LISMATUS: SENDA DEL HERALDO - 53
Volviendo con las dos amazonas, ambas estaban caminando en paralelo de la otra y se miraban detenidamente apretando sus armas para reaccionar a la primera señal ataque.
«Ambas somos usuarias de mana, nuestras condiciones físicas no están hechas para soportar un combate continuo y debemos tener el mana casi agotado… Pero esa idiota de Amaku tiene un gran problema», pensaba Warawisa ocultando la mano donde sostenía su escudo y en cuya palma iba acumulando una energía morada.
«Ella tiene más opciones ofensivas que yo —viendo el látigo atentamente—, si me atrapa con el látigo estaré en desventaja y si bloquea mi ataque con su escudo quedaré expuesta a sus maldiciones», Amaku analizaba el momento y se preparaba para recibir el primer ataque.
Una estalactita cayó en medio de ambas, siendo esta la señal para comenzar su duelo y fue Warawisa quien comenzó la ofensiva. Ella lanzó [Fuego Amatista] hacia Amaku, sin embargo, su objetivo no era ella, le acertó a una roca atrás de su adversaria, haciendo que la explosión expulsara cúmulos de fuego morado y por los cuales Amaku se vio obligada a usar las tallos entramados a su báculo para defenderse. La ramas de Amaku tenían esas llamas moradas encima, rápidamente las blandió hacia Warawisa intentando darle con ellas, sin embargo, Warawisa lo esquivó tirándose a un lado y golpeando el suelo con su escudo dijo [Pilar Oscuro].
Una sombra comenzó a moverse desde donde el escudo de Warawisa tenía contacto con el suelo, bajo los pies de Amaku se formó un círculo oscuro y creció un pilar de materia negra que la golpeó en la quijada. Amuku volvió a blandir los tallos en llamas que estaban entramos a su báculo, logró impactar el suelo donde Warawisa estaba echada, escucharla gritar por el azote de las ramas en llamas le hizo tomar confianza, sin embargo, Amaku cometió el error de aferrarse al pilar y descubrió que al intentar soltarse estaba pegado a este.
—Eres una idiota, Amaku. [Fuego Amatista] —Exclamó Warawisa tirándole su hechizo.
—No será tan fácil… —Del báculo de Amaku crecieron raíces, las cuales se clavaron en su brazo y generaron ramas con las cuales bloqueó el [Fuego Amatista].
Las ramas crecieron rodeando el [Pilar Oscuro] que tenía pegada a Amaku, ella ordenó que lo estrujaran y tras unos segundos la construcción de energía negra se quebró. Amaku sostenía algo pequeño en su mano, lo tiró con fuerza hacia Warawisa pero esta se percató a tiempo del objeto y rápidamente se movió para alejarse de la zona. Warawisa sabe que Amaku usa semillas para geminar sus plantas, la gran desventaja de estas es que no se mueven de las zonas donde creen, para ello requieren grandes gastos de mana, a los cuales su enemiga no puede sustentarlos actualmente y viendo el sitio donde germinaría la semilla que Amaku lanzó, se sorprendió al darse cuenta que se trataba de solo una roca. Por el inesperado evento Warawisa no pudo esquivar una [Saeta Elemental] de Amaku, el pequeño cumulo de fuego le acertó en el hombro y la tumbó al suelo haciéndola revolcarse para apagar las llamas.
Amaku aprovechó esto para correr hacia Warawisa, la gema en su báculo comenzó a brillar con un intenso color verde y las ramas que componen su arma formaron una punta filosa. Warawisa se movió a tiempo para no ser clavada por el arma de Amaku, usó su látigo de cerca sujetando a Amaku del cuello y la jaló al suelo donde se le subió encima del vientre para comenzar a estrangularla con el mango del látigo. La pobre chica sentía el grueso material aplastando su garganta, se llevó una mano al cuello para abrir el agarre mientras que con la otra no soltaba su báculo y Warawisa vio la oportunidad para levantarla del cuello logrando golpearle la nuca contra el suelo.
—Todo se acaba aquí, estúpida. Traicionaste a nuestra gente cuando te aliaste con esos hombres, no son nada más que bestias en busca de su beneficio… No existe un futuro donde puedas ser feliz y me encargaré de dejártelo muy en claro. —Warawisa se acercó al oído de Amaku para denigrarla con sus palabras.
Amaku hizo un rápido movimiento con la mano que tenía en su cuello, metió algo dentro de la boca de Warawisa tapándosela con su palma y clavó el báculo en el suelo con su mano libre. Al instante que la gema en el báculo comenzó a brilla de color verde, el mismo brillo fue emanado de la boca de su agresora, en segundos unas ramas crecieron en la garganta de Warawisa y le destrozaron el cuello entre fuertes alaridos de dolor. Las ramas se expandieron hasta enraizarse en tierra, alejaron el cuerpo de Warawisa ocasionando que liberara a Amaku, dándole la oportunidad a esta amazona de al fin sentir aire entrando en sus pulmones, sin perder tiempo puso su mano en los tallos que se formaban en el cuerpo de Warawisa y soltando un grito quebradizo expandió la planta atravesándola por completo.
—Siempre me dejaba vencer en nuestras prácticas, si alguna vez ganaba me hubieran golpeado para que conozca mi lugar y ahora por fin puedo levantarme triunfante… Ga-Gane… —La voz de Amaku sonaba ronca por ser estrangulada, pero podía vérsele feliz por cumplir con la tarea que le prometió a Holee.
