Mariposas de la muerte - 0.2
Capítulo 2
Obsesión
El jardín que formaba parte del terreno de la mansión estaba cubierto de grama podada al nivel ideal. También, en el jardín habían varias pérgolas de madera cuyo propósito era crear un área agradable para los reclutas.
También había porciones del terreno destinadas para la siembra de flores hermosas.
El jardín estaba dividido por un camino de lajas. Un estilo elegante y de aspecto natural. En general, era un patio muy atrayente.
Por ese camino andaban Fayette y el portero. El portero era un humano sin poder, mayor y lento. Por supuesto que sus pasos fueron incapaces de igualar la velocidad de movimiento de Fayette.
Sí, el paso veloz de ella no se detenía, incluso cuando el portón de vallas que la separaba de Rai estaba prácticamente delante de sus narices.
—¡Oye, oye, oye cuida…! —Rai exclamó con impaciencia, pues parecía que la chica no iba a frenar y pronto colisionaría de cara contra el portón.
Si Fayette colisionaba, las leyes de la física no le perdonarían y un buen golpe se iba a dar.
No obstante, Rai no había podido terminar de hablar debido a que la chica, irónicamente, violó las leyes de la física.
Después de todo, desapareció en un parpadeo, como si nunca hubiera existido en este mundo.
¿Fayette desapareció? Desapareció. Y tan rápido como desapareció, reapareció al otro lado del portón y justo a espaldas de Rai. Los pies de Fayette quedaron elevados varios centímetros en el aire.
Entonces Fayette, aún sin que sus pies entraran en contacto con el suelo y mientras descendía, lo primero que hizo fue rodear sus brazos alrededor de los hombros de Rai, como si fuera ángel bajando del cielo y abrazara a este individuo por la espalda.
Sin duda, su abrazo fue muy amigable.
—¡¡Hola, Raiiiiii!! Hijijiji —Volvió a sonar la emocionada voz de la chica.
—Holaaaa… Jooooo… Eso fue impresionante. ¡Envidiable!
Apenas Rai sintió el cálido cuerpo que lo abrazaba por detrás, aplaudió y su expresión se llenó de admiración.
—Awjajaja, Rai, ¿boquiabierto, fascinado? —Fayette cerró sus ojos y ladeó la cabeza. Por supuesto, no había manera de que su sonrisa se borrara de su rostro.
El mero hecho de que su cuerpo estuviera tocando la espalda de Rai, le formaba una alegría imposible de describir. Si Fayette tuviera una cola de perro, ahora mismo la estaría moviendo de lado a lado.
—¡Fascinado! ¡Qué teletransportación tan pulcra! Recuerdo que antes apenas podías teletransportarte unos centímetros, pero veo que ahora tienes un dominio increíble de tu poder, jejejeje.
—¡Y esto no es nada, Rai! —Recibir aquellos halagos por parte de esta persona causó que la hiper alegría de Fayette acrecentara aún más.
De repente, los ojos de Rai se achicaron y su corazón empezó a bombear sangre a una velocidad absurda, al fin y al cabo, se había dado cuenta de que algo muy blando acariciaba su espalda
—Eeeeeh… Fa-Fayette, jejejeje, también veo que has crecido… y claro que no me refiero a tu estatura.
—¿Oh? ¿Uhm? ¿Te parece incómodo, Raiii? —Dándose cuenta de que se refería a que sus voluminosos pechos tocaban la espalda del chico, una expresión juguetona se manifestó en la cara de Fayette y ella lo abrazó con más fuerza aún—. ¿Aprieto aún más?, ¡¿más?!, ¿¡máaaasss!? Kyjijiji.
Según decía eso, sus brazos oprimían con más fuerza exponencialmente y, naturalmente, cada vez sus pechos se aplastaron más y más. En general, la espalda de Rai estaba percibiendo todo el volumen de aquellos pechos en su máximo esplendor.
—¡¡Sí!! Di-digo no, o sea sí pero no, ¿entiendes? ¡Aaah, diablos, que bien se siente! ¡Algo de afecto femenino! ¡¡Digo no!!!
—Raiiii. ¡¿Máaaaaas?! Kyjijiji…
—Sí más, pero mejor menos. Ay no, algunas cosas se están levantando. ¡Es extremadamente peligroso! ¡Cambio de postura!
Tras decir aquellas palabras sin aparente sentido, de un rápido movimiento, casi caricaturesco, Rai se liberó del amoroso abrazo de Fayette y se giró hacia ella.
