¡Okushon! La Liga en el Viejo mundo (Temporada II) - 21
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- 21 - Capítulo XXI: El Santo de Boedo vs Los Lobos de Tottori
San Lorenzo de Almagro, un equipo considerado como el más fuerte de Argentina y Sudamérica, campeón de todo lo necesario para completar lo que en el futsal estudiantil se conoce como “el gran slam del futsal”. Esta denominación se utiliza para aquellos equipos que alcanzaron la gloria en la liga, la copa local, supercopa local, campeonato continental y campeonato del mundo siendo este último el logro obtenido hace dos años y el que necesitaba para lograr dicho reconocimiento. A pesar de tener tal prestigio es casi un equipo desconocido para Okumi, quienes están más familiarizado con el futsal europeo.
Sin embargo, Tobira no oculta su maravilla por tener a rivales que a simple vista no se nota pero que son verdaderamente monstruos.
El pequeño jugador del Okumi sabe sobre el característico juego sudamericano gracias a los videos que usualmente ve en su casa a través del celular o computadora. Ese juego que para él resulta cercano a la forma de jugar que tiene Okumi y que paradójicamente, Lucas siente más curiosidad y ganas de jugar que contra New West Ham, posible rival en la final.
El encuentro entre ambos jugadores es cálido y lleno de buenos deseos pero que no deja de ser un partido que define el pase a la final.
El Santo de Boedo contra los lobos de Japón, un partido curioso pero que despierta una enorme pasión, sobre todo porque en el equipo argentino se encuentra Lucas, posiblemente el mejor defensor juvenil del mundo y codiciado por potencias mundiales.
Takehiro da las ultimas indicaciones. Su formación tuvo que ser modificada ante la ausencia de Hideo por la lesión en el pie, dejando a Tobira y Miro en la defensa, Inosuke solo en el medio como el nexo con Tadashi en la delantera:
Takehiro: “Espero que podamos manejar el balón aún sin Hideo ¿Qué opinas?”-se sienta al lado de William y este asienta con su cabeza, muy serio para su estilo- “¿estás nervioso?”
William: “¿Notaste a ese chico argentino?”
Takehiro: “Si, no es un jugador ordinario. Su complexión es bastante común, pero supongo que es lo que lo hace diferente”
William: “Exacto. Puede que este partido se torne cuesta abajo si no manejamos bien nuestras cartas”
Takehiro: “¿Qué propones?”
William: “Aún nada, pero estemos en alerta”
Hanamichi: “Disculpen entrenadores, pero no entiendo ¿Por qué hay que tener cuidado con ese defensor?”
William: “Digamos que es el instinto de un jugador veterano. Ese defensor no se muestra muy…”
Takehiro: “Táctico”
William: “Exacto. Usualmente los defensores se muestran rígidos debido a que la posición en la que se emplean no necesita de una creatividad destacada sino visión, fortaleza física y reflejo, pero ese chico no se lo ve tan concentrado más bien se muestra…”
Hanamichi: “¿Confiado?”
Uruichia: “Distraído”
William: “Si, por eso tenemos que ser pacientes y también cautos. Además, no podemos confiarnos, no por algo es el mejor defensor juvenil del futsal en el mundo”
-1 minuto del primer tiempo-
Inosuke saca del medio dando un pase hacia atrás para que Miro reciba y de unos pasos hacia el frente. El mediocampista pide la pelota una vez más ya con la mirada puesta en una posible jugada que su mente condicionada por la zona ya analizó.
A diferencia de Hideo, quien posee una capacidad creativa superior para el armado de jugadas, Inosuke tiene la característica de analizar y establecer cuál es la mejor alternativa. Gracias a su visión del campo tiene lógica de que su “zona” sea relacionada a la extensión en conjunto con la inteligencia y capacidad analítica.
Entonces Miro golpea el balón para entregarle a los pies a Inosuke y este recorre el centro siendo perseguido por el mediocampista rival de nombre Sebastián. Fácilmente se lo quita de encima y de un disparo moderado hacia Tadashi, este lo recibe de cara al arco y patea con fuerza. Pero ahí es cuando la eficacia no lo es todo.
Lucas salta y golpea con su frente a la pelota que la manda hacia las gradas. Si, sin problemas el argentino evitó un disparo que pudo haber terminado en anotación para los japoneses. Ahí se dan cuenta de que también Lucas pudo entrar a la zona.
