¡Okushon! La Liga en el Viejo mundo (Temporada II) - 8
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- 8 - Capítulo VIII: Lo que dejó el partido
Al día siguiente, el grupo es llevado a un centro para recuperación que el Chelsea FC les ofreció mientras sigan disputando el torneo. Estos centros albergan un enorme y avanzados complejos de maquinas que ayuda con la recuperación luego de un partido tan intenso. Desde masajistas hasta médicos dedicados a la salud interna como el corazón, pulmones etc. Los nutricionistas son otro importante factor para los equipos de élite, quienes dedican mucho tiempo en la formulación de dietas para mejorar el rendimiento de los futbolistas.
El primer paso para los jóvenes es separarlos en grupos, los primeros 5 son guiados hasta la sala de masajes y recuperación muscular. Mientras tanto otro grupo es dirigido hacia la sala de nutricionistas y análisis médicos.
De manera apartada, el cuerpo técnico William, Takehiro, Hanamichi y Urichia se quedan mirando la TV en una enorme cafetería donde se encuentran con varios futbolistas de renombre mundial, todos compartiendo el sitio.
Tobira, Steve, Tadashi, Inosuke y Hideo reciben tratamiento muscula en base a masajes en puntos de tensión constante por parte de masajistas expertos con muchos años de experiencia en el campo. Algunos han dedicado muchos años en el estudio y mejoramiento científico para tratar las lesiones musculares por lo que sus manos hacen milagros en los cuerpos de los jugadores:
Tobira: “Haaa, cielos…esto es el cielo…”
Hideo: “Si…ya…te escuchamos…tonto…”
Inosuke: “Chicos…”
Hideo: “¿Huh?”
Tobira: “¿Pasa algo?”
Inosuke: “Estuve pensando. Reemplazamos a los senpais pero ni siquiera con nuestro juego pudimos hacer algo ¿será que no estamos al nivel aún?”
Hideo: “¿Por qué te preocupas por eso en estos momentos?”
Tadashi: “Inosuke tiene un punto”- interrumpe- “pero hablamos del equipo juvenil de futsal numero 1 en el mundo. Piensen por un momento, ese resultado no fue para nada injusto. Lo extraño hubiera sido ganar, pero no lo hicimos tan mal”
Tobira: “¿Qué opinas Steve?”
Steve no responde, se pierde en sus pensamientos y en alivio de su cuerpo por tal relajación. Sin embargo, lo que mas le provoca tal estado es que por primera vez Urichia lo mira con otros ojos. Ya no es aversión hacia el británico-japonés sino es algo mas y se reflejó en sus ojos en el partido del día anterior. Se encuentra en un estado de dicha inmenso:
Hideo: “Ja, déjenlo que siga en su mundo. Entonces Tadashi ¿crees que es el resultado mas indicado? ¿Un 0-3 frente a ese equipo?”
Tadashi: “Creo que si”
Tobira: “No”
Lo miran a Tobira y su “no” rotundo:
Hideo: “Explícate ¿Cómo qué no?”
Tobira: “Pudimos haber dado vuelta el resultado. Estoy muy seguro de eso”
Inosuke: “Eres demasiado positivo”
Tadashi: “¡Jajaja! Yo creo que está bien. A fin de cuentas, estamos aquí para aprender”
Hideo: “Ese chico, Thomas, no parecía muy contento con el resultado”
Inosuke: “¿Quería ganarnos por más goles?”
Hideo: “No, no. Era como si…”
Tobira: “Ese segundo tiempo fuera mas un partido a parte y sintiera que fue solo un 0-0”
Hideo: “Exacto. El segundo tiempo fue un segundo partido que él no pudo destacar ni vencer”
Tadashi: “Según tengo entendido venia de ser el máximo goleador del torneo ingles con 38 goles en 15 partidos y también goleador de la Champions European League con 17 goles en 12 partidos. Además, venia anotando en 20 partidos consecutivos. Ese chico es un verdadero monstruo”
Hideo: “Monstruo que frente a nuestra defensa no pudo hacer nada”
Se quedan en silencio cuando caen en la cuenta de que lograron una cierta hazaña a pesar de ser en un torneo amistoso.
***PARTE II***
Mientras tanto en la sala médica, los demás miembros esperan su turno para la revisión médica y también reunirse con el nutricionista Roger Travis, experto muy reconocido en la materia y que exactamente hacía 10 años era parte del cuerpo técnico de la selección alemana de futsal.