—Coff, coff. —Tosió fingido—. Mucho gusto, señorita. Tiempo sin verla. —Saludó Rai, extendiendo la mano derecha. Era un forzado intento de disimular la vergonzosa pero satisfactoria sensación de hace unos momentos.
Por parte de Fayette, había suspirado inconforme.
—¿Debo mejorar mi técnica de abrazado? Yo no quería separarme.
—¡¿Cómo has estado?! —Rai insistió en desviar el tema. Y lo logró.
—Me siento bien, muy, pero muuuy bien. Estoy tan feliz que podría afirmar que este es el día más feliz de mi vida. Es que ha sido tanto tiempo…
—¿Tan feliz? Eso significa que te pasó algo muy bueno. Jummm, déjame pensar… piensa, piensa… ¡Ya! ¡Hoy se te declaró la persona que te gusta! O no, no, ¡comiste tu plato favorito! ¡O tal vez te anunciaron buena fortuna, o quizás…!
—Jajajaja… Eres tan gracioso. Cla-claro que no tiene nada que ver con eso. Es más interesante si lo adivinas. —Le guiñó un ojo con dulzura—. A todo esto, Rai, veo que también has cambiado y muuuucho.
—Así es. Lo increíble de los humanos es la capacidad de poder cambiar. Oh, esa frase me quedó poética. No, no tanto, mejor olvídalo. En fin, ¿han sido cuántos, cuatro años desde que no nos vemos?
—Han sido mil doscientos cuarenta y dos días desde la última vez que nos vimos. Con certeza te puedo asegurar que llevo contando cada día, cada minuto, cada segundo. Raiii.
—Wow, antes no eras tan inteligente. En definitiva, este lugar hace maravillas.
—Nop, entré aquí hace diez días, así que no tiene nada que ver con este lugar.
—¡No me mientas! Y hablando de cambios, ahora que te examino bien, llego a la conclusión de que tu cuerpo se volvió más voluptuoso.
Al comentar eso, Rai caminó alrededor de Fayette. Inspeccionado la figura de la chica.
Ser observada tan fijamente causó que las mejillas de Fayette se enrojecieran. Dobló un poco su rodilla derecha y jugueteó un poco con los dedos.
Según la expresión en su faz, era fácil deducir que le gustaba un montón ser observada de esa forma.
Por otra parte, lo que los ojos de Rai captaron eran a una joven de pelo rojo flameante. De relucientes ojos color púrpura. Piel bronceada. Era baja de estatura; 1,53. Sin embargo, había sido bendecida con buenos atributos, como una cadera amplia y un busto grande, tal vez enorme.
Obviamente tenía puesto el uniforme femenino que usaban en esta mansión. Pero esto no quitaba que los accesorios que tenía le daban algo más de personalidad, por ejemplo, poseía una pulsera de acero que tenía una piedra hermosa con forma de “R”.
En sus orejas también guindaban unos aretes los cuales tenía una pequeña “B” de acero como decoración.
Y claro, su peinado era bastante elegante, podría decirse que era digno del prestigio de ese sitio: tenía todo el pelo recogido formando una cola de caballo lateral.
En resumen, era guapa.
—Aww, Rai, aceleras mi corazón. ¿Eso significa que me he vuelto más linda?
—Así es.
—Qué tierno. Eso te hace merecedor de una recompen…
—¡Peroooo!
—Creí que habías acabado, que agregues un “pero” es señal de que algo negativo está por venir. Me asusta.
—Y sí que vendrá, buajajajaja. Ahí voy: Me he fijado en que no has crecido ni un centímetro, sigues igual de enana. Jajajajaja…
—Amm… Rai, ¿te molesta mi estatura? —Una expresión triste, como la de un perrito suplicando cariño, apareció en su rostro.
—Para nada, el punto es que ser chiquita te hace ver graciosa. Me recuerda a las pequeñas muñequitas que mi madre ponía en los árboles para alejar a los malos espíritus. Ya sabes, esas cosas aterradoras.
Las muñecas a las que se refería eran elaboradas doblando un montón de pajas y estaban lejos de ser agradables a la vista.
—Me alegra que te evoque algo relacionado con tu madre, pero me quema que se trate de algo tan feo. Anotado: Obligar a mi cuerpo a crecer para adaptarse a los gustos de Rai.
Fayette chocó su puño con la palma de su otra mano. Un ademán que reafirmaba su determinación sobre lo que acababa de decir.
—¿Qué me habrá querido dar a entender con eso?
—Na-nada, nada de nada. A todo esto, ¿qué tal tu día? —Ahora fue ella quien trató de desviar la conversación.
