Princes of the legacy - Conjuro 02
Después de muchas preguntas Káiser y Dray finalmente dieron con el paradero que tanto buscaban.
Todos los alumnos de primero habían llegado a la misma ubicación. Un gran pasillo que conectaba con una gran escalera de paneles de madera barnizados. Sus escalones y los pisos inferiores estaban con una alfombra verdosa. En el techo una gran cúpula de cristal permitía el acceso de luz natural. También se podían notar levemente las pequeñas luces escondidas entre los detalles dorados que se utilizaban para darle iluminación de noche.
En el centro flotando y rotando sobre si misma había estatua de un cuervo que entre sus patas sujetaba un reloj que se llamaba [nobles cuervos siempre en el tiempo]
Los de primer año bajaron exactamente dos pisos. El piso C para ser exactos. Antes de llegar se detuvieron al ver una bruja parada en medio de la escalera. Sus ojos de pez muerto asustaron a los [pequeños] de primer año.
—Bienvenidos a la academia Raven— dijo la mujer de cabellos rojizos—. Mi nombre es Emilia de la Cruz y seré una de sus maestras en esta odisea que han empezado a recorrer. Antes de bajar para unirse a sus compañeros en el desayuno debo de indicarles algo—
La mirada de la maestra Emilia se posó en Káiser quien inmediatamente se ocultó detrás de un estudiante más alto que él.
—En breve empezara la selección para llevarlos a sus clases respectivas. Las clases son [Sarasha], donde van los magos promedio, [Aromis], la clase de los que poseen fuerza bruta sobre magia [Herash] la clase de los poseedores del ingenio y por último la clase que porta el nombre de nuestra academia. La clase [Raven] donde van aquellos que poseen un poder mágico que puede convertirse en una gran fuerza.
Los ojos de la maestra Emilia posaron por todos, examinándolos a detalle.
—Sugiero que os arregléis lo mejor que podáis. Volveré a buscarlos cuando todo esté listo.
La maestra Emilia bajo las escaleras y entro en el piso en donde salía una gran bulla de emoción.
Los chicos de primero se pusieron nerviosos murmurando sobre como los dividirían en clases. Algunos decían que era una prueba súper simple, pero otros decían que era una prueba sumamente dolorosa.
Káiser y Dray quedaron algo extrañados de que el método de elección no se supiera con exactitud
Entre tanto bla-bla la maestra Emilia finalmente había regresado y con un movimiento fuerte de su cabeza dio la señal para que todos bajaran.
Todo el piso era el comedor de la academia, el cual era de estilo jacobino, en combinación de paneles blancos y muebles de caoba, con lámparas en todas las mesas y vitrales en profusión, que recibían la luz natural de su gran vitral con una hermosa vista hacia el océano, el vitral recorría del suelo hasta el techo y también todo el largo del salón.
Mientras avanzaban las estudiantes de segundo y tercero lanzaban ojitos a los chicos de primero, a su vez los chicos les sonreían a las chicas quienes se sonrojaban.
Los chicos de primero se detuvieron ante un gran espejo, lentamente fueron formando un círculo rodeando al espejo. La maestra Emilia se posiciono a un lado del espejo con un pergamino que había tomado del mesón en donde estaban todos los profesores incluida la directora, quien estaba en un asiento que destacaba de los demás.
—Antes de proseguir, escucharemos las palabras del representante de los de primer año, el joven Blaz Kazloverist.
Enseguida el comedor se llenó de murmureos. Con el golpe de una cuchara en su copa una de las profesoras hizo callar a los estudiantes.
Blaz apareció detrás del mesón de los profesores, se puso en medio del salón para que así todos le escucharan y tras tomar mucho aire finalmente hablo.
—Yo Blaz Kazloverist he de hablar en nombre de mis futuros compañeros. Hemos tomado un camino nuevo en nuestras vidas, un camino de que algunos tengan duda sobre donde los llevara. Pero déjenme decirles que mientras nos mantengamos unidos lo imposible se volverá posible. Aun así, puede que no lo logremos, pero reiremos del fracaso pues juntos podremos superarlo.
