Segadores Saga Primera - 14
¿Estas…, estás hablando en serio? —le pregunto el Hechicero a su oponente anonadado. Éste, por el contrario, le veía con frío aburrimiento—. ¿En verdad me dejaras ir si utilizo la Corrupción contra esta chica?
—Eso fue lo que dije, ¿acaso no me escuchaste?
El Hechicero entorno los ojos, escrutando el indiferente rostro de su enemigo, buscado la más liguera pieza de mentira o trampa en ese frío semblante inescrutable, pero por más que busco y por más que lo analizo, no pudo encontrar nada que le indicara que fuera un engaño, al mismo tiempo, no creía que ese sujeto fuera de los que les gustara bromear en situaciones como esa. Sea lo que sea que tuviera en mente, el Hechicero daba las gracias de tener aquella oportunidad para librarse de la peligrosa situación. Las cosas se habían puesto de su lado, pues lo único que debía hacer era utilizar la oscuridad que su cuerpo emanaba y corromper la mente, el alma y el espíritu de esa chica, una vez que lo haya hecho, se verá libre de esa batalla y podrá irse de ese lugar; claro, no sin antes sufrir la vergüenza de haber huido con el rabo entre las patas y sin dejar de maldecir a su oponente así como a sí mismo. Pero eso no era lo importante, mientras él se encuentre vivo, siempre podrá encontrar otra oportunidad para planear su venganza, así como encontrar otro refugio.
«¿Que estas tramando?» Sonó una suave y seductora voz de mujer. El Segador podía escucharla con lujo de detalle, pese a que muchas veces la ignoraba, no podía fingir que no la oía. Escuchaba lo que tenía que decir mientras miraba a su oponente, vigilando sus movimientos para que no fuera hacer una acción imprudente presa por la humillación de la derrota. «¿Por qué dejas que ese miserable se vaya tan fácilmente? Eso no es propio de ti. Espero que no empieces a ablandarte, sabes que odio a los débiles. Si forme un contrato contigo no es porque haya reconocido tu fortaleza o poderes, sino por que eras todo lo que tenía, fuiste, para mi buena o mala suerte, la única alternativa para poder salir de ese maldito infierno. No lo olvides.»
—No es necesario que me lo repitas cada tantas veces, recuerdo perfectamente bien los términos de nuestro contrato, así como lo que ocurrió ese día hace ya mucho tiempo.
«¿Entonces porque dejas que ese malnacido se vaya con vida? Es verdad que su vida no supone para nosotros absolutamente nada y ya sea vivo o muerto, eso nos es indiferente, pero aun así, no hay razón para que lo dejes ir, solo mátalo y términos con esto rápido.»
— ¿Crees que esa humana no sobrevivirá?
«¡Es muy extraño escucharte hacer bromas de muy mal gusto! ¡Por supuesto que no sobrevivirá! Ya viste las condiciones en las que se encontraban los otros humanos dentro de la Montaña, ¿no es así? ¿Qué te hace pensar que ella podrá sobrevivir?»
El Segador guardo silencio por varios segundos, sopesando la pregunta que se le había hecho. A decir verdad, no tenía ninguna razón para creer que esa humana pudiera soportar la Corrupción de un Ser Oscuro, más bien, era una pequeña corazonada dentro de él. No sabía si la palabra «corazonada» fuera la correcta, quizás fuera mejor la palabra «sospecha» o «interés», quizás «curiosidad» fuera la mejor. La verdad es que no lo sabía, sin embargo, algo dentro de él quiso poner a prueba a esa chica humana. La verdad era muy simple, si esa joven se corrompía por la oscuridad y terminaba como una muñeca carente de alma y voluntad, eso solo significaba una cosa: que ella era tan solo una humana más del montón y que el Segador se había equivocado con respecto a la joven, no obstante, si por alguna clase de milagro o fuerza escondida, ella lograba sobrevivir, eso solo significaba que su corazonada estaba en lo correcto. Era precisamente eso lo que deseaba averiguar. Quería poner a prueba la resistencia mental y la voluntad de esa humana.
—Lo hare—se decidió al fin el Hechicero, tras pensarlo mucho y darse cuenta que esa era la única oportunidad que él tenía para salir de allí con vida.
