Reina de Lobos - 04
A las afueras del bosque un hermoso valle se extendía con tranquilidad y sosiego, hasta que a la línea de visión entraba un pueblito cualquiera que se alzaba por la fuerza en la paz del valle, era de esos lugares que uno encontraría a lo largo del camino y que solo visitarías por la posada, el gremio y la herrería que por ley no escrita tenían que haber en cada ciudad de paso
El pueblo era dulcemente acariciado a un costado y a través por un río cristalino que inútilmente trataba de recuperar su antiguo territorio y que, como todos los años con la primera tormenta; el río arrastraba troncos, animales y distintas cosas que habían sido traídas de arriba mientras, los niños retozaban en la orilla y limpiaban alrededor, las madres y señoras devotas o chismosas o ambas, se dirigían a la iglesia (que nunca podía faltar), mientras sus esposos se designaban a las labores del campo o la caza, todo era una mañana normal después de la primera tormenta, todo normal… salvo por que el agua y el ambiente estaban inusualmente fríos esa mañana
El pueblo, que nunca veía viajeros por su remota ubicación, fue sorprendentemente visitado justo durante la tormentosa noche anterior por una extraña viajera, estaban los habitantes de aquel pueblito en la posada, que contra todo pronóstico era sumamente espaciosa y bella, reunidos estaban refugiándose de la cruel tormenta que parecía querer arrancar el edificio desde sus cimientos cuando entre conversaciones y risas un fuerte golpeteo en la puerta los alertó a todos y con la velocidad de un rayo se acercaron en tropel a puerta y ventanas para ver quién se atrevería a viajar con el clima que hacía afuera y se sorprendieron al ver la visita
La visita era de una joven pues su figura era la de un cuerpo hermoso con medidas perfectas que cualquier noble de más alta alcurnia envidiaría, de unos supuestos 20 quizás 21 años por su altura, su manera de pararse y sus manos, que la delataron de poseer una joven, bella y tersa piel pálida cual cuarzo y delicada como la porcelana más fina, se cubría de la tormenta con una capucha negra y vestía un bello vestido que no se podía apreciar.
Los más ancianos analizaron a la figura y se mostraban reacios a abrir y permitirle la entrada a la joven, pues había algunos enfermos durmiendo en las habitaciones y ellos juraban al cielo y a la tierra, juraban por sus familiares y por ellos mismos, juraban por lo más sagrado que tenían que era su fe en los Dioses, que esa mujer era la mismísima muerte que venía por sus familiares y por todos y cada uno de ellos en una noche oscura y tormentosa
Algunos les creyeron, pero la dueña de la posada, amable como era su naturaleza, le abrió la puerta gentilmente y guio a la misteriosa señorita hasta una silla cerca del fuego, pues temblaba por el frío. La gente se acercó dudosa con miradas de desprecio y miedo haciendo demasiadas preguntas personales con mucha rudeza, sin embargo, al oír los sollozos de la chica cambiaron su actuar y expresión, la posadera les regañó por acosar a la pobre de esa manera y le ofreció una bebida caliente mientras alejaba a los demás
Posadera; ‘‘Querida niña’’ le dijo dulcemente, como una madre consolando a su preciada hija, ‘‘Solo los dioses saben cuánto tiempo llevas en la tormenta, ten querida te preparé algo caliente para que no te enfermes’’
La chica asintió y tomó el vaso de humeante chocolate, se sentó correctamente y luego de un largo suspiro habló con una voz tan dulce como una bebida de miel bañada en chocolate y caramelo, era una voz tan tranquila y preciosa justo como ella misma, que muchos sintieron una culpa tan terrible por haberla hecho llorar minutos antes
Mari; ‘‘Gracias por su amabilidad señora, pero hace horas que no merezco que me llamen la ‘‘querida niña’’ de nadie, solo llámeme, Mari si no es molestia y nuevamente, le agradezco el chocolate’’
Aunque apenas dijo algunas palabras, pero todos quedaron fascinados por su amabilidad, elegancia y por el sentimiento de terrible tristeza que transmitía al hablar, mientras bebía en silencio frente al fuego se oían por toda la habitación su pequeños sollozos, sintiendo que hacía demasiado escándalo volvió la mirada al resto revelando unos ojos grises como la más fina plata
Mari; ‘‘Lo lamento enserio’’ se disculpó ‘‘Es solo que me es imposible contenerme ahora mismo, eh causado desgracia a donde sea que voy, no se preocupen me alejaré lo más rápido posible en cuanto termine esta tormenta’’
Posadera; ‘‘¡Nada de eso!’’ replicó la dueña del local ‘‘¿Cómo podrías traerle desgracia a alguien querida? Tu eres la que está en desgracia y, es más, no deberías estarte con esa ropa toda mojada, ven dámela y te traeré algo más abrigado’’
La joven sonrió, todo el mundo vio sus blancos y perfectos dientes como perlas, con cuidado la joven se despojó de la negra capucha revelando un hermoso vestido de bodas finamente elaborado que la hacía resaltar como si de un dragón en el reino de los enanos se tratara que se había arruinado con el barro de la tormenta, un cabello tan negro como el cielo que hacía afuera por la tormenta y dejando ver un rostro bellísimo, el más hermoso rostro que jamás verían en la vida.
