Nigloshima - 23
Capítulo 10
Niebla
La isla era, como decía su nombre, una isla artificial de investigación a unos kilómetros de la principal. Cómo Nicola había dejado caer unas horas antes solo había dos formas de entrar en ella, o al menos acercarse, ser parte de la prensa o un soldado. Por un parte Yuke y Sabrina había optado por una y Nicola le había facilitado la segunda opción. A Ethan no le agradaba la idea e estar separado de Yuke aunque había prometido reunirse inmediatamente llegado allí. Tampoco estaba particularmente cómodo con el transporte del viaje. Nicola y él iban en un pequeño bote algo raído, tenía un escudo militar y casi no tenía fondo. Nicola tuvo que mover mucho de su contactos, y eso fue difícil ya que en aquel momento del mundo las relaciones con la personas estaban mucho más desgastados que la ropa vieja camuflada que le había obligado a ponerse a Ethan. Nicola conocía gante, había hecho amigos durante sus etapa en el ejercito, pero mucha de esa personas ahora ya no estaban o no podían comunicarse con ellos. Por suerte aun conservaba a Jared, uno de sus poco subordinado que seguían al día de hoy a su lado. Nicola lo consideraba a esta altura un hermano más que un soldado o amigo y éste igual. Jared era un experto reparando cosas, sin ir más lejos la cámara de Sabin había pasado por sus manos antes de poder sacar siquiera una foto. Para sus suerte o por culpa de lo que sea que estuviera condenándoles a vivir aquel desastre, Jared aun guardaba un viejo bote de motor que había utilizado durante alguna incursión en algún momento antes de que todo se fuera por la borda. El arreglo no era de los mejores, el bote estaba casi destruido pero les serviría al menos para llegar a La Isla, o al menos eso deseaba, a medida que avanzaba y dejaba la tierra atrás, el bote parecía costarle más mantenerse en pie y temía que en cualquier momento los dejara a la deriva.
–¿Tienes miedo? – le preguntó a Ethan cuando éste miraba sin mucho cuidado a lo lejos, una sombra enorme que se proyectaba donde se perdía la vista, augurando que su destino no estaba lejos.
–Sí –le respondió y a Nicola le sorprendió con la sinceridad que surgieron sus palabras.
–Intentaré protegerte –le dijo
–Gracias pero –Ethan cerró fuerte los ojos y luego los abrió–, no tengo miedo de lo que haya allí, tengo miedo de mi mismo.
Nicola guardó silencio, no sabía que podía comentar luego de aquellas palabras, así que por un buen rato no pronunció ninguna.
–Lo único que puedo decirte –rompió el silencio por fin–, es que no te lleves a la tumba ningún arrepentimiento, no sabes cuanto tiempo tienes en éste mundo, ni tú ni yo, ni nadie, es por eso que si estas guardando algo en tu interior, lo sueltes.
Ethan le observó, era las palabras más profundas que había escuchado venir de aquel hombre Nicola no le devolvió la mirada, tan solo siguió mirando de frente, el chico no le contestó pero aquellas palabras quedaron resonando un buen rato en sus interior
2
Sabrina era una chica con habilidades, eso fue lo que Yuke pensó la primera vez que estuvo a solas con ella, le sorprendió en desmida su poder de oratoria y su forma de utilizar todo su encanto. No comprendió cuan rápido había sido todo hasta que le ferry estaba ya a medio camino. Sabrina recordaba casi siempre los comentarios de su padre y como éste le reprochaba por usar sus encantos femeninos para conseguir beneficios, aunque podría estar orgullosa de esta vez no había necesitado llegar tan lejos. Podría ser parte de otro mundo pero su trabajos en aquel era el mismo que éste, había estudiado periodismo y a pesar que no tenía nada que le certificara, al menos de éste lado, no lo precisó. No lo hizo por varios motivos, la persona encargada del ferry estaba concentrado en otras cosas y no en pedir documentación, Sabrina casi no le dejo pensar en absoluto sobre aquello y la forma de hablar de la chica le daba a entender que sabía del tema, y siendo sincero, en aquel momento nadie quería acercarse a La Isla si no era por motivos cómo los de ellos, si alguien quería mentirle y meterse en el viaje, los que saldría perjudicados serian ellos mismos
– ¿Los chicos habrán podido conseguir la forma de llegar? – le preguntó Sabrina llegando junto a Yuke, le trajo una lata de café caliente de una maquina expendedora y se sentó junto a ella en el frio piso del vehículo.
