Mi nueva vida - 07
Era temprano en el castillo, los sirvientes corrían por todos lados limpiando y organizando, cambiando cortinas y adornos.
Yo también ayudaba, mi madre dirigía a varias sirvientas, todas estaban ocupadas preparando todo para la llegada del primer príncipe con sus hermanos y la cuarta reina junto con su hijo. Era obvio que debía ser una velada grandiosa, toda la familia se reuniría de nuevo.
Mientras ayudaba, llegaron las hijas de la señora Carmelia, también me ayudaban a llevar cortinas para que las sirvientas veteranas las lavaran.
Eloise la menor era muy enérgica y siempre se metía en problemas, mientras que Zofia era más madura y habilidosa, siempre era elogiada por los demás y eso enorgullece a su madre.
-Graciella, ¿cuándo vamos a tomar un descanso?, Quiero ir a comer las galletas de José. – Dice Eloise media cansada y hambrienta
Eloise siempre tenía hambre, decía que no la dejaban comer, su madre debía mantenerla a raya, siempre se levantaba de madrugada para escabullirse en la cocina a comer las galletas de José.
-¡Oye mama te dijo que dejaras de comer tantos dulces, si sigues así no podrás casarte por glotona!
Zofia siempre era la racional, si era necesario ella le jalaba las orejas a su hermana o le daba un golpe en la cabeza. Eran muy graciosas, siempre hacen reír, su madre solo respiraba para que sus hijas se comportaran.
Hablando de esa señora…
La verdad es que no es mala persona, pero mi madre siempre la evita, casi nunca le dirige la palabra. Por más que ella la busca, es como las caricaturas de Tom y Jerry. Debo tratar de descubrir que es lo que tanto ocultan.
Mientras caminaba con las mellizas, admiraba la arquitectura del lugar, siempre era sorprendente, todo el piso era de color blanco, siempre resplandeciente. Por las noches pareciera que brillara, era como si caminaras sobre las estrellas, aunque a las sirvientas les asustaba; para mi era lo mas hermoso que había visto.
Las paredes eran blancas también con decoración de color oro, si mirabas el techo tenía lámparas de cristales y diamantes, cuando el sol las alumbraba era como ver un espectáculo de luces; pero lo que más abundaba en el lugar eran los retratos de los antiguos gobernantes, tanto reyes como nobles importantes.
Seguimos caminando y pasamos por el área donde se encontraba la sala familiar. En este espacio se podían ver estatuas, pinturas y otras obras artísticas, que no tengo ni idea de sus nombres. Una de las pinturas era del rey y las 4 reinas 3 de ellas estaban cubiertas por una manta, sin embargo, pude ver uno de ellos; ya que se encontraba mal colocado.
-Zofia- Señale el cuadro de pintura que se hallaba a la izquierda del rey-¿quién es ella?
-Ella… bueno… Fue la primera reina: Celeste Ragnov Crow, era una exploradora. Pero no se ha sabido de ella hace 17 años…
Muchos dicen que huyó, otros dicen que está muerta… la verdad es que solo son especulaciones, pero nadie sabe donde esta. ¡La última vez que la vieron fue cerca del bosque Lament!, ¿quién sabe que investigaba?
-Eso es muy raro…
Bueno, no importa debemos irnos, estamos retrasadas– Dijo- saben que la señorita Hiyori se molestara si llegamos tarde
*A todas nos dio un escalofrió tras recordar a esa mujer
-E-es cierto– dijo Zofia
Nos detuvimos una vez más y quedamos perplejas… dos sirvientes del castillo se estaban comiendo vivos. Siempre pasaban este tipo de cosas y siempre podías encontrar a un mensajero y una mucama en este tipo de situaciones.
Cuando nos disponíamos a seguir, una voz muy fuerte y muy familiar resonó por el largo pasillo.
-¿Qué carajo hacen ahí paradas? , ¿No ven que nos quedamos sin tiempo?
Esa era la señorita Hiyori. Le llamábamos señorita ya que no se había casado, aunque era una mujer de unos 43 años; según decían muchos que ninguno de sus prometidos podía domar su fuerte carácter y por eso desistían de casarse con ella.