Para muchos fue como ver a la mismísima Diosa de la Belleza y las Artes presentarse ante ellos en todo su magnífico esplendor, algunos se arrodillaron por temor a que fuera la verdadera Diosa disfrazada de mortal, era una belleza espectacular aun estando manchada por el maquillaje que se corrió gracias a sus llantos. La posadera le invitó a sentarse mientras le buscaba algo adecuado que vestir y ella trataba de limpiarse la cara, al verse observada por los curiosos, encantados y preocupados aldeanos hizo el esfuerzo de explicar su situación
Mari; ‘‘Yo…’’ empezó ‘‘Bueno, como son capaces de ver hoy era el día de mi matrimonio y aunque era arreglado mi prometido y yo nos amábamos desde jóvenes, pero cuando llegué al altar… me encontré con mi prometido atravesado por una daga casi moribundo y a una chica que nunca había visto a su lado completamente muerta por una herida en el estómago’’ hizo una pausa para poder continuar aguantando las lágrimas
» ‘‘Ella era su amante y planearon suicidarse en mi altar… él sobrevivió pero mis padres dependían de mi matrimonio, eso y la vergüenza de saber que su hija no era suficiente para el hombre que habían elegido, hizo que mis amados padres se quitaran la vida y mis suegros que eran como mi segunda familia me desconocieron completamente, ojalá estén muertos y no lo digo por venganza… su casa cayó por el desfiladero con la tormenta y no quedó nada ¿Qué vida podrían tener si sobrevivieran y quedaran paralíticos en este mundo?… Lo que quedaba de mi familia me dieron por muerta y todos y cada uno de ellos me negaron…’’
La chica veía el fuego completamente perdida en su mente antes de echarse a llorar desconsolada, la posadera la cubrió con una manta y la abrazó, todos los presentes conmovidos por la joven hicieron todo lo posible para animarla y hacerla olvidar sus problemas por el resto de la noche, los enfermos empeoraron por el frío y Mari fue culpada de todo por los ancianos.
