Lost Sorrow Vol. 1 Prólogo. - 20
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- 20 - Lost Sorrow Vol. 1 - Capítulo 4 - 7: Princesa inquieta.
Mis amigos aún estaban preocupados de mí y mi problema, pero creo que lo mejor sería guardar ciertos detalles que no hacen falta contar, no porque no confié en ellos, es solo que creo que no es el momento ni el lugar para conversar mejor. Así que luego de terminar el café me despedí de ellos y volví a entrar a la habitación y tratar de compartir un poco más con mi madre, aun así… Estoy preocupada por el trabajo de medio tiempo de Reiko, sé que no me lo quiso decir para no preocuparme, pero sé que ahora debería haber estado allí…
Solo espero que esto no le provoque más problemas…
Al entrar a la habitación de mi madre el ambiente está un poco tenso, pero mucho mejor respecto a antes de salir. La única que está realmente bien es Emiko que mantiene su sonrisa:
—¡Anna nee-chan! —se acerca alegremente a abrazarme—. ¡Mamá dice que dentro de unos días podrá volver a casa!
Aquella noticia hace que una sonrisa enorme se dibujara en mi rostro e inmediatamente me acerco a ella.
—¿Madre, eso es verdad? —Pregunto emocionada.
—Si, como ya estoy comiendo bien y mi salud ha mejorado, el doctor dijo que posiblemente pasado mañana me dé el alta médica.
Al escuchar eso, no me aguanté las ganas de abalanzarme sobre mi madre y abrazarla con todas mis fuerzas, ella me correspondió el abrazo y puso su mano sobre mi cabeza acariciándola.
Había pasado tiempo desde la última vez que la había abrazado y estaba tan contenta que volví a sentirme como una niña…
—Bueno, me alegro que las cosas mejoren… —dice padre levantándose de la silla en la cual estaba sentado y se dispuso a retirar.
—¡Papá! ¿Cuándo vuelves? —pregunta Emiko que había ido a su encuentro.
Mi padre nos ve a mí y a mi madre antes de contestar.
—Pronto, Emiko… Pronto… —contesta pensativo—, Adiós Emiko dijo —dándole una palmada en la cabeza, para luego despedirse de Madre.
—Adiós Mizuki…
—Adiós —contesta madre, quien aún se ve algo molesta por todo.
Me percato que mi padre se acerca a mí y me pregunta en voz baja:
—¿Puedo hablar contigo un momento?
—Claro, padre… —le contesté calmada, mientras mi madre toma de la mano a Emiko que se disponía a salir con nosotros también, de seguro tenía curiosidad de que hablaría su padre y su hermana, pero mi Madre entendió que era una conversación entre mi padre y yo.
Luego de una pausa, padre saca un cigarrillo, olvidándose el lugar en el que se encuentra. luego mira el cigarrillo por un segundo y lo volvió a guardar. Se le ve nervioso y evita mirarme a los ojos.
—Lo siento… —dice luego de ese incómodo silencio.
—¿Por qué lo dice, padre? —pregunto algo confundida, mientras pongo mi mano derecha cerca de mi corazón.
—Lo que dije antes, cuando me encontré con tu amigo… —Mi padre no para de apartar la mirada mientras se rasca la cabeza con su mano izquierda, siempre hacía eso cuando estaba nervioso y ahora mismo se le nota mucho más—. Sólo espero que me perdones, no es algo que de verdad sienta…
Es raro escuchar y ver así a mi padre ahora, no recuerdo cuándo fue la última vez que fue sincero con nosotras, si es que alguna vez lo fue…
—Tenía rabia y sólo trataba de excusar mis falencias como padre y lo débil que fui al conocer a esa mujer… —se acerca un poco más antes de continuar—. Pero ya no estoy con ella… solo fue un encuentro y nada más…
Padre se encuentra cada vez más ansioso mientras trata de hablar…
—Padre, yo…
—¡Pero al verte ahí parada mientras decía todas esas cosas horribles! Yo de verdad… —Padre cada vez estaba más nervioso y hacía gestos con sus manos como tratando de ordenar sus ideas
—Padre… —insisto nuevamente.
—¡De verdad me dio miedo perderte!
