Lost Sorrow Vol. 1 Prólogo. - 07
- Inicio
- Lost Sorrow Vol. 1 Prólogo.
- 07 - Lost Sorrow Vol.1 - Capítulo 2 - 4: Confesión malograda.
La soledad es algo que siempre odié, sin embargo, termine acostumbrarme a ella e incluso la necesito.
—Algo que siempre odié y ahora la busco… Es contradictorio…
Estaba pensando eso mientras trataba de conciliar el sueño, la noche siempre hace el efecto contrario en mí y termino pensando más de la cuenta, al punto de pasar la noche entera simplemente pensando, pero esa noche algo más tenía entretenido mis pensamientos…
Mientras miraba al cielo de la habitación con mis manos en mi nuca, se me venía a la mente la petición de la delegada Yukimura y su preocupación por Fujioka, la primera impresión de Fujioka, de lo que conozco de ella, fue de alguien muy preocupada por las personas que le rodean. Ella siempre estaba al tanto de sus amigos, no así al revés, pues al parecer para ellos ella es una especie de adorno o demasiado metidos en sus propios asuntos como para ser consciente de los demás…
Es un pensamiento cruel pero no me extrañaría que así fuera. Su preocupación es tal que es capaz de poner el bienestar de los demás por encima del suyo… Lo cual me tenía… Molesto…
—Je… la delegada de la clase tiene razón… —susurré mientras otro pensamiento se me venía a la mente:
—Su mirada me recuerda hace unos meses atrás… Ella no se lo merece…
——————————
Una mano agarra la mía, esto me hace volver al presente y fuera del tren, sorprendido y confundido veo a Fujioka que me estaba tomando la manga izquierda de donde me había jalado hacia afuera. Sus ojos estaban con lágrimas a punto de salir, se veía qué hacia un esfuerzo por no llorar, no sé si era la luz o la situación, pero parada ahí tan débil e indefensa se veía realmente hermosa…
Había quedado mirándola sorprendido, luego de unos segundos logro reaccionar:
—Lo hecho, hecho está… —dije por fin apartando la mirada.
—¿Cómo supiste todo? —me pregunta algo triste y avergonzada
—La vez que fui a tu casa, no vi a nadie más salvo a tu hermana, ella se veía feliz, en cambio tú te veías triste y cansada, aunque intentabas disimularlo. Además… Cuando estas con tus amigos pareces ser la única que siempre está al pendiente de ellos, no lo sé, pero pareciera que ellos siempre dependieran de ti, pero sé que no querías preocuparlos por que no se lo has comentado a nadie incluso a tu amiga más cercana…
—Es decir… ¿Lo intuiste todo eso sólo observando? —pregunta, sin dejar de mirar el piso.
—Eran sospechas, pero tú me lo acabas de confirmar…
<<Además he visto esto antes…>>
—Je… es verdad —contesta Fujioka, mientras lagrimas corrían suavemente por sus mejillas rojas—. Soy egoísta y orgullosa…
—No, espera, no es lo que quería decir…
—¡¿Pero qué más se suponía que debía hacer?! ¡Siempre me han enseñado a no depender de los demás para poder hacer las cosas y que siempre debía mostrar una sonrisa, para no preocupar a nadie, aunque las cosas no estuvieran bien! —veo que rompe en llanto.
Veo que se lleva sus manos temblorosas a sus ojos en un intento en vano de ocultar su llanto.
La Fujioka tranquila y recatada, ya no estaba y a cambio estaba una chica que mostraba sus miedos y frustraciones.
Fujioka no podía parar de llorar, pareciera que acababa de explotar todo lo que venía guardando y llevaba aguantando por mucho tiempo. No me imagino cuánto tiempo debió haber aguantado todo esto y aunque no sé que podría haberla llevado a este punto, de alguna manera me imagino cómo se debe sentir, pero no se me ocurre nada para calmarla, no sé qué hacer cuando alguien más llora, sólo sabía qué hacer cuando yo era el del llanto, pero eso hace mucho…
Luego de unos minutos Fujioka logra calmarse, ambos estamos solos sentados en el pequeño paradero del tren, las luces lejanas y ruidos de la noche nos acompañan y hacen este momento muy onírico, aún es temprano, pero para nosotros pareciera que hubiera sido una eternidad.
—Mis padres…. Se separaron hace un mes, todo comenzó cuando un día llegué a casa y vi a mi madre llorando en la cocina. Emiko estaba en su habitación y no se había percatado —me cuenta Fujioka ya un poco mejor mientras se seca las lágrimas con sus mangas de su chaqueta escolar.
