Maestro sin igual: Padre Soltero - 01
Era un día caluroso como cualquier otro, un día normal en donde el calentamiento global estaba empezando a notarse.
O que diablos se yo, solo repito lo que veo en la televisión, es mi único medio para entretenerme después de todo, no sé si eso sea verdad o mentira, pero tengo que anotar todos los datos que me parezcan útiles, por si algún día se comprueban.
Y también, por si algún casual encuentro una oferta de trabajo o algo así.
Luego de la muerte de mi esposa, tengo que aparentar que siempre estoy bien, aunque sé que quienes la están pasando peor son ellas.
Estaba recién dejándolas en la primaria luego de que finalmente me quedara sin dinero.
Necesito conseguir un trabajo cuanto antes, pero solo soy un hombre de 24 años, casi sin experiencia más allá de conseguir el título universitario recientemente.
Estando tan perdido en los pensamientos que llegue a casa, simplemente enciendo un cigarrillo y empiezo a ojear el periódico para ver qué clase de ofertas de empleo hay.
«Lo último en chismes, Laura Torres le es infiel a su esposo».
—Como si me importara eso.
«Conozca su suerte con estos signos».
—No me interesa.
«Caliente: Mueren la presidenta y el vicepresidente de la importante empresa de bienes raíces de la compañía Renz»
—Oh, vaya… ¿Abra puestos libres?
Con unos comentarios llenos de desinterés, Esteban seguía hojeando el periódico para ver si había algo, algún trabajo con el que pudiera ganar un buen dinero.
Al terminar de leerlo y ver que no había nada, simplemente se rindió y tiro el periódico a la basura.
Soltó un gran suspiro mientras se rascaba la cabeza y miraba a su buzón, el cual estaba lleno de facturas vencidas.
Cada vez estaba más entre la espada y la pared.
Así que decidió salir de paseo, debido al calor, no podía ponerse una ropa extremadamente caliente.
Así que se puso una simple manga corta para salir a pasear y de paso, si podía, cazar ofertas de empleo por si se le cruzaba una.
Vivía en un barrio de clase media, no podía quejarse del estilo de vida que llevaba.
Pero ese estilo de vida peligraba y el, como el hombre de la casa debía hacerse responsable y darles el mejor futuro posible a ellas.
Por más que ojeara los puestos de teléfono por donde pasaba, simplemente no encontraba un buen empleo.
Los ruidos de los motores de fondo hacían de camuflaje sus gruñidos y sus suspiros.
«Solicito mecánico con ganas de aprender en lomas del sol».
—No tengo esas aptitudes —Dijo para sí mismo en voz baja.
Al revisar el ultimo poste de teléfono, simplemente se rindió por ese día y al girar sobre su derecha vio un bar abierto a horas del día.
Simplemente dejándose llevar por la marea del destino, entro y se sentó en la barra para pedir alguna bebida.
El bar ténder al ver el nuevo cliente se acercó para pedir su orden.
—Su identificación por favor —Dijo con una voz seca y autoritaria.
Esteban, quien estaba acostumbrado a esta situación, saco su cartera y le dio la identificación al hombre.
Muchas veces el chico ha sido confundido con menores de edad, tiene una apariencia joven y pocas veces es tomado en cuenta.
—Confirmado, ¿Qué va a pedir? Señor Esteban Raymond —Dijo el camarero refiriéndose con un tono un poco más amable.
—El especial de la casa por favor.
Simplemente pidió al azar, mirando el precio de la bebida, le alcanzaba, no podía darse el lujo de malgastar el dinero.
En cuanto el bar ténder se giró y fue a preparar su bebida, una joven que estaba al lado de él, reacciono a su nombre.
—¿Raymond? —En un tono de duda simplemente se giró para ver al joven a su lado.
La voz provenía de una cierta entidad femenina que estaba en el bar quien Esteban simplemente no le había prestado la más mínima atención.
Después de la muerte de su esposa, simplemente no tenía la más mínima intención de socializar con las mujeres, al menos por un tiempo.
Al voltearla a ver sus ojos se encontraron y finalmente pudo observar de quien venia esa voz suave y tranquila.
—¿Esteban?
—¿Elena?