–Nicola dijo que podría, y ese hombre siempre habla enserio –le contestó Yuke abriendo la lata y intentando calentarse su manos .
– ¿Y Ethan?
–¿Y él qué?
–¿Qué opinas de él?
Yuke guardó silencio y solo exhaló una bocanada de aire frio que se desvaneció en el aire
– Él es…una persona muy decidida, es algo cerrada pero se expresa bien, es muy caballero y amable y casi siempre esta de acuerdo conmigo.
–¡Vaya! –exclamó
–¿Qué?
–Que te ha llevado mucho menos tiempo que a mí descifrarle
–Es que hemos estado mucho tiempo juntos últimamente
– Tiempo, ¿Qué crees que es el tiempo? –preguntó Sabrina y si Ethan hubiera estado allí, reconocería aquella frase como el inicio de una de sus reflexiones que tanto le gustaban, aun así Yuke, que no conocía ni la mitad a la chica, le dio vueltas unos segundos a la pregunta y finalmente se rindió
–¿A que te refieres?
– He pensado últimamente mucho en el tiempo, sobre lo que dura un momento, en como el tiempo influye mucho más de lo que creemos sobre lo bueno y lo malo
– ¿Sobre lo bueno y lo malo?
–Sí, imagina esto, un dolor, insoportable, un dolor punzante en la cabeza, sería algo aterrados ¿no es así? Que todo el día tuvieras aquella puntada taladrando tu mente. En cambio ¿si aquel dolor solo durase un segundo? Sería mucho más llevadero. ¿Y si ese segundo, solo ocurriera cada 24 horas? Aun mejor, si fuera solo una a la semana, o al año, ese mismo dolor no tendría casi valor.
Yuke comenzaba a comprender a lo que se refería con lo bueno y lo malo, aunque no se atrevía pensar que entendida del todo aquella palabras, ni siquiera decirlo en voz alta
Sabrina suspiró y continuó
– La existencia de una persona es muy simple si lo reducimos a un momento entre millones. No hay mucha diferencia entre mi mundo y el tuyo, solo que éste es real, igual que todo lo que lo habita. Pero los que lo habitan lo hacen real, y es el mundo el que los mantiene así, aunque ellos sean solo un sueño creado en otro mundo
–¿Qué quieres decir? – preguntó Yuke
Sabrina la miró desde un lado, sin voltear del todo el rostro y manteniendo una sonrisa un poco leve, bastante más apagada de la que casi siempre estaba en su rostro
– Puede que Ethan sea diferente, en cuanto a mí, solo estoy de paso, solo soy necesaria en éste momento
Yuke la observó y casi pudo ver tristeza en sus ojos, aunque la chica hizo un intento por que no lo notara, los ojos de Yuke se humedecieron un poco y al instante volvieron a la normalidad, aquella situación le sobrepasaba, la propia tristeza parecía llenarle tanto que no podía llorar ni sentirse mal, había visto como el mundo se destruida y aunque tenía una posibilidad de remediarlo era tan vana como la existencia de ambos. Sabrina era una mujer decidida y con pensamientos increíbles, casi no compendia como había sido parte de ella misma, a veces ni ella se comprendía, a veces creía que nada podría salir bien
–Mira Yuke, estamos por llegar, se pude ver La Isla desde aquí – dijo Sabrina sacándola de su trance.