Con la muerte de Warawisa, los lazos negros de [Nodos Espirituales] desaparecieron de su cuerpo y los carmesís en Warawisa se tornaron oscuros. Fue así que se dio cuenta que ya no era afectada por la habilidad del supervisor, ella estaba contenta pues ya no sería una carga para quienes luchan por protegerla y sin darse descanso caminó cojeando hacia donde Holee se había ido volando.
*
Holee cargaba a Yukiko sobrevolando la caverna, tenía que tener especial cuidado con las estalactitas que caían de improvisto y descendiendo cerca del suelo notaron a Axel en tierra. El demonio había vuelto a su forma humanoide, dejó a Ángelo recostado sin su peto y tenía ambas manos intentando cubrirle la herida.
—¡Axel! ¿Qué estás haciendo? ¿Qué tan mal esta Ángelo? —Preguntó Holee al descender con Yukiko.
«No-No lo sé, no soy médico y solo estoy intentando parar el sangrado. Pensé que tal vez podía sanarlo como lo hice con Tamir cuando le pusieron mi brazo… Pero creo que rasgaron el corazón de Ángelo», la preocupación era notoria en el rostro de Axel.
—¿Qué dice? ¿A-Ángelo-san aún está vivo? —Yukiko se acercó para ver qué tan grave era la situación, pudo observar los delgados tentáculos de Axel tapando la herida de entrada y salida en Ángelo.
—Axel, hemos pensado que puedes hacer un pacto con Ángelo. Él no está infectado con un parásito como Tamir y es la única opción para salvarlo. —Holee puso su mano en la frente de Ángelo y le preocupó sentirle la temperatura tan baja.
«He pensado hacerlo pero nos dejara vulnerables. La caverna se derrumba y los ataques de mukis son impredecibles… Si te quedas haciendo guardia tal vez pueda tener el tiempo suficiente», respondió Axel sacando una de sus manos de la herida de Ángelo.
—Yukiko va protegerlos con una prisión de hielo. Yo le haré frente a Horos para alejarlo de aquí, voy a entretenerlo todo lo que pueda y espero sea suficiente para que finalices el pacto. No tenemos tiempo que perder, hazlo ahora. —Holee se levantó expandiendo sus alas.
«Holee, por favor ten cuidado… Ya te perdí una vez y no quiero volver a hacerlo, a penas termine aquí iré a ayudarte», agregó Axel antes de que se fuera.
—Gracias Axel, no tengo pensado morir tras haber llegado tan lejos y quisiera salir de fiesta con todos una vez acabe esta locura. —Holee dio una pequeña sonrisa para quitarle algo de preocupación a su compañero.
—Holee-san, antes te he visto pelear y eres más fuerte de lo que piensas —recordándola en su forma monstruosa ahogada en locura—, no temas contenerte contra el supervisor y únicamente recuerda por quien peleas para no perder el control de ti misma. —Mencionó Yukiko recibiendo una afirmación de parte de Holee y dicho esto la demonio partió con prisa.
«No puedes entender lo que digo, Yukiko. Pero necesito que le digas a Ángelo lo que vamos a hacer», Axel le hizo señas a la hubeast para que haga recobrar algo de sentido a Ángelo.
—Ya-Ya entendí —dándole suaves palmadas al rostro de Ángelo—. A-Ángelo-san, despierta por favor… ¡Ángelo-san! —notando que abrió los ojos—. Escucha Ángelo-san, la herida que tienes es muy grave y Axel-san hará un pacto contigo… No sé cómo lo hará pero necesitamos que estés consiente. —Yukiko ayudó al gran muchacho a medio levantarse y por los gemidos que gesticuló era obvio que esa acción le dolía mucho.
«Yo Axel Lorudus, el demonio que trascendió a este mundo, juro ante el dios oscuro Ishtar cumplir tu deseo, no importa las espadas que estén en mi camino, ni que Regis se oponga a mí, hundiré al mundo en oscuridad de ser necesario y solo para que nuestro acuerdo esté completado», un tatuaje negro se formó en el dorso de su palma, le extendió esa mano indicándole que besara ese sello, tras hacerlo la marca comenzó a moverse de su cuerpo al pecho herido muchacho y donde se volvió un circulo vacío.
Axel indicó a Yukiko que se alejara, estaba sintiendo su cuerpo abrirse, como aquellas veces anteriores que pactó y el cuerpo del joven demonio se volvió aquella deforme cabeza cercenada. Axel guio esa enorme boca que se le formaba para engullir a Ángelo en ella, el ambiente se volvió turbio y espeso por la esencia que salía de sus fauces.
Yukiko comenzó a quitarse rápidamente las protecciones de cuero que tomó antes, únicamente se dejó aquel ropaje viejo que perteneció a un cadáver y cuando vio sus muñecas se quedó pensando en los trozos de tela morados que se ató. Al no tener un arma adecuada que canalice sus habilidades de hielo, ella sabe que tener cuero congelado sobre su cuerpo podría terminar arrancándole trozos de carne y ahora no era momento de ocasionarse heridas.