La figura que estaba sentada a su lado, con una figura de alta clase, un cabello castaño largo que le llegaba hasta la parte superior de la espalda, un traje elegante de trabajo con una falda hermosa.
Unos impresionantes tacones, así como unas medias que cubrían el resto de la piel.
El primer pensamiento que vino al ver su atuendo fue:
«Dios mío, ¿no tienes calor?»
Con un atuendo tan cerrado mientras están a casi 34°C, a Esteban le parecía de locos, muy sexy, pero muy de locos, el jamás se atrevería a vestir así.
—Pero si es Esteban… —Dijo mientras cruzaba las piernas— El Genio empollón que se graduó de la universidad en 2 años.
Le dedico una sonrisa y sus ojos carmesí se posaban sobre él, quien estaba observándolo de pies a cabeza.
—¿A qué te dedicas? —Preguntó Elena.
—A sufrir las repercusiones del desempleo —Respondió con sarcasmo.
Simplemente suspiro mientras observaba al tendero preparar su bebida.
Elena simplemente le dio una palmada en la espalda mientras sonreía.
—Oh… Así que… Estas buscando empleo —Dijo entrecortadamente y en voz baja.
—¿Aun ahora te vas a burlar de mí? —De manera seca y cortante.
No existen suficientes dedos para contar las veces que ella lo estuvo molestando durante sus días de escuela.
Estuvieron juntos desde secundaria, preparatoria y la universidad, más que juntos, fueron compañeros y ella siempre lo arrastraba a sus locuras.
Ahora ¿Me estás diciendo que esa “Bully” le está yendo bien en la vida?, realmente la vida es injusta.
Mientras Esteban estaba recordando un poco los viejos tiempos, ella simplemente sonrió.
—Sabes, soy la nueva directora de un prestigioso colegio —mientras cerraba los ojos y posaba su dedo pulgar sobre su pecho.
«Allí va, presumiendo de nuevo» Pensaba Esteban mientras ella hacia su declaración.
Desde que estaba en la secundaria, ella presumía de su madre, de como ella era la directora de la academia Siete Hermanas.
Sin embargo, ella no fue a esa escuela porque sería bastante incomodo que fuera a una donde tu madre era la directora.
Así que, para ahorrarse dramas innecesarios, fue a otra preparatoria, aun así, eso no la dejo de hacer que presumiera de su estatus como hija de la directora de una academia de 5 estrellas según sus palabras.
—Oye —Dijo poniendo su dedo en mi vista— ¿Te interesa ser contratado maestro?
~*~
—Sabes muy bien que escuela es esta, ¿no? —Luego dijo con un poco de soberbia.
—¿Crees que soy estúpido? Por supuesto que lo sé, esta es la academia más prestigiosa del país, la academia femenina de preparatoria Siete Hermanas.
Si y no la conozco precisamente por la información pública, sino porque cierta alguien jamás dejaba de presumir.
«Maldita sea, este trabajo será muy problemático»
La alumna parecía ofendida, parece ser que nadie esperaba que fuera tan agresivo de buenas a primeras.
—¿Como te atreves a hablarme así, sabes quién soy? —Exclamó la chica con el pelo negro.
—No lo sé, ni me interesa, bien prosigamos con la clase —Mientras me sobaba la nuca.
Realmente, ella son un dolor de cabeza, no debí venir tan pronto como me ofrecieron el trabajo.
—Tu… —Exclamó con una rabia contenida.
—Estoy a cargo de la clase F, sabes lo que eso significa, señorita alta alcurnia —Al mencionarlo todos bajaron la cabeza.
Estábamos en aula mejor que la mayoría de escuelas del país, pero, aun así.
Era visiblemente la peor de toda la escuela.
—Un hombre de poca monta no podría entender, ni ser bienvenido aquí —Dijo una peli-naranja, con ojos jade.
—El “hombre de poca monta” está aquí para ponerlas en cintura —Dije mientras daba un carpetazo en el taburete.
Todas parecieron enojadas, pero aun así se callaron y fueron más cooperativas.
—Bien voy a pasar lista.
Abro la carpeta y paso lista, las estudiantes, todas femeninas van diciendo presenten hasta llegar a las chicas que claramente la tenían contra mí.
—Ayra Esperanto.
—Presente.