3
No podían acercarse mucho a La Isla por que el agua que la circundaba a unos trecientos metros era tan poco profunda que el bote tuvo que hacer una maniobra para que la quilla no se enterrara en la arena,y tenían que pensar en volver en él una vez terminara sus asuntos allí, si es que podían. A Nicola le había llamado poderosamente la atención la poca seguridad que había, y es que llamarle poca era ser positivo, no había ninguna, aquel lugar esta abandonado totalmente de la mano de dios. El agua le llegaba poco encima de las rodillas, estaba sucia, no se podía ver ni un centímetros bajo ella y a diferencia de lo que Ethan pensó, estaba tibia, era un calor que representaba enfermedad, y muerte, como si hirvieran en un enorme caldo. Cuando llegaron a la arena Ethan estaba cansado, caminar sobre la tierra era de por si agotador y el agua le dificultaba mucho más.
La Isla de dividía en tres grandes zonas que se diferenciaba a simple vista, la zona sur , donde se encontraba ellos, el muelle y poco más. La zona central, donde tras un alambrado electrificado, había un pequeño helipuerto y un muelle más grande, donde se suponía llegaba la prensa en algún momento, y una zona más al norte donde se encontraba la base y el laboratorio de investigación. También había un pequeño bosquesuelo de arboles cortos que unía las dos zonas más al sur del laboratorio. La idea de Nicola era eludir el bosque y meterse por la zona de la costa, por le agua si era necesario, si había alguien vivo allí, si los padres de Yuke se encontraban allí, debían estar en la base, el problema era que al llegar allí notaron como el paredón que delimitaba el lugar había caído sobre el agua cortando la ruta de accedo por ese lado. Al ver esto lo primero que hizo Ethan fue sacarse el casco que llevaban, lo lanzó lejos con furia, le molestaba y estaba incomodo. También se quitó la chaqueta que Nicola le había dado para aparentar. Tenía la venda de su brazo cubierta por aquella agua sucia, rezaba que no se infestara aunque a esas alturas dudaba que fuera posible, o es mejor decir que dudaba que importase
Observó el lugar con detenimiento, pero lo único que encontró no era demasiado alentador y Nicola a un lado se lo dejó saber con un suspiro molesto. Había un conducto que filtraba el agua desde un lado al otro, conectando las zonas de cada lado del paredón. parecía que era la única forma que tenían de cruzar
–Oye Nicola, ¿no notas nada raro?
– ¿Más raro que un conducto sucio y mugriento por el que tener que reptar?
–Sí, hablo de los animales.
–¿Qué tiene?
–No hay ni uno de ellos, ni en el camino ni en el agua ni aquí, si investigaban esas cosas, ¿no crees que debería de estar lleno de ellos?
–Es cierto, tal vez murieron, se masticaron entre ellos
Ethan le observó algo decepcionando
–Ellos no se hacen daño entre si –dijo metiéndose en el desagüe y comenzando a gatear a través de él–, parece que tienen una especia de sentido de camaradería
–Te has vuelto bueno en estas cosas –convino el soldado siguiéndole los pasos.
–Solo tengo tiempo para mirar y pensar –contestó mientras continuaba su marcha casi en penumbra por el ducto, Nicola que le seguía detrás parecía costarle más entrar en aquel angostos tubo. El agua que goteaba desde arriba le caía por la espalda provocandole una sensación escalofriante
– Tal vez están en el bosque, pudieron haber formado una refugios
Ethan lo dudaba pero…
– ¿Y la gente que estaba aquí? ¿Qué pasó con los doctores?
–Había dos doctores hasta donde sé, uno de ellos fue el infectado, el otro desapareció, hay algún registro de su muerte pero no estoy seguro
– Si el que esta vivo aun está en la isla…
–Tendremos que matarlos, ¿eso ibas a decir?
