Mirada de dragón - 6
Perspectiva de una mujer:
¿Una pesadilla o está pasando?… Se sorprenderán de saber que tengo treinta y cuatro años. Al abrir los ojos veo en esta imagen, sueño o pesadilla en la que tenía el cabello cortado como humillación, suelto y desalineado como esta condición impropia indica. En mi anterior estado mi musculatura estaba más trabajada, de modo que mis senos eran más pequeños; aunque casi nunca en mi vida le he dado importancia a eso. Estoy desnuda, cuelgo de un techo por medio de cadenas que aprisionan mis manos de manera incomoda, los tobillos también están rodeados de grilletes, cuelgo sobre lo que parece un pozo o estanque de agua.
El lugar tiene tan poca luz que no se puede distinguir nada bien, a mi lado derecho cuelga otra mujer de cabello albino largo a los hombros, gruesa de anchas caderas, sus senos se ven pequeños, a penas más grandes que los míos, esta encadenada de la misma manera, aunque se ve que tiene un bozal que podría ser de cuero, como notaran estoy hablando de una dragona; dormida por medio de un hechizo de otro modo ese lugar hubiera estado hecho trizas.
A mi izquierda hay otra mujer de cabello negro, o eso parece en realidad es castaña, largo a la cadera, tiene senos más voluminosos, aunque apenas se puede decir que tiene caderas, esta parece estar llorando. Las tres estamos heridas algunas aún abiertas, al frente de cada una de nosotras a unos tres metros encadenados a una pared están tres hombres; dos robustos siendo él que tiene el cabello más largo él más alto, además tiene su cuello y rodillas rodeados por grilletes, es un dragón especialmente fuerte, y otro hombre delgado este está directamente de frente mí. Nada más de ellos se puede distinguir, están encadenados de brazos y pies.
De pronto escucho un silbido calmado, el sol comienza a brillar y abro de manera abrupta mis ojos verdes, respiro agitada luciendo asustada, me siento mientras volteo la cabeza a mirar a todos lados hasta notar a Brayan quien es la persona que silba, este está sentado a un lado de la cama donde yo estoy acostada, leyendo un libro y tomando café, este al verme despierta se queda mirándome fijamente.
Eso me alivia, notando mis cabellos amarrados en una coleta en la base de la cabeza, tengo puesta una bata azul grande abotonada, me abro el pecho tocando mis senos un momento, tras eso la abro más y me quito la manta gris gruesa que tenía encima dejando ver un vientre crecido de al menos ocho meses de embarazo; el cual toco relajándome por completo. Temía que mi estado dividido y mi unión podrían haberme hecho perder a mí bebe.
–Al fin te despiertas, Dayana, mi encanto –Brayan con voz calmada me habla. Es extraño que me llame por mi nombre, mi amor.
–Brayan ¿Cuánto estuve inconsciente? –confusa le pregunto.
–Tres días. Te tomo bastante volver a unirte; quizá por el embarazo encanto –Brayan inmediatamente me responde.
–A pesar de estar separada mis dos partes compartían la carga del embarazo, por fortuna –con un tono más centrado le comento.
–Me extraña un poco el embarazo. Quieres algo que no sea café, leí que no es bueno para las embarazadas –Brayan aun con su tono calmo me habla. Él sigue separado y luciendo más joven de lo que realmente es.
–Estando separados nos faltaba esa parte que dice lo mala idea de hacerlo en nuestra situación, Brayan –con una risita picaresca le digo.
–No lo decía por eso. Tengo algunos recuerdos, aunque es confuso, mi encanto –Brayan me contesta en el acto sin cambiar su tono de voz.
En ese momento llega Vanesa con una canasta con telas y demás con las cuales parece estar preparando tres cunas de madera café claro que están al pie de la cama, al ver que estoy despierta me sonríe.
–Hola ¿Cómo te sientes? –Vanesa más alegre de lo habitual me pregunta.
