¡Okushon! La Liga en el Viejo mundo (Temporada II) - 22
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- 22 - Capítulo XXII: El Santo de Boedo vs Los Lobos de Tottori Parte II
Tobira no se deja intimidar por el amistoso, pero competitivo argentino, que lo da todo por defender el arco de su equipo, pero aún hay más detrás y es que Lucas manifiesta sin problemas las características de entrar a “la zona”.
Inmediatamente William se percata de ello, pero guarda silencio para observar cómo resuelven ese gran reto los muchachos.
La zona del argentino consiste en anticipar jugadas rivales y aunque es similar a Inosuke en ese aspecto, la diferencia es la posición y como usan esa capacidad. En el caso de Lucas, defienden con su capacidad física mientras que el japonés busca generar jugadas brillantes a través de analizar cuál es la mejor alternativa y que decisión toman los rivales y compañeros.
Los ojos de Inosuke se mueven de manera inconsciente en todas direcciones mientras que se mueve al frente con el balón en sus pies.
Ahora es una batalla por ver cuál de las dos formas es la correcta, si anticipar una jugada rival e interrumpirla eficazmente u observar que es lo mejor:
-15 minutos del primer tiempo-
Inosuke avanza por la banda derecha con Tobira acercándose al otro extremo.
Mira un momento hacia atrás y ve al delantero de San Lorenzo cerca del arco a la espera de un pase oportuno que le permita anotar. Entonces siente como un depredador se aproxima por detrás, lo cual hace que vuelve a mirar al frente pero no encuentra nada:
Inosuke: “¿Qué fue lo que acabo de sentir?”-se exalta
Tadashi: “¡Inosuke! ¡¿Qué esperas?!”
Inosuke: “S-Si”-golpea el balón para que Tadashi lo reciba, pero antes de que ocurra, Lucas lo intercepta de nuevo y corre atravesando el medio y dando el pase a su compañero- “¡Maldición! – se recompone y corre con todas sus fuerzas
Lucas esquiva a Miro y tanto él como su compañero quedan solos contra Steve. Un solo pase les permite quedar arriba en el marcador.
Justo cuando golpea la pelota para el delantero, una sombra sobrepasa a Lucas y este se queda mirando, estupefacto y casi sin reacción. Apenas alcanza a vislumbrar a una pequeña figura que intercepta el pase tirándose al piso con el pie extendido.
Tobira corrió a una velocidad increíble y con todo el sacrificio que lo caracteriza pudo impedir que su equipo sufriera una derrota casi irreversible.
El balón acaba afuera para un córner.
Lucas, sorprendido por la jugada, se acerca a Tobira y choca los cinco con el pequeño gran jugador:
Lucas: “Eso fue espectacular”-dice de manera tal que le permite al japonés comprenderlo, aunque sea un poco
Tobira: “Muchas gracias”-agradece feliz
Desde el banco de San Lorenzo Gustavo Ortega, dt del equipo, mira preocupado el partido de su equipo. No le agrada como es que los japoneses dominan el partido a pesar de mostrar un juego interesante en el torneo que ha llevado a que el público los apoye, en lo que corresponde al protagonismo debería ser de los argentinos.
Grita a todo pulmón a sus dirigidos, indicándoles que dejen la actitud pasiva y dediquen el esfuerzo a atacar, pero lo que más le preocupa es que los ataques del equipo consistieron en jugadas arriesgadas del mejor jugador e irónicamente defensor del equipo, Lucas:
Gustavo: “Es cierto que no podemos apostar del todo al ataque siendo que en el último periodo de fichaje perdimos a tres jugadores claves y trajimos a uno solo que podrá estar la semana que viene, pero no podemos permitir que Okumi nos gane fácilmente”-piensa mientras ve como el córner acaba con un tiro del delantero por arriba del palo derecho
Nada puede escapar a su experimentada visión como ex jugador, ya que no deja de mirar a Tobira y sintiendo como si fuera una verdadera amenaza para el equipo. Por supuesto que también considera a Inosuke a tener cuidado porque en cuanto se da cuenta inicia otra jugada mucho más peligrosa que la de antes.
-19 minutos del primer tiempo-
Inosuke arranca su jugada una vez más desde la banda derecha, siendo seguido muy de cerca por Tobira a un lado y Tadashi intentando librarse de la marca de Lucas, pero este parece imposible de superar.
