Nigloshima - 24
Capítulo 11
Doctor sueño
Cuando cruzaron el umbral del ducto estaban completamente expuestos, habían visto aquel resplandor violeta desde el otro lado pero una parte de sus cabezas se negaba a creer que era aquello que tanto les aterraba encontrar. Formando una enorme circulo alderredor del pequeño bosque que precedía a la base, cientos de animales la custodiaban. Ethan vio animales infectados que jamás creyó ver antes: leones, elefantes, toros, tigres, vio monos, gorilas enormes y aves de todo tipo. Todos miraban temblequentes unos a otros, formando una pasarela, una antesala, un camino que los invitaba a cruzar. Nicola hizo un intento por moverse hacia ellos pero Ethan lo detuvo.
–¿Qué haces? ¡No sabemos cuan peligroso es eso, ya sabes lo que pueden hacer!
–No crucé un tubo lleno de agua sucia para quedarme a jugar a la ronda –Nicola apartó a Ethan de un empujón pero antes de poder cruzar en la linea de visión del primer animal una voz les llamó la atención a ambos, venía desde el bosque a unos metros, era la voz de un joven, una voz que a Ethan le recordó a alguien aunque no podía verlo.
–¿Quién anda ahí? –preguntó Nicola apuntando con sus rifle. Desde el bosque solo llegaba un leve sonido de pisadas.
–No dispares, no quiero hacerles daño, es más, puedo ayudarlos.
–Esa voz… la conozco –balbuceó Ethan y finalmente, cuando la figura salió de entre los arboles lo compendió
– ¡Cain! –gritó y estuvo a punto de saltara hacia él, aunque no sabía si quería saludarle o golpearlo, o ambas– ¿Qué haces aquí? Creía que estabas…
– ¿Que estaba muerto? –preguntó el chico saliendo de la penumbra con las manos en alto. Le dio una mirada rápida a Nicola antes de volver a mirar a Ethan con una sonrisa algo nerviosa
–Nicola, es un amigo mio, baja el arma
Éste dudó unos segundos pero finamente desistió. Aun así no le quito la vista de encima,
– ¿Cómo pudiste salir de allí? la explosión, yo no pude… – balbuceó Ethan que se debatía entre la culpa, la confusión y el alivio
–No te culpo, nadie hubiera podido mantener la prosea en ese momento –dijo el chico riendo un poco
– ¿Cómo saliste de allí? – insistió. Empezaba a creer que estaba evadiendo su pregunta
–Son cosas que quiero evitar explicar, seguro tu tienes muchas cosas que no quieres contar.
Claramente estaba eludiendo el tema pero, no podía insistir.
–Entiendo, pero, ¿cómo…?
–Ellos, son peligros, parecen poseídos pero si cruzas en su campo de visión, te mataran, es una trampa – decía dedicándole una mirada a los animales tras ellos
¿Cómo lo sabes? ¿Donde estabas? ¿Cómo llegaste aquí? Todas esa preguntas saltaron al vez la mente de Ethan pero, como había dicho, no había necesidad de ponerse a revelar cosas porque si llegaba su turno de explicar, no podría continuar.
–No tenemos tiempo – dijo el chico decidido, volteando nuevamente hacia el bosque– Si quieren llegar a la base, les puedo enseñar un camino que rodea el lugar
Nicola y Ethan cruzaron miradas y finalmente éste le hizo un gesto de aprobación con la cabeza. Llegado a ese punto no podían darse el lujo de desconfiar, básicamente porque si aquello no era una buena idea, perderían cualquier esperanza por continuar. Cain se adentró en el bosque y ellos le siguieron, pero al pasar por su lado Nicola le susurró algo
– ¿Cofias en él?
– Eso creo.
2
Sabrina y Yuke caminaron un buen rato, apartados un poco de la boca del bosque que le invitada a adentrarse, escuchaban ruidos estridentes que a aveces hasta sacudían las copas de los arboles, el olor y la niebla parecían espesarse cada vez más antes de llegar y comenzaron a divisar base a unos cuantos metros. Yuke estaba cansada, herida por dentro y deprimida, sentía que a pesar de que su objetivo estaba a unos metros de ella, quiera con más fuerza salir corriendo de allí. Miró hacia el este, donde el bosque separaba la isla en una parte, pensaba si Ethan y Nicola habían llegado por el orto lado, no los había visto en el muelle por lo que…
– No pienses cosas malas –dijo Sabrina como si leyera su mente–, cuando piensas cosas malas tu cuerpo se siente mal, se acostumbra, no lo hagas.