Kiyoshi, Osamu y Hiroichi conversan con cierta amargura sobre su rendimiento en el partido contra New West Ham, destacando lo que han hecho mal y disminuyendo lo hecho bien, reduciéndose todo frente a un equipo que en ofensiva fue imposible derrotar y defensivamente fue el mismo caso. Derrotados en todas las líneas:
Kiyoshi: “Aplastados frente a los mejores del mundo. No suena para nada mal”- dice con ojos humedecidos por la angustia
Hiroichi: “Derrotados por un equipo que tiene a ese monstruo. No te apenes Kiyoshi…estoy seguro de que aprenderemos mucho de eso”
Kiyoshi: “Me basta con que los más jóvenes puedan ser los que aprendan”
Osamu: “Ellos fueron los que mas aprendieron a jugarles y acabaron empatando”
Hiroichi: “¿Qué quieres decir con eso?”
Osamu: “Tienen un gran nivel para el aprendizaje. Este torneo nos servirá para enfrentar cualquiera en las regionales”
Llega el profesor Hanamichi con su teléfono celular en mano y rostro de exhausto, como si estuviera corriendo para todos los sitios en busca de alguien o en este caso los mayores:
Kiyoshi: “Profesor Hanamichi ¿se encuentra bien?”
Hiroichi: “¿Desde cuándo corre maratones?”
Hanamichi: “¡Ja! Que gracioso. Tengo malas noticias chicos”
Kiyoshi: “¿Malas noticias? ¿Qué sucedió?”
Hanamichi: “¿Recuerdan los exámenes de admisión para las universidades?”
Kiyoshi: “Si ¿por qué?”
Hanamichi: “Comenzarán entre el día 10 hasta el día 15”
Hiroichi: “¿Qué en el día 15 es la final de este torneo?”
Hanamichi: “Así es. En estos días intentaré hablar con el director de la preparatoria, pero no prometo nada”
A Osamu no le cae bien que tengan los exámenes en medio del torneo sin siquiera saber que pasará antes con la fase de grupos. Kiyoshi e Hiroichi no lo demuestran como Osamu pero también se sienten molestos con la decisión de la escuela para sin siquiera informarles antes de las fechas de los exámenes.
Da igual lo importante que fuera entrar a la universidad, pero para ellos su atención recae en el torneo y su próximo rival, el equipo top en Norteamérica y quien tiene en sus filas al jugador mas importante de los Estados Unidos.
***PARTE III***
Mas tarde en las otoñales calles Londinenses llenas de negocios de diversos tipos y con un creciente número de personas que recorren esa calle, Steve y Urichia pasean sin que los demás miembros del equipo sepan a excepción, claro está de los adultos y senpais. Posiblemente para que los novatos no se sientan con ganas de arruinar un simple paseo, que para nada lo es para ellos dos.
Sin embargo y por extraño que parezca, desde su salida del hotel hasta la llegada al parque a menos de 10 minutos a pie, ninguno de los dos habla, como si hubiera un enorme muro que los separase debido a la timidez de que por primera vez desde que se conocen pueden estar a solas y conocerse de una manera diferente.
Después de verla un momento, Steve es impulsado por algo que lo anima a hablar:
Steve: “Y…¿Qué te pareció el partido de ayer?”
Urichia: “Siendo sincera no fue un mal comienzo. Tuvimos problemas en todas las líneas eso es cierto, pero jugamos contra el mejor equipo a nivel juvenil en el mundo. Los senpais lo hicieron bien y ustedes también”- le sonríe
Steve: “Supongo que fue buena idea venir hasta aquí”
Urichia: “No te veo tan entusiasmado por haber regresado, aunque sea para este torneo”
Steve: “Creo que es porque me fui hace menos de un año, jejeje”- sonríe incómodamente como si ocultase algo
Sus miradas se cruzan por un breve instante y rápidamente se apartan, avergonzados, pero con una leve sonrisa dibujada en sus rostros. El corazón de Urichia palpita a gran velocidad mientras que a Steve le sudan las manos y el cuello.
En eso, y para cambiar el ambiente Urichia le pregunta a Steve:
Urichia: “Ah por cierto ¿tu madre no vivía en la ciudad? Tengo entendido que trabaja como nutricionista para un equipo de cricket y futbol”
Steve: “Ah…si…”- se queda en silencio
Urichia: “¡Ayy no, ay no, ay no! ¡¿le habré dicho algo que…?! ¡Urichia tonta, tonta, tonta!”- se maldice por dentro
Steve: “Si…ella vive por aquí. Conozco una tienda de donas ¿te gustaría ir?”- señala el sitio opuesto al que viviría su madre
Cuando vuelve a mirar a Urichia, esboza una sonrisa forzada para aparentar estar bien. Aún así la joven manager se da cuenta de que esa pregunta ha provocado gran incomodidad y siembra en ella grandes dudas sobre lo que paso entre él y su madre.
