Mi nueva vida - 19

Luego de mostrar las respectivas habitaciones, para los príncipes y acompañantes. Llevaron al Dr. Mustafá directamente a la oficina del Duque Ilaiya.

_ Pase Dr. Mustafá, ¿A que debo su inesperada presencia? _ dice mientras ordena los papeles de su escritorio

Mustafá sea paseaba por la oficina, miraba con detenimiento, cada pintura e imagen en cada pared y estante. Luego se detiene en una foto familiar, murmurando lo siguiente:

_ Hermosa familia… es una pena lo de su hermana gemela y su sobrino… ¿No cree?

El duque dejo los papeles a un lado, se levantó y fue a enfrentar al Dr.

_ No me amenace… ¿Qué demonios quiere? _ dijo con cara disgustada

_ No, no… ¿Cómo cree…? Nunca me atrevería a hacer algo tan estúpido y menos en su territorio. A menos… que no me de lo que busco. _ sonríe sádicamente mientras lo observa.

El duque se resignó y su rostro se suavizo, como el de una persona cansada; se sentó en el sofá y suspiro con pesar. Miro al Dr. Quien aún sonreía, pero en vez de una sonrisa aterradora, su rosto mostraba una de triunfador. Era verdad, él había ganado y nada ni nadie se interpondrían en su camino.

Satisfecho tomo asiento frente aquel duque cansado y triste; Mustafá decía con entusiasmo sus peticiones. Su plan era encontrar al espíritu del hielo «El gran tigre blanco« cuyos ojos eran semejantes a las joyas más finas que pudieran existir, cuando lo encontraran debían extraer un fragmento de mana.

«Cuenta la leyenda, que un día un vagabundo, se perdió en el bosque de hielo. Mientras daba su último aliento de vida, sintió la calidez de un ser que se paró en frente suyo. Con un pelaje tan suave, que creías que eran las nubes del cielo; y unos ojos que podían ver a través de tu alma. Sin embargo lo que más sorprendió a aquel vagabundo, fue el inmenso poder que exhalaba de su cuerpo, un aura de color dorado rodeaba dicho ser. Gracias a ese ser, pudo sobrevivir y volver al pueblo. «

_ ¡Patrañas! Ese ser no existe, ese mito fue inventado para asustar a los niños y así no entren a ese bosque. _ decía el duque negando con su mano.

_ Si… o al menos eso creí, uno de mis lacayos confirmo a ver visto a una criatura, con esa misma descripción ¿Coincidencia?, No lo creo. _ dijo el Dr.

_ Además, ¿para que rayos quieres una muestra de su mana? _ pregunta el duque

_ Eso… querido duque, es… confidencial _ decía mientras se levantaba.

_ Ahora me despido, tuve un largo viaje… _ después de despedirse, camino hasta la puerta y observo el cuadro con la foto de Ali; Su rostro se tornó triste, y así sin más… se marchó.

*** ***

A la mañana siguiente, las sirvientas preparaban la mesa. Los príncipes tomaron asiento; mientras tanto Graciella y las gemelas, se quedaron paradas a un lado. El duque se hizo presente y empezaron a servir el aclamado desayuno, huevos al vapor, algunas tiras e tocino; jugo y leche, con algo de pan y avena.

La costumbre era esperar al patriarca o matriarca y comenzarían a comer, pero el patriarca no había dicho ninguna palabra. Todos estaban en silencio.

_ ¡Ustedes!, se queden allí paradas. Vengan y acompáñennos, aquí ustedes son invitadas _ dijo en tono alegre

Las tres niñas se quedaron perplejas, aunque Eloise por otra parte se moría de ganas por probar la avena, Zofia la jalo de su ropa.

