Princes of the legacy - Conjuro 07
En cuanto la mañana llego hubo más alboroto que de costumbre, pues todos comentaban sobre sus oponentes.
2 de abril.
Aquel día no hubo clases, pues los maestros tenían una reunión de comité y necesitaban revisar cientos de papeles que les llevarían el día completo. Los estudiantes tuvieron libertad de sus deberes de estudiante por primera vez en el año. Si bien muchos decidieron ir a ciudad academia a disfrutar, otros que tenían mala suerte, como Káiser, no se escaparía de su entrenamiento con la directora Daila.
La bruja del crepúsculo le estaba esperando como siempre en [Zero Chaos]. Esta vez no llevaba su glorioso vestido rojo, ahora llevaba un buzo de deportes, similar a los que Káiser y los demás estudiantes tenían que usar en sus clases de gimnasia.
Con un ritmo normal comenzaron sus trotes alrededor de los terrenos de la academia. Los 50 minutos del infierno habían comenzado, pues debían trotar los 50 seguidos, sin parar. Y si Káiser llegaba a parar se le sumaba un minuto. Al principio, en marzo, terminaba trotando por 60 o incluso 70 minutos, pero luego de entrar en abril Káiser podía trotar los 50 minutos, aunque a duras penas.
Luego siguieron los entrenamientos mágicos. Desde que comenzó a entrenar con el nuevo poder que tenía, Káiser aprendió exactamente 4 hechizos a la perfección.
—¡Vamos, atácame
—¡Dark Explosion!
La ahora explosión de tamaño medio impacto en el círculo mágico de protección de Daila, este obviamente no se destruyó. Daila le respondió con el mismo hechizo y Káiser debió de defenderse. Su círculo mágico era levemente diferente a los demás. Mientras que los círculos mágicos siguen un patrón a pesar de ser de diferentes elementos el de Káiser tenía un diseño. Algo que se intuyó que era debido a que la oscuridad que él tenía era la original, por lo tanto, tenía un círculo mágico original.
—Oh, veo que esta vez sí pudiste mantenerlo.
—Bueno, no es como si me gustara recibir sus hechizos en toda la cara, directora.
Antes el círculo mágico de Káiser se destruía incluso con Daila conteniéndose al nivel de un estudiante promedio, pero ahora era capaz de detener los hechizos de fuerza promedio. Eso para la bruja que compartía su elemento era un gran avance.
—¡Tenebrix!
Káiser lanzo una serie de disparos de energía mágica de su índice directo hacia el círculo mágico de Daila, este los aguanto muy bien, como una fortaleza que solo era atacada por flechas.
—¡Dark Bomb!
El hechizo tomaba la apariencia de una bola negra que explotaba tras impactar a su objetivo, este hechizo era una variante de [Dark Explosion]
Daila como siempre se mantuvo de pie como si solo hubiese sido una leve ventisca que la sacudió.
—¡Dark Hell!
Una potente oscuridad que simulaba la apariencia de llamas rodeo a Daila y la encerró. A pesar de que estas son aparentes llamas, en realidad eran distintas a las llamas o al fuego que todos conocían
Las llamas de oscuridad fueron disueltas por un movimiento de Daila hacia arriba por parte de su mano derecha.
Y con el sonido de la campana el entrenamiento finalizaba. Káiser agotado se abalanzo de espaldas sobre el verde césped que se encontraba frio, algo perfecto para el quien estaba muy acalorado.
—Perfecto. —dijo Daila aplaudiendo. — Cuatro hechizos seguidos y sin complicaciones. Vas por buen camino.
—M-muchas gracias. —dijo Káiser entre jadeos.
La bruja se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el edificio principal. Antes de entrar con un movimiento de sus dedos su poder oscuro se desato y la envolvió entregándole devuelta su vestido carmesí. Su cabello plateado se soltó al viento y regreso a ser la misma.
Káiser por otro lado se quedó otro poco en el césped disfrutando de su frialdad antes de volver a su habitación, ducharse y disfrutar su día libre.
……………………………………………
Daila volvió a su oficina en donde la maestra Emilia le esperaba, pues tenía un mensaje para ella. Una carta que le fue entregada por manos provenientes de los altos mandos.
Al leer la carta Daila frunció la mirada levemente, pues las palabras ahí escritas le disgustaron levemente.
—¿Otra vez te citaron?
—Si, al parecer Mariska y los demás partieron en una misión al reino vecino. Tal parece que quieren que vaya para ver si soy apta de regresar a mis servicios, imagino que eso último fue idea de Mariska
—Esa mujer, como siempre tan exigente.
