Mi nueva vida - 12

La reina caminaba por los pasillos del castillo, con la gracia y elegancia de un pavo real.

La 4ta reina Iboneth, era una mujer hermosa, bastante alta. Su hermoso pelo rojo y ondulado se meneaba con la ligera brisa de verano, que ingresaba por los grandes ventanales. Mientras caminaba era seguida por sus mucamas y la señorita Hiyori.

Entonces, llega a su destino, una puerta, que llevaba a una sala para invitados; en la sala se encontraba nada más y nada menos que su hermano mayor. Duque de la provincia del veneno el Dr. Mustafa Garden.

_ Bienvenido querido hermano _ Sonríe _ Hiyori…

_ Si su majestad _ Se voltea y le hace gestos a las otras mucamas de que se retiren, seguido de esto ella también se retira y cierra las puertas.

_ ¿Y? ¿Has tenido algún progreso?  _ Toma asiento en uno de los muebles

_ Saludos querida hermana… _ Hace reverencia y toma asiento al otro extremo _ Hicimos los experimentos, pero aún no está listo… _ Pasa su mano por su melena rojiza y aclara su garganta _ Tuvimos algunos problemas, pero no te preocupes. Lo resolveremos.

_ No quiero excusas Mustafá _ hace un largo suspiro y se levanta del mueble _ Debe estar listo lo antes posible, ¿Qué me dices de Hikari?

_ El 5to príncipe está por despertar su poder, solo es cuestión de tiempo.

_ ¿Cuándo?  _ Dice mientras camina de un lado a otro, algo desesperada muerde una de sus uñas _ El 1er príncipe podría sospechar de sobre nuestros planes

_ No debes preocuparte, nadie lo sabrá y si en dado caso ocurriese… solo… hay que silenciar a esa persona antes que habrá la boca _ Sonríe de forma macabra, una sonrisa que daría escalofríos hasta al hombre más rudo del planeta.

La reina volteo a verlo y sonrió en complicidad con su hermano, siguieron discutiendo su plan, mientras tomaban té y devoraban unos panecillos.

***

Mientras que en el jardín el 4to príncipe seguía con el tema de la reencarnación hasta que…

_ Escucha «Hermano Mayor« deja de andar en las nubes y se mas responsable con tus estudios _ dijo Hikari algo enojado, luego se levanta de la mesa y se dirige a los rosales _ No sabes lo que podría pasar en el futuro… Sé un hermano mayor por una vez _ dicho eso, siguió su camino y se alejó del centro del jardín. Adentrándose más al laberinto de rosas.

Yagiz guardó silencio, se sentía avergonzado. Tomó su chaqueta y empezó a caminar algo desanimado, en esto le hace una seña a Zofia, esta lo sigue sin decir una palabra. El 2do príncipe se queda sentado, mirando el atardecer.

Graciella, estaba atónita y se preguntaba qué era lo que pasaba en esa familia. Pero recordó que debía acompañar al 5to príncipe en todo momento, entonces tomó la chaqueta de este y se fue corriendo hacia el laberinto de rosas.

Gina se preparaba para dormir, luego de colocarse el pijama. Fue a la habitación de su hija, sin embargo se asusta un poco… pues la habitación se encontraba vacía.

_ ¿Graciella? Cariño… _ Sus manos comenzaban a temblar, algo impaciente sale de la habitación y comienza a caminar, por el largo pasillo. _ Hija mía… ¿Dónde estás? _ entonces ve una silueta familiar, era la señorita Hiyori encargada de educar a las nuevas mucamas, además de ser la mucama personal de la 4ta reina. _ ¡Srta. Hiyori! E-espere _ Apresura sus pasos para alcanzarla.

_ Sra. Stirp… ¿Qué le pasa? ¿Por qué corre de esa manera? _ la mira de arriba abajo _ Sabe que no debería salir con una pijama al pasillo ¿verdad?

_ Escuche… deje las formalidades para la realeza, solo dígame si ha visto a mi hija _ Sus ojos estaban algo irritados, sus manos temblorosas y en su mente un pensamiento: (Que no le haya pasado nada a mi hija) _ Usted le encomendó algo, ¿Qué fue lo que la mandó a hacer? ¡Hable!

_ Escuche… fue un mandato de la 4ta reina y no pude impedirlo _ La mira algo apenada _ Su hija fue mandada a servir al 5to príncipe Hikari Ragnov.

