Shield Force: Zombie Emergency - 35
Ryoma y Neora permanecen inmóviles, pero con sus sentidos en el mayor estado de alerta posible. Algo los hace poner nerviosos a ambos, dos miembros fuertes de la shield force:
-¿Pudiste encontrar algo?- pregunta Ryoma
-No, no aún. Se esconden demasiado bien
Ryoma mueve su pie derecho en dirección hacia el frente, moviéndose lentamente para no ser atacados. Neora lo sigue y al mismo tiempo mira a su alrededor con su vista altamente calificada entre los mismos miembros del escuadrón.
La oscuridad de la noche no ayuda a mantenerse a salvo, puesto que esos enemigos siguen acechando en la distancia como si tuvieran las mejores de las vistas. Es casi tan aterrador como si hubiera una horda de frente y no hay armas disponibles:
-¿Qué hacemos entonces?- pregunta Neora, alterándose por la impaciencia y preocupación
-A la cuenta de 3…
-Tiene que ser una broma
-No hay de otra…uno…dos…
-Mejor que mis piernas puedan soportar. Son al menos 500 metros- murmura Neora
-Tres…
En el almacén, Willian, Sora y Kana conversan como cualquier joven de su edad, boberías y curiosidades de sus habilidades, así como vivencias propias para conocerse. Mikael y Elizabeth preparan los vehículos mientras que Kenzo se queda con su hummer casi a 300 metros del almacén. Teressa investiga sobre el infectado gris con muestras obtenidas por la joven espadachina después de haberlo desintegrado con el disparo de Neora.
No siempre van a poder establecer sus vínculos, pero los más jóvenes conversan como si no importase que el mundo sea tan caótico y hayan nacido en él. Mikael, Elizabeth y Teressa los observan y piensan que ese pequeño mundo que conformaron en pocos días debe ser protegido por los adultos:
-Kana ¿no pensaste en ser de esas chicas que bailan y cantan? ¿Cómo es que se llamaban? – pregunta Willian
-¿Te refieres a las idols del fin del mundo? Jajajaj, no lo creo- ríe levemente
-¿Idols del fin del mundo?- pregunta Sora
-¿Acaso no las conoces?- se sorprende Willian- ¿eres tonto o qué?
-Di una vez más eso y te arrastraré afuera- responde amenazante
-¿A si? Entonces pruébame- lo enfrenta a Sora
-Ya, ya, no se peleen- los calma Kana y busca las palabras para responder. En algún momento de su corta vida había pensado en convertirse en una idol del fin del mundo, pero inevitablemente su talento arruinó tal sueño- la verdad es que no es para mí. Eso es todo- dice con una expresión triste
-¿Te sientes bien? ¿dijimos algo que te haya molestado? – se acerca Sora, preocupado de haberle hecho sentir mal- ¡oye tonto! ¡¿no ves que se puso triste?!
-¡¿Qué?! ¡¿yo?!
-No, no, para nada. Descuiden- niega son su mano y sonríe otra vez, pero con mirada triste
-¿No fue Willian?- lo señala Sora
-¡¿Huh, que hice?!- se exalta el joven, toma su espada y apunta a Sora
-Es que…
De repente se abre la puerta del almacén, Kenzo llega junto con Ryoma y Neora, agitados por la persecución sufrida de parte de quien los acecha como simples víctimas. Nadie entiende que sucede y porque sus expresiones tan alteradas:
-¿Qué pasó?- pregunta Teressa
-Tenemos que irnos, rápido- dice Ryoma
-Kenzo ¿no estabas con los vehículos afuera? – pregunta Elizabeth
-Si, pero a lo lejos vi corriendo a Ryoma y Neora- responde el vicecapitán
-No logro entender ¿Qué pasó afuera para que estén alterados? – pregunta una vez más Teressa
-Algo nos acecha afuera. No sabemos que es, pero es mucho más peligroso que un infectado evolucionado- le explica al oído- solo digamos que hay infectados ordinarios y no ahondemos en el tema. Los chicos no tienen que alterarse- añade
-De acuerdo
Sora, Willian y Kana se acercan a Ryoma, curiosos, para saber qué fue lo que vieron, pero el capitán solo se muestra esperanzador y, contradictoriamente reacio a explicarle a los más jóvenes.
