Mi nueva vida - 18

En una de las habitaciones del castillo se encontraba el 5to príncipe, caminado en círculos, cruzando los brazos de vez en cuando o juntando las manos detrás de su espalda baja.

 _ Se ha tardado demasiado… ¿Qué crees que sea Yagiz? _ Pregunta preocupado.

_ Umm… No lo sé hermanito, pero sea lo que sea seguro estará bien. Debo irme, Zofia debe estar buscándome. _ Le pone la mano en el hombro y luego sale de la habitación.

Aunque su hermano mayor trato de calmar su ansiedad, no bastaba, entonces hizo algo que ningún otro miembro de la realeza haría; salió de su habitación y fue a buscar a Graciella.

***

Por otra parte en la orden de caballeros, había una reunión hablando sobre el ataque de los monstruos de fusión.

_ Aun no tenemos respuestas, ellos aparecieron hace 150 años… se supone que debe haber registros médicos, para saber cómo funcionan y de qué manera son creados. _ dice uno de los capitanes de alto rango.

Alterado y con una enorme frustración, golpea la mesa.

Las puertas se abren, dando entrada a nada más y nada menos que el Dr. Mustafá Pertulini Garden. Doctor científico y cabeza de la familia Garden, además hermano de la 4ta reina.

_ ¿Qué lo trae por aquí mi Dr. Pertulini?  _ pregunta curioso el coronel Steve Cornelius división de la rosa negra, caballeros reales.

_ Mis disculpas, pero he sido convocado por su majestad. Por lo que veo… no tienen ninguna pista del ataque de los monstruos de fusión, ¿o me equivoco? _ comenta con aire petulante y burlón.

Todos en aquella sala guardaron silencio, debido a que este hombre había dado en el clavo. No poseían algún registro de aquellos monstruos, tampoco una pista que los llevara a estar más cerca de quienes estuvieran involucrados.

Apretando sus puños el coronel asiente, pero mantiene su cabeza alzada y su mirada firme, dando a entender que no se dejaría intimidar por alguien como él.

_ Entonces… ilústrenos con su sabiduría Dr. Mustafá _ Suelta con ironía el coronel Steve.

_ A, a, a. Antes de dar alguna información, debo pedirles un favor _ Como un sirviente suplicante junta sus manos y hace ojos de perrito.

_ Habla, si no es algo como bajarle algún cometa o monstruo inimaginable… No le veo el problema. _ Reafirma el coronel.

Uno de los soldados estaba en desacuerdo, sin embargo; no podía interferir en las órdenes de un superior, por lo que tuvo que optar por guardar silencio y escuchar lo que iban a decir en aquella sala.

Una hora después…

_ Básicamente la única forma de matarlos es rompiendo o explotando su núcleo… No pensé que las tendríamos que usar tan pronto. _ Recalca el coronel, rascando su barbilla.

_ ¿De qué habla Coronel? _ dice el vice – capitán

_ Las nuevas armas que nos trajeron del continente del fuego, son armas de fuego; Con un núcleo de poder ilimitado. El problema… es que no han sido probadas y pueden ser peligrosas. _ Comenta algo frustrado por no tener más recursos.

_ Bien… ¿Cuál es tu petición? _ dice el capitán tendiendo la mano en dirección al Dr. Mustafá

_ Deben dejarme pasar por el campo de fuerza del territorio «`Clovelgold«, su campo de fuerza no permite que pasen personas no autorizadas; entonces allí es donde entran ustedes.  _ Los señala a todos con su dedo.

_ ¿Qué no es el territorio «Vangarden« un lugar de alta tecnología? _ pregunta el vice – capitán

_ desgraciadamente, no usamos nuestra energía espiritual como un campo de fuerza, por eso quiero investigar, de donde proviene realmente. Entonces… ¿Me ayudaran? _ los observa de reojo, mirándolos cautelosamente.

El coronel asiente y varios soldados quedan resignados en especial Jhon; quien estaba en contra desde el primer momento que el Dr. Mustafá pisara el salón de reuniones. Después que el Dr. Mustafá se marchase, Jhon salió del salón de reuniones en dirección a la alcoba del 5to príncipe; para informarle de los futuros acontecimientos a los que iba a tener que enfrentarse.

*** ***

Ya era el día del tan esperado viaje del 2do príncipe «Iván Ragnov Crow«, los sirvientes empezaban a meter el equipaje en las carrozas impulsadas por magia. Las mucamas de los príncipes entraban a las carrozas primero, para asegurarse, de que todo estuviera en orden; luego los príncipes comenzaron a subir en sus respectivas carrozas, cada una de ellas portaba el sello real. Eran cuatro carrozas en total, sin embargo, mediante iban avanzando por el camino una quinta carroza se incorporó en la caravana.

Los guardias quienes acompañaban dichas carrozas, asintieron y dejaron que se uniera. Aunque no estaban a favor de esta petición debían seguir ordenes; de hacer lo contrario serian severamente castigados por sus superiores o en el peor de los casos, dados de baja.

***

En la carroza del 5to príncipe, se encontraba Graciella, con la mirada hacia el suelo. Ya que no pudo ir a la habitación del 5to príncipe, a la mañana siguiente fue regañada; el príncipe estaba de mal humor, se notaba a leguas su incomodidad. Jhon el hermano de Graciella, estaba sentado al lado del príncipe en silencio. Todos lo estaban ¿Quién se atrevería a pronunciar palabra alguna, delante de un príncipe malhumorado?

Después de una hora de viaje, Graciella se empezó a sentir cansada y poco a poco… se quedó dormida.