Sintiéndose insultada y deprimida, la joven fue con los enfermos y empezó a atender a los que estaban en estado más grave como si de un curandero de la corte real se tratara, milagrosamente los más jóvenes se recuperaron de forma rápida y rieron mientras sus madres les abrazaban, aunque no hablaron la chica leyó el rostro de los ancianos
Mari; ‘‘Son muy jóvenes todavía, aún les falta mucho por vivir y la muerte lo sabe, no se los llevará esta noche’’ dijo tranquilamente dibujando algo en una crema con una aguja
Hubo un suspiro de alivio colectivo
Mari; ‘‘Sin embargo…’’ interrumpió así la alegría ‘‘Los más ancianos ya han vivido, y eso la muerte también lo sabe, no os quitará tanto como a mí, pero espero que no los tome por sorpresa’’
La gente lo tomó a chiste y salió riendo de la habitación, Mari que había estado jugando con el tarrito de crema los siguió luego de unos segundos, el pequeño frasquito había sido utilizado para crear un bello dibujo de un lobo corriendo, el tarro se congeló poco a poco dando la ilusión de que el lobo se encontraba huyendo del hielo mientras la gente fuera de la habitación pasó una noche alegre sabiendo que sus niños estaban a salvo
La tormenta ya había pasado y el bosque se cubría galantemente con un verde brillante renovado que informaba a los granjeros que la sequía al fin había terminado y ya era momento de limpiar los campos para las nuevas plantaciones. Los cazadores que habían conseguido suficiente comida para sí mismos y para vender ya colgaban las armas para descansar y prepararse para los comercios, mientras que los que no tenían suficiente aprovechaban el fango para poner trampas esperando que el premio mayor de la temporada se mostrara, las risas de los niños en el río inundaba el aire
La joven de nombre Mari fue acogida con cariño por la noche y estaba lista para irse por la mañana, le estaban planeando una despedida de buena suerte cuando la chica se perdió completamente de vista, había desaparecido, se esfumó en el aire cual polvo se tratara.
Los niños jugaban en la orilla del río mientras los adultos se distraían buscando a la bella joven, esta misma estaba sentada al lado de los pequeños remojando los pies en el agua, vistiendo un bello vestido negro y sencillo, el rostro de deidad de la joven era mil veces más hermoso estando limpio, los niños alegres la invitaron a jugar en el agua y ella se acercó tarareando una canción infantil
Pero para sorpresa de los pequeños nunca entró al agua realmente, pues al dar el paso para entrar una plataforma de hielo azul y opaco apareció bajo su pie descalzo, ella pareció no sorprenderse, pero los niños se alejaron de inmediato por miedo a las historias que contaban los mayores
Esperando esta reacción la chica tomo un palito que flotaba por el agua. Comenzó así a andar por el agua, con pasos largos y elegantes como de una digna garza mostrándose con orgullo, mientras avanzaba creció en altura algunos metros, su cabello negro como la tormenta se volvía largo, muy largo, al punto que se combinó con su vestido para crear una sencilla capucha negra que cubría su bella piel pálida y el palito que daba vueltas en su mano, se volvió cada vez más grande y una de sus hojas se volvía dura y plateada convirtiéndose una gigantesca oz que relucía a la luz del sol
Pero lo que siempre se mantuvo, fue su afable sonrisa que tarareaba una melodía infantil
“Esconderse en el bosque que os va a atrapar.
Ella ya viene, te va a capturar.
Ancianos o niños no has de confiar.
La muerte no increpa su desfile infernal”
La chica golpeaba el hielo apoyándose en la oz al caminar, mientras miles de esferas, unas blancas otras negras otras grises, seguían su voz a lo largo del camino bailando, dando la apariencia de un desfile con hermosos movimientos y colores
Uno de los niños, el más valiente de todos, se subió al hielo y llamó a la joven la cual solo se dio vuelta para saludarlo invitándolo a seguirla con una sonrisa, el niño lo pensó por unos segundos antes de irse detrás de la chica hasta que ambos se perdieron en el bosque y desaparecieron, de este hecho solo quedó el testimonio de los niños y pequeños trozos de hielo transparente que eran rápidamente destruidos por el río
Ese día en el pueblo luego de estas desapariciones, se contó cómo durante la búsqueda de los desaparecidos descubrieron horrorizados que varios ancianos enfermos atendidos por Mira murieron mientras dormían, una niña bastante enferma que parecía haberse mejorado sufrió una hipotermia en la madrugada y murió, nadie había sabido de estas muertes por la angustia de encontrar a los perdidos, hasta que el cuerpo de un niño se encontró ahogado en el río arrastrado por la corriente y con una sonrisa en los ojos.