«Onee-sama, tengo que pedirte disculpas por estropear el regalo que me diste… Espero este yéndote bien en el entrenamiento para el torneo y que podamos encontrarnos nuevamente», pensaba Yukiko mirando las telas moradas atadas a sus muñecas, en su mente tenía la imagen de una mujer entregándole una pequeña capa morada, esta era alta de cabellera corta, llevando un sombrero *jingasa con una armadura ligera estilo samurái, sus siete colas ondeaban calmadamente y en su cinturón portaba dos espadas. El sonido del cuerpo de Axel arrastrándose en el suelo la volvió a la realidad.
*El jingasa, (literalmente, «sombrero de campamento») era un tipo de sombrero que usaban los guerreros japoneses cuando viajaban o acampaban. De tipo cónico, usualmente lacado, ligero e impermeable.
—Su-Supongo que transformarse en eso era lo correcto —se arrodilló en el suelo juntando sus manos como rezando—. ¿A que Dios debería pedirle por su bienestar? Después de ver esta locura y escuchar la historia de Axel-san ¿En quién puedo verter mi fe? Por favor, Axel-san, salva a Ángelo-san y tráelo de regreso con nosotros. [Kōri no yōsai] —Del sitio donde Yukiko estaba arrodillada comenzó a generarse hielo, ella se levantó elevando sus manos en cuyas palmas un resplandor se hizo presente, rápidamente una estructura de hielo fue creciendo poligonalmente, incluso escarbó la tierra bajo ellos y dejó picos helados en toda su superficie.
*
*
Una música conocida comenzaba a hacerse audible, los ojos de Axel comienzan a abrirse lentamente y el entorno que tiene alrededor se va volviendo más nítido. Axel se encontraba en el burdel El Safari, estaba sentado en la mesa donde compartió bebidas con sus compañeros y al darse cuenta sentado al frente suyo estaba Ángelo. El demonio miró su reflejo en el licor de su vaso, se percató de que mostraba su verdadera forma humana y cuando se paró para ver mejor el lugar notó que el suelo era completamente negro.
—¿E-Eres Axel? ¿Por qué luces así? —Preguntó una delicada voz infantil y llamó la atención hacia Ángelo.
—Sí, si lo soy y esta es la apariencia que tenía antes de venir a tu mundo. Vaya Ángelo, aquí puedes hablar pero tu voz… Es como la de un niño ¿Por qué? —Axel se sentó en su asiento aun desconcertado por este hecho.
—Es la única voz que recuerdo, mi padre me cortó la lengua cuando tenía… Creo que siete años —abriendo su boca le mostró en muñón cicatrizado—, pero aquí no la necesito para hablar. —Al instante que Angeló mencionó ese trágico evento de su infancia, Axel vio su bebida donde el líquido mostraba como fue que eso pasó y una fuerza desconocida lo obligó a beberlo.
La mente del muchacho fue invadida por el recuerdo que bebió, pudo ver como en su infancia Ángelo trabajaba cargando pesados bultos en un mercado, un hombre a su costado le ordenaba donde ir y cierto comentario del niño causó que aquel sujeto lo mirara con cólera. En la noche, aquel hombre entró junto a otros dos en un viejo establo donde Ángelo dormía, ordenó a sus acompañantes sujetar al niño mientras él calentaba la hoja de un fino cuchillo, este hombre le recriminó acerca de llamarlo padre en público y obligándole a abrir la boca procedió a mutilarle la lengua sin importarle los fuertes gritos del niño.
—E-Ese hijo de puta ¿Cómo pudo hacerte algo así? —Axel estaba notoriamente enojado y podía sentir en su cuerpo el mismo dolor que sintió Ángelo en ese momento.
—Nunca lo entendí, él simplemente me odiaba, obligándome a trabajar como esclavo hasta casi desfallecer, torturándome junto a sus empleados y ganando hasta el más mínimo centavo con mi cuerpo… Cuando cumplí 14 años, me metió a los coliseos para hacerme pelear contra otros niños en mi misma condición y en ese sitio hice cosas que nunca podré olvidar. —Ángelo miraba con tristeza su bebida, dio un rápido sorbo y miró como Axel era obligado a beber la suya.
En este nuevo recuerdo, vio por los ojos de Ángelo como fue llevado encadenado a jaulas pequeñas, como fue entrenado durante unas semanas para que su pelea diera un espectáculo y como fue obligado a casi matarse a golpes contra los otros niños que encerraron junto a él. En lo alto de un coliseo clandestino, miraba a su padre con dinero en la mano, gritándole que siguiera peleando a pesar del dolor que sentía, frente a él estaba un temeroso niño escuálido que sostenía un cuchillo entre sus desnutridos dedos y con el cual se le abalanzó para apuñalarlo.
—E-Esto… Ahora lo entiendo, con Anais y Holee fueron diferentes escenarios donde partes de nuestras conciencias se mesclaban y cada una tenía un lugar donde se sentían seguras ¿Podría ser este tu lugar feliz, Ángelo? —viéndolo sonrojado con algo de vergüenza —. Así como yo bebo tus recuerdos, tú debes estar bebiendo los míos y es una forma de entendernos mutuamente. —Axel miró que Ángelo bebía los recuerdos donde sus hermanos mellizos se burlaban de él.