Dijo de mala manera y fulminándome con la mirada, no le di importancia.
—Mónica Esperanto.
—Presente.
Vaya, con que eran hermanas, ellas no se parecen en casi nada, más allá del color de sus ojos.
Igual que su hermana ella me estaba torciendo la boca y enfurruñándose.
Vaya… sí que son hermanas, pueden que no se parezcan tanto físicamente, pero en cuanto a personalidad.
Y por último…
—Clara Sindfield.
—P-P-Presente… Profesor…
Vaya, tenemos una introvertida, ya veo porque están aquí.
Una chica que llevaba el uniforme correctamente, sentada hasta el fondo, donde su principal característica, era su pelo de color morado, quien cubría parte de sus ojos, no los podía observar.
Cierro la carpeta luego de comprobar que todas están presentes.
Me guardo mentalmente algunos nombres de algunas chicas que podían ser problemáticas.
Mas tarde le pediré a Elena algunos de sus expedientes para saber con qué estoy lidiando.
—Bien… Ahora vamos a hacer una prueba para ver su nivel académico.
Tan pronto como dije esas palabras, varios sonidos y palabras de desaprobación inundaron la sala.
—Eh…
—Exámenes ahora mismo.
—Eso es trampa.
—No he estudiado.
La sala al estar cerrada, el eco de las voces repercutía en la misma y lo hacía considerablemente más molesto de lo normal.
—No se preocupen, esto no repercutirá en sus calificaciones, esto solamente es para medir su nivel.
—¿Cómo sabemos que es verdad? —Dijo Mónica.
—Lo juro por mi honor —exclamé con la cara más sería que podía poner.
—Eso no vale nada —Respondió con obvio disgusto.
Abrí mi pequeño maletín y saco una pila de hojas con preguntas variadas y se las doy a la representante de la clase, quien resultó ser Ayra.
No me sorprendió en lo más mínimo, pero, aun así, ella hizo una cara de disgusto cuando se acercó a agarrar las hojas.
—Las hojas tiene un clip y son 4 hojas en total —Le señalé eso a Ayra— Dale eso a cada una de tus compañeras de clase.
Ayra paso silla por silla hasta llevar por completo a todas las chicas su respectivo examen.
Ayra se fue a sentar a su lugar y saqué mi cuadernillo de notas y empecé a observar a todas.
—Bien, tienen 30 minutos. Comiencen —Di un aplauso al terminar la frase.
Todas empezaron a hojear sus exámenes y responderlos, a lo que yo en respuesta empecé a hacer notas.
Posando mi mirada en las estudiantes que mejor trabajaban y peor se concentraban, tendré que analizar esto.
«Águeda es del tipo estudioso, Amairany le cuesta concentrarse».
Tomando notas, fijándome en todas las estudiantes una por una, para intentar notar sus altos y bajos.
Paso el tiempo y tome todo tipo de notas, observando detalladamente a toda la parvada de chicas de 16-17 años.
Inesperadamente esta clase no es para nada grande, solo son 16 alumnas.
Eso es la mitad de lo que es un aula normalmente, aunque puedo achacarlo a que es un instituto especial.
El tiempo paso y pude sentir como se hacían las 2 en punto.
Llego el momento de entregar los exámenes y todas se levantaron para ir al escritorio del maestro que estaba en una esquina y dejar las hojas allí.
—No se olviden de poner su nombre —Dije con un tono condescendiente.
—¿Ha?, ¿Quién demonios sería tan estúpida para eso? —Contesto Ayra.
No obstante, vi a muchas estudiantes de igual manera revisando su examen solo por si acaso.
En un lapso de un minuto ya todos los exámenes estaban en el escritorio y empecé a guardarlos.
—¿Huh? ¿No los vas a revisar? —Dijo Mónica con un tono de duda.
—No lo dije antes… Esto no es una prueba que repercutirá sus calificaciones —Me aclaro la garganta— Esto es solo para poder medir su vara.
Pude apreciar la cara de alivio que se formaba en varias estudiantes del fondo, intentando que no las viera.
—Ya pueden irse a casa.
—¿Q-Q-Queee? —Respuesta que provino de la mayoría.
Solamente palme las manos un par de veces y todas guardaron silencio.