El Segador lo veía desde donde se encontraba, sin perderse ni un solo detalle de lo que estaba a punto de ocurrir. El Hechicero se ponía en posición, tomo su vara cuyo cristal circular estaba repleto de diminutas grietas amenazando con romperlo en cientos de pedazos. Aquel artefacto mágico ya estaba en sus últimas.
Utilizo su magia para hacer que Jessenia flotaba unos centímetros por encima del suelo pero a la vez, manteniéndola muy de cerca él por si se ofrecía cualquier cosa. No sabía qué clase de relación tenía esa mujer humana con el monstruo que lo había vencido, pero fuese la que fuese, tendría que tomar ventaja de ella, por lo que no permitía ni un solo fallo, aunque claro, al tratarse de una simple mujer humana, él estaba seguro y confiado que una vez que la corrompa con su oscuridad, la mente de aquella chica se romperá en cientos de pedazos y su alma se tornara negra como el carbón. No había razón para dudar o temer, después de todo, ese mismo procedimiento que estaba a punto de llevar acabo, ya lo había hecho cientos de veces en el pasado. Jessenia, a fin de cuentas, solo era una más del montón.
De la esfera de cristal, repleta de grietas, unas ligueras cortinas de humo negro comenzaron a emerger y a rodear a Jessenia. Estas se volvieron más espesas y grandes y, comenzando por los pies y, como si aquella oscuridad fueran serpientes reptando sigilosamente por el suelo, luego por las piernas desnudas y cálidas de la humana, comenzaron a subir por todo su cuerpo hasta rodearla de pies a cabeza. Jessenia yacía rodeada de un aura negra. Por el momento, todo iba bien, al menos para el Hechicero.
«Que inútil pérdida de tiempo.»
Resoplo la voz de mujer.
…
— ¡Espera! — Exclamo la primer Jessenia antes de que la segunda se fuera. Esta se volvió hacia ella con los ojos llenos de lágrimas. La primera levanto el brazo derecho con la palma extendida hacia la segunda, la infanta la miro confundida, luego Jessenia continuo—: Ven conmigo.
La segunda Jessenia se volvió completamente y observo con grandes ojos el brazo extendido de su «Yo» actual.
— ¿De que estas hablando? No te entiendo
—Exactamente lo que escuchaste. No quiero que te vallas y solamente desaparezcas, tu eres parte de mi, eres mi pasado y te quiero conmigo.
La segunda Jessenia no supo que responder por unos segundos. Con una súbita explosión de ira, confusión y alegría, la pequeña versión infantil de la primera exclama sin poder controlarse.
— ¡Perdiste completamente la cabeza! —La pequeña se señalo así misma con el mismo brazo que la primera mantenía levantado— ¡Yo represento todo tu pasado triste y doloroso, si vuelvo a fusionarme contigo, todas las malas experiencias regresaran a ti; si yo desaparezco, todos los recuerdos dolorosos desaparecerán, incluidos los miedos y las confusiones que la vida te ha provocado, esta es tu oportunidad de empezar completamente de cero, una nueva vida! ¿No es eso lo que querías? Ser feliz.
—Eso es lo que deseo, pero tampoco quiero deshacerme de ti, te quiero en mi nueva vida.
La segunda trato de controlarse, pero era inútil, las piernas así como los brazos comenzaron a temblarle como gelatinas, apretaba los dientes y se controlaba para no llorar de felicidad o tristeza, así como no gritar por la ira o por la alegría. Todo dentro de la pequeña Jessenia estaba sufriendo un cambio demasiado brusco y no sabía lo que sentía con exactitud.
—Yo represento tu sufrimiento, tu oscuridad y tristeza, en pocas palabras, casi todo lo relacionado con tu pasado. Entonces, ¿Por qué? ¿Por qué me quieres contigo? ¿Acaso la mayoría de las personas no preferirían dejar el pasado atrás? ¿Olvidarse de él? ¿Superarlo? ¿Entonces porque me quieres contigo? ¡No lo entiendo!
Hubo un par de segundos de silencio. La segunda volvió a hablar con un tono mucho más melancólico pero calmado.