Entonces entrega el balón a la izquierda, desde donde viene Tobira y este se prepara para patear. El mediocampista japón se percata de que no tiene un buen ángulo para disparar e intenta gritarle que le entregue el balón.
Tobira regresa a donde espera Inosuke y devuelve el pase:
Inosuke: “Espero que esto surta efecto”
Lanza un centro para Tadashi y este logra golpear con el costado de su cabeza…
¡Gooooooooooool de Tadashi!
El gol surge tras un descuido de la defensa y la ausencia de Lucas, quien había perseguido a Tobira cuando tenía la pelota y no alcanzó a interceptar el centro.
Desde el banco de Okumi, William respira al igual que los demás del cuerpo técnico. Takehiro sonríe y toma asiento al lado de su hijo. Ambos intercambian miradas y sonríen, satisfechos por el gran momento del equipo en el transcurso del partido.
El primer tiempo se termina con un gran dominio de Okumi sobre San Lorenzo, pero los argentinos no se muestran angustiados ni preocupados, más bien mantienen las esperanzas de poder recuperarse después del gran golpe de la primera parte.
Resultado Primer Tiempo:
San Lorenzo 0-1 Okumi
Estadísticas:
Tiros:
Okumi: 6
San Lorenzo: 2
Tiros a Puerta:
Okumi: 2
San Lorenzo: 2
Faltas Cometidas:
Okumi: 0
San Lorenzo: 0
Tarjetas Amarillas:
Okumi: 0
San Lorenzo: 0
Posesión del Balón:
Okumi: 82%
San Lorenzo: 18%
El entrenador Gustavo detiene a William mientras los jugadores caminan hasta el vestuario para intercambiar unas palabras de respeto y por supuesto desafiarse a que algunos de los dos pasarán de ronda rumbo a la final:
Gustavo: “Sin duda que es un gran equipo el que dirigís”- le habla en ingles gracias a su paso por el Bolton Futsal Club
William: “Muchas gracias. Lo mismo digo. El muro que forman esos chicos es increíble y Lucas, ese chico tiene un gran futuro”
Gustavo: “¿Qué pensás sobre New West Ham?”
William: “Buena pregunta. Es un equipo imposible de vencer”
Gustavo: “¡Jajaja, tenés mucha razón! Pero…aun así y a pesar de que estemos uno o el otro equipo en desventaja, seguramente sea un partidazo”
William: “Antes deberían vencernos”
Gustavo: “¿Ustedes creen que puedan?”
William: “Si no fuera así jamás hubiéramos venido”
Gustavo: “Cierto, muy cierto. En fin, mucha suerte. No dejaremos de luchar para dar vuelta el partido”
William: “Y nosotros ganaremos”
Se saludan cortésmente y regresan a los vestuarios caminando a la par y en silencio, pero con expresiones tan idénticas y amistosas que no parece en lo absoluto que el partido anterior se había vuelto difícil para los japoneses. Ahora parece más un amistoso sin malas intenciones.
Dentro del vestuario se escucha un silencio preocupante para William lo que acelera su llega. Entra abruptamente y los ve bebiendo y jugando en silencio con naipes mientras esperan al entrenador:
William: “¿Qué les pasa? Esta muy silencioso aquí”
Takehiro: “Pues, ellos pidieron este ambiente”
William: “¿Por qué?”
Urichia: “Según ellos necesitan de esto para acomodar sus ideas”
William: “Sigo sin entenderlo”
Takehiro: “Estuvieron atacando sin parar y seguramente estén estresados”
William: “Oh, ya veo”
Inosuke se aísla para centrarse y no perder la concentración. Esa nueva capacidad que surgió en un momento temprano del partido, conocida como la zona, es algo que le hace sentir diferente y a la vez muy seguro por lo que piensa que si se mantiene sereno y concentrado puede que siga activo. Lo emociona y hace sentir un gran jugador.
Hideo se sienta a su lado y lo golpea con el codo en el brazo para sacarlo de ese trance que lo deja como si fuera un zombie.
El inteligente jugador da un vistazo a su compañero y vuelve a concentrarse. Molesto por ser ignorado, Hideo lo golpea con una botella llena de líquido energizante para deportistas mientras lo regaña:
Hideo: “¡Oye, no me ignores!”
Inosuke: “Lo…siento”
Hideo: “¿Sigues nervioso?”
Inosuke: “Si”-asienta con su cabeza
Steve: “No tendrías que sentirte así sobre todo porque estás siendo nuestro capitán y quien nos está haciendo ganar”
Hideo: “Me sacaste las palabras de la boca”
Steve: “Lo se. Oye, por cierto ¿no tendrías que hacer reposo?”
