Mi nueva vida - 04

Pasaron los días y Graciella se sentía con más vida, posiblemente se debía al aire de campo o quizás al amor que le daba su nueva familia. Pero seguía sintiéndose culpable porque si ella seguía viva, eso significaba que la verdadera Graciella estaba muerta.

Aun así, trataba de que ninguno de sus nuevos padres sospechase. Siempre los ayudaba con los quehaceres de la casa e incluso ayudaba a su padre en el trabajo.

_(<Ella se ha vuelto más responsable, es como si me hubieran cambiado a mi hija>)

_ Graciella ¿podrías cortar esas rosas por mí?

_ ¡Si, Padre!

_ (<Tengo que esforzarme o seré descubierta>)

En una distracción, Graciella se había pinchado el dedo con una espina.

_ ¿Ya terminaste?, ¿Graciella?

Cuando Matthew se acerca y queda sorprendido. Su hija tenía las manos llenas de espinas y sangre. Rápidamente corrió hasta la pequeña casucha, Graciella quien estaba confundida siguió recogiendo las rosas.

Después de unos minutos llega Matthew con unas vendas y algo de alcohol, él toma las manos de su hija suavemente; mientras que Graciella parecía incrédula ante tal acción.

_ ¿T-te duele mucho?

E-espera aquí, te iré a buscar algo para eso

¿Por qué no usaste los guantes que puse a tu lado?

_… lo siento

Graciella lloraba mientras su padre le limpiaba las heridas con delicadeza; ella al ver la cara de preocupación de su padre, rompió en llanto, porque nunca le habían prestado atención a sus heridas en su otra vida y tampoco la habían tratado con tanto cuidado y ternura.

***

Casi todos los días, Graciella tenía pesadillas de su pasado, aunque nunca hablaba sobre ellas, para no ser descubierta. Sin embargo, su madre Gina, se preocupaba, ya que veía a su hija decaída.

_ Graciella, qué te parece si oramos…

_ ¿Orar?

_ Sí, verás… mi madre solía decirme que cuando tuviera problemas para dormir, podía hacerle una plegaria u oración a un ser todopoderoso y este me escucharía.

Este ser salvo a la humanidad de la peor guerra que ha existido, gracias a él tenemos a los espíritus, ellos protegen a su gente y esta tierra.

Graciella, no entendió muy bien todo el relato, ya que ella no pertenecía a ese mundo.

(<Entonces… si hago una plegaria, las pesadillas acabaran… ¿Es eso posible acaso? Esto es muy confuso, solo haré la oración y así no tendré problemas>)

-Madre… quiero hacer la oración

-Bien, entonces ven conmigo

*** ***

Luego al terminar de orar le dio un té para que se relajara y así pudiese dormir.

Una noche se avecino una tormenta tan fuerte, que caían rayos realmente aterradores, Graciella se despertó asustada y recordó los días en aquel lugar oscuro, lleno de mugre.

Se estremeció luego de escuchar el rugido del monstruoso rayo, que al reflejarse en aquella ventana del sótano parecía de fuego. Sin embargo ella, a pesar de su miedo camino a la habitación de sus padres.

_ ¿Mamá, Papá?… ¿están despiertos?

_ …mmm. Graciella… ¿Qué estás haciendo despierta hija?

_ Calma cariño, creo que sé que le pasa…

La madre bajo de la cama y se acercó lentamente a Graciella, tomándola de la mano con suavidad, como si fuese la mano más frágil del mundo.

_ Tiene miedo de la tormenta.

Ven vamos a dormir juntos, así no tendrás miedo.

Graciella titubeo por un momento, pero como decidió ir a la habitación de sus padres tenía que tomar una decisión, entonces se subió a la cama y se colocó en medio de los dos, ellos se acomodaron y acurrucaron al lado de su temblorosa hija; Gina comenzó a tararear una canción de cuna acariciando el cabello de su hija, entonces esta comenzó a relajarse hasta que se quedó profundamente dormida.

_ Ya está dormida _ susurra 

_ Es tan extraño, ella nunca vino a nuestra habitación por miedo… es como si fuera otra niña después del accidente. _ Matthew, aún seguía preocupado _ Quiero que mi hija ya no me tenga miedo… que se sienta en confianza, me duele verla de esa manera…

Gina mira a su hija y dice _ Eso no importa, lo importante es que está viva y con nosotros. Siempre será nuestra hija y si algún día decide hablarnos sobre cómo se siente, entonces debemos estar a su lado, ya que somos su familia.

_ Tienes razón, Jhon también me lo había comentado en una de sus cartas, dijo que no había encontrado nada relevante o escuchado un caso similar. Mayormente las personas que caen de esa altura no viven mucho tiempo.

_ Entiendo que estés preocupado, pero… tenemos que ser fuertes, por nuestra hija. Ella nos necesita, nuestro deber es protegerla, ella no posee poder mágico, es un riesgo enorme viajar al reino. _ Gina apretaba su mano con fuerza y lágrimas comenzaron a caer de su rostro _ Quiero que mi hija este bien y para ello debo ser fuerte, aunque esté preocupada o sienta que no puedo más, debo continuar porque soy su madre.

Esa noche, Graciella, por primera vez en mucho tiempo pudo dormir tranquila.

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Ya casi habían pasado 2 años y Graciella recibió una carta de su hermano, este siempre le enviaba una cada mes. Ya que no podía visitarla, le escribía contándole las experiencias que había tenido después de aprobar para el examen de caballero real. Graciella también le respondía y contaba todo lo que pasaba en el campo.

*Carta de Jhon:

Hola querida hermana, ¿Cómo les está yendo en el pueblo?, ¿Cómo están nuestros padres?

Supe que faltan unos días para que vengan a trabajar al castillo, así podré verlos más seguido. Tengo muchos regalos para mi linda hermana, espero que sean de tu agrado.

También quiero mostrarte los alrededores y que puedas probar los postres del castillo, el chef es muy talentoso y sus dulces son los mejores

Espero su llegada.

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En el reino del tiempo…

_ Mi señor, ya falta poco para que termine la licencia.

_ ¿Es eso así?…

(<Espero que tenga la habilidad que se necesita para este trabajo, de lo contrario estaremos en un aprieto.>)

*Aprieta los puños

_ Si mi señor…

(<Ya es tiempo para que ella regrese, falta poco tiempo.

La última vez fue un desastre, la 4ta reina debe quedar complacida o arderá el palacio…>)