—Siempre tuve miedo, incluso cuando mi padre me vendió a las minas estaba aterrado de los horrores que me esperarían… Pero cuando los conocí a ti y a Tamir, ninguno me trató a como estaba acostumbrado en los coliseos. En ese lugar no podías confiar en nadie, intentaban todos los días herirte para hacerte perder las peleas y si no te cuidabas terminaban haciéndote cosas horribles… Ustedes no fueron el caso, confiaron sus vidas en mis manos y entendí que podía confiarles la mía sin dudarlo. Cuando vinimos a este lugar, conversan tan alegremente entre los dos y quería tanto hacer lo mismo pero no podía… Deseaba con fuerza poder contarles de mí, consolarlos en sus penas y reír alto junto a ustedes. —Ángelo comenzó a sollozar lamentándose profundamente, de la nada el pecho de este chico comenzó a sangrar en la herida que le hicieron y Axel fue a reconfortarlo muy preocupado.
—Tamir y yo lo sabíamos, nos bastaba con que estés a nuestro lado. Tal vez no podías comunicarte, pero era suficiente con ver tu sonrisa para saber que estabas divirtiéndote y eso alegraba el ambiente. Ángelo, estas en un gran peligro y quiero salvarte. El pacto que haremos requiere de un deseo profundo, algo arraigado en tu ser que requiera mi fuerza para ser cumplido y si deseas venganza de tu padre ¡Juro que mataremos a ese bastardo! Incluso Tamir estará de acuerdo en ayudarnos. —Axel lo tomó de la mano y notó que estaba volviéndose traslucida.
—E-Eso no es lo que quiero… Mi padre me lastimó mucho durante demasiados años y vengarme no cambiara eso. —Las partes traslucidas de Ángelo comenzaron a expandirse.
—¡Pero debes odiarlo y él debe pagar lo que te hizo! Ángelo, no tenemos tiempo, junta todo ese rencor y hagamos el… —Axel se desesperó pensando en lo que podría pasarle a Ángelo y se quedó callado al ver el rostro de su amigo.
—Lo que de verdad quiero es la fuerza para protegerlos, quiero vivir para estar con todos ustedes y cuidarlos todo lo que esta vida dure. —Las palabras de Ángelo conmovieron a Axel dejándole un nudo en la garganta, nunca se hubiera esperado un deseo tan puro y sin malicia alguna de por medio.
—¿Puedo acompañarlos o interrumpo algo? —Una voz distorsionada se hizo presente, cuando ambos llevaron sus miradas al emisor quedaron estupefactos.
—¿Qui-Quien eres? —Preguntó Ángelo atemorizado por la presencia, era un cumulo de tiemblas negras con forma humanoide y del cual únicamente se distinguían sus ojos dorados.
—E-Esa voz, la he escuchado antes… ¿I-Ishtar? —Dijo Axel con cierto titubeó mientras lo miraba sentarse junto a ellos.
—Exacto, mi prototipo. No te has dado cuenta, pero el deseo de salvar a tu amigo terminó liberando la energía de tu mundo y eso fortaleció nuestra conexión como para tráeme a esta ilusión de su subconsciente. Te recomiendo no forzar la liberación de esa energía sin entrenar como hacerlo correctamente, vas a terminar quemando el sistema de mana/chakra que te otorgué al bendecirte. —Aquel cumulo de niebla parecía distorsionarse continuamente, sus ojos podían ver ciertas líneas doradas como un sistema circulatorio en el cuerpo de Axel y unas de estas líneas en su hombro estaban tornándose negras.
—No me importa nada de eso, ahora necesito salvar a Ángelo con nuestro pacto y él ya dijo su deseo. —Axel puso la mano sobre la herida de Ángelo y vio que el emblema en el dorso de su mano aún estaba vacío.
—Tu amigo está a punto de morir y es por eso que el pacto no está funcionando —viendo la desesperanza y frustración en el rostro de Axel—. Tienes suerte de que tu descuido me haya traído —la mano neblinosa de Ishtar entró en la cabeza de Axel—. La habilidad especial que te di tiene muchas funciones pero no has liberado ni el 10% de lo que puedes hacer —retirando la neblina, entre sus dedos sostenía varias cadenas de ADN—. Un demonio inferior moriría con lo avanzado de esa herida, lo que haremos es combinar las muestras genéticas que adquiriste y formarle un cuerpo más resistente a tu amigo. —Ishtar comenzó a retirar partes de las cadenas de ADN y adherirlas a otra como una como base.
—A-Axel… Ten-Tengo mucho sueño. —Los ojos de Ángelo estaban cerrándose.
—Lo que sea pero por favor sálvalo. Ángelo, necesito que estés consiente. Solo mírame y no me pierdas de vista por favor. —Axel se quedó quieto intentando no interferir con Ishtar e intentaba mantener la calma al ver que más partes del cuerpo de Ángelo se desvanecían.
—En eso estoy, mi prototipo. No es algo tan simple como lo hice parecer al decirlo y no has conseguido mucho material útil que digamos ¡Uhm! ¿Consumiste a un espectro? —fijándose en una cadena de ADN—. Por si solo un espectro no bastaría, pero su ancestro si poseía una regeneración superior y si extraigo esos genes recesivos para restaurarlos a con el ADN que reuniste —el ADN que formó Ishtar brilló con un tono carmesí—. Si, con esto bastará y será mejor que lo cuides del sol o morirá al instante. En tan poco tiempo no puedo arreglar las desventajas de esas criaturas, será algo para que desarrolle a futuro. —La nueva cadena de ADN que Ishtar creó se estabilizó y la puso en el emblema sobre el dorso de la mano de Axel.
