Pōshon no sekai - 03
Cuando iba a llegar a mi habitación me percate que justo al lado del ascensor estaba un puesto de flores, una florería atendida por una chica de cabello color naranja (estas modas son muy locas, a no ser que sea natural, eso sería brutal).
– Hola, eres nuevo en el hotel ¿no le gustaría comprar una cesta de flores para regalo? Tienen mensajes personalizados. – me sorprendió que me hablara en español, ha de ser una extrajera.
– Eh… no, muchísimas gracias.
– Ok. Si cambias de opinión vuelve.
– Lo hare. – se me hará difícil salir o entrar si trabaja justo al lado del ascensor.
Decidí descansar el resto del día, al otro mi hermano me fue a buscar a mi cuarto para ir a la piscina del hotel, en ese momento yo tenía varios libros encima de la cama y yo dormía sobre ellos; a pesar que decidí descansar anteriormente me desperté muy temprano y trazaba un plan cuando me volví a dormir. – Despierta inútil, vamos a la piscina. – me despertó colocando la almohada en mi cara impidiéndome respirar. – Mmm… ¿Qué? – el me repito su idea, decidí ir para relajarme un poco más que antes (al despertar lo primero que recordé es que estaba leyendo sobre la política coreana.); yendo rumbo a la piscina debíamos pasar por el puesto de flores al lado del ascensor.
Javier se maravilló con la chica de las flores. – ¿cómo te llamas encanto? – el trato de coquetearle.
– Me llamo Xayuh.
– Xayuh, ese nombre es lindo; sabes lo que pretendo ¿no?
– Oh… ya te entiendo, con gusto.
– (¿¡enserio será su novia!?). – yo no podía creer lo que estaba oyendo.
Justo cuando pensé eso ella va a su puesto y regresa con una cesta, un jarrón y un ramo de flores, dándoselas a mi hermano. – con todo eso serán 120 $. – aparte de timar a mi hermano le cobro en dólares. Para no quedar mal este tuvo que comprarlas.
– Que malentendido, querías una novia y terminaste con flores. – le dije camino a la piscina.
– No importa, ya se su nombre y «tengo flores para regalarle». – ese fue un buen chiste, si tomamos en cuenta que ella se las vendió.
Fuimos a la piscina luego de eso el hotel tuvo una noche de espectáculo y bufet, ninguno de los dos prestamos atención a eso pues solo pensamos en comer todo lo que podíamos igual que animales. Al día siguiente mi hermano se quedó en el hotel de nuevo mientras yo Sali de este para conocer el lugar. – (no entiendo ningún letrero, maldito coreano). – en eso me termine perdiendo al no poder encontrar indicaciones para volver al hotel. – (maldita sea, soy un tonto.). seguí caminando varias cuadras esperando encontrar el camino de regreso, no pensaba en llamar a Javier pues soy muy orgulloso (mi madre dice que más bien soy terco), aparte no tenía Wifi para ver un mapa en Google Maps; de repente, así como así un auto venía a gran velocidad cuando estaba cruzando la calle, antes de que me atropellara tome única opción disponible, saque de mi bolso la poción para hacerme de hierro, de una patada fui capaz de detener el carro, pero el impacto me hizo retroceder cayendo al suelo pero sin ningún rasguño. – estuvo cerca. – al ponerme de pie el sujeto dentro del auto sale de este un poco herido.
– ¡Estúpido Mocoso! – estaba furioso. – ¿¡Por Que Te Pones En Mi Camino!?
– Ibas muy rápido como para quitarme (de no ser que traía el bolso conmigo no la cuento) la única opción era detenerte. – por suerte desde pequeño siempre salgo a la calle con mi bolso, es un bolso muy viejo era de mi abuelo.
– ¡NO, la otra opción era que murieras! – este me golpeó en el rostro. – ¡AAAH! ¡Mi mano!
– Estoy hecho de hierro. – para ser amable solo le di un coscorrón en la cabeza. – wow, lo noquee, supongo que, aunque le pegue suave sigo siendo de hierro.