Por más que la gente buscó y buscó por horas, la joven nunca volvió a aparecer y el culpable de las muertes nunca fue encontrado. A partir de ese día, en el pueblo se cuenta la leyenda de como la muerte se disfrazada de una bella joven, para llevarse el alma de los buenos y enfermos durante las noches de tormenta
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En un lugar desconocido de uno de los tantos bosques repartidos por el mundo, la naturaleza se recubría del verdor espléndido que le correspondía por la primera lluvia, era más espléndido en comparación a las zonas habitadas del lugar. Un río se habría paso por el bosque mientras los pájaros cantaban alegres al alba, los animales salían a migrar de regreso a sus territorios pues ya no había que pelear a muerte por migajas de comida y el bosque volvía a estar lleno de ruido y vida
O esa era la idea, pues el silencio sepulcral se encontraba cómodamente instalado en todo lo largo del bosque, era un silencio tan profundamente enterrado en el ambiente que el más mínimo movimiento de un insecto rompería con la silenciosa paz que de alguna manera era tanto reconfortante como inquietante, no se oía ni el correr del agua cuando una tos ahogada interrumpió el silencio
Siguiendo el sonido, tras unos arbustos se encontraba una cachorra de lobo cuyo pelaje era completamente de un color azul marino que estaba hundida en el barro chorreando agua, apenas había abierto los ojos por el cansancio de ser arrastrada por la corriente del río y lo primero que vio fue un bello y despejado bosque de color carmesí, en el medio de un claro había una chica de unos 21 años, vestida de blanco y de cabello café leyendo tranquilamente con una sonrisa amable y tranquila, que destacaba por su apariencia de madre, de las cariñosas que te regalan tus dulces a escondidas
Al verla la alegría y el desconcierto de la cachorra aumentaron mucho, ¿Cómo había llegado aquí? ¿Cómo la encontró? No sabía que decir, ni cómo reaccionar, ni siquiera sabía qué pensar al respecto, pero su cola se movía de un lado a otro con alegría por la persona que le era conocida, luego de unos segundos en los que se llenó de valor se decidió a hablar con la chica frente a ella
Pero ni bien pudo abrir la boca y esa persona se volteó hacia ella, la cara hermosa que debería combinar con la sonrisa de la chica de blanco… no existía
En su rostro los supuestos ojos celestes de la joven eran cuencas vacías de las cuales se asomaban horribles pústulas y gusanos carroñeros que hacían correr la podrida sangre con cada mordisco dando la ilusión de llanto, su cuerpo hermoso estaba demacrado y en los huesos cubiertos con una fina capa de piel que con solo un toque se desgarraría por completo, había un enorme agujero en su pecho del cuál salía pus y sangre podrida, había una vil mueca de desprecio que deformó su rostro horriblemente, llegó al grado de ser irreconocible para la cachorra
Quedó helada sin saber bien como reaccionar ante el impacto y un frío congelante la recorrió de pies a cabeza, trató de moverse pero estaba literalmente congelada en el suelo incapaz de levantarse
La espantosa chica de blanco abrió la boca para hablar, pero en lugar de palabras lo que salió de su boca fue un vómito de sangre espesa y oscura revuelta con repulsivos trozos de carne podrida.
Al intentar hablar salió un terrible chillido, viéndose incapacitada de hablar la mujer comenzó a arrastrarse usando sus uñas para impulsarse y solo entonces Athea notó que las piernas de aquello estaban llenas de cortes profundos que permitían ver el hueso infestado de gusanos que habían llenado el blanco hueso de miles de pequeños, negros y profundos agujeros
La criatura cada vez era más rápida y los ruidos espantosos que hacía eran cada vez más y más escandalosos, el pánico se apoderó de la chica impidiéndole pensar correctamente intentó levantarse pero con cada movimiento el hielo cubría más partes de su cuerpo, con bastante temor cerró los ojos y al abrirlos de nuevo se encontraba entre unos arbustos enterrada en frío barro que le imposibilitaba el movimiento, cada que se movía se hundía un poco más y con una horrible araña amarilla con dos puntos negros asimilando a una cara de frente
Athea se rio de sí misma por su ridícula pesadilla, con bastante arratonamiento salió del barro y camino tropezando con un horrible dolor punzante en el costado que le impidió seguir más allá de unos pasos, se recostó y observó un gran y frondoso bosque de color verde lleno de árboles altos y de tronco oscuro, lo observó con cuidado, cuando una figura de capucha negra se le acercó levitando mientras poco a poco todo a su alrededor se congelaba, haciendo que la voz del mundo sonara nuevamente
[Resistencias del Usuario:
Resistencia al hielo lv_1/Obtenida]
Un escalofrío le recorrió el cuerpo entero y no solo por frío, temblaba y no solo por el miedo, se sentía acorralada pero tenía todo el espacio que quisiera para salir corriendo, estaba inmóvil pero su cola se meneaba alegre y contradictoriamente a lo que pensaba, era una mezcla de sentimientos encontrados a los cuales no podía darles explicación luego de dudar se sentó alejada del hielo antes de hablar con dificultad
Athea; ‘‘Ah… pasado un tiempo… ¿No es así? ¿Cómo estás?’’