Esa desafiante mirada del sudamericano hace hervirle la sangre a Tobira y Hideo. Uno quiere enfrentarlo a pesar de su lesión y el otro sonríe por estar disfrutando del partido que le toca vivir.
Graciosamente Inosuke no quiere saber nada con rivales difíciles o las rivalidades de los otros dos a los que considera tontos despreocupados. Los ignora y continua con el ataque durante varios minutos, pero sin respuesta.
Todas las jugadas son cortadas por Lucas antes de que lleguen al delantero o cuando este ya la tiene. Tadashi empieza a impacientarse con las jugadas inconclusas. Entra en el terreno de la frustración.
Una y otra, y otra vez buscan anotar, pero la muralla que representa Lucas es tan fuerte que Tadashi acaba pateando el balón muy lejos de la portería. Esto causa que los murmullos de los fanáticos se hagan presente con mayor intensidad:
William: “Esto es lo que me temía”
Hanamichi: “¿Qué cosa entrenador?”
William: “Atacar de manera constante y sin poder anotar es algo que influye en la psicología del jugador. Tadashi se está frustrando e Inosuke está agotado”
Takehiro: “Seguramente se esté agotando la influencia de la zona”
William: “Es posible, aunque ya pasaron siete minutos y tampoco pareciera que los argentinos tengan intenciones de atacar”
Takehiro: “¿Desgaste?”
William: “Misma estrategia de los estadounidenses”
Takehiro: “Quizás tengamos que hacer que Miro vaya al mediocampo y apoye a Inosuke”
William: “Si atacamos a pleno dejaremos solo a Tobira”
Urichia: “¿Y si permiten a Tobira subir? Nunca pudo jugar en el mediocampo y las veces que lo hizo fue por puro impulso”
William y Takehiro entre si ya que la idea de la joven manager no es para nada descabellada y puede que sirva para permitir ayudar a Inosuke y la agresiva defensa se mantenga con Miro.
Todo dependerá de si Tobira logra bajar rápidamente si el ataque resulta fallar. William grita a Tobira y da indicaciones para que se mueve en el mediocampo y que mantenga su atención sobre los movimientos de Inosuke.
Los dos chicos ahora en el centro de la cancha intercambian miradas:
Inosuke: “Tobira, procura hacer lo que yo te diga justo al instante. Cada tiempo es precioso y si te tardas un segundo entonces perderemos la oportunidad ¿entendido?”
Tobira: “Si podré enfrentar a Lucas entonces manéjame como quieras”
Inosuke: “Muy bien, esa es la actitud”-sonríe
-9 minutos del primer tiempo-
Tadashi recupera el balón y retrocede pasándoselo a Inosuke. Tobira acompaña al avance del mediocampista, lento pero seguro gracias a que los argentinos no presionan, sino que defienden por zonas lo que significa que cuidan el espacio en que se mueven y vigilan.
Su concentración aumenta. Ve con mejor detalle las posibilidades de dar un pase, los espacios, las opciones que tendría Tadashi y al mirar hacia Tobira también nota los movimientos si le entrega el balón.
Mediante esto evalúa en poco tiempo la mejor alternativa mientras tiene el balón en sus pies. Mientras mira al frente pasa la pelota a Tobira, quien recibe y se adentra por la zona defensiva de San Lorenzo de Almagro. Se para firme y con su pierna hábil, la derecha, prepara el disparo, sin embargo, una silueta se acerca a un costado sin que se dé cuenta y le arrebata el balón.
Por primera vez pierde la pelota y al darse vuelta ve como esta atraviesa el mediocampo y el delantero argentino de nombre Pablo dispara contra el arco protegido por Steve. Este se tira y logra capturarla, pero la preocupación en el rostro de Tobira hace que se quede petrificado y pensando en lo que acaba de suceder.
William piensa de pie y mirando el campo de juego:
Takehiro: “William, quizás haya sido un error enviar a Tobira para el ataque. Miro necesita apoyo en la defensa”
William: “No necesariamente tenemos que priorizar la defensa”
Takehiro: “Pero en algún punto los muchachos se cansarán”
William: “Siempre está esa posibilidad, pero por el momento hay que observar y esperar. Al final, este torneo es para aprender y sí que lo están haciendo”
Hideo: “Yo confío en ellos”
Takehiro: “¿Hideo?”-mira a su hijo que desde el banco está observando el partido con suma tranquilidad y confianza en sus compañeros
William: “¿Lo ves? Ten un poco de fe en ellos. Si ganamos será un impulso anímico enorme”
Takehiro: “¿Y si perdemos?”
