Princes of the legacy - Conjuro 04
La fiesta de bienvenida finalizo sin ningún otro inconveniente. Ningún estudiante, excepto Káiser, Blaz y Dray, se enteraron de lo sucedido en la torre norte.
Breves minutos después los chicos corrieron, casi volaron, por el pasillo norte hasta finalmente salir de él y volver a la gran escalinata donde la mayoría de estudiantes bajaban hacia los dormitorios. El resto se había quedado aun en el gran comedor bailando una música lenta, relajadora y romántica.
Llegando al piso C los chicos no se detuvieron hasta que finalmente abrieron la puerta de su dormitorio. El trio se desplomo en los sillones y jadearon del cansancio.
—Creo que esto no debe de saberlo nadie. Romper las reglas el primer día no es bien visto aquí.
—No te preocupes por eso, no creo que quiera hablar de lo que paso ahí.
—Bueno, si no les molesta me iré a la cama. Hoy fue un día fuera de rutina.”- Blaz abrió la puerta de su habitación personal y el cerro tras de él.
—Yo también me iré a dormir, buenas noches Káiser”
—Oh, buenas noches Dray.
El peli-azulado de la misma forma ingreso a su habitación.
Quedándose solo en el pequeño salón de estar Káiser finalmente decido entrar a su habitación. a pesar de estar agotado, no sentía sueño no conseguía pegar ojo, el solo se quedó mirando el techo El joven simplemente perdió la noción del tiempo viendo sus ojos voltearon a aquella ilusión que asemejaba a una ventana que mostraba le hermosa luna y el nocturno cielo iluminado por miles de estrellas.
…………………………….
Desde las lejanas distancias ocurría una reunión en el tejado de una casa, lejos de la vista de los guardias, los hombres encapuchados con telas negras rugosas estaban reunidos alrededor de una bola de cristal que sostenía uno de los miembros.
—Lo lamento jefa, los hombres fallaron y fueron eliminados
—Tenían una misión tan simple, ¡¿y la estropean con su ineficiencia?! —De la esfera una voz femenina les gritaba con ira.
—Al parecer se encontraron con estudiantes de la academia y recuperaron la piedra.
—¿Estás diciendo que posiblemente un niño tiene lo único que podría arruinar nuestro plan?
—Así parece—
—¡Pues desháganse de él antes de que se convierta en una molestia! —Grito la mujer
—Así se hará, señorita.
Tras su orden la esfera se apagó y los encapuchados desaparecieron entre los oscuros callejones de la ciudad.
◊
6 de marzo, martes.
Ya en la academia, el joven no se sentía bien.
No sentía apetito, ni mucho menos sueño tras haber pasado una noche en vela.
Ya en sus clases el trio permanecía algo distanciado del resto tratando de olvidar lo sucedido anoche. Se encontraban en la clase de magia básica en donde se aprendían los hechizos básicos, para aquellos que no supieran dominarlos. Los que ya habían aprendido desde antes recibían puntos extra si demostraban un dominio superior en las clases. Naturalmente, esta era una clase que Káiser no podía tomar, por lo que permaneció sentado mientras observaba a sus 2 amigos practicar.
Luego vino la clase de tipografía mágica. En donde se enseñaban lenguas de las hadas y el de la mayoría de las criaturas mágicas como los trolls, trasgos, sirenas, etc. Káiser aquí tuvo un destaque al igual que Blaz, pues ambos mostraban cierto interés en las lenguas y sus pronunciaciones eran bastante buenas para ser primerizos. Dray por otro lado se sacó la chaqueta y la puso en la mesa para reposar su cabeza. El joven de cabello azulado no mostraba interés por esta clase en particular.
Talan talan talan..
Las tres campanas sonaron y todos los estudiantes salieron de sus clases para dirigirse a la gran escalinata que los llevaría al gran comedor. Káiser sin embargo dijo que no asistiera de momento al almuerzo ya que no sentía hambre, por lo que quedo de juntarse con Blaz y Dray en la fuente que estaba en el jardín principal de la academia.
Él llega a la fuente ubicada en el centro del jardín, en su interior podían verse las carpas nadando felices.
Sin embargo, Káiser se aterro de lo que vio al reflejarse en el agua. En donde debería estar su reflejo estaba aquella chica misteriosa de la torre.
El confundido y asustado mago comenzó a hacer posees, las cuales su nuevo reflejo imitaba a la perfección.
Sin embargo, aún no estaba conforme, él debía estar seguro de que lo que veía no era su imaginación.
Él nunca pensó que haría esto en su vida, lentamente acerco sus dos manos a su pecho solo para sentir su cuerpo como de costumbre, salvo que su nuevo reflejo no se movió ni un centímetro. Solo se le quedo mirando con una sonrisa, como si le divirtiera lo que veía.
