Pōshon no sekai - 04
– Vaya, seguro tu eres el que le robo a Escoti. – dijo el más grande de ellos. – tienes buenos trucos, si nos das el maletín ahora solo te romperemos el brazo y pierna izquierda, o te gustaría morir en mis manos. – todos ellos tenían musculatura, pude ver que iban al gimnasio y basándome en eso deduje que si peleaba cuerpo a cuerpo sus amenazas se harán realidad. – oh, y también mataremos a la chica a tu espalda, la que tanto quieres proteger, de ese modo estarán juntos los dos novios en el infierno.
– Ella no es mi novia.
– Vaya, te voto incluso antes de salir contigo y a pesar que la proteges, miren al enano enamorado. – dijo el burlándose mientras el resto se reía.
– Escucha estúpido, ustedes eran seis y ahora solo quedan tres, yo con mis «trucos» deje fuera de combate a la mitad de ustedes, aparte ustedes ya están bastante lastimados.
– ¿Enserio? Nosotros podemos seguir, por tu estado se nota que estas exhausto. – este hizo crujir sus dedos preparándose.
– (diablos, solo me queda la de anti gravedad, y es la que tiene más desventajas… pero no hay de otra.) – me tome la última poción que me quedaba en mi bolso (nunca me lo voy a quitar) y me dispuse a pelear con el estado de cero gravedad. – tranquila Xayuh (Maldición, se supone que me robe cuarenta mil dólares, ¿Por qué arriesgo mi vida por ella?), ve a buscar a Javier, mi hermano el que te compro flores ayer.
Javier era el único que puede encargarse de estos tipos; yo solo debía usar el poder más débil que tengo. – sí, iré a buscarlo y… gracias. – Xayuh saldría a buscarlo.
Una vez listo me agache para tomar impulso, dando un salto me lanzo directamente hacia el más grande golpeándolo en la cara; para mi mala suerte solo logre causarle un daño patético comparado a cuando lo hice siendo de hierro; este me trato de devolver el golpe, coloque mis pies en su pecho para impulsarme de nuevo esquivando el golpe chocando con el techo, todos al ver que estaba en el techo comenzaron a tomar los jarrones y piezas de estos rotos, lanzándome los y como todo lo que tenía alrededor era el techo a mi espalda me impulse nuevamente para golpear a otro que no fuera el jefe, varias de las piezas rotas me lograron cortar y hasta me rompieron un jarrón en la rodilla, al menos me logre acercar al que parecía más débil y con una patada en los Webos este cayo arrodillado por el dolor frente a mí, sin perder nada le rompí la nariz con un golpe pero como consecuencia también me rompí los nudillos. – (¡Maldición! Necesito mejor condición física.). – solo quedaban dos, uno de ellos me trato de atrapar, al moverme y esquivarlo me atrapo el jefe.
– Eres un desgraciado. – este me atrapo sujetándome de los hombros, pero de repente solo me tomo del brazo. – al menos eres ligero, algo perfecto. – este me levanto y me estrello con el suelo, con las paredes, hasta con el puesto de Xayuh, me estrello con todo lo que tuviera cerca. – ¿¡dónde está el maletín!? – cada ves que lo preguntaba me tiraba contra el suelo. – ¿¡DONDE!? – me tiro contra el suelo varias veces más hasta que…
El me soltó y cayó al suelo sujetando su cabeza la cual no dejaba de sangrar. – ¡AAAAAAHH! – gritaba sin parar.
– ¡Deténganse! – Xayuh le había roto un jarrón en la cabeza, ella venia acompañada de Javier, él tenía una expresión que jamás olvidare.
– Todos ustedes son responsables de esto… bien, terminemos con esto. – él estaba sumamente furioso al saber todo lo que paso, varios de los secuaces del jefe se colocaron de pie junto con él, todos estaban heridos, pero igual iban a pelear contra Javier. – Landru ¿estás bien?
– S… sí. – me costaba me costaba moverme a causa de la paliza que me dieron.
