Niebla roja - 02
Fuera de aquella mansión el aire era algo sofocante, las nubes se dispersaron y gracias a ello, la luna salió. Sin embargo, esta luna no era normal, ya que se empezó a tornarse de un rojo carmesí, pero no solo su color era extraño, también su tamaño era descomunal. Pero, lo más raro de todo era la niebla que emanaba del suelo, su color era rojo al igual que el de la luna.
_ Entremos _ comento Vaioleth
_ ¿E-Estas segura?, esto no me gusta… _ se quejó Jeremaya
_ A ver… _ soltó una bocanada de aire y preguntó _ ¿Te quieres quedar aquí?
_ No…
_ Entonces andando
Ambos entraron a la mansión, por la decoración se veía muy costosa, pero, no se podía apreciar debido a todo el moho y telarañas. Observando cada parte de aquella oscura y mugrienta sala de estar, vieron unas fotografías antiguas, al parecer una familia del siglo XIX vivió allí.
_ Vaioleth, ¿Puedo subir?
Su hermano señalaba unas escaleras dobles que daban al segundo piso y una puerta en su centro que hacía alusión de la entrada al sótano.
_ Está bien, pero ten mucho cuidado, esta casa es vieja y podría tener la madera podrida. _ Intuyo Vaioleth
Jeremaya asintió y comenzó a subir dichas escaleras, con pasos ligeros y cuidadosos pisaba los escalones estos rechinaban con cada paso. Al llegar ve varias puertas de color blanco, curiosamente estaban casi intactas, Jeremaya tenía curiosidad por lo que pudiese haber del otro lado, se acercó a una de las puertas tomando la perilla con un poco de nerviosismo, sus manos sudaban al igual que su cuello, trago saliva y cuando se disponía a girarla, su hermana le llamó desde las escaleras:
_! Jeremaya ¡
_ ¡Ya voy Vaioleth! _ grito
***
_ Ya es media noche, debemos dormir _ comento mientras bostezaba
Ambos se acurrucaron en la sala de estar con un mantel viejo, sin embargo, una melodía hipnótica los despertó, haciendo que se levantasen y caminaran en dirección al sótano.
La casa adoptó un ambiente gélido, haciendo que los vellos de la piel se erizaran, debido a la hipnosis sus pasos eran algo torpes, pero, aun así bajaron las escaleras dirigiéndose a un costado de dicho cuarto. Lo único que se podía distinguir de lo oscuro que estaba era un resplandor al fondo, un espejo, pero no era un espejo cualquiera, este espejo emanaba un color rojo igual al de la luna y la niebla.
Pero lo más aterrador de todo esto, era el hecho de que aún estaban conscientes; podían ver, oler y sentir todo, a pesar de ser controlados y atraídos por la melodía.
Ambos trataban de zafarse de este control, pero el poder del espejo era demasiado para unos simples adolescentes, con la mente hecha un caos y el corazón destrozado.
(_ Debo detenerme, no puedo permitir que nos lleven, ¡No debo!) Pensaba Vaioleth
Pero era demasiado tarde se detuvieron frente a ese espejo, esperando, esperaban algo ¿Qué esperaban?, y ¿Por qué?
****
A una esquina de la casa, se encontraban Keito y sus compinches, el líder había ordenado que aguardaran hasta que se mostrará el primer rayo de luz matutino.
_ deberíamos atacar ahora que están a nuestra merced, ¿Por qué debemos esperar? _ comento un compinche
_ Entiende que es mejor en la mañana, sus pasos serán torpes, no podrán escapar. _ comentaba Keito regocijándose
La luna comenzó a brillar y la niebla comenzó a inundar las calles, y así al pasar los minutos se hacía más y más intensa.
_ Keito… ¿Qué es eso? _ pregunto tartamudeando
_ No se asusten, solo es un idiota caminando _ respondió Keito
Una figura se acercaba lentamente hacia ellos, arrastrando unas cadenas, esta figura medía 3 metros y medio de altura. Algunos de los chicos que estaban con Keito comenzaron a correr, mientras que Keito el líder se quedó estático junto con su otro compañero.
La figura se acercó lo suficiente haciendo que se notase más detalles de su enorme y grotesco cuerpo, este estaba lleno de marcas, quemaduras y protuberancias asquerosas. Keito estaba pasmado al igual que su compañero, ambos sudaban frío y observaban la espantosa figura, sus manos temblaban al igual que todo su cuerpo, sus cuerpos instintivamente sentían que estaban en peligro.
Keito pensaba (¿Por qué no puedo moverme?, ¿Qué me pasa?, ¿Esto… esto es miedo?)
El monstruo se detiene a unos metros de los dos jóvenes, aunque la niebla no permite distinguir muy bien lo que hace, es evidente que está meneando las cadenas lanzando estas hacia uno de los jóvenes, impactando está en el torso del compañero de Keito, haciendo que volase por los aires, terminando estrellado en una pared, fracturandose varios huesos con el impacto. Keito, no podía creer lo que veía el monstruo se acercó más y más, terminando en frente de él, para luego darle un golpe con su puño y dejando a Keito fuera de combate.
