Mi nueva vida - 20.10

Para mi querida amada.
Desde el día que te conocí, algo cambio en mi interior, llegaste como un rayo de luz a mi vida. Siempre rebosando de alegría, cautivando a todos a tu alrededor, con tu hermosa sonrisa y tus ojos tan azules como el océano que nos rodea.
Me siento extasiado cada ves que te veo, cada vez que me miras, mi corazón arde de emoción.

_ ¿Phineas?_ dice entrando a la habitación

_ ¿N-no puedes tocar antes? _ responde Phineas nervioso

_ Lo siento, lo siento_ responde_ ¿Qué es eso?

_ E-esto… No es nada, solo escribía una carta.

Esto hizo que ella sintiera mas curiosidad, incitándola a acercarse de a poco.

_ ¿Para quien es?_ pregunto curiosamente

_ N-no es de tu incumbencia_ respondió

Tratando de esconder la carta con movimientos torpes esta cae al suelo.

_ Vamos a ver que tenemos aquí…

_ ¡N-no la leas Celeste!

Al terminar, observo a Phineas con asombro y nerviosismo.

_ C-celeste…
(Se enojara conmigo… Si tan solo no la hubiera leído…)

El ambiente se volvía pesado, el silencio era abrumador, ambos estaban nerviosos, incómodos y con un nudo en la garganta.

Una pequeña sonrisa se dibujaba en los labios de Celeste, sus ojos comenzaron a lagrimear y sus mejillas estaban mas rojas de lo normal.

_ ¿C-celeste? Oh no… ¿Q-que hice?

Celeste lo miro fijamente, entonces Phineas se dio cuenta, esa expresión, no era una expresión de enojo o tristeza. El conocía muy bien esa expresión, era alegría.

Ella levanto la vista por unos minutos ambos se miraban fijamente, el se perdía en los ojos azules como el océano que tanto describía y ella se perdía en los ojos color amatista del chico que se le había declarado.

Phineas tomo con suavidad las manos de Celeste, arrodillándose beso sus manos, como si fueran las mas delicadas de la tierra.

Celeste solo podía observar con dulzura las acciones de aquel chico.

La hermosa rubia de ojos azules, también tenia sentimientos hacia Phineas, sin embargo, nunca se arriesgo a declararse, porque pensaba que el la vería como una hermana.

_ Phineas… _ dijo con voz baja

Phineas se levanto y tomo las manos de Celeste.

_ Desde el día que nos conocimos en aquel jardín, he contemplado tu belleza y esplendor, eres un ser amable y encantador. Alguien con luz en su interior, una luz tan pura que… Podría dar vida a la flor mas marchita del valle._ Le decía mientras acariciaba su rostro _ Tu hiciste que volviera la chispa que le faltaba a mi corazón, le diste vida con tu resplandor y encantadora sonrisa.

_ Phineas… Cuando te conocí, sentía mucha curiosidad, por lo misterioso que eres, eres la persona mas noble y dulce que he conocido. Siempre me acompañaste, incluso cuando mi madre falleció… Tu me animabas a seguir, a pesar de todo, eres el único que me entiende, el único en quien confió y… El único, a quien amo.

Phineas secaba sus lágrimas con un pañuelo, acercándose a sus labios dándole un ligero y profundo beso.