Metí a ese hombre de nuevo en su auto, al hacerlo logre observar un maletín y como me gano la curiosidad lo abrí, al hacerlo me di cuenta que él era un ladrón, estaba lleno de miles de dólares (algo de muy buena suerte para ser corea); de inmediato escuche que venían una o más patrullas policiales, por miedo a que crear que soy cómplice me metí en la parte de atrás del auto. – no puede ser, aunque no deje huellas en el maletín si me ven a aquí no tendrán piedad, y aunque diga que me secuestraron no sería creíble, ¿Cómo secuestras a un chico hecho de hierro? – estaba entrando en pánico, entonces pensé en un plan para salir ileso y aunque siendo de hierro no deje huellas me llevaría el maletín conmigo, no se lo iba a dejar a los policías y menos al ladrón.
– Donde esta… aquí esta. – saque la poción para hacerme invisible. – es ahora o nunca. – me bebí la poción antes de que alguien me viera ya que los cristales de auto se rompieron cuando choco conmigo.
– ¡Quieto! ¿Quién anda hay? – un policía ya estaba cerca del lado izquierdo apuntando con su arma.
– (con cuidado). – cuidadosamente abrí del lado derecho, una vez pisé salí corriendo, a pesar de que se escuchaban mis pisadas nadie podía verme. – al menos el maletín también se hizo invisible. Creo que ya estoy lo suficientemente lejos. – saque mi teléfono esperando tener Wifi, pero no era mi día de suerte, y para más vaina. – (no puede ser, Javier me está llamando) supongo que es una señal… hola hermano.
– ¿estás bien? Llevas dos horas fuera.
– Veras…
– Ya sé que te perdiste no te preocupes, yo me perdí en este hotel por los malditos letreros que no entiendo, creí que estaba en el segundo piso, pero estaba en el dieciocho, ¡¿Por qué tiene tantos pisos?! Es genial, pero sería mejor si un letrero que yo pueda entender me diga exactamente dónde estoy.
– Ok, pero ¿cómo voy a volver?
– Mira el cielo. – al hacerlo pude darme cuenta que la mano de Javier estaba en lo más alto. – síguela de regreso.
– Gracias, te veré en un momento. – le colgué la llamada y me dirigí hacia donde estaba la mano de mi hermano, suerte que puede estirarse.
Al volver me dirigí a mi cuarto y me quedé hay hasta que se terminara el efecto de las pociones, ya había pasado una hora y media por lo que no esperaría mucho por lo que me dispuse a disfrutar del dinero. – bueno veamos cuanto hay aquí (esto no es malo, se lo robe a un ladrón, es justo ¿no?). – la duda si quedármelo me empezó a invadir. – ya lo traje hasta aquí, no me voy a preocupar. – me puse a contar y había cuarenta mil dólares, pero en el fondo del maletín justo debajo de los billetes había dos pequeños artefactos; cuando tome el primero empezó a sonar, al darme cuenta que era una bomba la lance por la ventana, esta explotaría en el sin hacer daño a nadie. – tipo listo, si lo atrapaban destruiría el maletín. – cuando iba a lanzar el otro me di cuenta que no era una bomba era un rastreador, lo tire y lo pise destruyéndolo en mil pedazos. – espero que no me encuentren.
– ¡AAAHH! – escuche un grito de fuera de mi cuarto.
– ¿Sera que me hago el sordo?
– ¡AYUDAAA!
– Debe ser Xayuh… tengo que ayudarla.
Salí de mi cuarto y vi que cinco hombres estaban destruyendo en puesto de Xayuh mientras uno de ellos la tenía sujeta de un brazo. – lo diré de nuevo ¿Dónde está el chico?
– ¿a quién te refieres? Conozco a mucha gente.
– ¡El que se robó nuestro dinero!
Xayuh no respondió al no saber que hablaban de mí. –(tengo como mínimo tres minutos antes de dejar de ser de hierro y seis antes de hacerme visible). – con la ventaja de que no pueden verme me dirigí al que tenía a Xayuh, golpeándolo en el abdomen causando que este la suelte.
– ¡PEQUEÑA! – este pensó que fue ella quien lo lastimo por lo que trato de atacarla, pero si se acercaban a ella yo los golpeaba, manteniéndolos a rayas para defenderla.
Todos trataron de matarla, pero yo con todo mi esfuerzo lo impedí, así durante un rato hasta que por fin se me acabo el tiempo y regrese a la normalidad.
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