Lost Sorrow Vol. 1 Prólogo. - 03
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- 03 - Lost Sorrow Vol. 1 - Capítulo 1 - 3: Tristeza oculta e inocencia al descubierto.
Al término de las clases, me dispuse a ir a dejar las notas a la chica.
Así que luego de un pequeño viaje en tren y parar no muy lejos de mi casa, había llegado por fin a la dirección que la hermosa delegada me había anotado en el papel, fue en ese momento cuando caí en la cuenta del error que había cometido. Estando en frente de la puerta de la casa, pensé:
<<¡¿Cómo demonios voy a hablar a la chica que accidentalmente acosé en tren?!>>
No veo algún buzón o algo así para poder dejar las notas, se me ocurre meter las notas de la clase por debajo de la puerta, aunque creo que de todas maneras no cabrían…
Sin otra opción, me acerco a la reja de la casa de paredes blancas y con detalles de madera, el ante jardín tiene unas ligustrinas a ambos lados de la entrada algo secas, aunque tomando en cuenta la época del año en que estamos, es decir otoño, es lo normal… Creo.
La casa tiene a un costado de la puerta un ventanal de vidrio que impide ver hacia adentro con claridad, además de ser al parecer de un piso, pero amplia hacia atrás, la casa es estilo occidental, como todas las del lugar.
<<Se ve bastante bonita>>
Un pequeño gato blanco con manchas negras sale de la nada y se posa en la muralla de la reja a la altura de mi hombro derecho y me mira con curiosidad.
—Tranquilo no vengo a invadir tu territorio —el gato me mira y bosteza, creo que le parezco aburrido.
Abro la reja, ingreso al ante jardín, me acerco entonces a la puerta color caoba y me dispongo a sacar el cuaderno de notas, cuando de pronto levanto la mirada y me encuentro con una chica con delantal blanco y una regadera en la mano izquierda. Me mira con curiosidad mientras me quedo helado.
—¡¿Acosador-san?! ¿Qué haces aquí?
—¡¿Acosador-san?¡ espera yo no soy ningún acosa… —me interrumpo colocando la palma de mi mano derecha en mi rostro para poder re-ordenar mis ideas.
—¿Pero no intentaste besarme en el tren? —pregunta con una tranquilidad que me desespera.
—¡No! —respondo con enojo.
—Si no querías besarme ¿Qué hacía acosador-san tan cerca de mí? ¿Acaso se dio cuenta que estaba mal lo que hacía o que no soy de su gusto?
<<¡¿esta chica está hablando en serio>>
—¡No! Es decir, no es que no seas de mi gusto o algo así es solo que…
<< ¡¿espera que estoy diciendo?!>>
Es en ese instante cuando me percato que me está mirando sonriente y despreocupada.
—Lo haces a propósito, ¿No?
—Si —responde aún con su sonrisa.
—Mira, solo vine a dejarte esto… La delegada de clase me pidió que te lo trajera, al parecer ninguno de tus amigos lo podía hacer, así que me ofrecí… —dije mientras le pasaba el cuaderno de notas.
—Ya veo… —contesta algo triste, sé cuál es esa mirada, una mirada de soledad…
—Debo irme, se supone que esas notas son importantes para el examen así que por eso las traje… Adiós —me dispongo a retirar cuando una voz de una pequeña se escucha desde el interior de la casa.
—Anna nee-chan, ¿quién es?
—Es un compañero de clases que vino a dejarme las notas de la clase de hoy —contesta Fujioka-san de manera sonriente.
En eso una pequeña cabeza del mismo color de cabello que Fujioka-san sale por el costado derecho de ella, por la altura tendrá unos seis años.
—¿Un compañero de clases? ¿Cómo se llama?
—Acosador-san —responde Fujioka normalmente.
—¿Acosador-san? ¡Qué nombre tan raro! ¡Hola acosador onii-chan! —saluda la pequeña de manera alegre levantando su pequeña mano.
—¡Que no soy un acosador! —replico molesto—, ¡Me acerque porque una mariposa estaba posada sobre tu nariz mientras estabas dormida ¡Eso es todo! —explique y aunque suena bastante irreal, es lo que pasó.
—Eso suena bastante inventado… —responde Fujioka.
Pongo mis dedos índice y pulgar de mi mano derecha justo arriba de mi nariz.
<<Y tiene toda la razón… ¿A quien se le ocurría hacer algo así? Creo que me duele la cabeza…>>
—¿Una mariposa? ¿Tienes una mariposa Anna nee-chan? —pregunta la pequeña curiosa.
—No, no tengo ninguna mariposa ahora, Emiko.
—Ooh… —responde tristemente la pequeña.
—Era blanca y de este tamaño… —pongo mis dedos índice y pulgar de mi mano derecha señalando el tamaño de la mariposa—. y revoloteaba cerca mío hasta que se posó en la nariz de tu hermana, ella no se percató porque estaba dormida, así que intente quitarla soplando…
<<Una genial idea, de seguro…>>
—¡Ooh! ¡No sabía que había mariposas en los trenes! ¡Yo quiero ir a ver mariposas como lo dijo acosador onii-chan! —señala sonriente la pequeña.
—Nishimura, Nishimura Masao, ese es mi nombre, no «acosador-san» —respondo mirando a Fujioka, quien solo se limita a sonreír.
—Pero ahora suena mucho más serio que acosador onii-chan —replica decepcionada.
—Emiko, Nishimura-san te dijo su nombre ¿qué debemos responder? —pregunta Fujioka-san a la pequeña.
—¡Oh! ¡Mi nombre es Fujioka Emiko! —saluda moviendo su mano izquierda alegremente.
—Fujioka Annaisha, mucho gusto Nishimura-kun y gracias por traerme las notas, se aprecia mucho. Siempre te veía solo en clases y nunca me atreví a saludarte, pero me alegra saber que eres más agradable de lo que pensaba —responde sonriente.
<<¿Agradable? ¿Que siempre me veía? ¿Es decir que nunca pase desapercibido?>>
Ahora que recuerdo la delegada de clases también sabía quién era, si no me notara no habría sabido mi apellido. Me siento estafado…
—¿Estás bien Nishimura-san? —pregunta Fujioka-san.
—Sí, sólo pensaba en que a veces uno cree tener todo bajo control y resulta lo contrario… —respondo de manera desilusionada.
—¿Qué quieres decir? ¿paso algo?
—No, nada. Será mejor que me vaya —respondo con una falsa sonrisa.
—¡Adiós acosador onii-chan! ¿Te veremos otra vez? —Pregunta de manera despreocupada la pequeña.
—Claro… —respondo, aunque dudo que pase.
—¡Hasta mañana, Nishimura-kun y gracias nuevamente!
Hago un gesto con la mano para despedirme
<<Eso fue extraño… ¡¿Acosador- san?! ¡¿QUE DEMONIOS?!>>
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