Mi hermano con una patada lanzo su pie al final del corredor para retraerlo y atraparlos a los seis utilizándolo como una cuerda, acto seguido con solo su brazo derecho fue golpeando a cada uno. De repente se cansó de torturarlos y estiro su brazo para atrás hasta que toco la pared al otro lado del corredor.
– ¡PUÑO DE GOMA! – este como tomo impulso le rompió la cara al que me causo tanto daño con solo un golpe, libero al resto de ellos para que pudieran correr, pero ellos no eran capases ya de moverse. – vamos, no piensa huir, significa que cada uno de ustedes serán los siguientes. – el preparo ambos brazos de la misma forma para acabar con ellos de manera que no vuelvan a molestar a nadie, pero entonces…
– ¿¡QUE ESTA PASANDO AQUÍ!? – el gerente fui informado de un escándalo en el segundo piso. – ¡todos ustedes fuera de aquí! – el llamo a la policía y todos terminamos en la comisaria.
– Vamos a morir. – dijo mi hermano. – esto es corea, nos van a ejecutar.
– Tranquilo… estaremos bien… – yo aún seguía lastimado.
– Ustedes dos, pueden salir, ya testificaron que son inocentes. – el guardia nos dejó salir a nosotros. – y ustedes, serán ejecutados.
– (Mierda, Javier tenía razón, corea es un país muy loco). – pensé en ese momento.
– ¿Quién habrá testificado por nosotros?
– No sé. – en ese momento recordé quien estaba hay con nosotros, pero no termino en la celda con nosotros. – solo pudo ser Xayuh.
Ninguno de los dos sabíamos donde íbamos a dormir esa noche si no era en el hotel, aparte de que este escándalo seguro llegara a las redes como «el presidente y el vicepresidente causan estragos en corea», de seguro van a creer que no respetamos el acuerdo.
– Bueno… sigamos. – al tratar de caminar me caía seguido.
– Te llevare a un hospital. – Javier me ayudo a llegar a un hospital, me internarían tres días para tratar mis heridas y cortadas.
– Javier… habla con el presidente para que… no crea que estamos haciendo mal.
– Claro, yo me encargo, pero no te puedo dejar solo.
– Yo lo cuido. – Xayuh entro a la habitación. – ustedes me salvaron, yo lo cuidare mientras haces lo que tengas que hacer. – Javier salió para comunicarse con el presidente de corea mientras Xayuh me cuida.
– No necesito que nadie me cuide… pero igual gracias por testificar por nosotros.
– No es nada comparado con el riesgo que pasaste para salvarme.
Mientras estaba en una habitación del hospital Xayuh encendió la televisión y en ella salió todo el desastre tal como pensé que pasaría (¡Diablos!), también salió que mi hermano convenció declaro que fue un malentendido y prometiendo pagar todos los daños, pagando veinte mil dólares (¡ese maldito tiene mi maletín! ¡ese dinero es mío!) por suerte saque la cuenta y solo entrego la mitad hasta que el promete públicamente que como recompensa le dará diez mil dólares al presidente de corea por su comprensión (lo voy a asesinar). Pasados los tres días me dieron de alta y saldría del hospital, pero seguirá lleno de vendajes en los brazos y el torso.
– Ese dinero no era tuyo.
– ¡tampoco tuyo! Al menos nos quedan diez mil dólares, y no me digas que te los gastaste en cartas de Pokémon.
– No, claro que no, como no era tu dinero gaste parte de él, como salió en las noticias, pero conserve parte de él. ¿pero dónde nos vamos a quedar? No nos recibirán en otro lugar así a menos que les demos lo que queda del dinero.
– ¿Y si se quedan conmigo? – Xayuh nos dio una oferta de lo más amable, aparte que no la conocemos mucho ni ella a nosotros. – es lo menos que puedo hacer.
– Creí que lo menos era cuidar a este loco.
– ¡no soy un loco! – le respondí a mi hermano. – bueno Xayuh si no te molesta.
– Para nada, por favor acepten.
– Claro que sí. – mi hermano no lo pensó dos veces, creo que ni lo pensó y solo dijo si para estar cerca de ella.
Decidimos ir caminando, yo tenía la idea de que caminaríamos mucho, pero para mí buena suerte vivía cerca y no tan lejos.
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