Hideo: “Ya casi estoy sano para jugar”
Steve: “Aunque fuera así tendrías que estar descansando”
Hideo: “Cállate. Además, no es el único que me preocupa”-mira a Tobira, quien juega a las cartas con Miro”
Tobira observa las cartas que le tocaron en el famoso juego “Dos”, de castigo y traición. Una de las cartas que dispone permiten que su rival deba tomar como castigo 5 cartas extras por lo que se nota muy visiblemente lo que le tocó. Miro ríe a carcajadas y le recuerda que sus expresiones delatan que le tocó.
Hideo grita la carta que Tobira sostiene en su mano y planea usar. Al escuchar la voz a todo pulmón de su compañero, el pequeño defensor se voltea y con expresión furiosa lo insulta. La intención del mediocampista genio era corroborar que su amigo no estuviera agotado, pero al verlo tan enérgico incluso cuando está en descanso tras un agotado primer tiempo, sienta tranquilidad y lo calma con la promesa de invitarlo una gaseosa después del partido, promesa que le cambia el rostro y regresa al juego de cartas, solo para perder contra Miro y maldecir a Hideo.
***PARTE II***
Mientras tanto en el vestuario de San Lorenzo, Lucas juega con una pelota para no perder el ritmo ni “enfriarse” para quedarse atrás en el rendimiento expuesto en el primer tiempo.
Gustavo manipula unos imanes mientras da indicaciones al equipo, tácticas que reflejan las jugadas deseadas y que pueden revertir el marcado. Lucas no da importancia, y sigue con la mirada puesta en la pelota, divirtiéndose plenamente. Todo lo que necesita es una pelota en sus pies y la sonrisa es automática:
Claudio: “¿Queres que hagamos pases?”
Lucas: “El tu a tu?”
Claudio: “¿Por qué seguís llamándolo así? Solo dame el pase y ya”
Lucas: “Jajaja, seguro”-da un pequeño puntapié a la pelota para dársela a su compañero
Claudio: “¿En qué pensás?
Lucas: “No mucho solo en que no me sorprende este resultado”
Claudio: “¿A qué te referís?”
Lucas: “Es un equipo interesante que va descubriendo su potencial ¿no te parece que es suficiente motivo para tomarlos enserio?”
Claudio: “Encontraste algo interesante en ellos”
Lucas: “Si”
Claudio: “Vos mismo lo dijiste. Son interesantes y valdrá la pena jugar este partido”
Lucas: “¿Recordaste lo que dije el otro día tal cual lo dije? Eso es raro”
Claudio: “Dale, dame el pase”
Lucas: “Si señor”, jajaja”
El golpe en lo anímico por estar perdiendo no parece haber golpeado a los argentinos, quienes prestan atención a las indicaciones del entrenador y apenas dos practican para no perder el ritmo. Gustavo no les llama la atención ni regaña, sabe cómo trabajan y lo mejor es dejarlo ser. Los genios del futsal son curiosas personas que tienen su propio ritmo y piensan de manera distinta.
El pase de Lucas se detiene y su rostro refleja una preocupación repentina. Claudio no entiende que le pase, pero desde su perspectiva no es conveniente preguntar si no quiere contarle:
Claudio: “Supongo que las grandes joyas tienen sus propias preocupaciones”-piensa
Lucas: “No es como si no me importara, pero ¿puede ser tan malo perder acá?”
Claudio: “¿Qué? ¿Por qué preguntás eso?”
Lucas: “Me surgió de repente esa duda”
Claudio: “Supongo que nada, al final es un torneo amistoso”
Lucas: “Es que…”
Claudio se siente inquieto al ver que su compañero sonríe y como si de algo sobrenatural se tratase, una extraña sensación lo envuelve. El sentimiento de competitividad que en Sudamérica se torna en juego serio más allá de ser amistoso y ganas de vencer a todo rival en el futbol y sus ramificaciones lo hacen entrar a la zona una vez más. Lucas no aguanta las ganas de poder jugar el segundo tiempo:
Lucas: “Siento que necesito jugar con todo lo que tengo. No dejaré que me ganen…pero también me siento contento de saber que puedo ir más allá”
Claudio: “E-Este pibe es un crack…con él en este estado es imposible visualizar la derrota”
Gustavo termina su explicación e indica que vayan hacia el túnel en dirección al campo de juego.
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