—Yo… he tenido un día peculiar… —Justo al decir eso, Rai volteó y notó que la extraña chica de cabello rosado no se había movido. Básicamente esa misma chica había sido la generadora de este llamado “día peculiar”.
También, la cabeza de ella estaba dirigida hacia el par de amigos. Aunque ocultaba sus ojos con el antifaz, era obvio que los estaba mirando.
Podría decirse que la mirada de ambos se encontró.
En definitiva, se volvió terrorífico que ella los viera tan fijamente.
Lo curioso era que el portero había removido los candados del portón y solo faltaba que los Individuos Especiales que estaban afuera se dignaran a pasar.
En el caso de Rai y Fayette era entendible que se quedaran hablando ya que eran amigos que se estaban encontrando después de mucho tiempo. No obstante, no había razón para que la chica de cabello rosado permaneciera sin hacer nada.
Lo natural es que, si esperaba a que le abrieran, pues que pasara apenas el portón de rejas fuera abierto.
De inmediato, Fayette se movió y se interpuso en el punto donde la mirada de Rai y la de la otra chica se encontraban. Una expresión juguetona aún estaba en su rostro rojizo.
—Entiendo, Raiii. No te enfoques en cosas extrañas si no es tu deseo convertir este día en algo más perturbador. No te preocupes, yo me encargo. Me aseguraré de hacer tu día menos aburrido. Hay tantas cosas que te quiero contar y que de ti quiero escuchar. Será espléndido, hijijiji. —Por unos segundos Fayette contempló el cielo y su mente se absortó en alguna especie de fantasía efímera.
Logrando lo que quería, de nuevo Rai se centró en Fayette.
Él por un momento estaba por decirle algo a la otra chica, pero se contuvo.
—Bueno, antes de pasar a las historias y las excusas que te debo dar, primero hay muchas cosas que debes explicarme de este lugar ya que ando medio perdido. Por ejemplo, me habían dicho que llegué tarde, ¿es cierto? —Rai soltó una risita nerviosa y se rascó la cabeza con pena.
—Tan cierto como la existencia del aire, Rai. Sin embargo, no hay razón para preocuparse. Pese a que las clases iniciaron hace diez días, me estuve asegurando de comentarles a los entrenadores tu situación y han sido bastante razonables. Así que no te preocupes. Déjalo todo en mis manos. Haré que dentro de un rato te inscriban formalmente. —Fayette sacó el dedo pulgar. Eso transmitió mucha confianza.
—Pero no te quiero molestar más. Ya has hecho mucho por mí. Espera… —Rai se detuvo puesto que recordó algo importante. Esto hizo que se sintiera maleducado con Fayette—: Perdón, lo primero que debí darte fueron las gracias. Sí, tengo que agradecerte por este favor. Gracias, en serio, gracias.
—Rai, eres muy agradecido… eso no fue nada. En cualquier caso, recuerda que en el pasado hiciste algo mayor que salvar mi vida. Me siento en deuda. Por eso no me molesta en lo absoluto ayudarte.
—Ah, sobre eso, no lo hablemos aquí, es… vergonzoso. Jejeje.
—Lo siento, Rai, lo habías dicho en la carta e irrespeté eso.
Hace más de un mes, los días grises de Fayette cobraron color cuando recibió una carta de Rai.
En la misma, Rai explicaba que se encontraba muy lejos de la capital y, por lo tanto, necesitaba que lo ayudara con un asunto.
Eso era que lo reclutaran en esta Mansión de Entrenamiento…, entre otras cosas que mencionó en dicha carta.
Fayette se había mudado a la capital de la nación. Y esta Mansión de Entrenamiento quedaba muy cerca de su hogar. Por lo tanto, no era difícil para Fayette ayudarle.
Sin embargo, el problema era que las Mansiones de Entrenamiento tenían periodos de reclutamiento, y para cuando Fayette había recibido la carta, ese periodo ya había culminado.
La solución de Fayette fue hablar con su prima, Fayre Malvallet. Esta era una persona asombrosa, pues había sido reclutada hace un año y había demostrado un desempeño excepcional a la hora de usar sus poderes y habilidades físicas.
Eso le hizo ganar bastante influencia en esta mansión. Por lo tanto, el plan de Fayette fue convencer a su prima para que la ayudara. Esta accedió.
Al final fue sencillo para Fayre persuadir a los directores de la mansión. De esta manera, se apartaron dos puestos para los nuevos reclutas.
¿Dos nuevos reclutas? Sí, uno era Rai y la otra era la misma Fayette.
Por otra parte, cuando Rai se halla en la lejana Montaña Espinosa, en determinado día recibió una carta cuyo contenido era la respuesta de Fayette.