—Mi madre me contó que había visto a mi padre con otra mujer y que eso la destrozó… Mi padre ese día no volvió, sólo lo hizo una semana después para ir a buscar sus cosas… Ellos no se hablaron, mi padre antes de irse me dio una sonrisa y le dijo a Emiko que se iba de un viaje de negocios. Siempre lo hacía, así que Emiko lo entendió y le deseo un buen viaje, mientras mi madre y yo veíamos a mi padre partir, luego… ella se puso a llorar sin que Emiko se diera cuenta… —Fujioka intenta mantener la calma, tona un poco de aire y continúa—. Hace una semana enfermó y cayó al hospital, los médicos dijeron que estaba débil ya que no había comido nada durante unos dos días, desde entonces he intentado que mi madre mejore, pero no lo hace… no quiere comer y con suerte bebe algo.
Fujioka vuelve a mirarme y aprieta sus manos contra su pecho. Lágrimas vuelven a aparecer en su rostro, me mira como buscando una respuesta, una que en realidad no tengo.
—Sólo me queda… ¿Esperar? No quiero que mi madre… También se vaya…
No sé qué decir, la miro sorprendido y algo confundido, no sé qué más pudo haber pasado para que ella llegará a ese estado.
Pero luego de unos minutos declaro:
—Mis padres también son separados… La diferencia es que, ambos se odian <<y a mí también…>> además ha pasado tiempo así que tampoco es reciente, pero… Sé lo difícil que es ver como tu familia se cae a pedazos, aun así… —insisto mientras la miro fijamente—. No es motivo para no querer ayudarte.
Veo que me vuelve a mirar buscando en mi alguna solución. Sin embargo, continúo:
—No te pido que aguantes todo, aunque no creas hay personas preocupadas por ti, Yukimura-san, por ejemplo, ella me pidió que hablara contigo porque sabía que algo estaba mal y yo no me atrevía a hacer algo. Sin embargo, aquí estoy… Si hay alguien que vio lo que nadie más, fue ella… —insistí, tratando de mirarla a los ojos.
—¿Yukimura-san…? Yo no quería causarle problemas a nadie y aunque intento ocultarlo, en el fondo sólo quería que alguien se diera cuenta y —me mira sonriente—. Me rescatara de esta… Mentira…
—No soy nadie para rescatar a alguien… Me considero una horrible persona, pero aquí estoy, lo que significa que estoy de tu lado.
—¿Quién tiene de malo intentar ser amable? —me responde con los ojos llenos de lágrimas.
—No se trata de ser amable… Es un mero capricho también, si lo hago… Es porque quiero.
—Un capricho… Eres extraño… —responde esta vez con una sonrisa—. Pero, llegado a este punto… lo acepto. Acepto tus caprichos.
La miro sorprendido, esa respuesta tan sincera no me la esperaba.
—No sé muy bien cómo interpretar eso, pero… Creo que después de todo no podría echarme atrás… ¿No? además tampoco podría decir que no a esos ojos —respondo un poco más relajado.
Ella me mira sorprendida e inmediatamente suelta una carcajada, lo que a su vez me sorprende y caigo en la cuenta:
—Dije eso en voz alta ¿verdad?
—¡Se oyó perfectamente! —contesta, esta vez secándose las lágrimas de los ojos mientras reía, algo que me alegra.
—Te ves mejor así, al menos a ti te queda —respondo algo molesto, mientras ella terminaba de secarse las mejillas.
—¿Ah?
—Unas lágrimas sinceras —Fujioka me mira con los ojos abiertos y roja de vergüenza ¿sus ojos eran así de verdes?
—Se— Será mejor apresurarnos Fujioka-san, tu hermana debe estar esperando —digo con algo de vergüenza y tratando de cambiar de tema, pero Fujioka no se mueve y esta vez me mira seria.
—¿Fu…Fujioka-san? ¿Qué pasa?
—Annaisha —responde sin expresión en su rostro —es Annaisha, pero puedes llamarme Anna.
—¡¿AH?! No espera, no podría…
—Pero en el tren me llamaste por mi nombre, es la primera vez que un chico me llama por mi nombre, ¡debes hacerte responsable de ello! —responde algo molesta.
<<¡¿Hacerme responsable?!>>
Pensaba mientras recordaba y claro… la había llamado por su nombre, ¡¿pero hacerme responsable?!
—¡No digas esas cosas que se puede mal interpretar! —contesto algo enfadado.
Fujioka, suelta una risa demasiado adorable
—Lo sé, sabes que lo digo para molestarte, sin embargo, dijiste que me ayudarías y que me llames por mi nombre es parte de ello… Masao —responde alegremente mientras la miro casi resignado.
Ella lentamente comienza a caminar, aún está algo apenada por todo, por lo que lo hace algo tambaleante, luego de unos pasos se detiene y vuelve a mirarme. Me sorprende lo fuerte que es y lo fácil que le resultó pasar del llanto a una risa…
<<hacerme responsable…>> pienso mientras la miro caminar.
Quiero ayudarla, pero lo cierto es… No sé cómo, pero algo tengo claro, no dejaré que caiga donde estoy.
Comments for chapter "07"
QUE TE PARECIÓ?