–No, pero…
Nicola no contestó pero sabía bien que debían hacer algo una vez presentado aquel problema.
–Oye –dijo Ethan al notar algo extraño en el fin de la tubería– ¿Qué es eso?
– Yo también lo veo, ¿qué demonios…?
4
Cuando el ferry paró a unos metros del lugar la imagen que brindada La Isla era mucho más tétrica de lo que la mayoría pensaba, tal fue el caso que casi nadie bajó de éste. El barco daría la vuelta en unos minuto y se marcharía, así había anunciado la persona encargada del viaje, no quería arriesgarse a acercarse.
– Esta gente viene aquí, compite contra el mundo por tomar una buena foto de esta basura, luego la venden por una módica suma –decía Sabrina bajando de un salto al agua sucia sin ningún problema–, es como una carnicería una competencia, un batalla campal
Yuke bajó también pero esta tuvo bastante problemas para mantenerse en pie, no quería para nada caer en aquella mugre, el lugar estaba cubierto por una fina niebla que hacia difícil ver. Ambas caminaron tomadas de la mano. Sabrina la apretó contra ella cuando llagaron a la arena. Yuke entendió un poco a Ethan en aquel momento, la chica no solo olía muy bien si no que desprendía una calor tan acogedor que casi no notaba que estaba en un situación increíblemente molesta. La sujetó fuerte de la cintura una vez se separaran del agua y a Yuke le invadió una sensación de incomodidad casi placentera que hizo que soltara un grito vergonzoso y se alejara un poco.
–¡Oigan , ustedes! ¿qué hacer? ¡no se pueden…!
El resto del grito de la persona encargada del ferry se ahogó entre el sonido de las olas al llegar a la orilla, no tenían la menor intención de volver en él, ni de acatar la reglas que se les impusieran, a fin de cuentas no estaban allí para sacar foto y los que si, guardaba sus seguridad dentro del bote, temblando de miedo, y no podían culparles, si no fuera por la adrenalina del momento, por el deseo de ver a sus padres, no estaría allí parada. Frente a ellas un alambrado de casi tres metro circundaba el bosque que las separaba del centro de investigación. Yuke buscó con la mirada algún lugar por donde escabullirse pero lo único que encontró fue un cartel amarillo, húmedo y casi destruido, pero que aun cumplía su función, advertir la electricidad de la alambrada. Volteó a ver a Sabrina, para advertirle, cuando notó que ésta estaba a punto de tocarlo con sus manos
–¡Sabrina, no! –gritó pero era tarde, la chica puso sus manos sobre éste y lo apretó, dio un a especia de movimiento convulsivo y se detuvo.
–¡Sabrina!
Ésta volteó a verle y sonrió
–Esto no tiene electricidad – dijo
–¡Dios! Podrías haberlo dicho antes de meter tu mano, casi me muero de un infarto.
–¿Tanto te preocupas por mí? –dijo la muchacha acerándose a ella y apretándola nuevamente contra su pecho. Intentó zafarse pero no pudo, tan solo esperó que ella se apartara. Estaba preocupada por tantas cosas que a veces no podía siquiera reaccionar a un estimulo diferente.
–Tenemos que eludir esta cosa, rápido –dijo Yuke finalmente
–Pues, no lo pensemos más, no es tan alto, escalemos – dicho esto Sabrina sin más dilación comenzó a trepar el alambrado , Yuke la siguió, pero mucho menos ágil, no solo porque estaba cansada, si no porque le costaba concentrarse. Pensaba en mucha cosas, tenía miedo de lo que se encontraría allí, temía por sus padres y el sentimiento que le ahogaba más era el de Ethan, no era como si le extrañara, era más bien como si le necesitara, necesitaba estar a su lado y cada minuto que pasaba alejado de él, una sensación de abandono le invadía desde lejos, una sensación y un susurro que le decía que no lo volvería a ver jamás y eso le aterraba.
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