Lost Sorrow Vol. 1 Prólogo. - 01
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- 01 - Lost Sorrow Vol. 1 - Capítulo 1 - 1: Coincidencia sin sentido.
Siendo un chico de diecisiete años, debo decir que mi vida consta en la soledad como lo mejor que he logrado. En el almuerzo como solo en mi mesa que está a un par de puestos de la mesa del profesor, junto a una ventana y sin que nadie me moleste. En las clases de educación física suelo esconderme en el armario de balones, cuando es necesario paso desapercibido cada vez que el profesor hace una pregunta a la clase. Por lo general todos en la clase me ignoran, pero lo que no saben es que en realidad yo los ignoro a ellos.
Al menos es lo que me gusta pensar.
Mi nombre es Nishimura Masao y en mi vida han pasado cosas… Por lo mismo trato de vivir mi vida sin mayores problemas como el hecho de tener amigos y mucho menos una novia. No siempre fue así, sin embargo, he llegado a la conclusión que nada bueno se puede sacar de las relaciones… Cada una más complicada que la anterior, cada uno con sus problemas y por lo mismo trato de alejarme de todos.
Sin embargo, recuerdo que alguna vez leí por ahí: «la vida es un enemigo el cual no se puede vencer, sólo puedes ver cuántos golpes eres capaz aguantar»
El problema es que como dije, la vida se encarga de darme por donde más duele y más de una vez he tenido que arreglármelas para poder soportar las piedras que la vida me lanza.
Pero esta vez algo era distinto, pero al parecer todo a mi alrededor va a cambiar… Contra mi voluntad, por supuesto.
———–
Las clases de la mañana habían transcurrido sin ningún problema, hasta que llegó el almuerzo y los mismos de siempre están en un sector de la sala de clases conversando sobre lo bien que se llevan y para variar el más alto y con apariencia de rock-star está hablando fuerte.
—Y le dije que sin importar lo que él creyera, su estúpida melodía estaba completamente fuera de tono. ¡Sonaba tan mal que parecía marcha fúnebre! —El tipo en cuestión es el más alto del grupo, tiene el cabello rubio, ojos claros casi verdes, peinado hacia atrás, algo desordenado y algunos flequillos saliendo por su frente.
—Eso fue fuerte, incluso para alguien como tú, Aki… —dice una chica tomada de un brazo del rock-star, es una chica pelirroja con una coleta que sujeta su cabello y unos ojos azules, es pequeña en comparación a los dos tipos quien la acompaña, pero bastante bonita si me lo preguntan.
—Hayashi-san, eso es porque se lo merecía, yo estuve ahí cuando comenzó a improvisar pensando que sería el nuevo single del grupo… —otro más del grupo, pero un poco más cabizbajo y un poco más bajo que el Rockstar, pero más alto que la chica, ojos negros y de cabello ídem, con esos peinados hacia adelante tapándole por completo la frente, se parece a uno de esos cantantes de J-pop o algo así.
No sé cuál es el afán del rubio a quien apodé «rock star» por querer hablar fuerte en un lugar en que si hablas normal se escucha perfectamente, pero me percato de que el resto de la clase a pesar de que están en lo suyo solo se dedican a conversar sobre lo que estos tres hablan y reírse de sus chistes.
<<Menos mal que no estoy en un grupo así, creo que no soportaría ser adorno de la clase por más de 2 minutos>> Pensaba en eso cuando de pronto, alguien entra a la sala por la puerta que está a un par de metros de mí. El cantante de J-Pop se le acerca:
—¡Fujioka-chan! Nos estábamos preocupando por ti, pensé que te había pasado algo camino a la preparatoria.
—¿Estas bien? tienes la cara algo pálida… —pregunta la pelirroja mientras se acerca a ella.
—Si… Solo tuve una mala noche…
—¿Algún novio escondido no te dejo dormir? je… —pregunta el rock-star y hasta yo consideré eso una falta de respeto.
La réplica no tardó en llegar cuando la pelirroja le propinó una mirada asesina de esas que sólo las mujeres son capaces de hacer.