– Mi cuerpo ya se siente mal, no creo que empeore.
Sabrina la retó con la mirada y increíblemente éste gesto hizo que se animara un poco.
En ese momento sintieron un ruido mucho más fuerte desde su izquierda. Al voltear notaron una figura, era una persona, un chico tal vez de su edad, estaba tumbado en el piso boca arriba, llevaba una cámara de fotos en su cuello por lo que pensaron que era una de la persona que habían venido con ellas en el ferry. Sabrina estuvo a punto de acercarse para verle mejor cuando notó la imagen completa. La figura del chico solo se veía hasta la cintura, lo que vio desde allí hacia abajo la dejó perpleja. Literalmente no había nada, una serpiente violeta y muy robusta, mucho más de las que había visto jamás, comenzaba el labor de tragar parte del cuerpo del chico que, con ojos sin vida, miraba un punto sobre los arboles, infinito y sin luz. Yuke hizo un intento por agudizar su vista para ver pero Sabrina, rápidamente y con una fuerza que casi hace que la tumbe el suelo, tapó sus ojos.
– ¿Qué haces? — Protestó, pero Sabrina no la soltó, todo lo contrario, la apretó contra se pecho y la volteó con fuerza hacia el camino
–No mires, si miras cosas malas te dolerá el cuerpo –En ese momento y tras decir aquellas palabras, y deseo que fuera así y no antes, las piernas se le aflojaron y su voz pareció romper. Sabrina comprendida su labor en aquel lugar, comprendía casi todo, pero al ver aquella imagen, toda su existencia se vino abajo, el guion que había sido escrito para ella parecía diluirse y hasta su propio temperamento y emociones de destruyeron. Si alguien la veía en aquel momento, y otro vez agradecido que Yuke estuviera con los ojos cerrados, le daría pena y lastima, su cara de miedo y angustia no hubiera sido agradable para nadie. Comprendió lo que sentía Yuke en esos momento en su cuerpo y su malestar, entendió porque Ethan se sentía tan bien al verla sonreír y porque se derrumbara cuando ella sufría, entendió lo difícil que era continuar y por eso apuró el paso. Cuando se hubo alejado lo suficiente soltó a Yuke que cayó de rodilla al suelo
– ¡Sabrina!
La chica volvió a sonreírle de forma exagerada
– Estoy bien –dijo, pero en su interior aquel miedo y ruinas se extendían tanto que casi se convierten en un grito de terror.
Yuke la observó un rato, hasta que lejos, a sus espalda, vio dos figuras esperando en la base, dos figuras que le devolvieron la fuerza en las piernas
3
El grupo de Ethan rodeó finalmente el bosque, casi parecía que no tuviera fin, les dio la sensación de haber rodeado toda la isla, pero finalmente lo lograron. Cuando estuvieren por fin cerca de la entrada Nicola apuntó con su arma y si bien en otro momento hubiera gritado un advertencia, no quería tentar a su suerte. Dentro un enorme salón casi vacío y blanco les daba la bienvenida más fría que había tenido jamás.
– Parece que no hay nadie – dijo Ethan mirando a su alderredor.
Nicola olfateó el aire y se movió hacia aun lado, a unos metros de la sala una puerta conducía a otra habitación un poco más pequeña. El soldado hizo un gesto con su manos, indicando que lo siguieran, continuaba apuntando el arma hacia delante. Ethan olfateó el aire también imitándole y notó que era lo que le llamaba la atención: Olía a comida, algo dulce, no sabía diferencia bien pero olía agradable. Cuando entraron en la siguiente habitación lo comprendió. Sentado en la mesa del lugar, un hombre comía tranquilamente de un plato con algún postre que no pudo descifrar. El hombre llevaba una bata blanca inmaculada, el pelo algo revuelto y leía un libro que sujetaba con una mano.
