Pōshon no sekai - 08
Antes de comenzar me quite los lentes y los guarde en mi bolso. – ¡LISTO!
Javier no perdería tiempo y me lanzaría su «puno de goma», pero no me causaría ningún daño al colocar mis brazos para detenerlo. A pesar de que el permaneció en silencio podía ver en su expresión que le dolió. Tome impulso para salir volando en su dirección, pero este saltaría para esquivarme estirando sus piernas y enrollándolas haciéndolas un resorte, al estar en una calle antes de estrellarme solo me volví a impulsar con la pared a la que dirigía; con el nuevo impulso le llegue a mi hermano por la espalda golpeándolo.
– ¡AAAAHH! – gritaría el, pero no me iba a detener por escucharlo gritar de dolor, por lo que de manera rápida lo patee en la cabeza, pero… – Creíste que sería fácil ¿no? – el tomo mi pierna y me empezó a dar vueltas para luego lanzarme al aire.
Una vez en el aire me controlé para no vomitar ya que me había mareado, una vez me sentí mejor me di cuenta de la gran desventaja en la que estaba (Maldición, aquí arriba no me puedo impulsar y no puedo.).
– ¡No te puedes mover! – Javier sonreía al ver que estaba inmóvil sin nada con que empujarme; el comenzaría a lanzar varios puñetazos hacia mí, yo no podía bloquear la mayoría de ellos. – ¡toma! – fue en ese momento que logro burlar mi guardia y me dio un golpe directo en el rostro.
– ¡Ouch! ¡me tiraste un diente cabron! – aparte de perder un diente sangre salía de mi nariz, pero no estaba rota.
– Lastima. – él se estiro tomándome de los hombros y me jalo estrellándome con el piso.
Estando en el suelo pensé que todo acabo, pero estaba muy equivocado; me volvió a levantar y me estrello de nuevo, me daría vueltas para lanzarme a las paredes, varias de ellas las termine atravesando y con otras solo me quede tumbado en ellas; el me tomaría del cuello de mi camisa y me estrello contra los muros arrastrándome por ellos.
– ¡Ahora muere! – me lanzo contra la última pared atravesándola.
– Cof cof… – solo tocia sangre. – ¡ahora si estoy molesto! – pero como no le ganare en fuerza mejor cambio mi estrategia, Sali de local en donde estaba regresando a la calle. – que inútil eres… y quieres que Xayuh te… te ame.
Mis palabras hicieron enojar a Javier de nuevo, este me volvió a golpear, pero esta vez no voy a esquivar ni bloquear, me sujete de su brazo, con mi dedo índice lo golpee en la muñeca, justo donde están las venas y los nervios.Esto hizo que su brazo se retraiga conmigo al mismo tiempo. Solo tenía un intento, por lo que al estar lo suficientemente cerca me solté pero aún seguía la trayectoria de su brazo al haberse retraído por estirarse; a diferencia de el yo no soy rencoroso, y en logar de romperle la cara de un golpe con mi brazo de hierro, lo golpee en la boca del estómago y todo el momentun que yo había obtenido se lo transferí a él con el golpe; durante toda la pelea él no se había movido de su sitio, atacando a distancia, pero el impacto lo hizo chocar con la pared, cuando trata de colocarse de pie se sujeta el abdomen escupiendo sangre, (karma) pensé feliz en mi mente. Su super fuerza era equiparable a mi estado de hierro; una vez de pie él se abalanzo contra mí de un salto, estirando ambas piernas para darme una patada voladora, aunque resistí el ataque bloqueándolo con mis brazos cuando me di cuenta él había saltado de nuevo y estaba en el aire encima de mí, este me volvió a atacar con su mano con tal fuerza que me tiro en el suelo generando un pequeño agujero en el piso a mi alrededor.
– ¡Golpe de la bestia de goma! – el enrollo sus brazos colocándolos detrás de su cabeza, este los haría girar mientras los desenrollaba ejecutando un golpe de martillo, tal ataque tenía demasiada potencia.