‘‘¿Disculpa?’’ contestó extrañada la figura con una voz profunda, rasposa y terrorífica de escuchar
‘‘Oh… supongo que no es la misma’’ pensó Athea antes de contestar con una reverencia, ‘‘Mis más sinceras disculpas señorita… la eh confundido’’
‘‘¿Tú crees?’’ cuestionó
Athea; ‘‘Tu… ¿Marilia? ¿De verdad?’’
Marilia: ‘‘Pues claro, la muerte es la misma aquí y en Morlirrax 84’’
Moviendo la cola alegremente camino a tropezones hacia la muerte, que ante la dificultad del cachorro para moverse corrió y la abrazó cariñosamente acariciándole el lomo, si hubiera sido capaz de llorar como antes de nacer seguro se habría derrumbado en brazos de su vieja amiga y llorado hasta desmayarse
Pero no, ahora ella era Athea y solo podía hacer sonidos deprimentes de animal herido mientras que gracias al abrazo recordó su vívida pesadilla, le recordó su muerte y en su mente la idea de las torturas que debieron pasar sus amigos y familia antes de fallecer a manos de ese traidor no paraban de repetirse en su mente, al fin y al cabo, ella debió haberlo matado en cuanto pudo, todos esos pensamientos daban vueltas y vueltas junto con los imaginarios gritos desesperados de todas las voces que conocía que le fueron difíciles de reconocer por el escándalo, otras voces que no reconocía de nada, pero todas era lamentos y terribles dolores
Poco a poco el escándalo que creó para sí misma fue disminuyendo y su mente se aclaró nuevamente para descubrirse en los brazos de su amiga, se apartó tan rápido como pudo, estar acurrucado en los brazos de la muerte no era algo que debiera ser cómodo o reconfortante después de todo, intento dar un paso para emprender camino a quien sabe dónde, no importaba mientras fuera bastante lejos, pero se derrumbó por el dolor punzante en el costado, pensó que solo era una costilla rota gracias a su resistencia al dolor, pero abrió mucho los ojos cuando en su costado vio media lanza colgando de su cuerpo. Por unos segundos entró en pánico al ver a Marilia acercársele, pero solo tomó la lanza y la sacó mientras que con cuidado trataba la herida
Marilia; ‘‘Entonces… Te volvió a asesinar… Nunca pensé que fuera así de cruel para ser sincera’’
Athea; ‘‘Somos dos’’ dijo con una voz cansada y deprimida antes de hablar de nuevo ‘‘M ¿Puedo preguntarte algo?’’
Marilia; ‘‘Claro, somos amigas después de todo’’ contestó sin levantar la vista de la herida
Athea; ‘‘¿Qué fue lo que hice?’’
Marilia; ‘‘¿A qué te refieres?’’
Athea; ‘‘Están muertos… ¿Cierto?’’
Marilia; ‘‘Ciertamente’’ respondió adivinando a quienes se refería
Athea; ‘‘¿Sufrieron mucho?’’
Marilia; ‘‘Sí’’
Hubo un silencio
Athea; ‘‘¿Fue mi culpa?’’