Neora se lleva a los novatos a los cuartos para que descansen, mientras que Ryoma se reúne con los demás para contarles que vieron.
Tras una larga charla y donde Ryoma y Neora cuentan que sintieron miedo y señales invisibles de que estaban siendo observados con una incontenible sed de sangre, Kenzo, Teressa, Mikael y Elizabeth se ponen de pie y buscan sus cosas para retomar la ruta destinada. Todo esto frente a Ryoma, que aún sigue en shock:
-Kenzo…
-¿Huh?
-Tengo que hablar contigo
-Si…seguro
Teressa ve que ambos se retiran para hablar en privado. Ella no interfiera, porque previamente el capitán le explicó sobre una conversación demasiado importante pero que podría ocasionar una especie de ruptura en la relación con su mano derecha.
Un silencio incomodo se hace presente y al poco tiempo estallan sonidos de fuerte discusión desde la cocina donde Ryoma y Kenzo se reúnen:
-¡Esto no te incumbe Ryoma maldita sea!
-¡Es importante que la dejes madurar sin presionarla!
-¡Todo lo que hago es por su bien, entiéndanlo!
-¡Lo se Kenzo, lo sé pero el fantasma de tu familia y miedo a que ella muera te están consumiendo a ti mismo!
-¿Qué se supone que haga? Es mi único familiar y me siento responsable de su crecimiento
-Te entiendo Kenzo, y has hecho un trabajo excepcional, pero ¿te has preguntado cómo se siente? ¿Qué le pasa? ¿Cuál es su sueño?
-El camino de la espada es algo que requiere mucho tiempo. Esas cosas…
-Por esa razón es que te encerraste con las personas durante muchos años
-No es cierto
-¿Qué no es cierto? ¡Te recuerdo que olvidas los cumpleaños de la gente, nunca estas en los festejos salvo cuando te obligamos! ¡¿quieres que siga?!
-¡¿A qué viene todo esto?!
Ryoma guarda silencio, no quiere abrir la boca, pero siente que debe dejar las cosas en claro, aunque su mejor amigo no le vuelva hablar. Nunca ha sentido que tenga que hacerlo, pero ver a Kana con Sora y Willian durante esos días obliga a replantearse si en verdad los tratan como miembros del escuadrón o como niños. Kenzo, por su parte, se siente responsable por su prima y por más que no lo admita, también por Willian y Sora, a quienes atesora como Teressa, no solo el futuro sino también la esperanza de los adultos por redimirse.
Kenzo se dirige hacia la puerta para volver a donde se hospeda, sin decir una palabra más y el corazón confundido. En realidad, Kenzo se vio venir la conversación, pero rogó porque no ocurriera. Lastimosamente Ryoma no es alguien que olvide fácilmente una conversación.
Antes de que Kenzo salga de la cocina, Ryoma le arroja un pendiente que al capturarlo en el aire y verlo hace que de sus ojos caigan lágrimas. Ese objeto contiene placas de madera con kanjis gravados y que representan las características propias, le trae recuerdos amargos de compañeros caídos ya que son placas que pertenecen a novatos que nunca llegaron a los 6 meses de servicio en el escuadrón:
-¿Quieres amargarme?- pregunta Kenzo, sin voltearse ya que odia que lo vean mostrar signos de debilidad
-Solo quiero que recuerdes a nuestros compañeros
-Sigo sin entender
-Fueron novatos a nuestro cargo que murieron…
-Por eso pregunto ¿Qué quieres con esto?
-Que veas con orgullo las elecciones propias que tomaron. Kana en algún momento hará lo correcto sin que tu debas aprobarlo. Al fin y al cabo…ella es mucho más poderosa que tu…
-Eso es lo que pretendo Ryoma…que sea un mejor ser humano que nosotros- se va de la cocina
-De nada sirve tener arrepentimientos ni culparse por cosas que nunca nos correspondieron…- murmura Ryoma
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