—Consideren esto un pequeño regalo de mi parte, porque después del día de hoy, habrá pocos.
Todas estaban estupefactas, sentadas en sus pupitres, sin saber cómo procesar la locura que estaba sucediendo.
—Después de observarlas un poco hoy me di cuenta que a ustedes les hace falta algo muy importante —Solté esas frases mientras guardaba las cosas— Y tengo que prepararme, literalmente recibí el trabajo hace una hora.
Todas seguían sin poder seguir el ritmo de la conversación.
—Pueden irse a casa o auto estudiar, lo que ustedes crean necesario.
Y así, fue el final de este loco día, donde conseguí empleo a las 12:30 p.m. y a la 1:00 p.m. ya estaba ejerciendo como profesor, ojalá haber preparado temarios pero que se le va a hacer.
En mi camino hacia la salida, aun podía ver que el sol seguía estando a todo lo que da, si bien dentro del instituto hay aire acondicionado, mi espalda empezó a sudar por lo que se avecinaba.
Mi casa no estaba precisamente cerca, tengo un coche, pero al salir a buscar empleo, preferí caminar, ahora tengo que regresar el día de hoy a casa a pie.
Sin embargo, antes de salir me encontré con Elena y una maestra.
La maestra se sorprendió al verme, no esperaba ver que me dirigiera a la salida con todo y mochila siendo poco más de las 2 p.m.
—Maestro Raymond, ¿Qué ocurre? —Preguntó en estado de shock.
Como se esperaba de esta escuela, estaba vestido de una manera muy formal, dignos de una escuela de alto prestigio.
Con los ojos abiertos y con una gran duda, mientras tanto, Elena quien está al lado de ella ni siquiera está preocupada en lo más mínimo.
—Buenas tardes Maestra Alexa, un gusto poder trabajar con usted, lamentablemente al venir de sorpresa, no pude preparar ningún temario para poder enseñar a mis estudiantes, así que me estoy retirando.
En cuanto dije eso, la cara de Alexa mostro un pequeño desagrado, y sin perder más el tiempo, contesto.
—Si, lo sé, señor Raymond, la directora aquí presente, me estaba comentando que lo contrato apenas hace una hora, me parecido una locura —Dijo con un tono de condescendencia— y dígame, ¿No pudo haber improvisado un tema?
—Esas estudiantes necesita ayuda seria, algo como improvisar solo marcara el efecto contrario.
Contestando firmemente a sus demandas, lo que hizo que retrocediera, mientras Elena estaba riéndose un poco, estaba disfrutando del encuentro.
—Sobre todo, considerando el hecho de que no solo soy el nuevo profesor aquí, si no de lo que es conocida esta escuela, estaré en serios problemas si hago algo tan tonto como improvisar y bajar la guardia.
Habiendo terminado la conversación, di una pequeña reverencia y seguí mi camino hacia la salida, aquellas dos solamente se quedaron observando.
~*~
La maestra y la directora habían llegado al despacho, que estaba en el centro de lo más alto de la escuela.
La sala era bonita y ornamentada, finamente cuidada con la más alta clase de todos y en el centro de la misma, la que daba al exterior.
Estaba la directora sentada en su despacho, con todo tipo de materiales típicos que podrías encontrar en un escritorio, al otro lado de ella estaba la misma maestra de antes, junto con otras dos más.
—En serio directora, ¿En qué estaba pensando? —Dijo la maestra Alexa, azotando sus dos manos en el escritorio.
—directora, esta vez sí nos debe una explicación. —Exigió la maestra a la izquierda de la habitación, una peli naranja.
—Me interesaría saber el motivo por el cual contrato a ese don nadie —Dijo una maestra peli-azul— No tiene el más mínimo sentido.
—No solo es un hombre, algo que esta academia tiene prohibido —Dijo la peli azul apuntando su dedo índice hacia el recuadro de la visión de la academia.
La academia tenía como objetivo ser un centro educativo especializado para mujeres para que pudieran sobre salir en el ámbito académico.
Se les inculcaban toda clase de materias y conocimientos del más alto nivel, esta academia sin duda estaría entre las mejores del mundo.