—Ya entiendo. La verdad es que no me quieres contigo. Tienes miedo. ¡Es eso, ¿no es verdad?! Te da miedo la idea de que sin mi no vuelvas hacer la de antes, es decir, que algo malo ocurra con tu mente por desprenderte de todo tu pasado, si es eso no te preocupes, una vez que yo me vaya y tu despiertes no recordaras nada sobre tu pasado, será borrón y cuenta nueva. Cuando vuelvas abrir los ojos, tus miedos, tus inseguridades, tu dolor y sufrimiento, así como tus tristezas, todo eso, abra desaparecido junto conmigo. Por eso no te preocupes, yo…
— ¡No es eso! —La interrumpió. La segunda siguió con la vista puesta en el suelo. En el exterior, parecía que la batalla había concluido, la primera pudo escuchar la voz del Segador que le hablaba al Hechicero y como este le respondió, no escucho con claridad que discutían pero en este momento, eso no importaba— ¿Acaso no escuchaste lo que dije antes? Deseo ser feliz, quiero conocer la dicha y el amor, pero también… quiero conocer el dolor y el sufrimiento, así como la tristeza. Si te fueras de mi vida y yo despertara sin mis recuerdos y sensaciones del pasado, entonces regresaría a ser la misma niña débil que era en el pasado. Ingenua y vulnerable a nuevos tormentos y probablemente, la historia volvería a repetirse. No creo que el sufrimiento sea algo malo, al contrario, haberlo experimentado y soportado te vuelve más fuerte y resistente. Yo quiero ser una con mi pasado, es decir, contigo. Quiero ayudarte a soportar el peso que tienes que cargar y también quiero que algún día, nosotras dos alcancemos la verdadera felicidad y la alegría de seguir vivas. Soportando sobre nuestras espaldas el dolor de la vida.
La segunda Jessenia comenzó a reír suavemente, unos ligueros y delgados hilos de lágrimas descendían de sus ojos, miro con una expresión inocente a la primera y le sonrío con ternura al mismo tiempo que se limpiaba las lágrimas.
—A fin de cuentas, no lo entiendo. La mayoría de las personas no renunciarían a esta oportunidad que te estoy dando. Otros elegirían olvidar todo lo malo y concentrarse solo en lo bueno. No entiendo porque tú elijes ambas.
—Yo soy lo que soy ahora gracias a mi pasado. Por supuesto, he sufrido mucho en mi vida, pero… si negara una sola cosa que haya hecho, un solo acontecimiento, entonces… ¡me estaría rechazando a mi misma! Es decir, sería exactamente igual a las personas que nos despreciaron y que nunca pudieron aceptarnos por lo que éramos, unas simples niñas sin padres o familia. ¡Estoy consciente del dolor y miedo que soportare, por eso… déjame cargarlo junto contigo! Yo soy quien soy por las cosas que he vivido y no deseo rechazarme a mí misma, al contrario, me acepto plenamente por lo que soy. Mis fuerzas y mis debilidades y por supuesto, mi pasado. Por lo tanto, ven conmigo, te prometo que nunca te rechazare.
La segunda Jessenia agacho la mirada, comenzó a llorar disimuladamente, pero poco a poco, empezó a esbozar una débil sonrisa.
—Nunca imagine… que me convertiría en una grandísima idiota cuando creciera.
Entonces la pequeña le mostró una tierna sonrisa a la primera, esta se acercó a su «Yo» del pasado, mientras la niña estiraba el brazo derecho y le tendía la mano. Pero momentos antes de aceptar el apretón de manos, una intensa aura negra envolvió a la pequeña Jessenia. Esta se arrodillo, se sujetó la cabeza con fuerza y comenzó a proferir gritos desgarradores que hicieron eco por todo el lugar. La primera intento sujetarla, abrazarla y calmar el dolor que la aquejaba, pero la pero la segunda advirtió esto, rechazo la ayuda de su «Yo» adulto y arrastrándose comenzó a alegarse.
— ¡No te me acerques!
Exclamo la segunda mientras aferraba ambas manos a su cabeza. El dolor debía ser horrible.
— ¿Qué te ocurre? — Pregunto la primera tratando de acercarse y tocar a la segunda.
— ¡Aléjate de mí! La oscuridad… está creciendo… dentro de mi… si me tocas ahora, la corrupción te contaminara— Dijo entre pautas de dolor— ¡Aléjate de mí, huye, corre lo más lejos que puedas, si la oscuridad te alcanza, te consumirá!
—No pienso abandonarte.
— ¡Esto no es un juego, si la oscuridad te alcanza te sepultara bajo tus peores sueños y tus peores experiencias! Huye lo más lejos que puedas mientras intento retenerla.