–Algo adolorida la verdad, Vanesa –respiro aliviada respondiéndole. Volver a un lugar seguro en mi estado es lo mejor.
–Deberías volverte a costar en ese caso, Dayana –Vanesa me comenta mientras coloca las telas que han resultado ser sabanas en las cunas.
– ¿Qué paso en la ciudad? Está deshabitada y algo demolida en lugares –miro a Brayan con intriga preguntando.
–Tras llegar a aquí caímos agotados, de modo que no sabemos qué paso –Vanesa es quien contesta con tono serio.
–No tenemos claro qué paso en ese tiempo, lo que fueron al menos dos semanas. Tras despertar nos tomó cerca de tres meses recuperarnos, ya fue cuando nos asomamos –Brayan serio continúa la explicación.
–Sabía que muchos tenían intención de abandonar la ciudad e ir a otros lugares considerados mejores –sin nada de sorpresa les menciono.
–Claro este lugar fue un eje por motivos de guerra, no turísticos. La fuente de agua de manantial de la cima es vital –Brayan en su tono más serio señala.
– ¿Dónde están Leonardo y Carlos? –preguntando me acuerdo de ellos; me muevo sentándome al borde de la cama.
–Desde que te encontró han estado debatiendo sobre buscar a los demás –Vanesa me dice con una sonrisa tierna.
Eso me pone muy preocupada, lo cual ellos dos parecen ignorar; aunque dudo que sea cierto.
***
Perspectiva de Brayan:
Hablamos un poco más y se quedó durmiendo, aún debía sufrir de agotamiento. Vanesa se queda en la habitación aun ayudando con las cunas, al parecer mi encanto no había notado que esperamos múltiples.
Yo voy a la oficina, si nos encontramos en la mansión del príncipe, encuentro a Leo serio sentado en el único sofá individual del lugar y Carlos algo cabizbajo sentado en una silla de madera café oscuro, yo me siento donde siempre.
–La buena noticia es que ya despertó –les menciono serio, pero tranquilo.
–Muy bien. Cuando se reponga bien nos contara lo que sepa –Leo se tranquiliza un poco diciendo.
–Esta confusa. No parece saber que paso tampoco en la ciudad –tocando mi frente les explico.
–Tampoco ha estado bien –Carlos sin cambio alguno en sus ánimos menciona.
–Cada persona se hizo una idea diferente de que era lo que quería y fueron sus ilusiones las que los motivaron. No se niega que el sistema tenía problemas algunos más serios que otros, pero destruirlo todo no es mejor –Leo cruzando sus brazos y en tono algo gruñón nos dice.
–Así son las cosas. Un sistema donde todos trabajen para todos, y todos tengan lo mismo suena lindo, sin embargo llevarlo a la práctica es el problema. La corrupción, el egoísmo, la avaricia son lo que no lo permite –le menciono enseguida más serio de lo habitual.
–Miren sé que esta pasado mucho y que sería bueno ayudar con eso, pero pasan dos cosas importantes, la primera nadie quiere nuestra ayuda que no sea de los nuestros, la segunda la gente es terca y no le gusta aceptar que se han equivocado –Leo hablando suelta sus brazos mientras respira profundo, sin dejar su seriedad.
–Eso lo entiendo –Carlos igual de ánimos que antes se limita a responder.
Al verlos así me levanto de la silla, les hago señas con las manos para que me sigan y vamos a los jardines a trabajar. En el lugar están los que llegaron como niños pequeños quienes están más grandes y aun solo hablan de los perros y dicen temer alejarse de la ciudad. No me interesa relacionarme con ellos, pero esto ayuda a distraer la mente; los tres lo necesitamos.
Por la tarde todos nos reunimos con mi encanto a quien le han llevado el almuerzo, esta se ha acomodado la ropa y sigue con sus preocupaciones, Vanesa esta ya acompañándola y se nota que nos esperaba.