Marilia; ‘‘Bueno… no fuiste tú quien los mató, pero lo dejaste vivir, así que técnicamente, sí’’
Otro silencio
Athea; ‘‘¿Cómo está? Ya debieron reencarnar si me encontré con el idiota’’
Marilia; ‘‘Oh ella… No lo sabe, apenas nacieron sus padres así que ella aún espera, aunque no creo que tarde en notar que no eres tú’’
Athea; ‘‘Entonces ya tienen un reemplazo… bien’’
Marilia; ‘‘No realmente, Él te creó con mucho esfuerzo y a su gusto, tardó bastante en estar conforme así que creo que será difícil hacer otra que cumpla con sus estándares’’
Athea; ‘‘No pienso ir contigo esta vez, eso que lo sepas de una vez’’
Marilia; ‘‘Esa no es tú decisión’’ dijo con una voz profunda, oscura y tenebrosa mientras terminaba de limpiar la herida de la cachorra
Hubo un largo silencio mientras se veían la una a la otra
Athea; ‘‘Lo que sea, yo decidí vivir en este mundo y no pienso ir contigo’’
Marilia; “Está bien”
Sintiéndose cansada y confundida se movió a trompicones, el cielo empezó a oscurecerse tal parece que volvería a llover, caminó hasta un tronco lo suficientemente grueso para cubrirla de la lluvia siendo perseguida por Marilia
Marilia; ‘‘Está dispuesta a dejarte volver’’
Athea; ‘‘¿Ah sí?’’
Marilia; ‘‘Si, incluso piensa en darle un gran escarmiento por lo que hizo’’
Athea; ‘‘Que bueno, seguro la próxima chica lo agradecerá’’
Marilia; ‘‘Hum… es bueno saber que hay cosas que no cambiaron’’ dijo flotando sobre la cachorra, ‘‘Es enserio, está ofreciendo rehacerlo a él por completo’’
Athea; ‘‘… ¿Y Él está de acuerdo?’’
Marilia; ‘‘No del todo, pero ella está ceñida en tenerte de regreso, te dará otra oportunidad’’
Athea; ‘‘Tanto le importo… que ignoro años de tortura ¿No?’’ no hubo respuesta, sentía la mirada punzante de lastima de su amiga, ‘‘Darme otra oportunidad… ¿¡Y ver de nuevo a ese maldito infeliz!? No gracias, tuve suficiente de él para 50 vidas ni pienses que me interesa saber que le pasó’’
Marilia; ‘‘Yo… Bueno…’’ dijo con algo de dificultad, aparentemente pensando en que decir
Athea; ‘‘¡Y si me vas a decir algo de él será mejor que me digas que te lo llevaste y que sufrió en el proceso!’’ grito furiosa como si le ayudara a sacar un dolor en el pecho, alterándose con cada palabra, ‘‘¡Dime que sufrió mucho! ¡Dime que cada segundo fue una agonía! ¡Dime que odió cada segundo de lo que fue su existencia y que supo cómo fue mi vida con él! ¡DÍMELO!»
Marilia; ‘‘Entiendo, está bien, no voy a insistirte, cálmate… pero sabes que vendrá a buscarte’’
Athea; ‘‘Él no es como tú, de él si es posible escapar y esconderse, ya lo hice una vez’’
Marilia; ‘‘Si eso es verdad’’
Athea; ‘‘… Oye y ellos ¿Cómo están?’’
Marilia; ‘‘¿Quiénes?’’