– ¡AAAAAAAAAAAAAHH! – grite escupiendo sangre, solo sentía dolor, no me creía capaz de continuar, pero aun si yo no creía en mi hubo alguien quien siempre lo a hecho. – (abuelo… debo probarte que… soy digno de ser tu sucesor) cof… cof cof. – no me importaba escupir sangre, con mucha dificultad me coloque de pie y en ese momento la adrenalina de mi cuerpo empezó a fluir con más intensidad.
– Es increíble que seas capaz de levantarte… de hecho, me sorprende que sigas vivo. – el empezó a caminar hacia mí. – olvídate de esto, solo ríndete y regresemos a nuestra vida normal.
– Nor… ¿¡NORMAL!? – cómo estaba justo en frente de mi con la guardia baja lo golpee en la mandíbula, su cabeza saldría volando estirando su cuello como si fuese un muñeco de caja musical, pero no pensé en la reacción contraria al golpe, ya que al regresar su cabeza lo hizo con la misma fuerza con la que le di y me dio un cabezazo en la cabeza; eso me volvió a tirar en el suelo. – no puedo… vivir… con normalidad… tengo que partici… participar en el avance… de la ciencia… eso me pidió abuelo para…. que terminara… su libro… antes de morir. – no podía hablar fluidamente por el dolor físico, pero más que todo era porque no podía dejar de llorar recordando la promesa que le hice a mi abuelo:
Cuando mi abuelo estaba por morir estaba en la cama con una mascarilla de oxígeno. – toma… – me dijo el con dificultad para respirar. Cuando abrí el libro había una nota escrita de manera normal, no con el código que usamos, en ella decía «me voy, no puedo quedarme más tiempo, termina mi trabajo, el libro y aún más importante cuida de tu abuela».
– No. No te vayas… – no podía contener mis lágrimas, a pesar de que nunca quise mostrar debilidad frente a él, él sabía que lo quería y que me dolía que se fuera. – te… prometo que terminare tu libro… abuelo ¡ABUELO!
Esas fueron las ultimas palabra que escucho mi abuelo, siendo yo la última persona con quien hablo antes de dejar este mundo. Al recordar todo me determine a derrotar a mi hermano y demostrarle a mi abuelo que puedo llegar a ser como el, aunque él siempre me dijo «no mijo, no puedes ser como yo, tú vas a ser mucho mejor yo si estudias y te esfuerzas».
– ¡NO ME VOY A RENDIR!
– ¡YO TAMBIEN LO QUERIA! Pero nuestro abuelo te encomendó no solo esa tarea, ¿Qué hay de abuela?
– Ella nos ayudó a escapar de casa… cuando domine el mundo… ella estará a mi lado… la tratare como abuelo lo hacía… complaciéndola y dándole lo que necesite y quiera….
Ambos estábamos ya artos del encuentro, decido a darlo todo a partir de ahora para ganarle. Para tener algo de peso encima y no volver a estar en desventaja si me vuelve a despegar del suelo, tome rocas y escombros del suelo guardándolos en mis bolcillos (bien, soy más ligero y rápido que con todo mi peso y el del hierro, y no me quedare varado en el aire.), el estiro su brazo para atrás lanzándome un puñetazo, pero en lugar de evadir contraataque de la misma forma.
– ¡AAAAH! – grito el por el dolor generado por el choque de nuestros puños, ya que el podrá ser fuerte que la dureza la tengo yo. – ¡HIJO DE PUTA! – exclamo el
– ¡SOMOS HERMANOS MALDITO! – le respondí porque prácticamente nos ofendió a ambos y a nuestra madre.