William: “Tú mismo lo dijiste alguna vez. De las victorias surge el hambre de gloria y de las derrotas aprendemos a conocernos a nosotros mismos. ¿Recuerdas eso?”
Takehiro: “Final de la FA Cup de Futsal ente Millwall y Golden Tower. No esperaba que pudieras recordar palabras mías de hace muchos años”
William: “De los sabios siempre se aprender cosas”
-12 minutos del primer tiempo-
El equipo vuelve al ataque con Inosuke a la cabeza siendo acompañado por Tobira y Tadashi esperando por el pase que permita abrir el marcador.
El visionario, como es bautizado por los fanáticos británicos gracias a su característica de poseer gran visión del campo, avanza lentamente con la mirada al frente. Sus compañeros están siendo marcados por al menos 1 jugador rival lo cual dificulta poder llegar al arco.
Entonces ve a Miro asomándose a su lado izquierdo y ve la gran oportunidad de romper la defensa. Sin embargo, cuando da el pase ve que una silueta corre a toda velocidad y alcanza a marcar con una firmeza pocas veces vista. Lucas evita que el pase llegue a buen puerto.
La característica que también posee la impresionante visión de Inosuke es que puede ver posibles filtraciones en la defensa rival o aperturas para la pelota. Indudablemente cae en la cuenta de que está frente a un monstruo y las posibilidades de lograr lo que pretende es casi nula.
De igual manera insiste y golpea desde abajo a la pelota para alcance una gran altura y pueda llegar a la zona rival. Allí Tadashi ve la oportunidad y golpea sin medirse…
¡Golpea en el travesaño! ¡Tadashi casi convierte el primer gol para Okumi!
Tobira anima a Tadashi y este reacciona con una pequeña sonrisa, aunque no le gusto su propio tiro al arco. Se empieza a frustrar ya que no le está llegando la pelota.
Las tribunas se animan cuando ven que el juego se está destrabando un poco. Pero solo en la mitad del campo, porque al llegar a la zona defensiva de San Lorenzo chocan con el gran muro que representa Lucas y sus indicaciones certeras a sus compañeros.
El argentino mantiene un intercambio de palabras desafiantes con Tobira, demostrando que puede haber excelente y amistosa relación entre ellos fuera de la cancha, pero dentro son rivales acérrimos y buscan ganar sí o sí. Aunque la barrera idiomática es otra cosa:
Tobira: “Eres increíble ¿sabes?”
Lucas: “No entiendo nada, pero…me caes bien capo”
En el banco de Okumi miran como se gesta la extraña situación:
Urichia: “¿Enserio hablan y no se entienden?”
Hanamichi: “Supongo que es lo malo de enfrentar a equipos no japoneses”
William: “¡Jajaja, a eso llamo yo espíritu deportivo!”
Takehiro: “Cielos, tu solo podrías entender esa situación”
William: “Si, quizás es porque me tocó cuando vine a jugar a las Garzas después del incidente”-recuerda lo sucedido con Takehiro
Takehiro: “Creí que habíamos dejado el pasado”
William: “Jajaja, bueno, esas cosas regresan sin que las llamen”
Hideo: “¿No notan que Inosuke está diferente?”
William: “¿Huh?”
Inosuke no es ningún tonto, pero se da cuenta de que le está costando mucho poder dar pases o iniciar jugadas. Se desanima por ello. Desde su punto de vista de autoexigencia, no sirve al equipo ni habiendo entrado a la zona y generar una gran cantidad de jugadas que se disuelven en la defensa rival antes de poder patear al arco. Entra una vez más a ese oscuro circulo de negatividad en el que se crio.
Antes de que se empiece a preguntar “¿Qué hago aquí si no soy lo suficientemente bueno?”, una palmada en la espalda por parte de Tobira y Miro le dan el suficiente ánimo como para explotar todo su potencial.
Eso era lo que Inosuke, el visionario necesitaba, romper de manera permanente con ese fino, pero determinante velo de oscuridad que lo estaba por cubrir.
Lucas mira a los jugadores de Okumi al mismo tiempo que se le escapa una sonrisa:
Pablo: “Che pablo ¿Por qué estás riendo?”
Lucas: “Por nada, solo que se viene un partidazo”
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