Shield Force: Zombie Emergency - 10
Al día siguiente durante la tarde, Ryoma es convocado por uno de los funcionarios a los que le debe mucho ya que la Shield Force es apoyada por él y a sabiendas de cuán importante es el equipo para Neo Tokyo, no duda ni por un segundo en hacer ver a los demás políticos que son necesarios.
Ryoma es transportado por Kenzo hacia la ciudad a varios kilómetros. La distancia entre la base de Shield Force y Neo Tokyo es tan extensa porque el escuadrón fue enviado al otro extremo de Chiba para investigar la serie de sucesos extraños que pueden poner en peligro a la ciudad.
Como cualquier miembro de Shield Force tiene prohibido entrar a la ciudad y con los hechos concurrentes, mucho menos a cualquier civil, Ryoma usa un pasadizo donde pactó verse con el representante Waku Watanabe, uno de los más influyentes en el actual gobierno.
El pasadizo lo lleva hacia una zona sin terminar debido a la escasez de materiales y el que muchos infectados haya llegado flotando. Con el tiempo, las fuerzas de autodefensa pudieron acabar con estos infectados, pero al final, el lugar fue abandonado, quedándose como una zona para reuniones clandestinas y donde grupos crearon el mercado negro con productos ilegales.
Después de caminar casi dos kilómetros de pasadizos a punto de quebrarse y caer sobre sus cabezas, Ryoma y Kenzo llegan hasta ese sitio, donde ve a Waku junto a varios hombres con traje y fuertemente armados que le dan la bienvenida:
-Ryoma. -le extiende la mano el funcionario.
-Señor Watanabe, es bueno verlo. Lamento mucho lo de su tío. Él siempre nos apoyó y sus favores nunca serán olvidados.
-Gracias por sus condolencias capitán. ¿Le importa que iniciemos nuestros asuntos? Tengo poco tiempo y no es por algo bueno.
-Seguro. -responde preocupado.
-Tengo entendido que varios equipos de limpieza han desaparecido y varios de mis colegas en el parlamento enviaron a su equipo para revisar la zona. ¿Pudieron encontrar algo?
-Kenzo. -mira a su compañero que vigila por detrás.
-Si. – le entrega a Watanabe un mapa con varios lugares marcados con círculos- En estos lugares marcados fue donde encontramos indicios de donde pudieron haber estado los equipos.
El funcionario se queda mirando un lugar con un círculo y una “X” en el medio, cosa que siembre dudas por lo que pregunta:
-Aquí tiene dos marcas, el circulo y la X. ¿Qué significa?
-Esa es la zona donde encontramos el único cuerpo de los de limpieza. Una mujer que portaba un mapa de Neo Tokyo.-explica el espadachín.
-Por dios ¿y el mapa? ¿tienen idea de si fue robado o…?
-La mujer tenía un golpe en la parte trasera de su cabeza como si la hubiera atacado por detrás. -responde Kenzo.
-Esto sin dudas pondrá nervioso al gobierno. -dice Watanebe, pensativo.
-¿El emperador?-pregunta Ryoma.
-Sigue sin aparecer en público. Ni siquiera los funcionarios más cercanos saben cómo está. -se lamenta Waku.
Con la explosión que supuso la pandemia y el nivel de infectados que se propagó en todo el mundo, el gobierno japonés optó por iniciar el éxodo con el cambio de capital a Neo Tokyo así como un nuevo mandato basado en el poder imperial, pero con el correr de los meses eso acabó diluyéndose hasta cambiar a la vieja forma parlamentaria y democrática.
Sin embargo, eso no es lo importa sino más bien el que el emperador, quien había recuperado su antiguo poder como regente de la nación o en este caso, de los supervivientes japoneses, ya no aparecía y lentamente un malestar y confusión empezó a vivirse hasta actualmente.