—¡Papá! —Logro interrumpir por fin, tratando de parar esa corriente de ideas y emociones las cuales no le permite escucharme. Recuerdo que algo así sentí cuando me sinceré con Masao en el tren la primera vez… Y ahora que lo recuerdo pareciera que fue hace mucho tiempo.
Luego que lo interrumpí, padre me mira confundido, pero también algo expectante a lo que tengo que decir…
Es la primera vez que veo a mi padre así y también es extraño para mí, ya que tampoco recuerdo haber tenido esta confianza para hablarle como ahora.
Tomo un poco de aire para poder alimentar mi fuerza, mientras aun sostenía mi mano en mi corazón para intentar mantener la calma, si bien mi padre siempre ha sido distante y creo que también tuve algo de culpa ya que luego que entré en secundaria y ahora en preparatoria no he vuelto a hablar con el cómo cuando era niña… Pero por el mismo motivo es que debo hacerle frente ahora y sobre todo dejar en claro mis sentimientos.
—¿Eso mismo le dijiste a Madre? —Pregunto firmemente, al hacerlo Padre se me queda mirando sorprendido como intentando reconocerme, de hecho, ni yo misma logro hacerlo ahora—, ¿Si sentías todo eso por qué esperaste a hasta ese momento para darte cuenta? ¿Acaso no te diste cuenta que también tengo sentimientos y que tus palabras me dolieron más que cualquier cosa antes…? —Finalicé, padre quedó atónito ante aquella confesión.
Es verdad que me sentí realmente mal cuando padre dijo aquellas palabras, como si nosotros no valiéramos nada, recuerdo que tenía una mezcla de rabia y tristeza… Sin embargo, reafirmo mis palabras:
No lo odio.
Sé que el camino no es el odio y eso, ahora mismo, no es lo que Emiko necesita y mucho menos mi Madre.
—Al único que debe convencer con sus palabras es a usted mismo…Papá… —Sus ojos se cruzan con los míos, buscan una respuesta —Me refiero a que tiene que demostrar lo que dice con hechos, en vez de sólo palabras…
—Sé que fue horrible como te traté y no quiero hacerte más daño… —trata de explicar, algo ansioso.
Niego con mi cabeza mientras trato de explicarle, no era eso lo que quiero decirle, sin embargo, continúo:
—Además, estaré bien, no estoy sola, tengo amigos que se preocupan por mi… —digo sonriéndole con la intención de calmarlo, mientras se me viene a la mente Reiko y los demás… Y también Masao…
—Entiendo… —contesta mi padre luego de volver a mirar sus manos—. Tienes razón, debo demostrarlo con hechos para que puedan confiar en mi…
Mi padre queda pensativo, quiero ayudarlo…
A pesar de todo… Sigue siendo mi padre…
Quizás mis amigos no estarían de acuerdo en mi manera de actuar, pero creo que entenderían si estuvieran en mi posición.
Ya no quiero más dolor ni mucho menos rencores.
Aún quedan muchas cosas que hablar, pero por ahora lo mejor será dejar las cosas así, creo que hay cosas que solo el tiempo puede curar…
———-
Luego de la conversación le dije que lo mejor, por ahora, es que se vaya ya habrá tiempo para conversar y me dijo que cualquier cosa que lo llamara a su móvil, lo que luego me recordó que tengo el móvil de Masao, intente llamarlo para saber cómo estaba y preguntarle por qué se había ido sin decir nada, pero sólo salía el buzón de voz. No quise insistir para no molestarlo, así que pensé que lo mejor sería preguntarle mañana en clases.
Al día siguiente traté de hablarle en la hora de almuerzo, pero no logré verlo, intente buscarlo, pero no lograba dar con él, lo mismo pasó a la hora de salida…
El único momento que lograba verlo era en la hora de clases, pero en ese momento no podía acercarme ya que se sienta a unos seis puestos de mí, además siempre que iba en su búsqueda luego, o no lo encontraba, o ya se había ido…
Es extraño ya que siempre estaba ansiosa por hablar con él, quería contarle la mejoría de mi Madre y también como mi padre intenta arreglar las cosas.