Los sirvientes que se habían separado del susto, se retiraron inmediatamente y nosotras nos quedamos como tontas viendo una pared en blanco.
-¡Vamos! ¡Muévanse que no tenemos todo el día! -Dijo- Ya casi estarán aquí y ustedes se quedan como estatuas sin vida, si les digo las superioras sobre esto seguro les da un castigo.
(¡Ja, claro a nosotras si nos castigaran, pero a los pendejos que se estaban comiendo hace 2 minutos, no! ¿y porque? , porque se habían largado… Típico.)
-Lo sentimos mucho señorita Hiyori… –Dijimos al unísono.
Teníamos que terminar, faltaban dos palacios por limpiar, apresurando el paso llegamos al área de lavandería.
*******
-Estas son las ultimas– Dijo Zofia, entregando las cortinas color celeste
Ya habíamos terminado, el sol comenzaba a posicionarse dando a entender que era la hora del almuerzo, corrimos apresuradas con las últimas fuerzas que nos quedaban. Parecía que hacía años que esos castillos no se limpiaban; llegamos a la cocina, tratando de no babear ante semejantes manjares que preparaban los cocineros, la más hambrienta de todas era Eloise.
Mientras masticaban se empezó a escuchar un bullicio, las sirvientas estaban alborotadas. Graciella sabía lo que significaba:
¨Ellos habían llegado¨.
Tragaron el último bocado y se dispusieron a correr.
Según las costumbres la servidumbre debía presentarse al frente de la entrada, hacer reverencia a la realeza una vez llegaran y mantener la cabeza abajo; nunca debías mirarlos directamente a la cara, ya que se consideraba una falta de respeto.
La señorita Hiyori les estaba dando clases de etiqueta y esa era una de las razones para respetarla, siguiendo las indicaciones de su maestra se inclinaron haciendo una reverencia. Graciella se preguntaba cómo eran, aunque sabía que la curiosidad no era buena; aun así levanto un poco su cabeza y vio su silueta pasar.
No pudo ver bien su cara, pero en cuanto lo vio su respiración se detuvo… lo reconocería donde fuera…. Era ¿Luke?
-Luke…
Dije, pero todos se quedaron mirándome, aunque las personas que pasaban no le dieron importancia a lo que había murmurado.
Zofia y Eloise me dieron un leve codazo para que bajara la cabeza, lo cual hice; reconociendo que había hecho algo muy malo.
¡Mierda!, ¿Pero qué fue lo que hice? Todos me miraban con un aura asesina, mucho que detestaban el color de mis ojos y ahora esto, seguro que me matan.
-¿Qué fue eso?- dijo Zofia en un tono algo enfadado
-No…. No lo sé… -dije algo insegura
-Mejor entremos o se enfadara más- Eloise dijo eso y apresuró el paso, lo cual también copiamos. Tendría que escuchar a la señorita Hiyori reclamarme y eso era muy molesto.
En el gran salón
Se encontraba el rey con una gran sonrisa, estaba feliz porque su familia al fin estaba reunida.
-¡Saludos a su majestad el Rey Phineas Ragnov Crow, regidor del continente del tiempo!
Dijo un caballero de la 4ta reina, quien junto con su hijo y sus otros hijastros hicieron reverencia. La 4ta reina se adelantó. Caminaba con gracia, su espalda recta y erguida, su mentón firme como si nada la intimidara, con una sonrisa algo macabra, que para su esposo resultaba encantadora; su vestido verde turquesa, con un corsé que delineaba su delgada cintura y unas zapatillas de color oro, junto con una tiara de piedras verdes y doradas. Lo cual dejaba en claro que era una reina en todo su esplendor, nadie podía decir lo contrario; ella era hermosa, elegante y sofisticada.
Comments for chapter "07"
QUE TE PARECIÓ?
La llegada al castillo y todo lo que ocurre me parece interesante.
Interesante capítulo, Si Lyna (personaje de mi novela) hubiera ayudado a los sirvientes, todo su trabajo lo hubieran acabado más rápido por las buenas habilidades y entretenido de sirvienta de Lyna.
Respecto a la narrativa hay una cierta mejora, hay algunos fallos pero es más claro ahora, ¡sigue así!