—Bueno, estaré fuera producto de esta audiencia. No hagas de las tuyas mientras no estoy.
—Ni loca. —le respondió su amiga algo indignada. —Solo espero que nada pase
—Si algo pasa, ya sabes que hacer. Pero no te preocupes, volveré tras haber dejado callado al rey.
Daila golpeo el suelo con sus tacones y un círculo mágico apareció bajo sus pies, luego de unos instantes su cuerpo desapareció en cientos de partículas.
—La magia que solo se les enseña a aquellos elegidos, la magia de teletransportacion ¿eh?
La maestra Emilia procedió a salir de la oficina y dirigirse hacia el salón en donde se llevaría a cabo la reunión del comité.
—Espero que nada malo vuelva a ocurrirle.
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……………
En ciudad academia se encontraba Blaz, quien bajo las normas del [piedra papel o tijeras] tuvo la labor de salir en búsqueda de provisiones para el almuerzo, pues a pesar de que Káiser hacia maravillas con la comida enlatada siempre conviene ingerir alimentos realmente frescos. Además, que al venir de la alta nobleza Blaz podía identificar alimentos de calidad con solo mirarlos, esto gracias a las cocinares que le enseñaron esta habilidad a escondidas de su padre.
Tras confirmar con la lista escrita con Káiser que llevaba todo lo pedido, Blaz dio media vuelta y comenzó su regreso a los dormitorios. Sin embargo, luego de breves momentos caminando una leve neblina comenzó a salir de los callejones que separaban las tiendas, la gente que lo rodeaba empezaba a alejarse de la zona y pareciera ser que Blaz se había vuelto invisible, pues no lo notaban cuando caminaban hacia él. El peli-blanco debía esquivar a la gente para no chocar e incluso si chocaba la gente no se percataba.
Luego de un rato quedo completamente solo y a pesar de haber caminado por varios minutos aun no llegaba al portón de la academia. Fue entonces en el momento en que la niebla comenzó a intensificarse que Blaz noto una presencia que se dirigía a él. Sus intenciones eran claramente siniestras por el aura que emitía.
—¿Quién eres?
—¿Segura que lo quieres a él?
—Es perfecto para el trabajo, el sello no puede removerse sin ofrecerle un sacrificio a la bestia.
Había otra persona.
Blaz no pudo sentir su presencia hasta ahora puesto que se ocultaba detrás de la gran masa de instinto asesino.
—Hola, mi amor.
Blaz vio como una figura muy familiar para él se asomaba detrás del hombre encapuchado, se quedó sin palabras.
Una delgada chica de cabello rubio.
Diana Uzemberg estaba ahí.
—¿Diana?
Ella rio ante el rostro impactado de Blaz.
—Blaz Kazloverist, te pido que no opongas resistencia y vengas con nosotros.
—¿Y si me rehusó?
—¿Quien dijo que podías rehusarte?
Sin que pudiera contraatacar Blaz fue encerrado en una esfera hecha de agua que el mago encapuchado había conjurado mientras Diana le distraía. Blaz intento usar sus rayos, pero era inútil, el agua absorbía la corriente y quien recibía el daño era el, además de que no podía respirar.
—Es inútil, mi agua conduce tus rayos y no permite que salgan, solo te causaras daño a ti mismo.
—Oye, recuerda que no debes matarlo.
—Lo sé, lo sé.
Tras luchar por aguantar la respiración lo más que podía Blaz finalmente cedió y cayó desmayado.
—Conseguimos el ultimo objeto, podemos iniciar.
Diana saco un cristal carmesí de su bolsillo el cual arrojo al suelo. Tras romperse la barrera puesta desapareció, las personas volvieron como si nada y ellos se esfumaron del área. Lo único que quedo fue la bolsa con la que Blaz realizaba las compras.
◊
En el dormitorio Káiser ya tenía todo preparado para el almuerzo casero. Como era día libre las cocinas de la academia no estaban trabajando, por lo que los estudiantes o tenían que ir a comprar sus almuerzos a ciudad academia o comprar los ingredientes y hacerlos caseros.
Dray se paseaba por la sala de estar algo ansioso, pues el hambre que sentía le impedía estar quieto.
—Blaz se toma su tiempo, vuelve pronto. —dijo Dray imitando a una persona agonizante.
—Tal vez hay demasiada gente comprando, en los días libres las tiendas se llenan.
—Maldita gente que se interpone en mi camino al paraíso del gourmet.
