Nigloshima - 15
Capítulo 2
Orientación de los Gatos
“Creo que es un buen nombre para ti, me recuerda al personaje de un libro que leí cuando niña”
Le dijo Yuke. Le convencía, le gustaban, le agradaba, en fin, aunque cualquier cosa que Yuke dijera sobre el nombre seguramente terminaría convenciéndolo. No tenía idea de cómo nombrarse y pensándolo bien ni siquiera le agradaba la idea, le incomodaba tener uno ahora que había pasado tanto sin tenerlo, aunque tal vez con el tiempo se acostumbrara, al menos ser llamado así por Yuke le regocijaba.
–No está mal –dijo Juno–, es corto, fácil de recordar.
–Gracias, aunque lo eligió Yuke –al escuchar esto, Juno frunció un poco el ceño y dejó por un momento su labor acomodando un bolso
Suspiró
–Yuke está muy pegada a ti, ten cuidado
–No sé a que se refiere –mintió
El hombre solo lo miró de arriba abajo
–Si es sobre esa conexión con lo de Nigloshima yo tampoco…
–No hablo de ninguna conexión –dijo Juno levantando un poco su voz–, hablo de cosas reales, aunque hablar de cosas reales contigo no si es es la mejor opción.
Aquel comentario enfadó un poco a Ethan, o más bien lo hirió, le molestaba aun pensar en estas cosas y que lo mirara de esa forma le ardía aun más en su interior.
–No creo que en éste momento piense en…
–Solo… –le interrumpió Juno aguantando sus palabras en le aire con un gesto cansado– ten cuidado.
2
Ethan vio por primera vez el mundo aquella mañana, el real. Se asemejaba al que conocía hasta ahora, pero bañado de un tinte más sombrío. Todo el aire estaba inundado por una fina capa de hollín y polvo. Todo la cercanía del lugar estaba casi destruida, era un viejo complejo de viviendas venido abajo, salvo por aquel lugar donde pasaban la noche, la imagen le resultó dolorosa aunque no comprendía muy bien porqué, tenía aquel sentimiento bastante seguido, como si su cuerpo fuera adaptándose poco a poco al ambiente nuevo, solo que su cerebro muchas veces iba un paso atrás. Aun así podía sentir aquel olor a nieve que había sentido en sus sueño, y que asociaba con un evento que jamás había visto pero que le agradaba. Junto a un árbol vio a Yuke concentrada en la labora de recoger algunas cosas del suelo
–¿Qué haces? –dijo llegando de pronto por la espalda, la chica se sobresaltó y casi arroja todo lo que cargaba.
–¡Me asustase! – dijo llevando su mano al pecho, luego rio para quitarle importancia– Recojo piñas secas, son buenas para empezar el fuego.
Ethan observó a Yuke desde arriba, miró su pelo oscuro teñido por ciertas manchas rojizas, en algunos puntos casi violetas, como finas plumas manchando un lienzo.
–Salen de vez en cuando – dijo, como si le leyera la mente. Ethan sopesó la posibilidad de que esto fuera cierto, dado toda la situación, pero no dijo nada
–¿Por qué ? – preguntó acuclillándose junto a ella para ayudarle.
Yuke volteó a verle y al notar que estaba tan cerca de ella volvió a clavar su vista en el suelo
–No lo sé, suelen salir, cuando estoy cerca de alguno…
Ethan guardó silencio un rato y luego habló
–¿Por eso crees en la conexión? – preguntó examinando su rostro casi obsesiva mente
–No solo eso, pero sí –contestó Yuke mirando de ves en cuando de reojo al chico que no dejaba de observarla, estaba tan cerca que comenzaba a incomodarle que pudiera sentir lo nerviosa que se encontraba– Siento cosas que las demás personas no, puedo hablar con ello, o algo parecido, hubo momentos en el que eso nos ha salvado.
–Eso es bueno –dijo Ethan riendo un poco. Acto seguido estiró su mano hacia el pelo de la chica que se sorprendió, casi volviendo a arrojar todas las piñas, tomó uno de esos cabellos violetas y lo colocó detrás de la oreja en un gesto delicado.
Yuke, que intentaba por todos lo medios mantener la compostura se paró de golpe dejando caer algunas piñas que Ethan recogió
– ¿Me ayudas a llevar esto dentro? – dijo intentando cambiar rápidamente el tema
–Por supuesto
3
Con cuatro tazas de café caliente y junto a el fuego el grupo se reunió para decidir el futuro. Una premisa mucho más alentadora de lo que parecía
–Dijeron que estaba esperando por mí para cambiar de lugar
–Sí, la idea era hacerlo antes de que comenzara la nevada – dijo Corel
A Ethan le emocionaba la idea de la nieve, no pudo evitar mostrarlo en su rostro pero dada la situación se limitó a no decir nada. Bastante incomoda se sentía mucha veces la intervenir en la conversación, se sentía fuera de aquel grupo aunque lo disimulara.