–Si no supiera lo que pasa diría que son personas muy estoicas y hasta austeras. Tener dos recuerdos del mismo tiempo en lugares diferentes es complicado de organizar –mi encanto mirándonos a los cuatro nos dice.
–Me imagino que así debe parecer. En estas partes solo hay calma y lógica, poco o nada de emociones fuertes –Leo intentando hablar más calmado le dice.
–Y no es lo único que nos falta –complemente tranquilo comento.
–Eso lo sé. Carlos sé que es complicado, pero podrías intentar buscar tu forma dragonea. Estas fuera de control y nada se salva –mi encanto respirando profundo le dice.
–No es opción alejarnos de la barrera; nos asustamos y no es fácil controlar eso –Carlos con un tono deprimente le explica.
–Además podría atraer a quienes intentan cazarnos –Leo con tono serio mientras levanta la mano derecha como llamando la atención le dice.
–Han estado personas rondando los límites de la barrera. Eso tendrá que esperar –serio mirando fijamente a sus ojos le explico.
–Créenos el asunto nos importa –Vanesa calma, pero sería le dice.
–Leonardo… –mi encanto sonando con preocupación como angustia dice, hasta ser interrumpida.
–No, no me llames así. Solo Leo –enseguida Leo le dice de manera muy firme.
–Leo ¿Qué entiendes que pretendían lograr? –mi encanto tras un momento de silencio con un tono más suave le pregunta.
–Dada la muerte prematura del emperador muchos vieron la oportunidad de cambiar el sistema y otros de beneficiarse de ello –hace silencio un momento mientras cruza los brazos y continua lo que decía –no solo hablamos de anarquistas, hablamos de gente que quería aumentar su propio poder; lo que llevo a la emperatriz afanada en demostrar poder y más autoridad que nadie a tomar esas decisiones –Leo respira profundo como intentando relajarse mientras responde.
–Sigo creyendo que todo fue muy exagerado –mi encanto mirándolo con tristeza le dice.
–Lo fue. Ella era la emperatriz por ser la esposa del emperador no por tener las facultades necesarias para gobernar… consentida al extremo, despilfarradora, egocéntrica y vanidosa –Leo aún más serio y con un tono de decepción le responde
–Así era ella, pero igual su muerte era innecesaria –Carlos mientras se sienta en el suelo menciona.
–Sin embargo esas personas consideraron que lo era. Dejemos eso así –Leo sin cambios en gestos o tono de voz dice.
–Es el pasado –serio colocando las manos en la cintura les digo.
Tras un momento de silencio todos almorzamos, tras eso regresamos a trabajar en los jardines y terraza, dejando que siga descansado. Por la noche yo serio y mi encanto con una mirada llena de intriga, estamos sentados en la cama.
–Todo esto es extraño, y es también raro verte de ese aspecto –mi encanto como queriendo no hablar dice.
–Al menos no me veo como un niño. Claro que a nosotros solo nos separaron en dos partes, ellos están divididos en tres. Aunque este separado sé que mi otra parte es consiente que estás conmigo y estas aquí segura –enseguida le respondo.
–Han sido meses muy extraños. Me alegra de reunirnos y espero que estés completo pronto. Así podrás pensar con cuidado la forma de llevar a Carlos con su forma dragonea –mi encanto con algo de inquietud comenta.
–A pesar de que quemaron su casa nadie saqueo el lugar. Unos quizá por temor, pero seguro también por respeto. De no haber desaparecido a Carlos es muy probable que este lugar siguiera habitado por casi todos sus habitantes –de manera algo curiosa comento.
–No te desmerites, amor. La campaña de odio en tu contra fue por buenas razones –mi encanto riéndose dice.
–No quiero hablar de eso –incomodo le respondo y tras un momento de silencio le pregunto – ¿Segura qué no te molesta que duerma a tu lado luciendo así?
Sonriendo me abraza y al poco ambos logramos tener un sueño profundo como placido.
Comments for chapter "6"
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