Los fuertes aplausos llenaron el comedor.
Káiser quedo sorprendido por la manera de expresarse de Blaz, al igual que cuando se lo tomaron en la carreta era sumamente formal y educado, con un tono firme pero amistoso. Lo que se esperaría de alguien de clase alta.
Blaz posteriormente se unió a sus compañeros en el círculo que rodeaba el espejo, aunque este quedo lejos de Káiser y Dray. Pero los alcanzo a divisar y los saludo con un movimiento de cabeza.
—Ahora, cuando los mencione, tocaran este espejo y nos revelara cuál es su mayor virtud
La muestra Emilia abrió el pergamino que tocaba casi el suelo y comenzó a llamar uno por uno.
Los estudiantes fueron llamados por orden alfabético, este basado en la primera letra de su apellido. Por lo que el primero en ser llamado de los tres chicos fue…
—¡Argento, Dray! Tipo de magia: agua
El peli-azulado se acercó lentamente con timidez. Al tocar el espejo este dio el reflejo de un océano, confirmando que Dray era un mago de agua. Así como todos los magos de agua anteriores que pasaron.
El espejo revelo que el potencial de Dray estaba en la magia, su poder mágico ciertamente era alto.
—¡Clase Raven!
Los estudiantes que estaban sentados en la zona más cercana al enorme cristal se levantaron y aplaudieron. Con esto Káiser dedujo que esa poca gran cantidad de estudiantes eran de la clase [Raven]
Los estudiantes cada vez se reducían de la circunferencia.
—Kazloverist, Blaz. Tipo de magia: Rayo.
Blaz ni siquiera debió tocar el espejo. Sus fortalezas aparecieron al instante. Tenía una inteligencia increíble que rivalizaba con su poder mágico.
El espejo estuvo procesando sobre enviarlo a Raven o Herash, pero finalmente se decidió por Raven, pues vio más potencial en su fuerza mágica que en su inteligencia.
La clase Raven aplaudió con suma fuerza el que Blaz se les uniera y no era novedad debido a quien era.
Entre estudiantes que pasaban y se iban finalmente llego su turno. El nerviosismo lleno su alma en cuanto la maestra Emilia dijo su nombre.
—Miller, Káiser. Tipo de magia: desconocido—
Los murmureos volvieron. Blaz y Dray miraron a Káiser estupefactos.
—¡Un impuro! — grito uno de los estudiantes perteneciente a la clase [Aromis]
Enseguida algunos estudiantes, aparentemente nobles, comenzaron a ver con desprecio a Káiser. Algunos incluso abuchearon al peli-castaño. Pero con el golpe de la directora en su mesa todo el lugar quedó en silencio. Temerosos los estudiantes bajaron las cabezas.
La mujer del vestido rojo carmesí se inclinó sobre la mesa. Aparentemente estaba ansiosa de lo que iba a pasar.
En cuanto Káiser toco el espejo algo nunca antes visto sucedió. El espejo se fue a negro y la luz del día que entraba por el enorme ventanal disminuyo, casi parecía que estaba anocheciendo. Aunque algunos veían a la misma noche sobre ellos.
Káiser trataba de divisar sus características, al igual que la maestra Emilia quien con ojos entre cerrados las leía. Pero para su sorpresa en donde debía aparecer el reflejo de Káiser apareció una mano ajena a la de él. Lentamente la silueta de una mujer oculta entre la oscuridad se comenzaba a ver.
Káiser solo alcanzo a divisar la piel pálida de la chica y la sonrisa de esta.
—Finalmente, me encontraste.
La maestra Emilia quito la mano de Káiser al espejo y todo volvió a la normalidad. A su vez el espejo dio su resultado.
—¡Clase Raven!
La clase Raven quedo con la boca abierta. No sabían si aplaudir o sentirse tristes por recibirlo.
Pero todos estaban fijos a las fortalezas de Káiser plasmadas en el espejo. Si bien su inteligencia y fuerza eran promedio. Su valor era alto, pero su poder mágico no pudo ser calculado.
Tras que el último estudiante pasara la maestra Emilia enrollo el pergamino y se dirigió a su asiento. Luego la directora se levantó y alzo sus manos.