La carta comunicaba que lo habían aceptado en el ejército de Individuos Especiales… entre otras cosas.
Adicionalmente, se asombró al descubrir que Fayette también se había unido.
Quizás Rai era tan despistado que no se había dado cuenta de que Fayette se unió solo por él.
Sin duda una amiga muy leal.
Sea como sea, desde entonces Rai inició su viaje y tardó más de quince días para poder llegar aquí, además de que aparentemente sufrió algunos accidentes cuanto menos penosos.
Esa es la razón por la que había llegado tarde.
—Ciertamente, que me aceptaran también es gracias a la influencia de tu prima. Luego la llamas para que pueda agradecerle como es debido.
Por un momento, la cara de Fayette denotó disgusto al escucharlo.
—Ah, Rai, no te preocupes por eso. Déjamelo a mí, yo le doy tus palabras de agradecimiento.
—No, es que quiero hacerlo en persona y…
Lo interrumpió.
—Raii, déjalo en mis manos. No es necesario que te acerques a otras chicas.
—¿Vale?
De pronto, escuchar “chicas” causó que Rai recordara nuevamente a la chica del antifaz. Así que sus ojos dejaron de ver a Fayette y se dirigieron nuevamente a la “come pájaros gótica”.
—…
Aquella chica seguía observándolos.
En su rostro permanecía no haber ningún tipo de expresión, pero de alguna manera causaba angustia al receptor de su mirada.
Como era de esperarse, su boca no pronunciaba palabra alguna.
Esto se volvió escalofriante para Rai, así que dijo:
—Oye, amm, no sé cómo te llames… pero debes saber que me incomoda que me mires tan fijamente… Espera, ¡¿cómo puedes mirar teniendo esa cosa en los ojos?! Ups, cambiar el tema así puede sonar descortés, me disculpo por dar tantas vueltas al hablar, es que… Ahg, no importa. El punto es, ¿hay algo que quieras decir? Je, je, je…
—… —Permaneció un silencio incómodo.
—Raiii… ¿y si mejor entramos? —Fayette hizo un puchero al ver que Rai hablaba con alguien más, así que trató de convencerlo.
«Esa chica es molesta». Pensó Fayette.
Rai ignoró a Fayette.
—Antes al menos tarareabas, ¡¿y este silencio ahora?! ¡Qué fría!
—… —Respuestas de parte de la chica: inexistentes.
—Lo siento, creo que estoy siendo poco empático. Déjame pensar… tal vez tengas muy pocos amigos y quieras socializar con nosotros, pero te da nervios hablar, ¿es eso?
—… —Silencio escalofriante.
—Anda, acércate, no te voy a comer. Háblanos de ti. ¡¿O será que eres muda?! —Le costó tragar saliva al sentirse tan ignorado.
—… —Tenebrosa ausencia de ruido.
—Raiii, no es muda. —Por fin Fayette intervino—. Puede hablar perfectamente. A esa le debe faltar un tornillo. Cierto, será mejor que entremos, debemos hablar con los entrenadores, recuerda.
—No seas mala, Fayette. Un guerrero de verdad jamás abandonaría un alma siendo azotada por la soledad.
—Ohhh, lo… lo siento, Rai. —Fayette bajó la cara, parecía triste. Pero, apretó sus puños. Sus dientes crujieron. Indignación. Rabia. Emergían.
«¿Él dijo que soy mala? Él… ¿Él me regañó? Todo es por culpa de esa mujer». Los pensamientos de Fayette se llenaban de enojo.
Sacudió su cabeza y recuperó la compostura, entonces, tratando de volver a su ánimo anterior, intentó:
—Rai, debes estar hambriento y exhausto. ¿Sabes algo? Como regalo de bienvenida te preparé una rica ensalada de ciruleira con algas de piruleira al vinagre. Ñam, ñam. Sé que es tu comida favorita. Hijijiji. Está adentro, así que ¡ENTREMOS YA! y ven a comer.
Otra vez, Fayette intentó convencer a Rai para entrar a la mansión, incluso lo tomó de la muñeca y lo jaló hacia adentro. Pero, naturalmente, muy naturalmente, la fuerza de una chica difícilmente podría igualar a la de un hombre, y mucho menos podría detener la fuerza de la curiosidad de Rai.
—Paciencia. Un guerrero de verdad no se puede rendir fácil. ¡Jajaja!
Rai, tan animoso como siempre, logró escapar de Fayette y se acercó más a la chica misteriosa.
«Él… Él otra vez se separó de mí». Por un momento los ojos de Fayette se nublaron. Rabia. Molestia. Indignación.