<<¿Me estará evitando?>> Pensé luego de que al tercer día, había logrado dar con él cuándo iba entrando a la sala de clases… Pero me ignoró…
Vi que llevaba audífonos, así que puede que no me haya escuchado cuando le hablé.
Traté de preguntarle a Yukimura-san si sabía algo, pero me dijo que tampoco había tenido la oportunidad de hablar con él por culpa de las reuniones del consejo…
<<Quizás dije o hice algo malo y por culpa mía se enfadó…>> Pienso mientras estoy sentada en mi escritorio de clases. Es una hora cercana a la salida así que se me ocurrió hacer algo para poder encontrarlo…
Cuando dan la salida con la melodía de la preparatoria, me apresuro para guardar mis cosas. Mientras lo hago se me acerca Hamasaki-kun:
—Fujioka-chan, ¿estás bien?
—Si ¿por qué preguntas? —digo sin mirarlo mientras guardo mis cosas rápidamente.
—Últimamente has estado algo Ansiosa y vi que siempre estás apurada…
Veo a Masao salir con su bolso escolar por la puerta de la sala de clases.
—Disculpa Hamasaki-kun, ahora mismo no puedo conversar, mañana continuamos ¿de acuerdo? —le digo poniendo mis manos juntas en señal de disculpa—, Lo siento ¿sí? ¡Hasta mañana! —finalizo despidiéndome con la mano mientras tomo mi bolso escolar y me apresuro en dirección a la salida de la sala de clases.
—De acuerdo… —le alcanzo a escuchar mientras yo salgo lo más rápido que puedo para alcanzar a Masao que ya lo había perdido de vista.
No me gusta dejar a mis amigos así, luego de la conversación de aquella vez en el hospital las cosas habían estado mejor con ellos, pero debo hacerlo si quiero alcanzar a Masao, mañana me disculparé con el debidamente.
Me apresuro para llegar a la salida de la escuela, esquivo un par de personas por las escaleras, una de ellas es Yukimura-san que iba en dirección opuesta y que camina junto a otro alumno mucho más alto que ella de cabello negro y tez pálida, da la impresión de ser alguien importante ¿quizás sea el presidente del consejo estudiantil? Creo que estos días están en reuniones, de hecho, creo que se dirigen hacia la misma sala del consejo estudiantil, así que le pregunto antes de continuar bajando las escaleras:
—¡Yukimura-san! ¿has visto a Masao-kun?
—¡Fujioka-san! —contesta algo sorprendida, deteniéndose a mitad de la escalera mientras gira para poder verme—. ¡Creo que acaba de salir de la escuela en dirección hacia la estación de trenes!
—Manami, apresúrate. —demanda aquel estudiante, el cual al girarse logro ver que también lleva gafas al aire y sus ojos negros son extremadamente serios.
Yukimura-san no dijo nada y solo asiente con la cabeza, vuelve a encaminar su rumbo y se despide con la mano en silencio.
Nunca había visto ese chico antes, también puede ser porque no estoy muy al tanto de las actividades de la preparatoria las cuales siempre el consejo organiza. Pero ese chico de alguna forma me causo una mala impresión…
Luego de mi encuentro con mi delegada de clases, me apresuro para tratar de alcanzar a Masao, ya que le había perdido de vista.
No sé por qué este apremio por verlo, pero siento que si no logro dar con el ahora y preguntarle directamente lo que ocurría no podría hacerlo luego.
Luego de trotar una distancia considerable, logro verlo girar una esquina, por aquí no hay mucha gente ya que parece ser un barrio residencial y no hay vehículos cercanos.
—¡Masao-kun! —grito para llamar su atención y poder descansar del trote anterior.
Mi respiración está agitada, apoyo mis manos en mis rodillas un poco mientras recupero mi aliento, me percato que se detiene a unos cinco metros de mí y me mira por encima de su hombro, creo que intenta darse cuenta quien lo llama.
—¡Masao-kun, por favor espera! —dije acercándome un par de pasos hacia él luego de incorporarme, Masao se da media vuelta para verme completamente.
Él está parado con un rostro inexpresivo mientras sostiene su bolso escolar en su hombro izquierdo y su mano derecha en su bolsillo del pantalón.
No me dice nada… Aquella imagen de él solo es comparable con un muro.