—Si no que también solo es un titulado en enseñanzas básicas. —Continúo viendo el curriculum hecho a toda prisa por Esteban. —Si no que tiene 3 hijas algo grandes siendo el bastante joven, es una mala influencia para toda esta escuela.
La maestra peli azul dejo el papel en la mesa de la directora, quien simplemente tenia los codos sobre la mesa y estaba cruzada de brazos mirando fijamente a las maestras.
—Con que, ¿Quieren saber la razón? Eh…
Todas las maestras presentes en el aula, tragaron saliva y esperaron expectantes la respuesta de la directora, quien finalmente se paró.
Todas dieron un paso atrás instintivamente.
~*~
—¿En serio? ¿Me estas contratando a mí? —Exclamo Esteban en el bar.
Hizo que todos giraran sus miradas hacia ellos dos que estaban haciendo mucho ruido, un poco apenado Esteban se disculpó.
—Claro, tienes lo que necesito. —Contesto Elena.
Estaba tan sorprendido que ni siquiera pude responder en el acto, tuvo que pasar un pequeño tiempo para que fuera capaz de procesarlo todo.
¿Yo? ¿En la academia Siete Hermanas? No solo una de las más prestigiosas academias de todo el mundo, si no que específicamente, ¿Yo? ¿Un hombre?
—Vamos, no te lo pienses mucho —Dijo Elena con una carcajada— Si logras mantener tu puesto, te pagaré muy bien.
Eso era tentador, demasiado tentador, de nuevo, ella me está manipulando para que yo haga justo lo que ella quiere.
No quiero caer en su juego, pero visto mi situación actual, tengo que intentarlo, no do dejar pasar una oportunidad, así como así.
—No lo hago por ti, si no por ellas. —Señalo Elena.
Oh, entonces se refiere a mis hijas, ¿no?
Después de todo, mi esposa era su mejor amiga, ella es la madrina de las bebés, las conoce justo después que yo cuando nacieron.
No estoy en posición de darme el lujo de rechazar este trabajo, tengo que hacerlo mejor.
~*~
Habiendo recordado toda la conversación del bar, me dirijo a casa finalmente.
Tuve que encargarme de algunos pendientes y tomar notas acerca de los locales que estaban cerca de la escuela, por si lo frecuentaban las chicas.
Sigo dándole vueltas a la conversación del bar, ¿Por qué habría que contratarme específicamente en esa escuela?
Hasta donde yo sé, ella no necesariamente me necesitaba a mi específicamente allí, podría haber usado sus conexiones de directora la prestigiosa academia para conseguirme un trabajo donde sea bien remunerado.
Pero ya no hay nada que pueda hacer, estoy metido de lleno en el ajo, y tengo que prepararme muy bien para poder estar a la altura de sus expectativas.
La vida en esa academia será muy dura, debo estar preparado para todo.
Son las 7 de la tarde ya está anocheciendo, es horario de verano, apenas van iniciando las clases.
Como sea, voy llegando a casa, realmente debo ir en auto la próxima vez, estoy jadeando de lo cansado que estoy, casi 2 horas caminando.
Simplemente no, esto no se puede permitir, ella está jugando conmigo, manipulándome a su antojo, desde siempre ha sido así.
Desde siempre, me ha arrastrado a todo tipo de situaciones, para probarse a sí misma, lo cual siempre fue molesto.
Aunque no le tengo odio o algo parecido, después de todo, conocí a mi esposa gracias a ella.
Si ella cuenta conmigo para este trabajo, lo único que puedo hacer es responder a su voluntad con todo lo que tengo.
Estoy parado en frente de mi casa, apreciando la casa que mis padres me dejaron como herencia, una bonita casa de dos pisos en un barrio de clase media, nada fuera de lo común, sin tiempo que perder, entro.
—Ya estoy en casa.
El sonido del eco sonaba por toda la casa, después de un par de segundos una chica rubia de unos 16 años, bajo por las escaleras.
—Bienvenido de vuelta.
Recibiéndome con una cálida bienvenida simplemente sonrió en respuesta.
Ella es Julissa, es la hermana menor de mi esposa, es decir, la tía de mis hijas, ella me ayuda a cuidar la casa y a mis hijas cuando no estoy.