—La soledad es un problema grave que puede conducir al suicidio. De hecho, la cara calmada que debes estar mostrando en este instante debe ser una ilusión tuya para hacernos creer que todo está bien, cuando en realidad está lejos de ser así. Por lo que, por favor, sé honesta con nosotros y abre tu corazón.
—… —No respondió. No respondió. Silencio. Silencio.
—Raiiiii, ella es tan rara que eso de sacarse el corazón se lo puede tomar literal. ¡No la ayudas mucho así, amigo! Hijijiji… ¡JI! ¡Olvídala y ven a comer lo que te preparé! Y hablemos y hablemos tú y yo ¡SOLOS!
Rai analizó lo que Fayette acababa de decir. Y solo le interesó la primera parte del comentario de Fayette.
—Wow, interesante, Fayette, parece que la conoces bien. ¿Sabes su nombre?
—La topo o algo así, ¿por qué no pasamos mejor? —Habló con tono de queja.
—Jajajajaja, esas bromas pesadas tuyas, Fayette, jejeje, no cambias. —Rai volvió su voz más amable—. No seas cruel y dímelo, ¿sí?
—Bu-bueno… so-solo porque me lo dices así —Fayette no pudo soportar el poder seductivo de la voz de Rai, se encogió de hombros y reveló el nombre de la chica con dificultad—. Es Lili-Lilith Louvet.
—Oh, qué lindo nombre…
«¿Él dijo “lindo nombre”?». Los pensamientos de Fayette entraron en pánico.
—… —La boca de Lilith no se inmutó. Parece que regalar una respuesta le era imposible.
—Bien, Lilith, ahora que sé tu nombre, cuéntame, ¿por qué te sientes triste?
—Raiiii, me agrada muuuucho que seas tan buena gente, pero no me parece ¡para nada! que esa chica esté triste. Mejor entremos, que se hará más tarde y… ¡Igh!
—… —Lilith siguió igual.
—Tienes razón, Fayette, tal vez no sea tristeza, jum…
—… —Sin comentarios.
El pensativo Rai se llevó los dedos a la barbilla y rascó una cicatriz que tenía en la misma. Después chasqueó los dedos al llegarle una idea y continuó:
—Jumm… ¡Ya sé! Con este método será sincera con nosotros: nadie se puede resistir a hablar de sus gustos, ¿no es así? Buajajaja… espera, ¿qué le puede gustar a esta chica?
Los pensamientos de Rai trataron de determinar la respuesta a esa pregunta. Primero pensó en accesorios para niñas góticas, luego en el antifaz, y al final se le ocurrió lo más posible que podía gustarle:
—¡Lo tengo! Lilith Louvet, para una gourmet experimentada como tú, escúchame bien y responde, ¿¡qué sabor tienen las aves crudas!?
Rai dijo esto con convicción y mucho optimismo, como si supiera que con certeza esa pregunta causaría que la chica hablara.
—¿…? —Por fin, Lilith realizó un movimiento con la cabeza y su boca formó la forma de una “O”. Sin embargo, no habló.
A lo mejor la pregunta de Rai la confundió.
—¿Carne cruda de ave? —Lilith no fue la única que realizó esta expresión, la cara de Fayette también transmitió el mensaje de “¿qué diablos?”.
—Créeme, Faye. No querrás saberlo.
—No es necesaria una explicación. Creo que puedo hacerme una idea de lo que quisiste decir. —De pronto los ojos de Fayette se llenaron de brillos—. Y aww, tenías tiempo que no me llamabas así. Me gusta. En fin, ¡¿PODEMOS PASAR YA?!
El cerebro de Fayette no podía comprender la razón por la cual Rai insistía tanto en que esa chica soltara palabras.
¿Por qué demonios le suplicaba tanto a una mujer que lo ignoraba tan cruelmente?
—¡Al fin! Una expresión. Por la virgen de las espadas, ya me había asustado. Empecé a pensar que era una muerta viviente o algo así. —Sintiéndose victorioso por algo tan simple, Rai manifestó su entusiasmo.
—Raiii, ya es suficiente. Entremooooos. —Pidió Fayette.
La joven, con sus mejillas infladas y haciendo todo lo posible para contener su ira suprema contra Lilith, se aproximó hacía Rai y le abrazó el brazo derecho.
«Con esto debería ser suficiente». Razonó en su interior.
—Faye… —Otra vez, al sentir los grandes pechos de ella tocando su brazo, Rai sudó frío y se puso nervioso—. Bueno… está bien, entremos. ¡Pero no me rindo contigo, juro que algún día me responderás! Buajajajaja —Eso último lo exclamó mientras señalaba a Lilith.