—¿Esta listo? ¿Con esto puedo salvarlo? —Axel vio que Ishtar le hizo un gesto de afirmación, así puso nuevamente su mano en el pecho de Ángelo, esta vez lo atravesó haciéndolo reaccionar y rápidamente su cuerpo dejó de desvanecerse.
—La energía de tu mundo se está acabando y te lo repito «no la vuelvas a usar». Ya hablaremos cuando llegues a Sunserys. Por cierto, no le digas a Durgea que me viste, eso podría alterarla y hacerte las cosas más difíciles. —La neblinosa forma de Ishtar se desvaneció completamente.
—Sé que por su culpa estoy en este lio pero tengo que agradecerle de alguna forma su ayuda —escuchando a Ángelo quejarse—. Tranquilo, Ángelo. Ya todo estará bien, solo confía en mí. —Axel retiró la mano del pecho de Ángelo.
—Duele un poco… Este calor es… Es extraño. —Ángelo se recostó en el sitio donde se sentaba y su piel lentamente comenzaba a rajarse mostrando una luz roja en el interior.
—Si Ishtar dijo que estarías bien, no hay de qué preocuparse —tomando su mano—. Voy a quedarme a tu lado hasta que el dolor se vaya. —La ilusión de El Safari comenzaba a desvanecerse y únicamente quedaba una oscuridad rodeando a ambos.
*
El ambiente era colmado por el sonido de incesantes golpes, acompañado por gruñidos y una voz femenina pidiéndoles a Axel y Ángelo que reaccionen. El demonio estaba cambiando su forma de enorme cabeza cercenada a su usual humanoide, aquella carne palpitante dejaba el cuerpo de Ángelo en el suelo y cuantos más segundos pasaban Axel podía percibir mejor su entorno.
El cuerpo de Ángelo fue expulsado con algunos cambios leves, su cabellera se tornó de un color azulado oscuro, en su frente tenía dos pequeños cuernos de casi 5 cm, sus cicatrices se volvieron negras, su piel tomó un color plomo claro y dispersados por su cuerpo estaban varios tatuajes similares a plumas rojas con dorado.
—¡Axel-san! ¡Axel-san! ¿E-Están bien? —Pregunta Yukiko con jadeos de agitación, sus brazos estaban levantados y congelados hasta sus hombros.
«Yu-Yukiko, me duele mucho la cabeza —sujetándose la frente—. ¿Cuánto tiempo estuvimos ahí adentro?», Axel se percató que estaban rodeados de siquiera 20 mukis, todos golpeando incesante mente la construcción de hielo de Yukiko, incluso los golpes venían desde el piso congelado y para que la hubeast entendiera su pregunta simuló las manecillas de un reloj con sus dedos.
—¿Qui-Quieres decir tiempo? Creo que unos 15 minutos, estos enanos comenzaron a aglomerarse justo cuando levanté la barrera y para nuestra buena suerte no puede atravesar el hielo que creé. —El hielo que cubría el brazo de Yukiko comenzó a avanzar sobre sus clavículas y podía verse algunas ampollas en su piel.
«¡15 minutos! Significa que Holee ha estado luchando contra Horos todo ese tiempo ¡Tenemos que ir a ayudarla!», Axel hizo con sus manos un ademan para representar las antenas de Holee y Yukiko pudo captar el mensaje.
—He escuchado sonidos de pelea a lo lejos y la caverna no ha dejado de temblar ¿Ángelo-san ya está fuera de peligro? Luce… Luce un poco diferente. —El hielo seguía avanzando sobre el cuerpo de Yukiko y verla tan tranquila desconcertaba a Ángelo.
«Si, aunque no sé qué otros cambios pudo haber tenido su cuerpo. Voy a anali…», Axel estaba afirmando con la cabeza y repentinamente una fuerte sacudida comenzó agrietar el suelo.
—Axel-san, voy a expulsar el hielo que creé como carámbanos, con suerte morirán la mayoría de los mukis y luego tendrás pase libre para ir a ayudar a Holee… Me encargaré de proteger a Ángelo hasta que despierte. —Yukiko no parecía preocupada pues confiaba en estas personas que arriesgaron sus vidas por ella.
«No tenemos tiempo que perder, hazlo a la cuenta de tres», Axel levantó tres dedos y los fue bajando indicando a Yukiko cuando lanzar su ataque.
Al momento que Axel formó un puño, la hubeast zorruna generó un leve brillo celeste en manos y la estructura que creó se llenó de púas que salieron disparas atravesando a varios mukis. Axel aprovechó un hueco en la estructura para salir por ahí transformado en serpiente phurukatari, no deseaba debilitar el recinto de Yukiko y exponerla al riesgo de gastar más mana en volver a formarlo. Una vez afuera volvió a su forma de demonio, desenvainado su espada comenzó a rematar a los mukis que no habían muerto por las púas heladas y rápidamente tuvo que deshacerse de tres que salieron ilesos del subsuelo.
Un cuarto muki salió de la tierra tras Axel, se trepó con agilidad por la estructura de hielo, planeaba meterse por alguno de los huecos abiertos por las púas lanzadas e inesperadamente su cabeza fue aplastada por el golpe de un martillo. Axel giró su mirada para encontrarse con Hotai, ella le sonrió por verlo bien y continuó peleando contra los mukis que salían del suelo.