Tanto Watanabe como su fallecido tío, tenían la sospecha de que algo no estaba bien y varias dudas recaían sobre ciertos políticos. Watanabe sigue confiando en que su amigo, el capitán Ryoma, fuera el que ayudase a buscar información o datos importantes que permitan saber que ocurre:
-Ya veo, entonces no hay de otra más que continuar investigando allá afuera. -dice Ryoma.
-Ryoma. -dice Watanabe.
-¿Si?
-¿Tienes algo más?
El capitán se queda pensando unos pocos segundos y responde:
-El puente Katori sufrió ataques, pero solo a las trampas. El puente en sí mismo está casi intacto.
-¿Qué significa eso? ¿no había sido por culpa de la horda de hace días?
-Quisiera creerlo, pero algo no cuadra. Las trampas en el puente, la horda, la pérdida de los equipos de limpieza. Necesito un favor Watanabe.
-Dime.
-Necesito a todo mi equipo y un permiso excepcional para viajar hacia la prefectura de Ibaraki. -pide Ryoma.
-¿Ibaraki? Será un poco difícil ya que primero tengo que conseguir que acepten el regreso de tu gente y luego pedir el permiso para que vayan todos hacia Ibaraki. Pero ¿Por qué hacia allá?
Escuchando la petición de Ryoma, el funcionario no evita sospecha de que oculta algo por lo que acepta, pero con una simple condición:
-Sea cual sea la razón quiero pedirte algo.
-Claro. -responde el capitán.
-Quiero un informe detallado al menos una vez a la semana. Se que es demasiado para una simple petición y tienen mucho trabajo gracias a los funcionarios que siguen empecinados para desarmar a la Shield Force pero confía que es meramente para algo burocrático y mantenerlos a raya a esos corruptos.
-Sí, confío en ti. No te preocupes, tendrás a la semana un informe si encontramos algo.
-También si no encuentran nada.
-Por supuesto. -responde Ryoma sin pretender entrar en una discusión. Ahora a sus preocupaciones se suman tener a un político que por mas aliado aparente ser, también ocultan una razón más.
-Bien, eso es todo. -se aleja del lugar y detiene sus pasos, sin mirar hacia atrás-Algo va a ocurrir y ambos sabemos que la marea está por cambiar hacia el lado enemigo.
Luego de la reunión, Ryoma y Kenzo llegan a la hummer negra que espera frente a la entrada del subterráneo.
Sin ánimos para discutir sobre la reunión, el espadachín no evita suspirar con un gran malestar de que siguen estando como empezaron. A pesar de haber conseguido la promesa del permiso para ir hasta Ibaraki, el político logró mantenerlos a raya a través de documentación que, si no es entregada una vez a la semana, serian considerados traidores y con motivo para ser cazados por un ejército de 10.000 soldados apostados en las murallas de Neo Tokyo:
-Solo dilo. Las negociaciones fracasaron por mi culpa. -dice Ryoma.
-Pues sí, fueron del asco, pero lo hiciste mejor que si yo hubiera hecho. Me preocupa lo que ese Watanabe quiere de nosotros. -responde el espadachín.
-Veo que no soy el único que siente que algo anda mal.
Kenzo da marcha el vehículo y conduce a través de la autopista 128 que conecta Kogawa, donde está Neo Tokyo actualmente, con el centro de la prefectura y luego hacia Choshi, lugar donde la base de la Shield Force está apostada por orden del actual gobierno japones:
-¿Quién crees que deba escribir el informe?-pregunta Kenzo.
-Teressa, ella es la más calificada. -responde Ryoma.
-Nos va a despedazar.
-Si…
Ryoma apoya su cabeza sobre su puño y descansa mientras observa el paisaje de casas vacías y calles abandonadas con escombros de lo que fueron enfrentamientos entre fuerzas de autodefensa quienes desesperadas buscaron contener a los infectados:
-Seguramente acepten nuestra solicitud, pero solo estaremos con la correa apretada sobre nuestros cuellos. ¿Qué es lo que ganan estos tipos con limitarnos? Algo está muy raro en el gobierno. -piensa en silencio y lentamente cierra los ojos.
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