La pequeña niña parecía estar sufriendo grandes dolores de cabeza; por más advertencias que la segunda le dijera a la primera, está ya había tomado su decisión. Observo con gran determinación a su pasado, no había miedo o duda detrás de ellos, solo una calma casi perturbadora. Camino hasta ponerse casi de cuclillas frente a la pequeña.
— ¡No me escuchaste… te dije que…!
La primer Jessenia interrumpió a la segunda con un abrazo. Ésta abrió los ojos de par en par y comenzó a llorar.
— ¡La que no me escucho fuiste tú, te lo dije, no voy a dejarte, te aceptare como mi igual, porque tú eres yo!
Ellas no lo sabían, pero la oscuridad que provenía del Hechicero las había rodeando a los dos. No obstante, una pequeña esfera de luz blanca se mantuvo brillando en el pecho de la primer Jessenia, fuerte y deslumbrante, negándose a extinguirse. De súbito, la actual joven presencio lo que estaba haciendo sufrir tanto a su yo del pasado. Dentro de su alma y su mente, la marca de las tinieblas se tatuaba. Todos los horribles momentos que habían pasado desde que la pequeña abrió la puerta de su casa un día y observo la horrible muerte de sus padres, hasta la actualidad; el miedo y el dolor envolvían cada centímetro del cuerpo de ambas.
Fuera de su mente y alma, el Hechicero había logrado rodear el cuerpo de Jessenia de una intensa aura negra. Le sonrió al Segador, le dio la vuelta al cuerpo de la chica y le mostró que había cumplido con su parte del trato.
…
— ¿Qué te parece? —le pregunto con una sonrisa burlona en el rostro—. Cumplí con mi palabra
El semblante del Segador se mantuvo tranquilo y expectante, observo el cuerpo de Jessenia y espero por unos momentos. Al aparecer el Hechicero no lo sentía y tampoco podía verlo, pero en el pecho de la chica, una diminuta luz blanca se negaba a extinguirse.
«Al final, solo era una simple humana. Déjate de bromas y mata a ese bastardo para poder irnos…»
Pero un repentino brillo blanco acallo la voz de mujer. El minúsculo puntito que se negaba a extinguirse se convirtió en una furiosa antorcha de fuego blanco que envolvió en su totalidad el cuerpo de Jessenia. La oscuridad había desaparecido. El Hechicero se encontraba atónito por lo que estaba ocurriendo frente a sus ojos. Retrocedió unos pasos para alejarse de ese dañino resplandor blanco, pero era demasiado tarde, las manos que sujetaban por los hombros a Jessenia se habían quemado de gravedad al instante en que esa luz la rodeo. El miserable hombre se tropezó y cayó sobre su trasero. La luz se fue haciendo más y más grande y deslumbrante, el Hechicero se vio forzado a cubrirse los ojos para que ese resplandor no lo dejase ciego, pero por otro lado, el Segador abrió de par en par los ojos, observando con mucha atención como esa luz blanca tomaba la forma de un par de grandes y majestuosas alas blancas en la espalda de la chica.
Así como el brillo apareció de pronto, de igual forma se había extinguido. Las alas habían desaparecido y solamente dejaron atrás el cuerpo desnudo y atractivo de una joven chica.
El Hechicero se retorcía en el suelo, predicando insultos y agravios sin poder dejar de cubrirse los ojos y mostrar señales de dolor. Jessenia seguía consiente, por lo que al momento de abrir los ojos, lo primero que ve es un vasto cielo estrellado, iluminado por millones y millones de brillantes puntitos que resplandecían a la distancia.
El Segador se acerco a la chica, se quito su larga capa de viaje y cubrió el cuerpo desnudo de la joven bajo el mismo. Esa era la primera vez que Jessenia lo veía a él desde tan cerca. Sus brillantes ojos azules, con pupilas como de serpiente, permanecerían grabadas en su memoria mucho tiempo. Luego, sin poder resistir por más tiempo, la chica cierra los ojos y se entrega a un sueño bien merecido. Su pelea había terminado y ella había resultado ganadora. No todos los días y no cualquiera, era capaz de vencer la corrupción de un Ser Oscuro y mantener la cordura sin perderse a uno mismo.
«¿Quién lo diría? Ella en verdad lo logro. Parece que aun hay humanos interesantes en este mundo.»