Lleno de furia comenzó a lanzarme varios golpes simultanea y rápidamente, yo no buscaba salir ileso (sabía que no iba a ser posible esquivar todo sus golpes.) en lugar de eso cada que tenía la oportunidad contraatacaba golpeando su puños antes de que me diera, cada que lo lograba el bajaba un poco la velocidad de sus puñetazos por un momento; llegado el momento que de sus nudillos brotaba sangre comencé a correr hacia él, cada paso que daba me acercaba una gran distancia por el único peso que traía encima (que eran las rocas que tome del piso.), por fin frente a él con una patada lateral en el pecho debería ser suficiente para terminar, pero este me detendría sujetando mi pierna a solo unos centímetros del impacto (al no estar acostumbrado a esas maniobras los tendones en mis muslos me generaban dolor interno).
– Ok… sigamos con esto. – dijo mientras recuperaba un poco de sus fuerzas; al tenerme sujeto me golpeo en el rostro para dejarme inconsciente, cuando iba hacerlo de nuevo con mi mano lo detuve y con la otra le tiré un puñetazo en su antebrazo con todas mis fuerzas. – ¡AAAAAAAAAH! Me estoy cansando. – el me soltó la pierna y con ese brazo me tiro un golpe de la cara, pero a diferencia de sus otros golpes no dejo de estirarse al hacer contacto con su objetivo, con su puño aun en mi cara se siguió estirando hasta que choque con la pared a mi espalda.
A pesar de la presión generada por su fuerza y la pared que aplastaron mi cabeza no voy a renunciar. Permanecí en el suelo sin moverme por un buen rato (levántate… ¡levántate!) pensaba en mi cabeza, pero mi cuerpo no respondía.
– ¡levántate! – exclamaba el durante el tiempo que no me podía mover. – … ¿Landru? ¿¡HERMANO!? – grito Javier asustado. – fui demasiado lejos, ¿estás bien? – dijo mientras me ayudaba a levantarme.
– ¡No me toques! – lo empujé molesto, al hacerlo me volví a caer.
– Déjame ayu…
– ¡NO! – con solo mi fuerza de voluntad me coloque de pie, debieron ser las pociones ya que nadie es capas de seguir tras una paliza de esa magnitud. – sigamos… ¡PELANDO! ¡Y TE DEMOSTRARE QUE MIS IDEALES SON LOS NECESARIOS PARA EVITAR LA AUTO DESTRUCCION DEL MUNDO POR LA HUMANIDAD! ¡QUE MI ABUELO ME ELIGIO NO POR SER SU NIETO, SINO POR SER EL INDICADO!
El me miro preocupado, pero reconociendo mi indestructible convicción y voluntad, se colocó de nuevo en posición de combate sin estar molesto o lleno de ira, solo con un gesto de confianza y orgullo. A mi sinceramente me llena de odio ver que no me ve como un reto, que solo sigue peleando por que siente la necesidad, necesidad causada por mí.
– No me mires así… ¡no me tengas lástima! Si haces esto por obligación y no por odio, rencor, enojo o ira… no pelees – no pensaba con mucha claridad (ya que enojo e ira es lo mismo), pero más que todo por estar dispuesto a acabar con mi propio hermano solo por demostrar mis cualidades. – ¡SINO PELEAS LLENO DE RABIA TE JURO QUE ME VOY A COJER A XAYUH!
– ¿¡con que esas tenemos!? ¡cuando te derrote voy a quemar el libro sin importarme nada más! – por fin el gesto de Javier regreso a el de cuando comenzamos.
Levante mi pierna haciendo una patada en hacha contar el suelo (aunque en mi cabeza sabia como hacer varios de mis movimientos los músculos de mis piernas no estaban acostumbrados y varias veces me lastimaba solo) rompiendo el pavimento y dejando mi pierna derecha bajo este como un ancla; Javier corrió hacia mi molesto dando un salto para luego soltar un golpe estirándose, con mi antebrazo detuve su ataque y con mi brazo derecho lo agarre y lo hale hacia mi dándole un golpe en el pecho, mi golpe estiro el pecho de mi hermano a tal punto que en esa parte del cuerpo mi mano dejo la marca del puño no en el pecho, traspaso y le quedo en la espalda.
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