—¿Pensaste que haría eso, mocoso?
Káiser se aleja de la fuente por el leve susto, pero al regresar su reflejo volvió a ser el de siempre. Por algún motivo pensó que aquella chica estaba jugando con él.
Fue en ese momento cuando un escalofrió recorrió todo su cuerpo. Por algún motivo Káiser podía sentirlo, estaba siendo observado por alguien. Y por el sentimiento, este no tenía buenas intenciones.
El peli-castaño se dio la vuelta lentamente y vio como una baba verdosa caía frente a él.
—Así que, eres tú, el poseedor de la piedra.
La persona que apareció ante él era un hombre alto y de edad ya avanzada, aunque aún no llegaba a viejo totalmente. La baba que Káiser vio antes provenía de sus pies, al parecer lo que fuera que estuviera frente a él no era un humano realmente.
—No siento presencia de tus camaradas [príncipes] debo de asumir que estas solo de momento. Je, que clase de guardianes dejan ir a su líder por ahí solo.
El hombre balbuceaba cosas para sí mismo, Káiser no comprendía nada de lo que decía. El solo podía sentir la presión del aura que aquel sujeto desprendía para intimidarlo.
—No tengo nada contra ti, chico. Solo sigo órdenes, así que tampoco espero que me perdones por lo que voy a hacer.
El sujeto levanta su mano apuntando directamente hacia Káiser. De su mano salió una cuchilla oculta, desprecia un brillo dorado maravilloso. Pero para Káiser aquel brilla era molesto e irritante.
Fue en ese momento cuando una voz dentro de Káiser le dijo claramente [Corre] el obedeció y se apresuró a salir de ahí a todo lo que podía, pero no logro llegar muy lejos.
Un pinchazo se sintió en su espalda, luego ZAZ. Una enorme hoja repleta de aquel brillo dorado atravesó su abdomen.
—¡Gough! —
La sangre broto de su boca
En desesperación intento sacarla la ahora aparente espada de luz de su cuerpo, pero apenas toco la deslumbrante hoja de la misma sus manos sintieron un enorme dolor, Káiser no pudo evitar gritar. Luego simplemente su piel cayó al suelo dejando a la vista músculos y huesos.
—Los artefactos sagrados bendecidos por la luz son como acido para ti, no importa que tan fuerte seas.
Káiser comenzaba a ver borroso y le costaba respirar.
—Lo siento chico, eres una amenaza para nosotros y tuvimos que eliminarte, si quieres culpar a alguien culpa a la reina de la oscuridad por elegirte.
—Reina de…… ¿qué?
Su voz ya no salía y su visión se fue totalmente a negro. Solo podía escuchar como el hombre reía y sentir como retiraban la espada de su cuerpo.
—Ahora, este es tu final.
Káiser por un breve momento vio pasar su vida por delante de sus ojos, pero sus recuerdos fueron cortados abruptamente cuando el golpe que le daría final a su vida nunca llego.
El misterioso hombre se desplazó como una babosa y se alejó de Káiser producto de la presencia que se aproximaba a ambos.
—No te atrevas a tocar a mi estudiante.
Una mujer salía de entre las sombras del edificio.
Su cabello plateado y vestido rojo carmesí salieron de entre su materia oscura. Su voz fue claramente reconocible para Káiser, quien ya la había escuchado unas pocas veces, pero su tono y la elegancia que trasmitían eran los mismos de esa mujer
—Di..rec..tora….Dai..la.
—Oh, una maga de oscuridad. Supongo que tú eres la celestial encargada de esta ciudad.
—Mi nombre es Daila Keley Asteras. Un placer, babosa que juega a ser humano.
La bruja sonreía maliciosa ante el visitante inesperado que tenía en sus dominios.
—¿Podrías decirme como lograste burlar mi sistema de seguridad? Nadie debería de poder ingresar aquí si no es bajo mi vigilancia.
—Ya veo, así que ni la mismísima bruja del crepúsculo es consciente de las fallas en su barrera. Bueno no importa—el hombre que ahora mostro sus blanquecinos ojos observa al peli-castaño quien acababa de perder la conciencia—. ¿Ahora eres niñera? ¿Por qué estas cuidando de niños?
—Mi pasatiempo supongo, le he tomado cariño a la juventud que desea convertirse en buenas personas y guerreros. Por eso mismo, no puedo perdonar que toques uno de mis estudiantes. Vuelve a intentarlo y no me importara que haya público, te asesinare inmediatamente.