—Masao… ¿Estás bien? —pregunto con algo confundida, titubeo un poco al verlo parado ahí sin decir nada—. Quería hablar contigo… Yo…
Sigue sin decir nada, solo mirándome… Pero no enojado, solo serio. Así que trato de hablarle nuevamente:
—Tra… ¡Trate de llamarte! Pero no contestabas… Quizás pensé que… Tenías algún problema y por eso no podías contestar… Incluso quería hablarte en clases, pero tampoco pude hacerlo…
Su rostro no muestra expresión alguna, sólo una mirada algo vacía… Me dio algo de miedo, sin embargo, insisto nuevamente dando otro paso hacía el mientras me llevo ambas manos a mi corazón.
—Masao…Recuerda que somos amigos, si tienes algún problema por favor dímelo… ¿sí? —Dije tratando de sacar una sonrisa, quiero hacerle saber que de verdad me preocupa.
—¿Quién dijo eso? —Pregunta por fin, de manera seca.
—¿Qué? —reacciono confundida, no sabía a qué se refería.
—¿Quién dijo que somos amigos?
—¿Ah? —reacciono en una mezcla de confusión y sorpresa, no estoy segura que quiere decir—. ¿De qué hablas Masao? somos amigos ¿recuerdas?
—¿Quién dijo eso? —vuelve a preguntar—. Yo nunca dije que éramos amigos.
Sus palabras se oyen extrañas es como si ahora mismo estuviera hablando con otra persona… incluso consideré que de verdad me hubiera equivocado y este Masao es otro…
—Masao, no bromees con eso por favor, recuerda las cosas que pasamos… ¿tú me ayudaste recuerdas?
—Supongo que sí lo hice, pero nunca dije que éramos amigos —contesta de manera robótica y casi sin expresión…
—Masao por favor, todo lo que te conté y las cosas que pasamos… Eso nos hace amigos ¿verdad? además recuerda que yo dije que te ayudaría si necesitabas ayuda… —volví a insistir nuevamente, sentía una imperante necesidad de hacerlo volver…
—¿Y yo acepté esa ayuda? —replica, ni siquiera sé que pensar al respecto…
Masao siempre ha sido alguien que no se sabe muy bien lo que piensa, pero no se parece en nada al Masao que tengo enfrente…
—Entonces… ¿por qué…?
—¿Por qué te ayudé? —contesta adelantándose a mi pregunta—. Creo que estaba aburrido.
—¿Ah? Entonces todo lo que hiciste por mí… ¿Era porque estabas aburrido? No… No es cierto, nadie hace este tipo de cosas solo porque «está aburrido».
Quiero respuestas, pero Masao, como si mi mente leyera, se en cargaría de dármelas.
—Fue idea mía desde un principio que me siguieras cuando fui a ver a tu padre, quería que me vieras salir para generar interés en ti y de esa forma decidieras seguirme.
No entiendo a qué se refiere, pero creo que habla de aquella vez cuando lo encontré a él y a mi padre conversando afuera de su oficina…
Fue entonces cuando me di cuenta:
—Querías que viera a mi padre y escuchara esas palabras de él…
—Tomando en cuenta lo que me dijiste de él y lo que había hecho, pensé que sería alguien egoísta y que de alguna forma u otra se excusaría con alguna tontería suya… —Acota Masao mientras yo continúo escuchándola incrédula.
—Pero ¿por qué?…
—Porque quería que vieras el tipo de persona que es y de esa forma cortaras relación con el… Es mucho más fácil que hacerse amigo y querer arreglar las cosas.
Masao continua inmóvil mientras dice esas palabras y yo resisto las ganas de caer de rodillas…
—Así que por favor no insistas que somos amigos… Además, ya tienes verdaderos amigos, al menos por ahora…
—¿Verdaderos amigos? —pregunto nuevamente confundida.
—Los que se preocuparon por ti una vez que supieron de tu problema y fueron a verte al hospital… Me imagino que de verdad estaban preocupados por ti y no solo fue de fachada o algún intento de quedar bien contigo —agrega Masao quien además se acerca un poco bajando su rostro, mientras sonríe de manera burlesca—. Yo que tú, elijo mejor a los amigos si no fuera por Yukimura ni sabrían de tus problemas o mejor dicho de ti misma como una persona con sentimientos…
—¡Te equivocas! —Respondo enfadada.