—Con esto, les doy la bienvenida. Espero que se conviertan en unos nobles cuervos dignos del poder y sabiduría—
Con esas palabras los cocineros entraron llevando varios corritos con bandejas de comida que comenzaron a colocar en las mesas. Inmediatamente los estudiantes comenzaron a comer de las exquisitas delicias que se servían. No había duda de que por la calidad esta comida solo se vería en una mesa de los de la más alta nobleza, pero Káiser quien solo era un plebeyo podía disfrutarlas aquí.
En el orfanato el solo tenía lo suficiente como para no caer producto de la inanición y eso pues también convidaba su parte con los niños más jóvenes.
Káiser quien se sentó en una mesa vacía comía sin importarle mucho las miradas punzantes que llegaban a él. Ya hace tres años que vivía situaciones similares, ya era una costumbre que casi era un modo de vida.
Sin embargo, Dray tomo su bandeja, se levantó y fue a un lado de Káiser. Se sentó a su lado izquierdo y juntos comenzaron a hablar. Blaz al ver esto y recordar cómo eran ambos en la carreta imito la acción del peli-azulado y sentó en su lado derecho. Ellos fueron los únicos, pues los demás no podían entender por qué se acercaban a un impuro.
Ya una vez todos acabaron el plato principal prosiguieron con el postre. Una tarta de arándanos acompañado de licor ficticio.
La directora se levantó de su asiento y con su cuchara toco su copa aun con algo de vino. El salón guardo silencio y ella pudo hablar.
—Como último aviso, quiero informarles que todos los estudiantes de la academia tienen prohibido ingresar a la cima de la torre norte. Pero si quieren intentarlo, solo puedo decirles que les espera algo peor que la muerte. —la directora mostro una sombría tenebrosa
Káiser, Dray y Blaz rieron. También todos los de primero. Aunque los de segundo hacia arriba solo afirmaron con sus cabezas.
—No está hablando enserio ¿verdad? —
—Según tengo entendido desde que se fundó la academia nadie puede entrar en esa torre, al parecer hay algo en ella que le pertenece a la directora. Y debe ser algo muy poderoso su hablamos de un celestial—
—Celestiales, ¿que son los celestiales? — pregunto Káiser
Blaz lo miro extrañado.
—¿No los conoces? Los celestiales son los magos más fuertes del reino, solo le sirven al rey y solo el rey está por encima de ellos. Ni siquiera mi familia podría oponerse a ellos. Y La directora, Daila Keley Asteras. Es una celestial, la bruja del crepúsculo.
El nombre bruja del crepúsculo hizo que Dray tragara toda la comida que tenía en su boca de golpe.
—Antes de que se retiren y sus líderes les muestren sus dormitorios. Entonaremos nuestro lema.
Todos los estudiantes se pusieron de pie, los de primero imitaron la acción pues no sabían que hacer.
Una delgada pantalla de cristal bajo desde el techo y proyecto el lema de Raven, aquel lema que solo los verdaderos nobles cuervos podían grabar en sus corazones.
Un noble cuervo puede divertirse a lo grande.
Pero, ante todo, a mi familia pondré adelante.
Empatía por los nuestros tendremos.
Compasión y dolor siempre mostraremos.
Si el camino perdemos aquí siempre volveremos, pues jamás abandonaremos a nuestros hermanos cuervos.
Tras finalizar el lema y que la pantalla se elevara la directora Daila rio y vio a los estudiantes de primero quienes no entendían lo que pasaba.
—Ahora debo expresar mi más sentido pésame por los de primer año.
Los de segundo año se levantaron de sus mesas y atraparon a todos los de primero entre luchas de pasteles, al aparecer los de segundo habían creado la ilusión de que estaban comiendo. También fueron rociados por huevos, harina y pescado mal oliente. Los profesores solo miraban y se reían de la situación. Sin duda alguna una cálida bienvenida. Aunque no para todos. Pues A pesar de que Káiser estaba siendo bañado en todo esto nadie realmente tenía la intención de darle a él. Solo era daño colateral.
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