_ Mi señor, le agradecemos su invitación; sin embargo tendremos que rechazarla, solo somos unas humildes mucamas; Y no merecemos tales tratos. _ acentuó Zofia

_ Eres muy inteligente y educada, pero este es mi territorio. Por ende no sigo la costumbre de otros aristócratas; así que lo diré nuevamente. Por favor tomen asiento y desayunen con nosotros, después de todo somos humanos, no seres superiores; El estatus es solo un título más, y pienso que todos están de acuerdo, ¿No?  _ Al terminar la frase extendió su mano

_ Pienso que sería descortés rechazar su invitación _ comento el 4to príncipe, con una leve sonrisa

Ante este comentario, los demás príncipes asintieron. Las mucamas, caminaron hacia la mesa y con un poco de nerviosismo, más movimientos algo torpes, se sentaron en la mesa de nobles. Y de esa manera, el duque dio la señal, para que la servidumbre sirviese el desayuno.

***

Unas horas más tarde el duque anuncio el inicio del festival en conmemoración al cumpleaños de su amado y único sobrino. La festividad consistía en varios eventos para entretener a los turistas que pasaran por dicho territorio; aquella festividad duraría tres días, al cuarto día se marcharían nuevamente a «Orquideonix« capital del tiempo.

El Dr. Mustafá había reunido a un grupo de cazadores, personas que harían lo que sea si les ofrecen algo de dinero. Su misión era tenderle una trampa al guardián del bosque y así, llegar al altar del tigre sagrado. Como todos estarían en el festival, ninguno de los guardias se daría cuenta y si fuera el caso, el duque había dado su palabra; nadie podría hacer nada en contra de su voluntad.

Tercer día del festival…

En medio del territorio se posiciono un teatro temporal, ya que harían una actuación; la cual consistiría en contar aquella leyenda del vagabundo y el tigre sagrado, casi todos asistieron, por otra parte Graciella, su hermano y el 5to príncipe. Se paseaban por los kioscos, viendo libros y artefactos antiguos; como era el último día, sacaban de los baúles lo más lujoso y extraño que pudieran vender. Al final de la calle, un brillo en particular llamo la atención de Graciella; asombrada, corrió sin mirar atrás hacia aquel kiosco.

_ Hola, mi niña… Cof- Cof… _ dijo un anciano, algo bajo de estatura, con una barba grande y textura algo crespa.

Graciella, observo aquel objeto que había llamado su atención. El objeto, no era más que un brazalete bastante delicado, en el centro había una piedra color rojo y en sus bordes estaba decorado con pequeños diseños de copos de nieve; en el centro de cada uno, tenía incrustaciones de piedras color azul.

_ Oh… ¿esto llamo tu atención mi niña?, si quieres…  puedes probártelo _ dijo con la voz algo temblorosa

_ ¿E-está seguro?, ¿P-puedo tomarlo? _ dice Graciella

El vendedor ambulante asiente, en ese momento, Jhon se dio cuenta que su hermana no estaba con ellos. A lo lejos ve una silueta parecida a la de una niña de doce años, con cabello color chocolate.

_ Gra-Graciella… _ dijo confundido

El 5to príncipe también fijo su mirada hacia ese lugar; entonces vio el brazalete, su expresión cambio a una más perturbada. Sin siquiera guardar la compostura, empezó a correr y gritar el nombre de Graciella; todo el mundo se sorprendió, nadie lo esperaba, ni siquiera Jhon.

_ ¡¡GRACIELLA!! _ gritaba el 5to príncipe, desesperado y asustado

Cuando Graciella volteo a ver quién gritaba su nombre, en ese mismo instante el brazalete cayo en su muñeca; haciendo que su portadora quedara en un trance. El 5to príncipe la alcanzo, sosteniendo sus hombros trataba de despertarle; sin embargo esto era inútil, Graciella no reaccionaba y sus ojos se tornaron de color blanco.

*

_ ¿Dónde estoy…? _ dijo mientras caminaba por la extensa neblina del páramo helado.

