liberando púas de tierra a todas partes. Holee aún estaba volando esquivando el cascajo que caía del techo, si esas diminutas piedras dañaban sus alas la pondrían en un gran peligro y por su punto ciego algo estaba cayendo escondido entre el cascajo. Horos estaba oculto dentro de una piedra enorme a la cual Holee ignoró por ser fácil de esquivar, el supervisor se montó sobre la demonio aferrándose a ella con sus piernas, usó el mango de su martillo para ahorcarla mientras dirigía su caída hacia una zona con filosos picos de obsidiana y tenía planeado estrellarla ahí para dejarla incapacitada. El daño por ahogamiento fue repartido a todos, sentían como sus tráqueas eran aplastadas y esto los estaba inmovilizando.
Por tierra corría Axel en su forma de gorila gorberin, sujetó en aire a Holee y su agresor antes de que impactaran en tierra. El pequeño tamaño del supervisor le permitió escabullirse por el cuerpo del demonio, corrió por su peludo brazo sin problemas, luego con un potente salto aprovechó que estaba distraído sosteniendo a Holee y le acertó un golpe de su martillo en el rostro. Todos se sujetaron la cara por el dolor que sentían, aunque Holee estaba sufriendo en la mano de Axel, esta muchacha hizo un esfuerzo por transformar su brazo en un enorme ciempiés y con esas fuertes mandíbulas mordió a Horos en el lado derecho del vientre.
El supervisor fue afectado por la presión de las mandíbulas, su armadura se había abollado en esa zona y terminó enfureciéndose por tener el recuerdo de que esta pertenecía a alguien importante de su pasado. El hibrido iba a destrozar con su martillo el brazo de Holee, sin embargo, una [Alabarda Espiritual] le impactó de lleno en la espalda haciendo que sea liberado del agarre de la demonio y cayendo al suelo lo traspasó despareciendo de la vista de todos.
—Esto es una locura, esa mierda ataca de manera bestial. —Decía Holee mientras era puesta en tierra por Axel que regresaba a su forma de demonio.
«Holee, tenemos que usar el mapa para ubicarlo, no podemos dejar que nos tome por sorpresa. Informa a los demás de la posición de Horos», le dijo Axel a su pactante y al tocarse la cara se percató que tenía una herida abierta en la frente.
—En eso estoy —viendo el mapa—. ¡Mierda! ¡Aléjense del cristal y ocúltense! —Holee exclamó angustiada, pues el mapa marcaba la posición de Horos dentro del enorme cristal que iluminaba la caverna.
—¿Están haciendo trampa para ubicarme? Supongo que tendré que castigarlos severamente por ello. —La voz de Horos resonaba con eco por la caverna y repentinamente el cristal comenzó a brillar intensamente.
Por otra parte, en la zona de los heridos, Amaku usó casi todo su mana para crear un pequeño refugio hecho de tallos entramados y Warawisa por su parte había maldecido la zona para que no sean atacados por mukis desde el subsuelo. Yukiko estaba cerca de Tamir, este no paraba de gritar a causa del dolor que sentía, pues la piel de su espalda baja había comenzado a hincharse, su cabeza tenía protuberancias cerca de la coronilla y los brazos se le comenzaron a despellejar. Sylchel era atendida por una asustada Hotai, quien no sabía qué hacer para ayudar a esta sirena y cada vez se desesperaba más por los dolorosos alaridos que daba.
—¡Ah! N-No puedo más… Tengo que salir de aquí… —Sylchel estaba con un tono de piel plomizo denotando su mal estado, la pobre sirena agonizaba cada vez más por la falta de su elemento vital.
—A-Aguanta, Sylchel. Va-Vamos a lograrlo, no pierdas las esperanzas por favor. —Intentaba animarla Hotai tomándola de la mano pero la sirena convulsionaba.
—Estamos jodidos, la pelea del otro grupo es muy intensa y que sintamos el dolor que les ocasionan está mermando nuestra resistencia. Lo mejor sería darle una muerte piadosa a esa sirena. —Le dijo Warawisa con total frialdad, ella se sujetaba el rostro adolorida por el golpe que recibió Axel.