El Hechicero se retorcía de dolor en el suelo; haber recibido aquel impacto de luz tan cerca lo había lastimado de seriedad y no solo esto, podía sentir como una buena parte de su energía era destruida. ¿Qué demonios era esa luz? El Ser Oscuro no lo sabía, pero de lo que estaba seguro es que cuando la recibió tan directamente, pudo sentir como todas sus energías eran destruidas sin dejar rastro, además de provocarle un dolor casi insoportable por todo el cuerpo.
—Maldición… maldición…—predicaba el Hechicero con tono patético y lastimero mientras gateaba por el suelo de roca con los ojos fuertemente cerrados y tanteando de un lugar a otro, tratando de encontrar su larga vara negra que terminaba en una esfera de cristal azul—. Esto no puede estar pasando, no a mí. ¿Cómo es posible que una simple humana haya logrado derrotar la oscuridad que emana mi cuerpo? ¡Es totalmente imposible, ridículo!
El Segador lo veía desde la distancia sin sentir ni siquiera un pequeño rastro de lastima por aquel individuo.
«¡Buu! ¡Que patético!» Resoplo con sorna la voz de mujer. Claramente divertida por el estado lamentable del Hechicero. «En lugar de acabar con su miserable existencia, yo digo que sería mucho más divertido cortarlo en pedazos. Si. En pequeños pedacitos, uno por uno, así hasta terminar con su inmunda vida. Empezamos por cortarle los dedos de las manos, luego los dedos de los pies y lentamente, lo desollamos. Cortamos aquí y por acá. ¡Ah, sería muy divertido cortarle lo que le cuelga de la entrepierna y metérsela por el ano, luego le arrancamos los testículos y hacemos que se los trague! ¡Eso sería muy divertido!
El Hechicero comenzaba a recuperar la capacidad de ver. Tras presenciar aquella luz tan intensa, sus ojos recibieron un daño considerable y por unos momentos, el Ser Oscuro se quedo ciego, pero poco a poco, sus orbes empezaban a recuperar la vista; al principio todo se veía borroso, pero luego, todo regreso a su clara nitidez. A unos metros de distancia, vio su larga vara negra tirada en el suelo, se arrastro lo más rápido que pudo para cogerla, pero cuando su mano ya estaba encima de ella, el Segador destruyo la esfera azul de un pisotón.
Al ver a su enemigo tan cerca, el Hechicero se hecha para atrás, consiente que toda oportunidad de escape era imposible. Sin su herramienta, el Ser Oscuro no podía usar su magia. Todo había terminado y él lo sabía.
Con la mirada baja, el Ser Oscuro aprieta los dientes al igual que los puños; la frustración que sentía por haber perdido contra su oponente en su propio escondite era algo tan doloroso que casi imploraba la muerte. No se ocultaría y no se echaría para atrás, si iba a morir, moriría con un poco de dignidad y no suplicando como un pobre perro herido.
Pero aun así y consiente de lo que ocurriría, el Hechicero decide terminar con todo con un último ataque desesperado. Del interior de su túnica saca una larga daga de hoja negra y corre hacia el Segador con la intención de clavársela en el corazón, no obstante, apenas se acercó lo suficiente, su enemigo contrataco con sus cuchillos y de un solo tajo, la batalla había terminado. La cabeza del hechicero yacía rodando por el suelo, desprendida de su cuerpo, aun así y pese a esto, su cuerpo seguía moviéndose, lanzando cortes al aire sin golpear nada en realidad. Sin ojos para ver, el cuerpo del Hechicero camina desorientado hacía el final del camino y cae de la montaña, dejando atrás su cabeza cercenada.
«Un final patético para alguien tan lamentable. No fue muy divertido, pero bueno. ¿Qué hacemos con ella?»
La noche seguía sin cambiar, la intensa luna llena de color azul seguía alta en el firmamento, las nubes corrían libres y el viento hacía mecer todo lo que se encontrara a su paso. El Segador miro el cuerpo inerte de Jessenia tendido en el suelo boca arriba, cubierta por la capa de viaje del muchacho de largo cabello azabache.
—Si la dejo aquí arriba morirá. La llevare a la ciudad que está cerca de aquí.
«¿Esa ciudad? Si no me equivoco, es donde se encuentra la base de los Cazadores, la ciudad de Central. ¿Acaso sabías…, que la chica sobreviviría?