Antes de la muerte de mi esposa ella nos visitaba a menudo y pasaba el rato con nosotros, pero luego de aquello…
Ella se mudó conmigo con tal de ayudar y también porque su escuela queda cerca de mi casa.
Sin embargo, oigo varios sonidos de pasos bajando por las escaleras a toda prisa, ni tiempo tengo de mirar cuando ya me empujaron hacia el piso.
—Bienvenido papá.
—Ya estoy de vuelta.
Y las abrace, estas niñas son mi más grande tesoro.
—Papa, sabes, hoy aprendimos a multiplicar.
—Yo aprendí a hablar en inglés.
—Yo aprendí sobre la historia del pueblo.
Todas hablando a la vez sobre su día en la escuela, no puedo ocultar la alegría que siento y simplemente se me escapa una sonrisa.
—¿Cómo estuvo tu día? —Preguntó Julissa mientras alejaba a las niñas.
—Pues… Bien… Conseguí trabajo —mientras miraba a otro lado y rascaba la nuca.
—Oh… Maravilloso, ¿Dónde? —Dijo con unas expectativas altas.
Simplemente me tome un momento de silencia antes de responder, estaba pensando en cómo podía zafarme, pero al final decir la verdad creara menos problemas.
—Como maestro —Dije con un tono de voz un tanto nervioso— En la academia Siete Hermanas.
Ella simplemente sonrió, no dijo nada, después de un momento soltó un jadeo en confusión.
—Como sea, luego te explico, tengo que preparar cosas para mañana, por favor haz la cena y acuesta las niñas, voy a estar muy ocupado.
—Claro…
Habiendo terminado la discusión, subí las escaleras para ir a mi cuarto y encerrarme allí.
Me esperaba una cama matrimonial que antes compartía con mi esposa, ahora ya me queda grande.
Mirando la cama con un corazón roto, pero sin tiempo para lamentarse, abro el cajón y saco varias hojas blancas.
Voy al escritorio en la parte superior de la habitación y comienzo a trabajar.
~*~
—Debido a esa estúpida visión, esta escuela se está quedando atrás en cuanto a posicionamiento como la mejor del mundo —Arremetió la directora Elena.
Ella estaba discutiendo con las maestras que dudaban de su decisión de meter a esteban al plan educativo de este año de la clase F.
—Las nuevas generaciones cada vez son peores que la anterior, más salvajes, incivilizadas, lo puedo apreciar al ver la clase F.
Despotricando, la directora estaba mirando hacia afuera en una ventana, viendo a la gente de fuera, automóviles yendo a su destino y gente con el tamaño de una hormiga pasar.
—Es por eso que necesitan entrar en cintura, en convertirlas en mujeres de bien, que sean lo mejor de lo mejor en esta generación.
—Pero directora, como ese tipo va a lograr cumplir las expectativas que tienes sobre los estudiantes —Exclamo la profesora Peli Naranja.
La directora se tomó un tiempo para suspirar, simplemente se giró y observo a las profesoras de frente.
—Porque él es justo lo que necesito —Dijo la directora— Como alguien que estuvo en el mismo colegio que él durante más de 8 años, puedo decirlo con total seguridad.
Las profesoras simplemente se quedaron calladas, el abrumador silencio inundo la sala, el sonido del ruido ambiental de afuera era lo único que podía llamarse Sonido.
Hasta que pasaron 10 segundos y el hielo fue roto por Alexa.
—¿Está segura de que no es favoritismo porque lo conoce desde hace tiempo? —Pregunto Alexa de manera inquisitiva.
La directora simplemente se limitó a sonreír antes de darle una respuesta.
—Él siempre va más allá de las expectativas.
Luego de decir eso, ella se levantó de su asiento.
—Necesito un maestro que siempre vaya más allá con sus alumnas, alguien que los haga superarse, alguien que los haga reflexionar, alguien que los enderece, alguien que dé la cara por ellos.
Todas las demás profesoras se quedaron en silencio, simplemente era la primera vez que observaban a la directora ponerse tan emocional.
—Necesito a Esteban Raymond —apuntó al curriculum de esteban— Necesito a un Maestro sin igual.
Con eso, dio fin a la reunión que tenía con las tres maestras en la sala y con ello una declaración de guerra.
Y con eso, dio inicio al giro del destino.
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