***
Por otro lado, Vaioleth y Jeremaya seguían viendo aquel espejo del cual, comenzó a brotar una protuberancia color platino. Lentamente el extraño objeto empezó a tomar la forma de un cuerpo humanoide
La figura, se puso en frente de ambos observándolos fijamente, curiosamente la figura no tenía rostro, pero podía sentir las ondas de calor, gracias a sus ojos con visión térmica y así, tomó a ambos, arrastrándoles dentro de aquel espejo llevándolos hacia otra dimensión.
El espejo era un portal dimensional, este portal tenía todo tipo de cosas grotescas dentro de sí, desde trozos de piel, cerebros y cráneos. El olor metalic0 se hacía más y más fuerte, hasta el punto de querer arrancar tu sentido del olfato.
Al final del portal se hallaba un agujero negro, el cual conectaba ambos mundos, pero lo que no se esperaban era que al final de este se encontraba una especie de ventilador gigante, lleno de carne y huesos triturados por la inmensa velocidad.
Unos investigadores encontraron anomalías en algunas partes de un pueblo, aunque se llevó a cabo una investigación a fondo al final no eran más que solo conjeturas e hipótesis de algo que no podría ser realidad.
Le otorgaron varios nombres: «El túnel rojo, El laberinto rojo, Etc. «
Pero, en 1986 un joven de 16 años atravesó el portal y al regresar, lo encontraron desnutrido, lleno de sangre. Pero el testimonio que contó y que esa sangre no le pertenecía a él sino de alguien más, a alguien a quien tuvo que sacrificar para sobrevivir. Lo que más les impactó, fue la forma en la que describió el portal, al final los científicos no le creyeron y lo tacharon de esquizofrénico encerrándolo en un hospital psiquiátrico, que al cabo de un año, dicho hospital terminó siendo incendiado. Después de ese suceso dieron al joven por muerto…
*
En una estación de policía, Monk el tutor legal de los gemelos, se encontraba pidiendo ayuda a los policías para que encontraran a sus queridos sobrinos.
Monk pensaba: (`Debí amarrarlos en el sótano y así, cuando fueran mayores de edad… reclamar el dinero. ¡Maldita sea!`
Los voy a encontrar…)
****
Al recuperar la conciencia Keito ve que sus manos y piernas están atadas, también siente el frio del suelo. Solo podía mover su cabeza, buscando quien le había hecho semejante humillación.
Pero, su rostro queda totalmente horrorizado, ¿la razón?, su mejor amigo King, con quien se había criado desde pequeño estaba mutilado, sus brazos, piernas… hasta su estómago estaba a plena vista, era evidente que estaba muerto o eso creía Keito hasta que su amigo medio moribundo hablo:
_ Keito… por favor mátame… _ susurro, con la voz entrecortada
_ King… No me pidas eso… y-yo no puedo… tu, eres lo más cercano a un hermano _ susurraba suprimiendo su impotencia y tristeza.
_ Por favor… Keito…
Sus ojos buscaban con desesperación y suplica la mirada de Keito, pero este solo volteo su rostro ya que las lágrimas comenzaron a salir como una cascada inagotable, no podía ver a su único amigo en tal estado.
Y justo antes de que ambos pudieran decir algo más, el monstruo que los arrastró hizo acto de presencia, se interpuso entre ambos y sin más, empezó a llevarse a King.
_ ¡NOOO, ALEJATE DE EL HIJO DE PUTA! _ grito Keito con todas sus fuerzas, pero eso no detuvo al monstruo, ya que seguía arrastrando a King.
Sus viseras comenzaron a esparcirse en el suelo, mientras la sangre salía a chorros agigantados de su cuerpo, su mente empezaba a divagar, mientras su boca soltaba palabras incoherentes.
Antes de girar la esquina de la pared que dividía los cuartos, King le sonrió a Keito, esa sonrisa era de despedida.
Keito forcejeaba para zafarse de las cuerdas que le ataban los brazos, para luego desatar sus pies e ir a matar a ese monstruo, liberar a su amigo y salir de allí.
Rompiendo un dedo de su pulgar y desgarrando un poco su piel por la fricción, logra soltarse las muñecas, y luego los pies. Al levantarse nota más cosas grotescas que le hacen temblar de terror:
Cuerpos colgados y mutilados, cráneos con agujeros, alguna que otra tripa en un frasco y muchos corazones en un refrigerador. Su repudio fue tan alto que sus náuseas se hicieron notar, haciendo que vomitara ante tal barbaridad.
Se limpia el vómito de la boca, toma un mazo con alambre de púas y decide partir en busca del monstruo y su amigo moribundo.
Comments for chapter "02"
QUE TE PARECIÓ?
El tío Monk va a dar muchos problemas, pero si es parte de tu plan de la trama está bien. Si puedes revisar los diálogos anteriores donde aparece Keito, me enrrede un poco en ellos. Respecto a lo último pasado, creo que le daría un toque mejor si describieras un poco más los mounstros. Con eso la novela está perfecta, no leía terror desde hace mucho, hacerlo ahora está valiendo la pena :3.