—Haha, no digas eso. Seguro que volverá dentro de po–
Tun Tun Tun
Una alarma que se escuchó por toda la academia puso en alerta a todo aquel que la escuchase, breves momentos después se dio un comunicado, la mujer detrás del megáfono era la maestra Emilia. El mensaje fue breve y simple “estudiantes de primer año dirigirse a [Zero Chaos], ahora”
Todos los estudiantes de primero salieron de sus habitaciones y se reunieron frente a la gran escalinata donde estaban 3 estudiantes de cuarto les estaban esperando para escoltarlos hacia [Zero Chaos]
Mientras recorrían el camino hacia Zero Chaos Dray y Káiser notaron como los profesores que se encontraban de camino murmuraban entre ellos cada vez que los miraban. Al llegar formaron filas y se dividieron según sus clases, fueron contados y anotados en una lista. Faltaban dos personas, ambos de primer año. Blaz Kazloverist de la clase Raven y Aron Rolar.
◊
Lejos de la academia, su hogar, y lejos de la ciudad que resguarda Daila apareció desde su círculo de teletransportación puertas del palacio real. Entinel, la ciudad principal y la más grande del reino Lyserick donde solo podían vivir las familias de la más alta nobleza.
Las puertas de palacio fueron abiertas por los guardias desde el interior, pues ellos ya esperaban su llegada. Avanzando por los pasillos llenos de esculturas de oro y plata, las más extravagantes y rara pinturas hasta llegar finalmente a pasajes formados por pilares de cuarzo.
Era la sala del trono, en donde aparte del rey que estaba sentado en su respectivo trono había una mesa en el centro de la sala, en donde se sentaban los celestiales. Dando aún más énfasis a que solo el rey estaba por encima de los celestiales.
El hombre sentado en aquel dorado trono era Viktorius Lyserick
Daila se sentó en el que antes era su asiento, cruzo sus piernas y miro cara a cara al rey
—Gracias por aceptar venir esta vez, Daila.
—Vine tal y como me lo pidió, su majestad.
Daila estaba siendo claramente sarcástica
—Deja de hablar así, no tienes por qué ocultar tus palabras.
—Entonces ¿podría decirme rápido que quieres de mí, Viktorius? No tengo tanta libertad como para cumplir tus caprichos.
Claramente Daila habia abandonado toda clase de cordialidad y comenzó a hablar como si estuviera frente a un amigo, o más bien, frente a alguien que tenía que obligadamente soportar.
—De seguro sabrás que Mariska y los demás partieron a Zatizer.
—Si, me sorprende que haya interacción luego de que cerrarán las fronteras. Claro eso a costo de todas las fuerzas especiales que quedaban.
—Los envié con el fin de generar un tratado de paz con fines comerciales, Zatizer tiene varios artilugios que podrían beneficiarnos.
Daila soltó una leve carcajada
—¿Esos que no pueden usar magia si no es con tecnología que cuesta un ojo de la cara? Creo que estamos bien, además nuestro territorio es más bastó que el de ellos.
—El retiro te sienta mal, Daila.
—¿Perdona?
—La antigua bruja del crepúsculo abría deducido inmediatamente lo que quiero de este acuerdo, veo que tu trabajo te exige mucho
—Mi estado no es de tu interés, Viktorius
Daila se puso claramente a la defensiva, y se notaba su molestia
—No te desvíes del tema, seré conciso a lo que quiero llegar. Divine Scale está de regreso. Por primera vez desde el famoso terrorista de hace 96 años tenemos problemas”
—¿Y a mí qué? Yo ya no soy más la líder de los celestiales, además me encuentro en estado suspendido. Mariska debería de encargarse de eso.
—¿Por qué crees que te mande a llamar? Es hora de que dejes eso atrás y vuelvas a los celestiales de una vez.
—Me rehusó a volver, es más, si quieres te entrego mi renuncia y me largo de aquí.
—No es algo de lo que puedas huir con solo levantarte de ese asiento y lo sabes.
—¿Enserio? Obsérvame.
Daila con gesto sacado de una obra de teatro se levantó de la silla y camino hacia la salida, salida que le fue bloqueada por las lanzas de los guardias.
—Tú y yo aún no terminamos. Mariska me conto que luego de que tu academia empezara su ciclo escolar detecto una energía bastante peculiar desde ahí.
—¿Hablas de mi misión?
—Tu antigua misión. Si no deseas volver a los celestiales no tengo porque seguir confiando en ti y en tu juicio. Una vez vuelvan de Zatizer, Nino será quien tome esa misión.
—Bueno, suerte con eso.
La bruja golpeo el suelo con su pie derecho y volvió a desaparecer entre las sombras asombrando a los guardias que eran nuevos en su puesto.
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