*Un tiempo indefinido después…

La carroza se tambalea haciendo que Graciella se despierte asustada y confundida. Al alzar la vista nota que el 5to príncipe y su hermano, dormían; Observaba al 5to príncipe a detalle, su cabello era de color rojo brillante, su piel algo bronceada, pestañas largas y unos labios algo gruesos y rosa. Un pequeño mechón se salió de su lugar, Graciella sin pensarlo mucho se acercó y trato de poner el mechón en su sitio; pero, antes de poder alcanzar dicho mechón. Una mano algo gélida sostiene la suya, era el 5to príncipe quien se había despertado.

_ ¿Qué intentabas hacer? _ dice mirándola fijamente

_ Y-yo… _ tartamudeaba, la… ¿razón?

Graciella se quedó embelesada por los ojos verdes del 5to príncipe, ya que su poder era del territorio del Dr. Mustafá; pero a pesar de eso, en lo profundo de ese verde, había rasgos de un ligero tono purpura, el cual no se notaba a lo lejos.

El príncipe al ver lo incomoda que estaba, soltó su mano y la envió a sentarse. Rápidamente Graciella se sentó un poco apartada de él, no solo por el momento de incomodidad, sino, por el aura que lo rodeaba; una mezcla de unos tonos verdes y purpuras emanaban de su figura, aumentando y disminuyendo con cada respiración. Eso solo podía significar una cosa: _ «No podía controlar sus emociones«, a su mente llego un recuerdo, de cuando estuvo en el mundo espiritual; su guardián  celestial le dijo que debía controlar sus emociones o de lo contrario, podría lastimar a los que ama y así misma.

Graciella seguía inmersa en sus pensamientos, cuando de repente la carroza empezó a flotar.

_ ¿Q-que? _ Graciella se alarmo. Apunto de entrar en pánico, su hermano agarra su mano.

_ Calma hermanita, este es el portal _ dijo con una voz sutil, para calmar los nervios de Graciella.

_ ¿No te enseñaron bien? _ soltó el 5to príncipe algo irritado

_ Discúlpela su alteza, yo le enseñare _ dijo Jhon

_ Yo lo hare _ dijo el 5to príncipe cambiándose de lugar, quedando lado a lado con Graciella.

_ Pero su alteza… _ Jhon miro a Graciella

_ Si su alteza _ guardo silencio mientras el príncipe le explicaba a Graciella como funcionaban los portales.

_ Los portales existen desde hace unos 50 años, sus creadores fueron Conelys y Caster. Provenían de territorios distintos, sin embargo se unieron para crear el artefacto; estos artefactos solo existen en este continente. _ Contaba a detalle

Graciella lo observaba, veía la emoción y asombro en su rostro, esa chispa que le faltaba. Aparte de eso, hubo otro cambio, su aura empezó a reducirse y tornarse de un tono verde cristalino.

_ Ohh… _ sorprendida, por los relatos, agrandaba sus ojos

El 5to príncipe lo noto también, sonrojándose al ver la hermosa combinación de un azul profundo y un azul aqua; que gracias a su tono de piel los hacia resaltar más.

Pensando

(_ Es hermosa… ¡No! ¿Qué es lo que me pasa?)

Aclarando su garganta se levanta y nuevamente se sienta en su lugar, Graciella algo desconcertada mira a su hermano. A lo que él solo sonríe de lado y hace un gesto de no saber lo que le pasa. Al final todos se quedaron observando las luces del portal, una lluvia de luces circulares de un tono platino y verdoso; un tiempo después… habían llegado al territorio nevado llamado «Clovelgold«.

***

Al poco tiempo las carrozas volvieron a tocar tierra, unos minutos más tarde llegaron a la entrada de dicha fortaleza.

Un enorme castillo hecho de ladrillos de hielo compactado, una puerta gigante con dos sellos. El sello del tigre albino heterocromático, representando ese rasgo con gemas de color azul y rojo.

Las enormes puertas se abrieron, dándoles paso a las 5 carrozas. Cada carroza iba personalizada, según el color o sello del portador, la del 5to príncipe iba de rojo, con algunos detalles dorados y verdes. Portando el sello del territorio Vangarden. De igual manera los demás tenían su distintivo color y su sello.

*** ***

_ Bienvenidos Príncipes, soles de nuestro reino. Seguramente están agotados. ¡Adelante! Las mucamas de Clovelgold les mostraran donde hospedarse, igual para sus acompañantes _ Dice el duque.

_ Permítanme presentarme soy el Duque de Clovelgold  `Ilaiya Rogver`, hermano de Ale la 2da reina  _ les comenta algo entusiasmado, pero al decir lo último, se cara se torna triste.

Luego les desea una feliz noche y se marcha del gran salón dirigiéndose a su escritorio. Los príncipes y compañía se dispusieron a descansar en sus respectivas habitaciones, cada una tenía un diseño distinto; algunas tenían estampado de flores, otras de jeroglíficos. La destinada para el 2do príncipe Iván, estaba llena de copos de nieve, y el sello del tigre albino en el techo.

_ Esta era la habitación de su madre _  dice un sirviente, mientras acomodaba las finas prendas.

El 2do príncipe solo observaba las pinturas que había en una pared, camino hasta aquella pared y empezó a palpar los marcos deteniéndose en un cuadro de dos niños con cabello blanco y ojos rojos. Tomo este y se sentó en la cama.

_ Hermano… Zed… _ dijo con algunas lágrimas en sus pálidas mejillas.