—¡No! ¡No voy… A morir… siendo un…! ¡Estorbo! Ho-Hotai, llévame a la pelea… Déjame usar lo último… D-De mi vida… Para ayudarlos. —Sylchel se arrastraba por el suelo hacia su compañera hubeast, la chica bovina solo la miraba con temor.
—¡No sean imprudentes! Ni siquiera sabemos qué pasará si morimos mientras estamos vinculados… Sylchel-san, por favor, piensa mejor las cosas. —Yukiko caminó hacia esas dos pero al ver el mal estado de la sirena comenzó a dudar de lo que dijo.
—Si se va a morir, siquiera que sirva de algo… Maldita sea, aunque sea a arrastras pero llévala a ese lugar para que no muera en vano. —Increpó Warawisa, las opiniones de estas dos estaban haciendo un lio en la cabeza de Hotai.
—Estoy de acuerdo con Warawisa —atrayendo la mirada de todos—. Ya es malo que seamos una carga para los que arriesgan su vida por nosotros y si Sylchel puede inclinar la balanza a nuestro favor, lo mejor sería tomar esa oportunidad. —Amaku estaba frustrada por sus propias palabras.
—Pe-Pero Sylchel, ella no… No quiero que ella mue… —sintiendo la fría mano de la sirena sobre el pelaje de su pierna—. Debe haber otra forma… Por favor… Pensemos en algo diferente. —Hotai comenzó a llorar mientras abrazaba a Sylchel.
—Llé-Llévame con ellos, Hotai… E-Eres la única que puede cargar-garme hasta ese lugar. —Sylchel se aferró con fuerza a la hubeast.
—Cumple su deseo, Hotai —lanzándole una daga—. Axel me dijo que perdiste toda tu fuerza física, no puedes cargar tu martillo pero al menos esto te defenderá en el camino… Disculpa por poner esta responsabilidad en tus hombros. —Amaku estaba molesta por esta decisión, obviamente no quería tomarla pero era lo único que podía hacer.
Hotai se limpió las lágrimas, intentó mantener la compostura, tras guardar la daga que Amaku le dio, luego cargó a Sylchel con toda la fuerza que le quedaba y se fue con ella hacia donde peleaban los demás.
—Oye, no te asustes ¿Quieres oír algo interesante? —El leve susurro de Durgea se hizo presente cerca de alguien de ese grupo.
Volviendo a la pelea de aquellos que luchan contra Horos, todos vieron al cristal de iluminación y el martillo del hibrido se quedó afuera dando vueltas alrededor. La silueta del supervisor era visible dentro del cristal, movió sus manos y a su orden del cristal fueron disparadas estacas de 30 cm hechas de este mineral. Las apuntaba hacia las ofrendas obligándolos a correr para intentar protegerse, Holee tuvo que cambiar sus brazos a unos perteneciente a un insecto excavador, rápidamente la muchacha hizo un hueco en tierra para ella y Axel. Por su parte, Ángelo y Aegar se ocultaron en zanjas dejadas por los ataques de Horos, podían sentir de cerca la fuerza con la cual estos trozos de cristal impactaban el suelo, incluso era tanta la potencia que llegaban a enterrarse casi en totalidad y poco a poco el entorno quedaba a oscuras.
—¿Está planeando dejarnos sin iluminación? Ya es difícil luchar contra él mientras se mueve por el subsuelo, si nos quita la visión quedamos totalmente aislados y seremos presas fáciles. —Holee seguía escarbando, gracias al mapa podía ver la localización de Ángelo y se dirigía hacia este para ayudarlo a escapar.
«Entonces no podemos permitir que nos separe, tenemos que encontrarnos con Ángelo y luego con Aegar para planear una ofensiva», le dijo Axel siguiendo a Holee mientras vigilaba la retaguardia.