–Pensamos en ir a un refugio, pero la idea de que estén en la mismas o peores condiciones que nosotros aquí nos desanima – agregó Juno
Yuke, que estaba sentada junto su madre, a unos metros de Ethan lo observó, como esperando que dijera algo.
–Solo nos queda intentar con un grupo de la resistencia –convino
–¿Y eso? – inquirió Ethan
–Son grupos casi siempre formados por militares, ex militar o gente armada
–Es más probable que ellos si tengan comida y agua – dijo Ethan
–Sí, pero para entrara allí hay que trabajar, y con la condiciones en la que estábamos me era imposible sopesar esa idea –dijo mirando rápidamente a ambas mujeres
–¿Y que haremos con Billie? –Preguntó Yuke, como si se estuviera aguantando aquello un buen rato.
–¿Quién es Billie? – preguntó Ethan confundido
–El gato –dijo Juno con mala gana a lo que su hija le regañó torpemente con la mirada–. El gato de Yuke, se niega dejarlo pero es seguro que no nos dejaran entrar a ningún lado con él, si no es que nos disparan desde lejos al notarlo.
– ¿Tienes un gato? –preguntó Ethan algo alterado y confundido, le había costado procesar las cosa sobre el nuevo mundo pero una de las que le había quedado más clara y la que le habían enfatizado como prioridad para la seguridad era evitar lo animales, y tener uno como mascota le resultaba impactantemente tonto.
–¡Sí! –grito Yuke retándole con la mirada. aunque no parecía furiosa con él si no con la situación–. Pero Billie no es como los demás
Dicho esta bajó un poco el cierre de su chaqueta para dejar ver al pequeño, peludo y negro gato durmiendo tranquilo sobre su pecho, parecía una bufanda.
–El no es como lo demás –continuó–, no se ha infectado y no lo hará mientras permanezca conmigo
Yuke no parecía del todo convencida de esto aunque intentaba que sus palabras si lo sonaran
–No moriré de hambre o de frio por un gato –dijo Juno intentando que sus palabras no sonaran mal aunque no había mucha formas de decir aquello. Corel asintió con la cabeza algo melancólica.
– ¡Por favor! –dijo Yuke casi en un llanto
A Ethan le parecía totalmente razonable la postura de sus padres, tener un animal era un peligro, y el que no hubiera tenido problema hasta hora no le sacaba la posibilidad de que lo tuviera en un futuro, en cualquier otro situación hubiera optado por apoyarles pero…
–Yuke tiene razón – dijo, muy rápido, como si quisiera que no lo escucharan, miró a Juno y a Corel como pidiéndoles perdón, su mirada decía “ tienen razón, es una locura, pero no me importa que sea, apoyaré a Yuke, lo siento”– Si..si no hubo problema hasta hora, no tiene porqué haberlo
Yuke le miró con unas lagrimas en los ojos, con un aire de agradecimiento y esperanza.
–Solo hay que buscar una forma de hacer que pase desapercibido –Agregó. Yuke giró su cabeza hacia sus padres rápidamente cerrando la chaqueta y dejando Billie otra vez en su cueva, oculto.
Juno suspiró y luego de cruza una mirada con su esposa dijo.
–Está bien, intentemoslo, pero no quiero llantos luego, ya conoces a los personas de éste mundo.
Yuke miró a Ethan con una sonrisa de agradecimiento que éste le devolvió aunque nuevamente su corazón dolió.
4
Billie era un gato pequeño, casi podía ocupar la palma de su mano, a Ethan le gustaba, le parecía una animal bonito y le recordaba al gato de su mundo, solo que mucho más normal, y eso le agradaba. El animal seguia su mano cuando éste la movía de un lado al otro jugando, intentando darle caza con sus pequeñas patas.
Yuke le observaba a ambos, a ella le gustaba verle, le gustaba mirar sus reacciones, verlo jugar con Billie de esa forma le trasmitía paz, le hacía escapar de la realidad.
—Billie es un gato muy tranquilo –dijo acercándose a él
–Lo es, ¿Por qué crees que él no a…?
–No lo sé, creo que es por nuestra conexión –el gato sintió la presencia de Yuke y automáticamente dejó su labor de perseguir la mano de Ethan para acercarse a ella y frotarse contra sus piernas. Yuke se agachó a darle unas caricias, esta vez era él, el que sentía paz al verle.
–Siempre tuve una conexión extraña con los animales, puede que mi amor haga que esté protegido
Como a mí
Pensó Ethan, pero no se atrevió a decirlo. Yuke observó al muchacho y luego se acerco a él, desabrochó una botón mal colocado de su camisa y se lo puso bien, luego de hacer esto, acaricio su pecho, como buscando su pulso, como comprobando que fuera real. Ethan la observó, la tenía muy cerca, casi podía sentir su aliento frio al respirar. Ella levantó la vista para verle a los ojos, parecía que quería decir algo, abrió la boca para hablar pero finalmente desistió y se alejó.