Athea; ‘‘Mi… bueno… si, mi nueva familia’’
Marilia; ‘‘Oh, ellos están bien, todos están vivos si es lo que te importa, pero deberías dormir necesito que me hagas un trabajito’’
La muerte le acariciaba las orejas, literalmente, Marilia estaba cerca de ella vigilándola y acariciándola, cuando todo se volvió completamente oscuro, pero no estaba muerta
Lentamente Athea se levantó y vio a su alrededor, estaba acostada en un bosque, pero no era el mismo que en el que había despertado luego de la tormenta del día anterior, sino estaba en medio de una espesa selva con troncos gruesos y negros y hojas rojas tan gruesas que a duras penas el sol penetraba hasta las áreas más bajas
Miró hacia abajo, observó las plantas del suelo y su tierno color y se sorprendió al ver que sus pies volvían a ser humanos, de hecho todo su cuerpo era humano nuevamente, se levantó de un salto y no sintió dolor pese a que había una herida de lanza abierta en sus costillas, estaba bastante segura de estar soñando, avanzó por el bosque sin llegar a sentir del todo bien el tacto del pasto, sintiéndose lánguida y casi flotando, en su camino el frondoso pasto fue disminuyendo poco a poco gracias a la frecuencia con la que la gente caminaba esos senderos
A la distancia dos niñas corrían y reían por un pequeño claro iluminado por el sol, eran dos hermanas una de aparentes 12 años y la otra de unos 7 vestidas de blanco, jugaban a corretearse entre sí con la mayor tomando clara ventaja de su estatura para atrapar a la más pequeña y luego escaquearse de sus cortos brazos con facilidad
Sin que Athea se diera cuenta, se le escapó una sonrisa antes de siquiera notar que hacía mucho no se reía, era una escena muy linda que le traía recuerdos de su propia infancia, que aunque le asustaban seguían siendo tiernos, pero al escuchar a la mayor llamar a la más joven… todo se detuvo y los colores perdieron su alegría, todo se volvió gris, los árboles empezaron a chorrear sabia negra, entonces todo comenzó a ir en picada
Ambas niñas que estaban quietas como estatuas, de repente se movieron viendo de frente hacia Athea, sus vestiditos blancos estaban manchados con sangre seca que escribía ‘‘Alpha’’ y ‘‘Beta’’ en la menor y en la mayor respectivamente
‘‘¿Qué pasó hermanita?’’ dijo Beta con ojos completamente negros llenos de repudio y con una voz de adulta que no combinaba con su apariencia, ‘‘¿Qué tienes? ¿No fue tu culpa acaso?’’
La niña pequeña señalo a Athea con una mirada vacía y sin vida, el pánico le hizo gritar cubriéndose los ojos y cuando los volvió a abrir todo volvía a la normalidad, Alpha estaba en el suelo llorando y sujetándose la rodilla con un raspón rojo que sangraba, Beta estaba a su lado tratando de consolarla mientras limpiaba la herida con cuidado
Beta; ‘‘Tranquila, no llores, mira te enseñaré un truco de magia si dejas de llorar ¿De acuerdo?’’ Alpha asintió, secó sus lágrimas y miró atentamente a su hermana, una esfera de luz amarilla brilló en la mano de Beta que curó el raspón casi al instante ‘‘¿Viste? Inténtalo’’
La escena se había relajado y era alegre de nuevo, pero Athea tenía una mirada de completo espanto y solo podía caminar hacia atrás queriendo alejarse pero sin lograr moverse sintiendo que algo malo pasaría
Se obligó a calmarse a si misma y no gritar de horror mientras veía como Alpha atravesaba a su hermana con un de grueso tallo de rosa con una dulce y tierna sonrisa en sus labios
Lianas gruesas recubrieron el claro haciendo una barrera que encerró a las niñas y Athea juntas, mientras miles de personas rodeaban la barrera gritando para tratar de entrar, hubo silencio cuando dos lianas se clavaron en pecho y estómago de Beta
Las lianas se retiraron lentamente, Beta observó a Athea y con una gran risotada otra liana se enterró en su cabeza, Alpha aplaudía y reía de su hermana que no paraba de gritar recriminándole una y otra vez, la sangre brotaba a mares llenando el claro como un vaso de agua envolviendo a Athea que de la nada se echó al suelo gritando, Beta seguía siendo destrozada por las lianas por su hermana, Athea gritaba cada vez más aterrada
Beta gritaba con ella, luego Alpha se unió, luego todos afuera de la barrera gritaban insultos o barbaridades, pronto hubo demasiadas voces gritando estridentemente y de pronto… todo fue solo oscuridad y la nada completamente vacía con miles de voces gritando y hablando a la vez diciendo cosas inentendibles
Comments for chapter "04"
QUE TE PARECIÓ?
Muy buenaaaa historia!!