—Axel, Holee me dijo que viera a ayudarlos mientras curaban a Ángelo. Si estas afuera ¿Significa que logró salvarse? —La muchacha estaba imparable defendiendo la construcción de Yukiko, Axel se detuvo un momento para verla notando los cambios en su apariencia, en especial los lazos negros que salían de su pecho e indicaban que mató a alguien para librarse de los [Nodos Espirituales].
«E-Ella ¿Qué hiciste, Hotai?», Axel estaba estupefacto especulando las acciones de esta hubeast, sin embargo, al usar [Visión Demoníaca] en ella no encontró alguna carga más que culpa y arrepentimiento.
—Puedo entender por qué me miras así, Axel, tuve que tomar la vida de Sylchel para evitar que siga sufriendo y honrar su sacrificio por salvarme —señalando tras ella estaba el cuerpo de la sirena—. Tenía miedo de olvidar a Sylchel, ella poseía habilidades que pueden ayudar contra el supervisor y la traje para que puedas usarlas en tu pelea… Ella me dijo que ninguna vida debe desperdigarse, por favor asimílala y sácanos de esta pesadilla. —Hotai se quedó mirando un segundo al demonio, este no vio señal alguna de malicia en sus ojos y entendió la determinación de esta muchacha.
«Aun no puedo conjurar pero no desaprovecharé tan valiente gesto», Axel corrió hacia el cadáver de Sylchel, usó los delgados tentáculos de su nuca para escarbar el cuerpo, tras unos segundos obtuvo los órganos necesarios de la sirena y se paró sintiendo como su cuerpo cambiaba formándose escamas en sus extremidades.
—Ve a ayudar a Holee, Axel. Yo me encargare de protegerlos cueste lo que cueste. ¡Yukiko, no es necesario que me dejen entrar! —Exclamó la hubeast lanzándose con su martillo por los atacantes que seguían saliendo del suelo.
«Espero Ángelo despierte pronto y que este en buen estado para ayudarlas», Axel se transformó en murciélago gigante y usó su radar sónico para guiarse en la oscuridad de la caverna.
*
Después de que Holee dejó a Yukiko, Axel y Ángelo, ella se fue volando a unos dos metros del suelo, pues ascender mucho podría hacerle difícil esquivar la estalactitas y volar bajo podría exponerla a que mukis la ataquen del subsuelo. En su trayecto se topó con Hotai peleando contra estos monstruos, la hubeast había recuperado su martillo y buscaba sin descanso reunirse con los demás. Cuando Holee vio los lazos negros en Hotai supuso lo peor, sin embargo, una corta charla con ella le aclaró las dudas sobre sus acciones y tras ayudarla con los mukis que la acosaban, le indicó la dirección donde se encontraban los demás.
Holee podía escuchar el incesante martilleo del arma de Horos contra el techo de la caverna, esto era lo que ocasionaba los continuos derrumbes, en su mapa podía ver la posición de Horos, él no se había movido casi nada desde el punto donde Ángelo fue apuñado y en pocos minutos llegó a estar en su delante.
—Por tu cara parece que Ángelo está bien, sinceramente no esperaba que Warawisa fuera quien comenzara a tomar las vidas de sus compañeros… Parece que nuestra santa madre movió los hilos para hacerla actuar. —Horos levantó su mano haciendo que el martillo que ordenó golpear el techo regresara a él.
—No te entiendo, pareces disfrutar combatir contra nosotros y no dudas en atacarnos con todo lo que tienes… Pero cuando Ángelo iba a matarte, tenías una expresión un tanto feliz y me hizo pensar que tal vez te arrepentías de ser un supervisor ¿Qué pasa en tu cabeza? —Preguntó Holee manteniéndose alerta, ella quiere ganar tiempo para sus compañeros.
—Ja,JaJa Así que te pareció ver arrepentimiento, pero estas equivocada pues nunca me he sentido de esa forma y es más seria una falta de respeto con las vidas que tomado durante mi trabajo. La razón por la que estaba feliz, fue por que guardo una enorme incertidumbre que me carcome día tras día y pensé que Ángelo iba a ser quien la borrara de una vez por todas. —Horos sostuvo su martillo sobre su hombro derecho y miró con tranquilidad a su adversaria.
—¿I-Incertidumbre? ¿Qué puede preocuparle a un ser como tú? Eres fuerte, estas sano, tienes personas bajo tu mando y vives tranquilamente con la apariencia de un humano. —Holee estaba desconcertada, ella conoce el sufrimiento pues lo vivido en carne propia y no podía entender como una existencia como Horos sufría por algo tan simple.
—Llevo un registro de cada una de las ofrendas que muere aquí abajo, también conozco tu historia, Holee, y entiendo que tras estar enferma tanto tiempo pienses en mi situación como algo insignificante. Mi sola existencia es un evento único en el mundo, desconozco si tengo la inmortalidad de mis progenitores o si mi madre me maldijo con su existencia efímera. He tomado muchas vidas, he visto como otros son forzados a tomarlas por sobrevivir y a pesar de estar tan cerca de la muerte… Le temo. —Había cierta desesperación en las palabras de Horos.
—¡Eso es absurdo! Todos le tememos a la muerte en lo profundo de nuestros ser y es algo con lo que llegamos a convivir… En mi caso, yo misma he deseado morir muchas veces, pensaba que encontraría descanso a mi sufrimiento y ahora me doy cuenta que puedo tener un futuro para formarlo con mis propias manos. —Holee dio un paso adelante y se sintió abrumada por una fría sensación que emanaba de Horos.