Holee extrajo tierra con sus apéndices de insecto, vio algo blanco en la tierra que la desconcertó, entonces fue sorprendida por un muki le saltó encima al instante que retiró su brazos y para su buena suerte Axel la defendió atravesando la cabeza del agresor con la cuchilla ósea de brazo. Repentinamente un fuerte temblor sacudió el túnel que la muchacha escarbaba, todo comenzó a derrumbarse y se vieron obligados a salir a la superficie para evitar ser aplastados. Al salir se toparon con una desagradable sorpresa, el martillo de Horos estaba golpeando sitios que parecían al azar, generando enormes grietas que comenzaron a partir la caverna y apenas fueron divisados por el supervisor este les arrojó trozos de cristal.
«Sabía que esto iba a ser difícil pero hasta ahora parece imposible —viendo la silueta de Horos en el cristal—. No le costó nada dejar a uno de nosotros fuera de combate, a pesar de contar con dos demonios ninguno parece capaz de lograr algo… Debo encontrar otra manera de sobrevivir sin depender de ellos», pensaba Aegar escondiéndose más dentro de la zanja y notó que la iluminación había descendido más.
Dado un momento, del cristal ya solo quedaba un fragmento de 20% su tamaño original, la silueta de Horos abandonó el interior y en su trayecto hacia el suelo levantó su mano para llamar a su martillo. El arma voló inmediatamente a la orden de su dueño, al sostenerla con ambas manos dio un giro completo en el aire e intensificó la fuerza con la cual se precipitaba al piso y acertando un fuerte golpe en el terreno ocasionó que la tierra ondeara violentamente como olas embravecidas. Desde el punto de impacto unas nueve grietas comenzaron a formarse partiendo la caverna, del techo comenzaron a caer filosas estalactitas y del suelo se levantaron estalagmitas muy gruesas que se unieron como pilares al techo. Horos escuchó unos pasos correr por su espalda, dio un salto al frente levantando una estalagmita en el sitio donde estaba parado para detener a su atacante y al ver por un costado de su construcción comenzó a reír.
—Quería encontrarme contigo, Ángelo. Leí tu expediente y tengo información importante para ti. Puede cambiar tu vida rotundamente en dos extremos, te la daré si te rindes ante mí y levantas tus armas contra los otros —viéndolo sorprendido—. Te estoy ofreciendo ser el único sobreviviente y que tal vez reemplaces a los supervisores caídos. Todo depende de tu próxima acción, no seas tonto y preocúpate por ti mismo antes que por desconocidos. —Horos sujetó su martillo a un lado de su cuerpo y le extendió la mano como señal de que tomara esta oportunidad.
—[…] —Ángelo tenía una expresión de enfado y miró sobre su hombro para localizar a sus compañeros.
—Mi terremoto los ha alejado y al estar en tierra sabré su posición. No creo que se arriesguen a volar a ciegas con el peligro de un ataque y ninguno de ellos podrá ayudarte si tomas una mala decisión. Aunque… Solo uno abandonó su posición y me da curiosidad saber el motivo. —Horos se acercó a Ángelo pero se puso en guardia cuando el muchacho se le abalanzó con sus hachas.
—[…] —La expresión de Ángelo reflejaba su negativa a la propuesta de Horos y sobre todo la ira por habérsela hecho.
Ángelo blandió sus hachas en una danza con los filos cerca del suelo, esto para alejar a Horos de su elemento y obligarlo a saltar. Una vez lo tuvo arriba, creó un pequeño tornado bajo el supervisor para desestabilizarlo, luego lo tacleó con su hombro para alejarlo, giró con hachas a lado izquierdo y su golpe fue detenido por el mango del martillo de Horos.
—Alejarme de la tierra no te dará ventaja, Ángelo —sintiendo que retrocedía por la fuerza del muchacho—. ¿Qué? ¿E-Esto es? —Un fuerte tornado verde se generó desde los pies de Ángelo, Horos fue atrapado por este recibiendo varios cortes en su armadura y cuando acomodó su rostro para ver a Ángelo se llevó una gran sorpresa.