*** ***

Graciella seguía corriendo en el laberinto, buscaba al 5to príncipe. Pero no había señales de este o un indicio de donde se dirigiese, pues era un laberinto bastante grande y cualquiera se podría extraviar.

_ Demonios… ¿Dónde carajos se metió ese engreído?

Graciella no se había dado cuenta que el sol ya no estaba, solo trataba de encontrar a ese príncipe, pero sin resultado alguno. Después de casi caminar durante… quién sabe cuánto tiempo, se sienta en una piedra y trata de descansar un poco.

_ Ahhh… ¡Esto es ridículo! Ahora… ¿qué debo hacer? _ Seca el sudor de su frente y relame sus labios, algo secos por correr sin rumbo durante tanto tiempo. _ Si vuelvo… me culparan por perder a ese tipo. Tengo que encontrarlo o será un problema… _ Algo exhausta, pero decidida a triunfar. Se levanta de la piedra y sigue corriendo y llamando al príncipe.

*En medio del pasillo del castillo

La madre de Graciella sostenía la camisa de Hiyori

_ ¿Qué hizo qué? Está tomándome el pelo… d-debe ser mentira… _ Suelta la camisa de Hiyori y se queda estática _ Mi hija no puedo haber sido mandada a cuidar de… ese ¡Monstruo! _ Desesperada empieza a pasar sus manos por su cabeza, camina de un extremo a otro. Hasta que dice _ Iré a hablar con la 4ta reina…

Antes de que emprendiera el camino, Hiyori la sostiene del brazo y negó con la cabeza _ Lo siento… pero fue una orden directa de la reina y no puede ser revocada. Además de que el 5to príncipe no se negó, si él hubiese dicho que no… la Srta. Graciella estaría en su habitación ahora _ Después de decir eso, Hiyori soltó la mano de Gina y se marchó de ese lugar.

Gina apretó sus puños y se quedó en aquel lugar un buen rato, entonces pensó en avisar a su esposo e hijo. Pero no podía, ya que estaban en otro pabellón y las mujeres no debían cruzar a ese lado del castillo.

Pero, se le ocurrió una idea, tenía algunas ropas de su esposo en una de las maletas. Pantalones, tirantes, una camisa bastante ancha y un sombrero.

_ Si me visto con esta ropa… podría entrar al pabellón de los obreros… _ Con un poco de torpeza, comenzó a vestir las ropas de su marido _ Por último el sombrero… nadie sospechara… ¡Bien! En marcha… hija… esta vez no dejare que te hagan daño…

Tratando de imitar el caminar de un hombre, empezó a dirigirse al pabellón de los obreros. Los guardias hacían sus turnos de la noche, caminando por los pasillos, cuidando el área y vigilando el perímetro.

Todos hacían su trabajo, eso significaba un problema para Gina. Tendría que esperar más tiempo, aparte de que su hija podría estar al borde de la muerte y ella sin hacer absolutamente nada, la única solución «Una distracción«.

Entonces, empezó a buscar objetos: Una pala, Una piedra y Una zapatilla

Su plan, era que usaría sus encantos femeninos, para atraer al guardia que vigilaba el área. Y golpearlo, para que éste quedase dormido.

_ Debe funcionar… _ Colocar la Zapatilla en su pie derecho y comenzó a alzarla _ Buenas noches Sr. ¿Le gustaría un poco de diversión?  _ Aunque estaba algo nerviosa alzo un poco más su pierna, entonces sintió que alguien la sostuvo.

En ese momento el guardia había caído por la bella voz de Gina, está aprovecho y golpeó al guardia en la cabeza con todas sus fuerzas, dejando a este último fuera de combate.

_ Ufff… lo hice, lo golpee. Tengo que entrar al pabellón y hablar con Matthew _ Se escabulle dentro del otro pabellón y comienza a susurrar el nombre de su esposo en cada puerta.

En la penúltima puerta, alguien respondió.

_ ¡Gina!

Entonces la puerta se abre y sale el esposo de Gina

_ Matthew… _ la visión de Gina se nubla, sus lágrimas comienzan a brotar como una fuente _ Graciella… snif… ella, no ha vuelto a su habitación… snif… temo que le haya pasado algo malo… snif… Tenemos que buscarla Matthew _ se limpia las lágrimas y trata de calmarse, determinada, se aleja un poco de la puerta _ Vamos, debemos ir por ella.