– ¡Arriba las manos! – gritó Nicola y el hombre no pareció sorprenderse para nada, como si esperara aquella reacción. Volteó a verle un segundo, llevaba unos lentes de armazón plateado mucho más grande que sus ojos, Ethan no pudo calcular que edad tenía aquella persona, podía jurar que era mucho más grande que él, unos treinta pero tal vez podría ser más.
–Bienvenidos – habló, tenia una voz potente pero grácil–. Baja el arma, ¿no te enseñaron modales en el cuartel soldado? No puedes apuntar a una persona que esta comiendo.
Nicola no contestó, aquella frescura en sus palabra le habían desbalanceado pero como se había repetido unas cientos de evaneces, no quería ser victima de un descuido.
El hombre suspiró, cerró el libro y lo dejó en la mesa, abrió su bata con ambas manos enseñado que no llevaba nada extraño con él
–¿Ves? No estoy armado, no represento un peligro para ustedes.
Nicola lo dudó, estuvo tentado en voltear a ver a Ethan, pero su orgullo no le permitía pensar en que tenía que pedirle permiso a un mocosa para decidir. Finalmente desistió, bajó un poco el arma, aunque mantuvo el dedo en el gatillo y no colocó el seguro.
–Soy Roland Millet, bienvenidos a mi laboratorio, tomen asiento.
Esta vez Nicola no pudo evitar ver a Ethan, éste le devolvió una mirada de incertidumbre
–Sé que no confían en mí pero piénsenlo, si quisiera hacerles daño, podría haberlo hecho hace mucho.
Ethan notó un reflejo extraño en las gafas del hombre, vistas desde tan lejos, parecía que brillaban purpuras, le recordaba a los ojos de Yuke, o tal vez…
–Siéntense por favor, no me hagan repetirlo – Insistió Roland levantando un poco la voz. Finalmente Ethan le hizo un gesto a Nicola de que lo hicieran, como había dicho, si hubiera querida haceles algo malo, tal vez ya estarían muertos hace un buen rato. El grupo tomó asiento, en la punta más alejada de aquella mesa, en una posición en la que podían ver la entrada a su espalda y al doctor que, como si estuviera en el living de su casa, siguió comiendo de su plato y leyendo el libro. Ethan agudizó la vista y notó que en la portada decía “El viaje del héroe”
– ¿Dijo que se llamaba Roland Millet? ¿Usted es e el científico que estaba a cargo de éste laboratorio? –preguntó Nicola
–Así es
– ¡Tú fuiste el primer que fue infectado por Nigloshima!
Roland pareció molesto, dejó el tenedor a un lado con desdén e hizo lo mismo con el libro, se limpió a comisura de sus labios y suspiró
– Hay tantos errores en esa frase que me ha quitado el apetito
–¿Qué quiere decir?
–No fui infectado, no es una infección, no soy el primero y de la forma que lo dices, parece que fuera casualidad
Aquellas palabras retumbaron en la cabeza de Nicola y Ethan, una simple frase había desmoronado todo lo que creían seguro en aquel mundo donde había poco de lo que estar seguro, y cuando eso faltase, estaban listos para perder la cordura
– ¡Tu mataste a tus colegas porque…! –comenzó a decir Nicola pero Roland le interrumpió con una risa exagerada y ronca.
–¡Si lo hice! Pero dejame corregirte –decía algo molesto, se acomodó los lentes y quitó una pelusa de su bata– ¿Una infección? ¡Por dios! Los medios de prensa y los científicos de cuarta son graciosos, una infecciona no podría jamás lograr lo que logró mi invención.
Roland quitó una servilleta de su falda prolijamente colocada y la lanzó a un lado de la mesa, se cruzó de piernas, volvió a suspirar y apartó cabello de sus ojos
–¿Su creación? –preguntó Ethan algo nervioso.
–Bueno, estrictamente no es mi creación, el producto es casi natural, no me puedo atribuir cosas que no son mías –el hombre hizo un gesto con su mano moviendo la palma de un lado al otro como si dirigiera una orquesta invisible y luego siguió balbuciendo rápidamente, tan rápido y sin pausa, lo que hizo que a Ethan se le escaparan muchas cosas– Aquella cosa se presenta naturalmente en el mundo, tal vez no aquí, tansollediunosajusteaquíyallí,sisepuedellamarmicreaciónoalmenosmi configuración,elnombretampocoesdeltodomiinvenciónaunquesusignificadorepresentacasiala perfecciónelmodoque…
– ¡Deje de balbucear! – gritó Nicola y el hombre le dedicó una mirada de desagrado, como si mirara algo que le producía asco y nauseas. Luego volteó los ojos hacia Ethan.