—Ese es tu caso, Holee. Según tu expediente, milagrosamente te recuperaste de un mal incurable y viajaste junto a un joven noble a Equidna. Lo entendí todo cuando supe por nuestra santa madre que Axel era un demonio, hiciste un pacto con él para evitar tu destino ¡Entonces dime! ¿Qué hubieras hecho si Axel no te curaba? ¿Seguir sufriendo en ese claustro hasta ser consumida? ¿Suicidarte para evitarte el dolor? ¿Esperar que los clérigos lo hagan por ti? Sufriste esa enfermedad por algo de cuatro años, pensabas en suicidarte pero nunca lo hiciste y ambos sabemos por qué… Tenías miedo, miedo de que ese sea el final de todo y de dejar este mundo sin que a nadie nunca le importaras. —Los ojos de Horos se tornaron completamente negros, verlos directamente era como caer a un abismo de desolación.
—Y-Yo tenía miedo como cualquier persona, si Axel no venía por mi tal vez hubiera tenido el valor para suicidarme y nunca lo sabré… Pero si algo aprendí es que es mejor no pensar en los hubieras… La vida que tengo se la agradezco y eso es lo único que me importa proteger. —Holee se sentía intimidada por Horos pero calmó su corazón al recordar su actual vida.
—Ese es el privilegio que ustedes tienen, si te suicidabas únicamente te quedaba pagar por ese pecado y renacer como una existencia inferior por algunos ciclos. Pero mi caso es diferente, Holee. Yo no tengo un alma como la tuya, mis padres carecen de una, no temen morir por que son inmortales y solo regresan a la fuente donde vuelven a ensamblase para salir al mundo nuevamente… A diferencia de ellos yo si sangro —mostrándole su mano con sangre de las heridas que le hizo Ángelo—, desde el primer respiro que di tuve miedo cuando casi fui devorado, viví con esa sensación cada día mientras nuestra santa madre velaba por mí y cuando conocí a Horos tenía miedo de desaparecer si me asesinaban. Hubiera sido fácil suicidarme para averiguar si soy efímero pero… ¿Y sí lo hacía y lo era?… Esta vida hubiera acabado para siempre —levantando su martillo—. Basta de charlas, Holee. Veamos si me sacaras de esta incertidumbre. —Horos tomó su martillo con ambas manos, el suelo bajo sus pies comenzó a quebrarse y dio un salto hacia su oponente.
*
Horos levantó su mano izquierda, al hacerlo dos manos enormes de tierra se irguieron alrededor de Holee intentando apresarla y la muchacha prendió vuelo lo más rápido que pudo para escapar de ellas. Esas manos se expandieron como brazos, planeaban cerrarle el paso y dado un momento Holee se detuvo firmemente girando hacia sus perseguidores. Un exoesqueleto negro se formó en sus brazos dándoles unas apariencias fornidas, cerrando sus garras en un puño dio un golpe seco a una de las manos, se elevó unos metros para esquivar la segunda y pudo acertarle un golpe similar al otro. Ambas estructuras explotaron a los pocos segundos, sin embargo, liberaron estacas de tierra a todo el campo cercano, al verse en ese predicamento Holee se defendió con sus nuevos brazos y para su suerte esta coraza negra fue tan resistente como para soportar los impactos.
«Tenía pequeños recuerdos sobre lo que hice después de que Durgea destrozara mi cuerpo, me negaba a verlos pero era imposible no sentir las cosas que hacía y asquearme de mi misma al punto de querer morir. Yukiko tiene razón sobre mí, este cuerpo posee un poder al que temo y aunque Axel me dijo que no tuviera miedo aún sigo asustada de lo que puedo convertirme», pensaba Holee viendo el exoesqueleto de sus brazos brillar.
El sonido de algo rodeándola en el aire llamó su atención, las antenas de Holee palpitaron hacia esa dirección, ella dio un gancho con sus prominentes puños al aire y logró interceptar el martillo de Horos que se dirigía a golpearla por la espalda. Dos nuevos brazos de tierra bajaron del techo, aquellas manos aprisionaron a Holee estrellándola contra el suelo y explotaron a los segundos pues esta chica había transformado sus brazos en apéndices capaces de destrozar las rocas. Nuevamente las antenas de Holee reaccionaron, ella cambió su brazo izquierdo a la cabeza de un gusano, lo apuntó a un costado haciendo que vomite un gargajo que explotó en el cuerpo de Horos a pesar de que se protegiera con sus brazos y esa espesa mucosidad lo pegó con fuerza al suelo.
«Jo-Joder… Eso lo hice por reacción, no tengo que desaprovechar esta oportunidad », el caparazón café en la espalda de Holee se tornó negro, las alas bajo este se alargaron tornándose de un color dorado y su vuelo causó un fuerte zumbido.
Horos intentó hundirse en la tierra para esquivar el ataque, sin embargo, la materia que lo cubría se lo impidió y en sus ojos se reflejaba aquella chica insecto volando hacia el con sus puños listos para el ataque. El martillo de Horos dio media vuelta a su trayecto, iba girando hacia su propietario pues este le ordenó interceptar a Holee, pero las antenas de esta chica le advirtieron del objeto y sacrificó su brazo derecho para darle un golpe tan fuerte al martillo que lo mandara lejos de ahí. La coraza negra en el brazo de Holee se caía a pedazos, solo quedaban vestigios de una extremidad formada por pequeños gusanos que caían al suelo y dando dos pasos para impulsarse ella logró acertarle un fuerte golpe en el rostro al supervisor.