Aparentemente el rumor de una pelea había llegado a oídos de todos los estudiantes que estaban en el gran comedor. Fueron reuniéndose poco a poco en las ventanas, pasillos e incluso en el mismo jardín. Donde también estaban Blaz y Dray quienes traían algo de alimento para su inconsciente y herido amigo.
Algunos de los estudiantes incluso se colocaron en guardia y mostrando sus círculos mágicos elementales, se mostraban listos para ayudar de ser necesario.
—Te refugias detrás de niños, has caído bajo, bruja.
—Di lo que quieras, será mejor que te largues de aquí y no te metas en mi camino
—Te devuelvo tus últimas palabras, bruja del crepúsculo. Mi nombre es Nicol Aquista. Ruega por no volverme a ver
El hombre desapareció derritiéndose en el piso como un gran charco de baba que se perdió en el pasto.
Tras que se fuera Blaz y Dray rápidamente pasaron al lado de Daila y se dirigieron al lado de su amigo que aun yacía desangrándose.
Daila también se acerca lentamente y se agacha junto con ellos.
—Esta es ciertamente una herida fea, llévenlo a la enfermería rápidamente. Puede que no tengamos mucho tiempo”
—Si.
—De inmediato.
Dray y Blaz cargaron a Káiser con delicadeza y lo llevaron a la enfermería, algunos de los estudiantes por el momento olvidaron que Káiser era un impuro y les prestaron su mano a sus amigos. Mientras que otros reían, pues creían que los impuros merecían de ese trato.
◊
—Se ve pálido, ¿no crees?
—¿Pálido?, ¿Que esperabas? Casi perdió 1,5 litros de sangre. Aunque si, tal vez sea producto de algo más. Dray, déjame apuñalarte para ver si te pasa lo mismo.
—¿Ehhhh?
Las bromas de Blaz y Dray lograron que Káiser despertara
—Vaya, si despertaste.
—Hombre, nos diste un buen susto, realmente pensamos que no la contarías.
—Yo la verdad…
El eco de unos tacones que se acercaban a la enfermería silencio a los jóvenes. La puerta se abrió y la mujer del glorioso vestido carmesí entro.
—Quisiera hablar con el joven Miller. De manera privada, por favor.
Dray y Blaz se retiran de la habitación tras despedirse de un apretón de puños de su amigo.
Daila se sienta a los pies de la cama y comienza a hablar.
—¿Qué tal te encuentras?
—Mis intestinos siguen ahí, así que creo que estoy bien.
—Si puedes bromear así no tengo de que preocuparme —la bruja mostraba cierto relajo en su rostro.
—Deberías de agradecerle a tus amigos, de lo contrario te habrías desangrado hasta morir.
—Les estoy agradecido, pero ¿por qué ese sujeto—-?
—¿Por qué te ataco? —Daila observo la mano derecha de Káiser buscando algo que encontró a plena vista—. Por lo que veo, la respuesta está en tu mano derecha.
El castaño miro su mano derecha y lo que vio fue….
—Esto es—-la marca de esa piedra.
—Ya veo, así que la tomaste —la bruja suspiro— ¿Conoces la leyenda de la guerra mágica?
—¿Aquella que se mencionan en los antiguos libros de historia? ¿La leyenda de los reyes del eclipse?
—¿Y si te digiera que eso no es una leyenda?
Káiser miro a Daila expectante de lo que iba a decir
—[Los reyes del eclipse] poseedores de la magia original que nosotros usamos, 12 personas, 6 hombres y 6 mujeres fueron los que por siglos gobernaron este mundo y mantuvieron la paz, hasta que…”
—¿Hasta qué?
—Hasta que las líderes de este grupo, la reina de la oscuridad y la reina de la luz comenzaron una pequeña pelea entre sí, los demás tomaron partido en la pelea dividiéndose y peleando ocasionando grandes desastres naturales. Y aquí te pregunto ¿quién crees que fueron los afectados por esta [pequeña] pelea?
Gobernantes que mantenían la paz en este mundo y que luego ocasionan desastres en el mismo, el joven solo pensó en grupo de criaturas las cuales estarían desconformes con eso.
—Nosotros, los humanos ¿verdad?
—Correcto, los humanos que estaban cansados de tantos desastres decidieron unirse y acabar con los reyes, estos naturalmente estallaron en ira cuando su batalla fue interrumpida y asesinaron a quien se atreviera a oponérseles.
—Y qué paso con los reyes?
—Luego de 2 años de conflictos lograron vencerlos. Y para prevenir su regreso sus almas fueron selladas en piedras conocidas como [las 12 gemas elementales]
—Entonces ¿esa gema que encontré era—?
—Es justamente eso, Káiser Miller en este momento en tu cuerpo reside una de los reyes del eclipse, más específicamente la líder de la rama oscura. La reina de la oscuridad.
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