—[…] — Ángelo gritó fieramente mientras su cuerpo se tornaba de un tenue color rosado, se le dibujaban plumas blancas que cubrían su piel visible y parecían ondear mientras iban avanzando sobre su cuerpo. La cabellera de Ángelo se tensó erizándose un poco, sus ojos se tornaron de una azul muy brillante y en medio de esa oscuridad se les podía notar intensamente.
—¿Una bendición? ¿D-De quién es? —El tornado que inmovilizó a Horos se fue haciendo más delgado, esto disminuyó la prisión del supervisor causándole más daño y vio directamente a los brillantes ojos de Ángelo.
El muchacho gruñó con un tono ahogado mientras las plumas blancas en su cuerpo comenzaron a salir al exterior, una fuerte luz emanaba de su piel centrándose en sus manos y las hachas que sostiene fueron rodeadas por un aura azulada muy intensa.
El batir de unas alas se hizo presente, en el cielo estaban Holee y Axel en su forma de murciélago, gracias al radar de este último pudieron esquivar sin problemas las piedras que caían del techo y se quedaron perplejos al ver el intenso brillo que Ángelo emanaba.
—¿Qué es eso? ¿Qué le está pasando a Ángelo? —Holee estaba preocupada e iba a descender para asistirlo pero la voz de Axel la detuvo, este había usado [Analizar Superior] y gracias [Visión Demoniaca] podía ver un extraño evento llevándose a cabo.
>>Ángelo Deinsu – Nivel 77 – Requerimientos para obtener nueva clase al 100%.
>>El usuario está forzando su evolución sin haber terminado los niveles de grado.
>>Comenzando evolución a [Hachero Dual]… Bendición de [Leonia, Diosa de la pureza] detectada…
«¿U-Una Diosa lo bendijo? ¿Por qué no apareció esta información cuando lo analicé antes? No le está pasando nada malo pero entre los tres podemos terminar esto», el fuerte viento que salía de Ángelo llegó a desestabilizar el vuelo de ambos y los obligó a buscar donde poder aterrizar.
La [Visión Demoniaca] de Axel podía ver una figura humanoide hecha de energía apareciendo en la espalda de Ángelo, esta se le acercaba apaciblemente para abrazarlo con cariño, al instante que esa entidad lo tocó un emblema blanco se formó bajo el muchacho, se materializaron de la nada unos seis pares de alas blancas que se abrieron alrededor de Ángelo, la cantidad de energía formada en sus hachas explotó iluminando la caverna y solo una pequeña sombra se movió con rapidez entre los las estalagmitas que creó Horos.
«¿Entonces así será? ¡Vamos, Ángelo. Mátame y quita de mi mente la incertidumbre de mi existencia!», pensaba Horos, a pesar de su precaria situación, solo podía sonreír con anhelo al esperar que Ángelo lo ataque.
Ángelo iba a bajar sus hachas para partir a Horos con ellas, sin embargo, algo lo empujó por la espalda, él vomito un delgado hilo de sangre y cuando bajó sus ojos notó que tenía una espada conocida atravesando su pecho. Las alas que rodeaban a Ángelo explotaron soltando sus plumas, las cuales lentamente se hicieron ceniza al igual que las que se movían por su piel, la entidad que Axel vio acompañando a Ángelo se desvaneció, cuando el gran muchacho se arrodilló por el dolor, pudo verse tras él una silueta que sostenía la espada de Tamir y quien la empuñaba era Warawisa.
—¡Axel! ¡Esto… Esto por Tintaya! —Gritó con furia la amazona mientras levantaba su vista hacia el perplejo demonio y retiró aquella espada robada causando un severo desangre en Ángelo.
—Asqueroso. —Horos estaba libre de la prisión de viento con la cual lo encerraron, señaló a la amazona con su dedo creando una mano de tierra que la aprisionó y la arrastró en línea recta hacia un lugar desconocido.