Sus palabras se clavan en mi pecho como si de puñales se trataran, siento un dolor en él que impide moverme, sin embargo, de algún modo encuentro fuerzas para oponerme a él.
—Ellos tienen sus propios problemas y el hecho de que no supieran de mis problemas fue por decisión mía, no quería preocuparlos, no quería ser una molestia para ellos… Lo sé por qué los conozco de mucho antes que tú y no tienes derecho a hablar así de ellos.
Fue ahí cuando me di cuenta… Quien no confiaba en ellos…
Era yo…
—Espera… Acaso… ¿Que fueran a verme al hospital, fue idea tuya también? —le pregunto a Masao quien me mira tranquilo nuevamente.
—Yo le pedí a Yukimura-san que los llamara y te vieran en ese lugar… La única forma para que te sinceraras con ellos era acorralarte
—Pero gracias a ello, ahora tengo mayor confianza con mis amigos…… —sonrío por fin, un poco más tranquila—. Lo sabía…
—¿De qué hablas…? —pregunta Masao.
—No sé por qué razón estás haciendo esto, pero sé que no es verdad que no somos amigos… —declaro mirándolo a los ojos de manera desafiante mientras mantengo mi sonrisa.
—Te dije que no… Tú ya no me necesitas y yo no te necesito —insiste dándose media vuelta para retirarse.
Pero no dejaré que se vaya así como así, no ahora que había logrado darme cuenta de lo que tramaba.
—¡Masao! —le grito antes de que se fuera, pero Masao continúa caminando y mirando en su dirección.
—Mi padre, una vez que me vio aquella vez mientras ustedes conversaban, se dio cuenta de su comportamiento y me pidió perdón y también a mi madre, se comprometió a trabajar en su actitud, si bien, falta mucho para poder confiar y ser una familia como tal otra vez, sé que con el tiempo se logrará salir delante de alguna forma u otra.
Masao continua sin mirarme, vuelvo a colocar mi mano cerca de mi corazón y me acerco un par de pasos hacia él:
—¡Y respecto a mis amigos, ellos ahora están más cercanos y también se comprometieron a estar ahí cuando los necesite y yo ser más abierta y confiar en ellos!
Sé que las intenciones de Masao no eran malas para hacer algo así, todo cuanto paso era para este momento.
Lo que me recordó las veces que conversamos… Sobre todo, en aquel vagón de tren rodeados de gente, aquella vez fue la primera vez que un chico se me acercaba tanto, ambos estábamos nerviosos y sentía el calor de su pecho cerca de mí, cuando ocurrió en un principio me asusté, pero en ese instante a pesar de que era la tercera vez que hablábamos, no sentí una mala intención de él, en ese pequeño momento me percaté también que era una persona cuyos ojos mostraban preocupación… y también dolor…
—Ahora recuerdo cual fue la verdadera razón por la que querías ayudarme en un principio… —veo que en eso se detiene, ahora que tengo su atención, continuo:
—¿Recuerdas cuando conversamos en la estación de tren aquella noche?
Masao me mira por encima de su hombro, pero sus ojos no se logran ver por su cabello.
—»No quiero que te conviertas en alguien como yo» —Dije por fin, vi como intenta darse la vuelta para mirarme, pero en su lugar sólo mira hacia adelante y continua.
—¡Masao! —vuelvo a gritarle, ya que él había aumentado nuestra distancia—. No sé qué fue lo que has tenido que pasar, lo que te llevó a ser quien eres ahora, de hecho, ni siquiera puedo decir que te conozco bien. Pero eso no significa que nosotros no podamos ser amigos te dije que te ayudaría si lo necesitabas y eso lo decidí, porque sé que eres alguien que pide ayuda, tu viste lo que nadie más vio y tampoco quiero que pienses que eres invisible para los demás…
Masao continúa caminando, sin mirar atrás, está a punto de doblar la esquina por lo que tomo aire, pongo mis manos alrededor de mi boca y grito:
—¡Yo también quiero estar ahí para ti cuando lo necesites!
Comments for chapter "20"
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