Moonaris Vidre - 02
25 de Moonaris, primer año de mi captura.
Entonces… Tal parece que mi plan no fue tan infalible como me hubiera gustado y mi futuro ahora es incierto, cuando menos. Supongo que me toca explicar mi situación actual, pero es que, ¿Quién diría que hacer algo objetivamente estúpido me llevaría a estar encerrado en este castillo?
Bueno pues, aparentemente, así fue; ahora estoy encerrado en una habitación elegante y usando unas velas para iluminar mientras escribo. Que conste en el registro que yo no quiero estar aquí y que me estoy muriendo de miedo
Pero para poder explicarme, necesito recapitular lo que ha sucedido en estas últimas horas. Lo primero que ocurrió es que tuve un momento de estupidez, un lapsus de idiotez humana propia de los suicidas o de los que poseen cierta carencia mental; no soy de los primeros aunque no lo parezca. Durante mi lapsus, tuve esta maravillosa idea de enfrentarme sólo a un monstruo centenario que lleva atormentando mi pueblo desde que soy un niño pequeño. Bien que me decía mi padre, cuando yo apenas era un niño, que comer tierra me dañaría la cabeza algún día. ¡Pues mira tú padre! Tenías razón, porque esta imbecilidad que me manejo no puede ser normal.
‘Oh, pero Dailen ¿Cuándo te diste cuenta de que tú idea estúpida era, en efecto, una idea estúpida?’ Me encantaría contar que desde el momento en que la idea se formuló en mi cabeza ya yo tenía previsto lo pésimo que era mi plan y que mi valentía me empujó a seguir. ¡Pero no! No pienso mentir en lo que posiblemente sea lo último que quede de mí. La verdad es que, me di cuenta de mí idiotez, no cuando corté mi mano o usé mi sangre para llamar la atención del vampiro, no, mi estúpido cerebro cayó en cuenta de lo malo que era mi plan cuando aquél monstruo, con elegancia y gentileza, clavó sus colmillos en mi mano herida y dio la primera succionada.
Mentiría si dijera que no me dio impresión sentir mi sangre ser bebida por una criatura tan cruel y despiadada como lo es un vampiro, mentiría si digo que no me preocupé al verlo bajar del carruaje y ser incapaz de verle el rostro. Y mentiría si dijera que el brillo morado de sus ojos me pareció bonito, cuanto menos. Pero ya ves las cosas en las que se fija uno cuando está asustado
Sé que sueno estúpido. Yo, un miembro de las Lechuzas Nocturnas, el gremio de cazadores de monstruos más efectivo que existe, asustado de que un vampiro me succionara la sangre. En mi defensa, nunca antes me había pasado, los cazadores somos entrenados para ser certeros y ágiles, no permitir que el monstruo se acerque y nos infecte con su mal. Tampoco es como si me detuviera en medio de matar a un vampiro y le pidiera que me sorbiera la sangre para probar la experiencia.
¿Y cómo fue la susodicha experiencia? Bueno pues fue… extraña. Se me enseñó que los vampiros succionan sangre a través de los colmillos, como dos pajillas pegadas a su boca. Quién haya escrito eso definitivamente nunca fue mordido por un vampiro antes, porque pude sentir con claridad como esa cosa succionaba con los labios… Aunque, para ser justos, mi mano ya estaba sangrando antes de que me mordiera el vampiro, supongo que tendré que investigar un poco más.
A decir verdad, esperaba que doliera como el mismo infierno, pero estoy bastante tranquilo en realidad, el vampiro curó mi herida y me vendó. Supongo que no quiere que su comida muera de una infección por una herida abierta. Eso es un alivio al menos, pero es ínfimo comparado con el estrés que tengo ahora mismo, este vampiro ¡No es normal en absoluto!
En cuanto subí a aquel carruaje me di por muerto, supe que moriría al entrar al hogar de ese monstruo, tanto así que ni siquiera me molesté en memorizar el camino de regreso al pueblo. Al momento que puse un pie en este castillo perdido entre la profundidad del bosque… Nada. No pasó nada. Y es que al menos uno espera un trato de prisionero, pero no; el vampiro me guió como un caballero educado hasta la puerta y directo hacia un gran comedor. Había una larga mesa en el medio, rodeada por varias sillas que combinaban, el mantel blanco recorría todo el largo de la mesa. El salón tenía múltiples decoraciones que se veían finas y caras. Y por algún motivo habían dos chimeneas medianas en dos esquinas del salón.
Se me alimentó con buena comida y buena bebida, el vampiro me hizo compañía en todo momento, podía sentir sus ojos sobre mí con cada movimiento que hacía, casi como si me estuviera analizando. Es tan tortuoso saber que te están observando meticulosamente y no ser capaz de devolver la mirada o siquiera tener el valor de intentarlo.
Y es que me encantaría decir que tuve una batalla sangrienta y salí victorioso de mi encuentro con la criatura, pero no, me avergüenza admitir mi propia cobardía y lo fácilmente impresionable que me eh vuelto con la edad. ¡Y que Dios me perdone! Pero ¡Ay! Eh vuelto a sentirme como un niño al ver el inmenso castillo, incluso en la penumbra de la noche alguien sin la propia educación como yo, puede apreciar la calidad y belleza de los tallados hechos en piedra, cada detalle finamente esculpido le daban un toque único al lugar. ¡Y qué decir del interior! El lugar podría estar vacío e igualmente me parecería el más impecable lugar que podría haber en este planeta, sin mencionar lo inmenso que era, solo el espacio bajo las escaleras sería suficiente para acomodar todas mis cosas.
No puedo evitar sentirme culpable por no haberme resistido a la tentación, por no haber evitado embelesarme. Pero al final fui débil y devoré un delicioso trozo de carne; más grande de lo que nunca podría llegar a imaginar (o que pudiera permitirme pagar). Bebí el vino más dulce y refrescante que podrían haberme servido nunca, ni siquiera en la iglesia más fina del mundo podrían darse el gusto con un vino tan maravilloso (y estúpidamente caro)
¿Acaso mencioné ya el lujo de todo el asunto? Creo que no, para que se me pueda entender correctamente, déjame preguntar ¿Alguna vez has tenido la sensación de estarte tragando tu dinero? Bueno, pues esta noche comí el equivalente a dos lingotes de oro y tres copas de diamantes líquidos, más o menos.
Hubiera comido más, de no ser porque el vampiro decidió que ya era demasiado noche y trató de acercarse a mí. La blancura del guante aún manchado con mi sangre me regreso a la realidad de mi situación; creo que mi abrupta reacción hizo a la criatura desistir en su intento de tocarme y sin duda mi madre me daría una regañina por haber sido grosero y tosco con un anfitrión que tuvo la amabilidad de dejarme alimentarme cuanto quisiera. Lo lamento madre, pero por más que hoy esté durmiendo entre sábanas de seda con un balcón y unas vistas de los que nunca imaginé poder disfrutar, no debo olvidar que estoy lidiando con un monstruo vil y asqueroso.
Puede que despierte estando muerto o peor, convertido en un novicio sin voluntad o cerebro
Comments for chapter "02"
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