Holee y Axel se quedaron en shock por lo ocurrido, ambos bajaron en picada con rumbos diferentes, Holee persiguiendo la mano de tierra que se llevaba a Warawisa y Axel descendió con dirección a Ángelo para protegerlo de Horos. El demonio cayó con fuerza al suelo, su cuerpo cambió al de gorila gorberin y con un puñetazo que falló alejó al supervisor.
—Tercera regla, si uno de los afectados por [Nodos Espirituales] hiere mortalmente o mata a otro vinculado, queda exento de mi prueba y es libre de irse. —La voz del supervisor resonó en la caverna con un tono melancólico y al escucharla todos pensaron que una tragedia había tenido lugar.
«¡Callate! No pienso hacer eso, no voy a matar a mis propios amigos para satisfacer a esa Diosa de mierda», Axel tomó a Ángelo con cuidado entre esas enormes palmas, comenzó a correr para alejarse de Horos que tenía una expresión de decepción y el supervisor solo mandó su martillo a golpear el techo para ocasionar que cayeran estalactitas continuamente.
Minutos antes de que Ángelo fuera herido, Hotai estaba corriendo con Sylchel en brazos, estando tan debilitada algo que hubiera sido fácil antes le estaba costando demasiado y cuando se vio jadeando por esfuerzo notó que su musculatura había decrecido. Fue en ese instante que vio a Horos salir del cristal, lo miró girando en su trayecto para ganar impulso en el golpe que iba a dar y presintiendo el peligro la joven hubeast se puso a cubierto junto a Sylchel. Cuando se llevó a cabo el golpe que fracturó la caverna en varias partes, Hotai se quedó aferrada a una piedra intentando proteger a su compañera con su propio cuerpo y observó en primera fila como el entorno era cambiado a causa del poder de este supervisor.
—Ho-Hotai, si llegas a ponerme frente al supervisor… Puedo usar mi último aliento para herirlo de gravedad… De-Del resto se encargaran ustedes. — Sylchel sostenía en su pecho aquella perla blanca que carga.
—No sé cómo puedes estar tan tranquila, vas a sacrificarte por nosotros ¿No tienes dudas o arrepentimientos? —Preguntó Hotai mientras la abrazaba para poder cargarla cuando los temblores se detuvieran.
—Mi gente cree en el ciclo de la vida, cada existencia tiene un papel en el mundo y ninguna debe desperdiciarse egoístamente… Ya no hay salvación para mí, no voy a sobrevivir mucho tiempo, pero si puedo ayudar a otros con mi agónica vida… ¡Podré irme con la frente en alto! —Sylchel tenía mucha determinación en sus palabras e impresionó a Hotai con ellas.
—Quisiera ser tan valiente como tú, Sylchel. Desde que me uní al grupo de Aegar, no he dejado de pensar que soy el eslabón más débil y no he parado de temblar por los horrores que he visto. —Respondió Hotai cargando nuevamente a Sylchel y corrió entre rocas que quedaron dispersas por el entorno.
—Y aun así estas aquí, Hotai. Arriesgando tu vida en misión peligrosa. Cada persona tiene su forma de mostrar valentía, puedo intuir que la tuya aflora por no querer ser un lastre y pienso que deberías tenerte mejor estima… Me hubiera gustado conocerte en otr… —Varias rocas de casi 3 metros comenzaron a crecer del suelo, una de estas salió frente a Hotai lanzándola hacia atrás con fuerza y a pesar del aprieto la hubeast se aferró fuertemente a Sylchel para tomar todo el daño.
La poca iluminación que quedó le dificultaba distinguir algo, entre casi sordos ecos podía escuchar varias risas escabrosas, cuando se dio cuenta del peligro intentó reponerse como podía y proteger a Sylchel teniéndola detrás suyo. Hotai junto a su compañera eran observadas por varios ojos que salían de las rocas que las rodeaban, esas fauces se abrían mostrando afilados dientes y unos gemidos grotescos la hicieron temblar hasta el alma. La hubeast había caído en un lugar abarrotado de mukis, todos estaban listos para lanzarse a destrozarlas y Sylchel comenzó a formar un brillo azulino en la mano que aun podía mover.
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