5
–¿Están todos listos? – preguntó Corel que se ató los tirantes de su mochila a la espalda, todo llevaban una muy pesada, habían acarreado con todo lo que le podía ser útil en el camino y Yuke había acomodado a Billie en su chaqueta como de costumbre de una forma de que nadie lo notara.
–Tiene que haber un búnker de la resistencia cerca, los hay por todos lados –comenzó a decir Juno–, no tardaremos en llagar pero aun así, iremos rápido, queremos evitar cualquier problema y la nieve en particular. Todos tenga cuidado y no se separen
Dicho esto tomó el rifle y se lo acomodó a su espalda, miró a Ethan y volvió a hablar.
–Y a ti chico, te estaré vigilando
–Sí señor –contestó, era mucho más fácil de aquella forma, sin discutir ni justificarse.
Yuke y Corel salieron primero y cuando Ethan estaba por cruzar el umbral, fue interceptado por Juno
–Toma – dijo extendiendo su mano donde sostenía una pistola plateada y brillante
–Yo no…
–No creo que la necesites, pero es más seguro así, no puedo confiar en un alienígena como tú, pero es mejor que dársela a mi esposa o a mi hija, no quiero que ellas tengan que…
–Está bien –dijo Ethan tomándola en sus manos–. Lo entiendo.
Juno lo miró de arriba abajo una vez más antes de salir
6
Como había dicho Juno no tardaron mucho en dar con su objetivo, un búnker circular perfectamente camuflado entre la nieve. Nieve que había comenzado a caer casi al instante de salir de casa. A Ethan le parecía algo casi mágico, sentir aquellas cosas caer del cielo lentamente y su aroma tan particular que creía solo sentir él, le provocaba una calidez extraña. Le hubiera gustado expresar aquel sentimiento pero creía que si se ponía a explicarlo, dada su situación, le tacharían de loco, más aun. Fuera del búnker había dos personas, cargaban un arma cada una y al advertir los recién llegados una de ellas se acercó a la reja que circundaba el lugar
El grupo caminaba por el medio del sendero ahora casi oculto en un blanco pálido, Juno levantó sus manos en un gesto de saludo que los demás imitaron
–¡Hola! – gritó
Yuke no pudo evitar ponerse un poco nerviosa al sentir a aquella persona acercarse. Billie solía ser tranquilo y cuando viajaban así casi nunca se movía, pero ahora la idea de que alguna cosa saliera mal le provocaba que su corazón latiera tan fuerte que sentía que el gato lo escucharía y se pondría a jugar con él. Ethan que estaba a su lado pudo notarlo, se acercó a ella y le susurro al oído.
–Todo está bien –Y sonrió. A ella le gustaba la idea de creerle y a él le alcanzaba con tranquilizarla un poco, aunque supiera que sus palabras fueran mentira.
– Somos una familia, soy Juno y ella es mi esposa Corel, ello son mis hijo Yuke y Ethan. Estamos casi sin suministros
–Mi nombre es François – dijo el soldado que miró de arriba abajo a todos y cada uno, deteniéndose en Yuke, se acercó un poco a la reja para ver más de cerca, entrecerrando sus ojos. El corazón de la chica estaba a punto de salir por su pecho. Ethan pensó que hasta allí habían llegado, al menos Billie, lo habían intentado pero fue una locura siquiera pensar que un plan tan simple funcionaria, si todos estaban tan alertas como él creía, no podían dejar pasar algo como eso…
El soldado fijó sus ojos en los de Yuke, los observó un rato, parecía que se había perdido, casi como si hubiera caído hipnotizado, Ethan no comprendía esa mirada pero ella si, la había visto antes y aunque creía que ya no le molestaba, teniendo en cuenta donde había ido a parar todo, ahora agradecía que estaba un poco de su lado. François apartó la mirada algo incomodo y continuó hablando con Juno y Corel.
–Podemos ofrecerles resguardo, pero no podemos asegurar la comida ni el agua
–Nos alcanza por ahora – dijo Juno riendo y buscando la complicidad de su esposa que también rio.
–Y si se quedan, tendrán que trabajar, mucho más teniendo un arma – dijo señalando el rifle
–Por supuesto, un poco de trabajo duro no nos matará – dijo Juno intentando parecer casual. Miró Ethan y agregó– ¿Verdad hijo?
Hijo
Aquella palabra atravesó a Ethan como un clavo hirviendo, pasó por su cien como un tren llevando consigo un montón de basura que creía tenia bien guardada. El recuerdo de una persona que un día llamó padre le vino a la mente, aunque las imágenes se borraban en cuanto quería recordar, sabía bien que había algo allí pero no podía alcanzarle, y sentía que era algo amargo, algo que no le gustaría recordar. Aun así otra pequeña parte le reprochaba por olvidarlo, lo obligaba a sentirse mal por haberlo hecho.
–Claro Papá –dijo
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