—Sí, sí, ya déjala. —Fayette tiró del antebrazo de Rai.
Rai se rindió, tomó todas sus cosas que antes había descuidado en el suelo, y se dejó llevar por Fayette.
Logrando lo que quería, Fayette volvió a su entusiasmo de antes. Y por supuesto, se sintió extremadamente bien al estar tan cerca. En constante contacto con ese chico.
Por fin, por fin se estaban alejando de aquella tal “fea” de Lilith Louvet.
Esta era la primera victoria en la guerra de Fayette.
Un triunfo para su obsesión.
Pasional obsesión.
—Jovencitos, se tomaron su tiempo, ¿no? —Esto lo dijo el portero. Quien había estado esperando con paciencia a que ellos pasaran.
Sin embargo, las palabras de ese hombre fueron también ignoradas, pues…
—¡Alerta! —Sin previo aviso, Rai exclamó algo.
Sí, gritó extremadamente alarmado. Incluso pegó un pequeño brinco.
Después de todo, justo cuando estaban por acceder al patio de la mansión, él dio un rápido vistazo hacia la ubicación de Lilith y notó varias aves.
¡¡¡Esas aves empezaron a volar alrededor de Lilith!!!
—¡Esto es malo, malo, muuuuuuuuy malo! —Gritó sobresaltado.
Un sentimiento heroico impulsó todo el cuerpo del joven y rápidamente se desprendió del agarre de Fayette.
—¿Rai? ¿Otra vez? Noooo… —La boca de Fayette formó una curva en señal de lamento. Su expresión la hacía parecer que estaba a punto de llorar.
Nuevamente, Rai soltó sus cosas, y se arrimó cerca de Lilith.
«Estaba tan cerca, ¿en serio, ¡¿EN SERIO!? ¿POR QUÉ OTRA VEZ SE ESTÁ ACERCANDO A ESA MALDITA ZORRA DE MIERDA?!». Aunque no parecía exponerlo a simple vista, el interior de Fayette estaba ardiendo en ira.
Sus ojos perdieron todo tipo de brillo. Y su cara se volvió aterradoramente oscura y seria.
Pero Rai no tenía idea de esto. No, para nada, todo su ser, alma y cuerpo estaban enfocados en una sola labor: salvar a aquellos pájaros que sobrevolaban alrededor de Lilith.
Lilith seguía con la misma expresión de siempre. Y no se inmutaba por las aves. Aun así, eso podría cambiar de repente.
Y las consecuencias serían catastróficas para las aves que quedasen atrapadas en sus “fauces”. Por eso, solo por eso, Rai tenía el deber de salvarles la vida.
—Pero, ¿qué hacen, pajaritos? ¿Quieren suicidarse? ¡Aprecien la vida!
¿Por qué planeaban aquellos pájaros justo donde estaba Lilith? Tal vez podría ser…
—No, no puede ser… ¿¡acaso lo hacen por venganza?!
Por alguna razón, Rai llegó a la conclusión de que todo se trataba de una venganza por parte de los pájaros.
Impulsado por su buen corazón, Rai estaba determinado a hacer razonar a las… ¿aves?, y hacer que se alejaran de aquel depredador.
Para ello, justo cuando estuvo invadiendo el espacio personal de Lilith, Rai, realizando hiperactivos movimientos, empezó a espantar a las tontas aves que en cualquier momento podrían convertirse en puré de carne y huesos si no eran cuidadosas.
Agitaba sus manos. Soplaba. Gritaba. Sacudía su cuerpo. Incluso usaba las piernas. Todo con el fin de espantar a los pájaros.
Esto por supuesto se veía…
Verdaderamente absurdo.
—Lo siento, lo siento, lo siento… Jejejeje —Se disculpaba Rai ya que estaba demasiado cerca y podría estar molestando a Lilith.
Sin embargo, Lilith seguía ignorándolo. Era como un maniquí.
De repente, un pajarito de alas rojas se posó sobre el hombro izquierdo de Lilith. El mismo empezó a meterle picotazos.
—Nooooooo, ¿qué haces? ¡Ciertamente es venganza! —De inmediato Rai se abalanzó, extendió el brazo y espantó a la criatura.
Y en este contexto, “espantar” era lo mismo que salvar. Por lo que, el ave salió volando al ver al “peligroso” Rai.
Por otro lado, al hacer aquello terminó acercándose demasiado a Lilith y su mano tocó el hombro de ella.