En ese mismo momento, William llega hasta una casa y golpea la puerta. Detrás de esa puerta color cedro y ubicada en los suburbios se escucha una voz femenina que maldice no encontrar sus anotaciones. El entrenador sonríe y mira que el buzón junto a la puerta conserva el apellido “Scott”.
La puerta se abre y una mujer de cabello largo y oscuro, enorme belleza y lunar debajo del costado izquierdo en el labio sale a recibirlo con una bofetada. Luego de ese hostil recibimiento vuelve a golpear, esta vez con su otra mano:
William: “Hola…cariño”
Sara: “Dame una razón para no arrojarte la vasija de porcelana”
William: “¡No, esa vasija me la regaló el príncipe de Inglaterra!”
Sara: “Entonces dime ¿Por qué ni una llamada desde haces meses?”
William: “Yo…lo siento mucho. Tuve mucho trabajo”
Sara: “Yo… ¿sabes? No dejo de extrañar a nuestra familia”
William: “Creo que lo mejor es continuar dentro”
Sara: “…”-lo mira y luego lo envuelve con sus brazos a la altura del pecho, debido a su altura dispar, pero con fuerza se aferra a él como la primera vez que dijeron “Si, acepto”- los extrañé demasiado a ambos
William: “También nosotros a ti”
Sara: “¿Steve no vino contigo?”
William: “Bueno…digamos que está en una cita, jejeje”
Sara: “¡¿Con quién?!”- se exalta por saber la afortunada
William: “Te lo contaré dentro, al final es nuestra casa”
Después de muchos meses, William entra a su hogar y encuentra un par de muebles nuevos otros corridos de lugar, pero la calidez no se ha perdido. Su esposa prepara un poco de café y ambos pasan horas y horas charlando sobre cómo le va al equipo de Okumi.
Tras beber una segunda taza de café, William toma del brazo a su amada Sara y la lleva hasta él, quien se le queda mirando como un cumplido silencioso ante su belleza y tantos años que continúan siendo marido y mujer. La besa con tanta pasión como si fuera la primera vez que lo hacen.
De repente, su expresión se torna seria y le propone:
William: “Sara”
Sara: “¿Sí?”
William: “Necesitamos una nutricionista ¿Qué dices de formar parte del equipo?”
Sara: “¿Huh?”
***PARTE IV***
En el centro de entrenamiento del equipo Bolton Spurs, Tennesse Bear entrena disparos al arco usando chips en las pelotas que miden la fuerza, distancia y porcentaje de atajadas en favor del arquero.
Cada chip que quitan a la pelota y lo analizan, lanzan un resultado prometedor para el mejor arquero actual a nivel juvenil, el porcentaje es de 100% a favor de él y ni un tiro acaba en anotación.
Jack Mayer, entrenador del equipo, mira el portal oficial de la liga de desarrollo y destaca la victoria por 3-0 de New West Ham frente a Okumi, sin embargo, también dedica un pequeño articulo a la labor de los juveniles del equipo japonés que contra todo pronostico jugó el segundo tiempo y mantuvo el resultado como finalizó el primer tiempo.
Apenas sonríe y lanza una mueca de interés sobre el equipo contra los que jugará en unos días.
El ambiente se vuelve tenso cuando Michael Wilson, arquero del Tennesse Bear, mira el mismo articulo y como si fuera similar a lo que ocurrió con Thomas Maccloyd, se siente interesado en aquel grupo de cuatro novatos japoneses. Una tensa aura y sonrisa se reflejan en su ser tan competitivo:
Michael: “Entrenador”
Jack: “Dime ¿Qué se te ocurre ahora?”
Michael: “Quiero que los tres”- señala a los delanteros- “vengan al mismo tiempo y traten de vencerme en 1 a 1”
Jack: “Michael, sabes que no pueden anotarte un solo gol ¿Por qué necesitas entrenar ese aspecto que dominas muy bien?”
Michael: “Lo necesitaré”
Jack: “¿Cómo lo sabes?”
Michael: “Es puro presentimiento”
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