—No. No lo sabía. Por esa razón quería ponerla aprueba. ¿Tu que opinas de lo que acaba de pasar?
«Supongo que la subestime seriamente. No creí que una simple mujer humana fuera capaz de soportar la corrupción oscura de un Hechicero, pero… eso no es todo lo que hizo, ¿cierto? Ella no rechazo la oscuridad, la acepto libremente y peleo contra ella, y no solo la soporto, fue capaz de vencerla.»
—Algunos humanos son impresionantes.
Y al decir esto, el Segador profundizo la mirada, observaba hacia el frente, pero su mente había regresado a otra época. Su semblante se mantenía tranquilo e inescrutable, pero sus brillantes ojos azules se mantenían alejados de todo.
«Eh… q-que esto… me estoy moviendo… ¡ah!… me siento tan cansada… no puedo mover un solo músculo del cuerpo.»
Jessenia abrió poco a poco los ojos, lo primero que observo fue un maravilloso cielo estrellado con millones de estrellas que resplandecían con soberbia, era un espectáculo maravilloso. Al ver esta majestuosidad, una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios. A continuación lo siguiente que observo fue el rostro del Segador que se mantenía con la vista fija al frente, él no se había percatado que la chica se había despertado, así que por unos segundos, antes de que el cansancio volviera a derrotarla, miro el terso rostro del joven, se encontraban tan cerca el uno del otro, pero al mismo tiempo, era como si estuvieran a kilómetros de distancia. El paisaje que los ojos del Segador miraban era diferente a lo que Jessenia veía, ambos vivían en mundos completamente diferentes. Ella no sabía nada de él y él no sabía nada de ella, o al menos, eso era lo ella creía.
Volvió a cerrar lentamente los ojos sin estar consiente de que la siguiente vez que los abra, el muchacho que la había salvado de la bruja y le había otorgado una segunda oportunidad, ya no estaría delante de ella.
El Segador aumento la velocidad. La ciudad de «Central» se encontraba a varios kilómetros de distancia de donde había peleado con el Hechicero, pero aun así y usando su impresionante velocidad sobrehumana, llego en cuestión de minutos. Se detuvo en una colina. Miro hacia abajo y allí, se encontraba la gran ciudad de «Central». Justo en el centro, una construcción enorme se levantaba, ese era el Gremio de los Cazadores.
Bajo la luz de la inmensa luna llena de color azul, el Segador da un impresionante salto que lo hace aterrizar en una de las calles de la ciudad, estaba conciente de que tenia poco tiempo antes de que los Cazadores advirtieran su presencia. Entro en un local donde los visitantes o los viajeros podían descansar. El muchacho realizo los trámites necesarios, deposito a la inconsciente y desnuda chica en una mullida cama, la cubrió con una sabana blanca, el joven volvió a ponerse su larga capa de viaje, se coloco su capucha que al instante le había ocultado el rostro y sus brillantes ojos azules comenzaron a resplandecer en medio de esa oscuridad. Abrió la puerta y salio de la habitación dejando a Jessenia en un profundo sueño bien merecido.
Como lo había sospechado, a penas hubo entrado a la ciudad de Central y ya se sentía movimiento en el ambiente del lugar. Los Cazadores, a diferencia de los seres humanos ordinarios, eran diferentes, ellos eran capaces de luchar contra los Seres Oscuros y contra otro tipo de bestias usando la Energía Espiritual, un poder que los humanos despertaron para poder pelear en igualdad.
El Segador salto hasta ponerse sobre el techo de una vivienda y así, tener una vista más panorámica del área en la cual se encontraba. El lugar donde había dejado a Jessenia estaba rodeado de casas y algunos comerciales, así como de calles y más calles que se cruzaban formando así complicados caminos que te llevaban de un lugar a otro. Más adelante, un enorme parque se mostraba. Se dio cuenta que los Cazadores se había dado cuenta que los Cazadores se pusieron en marcha por la presión que ellos ejercían. Se estaban acercando.
Miro por última vez el lugar donde dejo a la humana dormir y con un último salto, el chico abandono a la ciudad antes de encontrase rodeado por Cazadores. Aunque fue por poco tiempo, el viaje de los dos había terminado y, a partir de esa noche, ambos caminarían por lugares diferentes. Enfrentando distintos peligros y experimentando sensaciones diferentes.
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