– ¿Quieres saber más? No creo que puedas entender del todo lo que es Nigloshima pero, tal vez te ayude a comprender un poco, al menos, por ejemplo, sobre tu mundo.
En ese memento Ethan puso de pie, apartando la silla de un golpe, Roland no se sorprendió, tan solo le observó de arriba a abajo con una sonrisa algo divertida y continuó con la explicación
–El mundo de donde vienes, en los primeros estudios me gustaba llamarlo “Mundo inexistente”, creación inconsciente del cerebro del poseedor de Nigloshima.
Ethan no dijo nada, estaba algo mareado, no creía que fuera por el movimiento tan brusco que había hecho al ponerse de pie, porque lo sentía en su estomago y en su cabeza, como si quisiera vomitar y la vez sintiera que su conciencia abandonaría su cuerpo
–Todos los animales y con eso me refiero claramente también a los humanos, poseen éste mundo en su “conciencia”, claro que la capacidad cognitiva del animal es mucho más primitiva que la humana, y por ende, éste mundo es mucho más pequeño, tanto que debe vivir en una inconstantemente tan irregular que seria imposible siquiera traducirlo. Seria difícil conseguir imágenes que se ajusten a los valores normales, a nuestros valores. En cambio los humanos poseemos una mente mucho más compleja, capas de crear mundos y fantasías a través de la imaginación, solo basta con mirar la capacidad de los artistas –el hombro tomó el libro que tenía en la mesa y golpeó la portada con el reverso de su mano–. La mente humana no tiene limites. Soy un gran amante de la literatura, del sabor de la ironía, el vercomolospersonajessucumbensinsiquieranotarloaldestinoescritoporelautorcomosifueraundiostodopoderoso
Roland se interrumpió al instante cuando comenzó a hablar rápidamente, aflojó el cuello de su camisa y continuó
–Un humano es capas de crear un mundo inexistente practicante autosustentable. personajes con historias profundas y elaboradas, mundos coherentes que, aunque con algunos errores, se podría comparar con el nuestro. Tú sabes de lo que hablo ¿Verdad Ethan?
Ethan quería gritar fuerte, quería tapar la voz del aquel hombre, pero, sabia que no solo era imposible, si no que las palabras que le llegaba a los oídos eran verdad. Lo sabía, lo sabía desde mucho antes de que él las dijera, lo tenía en su cabeza, lo dudaba y quería con todas su fuerzas creer que no eran verdad pero no podía rechazarlas.
–Cómo sabrás, Yuke poseé una capacidad increíble de imaginación y razonamiento. Ella es la heroína que supera el mito, el personaje que doblega al narrador
–Yuke, ¿cómo sabes..? – intentó decir Ethan.
–No solo lo sé, conozco todo de ella, conozco hasta su ubicación actual. Su cabeza es increíble y aquí el ejemplo perfecto, parado frente a mí
Rolando hizo una pequeña reverencia señalandole
–Pero los humanos, nosotros vimos a los animales… –intentó interrumpir Nicola y Roland volvió a levantar la voz sin siquiera mirarle.
–Cómo bien dije, los animales tienen mentes mucho menos complejas que nosotros, razonamientos mucho más básico, instintivos, son mucho más fáciles de manipular, ergo son más débiles ante Nigloshima. El animal es mucho más fácil de controlar que el humano, así a sido durante toda su existencia, y es por eso que se creó, ese es su propositivo principal, por eso existe la relación entre los animales con Nigloshima y los humano, al fin de cuentas también somos animales, es por eso que la conexión que hay entre ellos, también nos afecta a nosotros.
–¿Quieres decir que, esos animales de fuera..?
–Si, están a mi merced, y es por eso que no los mataron apenas llegar a la isla, es por eso que Yuke... Pero mejor esperemos que llegue la invitada de honor, no se tarda.
Comments for chapter "24"
QUE TE PARECIÓ?