—¡Me refiero a que quizás pasaste la noche estudiando con él y por eso no descansaste! —la respuesta del rubio fue lo suficientemente falsa como para que dejaran de prestarle atención.
—¡Estoy bien, en serio! sólo necesitaba descansar y por eso fui a la enfermería cuando llegué, pero la enfermera me dijo que me quedara ahí hasta que me sintiera mejor y creo que me quede dormida hasta hace poco.
Su voz suena suave y casi tímida pero lo suficientemente firme como para hacerse respetar a pesar de su aparien…
<<¡MIERDA!>>
Alejo la mirada de ella cuando me percato que justo miró hacia acá. Por lo general evito la mirada de la gente porque detesto que me saluden o cosas así, pero esta vez era por un motivo mucho peor.
<<¡Es la chica del tren! ¡¿Demonios, iba a la misma clase que yo?! ¡¿Cómo no me percate de ello antes?! ¡Además al parecer es amiga de esos tres, es imposible no darse cuenta de ello!>>
Sin embargo, lo había hecho, del par de meses que llevo en esta preparatoria, he tenido que ver cómo esos tres siempre estaban juntos, pero no sabía que había una cuarta persona cuya presencia era tan débil que no la había notado. Y además es la misma chica que acosé en el tren…
Es decir, no la acosé, solo fue un error… ¡Pero desde su punto de vista lo fue, estoy seguro!
<<Maldita coincidencia… ¿Cómo es posible que de todas las chicas de la preparatoria sea justamente una compañera de clases? ¿Qué es esto? ¿Acaso el destino me la ha jugado a propósito?>>
Intento mantener la calma y mi rostro sin expresión, si algo he aprendido del tiempo que llevo aquí y que decidí pasar desapercibido, es que para hacerlo es necesario no hacer movimientos bruscos y sobre todo no hacer ruidos demasiado llamativos.
<<Debo salir de aquí al menos hasta que comiencen nuevamente las clases… ¡Lo tengo, iré al baño o a la azotea! No, a la azotea no… Ahora mismo están las parejas y lo que menos necesito es más gente y menos si están en pleno romance… Al baño entonces…>>
Me levanto lentamente y sin hacer ruido, también la silla para que esta no se arrastre… Un sudor frío recorre mi espalda, además por el nerviosismo me sudan las manos.
<<Siento que la silla resbala de mis manos. ¡En cualquier momento se cae dejando al descubierto mi presencia!>>
La logro mover y sin ruido saco mis piernas y me dispongo a salir de la sala.
<<¡Éxito!>>
Mi pie derecho se atasca en una de las patas de la mesa y con ello caigo al suelo y por supuesto todos se percatan de ello. Levanto mi cara del piso y miro de reojo a mi alrededor, todos me miraban y por supuesto la chica de pelo corto también. Me levanto lo más rápido que puedo y salgo del salón sin mirar atrás, camino por el pasillo de la preparatoria rápidamente, pero sin correr e intento llegar al baño de hombres más cercano, cuando entro me siento en el retrete y cierro el picaporte de la puerta.
<<Estoy muerto, de seguro estará diciéndoles que soy el pervertido del tren y con ello mi vida se irá al demonio… Más todavía.>>
No sé por cuánto tiempo estuve divagando sobre mi futuro, pero cuando logré salir del baño, ya era tarde y no había nadie en los pasillos. Decido ir a la sala de clases con mucho cuidado, al llegar como era de esperarse y para alivio mío no hay nadie, pero al ir a buscar mis cosas que, por supuesto esperaba que estas se hubieran desparramado por el suelo con mi aterrizaje, en su lugar me las encuentro totalmente ordenadas en mi escritorio.
<<Sea quien sea el que ordenó esto, se lo agradezco>>
Así que tomo mis cosas y me retiro de la preparatoria como un héroe que sobrevivió a una guerra. Camino hacia la puesta de sol pensando en cómo demonios haré para asistir a clases sin que se den cuenta que soy yo.
En realidad nunca había tenido este tipo de problemas así que mi mente estaba en blanco.
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