«No-No esperaba que su mucosa contara como otro elemento, si esta sobre mi cuerpo no puedo moverme por la tierra… Te-Tengo que liberarme», pensaba el hibrido de muki sintiendo cada centímetro del golpe de Holee, este astuto ente dejó que la fuerza del impacto lo arrancara del suelo y fue mandado a volar unos 20 metros hasta que impactó contra las paredes de la caverna.
Holee había perdido valiosos segundos, la sorpresa de que ese golpe improvisado resultara en un daño critico a Horos la desconcertó y cuando se percató de que debía seguir atacando fue demasiado tarde. Ella volvió a prender vuelo para continuar su ataque, pero Horos levantó un brazo de tierra bajo sus pies, esta construcción le levantó en segundos rodeándolo con tierra que raspó la mucosa que lo cubría y terminó por hacerlo impactar contra el techo de la caverna.
—¡No! ¡Carajo! ¡Ya lo tenía! —Holee aterrizó un segundo en el suelo frente al brazo de tierra, volvió a volar hacia el punto donde se conectaba con el techo y transformado sus brazos en las apéndices que rompen piedras dio un golpe con toda su fuerza.
El hueco que Holee hizo dejó al descubierto una copia de Horos hecha de tierra, esta comenzó a hincharse dándole un mal presentimiento e inmediatamente se dejó caer de espaldas agitando sus alas para que la alejaran. Esa copia de Horos explotó liberando cientos de pequeñas púas rocosas, la muchacha comprimió su cuerpo lo más que pudo y se defendió con sus brazos pero la fuerza del impacto fue tanta que la hizo azotar el suelo de espaldas.
*
El caparazón en la espalda de Holee absorbió gran parte del daño hasta el punto de romperse, sus alas doradas se habían doblado por lo cual tuvo que replegarlas y repentinamente sus antenas temblaron advirtiéndole de algo. Holee se paró de un salto, no pasó ni un segundo para que diera un salto largo hacia arriba siquiera a unos 3 metros y a su alrededor salieron del suelo cuatro mukis con sus garras pronunciadas. Todo ocurrió en segundos, las alas de Holee aún no se restablecieron por lo cual no podía escapar volando, la única salida que encontró de este predicamento fue abrir su vientre y disparar seis aguijones hacia sus agresores.
«No puedo apuntar bien teniéndolos tan cerca», de los seis aguijones solo dos impactaron con un muki y lo dejaron convulsionando.
El segundo muki rasmilló el hombro de la muchacha, para su suerte logró moverse lo suficiente para que las garras le dieran a su hombrera de coraza y tomando la oportunidad del fallido ataque, ella lo decapitó con su brazo transformado en cuchilla de mantis religiosa. Con dos enemigos menos las cosas deberían ser más fáciles, sin embargo, por encargarse de esos dos mukis el tercero aprovechó que Holee se quedó sin defensas y le dio un zarpazo con sus garras en el abdomen.
—¡No! ¡De-Déjame! ¡Sal-Sal de mi cabeza! —El brazo del muki comenzó a atravesar el abdomen de la muchacha, lentamente venas negras comenzaban a formarse en el punto de contacto y se presentaron los estragos mentales de la posesión de estos seres.
Holee cayó al suelo junto con este muki que invadía su cuerpo, la criatura preparaba su mano libre para terminar el trabajo dándole un zarpazo a la cabeza de la muchacha, sin embargo, la boca de Holee de abrió a los lados, dentro una probóscide salió dispara perforando el cráneo del monstruo con facilidad y terminando así con los efectos de la posesión. La joven demonio estaba aún afectada por los daños mentales, sus manos temblaban a causa de ello y con dificultad logró quitarse el brazo del cadáver que aun la invadía.
Nuevamente las antenas de Holee se irguieron hacia su espalda, la joven estaba arrodillada viendo una sombra moviéndose tras ella y cuando giraba su rostro para prepararse ante el ataque… Vio que no había escapatoria. Horos estaba sobre ella, sosteniendo su martillo con ambas manos, del cual un intenso brillo plateado se hacía presente y a unos metros de Holee ese martillo fue blandido.
El sonido de la sangre salpicando el suelo se hizo presente, Holee no había cerrado los ojos en ningún momento y sonrió aliviada por lo que veía en su delante.
—Ya-Ya era hora de que vinieras ¿Ángelo está bien? —Preguntó la muchacha parándose mientras todo su exoesqueleto negro volvía a regenerarse.
«Si, Yukiko y Hotai lo están protegiendo hasta que despierte. Ahora depende de todos nosotros acabar esto, Holee», Axel había bloqueado el martillazo con su brazo izquierdo transformado en la extremidad de gorila gorberin y de la zona del impacto un brillo verde se dirigió hacia los lazos rojos en sus pecho.
—Estaba esperando que aparecieras, Axel. El último acto terminara con todos los presentes. Cuarta regla, si uno de los afectados por [Nodos Espirituales] protege a otro vinculado, el daño que debería repartirse se cancela… Vamos muchachos, muéstrenme los colores de sus almas. —La voz del supervisor resonó en la caverna con un tono emocionado, su sonrisa sincera demostraba la alegría que sentía por esta pelea y su corazón latía con fuerza por que esta podría ser la lucha que arranque la incertidumbre de su existencia.
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