Y no solo la tocó, sino que por andar haciendo rápidos movimientos, se tropezó torpemente con una pequeña piedrita, por lo tanto, su cuerpo estaba a punto de chocar con el de Lilith y ambos caerían uno sobre el otro.
—¡Cuidado! —Gritó Rai.
No obstante, como si esto fuera insignificante, Lilith efectuó un movimiento simple, con el cual esquivó a Rai, quien caía sin gracia al suelo.
—… —Lilith ni siquiera expulsó una queja.
Rai se había estampado, ensuciándose la ropa. Todo por salvar a esas criaturitas.
—¿Lo… logré? —Preguntó estando de rodillas en el suelo.
Grande fue su sorpresa al ver que las criaturitas eran tercas, y estas seguían volando sin cuidado cerca de Lilith.
—¡Esas aves están mal de la cabeza, ¿qué pasa en este lugar?! Assshh, supongo que no tengo otra alternativa. —Continuó Rai. Luego se concentró, respiró hondo y extendió su mano, apuntando a la agrupación de revoloteantes pájaros—. ¡Luz!
Los ojos amarillos de Rai empezaron a irradiar una tenue luz amarilla.
El poder circulaba por su ser. Por sus venas.
Estaba por salir.
La luz.
De pronto, de sus manos salieron un montón de insectos.
No, quizás decir que de sus manos salieron era incorrecto, pues más bien se creaba la ilusión de que algo salía de ellas. Además, esos bichos no eran animales realmente, sino que se trataba de insectos de luz. Una ilusión.
Este era el poder de Rai.
La posibilidad de alterar las partículas de luz.
Formar un holograma era cosa sencilla para él.
Por eso, estos insectos eran brillantes, como si fueran gemas danzando en el aire.
Era de día, el tiempo estaba despejado, los soles iluminaban fuertemente, aún así, estos insectos no eran opacados.
Algunos eran amarillos. Otros verdes. Otros azules. En general, llamativos.
Los insectos de luz incluso volaron y se esparcieron, actuaron como si se tratara de un enjambre de insectos de verdad.
De alguna manera, de esta situación tan extraña, Rai logró hacer algo que se podría considerar hermoso.
Al final, el montón de insectos de luz empezaron a volar entre unos arbustos que se hallaban más atrás.
—Este es el señuelo perfecto —dijo él.
Los pajaritos fueron guiados por sus instintos, y abandonaron la idea de volar cerca de Lilith. Tenían hambre, así que se fueron a cazar a los insectos de luz.
Pero claro, grande habrá sido la decepción de las aves al atrapar uno de estos insectos, en otras palabras, era como tratar de comerse la luz.
¡Pero eso era lo de menos! Ahora que se habían alejado, las aves estaban a salvo.
—Fiuuu… Eso estuvo cerca. —Viendo esto, Rai sonrió satisfecho, se levantó y se sacudió el polvo que se pegó en su atuendo.
Al pararse, se llevó los brazos a la cadera y sacó el pecho. Posó como un héroe.
—¡¡¡Raiii!!! Eso fue precioso. —Fayette llamó. Ella había permanecido en el mismo lugar, sin entender bien las acciones de Rai. Bueno, para Fayette todas las acciones de Rai tenían un propósito lógico, aún si no las entendía. Por lo cual, lo que verdaderamente le enojaba era que él estuviera tan cerca de Lilith Louvet.
Claro, ver el poder de Rai en acción excitó en gran manera a Fayette.
—Oh, lo siento, Faye. —Un poco apenado, Rai caminó hacia Fayette. Ahora sí, él no volvería a distraerse y entraría con ella a la mansión. O sea, había sido tan irresponsable que se había olvidado de que debía completar su inscripción.
No podía perder más tiempo.
Claro, antes de irse, otra vez se dirigió a Lilith y le dijo:
—Lamento si te molesté, jejejeje.
—… —Ninguna respuesta.
Y el “héroe de los pájaros” se fue. Si tuvieran al menos inteligencia, los pajaritos valorarían por generaciones este acto de Rai.
Incluso de seguro cantarían en su honor.
Sea como sea, por fin el dúo de amigos entró a la mansión.
Lilith siguió parada sin inmutarse. Como si se negara a entrar.
Por llegar tarde, tal vez la reprenderían. Pero, eso no parecía importarle.
Fue al rato, cuando Rai y Fayette desaparecieron de su vista, cuando ella empezó a caminar. Y decidió acceder a la mansión.
Y en ese momento, por fin habló:
—Interesante. —Sonrió mientras sugestivamente se lamía sus negros labios.
Su estómago rugió. Tenía hambre. Como si el aperitivo de esa mañana nunca hubiera sido consumido.