(_ ¡Por aquí…!)_ susurraba una voz en su cabeza

Después de caminar sin rumbo aparente, ve una puerta de color rojo, con rasguños azules. Algo en ella dice que debería cruzar la puerta, entonces con un poco de valor mezclado con nerviosismo, toma la manija y le da media vuelta; en su interior, se hallaba un altar y en frente de aquel estaba el tigre sagrado.

Mientras tanto en el mundo real…

Graciella estaba en estado vegetal, incluso trataron de moverla del lugar, porque empezaba a oscurecer y se avecinaba una tormenta; aun así, su cuerpo permaneció en el mismo lugar, como si de una fuerza sobrenatural se tratase.

No tenían ninguna pista o forma de revertir dicho efecto y concluyeron que dicho brazalete estaba encantado.

_ ¿Crees… que pueda volver…? _ pregunta Jhon preocupado

_ No lo sé… este brazalete perteneció a la segunda reina, pero nunca pensé que terminaría siendo hechizado. El embustero que se lo dio, se desapareció como la nieve en primavera _ comento el 5to príncipe

La fría brisa se hacía más evidente, en ese mismo instante Graciella se movió; giro con su mirada centrada en el bosque y comenzó a caminar. Sus pasos eran lentos, luego comenzaron a intensificarse; en pocas palabras corría por el bosque, mientras el 5to príncipe y su escolta Jhon la seguían.

***

Por otra parte el festival había culminado, el 1er, 2do y 4to príncipe se disponían a volver al castillo del duque. Pero se percataron de ciertas personas que corrían llamaron su atención; mirándose los tres con extrañeza, les dijeron a las gemelas que volvieran al castillo; luego asintieron y siguieron a dichas personas.

Mientras en el bosque, estaban preparando la elaborada trampa. Todos estaban en silencio hasta que…

_ ¿Q-que es eso? _ dijo uno de los cazadores

_ No puede ser… ¿Qué demonios hace una niña aquí? _ murmuro enojado el otro cazador

_ Dr. Esto podría arruinar nuestra trampa, deberíamos reunir a los hombres y-

_ Shhh… No arruines la diversión _ dijo Mustafá con una sonrisa

Graciella se detuvo en frente de aquel altar, mirando a la estatua en silencio. Nadie entendía lo que pasaba, salvo el 5to príncipe. Este se detuvo antes de llegar al claro; escondiéndose en los arbustos, mirando el panorama. Con un dedo, hizo un gesto a Jhon para que este guardase silencio.

Más atrás estaban los otros príncipes, quienes también se dieron cuenta de la situación. La única que estaba absorta de todo era Graciella, estaba rodeada de cazadores y rufianes, los cuales no dudarían ni un segundo en matarla y vender su cuerpo en piezas.

*

_ Bienvenida a este mundo _ dice el tigre bajando de su pedestal

_ ¿Quién eres? Y ¿Por qué estoy aquí?  _ se quejó Graciella

_ Soy el espíritu del hielo, un placer conocerte señorita Grace _ hizo una reverencia

_ Estas aquí porque fuiste elegida, para restaurar el orden de este mundo. El sello que portas, esta extinto; por ello como eres su única portadora, tu deber es salvar y proteger a los que te necesiten.

_ Sigo sin entenderlo… Solo era una persona común en mi otra vida. No, común es para las personas que tenían una vida llena de amor y felicidad; yo solo viví desgracias y al final mi vida termino en desgracia. _ dijo con algunas lágrimas.

_ Dios obra de maneras misteriosas, el vio tu sufrimiento y quiso que tuvieras una segunda oportunidad. Ahora te brindare mi bendición de esa manera podrás ir y volver a este mundo siempre que lo desees.

***

Al otro lado, en el mundo real el tigre sagrado se proyectó, como si de un holograma se tratara.

_Este es el momento, debemos salir; solo de la orden señor_ dijo el cazador más experimentado.

El Dr. Mustafá asintió, para después desaparecer como si fuese humo. Los cazadores se abalanzaron sobre el altar; todos los príncipes estaban alerta y también se metieron en el camino, los cazadores poseían armas mágicas.