– ɫ ɫ ɫ –
Después de que ocurrieran los locos eventos protagonizados por Rai hace unos momentos.
Cuando no había otro humano en el pequeño jardín que estaba fuera de la mansión, donde se encontraban los arbustos y algunos árboles pequeños, cuando solo se podía oír la melodía cantada por las aves; en ese instante, una mariposa negra pasó batiendo sus alas.
Luego, la mariposa se posó sobre la rama de un árbol para descansar.
Sin aviso previo, una pajarita de alas azules capturó con su pico a la pobre mariposa.
La reventó. Se la tragó de una.
Después, la pajarita se posó sobre su nido.
Y continuó calentando sus huevos.
Extras
El rincón de Fayette Chibi
—Bienvenidos, lectores y lectoras. Es un gran placer tenerlos a ustedes aquí. Si están acá, es porque les está gustando la historia, ¿sí? No olviden dejar su opinión en los comentarios… era así como debía decirlo, ¿no?
—…
—Eh… lo siento, olvidé presentarme, mi nombre es Fayette, pero cierta existencia manipuladora que mueve los hilos del destino ha decidido que me llamaré Fayette Chibi. ¿Qué es un Chibi? No saberlo es de muy mal gusto, estoy segura de que cierto chico interesante que anda por ahí me hubiera puesto un nombre mucho mejor.
—…
—Ahora que salió el tema de ese chico… se me acaba de ocurrir que es buena idea romper las paredes y desafiar el destino puesto por aquella existencia molesta, todo eso para darle un mensaje dirigido principalmente a las lectoras: ¿Verdad que Rai es adorable? Ahhh, hijiji, ¿A que sí? Ahora por favor, sean amables y obedezcan las siguientes normas…
—…
—1) Prohibido hablar mal de Rai; 2) Denle todo su apoyo al personaje, pero ni se les ocurra acercarse demasiado; 3) Está rotunda y absolutamente prohibido enamorarse de Rai; 4)…
—…
—Qué molesto, la existencia que mueve los hilos del destino me ha…
—…
—Está bien, está bien… ya lo diré, voy al grano: Tal parece que aquella existencia manipuladora necesita dinero para hacer más atractivo nuestro mundo, quiere darle ilustraciones y publicitarlo… Ah, qué fastidio, molesto, que venga más gente a esta historia es sinónimo de más individuos que se pueden convertir en competencia y ayyy… aaay…
—…
—Si quieren apoyar aquella existencia bue-buena y moles…, digo, compasiva y que desea lo mejor para su historia, pueden realizarle una donación con tan solo pulsar el siguiente Paypal.me: https://paypal.me/ferkrit
—…
—Sin duda, esa existencia apasionada a su trabajo agradecerá muchísimo sus aportes. Y si no aportas monetariamente, ¡no importa! Con que sigas leyendo es más suficiente. Él les agradecará por ello.
—…
—Awwww, qué bien, parece que por decirlo me gané un lindo momento junto a Rai. ¡Gracias, generosa existencia que mueve los hilos del destino! Hijijiji. La ahora orgullosa y feliz portadora del nombre Fayette Chibi se despide. Tengo a alguien importante que atender. Lectores y lectoras, nos veremos de nuevo en el próximo Rincón de Fayette Chibi. Besos… no a ustedes, son para Rai. Hijiji…
Créditos: Comisión de Fayette y Fayette Chibi por My poor ugly heart.
Comments for chapter "0.2"
QUE TE PARECIÓ?
Uy, ¡nuevo capítulo! Lo leeré en un rato :3 xd
¿Cómo es que siempre tienen el gif correcto para la situaciones correctas?
Que puedo decir de este capítulo, ese Rai es todo un inocente, y Fayette toda una simp de él xd. Por lo visto, en este capítulo se nos reveló las habilidades de ambos, Rai luz y Fayette Teletransportación. Ese Rai debió sentirse en el cielo al sentir a Fayette muy cerca de él, por su parte, Lilith siempre calladita a excepción cuando el dúo de amigos se fueron a la mansión, ¿por qué motivo habrá dicho interesante luego del show que hizo Rai? Algo me dice que en la última parte, donde una pajarita se come a la mariposa, es un tipo de simbología hacia un evento futuro, digo esto por lo mucho que lo ha usado Attack on Titan xd
Buen capítulo, colega, lo disfrute y espero con ansias el próximo!
Gracias por leer. En el siguiente capítulo veremos más detalles de esas habilidades. Y quién sabe… Tal vez un combate ;).
Gracias por comentar