Comenzó una batalla; el plan era simple: _ Distracción y huida.

En ese instante Graciella despertó de aquel trance, pero nunca se imaginó que estaría en semejante situación; Se encontraba rodeada de cazadores.

_ jaajaaja me la llevare y venderé a un precio razonable _ dijo un cazador mugriento.

_ ¡No! Yo la usare de esclava, llevara mis armas y lavara mis ropas en el rio.

Cada quien discutía por quien se la llevaría consigo, pero, alguien salto al frente de ella. Era el 5to príncipe, con una daga venenosa apuntaba hacia los cazadores.

_ ¿Estas bien? _ le pregunto, sin bajar la guardia

_ S-si _  respondió Graciella

Mientras los demás príncipes y Jhon peleaban con los demás cazadores, varios fueron a por el 5to príncipe; gracias a su baja estatura y destreza en combate cuerpo a cuerpo, esquivo e hirió a la mayoría.

Jhon por otra parte golpeaba y cortaba, los demás príncipes usaban espadas y su magia espiritual; encantando sus armas, haciéndolas más potentes.

Lo que no sabía Hikari el 5to príncipe, es que alguien estaba a punto de darle una estocada por el costado; en ese instante el 4to príncipe Yagiz, grito:

_ ¡HIKARIII!

Fue demasiado tarde… Graciella se interpuso entre la espada y el príncipe, para después desplomarse en la nieve, mientras su sangre corría y tornaba el suelo de un rojo carmesí.

Justo antes de caer, Graciella murmuro algo; el 5to príncipe se quedó en shock unos segundos, mirando a Graciella en el suelo para luego dirigir sus ojos hacia el atacante.

_ ¡HIKARI NO! _ Gritaba el 1er príncipe Nicholas

(_No dejare que te lastimen… Luke_) Al recordar lo que dijo su mucama antes de caer inconsciente hizo que desatara un poder sin igual en Hikari, su aura aumento a un tamaño abismal, sus ojos se volvieron una ráfaga de colores entre el verde y purpura. Se movió rápidamente donde estaba el atacante, tomándolo del cuello, comenzó a liberar unas toxinas que aceleran la putrefacción de los organismos vivientes. El atacante tocio de manera anormal, escupiendo sangre de color negro; luego comenzó a desintegrarse lentamente, hasta que al final no quedo nada de él.

Minutos después, Hikari recobra la conciencia; para luego darse cuenta que estaba expulsando sangre de sus orificios nasales y así caer desmayado; debido a que excedió sus poderes al límite.

*** ***

Al día siguiente, Graciella despertó asustada y con dolor de cabeza; su hermano se hallaba al costado de su cama.

_ No recuerdo muy bien…El… 5to príncipe… _ dijo rascando su cabeza

_ Debo ir a verlo… _ trato de levantarse de la manera más sigilosa que pudo, caminando de puntillas hasta la puerta.

Salió al espacioso pasillo, lleno de papel tapiz con decoraciones de diamantes y copos de nieve; también algunas pinturas de paisajes y poemas escritos en molde por las paredes. Al final del pasillo, se encontraba dicha habitación. Al entrar, vio al príncipe dormir tranquilamente, esto hizo que se sintiera aliviada dejando salir un pequeño suspiro.

Pero al escuchar unos pasos acercándose, esa sensación de alivio cambio enseguida; sus manos sudaban y su respiración comenzó a agitarse, al frente de la cama había un baúl. En estado de pánico trato de meterse en este, para que nadie al viera; la persona abrió la puerta y camino despacio, como si fuese el ser más cauteloso del planeta.

_ Sé que estas despierto, querido sobrino…  _ dijo susurrando en los oídos del 5to príncipe.

El príncipe despertó de inmediato, mirando con espanto, repudio y frustración a esa persona. Sus ojos parecían los de un lobo en presencia de un oso hambriento, su miedo era más que evidente.